Uno de los problemas  que debió enfrentar la industrialización fue  la  gran supervivencia de modos de vida  tradicionales, incorporados en los trabajadores, expresado  en  una gran dificultad al momento de  disciplinar la mano de obra que debía adaptarse a los nuevos ritmos de la  producción industrial. El tiempo de trabajo era irregular, y la cultura de los  trabajadores debía adaptarse a los cambios demandados por las exigencias  laborales  .1  La sanción expresaba la corrección de un  aspecto tradicional de comportamiento, que no era funcional al  modelo de obrero industrial que se necesitaba  en determinados contextos, por ello la necesidad de corregir y cambiar este  aspecto. 
              Edward  Thompson, nos habla de una diferencia visible en la adaptación de la cultura  regional de los trabajadores. Es decir, que no existió una generalidad de  respuestas a las exigencias de una industria que demandaba pautas de  comportamientos y modos de vida. Dentro de esa adaptación regional, las  particularidades de cada caso exigen a la empresa adecuar las estrategias  empresariales necesarias para poder realizar la producción bajo normas  disciplinarias.  Así, las  respuestas y expresiones fueron diferentes en cada etapa de la industria,  en cada región y, a medida que la  industria se desarrollaba, evolucionaba en  cuanto a la tecnología incorporada,  pero  también modificaba sus pautas en cuanto a las   relaciones sociales  construidas.
              Las relaciones laborales aquí  analizadas, estaban fundamentalmente basadas en   relaciones sociales  de  disciplinamiento visibles en las plantas cementeras de principios del siglo XX  que incorporaron la disciplina, los horarios   y las normas de seguridad, además de reproducir el orden de la fábrica  en el hogar y la reproducción social de los trabajadores.
              En el proceso de trabajo, el ritmo  de producción y en consecuencia el volumen producido, están regulados por el  ritmo de trabajo humano: el número de sus intervenciones por unidad de tiempo y  su intensidad. Dada la productividad del trabajo, definida como el cociente  entre el volumen de la producción y el número de horas de trabajo, y si no se  modifica la dotación anterior de trabajos, si se quiere aumentar la producción  , se debe contratar más trabajadores, prolongar la duración de la jornada,  o simplemente intensificar el trabajo para  hacer una “economía de tiempo”. El patrón   debe utilizar el tiempo de su mano de obra  y ver que no se malgaste.2  
              El componente correctivo de la  disciplina, y su expresión por medio de la sanción, lograron modificar pautas  tradicionales de comportamiento que debían ser disciplinadas, por ejemplo el  cumplimiento de horarios y reglamentos establecidos por la  fábrica. Sabemos que el control del tiempo  en  la producción es un aspecto  fundamental de la industria moderna. En Calera Avellaneda, vemos que el tiempo  impuesto por la fábrica regía también el tiempo de la vida cotidiana. El  horario de los turnos laborales, los descansos, las vacaciones, la siesta, los  entretenimientos, todo estaba marcado por los turnos. 
              Siguiendo al autor Thompson, vemos  como aparece  en la fábrica una nueva  disciplina del tiempo y  fue precisamente  en las industrias donde esa disciplina   se imponía más rigurosamente, donde la contienda sobre las horas se hizo  más intensa. 
  ¿Qué ocurría entonces  con la disciplina integral dentro de Calera  Avellaneda como fábrica y villa obrera? ¿hubo presiones externas para imponer  la disciplina? ¿Interiorizaron  los  trabajadores esa nueva disciplina?
              Los trabajadores de Calera  Avellaneda, recuerdan que dentro de la fábrica había mucha disciplina:
“En el trabajo había mucha disciplina. Por falta o llegada tarde se descontaba el día. A fin de año había premios por presentismo y puntualidad, y también, por eficiencia en el trabajo o para quienes inventaran algún procedimiento que mejorar la producción. Hubo muchos de estos premios, a capataces, obreros o ingenieros.”3
Generalmente se relacionaba la fuerte disciplina con la nacionalidad de quienes estaban a cargo del funcionamiento de la empresa…
“Eran alemanes, por eso eran tipos duros, se vestían con sacos largos, corbatas, y donde encontraban algo fuera de lugar, se enojaban mucho”. 4
            La mención al personal jerárquico,  caracterizado por una particular vestimenta, estaría indicando pautas de  distinción dentro del grupo de empleados de la empresa,  y  por  otra parte, es símbolo de autoridad  y  respeto.  La nacionalidad alemana del  personal que rodeaba al dueño de la empresa, genero la imagen de hombres  fuertemente disciplinados y encargados de llevar a la práctica su concepción de  orden dentro de la fábrica. 
              Los testimonios  expresan a su vez  la posibilidad que los trabajadores tenían  para poder intervenir en el proceso de producción. La empresa incentivaba y  premiaba a los trabajadores que lograban realizar algún tipo de mejora en la  producción. De esta forma, el conocimiento obrero, que en la mayoría de los  casos partía de la observación y la experiencia, era  reconocido, destacado  y premiado por la empresa. Ese  logro que modificaba la producción  industrial, aquel  reconocimiento  hacia el trabajador por su capacidad de  mejorar la producción, beneficiaba notablemente a la empresa que de esta forma  de aseguraba la posibilidad de incluir el conocimiento de los trabajadores en  el control total del proceso de producción de cal y cemento.
              Tal como asegura Neffa,  en el proceso de trabajo, el ritmo de  producción y en consecuencia el volumen producido, están regulados por el ritmo  de trabajo humano: el número de sus intervenciones por unidad de tiempo y su  intensidad.  5 La apropiación del saber obrero,  y su  aplicación directa en el proceso de trabajo, hace que si se busca aumentar la producción  se debe contratar más trabajadores,  o  prolongar la duración de su jornada, o en todo caso, la búsqueda apunta a  intensificar el trabajo para hacer una  “economía de tiempo” apropiándose a su vez   del “saber hacer” de los trabajadores6 
              Dentro del Sistema de Fábrica con villa  Obrera (SFVO), estaba presente la idea de    sanción e  incentivo  para quienes intervenían directamente en la  producción, es decir, los trabajadores. En términos de tiempo de trabajo  y calidad del producto, vemos que el  incentivo ejercido hacia  los  trabajadores por medio de premios y reconocimientos, aseguraba  la posibilidad de encontrar mejoras en la  calidad del producto, y por otra parte, la sanción evitaba  la perdida de tiempo que el obrero dedicada a  la producción. Detrás de la aplicaron de sanciones  y premios se gestaba un modelo de  organización empresarial, donde la disciplina constituía  una variable fundamental para su normal  funcionamiento.
              Dentro de los casos de SFVO, es un rasgo  compartido la noción de sanción e incentivo, como variables aplicadas a la  producción que incidía directamente en el tiempo  de trabajo   y la calidad de la producción elaborada. La limitación de la autonomía  no buscaba solo aumentar la productividad, reducir los costos de la mano de  obra por unidad de producto, y reducir el nivel de las calificaciones  profesionales requeridas, sino también desalentar toda posibilidad de control  de los obreros sobre su proceso de trabajo que pudiera perturbar la  regularidad. 7 
               En  el proceso de control del tiempo de trabajo dentro del SFVO, no solo importaba  la disciplina  dentro de la fábrica  sino que además había que disciplinar su  exterior, es decir, el barrio obrero que la rodeaba. La unión entre ambos  espacios -fábrica y villa obrera- para su posterior disciplinamiento, se  buscará por medio de relaciones laborales personalizadas entre los  trabajadores  y su patrón.
1 Thompson, Edward: Tradición, revuelta y conciencia de clase, Barcelona, Crítica, 1984, pág. 257.
2 ídem, pág. 247.
3 Alonso de Rocha, Aurora: “Gente del cemento”. En Temas de Historia Oral. Primer encuentro nacional de historia oral. Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, 1995, pág. 302.
4 Testimonio de un ex obrero de Calera Avellaneda y vecino de la villa obrera von Bernard: Alberto Soraisz, Olavarría, 06/02/2007.
5 Neffa, Julio; ob. cit., pág. 18.
6 ídem, pág. 23.
7 ídem, pág. 58