FACTORES QUE CONDICIONAN LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR AL ADULTO MAYOR

FACTORES QUE CONDICIONAN LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR AL ADULTO MAYOR

Marlene de los Ángeles Macia Torres (CV)
Alicia Martínez Tena (CV)
Rosario León Robaina
(CV)
Universidad de Oriente

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INTRODUCCIÓN

El envejecimiento de la población se produce de forma paulatina. Es un proceso natural y en él intervienen, la fecundidad, la mortalidad y las migraciones. Todos estos elementos de manera conjunta determinan el crecimiento y la estructura por edades de la población, sumamente importante para la planificación económica y social de cualquier país y para la corrección de las políticas sociales.
Es evidente que existe un proceso de envejecimiento poblacional en numerosas partes del mundo y en particular en nuestro país, donde hay una amplia cobertura y calidad de los servicios de salud, una indudable disminución de la mortalidad infantil, así como un similar aumento de la esperanza de vida, con su consecuente impacto en la elevación del nivel de vida de la población en general. 
Envejecer es un proceso natural, es el resultado de una serie de cambios morfológicos, psicológicos, funcionales y bioquímicos que origina el transcurrir del tiempo sobre los seres vivos, con amplias repercusiones en la esfera de relación del individuo, es irreversible y se comporta de forma diferente en cada individuo. Se caracteriza por la pérdida progresiva de la capacidad de adaptación y reserva del organismo ante los cambios.
Las expresiones utilizadas para nombrar este grupo etario han cambiado a lo largo de los últimos años. Se les llamó viejos, pero esta expresión fue desechada pues tiene una connotación negativa o peyorativa. Se habló de personas de edad avanzada, pero pronto dejó de utilizarse. Luego se comenzó a usar el término tercera edad como sustituto del término vejez. Posteriormente la Organización Panamericana de la Salud decidió utilizar el término adulto mayor para designar a las personas de 65 años o más.
En la medida en que la sociedad ha ido envejeciendo, ha aumentado de forma acelerada la cantidad de adultos mayores, por lo que este grupo se va atendiendo de forma diferenciada.
En la década del sesenta del siglo pasado XX, se fue tomando consciencia social sobre los malos tratos hacia los niños y las mujeres. Para su atención fueron creadas varias organizaciones gubernamentales o de otro tipo en diversas partes del mundo, y se han destinado recursos para la solución de este fenómeno, en el cual están involucradas todas las sociedades, clases sociales, niveles socioeconómicos, profesiones, grupos sociales, religiones, razas y sexos.
Es a partir de la década del ochenta que, de cierta manera, se inicia el estudio del maltrato y abandono en los ancianos, reconociéndose que este sector de la población es también de gran vulnerabilidad a ser maltratado.
La violencia a los adultos mayores es un proceso complejo y de gran alcance, que ocurre tanto en el medio familiar, comunitario, como institucional.
La gran mayoría de los ancianos no se quejan, en ocasiones por pena, otras por miedo a represalias de las familias o de los que les atienden, en otras incluso llegan a sentirse culpables de las situaciones dadas, por lo que es un fenómeno que pasa inadvertido ya que se detecta y registra en menor frecuencia que al resto de los maltratos.
La familia cumple un papel primordial en el desarrollo del hombre, es por ello que constituye una institución social difícil de asociar con la violencia. El maltrato a los adultos mayores en el medio intrafamiliar no es muy visible, pues ocurre en la mayoría de los casos dentro del hogar y en estas circunstancias ni el agredido, ni el agresor, exponen la situación ante otras personas.
Para el anciano es importante tanto recibir ayuda de su familia como brindarla, sentirse reconocido, querido y que no ser un estorbo para las personas que lo rodean. La situación de proporcionar y recibir cuidados es constante a lo largo del ciclo vital de las personas. La familia puede ser fuente de apoyo tangible, informacional y emocional, por lo que cualquier alejamiento de sus parientes puede ser motivo de soledad y abandono.
Nuestro país, con un proyecto social socialista y poseer un extenso programa de atención y seguridad social, no está ajeno a la violencia intrafamiliar, por lo cual el estado y la sociedad se esfuerzan por prevenir y solucionar este fenómeno.
En la Constitución de la República de Cuba, se manifiesta la voluntad política del Estado cubano, para eliminar toda forma de discriminación y opresión por razones de clase, género y raza; nuestras leyes amparan a la niñez, la juventud y la familia; y se garantiza el respeto de los derechos humanos de los miembros del grupo familiar, paso previo para la eliminación de cualquier forma de violencia u opresión.
Existen órganoscompetentes facultados para tomar medidas legales, represivas y preventivas, como son los Tribunales Populares municipales y provinciales, la Policía Nacional Revolucionaria, la Comisión de Prevención y Atención Social, y las Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia auspiciadas por la Federación de Mujeres Cubanas.
En Cuba crece aceleradamente el envejecimiento poblacional y existe la preocupación del mejoramiento de la calidad de vida de los ancianos. La violencia en general y el maltrato intrafamiliar a los adultos mayores en particular, es una manifestación oculta y en ascenso, con consecuencias directas en la salud física y mental de las victimas. Las personas de la tercera edad, según las estadísticas, poseen desventajas económicas y sociales, y tienen una mayor vulnerabilidad a este fenómeno. Mientras exista un anciano maltratado, la sociedad debe tomar medidas adecuadas ya que el asunto es grave con independencia de la incidencia.
El maltrato a los ancianos es un problema mucho más complejo y de mayor alcance que lo percibido. A pesar de que incluye el descuido institucional en hogares para adultos mayores con algún tipo de discapacidad y otras residencias, la mayoría de los casos son de carácter intrafamiliar, cometidos por familiares cercanos, como es el caso del cónyuge, un hijo adulto o un nieto.
Fueron útiles para la realización de la investigación los datos aportados por los informes
Organización de Naciones Unidas del 2010 y la Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional (ENEP-2010) en las 14 provincias del país; así como los trabajos de Kisnerman, N. Pensar en trabajo social (1998);Smith Venegas Marjorie. Estudio de casos. Opción para el trabajo social (1992); Landriel, Eduardo. Adultos Mayores y Familia: algunos aspectos de la intervención del Trabajo Social (2012); Hernández Aguilera, A. Violencia familiar intradinámica contra el adulto mayor (2012).
El presente trabajo se realizó en el período comprendido entre mayo y agosto del 2011. Nuestra investigación se efectuó en la comunidad que es atendida en el Consultorio del Médico de la Familia Nº 13 del reparto Sueño, ubicado en el municipio cabecera de la provincia Santiago de Cuba, el cual cuenta con un universo de 241 adultos mayores.
La muestra quedó conformada por 60 ancianos, cuyas edades oscilan entre los 70 y más años, que estuvieran con plenas capacidades psíquicas mentales y que cooperaran con la investigación. El promedio de edad general fue de 76 años.
Definición de términos:
Sexo: se consideraron ambos sexos.
Personas ancianas: hombres y mujeres de sesenta años o más.
Edad investigada: se agruparon en los siguientes grupos de edades: 70 a 74, 75 a 79, 80 a 84 y de 85 a 89.
Convivencia: Solo, con cónyuge, con familia y otros.
Condiciones económicas: buenas, regulares y malas.
Para el caso de la recogida de información a través del cuestionario se tomó el 100 % de los ancianos victimas de violencia doméstica, identificados por los informantes claves en la comunidad estudiada.
El trabajo está estructurado en introducción, dos capítulos, conclusiones, recomendaciones, bibliografía y anexos. Se abordan los elementos teóricos, metodológicos y empíricos que permiten no solo explicar los factores que condicionan la violencia intrafamiliar al adulto mayor, sino además, elaborar una herramienta de intervención para atenuar los impactos del maltrato en el nivel de grupo. El texto lo acompaña un conjunto de anexos con datos que ilustran el proceso de envejecimiento de la sociedad cubana y santiaguera.
Los resultados apuntan a: una ubicación del contexto sociodemográfico del grupo de ancianos desde el trabajo social, en el que se hace énfasis en los elementos conceptuales, validados en el estudio de 4 casos, así como la construcción de la estrategia educativa de intervención dirigida a la institución de salud Consultorio del Médico de la Familia y recomendaciones en el orden práctico.