UN ENFOQUE TEÓRICO ACERCA DE LOS VALORES EN LA CONTEMPORANEIDAD

UN ENFOQUE TEÓRICO ACERCA DE LOS VALORES EN LA CONTEMPORANEIDAD

Ibón Leonor Lahera Cabrales (CV)
UCP Frank País García

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La actividad cognoscitiva.

La actividad cognoscitiva constituye una forma esencial de la actividad espiritual del  hombre.   Condicionada por la  práctica, refleja la realidad y la reproduce en forma de conocimiento que se expresa en principios, leyes, categorías, hipótesis, teorías, etc.
El conocimiento media toda la actividad humana incluyendo su fundamento sustancial: la práctica. Tiene un carácter mediato y deviene proceso de  aproximación constante del sujeto al  objeto. "El conocimiento  - escribe Lenin - es el reflejo de la naturaleza por el   hombre.  Pero no es un reflejo simple, inmediato, completo,  sino el proceso de una serie de abstracciones, la formación y el desarrollo de conceptos, leyes, etc., y estos conceptos, leyes, etc. (...) abarcan condicional y aproximadamente el carácter universal, regido por leyes de la naturaleza en eterno desarrollo y movimiento.
La actividad cognoscitiva no constituye un ente especial al lado del objeto sino es una imagen ideal, el reflejo del objeto, su reproducción espiritual.   En esta relación se aprehenden  sus propiedades y leyes esenciales.  En   la actividad cognoscitiva   se refleja en el pensamiento con diverso grado de plenitud, correspondencia y profundidad de penetración en su esencia no excluye el reflejo unilateral de un objeto, el divorcio de la realidad, las deformaciones en la imagen del propio objeto.
El carácter dialéctico del conocimiento se manifiesta en todas sus fases y niveles. Es una condición necesaria para reflejar la realidad en su esencialidad. La dialéctica del conocimiento en su expresión teórica y práctica, se expresa como interacción mediata sujeto - objeto que transita del desconocimiento al saber, de esencias de primer grado a esencias de segundo grado, en un movimiento ascendente de carácter infinito, eternamente mediado por la práctica social.
La dialéctica del proceso cognoscitivo se pone particularmente de manifiesto en la interacción de lo sensorial y lo racional.
Lo sensorial es la forma más elemental del conocimiento se trata de aquella imagen que se forma en el sujeto con ayuda de los órganos de los sentidos, en el curso de su interacción directa con el objeto. Esa imagen se constituye en base a tres procesos cognoscitivos fundamentales indisolublemente unidos: las sensaciones, percepciones y representaciones.
El potencial cognoscitivo de cada uno de estos procesos es comparativamente diferente. Si las sensaciones reflejan sólo las propiedades aisladas (olor y color) de las cosas..., en las percepciones se trata ya el objeto como una totalidad  concreta - sensible, pero en relación directa con él, en tanto las representaciones constituyen la evocación, también relativamente integral, pero de un objeto con el cual el sujeto ya no sostiene      una   relación  espacio-temporal inmediata.
El conocimiento en su aprehensión de la realidad transcurre de lo sensorialmente concreto a lo abstracto y de éste a lo concreto, resultando su movimiento general de lo abstracto a lo concreto.
El problema filosófico de la relación sujeto-objeto y en particular la actividad cognoscitiva, vinculada al proceso general de conocimiento, constituye un aspecto actual en la filosofía Marxista - Leninista. El desarrollo del conocimiento humano - escribe Lektroski - ha llegado actualmente a una fase en la que, por un lado el debate y la solución de los problemas teóricos cognoscitivos se convierten cada vez más en condición imprescindible para el progreso de la ciencia y por otro, se están dando las condiciones para investigar en forma multilateral la actividad cognoscitiva, sus diferentes aspectos y tipos, su estructura y mecanismos de desarrollo en la más estrecha interacción de la teoría filosófica del conocimiento y las numerosas ciencias especiales incluidas las que estudian al hombre, su conocimiento y conciencia.
Precisamente en la estructura compleja del conocimiento y sus mecanismos de aprehensión de la realidad,  el componente valorativo de la actividad humana ocupa un significativo lugar.