Hace años la UE hizo una  apuesta por la creación de una red para la integración y conservación de los  espacios naturales europeos.  Casi veinte  años después queda mucho por hacer pero en este tiempo se han realizado grandes  labores por la protección del medio natural.   Cabe entender que en los principios de su creación, la sociedad era  reacia a esta protección, principalmente por el poco conocimiento que se tenía  sobre el medio ambiente y porque las mismos Estados relacionaban la defensa de  la naturaleza con limitaciones en el desarrollo de los países. Hoy día todavía  existen sociedades que piensan que no se puede desarrollar económicamente la  sociedad a la vez que se toman medidas para la protección del medio natural,  pero hay que decir que realmente la creación de una red que integre los  espacios naturales de toda Europa puede ser beneficiosa tanto para el continente  como para cada país. 
              Los espacios naturales españoles,  además de estar protegidos por figuras de protección estatales y autonómicas,  están bajo la tutela de distintas figuras de carácter comunitario. En este  trabajo se ha analizado la situación actual de las Zonas de Especial  Conservación (ZEC) que forman parte de la Red Natura 2000. El proceso de  declaración de un espacio como ZEC,  no  debería de durar más de 6 años como marca la Directiva Hábitats. En muchos  casos ese plazo ya ha transcurrido, en concreto para tres de las cuatro  regiones biogeográficas de las que forma parte España. Desde que estas áreas  son propuestas por los Estados como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC)  hasta que  finalmente son declaradas como  ZEC, deben de tener algún régimen de protección que les impida que pierdan los  valores por los que fueron propuestos como LIC. La Directiva Hábitats deja una  laguna que con el paso del tiempo, el Tribunal de Justicia Europeo ha resuelto  a favor de la protección de estos espacios desde el mismo momento que son  propuestos por los Estados.
              La falta de información o la mala  coordinación entre España y la Comisión Europea está produciendo que lugares  con las características idóneas para formar parte de la Red Natura no se  encuentren incluidos, y por el contrario sí formen parte de ellas espacios que  no están protegidos en el ámbito estatal ni autonómico. La integración de estos  espacios europeos en los inventarios o redes de las distintas comunidades  autónomas se están realizando de manera muy lenta y obligada por los plazos  marcados por la normativa europea, y no parece que  se esté haciendo en las mejores condiciones ya  que en algunos casos no se están tomando medidas especificas para cumplir con  los objetivos de conservación y protección de la Red Natura 2000.
              La diversidad de hábitats que tiene  España se pone de manifiesto en sus aportaciones a la Red Natura, formada por  cuatro regiones de diferentes características hasta el punto de que podría ser  cada una de un país europeo. En la mayor parte de los casos no se ha cumplido  con los plazos para la declaración de ZEC y aprobar sus planes de gestión;  incluso la UE ha intervenido en varias ocasiones para avisar a los Estados que  están incumpliendo la normativa, aunque la competencia en la mayoría de los  casos las tienen las Comunidades Autónomas. La única región que se encuentra en  plazo es la mediterránea, y la que nos compete por ser de la que forma parte la  Comunidad andaluza. Andalucía agilizará los trámites declarando de una vez, numerosos  LIC que coincidan con los espacios naturales que ya están protegidos bajo otras  figuras. Aunque probablemente todas ellas tengas planes de gestión sería  conveniente actualizarlos con los objetivos y la finalidad que busca la Red  Natura.
              La Red Natura puede traer grandes  beneficios para aquellas zonas más desfavorecidas, e incentivar el tan nombrado  desarrollo sostenible. A pesar de la crisis en la que estamos inmersos, España  va a seguir recibiendo fondos europeos como mínimo hasta 2013 de los cuales la  mayoría pueden ser entregados a proyectos medioambientales o al desarrollo de  la sociedad en el medio natural. Esta es una ocasión que no debemos dejar  escapar  y aprovechar al máximo; pero  para ello es necesario acercar esta oportunidad a los ciudadanos y, en la  medida de lo posible, eliminar trabas para su otorgamiento.
              Para conocer las necesidades de una financiación  adecuada de la red Natura 2000 sería conveniente la elaboración de un programa  completo y exhaustivo que identifique objetivos de red y objetivos concretos  por espacio. Y para ellos, debería desarrollar medidas que, tanto en el ámbito  de la integración sectorial, como de la conservación estricta, permitan  conseguirlos, distinguiendo el fondo que podría aplicarse en cada caso, así  como las actuaciones que no podrían ser cofinanciadas. Aunque  se considera muy conveniente optimizar el uso de los distintos instrumentos financieros,  tanto España, como otros países, y la UE defendieron la necesidad de contar con  un fondo propio, dotado adecuadamente para garantizar el cumplimiento de las  directivas. 
              En todo caso, la programación de  desarrollo rural debería asumir la implantación de la red Natura 2000, en la  forma en que se garantice el cumplimiento de las directivas y directrices  comunitarias, tanto en terrenos agrícolas como en forestales, así como en otros  enclaves del medio rural, fomentando la participación de agricultores,  ganaderos, entidades locales y, en general, de la iniciativa local, en su conservación. 
              Algunos de los  beneficiarios son los propietarios cuyas tierras están dentro de la Red Natura  2000 tienen la oportunidad de recibir ayudas de desarrollo rural, entre ellas  algunas destinadas a inversiones no productivas que complementan los sueldos de  los agricultores y ganaderos más desfavorecidos por el mercado. Y al contrario  de como se piensa, las actividades cinegéticas pueden ser financiadas de manera  prioritaria en la gestión de grandes fincas. Es una oportunidad para aquellas  zonas rurales que se sustentan mínimamente con las producciones agrícolas  tradicionales, y que no pueden competir con otras zonas donde se utiliza  tecnología más avanzada creando unos sistemas de producción más intensivos.  Pero hay que pensar que son esas técnicas tradicionales las que han hecho que  se haya conservado la biodiversidad en muchas tierras, lo que mantiene un  vinculo entre la protección de la biodiversidad y del medio rural, y que supone  una oportunidad para las zonas más desfavorecidas. La agricultura extensiva y  de secano realizándolas de manera adecuada cumplen perfectamente las  directrices que marca la UE, ya que la conservación tanto de sotos, dehesas u  otras formaciones naturales han modelado un paisaje de gran importancia donde  se han asentado especies únicas en Europa y cuya singularidad es cometido de  todos mantenerla.
              Por ello, la Red Natura  2000 está fomentando volver a estas pequeñas explotaciones familiares ya que  son el sustento de muchas de ellas y además se conservarán muchos de los  hábitats de gran diversidad que se crean en torno a estas tierras. La Red  Natura 2000 va a permitir mantener la agricultura y el desarrollo en zonas  donde la Política Agraria Común (PAC) va a producir grandes bajas por la  pérdida de competitividad y por la falta de rejuvenecimiento del personal  cualificado para este trabajo.
            Un  área de tal extensión como la Red Natura puede mitigar en gran medidas los  problemas ocasionados por el calentamiento global que parece no tener freno si  no se toman medidas.