LOS COMPONENTES ÉTICO-POLÍTICOS EN LA IDEOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN CUBANA. PRIMERA PARTE

LOS COMPONENTES ÉTICO-POLÍTICOS EN LA IDEOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN CUBANA. PRIMERA PARTE

Raúl Quintana Suárez (CV)
Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona

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 5,6.-  Francisco Frías y Jacott, Conde de Pozos Dulces (1809-1877)  

Pertenece éste a esa pléyade de personalidades cubanas que desempeñaron un importante papel en el desarrollo de las ciencias en Cuba. Sus ideas políticas, según el contexto histórico social y económico, que les correspondió vivir, y sus propios intereses de clase, cultura y educación, resultaron diversos: desde el reformismo liberal, el anexionismo, el independentismo e incluso el autonomismo. No obstante en la inmensa mayoría de ellos  conservó su amor por su tierra natal y su afán de verla prosperar como nación y pueblo.
Según éste escribe al director del periódico cubano “El Correo de la Tarde”, en 1857…”…los mejores años de mi juventud se pasaron en los hermosos campos de la isla de Cuba. Amé sus bosques y praderas, sus arroyos, sus pájaros y collados, con todo el fervor de la entusiasta poesía. Más tarde sucedió a esa admiración la codicia del propietario, y yo también derribé los gigantes arbolados y apliqué la tea encendida a sus despojos esparcidos. Y vi como se siembra la caña, y como se exprime el jugo y de qué manera cristaliza el azúcar. Yo también cultivé los cafetos y pasé horas enteras recogiendo sus rojas cerezas. Nadie madrugó más que yo por ver, al despuntar el alba, la tendida vega, y cómo se refracta  en mil prismáticos colores en naciente sol en sus gotas de rocío. ¡Cuántas veces contemplé en silenciosa admiración doblegada los frondosos platanales con el peso de sus apiñados racimos! Y vi agrietarse y abrirse  las tierras al empuje de la yuca o el ñame suculentos que se desarrollan en sus entrañas cerrados [...] También aprendí del rústico guajiro cuando se corta el bejuco de boniato, y le enseñé a mi turno por que se le quitan las hojas antes de sembrar. Y lo que él cree y piensa y ejecuta lo sé yo, que no me contente nunca con mirar solamente, sino que puse la mano al arado y afronté intrépido los rigores del sol tropical [...]Estudié, pues, primero en los campos que en los libros, y antes en mi patria que en estas apartadas tierras, llegando por fin a la conclusión de que en ninguna parte del mundo pudiera ser más rica, más próspera y duradera la agricultura que en nuestra Isla, si a ella se aplicasen todos los resortes y conocimientos que a tanta altura pusieron la industria rural de otros países menos favorecidos”. (66)
Aunque compartiese en determinada parte de su vida convicciones anexionistas, se opuso a la esclavitud y rechazó el criterio en boga entonces, que la abolición de la misma, conduciría a daños irreparables a nuestra economía, particularmente la industria azucarera. Al respecto escribe desde París, en 1858, al mismo destinatario, que…”…el cultivo de la caña y otros trabajos agrícolas de los países tropicales no demandan, ni mayor esfuerzo muscular, ni mayor inteligencia  que los que necesitan el herrero, el tumbador de monte, el maquinista y el fogonero ¿Por qué, pues, no pueden los blancos reemplazar a los negros y chinos en aquellas faenas? Ya lo he apuntado: por causas que pertenecen más especialmente al orden moral; y como estas proceden a su turno  de condiciones peculiares, las unas que pudiéramos llamar etnológicas o propias de la raza, y las otras económicas e industriales, por referirse a la naturaleza y organización del trabajo, como también a su remuneración, deberemos examinar unas y otras, si queremos comprender como obran en definitiva atenuando o desarmando el resorte de la voluntad, y por consiguiente, influyendo en la insuficiencia o inferioridad del hombre blanco” (67)
Durante su fecunda existencia propició el desarrollo y más eficiente implementación de los conocimientos científicos que redundaran en beneficio de su patria y en la elevación del nivel cultural de su pueblo.