UN MEDIO DIDÁCTICO DIGITALIZADO PARA EL DESARROLLO DE  LA  FORMACIÓN LABORAL  DE LOS ESCOLARES DE 9. GRADO CON RETRASO MENTAL LEVE

UN MEDIO DIDÁCTICO DIGITALIZADO PARA EL DESARROLLO DE LA FORMACIÓN LABORAL DE LOS ESCOLARES DE 9. GRADO CON RETRASO MENTAL LEVE

Risela Quiala Gomero (CV)
Universidad Ciencias Pedagógica "Frank País García"

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1.1Características psicopedagógicas de los escolares con retraso mental leve.

La Educación Especial en las nuevas condiciones del desarrollo social, y en   concordancia con la concepción de la necesidad de educar a la diversidad rebasa los límites de la escuela especial y servicios afines y extiende su influencia hacia el entorno comunitarios, en intima interrelación con otros sistemas educacionales y tiene  como propósito más generales: la equiparación de oportunidades para toda la población que lo requiere, crear las condiciones para educar la diversidad y preparar los recursos humanos para educar la diversidad.
En la literatura especializada y sobre todo en la actualidad, suelen converger términos como retardo mental, retraso mental, discapacidad mental, deficiencia mental, necesidades educativas especiales en el área intelectual e insuficiencia intelectual, entre otros, para designar una misma entidad gnoseológica, lo que tiene implicaciones en el tratamiento a las personas que reciben un diagnóstico que los incluye entre la población con estas características.
En Cuba el término más difundido ha sido el de retraso mental y aún cuando se conocen y afloran otras denominaciones, es el que se utiliza oficialmente en la actualidad por el Ministerio de Educación y en la realización de investigaciones de carácter multisectorial.
El retraso mental se considera un problema de carácter complejo, multifactorial, interdisciplinario y dialéctico, que constituye un reto de enorme importancia para la sociedad en general y para especialistas de diversas ramas del saber en particular.
En el campo de la educación psicólogos y pedagogos se enfrentan desde el punto de vista teórico y metodológico a una situación problémica, que repercute en su actividad práctica, dado por las insuficiencias en la sistematización teórica, conceptual y terminológica, lo que afecta, la calidad del ajuste de la respuesta social, familiar y psicopedagógica que se brinda a las personas con este diagnóstico, las cuales tienen:

  • Presencia de alteraciones o insuficiente desarrollo de los procesos psíquicos, fundamentalmente los cognoscitivos.
  • Daño o lesión orgánica del sistema nervioso central.
  • Limitaciones considerables en la conducta adaptativa.

Estos han respondido, en sentido general a una época histórica determinada en correspondencia con el desarrollo de las ciencias médicas, psicológicas y pedagógicas, y de las diferentes disciplinas que se han ocupado de esta área, así como las distintas corrientes que han existido y/o existen. En este contexto aparecen diversas definiciones que reflejan en su contenido elementos distintivos de las perspectivas epistemológicas más empleadas en el análisis del retraso mental.
La aproximación al concepto retraso mental no resulta fácil. La variedad de definiciones sobre esta categoría y las interpretaciones realizadas en diferentes campos científicos y profesionales hace que el término de retraso mental sea, sin duda alguna, uno de los discutidos de todos los que existen en la Educación Especial, como lo demuestran las decenas de denominaciones que a lo largo de la historia han recibido; realmente es difícil abarcar en un solo término la variada gama de comportamientos en relación con situaciones psicosociales que ocurren en la persona que cuyo diagnostico responde a las características de esta entidad gnoseológica.
En el campo de las definiciones de retraso mental, a partir de 1959 se produce un giro que rompe con las posiciones clásicas en el estudio de este, centrado en el origen orgánico del déficit intelectual, su constatación, incurabilidad y carácter irreversible de sus manifestaciones.
La institución científica que cuestionó estas tesis biologicistas resultó ser la Asociación Americana de Retraso Mental (AARM) con una propuesta que ha marcado pautas en el campo científico y profesional en las últimas décadas, y se ha enriquecido de manera continúa con la incorporación de elementos que no anulan lo anterior, pero si lo transforman y actualizan para una mejor comprensión del retraso mental. La definición que propone esta novena edición del manual plantea:
El retraso mental hace referencias a limitaciones substanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, junto con limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunicación, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio, trabajo Este se manifiesta antes de los 18 años.
Esta definición no manifiesta los cambios en los factores psíquicos, biológicos y genéticos evidenciados en los estudiantes asociados con estas limitaciones para enfrentarse a la vida adulta e independiente
El máximo representante de la Escuela Histórico-Cultural, L.S.Vigotsky (1898-1934) calificó de imprecisa y difícil la definición del término retraso mental. Los criterios de este enfoque han sido sistematizados por diversos autores extranjeros y cubanos. Dentro de los especialistas cubanos que han abordado esta compleja definición se encuentran, Torres González, M. (1995), Guerra Abreu E. (2002), Gayle Morejón A. (1995), Bell Rodríguez R. (1996) y López Machín R. (2004), entre otros; se comparte una de las más interesantes y novedosas formulaciones en este campo que es la realizada por Torres González Martha.
La autora  de esta obra asume la definición aportada por el  Pérez Peralta J. J. ( 2002) que plantea que retraso mental: ―Es un estado de la persona, originado por factores genéticos, congénitos o adquiridos, que ocasionan una lesión cortical en el sistema nervioso central de carácter estable, generalizado, difuso e irreversible, que produce afectaciones en el desarrollo de las esferas cognoscitiva, afectiva, conductual y en la personalidad en general, con posibilidades compensatorias y un desarrollo potencial, en dependencia de la calidad de las condiciones de vida, servicios de salud, educación y asistencia social.1
En esta perspectiva se consideran aspectos tan importantes como son las variaciones cualitativas en el desarrollo, la mediación instrumental y social, la situación social del desarrollo, las vivencias, estructura del defecto, diferenciación de estados parecidos, caracterización positiva y valoración integral y desarrolladora de las personas con diagnóstico de retraso mental sin desconocer sus limitaciones.
Los escolares con retraso mental leve se caracterizan por un insignificante retardo del lenguaje y de la motricidad, especialmente la fina, pobre desarrollo del vocabulario (fundamentalmente activo) insuficiente desarrollo de la actividad psíquica, especialmente la cognitiva reflejándose esto en todo el desarrollo de la personalidad.
Con respecto a su personalidad pueden presentar debilidad volitiva, se les puede hacer difíciles las relaciones sociales, la timidez o inhibición pueden caracterizar su comportamiento y en otros casos la excitación, en ocasiones hay desajuste de su imagen personal, desconocimiento de sus posibilidades reales en el plano personal y académico tanto por sobreestimación o subestimación, otra manifestación puede ser la excesiva dependencia de los adultos y la poca autonomía.
En ocasiones se desentienden de las tareas y no muestran el suficiente entusiasmo ante las propuestas docentes. Esta caracterización indica que el conocimiento de las características de estos  escolares no consiste solamente en la identificación de problemas o insuficiencias, sino en conocer especialmente necesidades, intereses, preferencias, habilidades y potencialidades para responder con mayor éxito a las tareas que se les presentan, por lo que se debe buscar la calidad de la intervención.
Como defensores de los postulados que dedican sus esfuerzos a que se reconozca, de los escolares con retraso mental; más que sus defectos, sus potencialidades, porque se es del criterio que en éstas están las posibilidades de desarrollar el amor hacia el trabajo. Siendo uno de los objetivos de las escuelas especiales el de preparar al escolar con retraso mental para una vida laboral activa, que le permita su plena integración sociolaboral una vez egresado.

1  J. J. Pérez Peralta. Estrategia Pedagógica para desarrollar la comunicación de los adolescentes con retraso mental. Tesis en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias de la Educación. Instituto Superior Pedagógico “Frank País Garcia”, Santiago de Cuba, 2004. p.46