LOS COMPONENTES ÉTICO-POLÍTICOS EN LA IDEOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN CUBANA. PRIMERA PARTE

LOS COMPONENTES ÉTICO-POLÍTICOS EN LA IDEOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN CUBANA. PRIMERA PARTE

Raúl Quintana Suárez (CV)
Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona

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5,5.- José de la Luz y Caballero (1800-1862)

Una de las más relevantes personalidades del reformismo ilustrado,  se destaca como filósofo, humanista y pedagogo. Su profunda eticidad le permite priorizar  como uno de sus principales afanes,  el formar en la juventud aquellos valores morales  que el mismo, con particular virtuosidad, practica en su vida pública y privada. Intentó erradicar por todos los medios posibles las causas que generaban el bajo nivel de instrucción  de su pueblo, carente de las mínimas instituciones educativas y a la falta de los centros  más idóneos dedicados a la formación de maestros..
No es de extrañar entonces que una personalidad de la talla de José Martí expresase de Luz, como refiere Medardo Vitier,   como… “…no vi casa en el Cayo (Cayo Hueso. N. del A) sin el retrato de José de la Luz…”…dado que…“…la devoción evidenciada entre los emigrados, según el referido testimonio de Martí, prueba que el maestro de El Salvador alcanzó resonancia moral en gran número de personas del pueblo. La verdad y el bien pueden tanto que sus ondas se dilatan de manera sorprendente. Podría pensarse que quizá ninguno de aquellos emigrados era capaz de dar razón del pensamiento filosófico ni de los criterios educacionales de Luz. Sin embargo, estaban seguros de que el austero guiador había trazado caminos de salvación. Por eso la imagen amada era en el destierro, no sólo dulce evocación sino compendio de las glorias y las penas de la patria” (57).
El 11 de septiembre de 1833 este presenta a solicitud de la Real Junta de Fomento su Informe del Instituto Cubano para reformar la Escuela Náutica de Regla fundada en 1818 por la Sociedad Económica de Amigos del País”  la que se debía destinar, según la concepción lucista, a…“…abrir nuevas carreras a la juventud de nuestra patria, condenada exclusivamente al foro, la medicina o la holganza; difundir los conocimientos químicos para perfeccionar la elaboración de nuestros frutos y aprovechar nuestras ventajas naturales; facilitar la adquisición de luces para toda empresa que descanse en las nociones de las ciencias físicas y matemáticas abrigar en nuestro propio seno, sin necesidad de mendigar al extranjero, hombres capaces de no solo concebir, sino de ejecutar grandes planes aún en sus últimos pormenores; mejorar algunas profesiones de las existentes, proporcionándole otros datos que han de menester para progresar; fertilizar el vasto campo de la educación, ofreciéndole más idóneos cultivadores; contribuir al adelantamiento de las artes liberales y mecánicas entre nosotros; llevar hasta donde sea posible los  benéficos intereses de S.M. en la fundación de estas escuelas prácticas; tales son en resumen las más urgentes necesidades físicas de la patria, tales las más eficaces medidas para curar algunas dolencias morales que la aquejan” (58) 
Luz tenía un alto concepto de la necesidad  de elevar el nivel cultural del pueblo, prioritariamente los más marginados. Al respecto escribe a su amigo José Luís Alfonso, en carta fechada el 13 de abril de 1839 sobre la función a cumplir por la única biblioteca pública entonces existente en la colonia:
“Quisiera  que la biblioteca llena las necesidades de todas las clases y profesiones de modo que desde el teólogo y el jurisconsulto hasta el carpintero y el albañil  encuentren en ella lo que busquen para ilustrarse en su ciencia o en su arte. No se diga que como la biblioteca la forman los literatos se olvidaron de los artesanos, que es la clase que más necesita formarse así en lo material de su oficio como en la moral para la conducta” (59)
Éste  insufló al estudio y la enseñanza de la filosofía en Cuba los aires renovadores de la Ilustración europea así como las propias virtudes de su humanismo ético e insondable patriotismo. Ello se revela al expresar como…“…el estudio de la filosofía va a ser el objeto de nuestras tareas [...]. Los hombres que en todos tiempos han asestado sus tiros contra las cosas más respetables, sin que esta filosofía, a quien tanto debe la especie humana, haya podido escaparse de sus mordaces diatribas, ni los que la cultivan sustraerse a su indignación y aún a su menosprecio. Con efecto, muchos hay que al oír pronunciar esta dulce voz filosofía, prorrumpen, como si los impulsara un santo celo, en imprecaciones contra ella, persuadidos de que las palabras filosofía e inmoralidad son sinónimas, que esta ciencia, fundamento de la moral, ha sido quien la ha echado por tierra; pero no des oído a los que así discurren; ellos merecen antes bien nuestra compasión, pues sus facultades están poseídas por aquel espíritu de prevención, enemigo irreconciliable del espíritu de análisis y de indagación. No faltan otros, y ésos son los peores, que trasluciendo a pesar de su prevención, los frutos que cosecha el género humano en el estudio de la naturaleza, quisieran apagar de una vez, dejándolo en perfectas tinieblas, las luces brillantes que nos han de alumbrar en la senda espinosa de la vida, e impedir que caigamos en la sima del error, cuando marchamos al templo del saber. Su empeño es desacreditar a la filosofía y a los que la profesan, no perdiendo coyuntura de inculcar sus perniciosas máximas”.  (60) 
El Colegio El Salvador por él fundado en marzo de 1848 se convierte en un prestigioso centro educacional donde matriculan a sus hijos las más representativas familias cubanas. Ubicado  en la Calzada del Cerro, en la capital, se traslada temporalmente en 1853 a la calle Teniente Rey,  y retorna a su ubicación original en 1858. Este es clausurado en 1869, ya iniciada la contienda independentista el 10 de octubre de 1868, por las autoridades coloniales, por temor a las ideas progresistas que allí se siembran en la mente de los estudiantes.
En el discurso leído en los exámenes de dicho centro educacional,  el día 16 de diciembre de 1861, poco  antes de su muerte, acaecida en 1862, expresa a sus alumnos y familiares:
“Nada más me queda hoy que deciros y me despido de vosotros hasta otro nuevo año, si es ésa la voluntad del Ser Eterno, que cuenta loa días del hombre sobre la tierra, porque ya yo, señores, me voy acercando al término que Dios concede a la vida en estos climas, como decía ese ilustre Padre Varela, cuya memoria vive conmigo y me acompaña por do quiera; ya veo formada la infausta nube de la ancianidad y diviso a lo lejos los lúgubres confines del imperio de la muerte; como él también, llegaré yo al borde del sepulcro haciendo, en el último suspiro, un voto fervoroso por la prosperidad de mi patria. Cuanto me habéis oído es fruto de una larga experiencia; es lo que pongo en práctica, parte de mi sistema, si así puede llamarse, y en cuanto es posible explicar la completa tarea de un educador. No terminaré, sin embargo, sin dirigir alguna frase a estos mis hijos que ahora mismo me rodean, sin encarecerles el cariño que de continuo les manifiesto. En vosotros cifro yo todo mi anhelo y quisiera poder amontonar sobre vuestras cabezas todos los triunfos y todas las glorias. Mucho aguardo de vosotros, y ya creo leer en vuestras fisonomías el anuncio de grandes aventuras para el porvenir. Así será, sin duda alguna, si guardáis inmaculado en vuestro pecho el sentimiento del deber, norte seguro en todas las borrascas que os pueden sorprender, único talismán con que habéis de conjurar las inconsecuencias de la vida. Sosteneos siempre con energía y sencillez, firmemente apoyados en la virtud, que nadie os mirará sin un vivo sentimiento de admiración, y al veros conservar para vuestra alma e ileso vuestro honor en los trances más difíciles, todos dirán: he aquí un hombre. Simple palabra que vale más que pomposas apologías”. (61)
Tal deseo se verá ampliamente cumplido. Fueron sus discípulos en diversas épocas de su vida, personalidades que se destacarían en las futuras luchas por la independencia como Francisco Vicente Aguilera, Pedro (Perucho) Figueredo, Luís Ayestarán, Honorato del Castillo, Enrique Piñeyro, Juan Clemente Zenea, Manuel Sanguily, Antonio Zambrana, Ignacio Agramonte y tantos otros.
Para Manuel Sanguily, testigo excepcional,  como uno de sus discípulos  en las aulas de “ El Salvador ”, este...“...procuró siempre hacer comprender que el magisterio no era oficio, ni siquiera una profesión, sino un apostolado, un sacerdocio y la misión, por él mismo impuesta de formar maestros  y hacer hombres, como la manera más prudente y viable de dar satisfacción a los reclamos de su tiempo [...] Con las condiciones propicias y las excepcionales  facultades de su individualidad es fácil comprender que será un patriota ardiente sin ser jamás un revolucionario; que nadie igualará como hombre ”.  (62)
El mejor homenaje a las virtudes de este hombre extraordinario lo ofrenda  nuestro Apóstol José Martí cuando expresa como…“…los cubanos veneran y los americanos todos conocen de fama al hombre santo que domando dolores profundos del alma y el cuerpo, domando la palabra, que pedía por su excelsitud aplausos y auditorio,  domando con la fruición del sacrificio todo amor a sí y a las pompas vanas de la vida, nada quiso ser para serlo todo, pues fue maestro y convirtió en una sola generación un pueblo educado para la esclavitud en un pueblo de héroes, trabajadores y hombres libres. Pudo ser abogado, con respetuosa y rica clientela, y su patria fue su único cliente. Pudo lucir en las academias sin esfuerzo su ciencia copiosa, y sólo mostró  lo que sabía de verdad, cuando era indispensable defenderla. Pudo escribir en obras-para su patria al menos- inmortales, lo que, ayudando la soberanía de su entendimiento con la piedad de su corazón aprendió en los libros y en la naturaleza, sobre la música de lo creado y el sentido del mundo, y no escribió en los libros que recompensan, sino en las almas, que suelen olvidar. Supo cuanto se sabía en su época; pero no para enseñar que lo sabía, sino para transmitirlo. Sembró hombres” (63).
Acusado injustamente por Antonio Maceo, como aristócrata defensor de la esclavitud, evidentemente por insuficiente conocimiento, Carlos Rafael Rodríguez, muchos años después enmendaría el lamentable pero excusable yerro, dadas las circunstancias de la época, al reflexionar como…“…no podría decirse con justicia que Luz defendió los privilegios más nefastos de su época: colonia y esclavitud. En sus ideas y prédicas está patente la condenación de ambas instituciones. Por eso, al formar hombres, no inculcó en ellos las ideas reaccionarias del esclavismo prevaleciente. Por el contrario, las normas morales y sociales que predica servirán para nutrir una juventud progresista, de mentalidad amplia, que abomina de los negreros y rechaza el sistema de la esclavitud. En ese sentido no fue, como parece haber entendido Maceo, el educador del privilegio”. (64)
Particularmente en sus Aforismos (65) se expresa la profundidad del pensamiento ético de Luz y Caballero como  al expresar que…“…en la cuestión de los negros lo menos negro es el negro” (Aforismo 23, s/f).
Valga mencionar otros ejemplos:
 ---“Nos proponemos fundar una escuela filosófica en nuestro país, un plantel de ideas y sentimientos, y de métodos. Escuela de virtudes, de pensamientos y de acciones; no de expectantes ni eruditos, sino de activos y pensadores”. (Aforismo 62)  s/f)
--- “El filósofo es (y debe ser) como la vela: arde y se consume para alumbrar a los demás. (Aforismo 73, Mayo de 1842)
---“El método es el constante apoyo de la razón, pero el talento de la observación es el germen de la superioridad. La experiencia es el punto de partida de toda especie de conocimientos. Nada robustece tanto el entendimiento como la costumbre de no admitir más que lo demostrado”. (Aforismo 105,  s/f)
--- “¡Ah! Si los hombres influyentes estuvieran permanentemente con la imagen de la moralidad por delante, y por dentro, que los persiguiera como a mí, ¡cuánto ganaría la humanidad!” (Aforismo 191, 8 de marzo de 1846)
--- “Los hombres jamás gradúan el mérito o demérito de las acciones por la utilidad que produzcan. Entonces habría una moral para cada caso, y los medios, cualesquiera que fuesen, quedarían justificados como se consiguiera el fin. Esta es la moral de la tiranía”. (Aforismo 200)  s/f
--- “Para todo se necesita ciencia y conciencia”. (Aforismo 205,  s/f)
--- “Que la razón de conveniencia esté siempre subordinada a la razón del deber: ésta acrisola y santifica el alma: aquélla suele adulterarla y amenguarla”. (Aforismo 239,  s/f)
--- “Confesar la propia falta, la mayor de las grandezas”   (Aforismo  253,  7 de septiembre de 1846).
--- “Quien no sea maestro de sí mismo, no será maestro de nada”. (Aforismo 557,  s/f).
--- “Ni hay otro medio eficaz de predicar costumbres que el ejemplo, ni los mejores planes de enseñanza pasan de meros pliegos de papel sin honrados y hábiles preceptores. Esperar lo uno sin lo otro, sería aguardar la cosecha sin haber labrado ni echado la semilla. Valiera más no establecer escuelas absolutamente que poner la niñez a cargo de entes inmorales o inexpertos” (Aforismo 560,  s/f).
--- “La enseñanza es un contrato con Dios, no con los hombres. Arte por excelencia, como que es todo de inspiración, aunque descanse en la experiencia”. (Aforismo 562,  agosto de 1822).