ALTERNATIVA METODOLÓGICA PARA LA SUPERACIÓN INDIVIDUAL DE LOS DOCENTES EN CONDICIONES DE UNIVERSALIZACIÓN

ALTERNATIVA METODOLÓGICA PARA LA SUPERACIÓN INDIVIDUAL DE LOS DOCENTES EN CONDICIONES DE UNIVERSALIZACIÓN

Jorge Velázquez Peña (CV)
Universidad de Ciencias Pedagógicas ¨Pepito Tey¨

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CAPÍTULO I. LA SUPERACIÓN DE LOS DOCENTES ANTE LAS NUEVAS EXIGENCIAS DE LA ESCUELA CUBANA ACTUAL

En este capítulo se realiza un análisis  del comportamiento de la superación de los docentes desde 1970 hasta la actualidad, y se ofrecen los fundamentos teóricos aportados por diferentes autores que permitieron conformar el marco teórico referencial que sustenta  la presente investigación.

La superación continua de los docentes

La superación del hombre ha estado condicionada  por las exigencias que impone  el propio desarrollo de la humanidad y por las condiciones histórico-sociales concretas de los diferentes sistemas  educativos. Así, en el diccionario  filosófico se considera que la misma se utiliza para describir la sucesión  en el desarrollo y caracterizar  las relaciones de un fenómeno  inferior a uno superior.
La superación, en el plano social, favorece  el conocimiento  y aplicación de vías  que se ajustan a las necesidades de la sociedad, produciéndose las transformaciones que hacen que cada individuo  adquiera el contenido de las influencias  del contexto en que se desarrolla.
El profesional de la educación desempeña un rol fundamental en la transmisión de las experiencias acumuladas por la sociedad, por ser el que dirige el proceso de enseñanza-aprendizaje; este encargo social lo podrá cumplir en la medida que se supere ininterrumpidamente, gane en eficiencia en el uso y manejo de todos los medios disponibles para enseñar y genere actividades creadoras. En este sentido, la superación como fenómeno general, marcha aparejada a los cambios que en la sociedad se producen debido a su constante desarrollo.
Sin embargo,  a pesar de los avances  que se han experimentado en la consolidación de una fuerza profesional capaz de dar respuesta a los problemas educacionales, es incuestionable la importancia que reviste la proyección y evaluación de estrategias de trabajo que garanticen la materialización permanente del proceso de superación profesional.
La superación de los docentes se caracteriza por su sistematicidad, coherencia entre todos sus partes constituyentes, por dar respuestas a necesidades que en diferentes órdenes presenta el profesional de la educación y por su carácter sistémico. De la superación que garantice la preparación para dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje depende, en gran medida, la calidad del aprendizaje, y por ende, la formación integral del  educando.
El reconocimiento de la superación  como elemento esencial en el trabajo  del docente ha sido considerado, desde siglos anteriores, por diferentes autores, al destacar el rol fundamental del profesor  en cualquier nivel de educación. “Ser profesor es, por ello una categoría a la que debemos rodear de todos los atributos necesarios”.1
No se concibe un profesor que pretenda enseñar  a sus alumnos leyendo el libro de texto, sin ser capaz de dominarlo y conjuntamente  con el, de todos aquellos materiales, revistas y diferentes bibliografías  que ayuden a despertar la curiosidad, a investigar, y a satisfacer necesidades de sus educandos. Como tampoco es prudente un profesor que pretenda enseñar el cómo hacer, sin poder demostrar en la práctica a sus alumnos  en qué consisten los problemas. En este sentido, se refirió J. Martí cuando reafirmó la idea de que solo se puede enseñar  bien, lo que se domina bien.
Resulta imposible atraer, involucrar, comprometer a los alumnos  con su aprendizaje, estimular la búsqueda  y la creatividad, si el docente no está bien preparado, lo cual solo puede lograrse, si se está dispuesto y de hecho logra  su superación permanente.
De esta manera muchos pedagogos  cubanos y latinoamericanos han tenido presente en su unidad de acción, la priorización urgente de la formación y superación profesional,  y así se han pronunciado  referentes al tema.
J. Agustín Caballero (1835) fue uno de los primeros pedagogos cubanos que valoró la complejidad tanto del enseñar a aprender como de enseñar a enseñar, y así lo reafirmó cuando expresó: “…. el arte de inspirar las ideas en la cabeza de otro, de disponerlas según su capacidad, de dirigirlas bien, es un arte más raro de lo que se piensa….” 2
J. de la Luz y Caballero (1830), se adelantó  a su época, al expresar la necesidad de contar con profesores que estuvieran preparados no sólo para sí, sino también para enseñar, al hacer énfasis en que las principales vías para su formación era la autosuperación, la investigación y el dominio de la Didáctica.
En este mismo sentido se pronunció S. Rodríguez, al trazar pautas para la superación profesional de los docentes, y así  expresó:
Hay que crear, sí, escuelas normales, pero no escuelas normales de pedantes, de retóricos, de normalistas, sino de maestros vivos y útiles que puedan enseñar  la composición, riquezas y funciones de la tierra, y las maneras de hacerla producir y de vivir dignamente sobre ella, las noblezas pasadas y presentes que mantienen a los pueblos, preservando en el alma la capacidad y el apetito de los heroicos”.3
También el prestigioso pedagogo colombiano A. Nieto Caballero insistió en la idea referente a que “la reforma trascendental se da transformando a los maestros…, los problemas fundamentales de la educación están cifrados en los maestros; en lo que ellos representan, en lo que ellos valgan. De ahí la importancia de su selección y formación”. 4
De igual forma, se pronunció  L. Beltrán Prieto Figueroa, cuando planteó:
“La preparación de los maestros es el problema capital de todo sistema de enseñanza. Ninguna reforma educacional planeada con el propósito de lograr una acción eficaz puede  tener éxito si antes no se hace consciente en la mente de los maestros,  y tal no puede acontecer si estos no tienen la preparación suficiente para interpretar, conducir y realizar dicha reforma”.5
Además apuntó con extrema claridad la relación existente entre la preparación de los docentes y la calidad  de la educación, destacando que en la medida que el profesor se prepare mejor tiene que repercutir necesariamente en el  rendimiento de la escuela traducido en el comportamiento y mejoramiento del alumnado.
Años más tarde,  apenas iniciada  la lucha en la Sierra Maestra, Fidel expresó una idea similar lo que demuestra esa unidad de pensamiento respecto a la superación de los docentes y su repercusión en la construcción de cualquier sociedad. ”Hay que centrar la atención en la formación de los maestros y los profesores, porque serán los soldados de vanguardia  en la lucha contra la ignorancia y contra el pasado”.6
Estas ideas se pusieron en práctica apenas triunfó la Revolución, algunos hechos que se refieren a continuación así lo demuestran:
En el año 1960 se creó el Instituto de Superación Educacional  con el objetivo de asumir la superación de todo el personal docente con carácter masivo.
Si se enmarca la superación docente a partir de 1970, en el desarrollo de la educación en la Cuba revolucionaria, se encuentra cómo los máximos dirigentes de la Revolución y en especial Fidel Castro han asesorado y exigido por la superación de los docentes, para alcanzar y mantener los logros de la Revolución, así en la graduación del Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce”, en 1981, señaló:”El educador no debe sentirse nunca satisfecho con sus conocimientos. Debe ser un autodidacta que perfeccione permanentemente su método de estudio, de indagación, de investigación. Tiene que ser un entusiasta y dedicado trabajador de la cultura”. 7
Por tanto, resulta innegable que para cumplir este rol social, la superación se convierte en la vía por excelencia para lograr la preparación necesaria que permita dirigir con eficiencia el proceso de enseñanza-aprendizaje, y de esta manera, lograr la formación de las futuras generaciones.
Es necesario reflejar que las ideas acerca de la superación docente, llevadas a la práctica, a partir del triunfo de la Revolución, aparecen recogidas en el programa del Moncada en 1953, en el que Fidel y sus seguidores expresaron la necesidad del establecimiento de una etapa de actualización de los maestros, mediante cursos en un período de al menos cinco años.
En los cursos entre 1970-1979 se introducen los planes de formación de profesores  por estudios dirigidos para todos los docentes en ejercicio no titulados; Además, se proyectó el plan de perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación, plan rectoreado por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, el que tuvo como limitante en esta forma de superación que al ser centralizado no tenía en cuenta las características de cada territorio. Las transformaciones se realizaron entre los cursos escolares (1975-1976) y se llevó a cabo la Ley de Reforma General de Educación Superior.
Se crearon los Institutos Superiores Pedagógicos adscriptos al Ministerio de  Educación. En correspondencia con lo anterior,  en este mismo año,  se integraron en un solo subsistema, todos los centros pedagógicos del país, el subsistema de formación y perfeccionamiento del personal pedagógico. A partir de este momento el perfeccionamiento continuo  de la educación se sistematizó  y se produjo un salto cualitativo  en lo referido a la  formación de profesores  en la Educación Superior.
En este propio año 1976, se organizó nacionalmente el Sistema de Educación de Postgrado, como nivel más elevado del Sistema Nacional de Educación, para la superación continua de los egresados durante  su vida profesional. Se estableció el sistema  de superación profesional de postgrado y el sistema de grados científicos. El primero con carácter masivo y el segundo de un carácter selectivo.
Surge en el municipio el Instituto de Superación Educacional dirigido directamente por la instancia superior, posteriormente el Instituto de Perfeccionamiento Educacional, donde la superación se caracterizó por no ser personológica, pues no se tenía en cuenta el diagnóstico, en estos momentos no se contaba en el municipio Majibacoa, con un preuniversitario, sin embargo, ya existe un número de profesionales graduados de la Enseñanza Media y estudian para alcanzar el título idóneo, por la vía de cursos dirigidos en el Instituto Superior Pedagógico, otros se mantienen en el Instituto de Perfeccionamiento Educacional existiendo una diversificación de la superación.
Durante este año se desarrolló la búsqueda del mejoramiento profesional de los docentes. A pesar de existir un incremento de las acciones de superación, la dirección de los mismos era centralizada y se dirigía, fundamentalmente, a la titulación, no obstante, la masividad debilitó las acciones de superación al no contar a nivel provincial y municipal con claustros suficientemente preparados.
Entre 1980-1981 las actividades tuvieron un carácter menos centralizado, se desarrollaban  cursos y seminarios a nivel nacional para los directivos y metodólogos, pero su puesta en práctica no era efectiva, no obstante, se produce un incremento de estas actividades en los territorios.
Hasta 1987, se desarrollaron nacionalmente los seminarios nacionales para dirigentes, metodólogos e inspectores de las direcciones provinciales y municipales de educación, lo que tenían como objetivo perfeccionar la actividad profesional de los docentes, cuadros y funcionarios en todos los niveles de dirección del organismo, para elevar el nivel de calidad de la educación.
En el municipio, la superación se realizó mediante el trabajo metodológico en los centros dirigidos por las estructuras de dirección. En ella jugaron un importante papel los jefes de cátedra y los subdirectores docentes, aunque se reconocieron limitaciones en el trabajo. Posteriormente resulta necesario señalar que en esta manera de concebir la superación no se evidenció una política municipal que unificara el trabajo a desarrollar, a partir de las necesidades de los docentes y el trabajo metodológico que se debía desarrollar con estos, un ejemplo de la misma, es que no había claridad de los elementos en que el docente debía superarse y qué vía utilizaría para ello, lo cual se fue  transformando de un curso a otro con limitaciones en su desempeño profesional.
A partir del año 1990 se comenzaron a sentirse, las consecuencias del derrumbe del campo socialista en toda la vida económica y social del país. Al entrar en la etapa del periodo especial, la población cubana enfrentó un conjunto de limitaciones que tuvieron  su incidencia en el sector educacional, no obstante, se buscaron alternativas para enfrentar y llevar adelante las prioridades de la educación.
Los objetivos generales y específicos del postgrado se ratificaron en el año 1993 y se establecieron dos variantes fundamentales de educación del postgrado. La superación profesional y la formación académica.
En esta segunda mitad de la década del 90 se aprecia una mayor organización de la superación a nivel municipal  como vía fundamental, ésta se realizó mediante el trabajo metodológico tanto a nivel de municipio, como a nivel de centros, pues el mismo era rectoreado por los metodólogos de las diferentes asignaturas. Estos planificaban  actividades lineales para los docentes, sin tener como punto de partida un diagnóstico que propiciara actividades diferenciadas, en correspondencia con las necesidades para lograr mejores resultados en el proceso de enseñanza- aprendizaje. La superación profesional experimentó saltos de calidad sobre todo, con las ofertas de cursos de postgrado y diplomados, pues un número de docentes alcanzó el título de Licenciados, y el interés por la investigación, se vio reflejado en los eventos de Pedagogía a todos los niveles. Se inició la preparación para las transformaciones de la Tercera Revolución Educacional.
A partir del 2002 se inicia la universalización de la educación superior. Este proceso tiene características propias que particularizan la educación superior cubana y su profunda democratización como un nuevo estadío de la universidad: la necesidad de modificar la superación de cada docente, lo que permitió la formación de docentes para ser licenciados en diferentes carreras.
Hoy, los profesionales de la educación se forman en el municipio, la Universidad Pedagógica, parte indisoluble de este proceso, a establecido sedes en todas la capitales municipales, en las cuales se da cumplimiento a una parte del componente académico, también posee asentamientos en las decenas de miles de centros educacionales de todas las enseñanzas donde se encuentran alumnos de estas carreras en su proceso formativo, insertándose, en ocasiones, en la misma escuela donde estudiaron, las que toman el nombre de microuniversidad, lo que garantiza el fortalecimiento de los municipios, y enriquecimiento cultural de las comunidades, por lo que la superación profesional adquiere un nuevo matiz, ya no solo es para dar clases en un preuniversitario, sino es también atender a un profesor en formación.
En esta etapa las vías de superación que se han implementado han sido:

  • La realización de cursos de superación para preparar a los docentes en diferentes contenidos de los diferentes programas, en la dirección de un  aprendizaje que permita el desarrollo, actualización y transformación de los sujetos.
  • La generalización de la maestría de amplio acceso a partir del curso 2005-2006, con el objetivo de garantizar que docentes diagnostiquen los problemas que se presentan en su desempeño profesional y encuentren vías científicas,  soluciones que mejor se adecuen a las características del centro.

Por otra parte, existen dificultades, entre las que pueden citarse:

  • Se ha podido comprobar, que aunque han existido variantes de superación, subsisten insuficiencias en el orden científico –metodológico.
  • No se determinaron en todos los casos la necesidad de superación con enfoque personológico.
  • La superación no se ha dirigido con carácter integrador sede-educación-microuniversidad.
  • No se han tenido en cuenta todas las formas, y los espacios para dirigir las acciones de superación profesional.

Las insuficiencias expresadas fundamentan la necesidad de favorecer el desempeño pedagógico profesional con unidad de influencias, dirigiendo sistemáticamente la superación individual de los docentes del preuniversitario para lograr la profesionalidad que se exige en las actuales circunstancias, lo que constituye el objetivo de esta investigación.
El análisis de cada etapa de las acciones de superación de cómo realizarlas  y cómo se dirigen las mismas, permitió determinar que en ellas, se evidencia un proceso paulatino de tránsito de las acciones de superación, donde se pone de manifiesto las transformaciones en las diferentes educaciones, apreciándose que la preparación de los docentes no está a la altura que el momento requiere.
La educación preuniversitaria cubana actual está llamada a  garantizar los cambios que la sociedad demanda, para ello están creadas las condiciones materiales, es necesario ahora elevar la preparación de los docentes al nivel de que lo posibilite la dirección de las transformaciones y el proceso formativo que en ellas tienen lugar.
El concepto superación es identificado muchas veces como capacitación, formación y desarrollo.
J. Añorga define la superación como:
Figura dirigida a diversos procesos de los recursos laborales con el propósito de actualizar y perfeccionar el desempeño profesional actual y lo perspectivo, atender insuficiencias en la formación, o completar conocimientos y habilidades no adquiridas anteriormente y necesarias para el desempeño.8
La superación según P. Valiente (2001), es un proceso de carácter continúo, prolongado y permanente que transcurre durante el desempeño de las funciones docentes o  directivas, que tiene como finalidad el desarrollo del sujeto para su mejoramiento profesional y humano. Sus objetivos son de carácter general, ampliar, perfeccionar, actualizar, complementar, conocimientos, habilidades y capacidades y promover el desarrollo y consolidación de valores.
Por otra parte C. Torres, definió la superación profesional como:
Conjunto de proceso de formación que posibilita a los graduados universitarios la adquisición, ampliación y perfeccionamiento continuo de los conocimientos y habilidades básicas y especializados requeridos para un mejor desempeño de sus responsabilidades y funciones laborales, así como para su desarrollo cultural, que permite elevar la efectividad y calidad de sus trabajos. 9
Estas definiciones permiten considerar que la superación profesional de los profesores no puede verse como un hecho aislado, sino que constituye un proceso, por lo que resulta necesario establecer un sistema de superación continuo, permanente,  planificado y en estrecha relación con los diferentes niveles estructurales de dirección, para favorecer el desempeño pedagógico profesional el que debe revertirse en más calidad en la educación.
J. Añorga (2005) plantea que: entre las formas fundamentales de superación profesional, se encuentran: cursos, ayudas metodológicas, conferencias especializadas, diplomados, debates científicos, seminarios, entrevistas, autosuperación, entre otras. Estas no se contraponen con las del Reglamento de Educación de Postgrado, las mismas son utilizadas por el autor de esta investigación para concretar la superación de los docentes del municipio Majibacoa.
La superación de los docentes tiene como objetivo prepararlos, desarrollarlos para que puedan asumir los retos a que se enfrentan con las nuevas transformaciones; las de la educación preuniversitaria y las demás educaciones, y así favorecer su desempeño pedagógico profesional.
En la bibliografía consultada se hace referencia a la importancia y necesidad del mejoramiento del desempeño profesional, por el papel que éste juega en el logro de los objetivos de una organización o institución.
Algunos autores relacionan  la superación profesional con el desempeño profesional, éste es considerado, según J. Añorga (1995), como la capacidad de un individuo para efectuar acciones, deberes y obligaciones propias de su puesto de trabajo y se expresa en su comportamiento en relación con otras tareas a cumplir durante el ejercicio de su profesión.
 Asimismo, M. Santiesteban lo definió como: "el conjunto  de conocimientos habilidades y las actitudes que poseen los profesores, es decir los  que saben  y saben hacer”10

  • Roca, consideró el desempeño pedagógico profesional como:

Un proceso que se desarrolla por un individuo a través de las relaciones de carácter social que se establece en la aplicación de métodos para el cumplimiento de su contenido de trabajo, en correspondencia con los objetivos de la actividad pedagógica en que participa y el logro de un resultado que evidencie el mejoramiento profesional, institucional y social  alcanzado, la atención a la educación de su competencia laboral y la plena comunicación y satisfacción individual al ejecutar  sus tareas con cuidado, precisión, exactitud.11
El autor  de esta investigación considera esta definición la más cercana a los elementos que debe contener el desempeño pedagógico profesional de los docentes de la educación preuniversitaria, el que reflexiona, además, que este debe desarrollarse de forma permanente, pues el docente no debe conformarse con lo logrado en una etapa determinada, sino una preocupación constante por el mejoramiento de su labor. Además de que no ha tenido una formación para trabajar en la educación como se requiere con las nuevas exigencias, fruto de las transformaciones puestas en práctica.
En el caso de la educación, cobra relevancia, pues los resultados están estrechamente o directamente relacionados con la preparación que han sido capaces de alcanzar los profesionales, y ponerla de manifiesto en el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, al ser el marco donde estos hacen un despliegue de toda su profesionalidad, por estar dirigidas a la transformación de la personalidad de los educandos, en función de los objetivos y exigencias que plantea la sociedad.
En la actualidad, este contexto sufre varias transformaciones que reclaman de los profesores un elevado nivel de preparación y un mejoramiento constante de su desempeño profesional, por ser el marco en que se le da solución conjunta a tareas pedagógicas, tanto instructivas como educativas, mediante una plena comunicación y la introducción de la tecnología, lo que requiere una actitud cada vez más creadora y autodidacta de los docentes, que les permita un mejoramiento constante de su labor.
Para favorecer el desempeño pedagógico profesional de los docentes se debe desarrollar una superación individual constante,  logrando así la unidad de influencia de todos los que intervienen en su dirección, y por parte de cada uno de los docentes que laboran en la educación preuniversitaria. Deben sentir necesidad de investigar permanentemente y nutrirse constantemente del nivel de conocimientos necesarios, pues los mismos están siendo partícipes en la formación integral de los estudiantes.
La superación docente en la formación de los educadores se torna un tema crucial, pues  debe contar con una sólida preparación tanto en su disciplina como en los contenidos  pedagógicos. Estos conocimientos deben estar en estrecha relación con los enfoques y desarrollo proveniente de la investigación, a su vez  realizar una revisión crítica de la realidad educativa y de su propia práctica docente para instrumentar las adecuaciones metodológicas pertinentes. Para eso, el educador debe conocer la realidad de la práctica docente. Este conocimiento implica tomar dicha  práctica como objeto de estudio, y a partir de ella desarrollar los contenidos previstos para la formación de los educandos.
Se debe reconocer que el docente, al igual que sus alumnos, es portador de un saber, saber formado por un conjunto de conceptos, teorías, prácticas, rutinas, técnicas. Estos saberes se actualizan y se ponen en acción cuando el docente ejerce su práctica. La pretensión de trabajar desde la práctica docente implica trabajar no sólo por la experiencia explícita de los docentes, sino además trabajar con contenidos antecedentes, opiniones, juicios generalizados, experiencias y conductas adquiridas en la socialización profesional.
La superación docente además de crear un amplio espacio para la revisión, reflexión y teorización deberá sugerir orientaciones, propuestas, estrategias y técnicas viables para la realización en el aula.
La concreción de la superación docente tiene que constituirse no en cursos aislados, asistemáticos y esporádicos, sino enmarcarse en un programa de superación que responda tanto a sus demandas personales, como a las necesidades de la realidad escolar en que se desarrolla.
En este marco será necesario formar un profesor capaz de tomar decisiones complejas en situaciones cambiantes de aprendizaje con sujetos diversos.
Hoy la superación exige que los educadores y los directivos estén siempre en condiciones de dar respuestas acertadas a las siguientes interrogantes:
           _   ¿Qué tipo de superación necesito?

  • ¿A qué curso de superación debo asistir?
  • ¿Hacia donde dirigir la autosuperación?
  • ¿Qué resultados obtengo en la superación?
  • ¿Cuáles son las estrategias de aprendizaje que nos permiten cambios en la actuación de los alumnos?
  • ¿Qué clase debo diseñar y qué contenido debo enseñar?

Lo anteriormente expresado cobra mayor relevancia en las condiciones actuales, a partir de modificarse con las nuevas transformaciones, la concepción y formación del profesor de preuniversitario, en que tiene que estar preparado en un área del conocimiento como lo exige el nuevo modelo de preuniversitario y en que cada escuela se convierta en microuniversidad, lo que implica que el profesor de esta enseñanza tiene la responsabilidad de formar un profesor, pero al mismo tiempo formar un bachiller. 

1 Carlos Rafael  Rodríguez ”Ser Profesor” Reflexiones ante el aniversario de la revista Alma Mater. Material mimeografiado s/a, p. 3.

2 José Agustín Caballero: Discurso sobre la infancia. En papel periódico de La Habana, 16 de septiembre de1802

3 Simón Rodríguez: Tratado sobre las luces y sobre las virtudes sociales. Obres escogidas. Colección libros revista bohemia, Caracas, 1885, t.II, p.131

4 Agustín Nieto Caballero: Revista DE, http/www.banrep.gov.co/blaavirtual/virtual/crdencial/113agustín.htm, 19 de agosto, 2002.

5 Luis Beltrán Prieto Figueroa: El concepto de líder, el maestro como líder, 5ta. Ed, Monte Ávila Editores C.A, Caracas, 1979, p.183.

6 Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en el acto celebrado en la escalinata de la Universidad de la Habana por el VI aniversario del asalto al Palacio Presidencial. En revista Cuba socialista, No 20, La Habana, Abril de 1963, p.12.

7 Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en la graduación del Destacamento Pedagógico Universitario “Manuel Ascunce Domenech” en el polígono de Ciudad Libertad, La Habana, 7 de julio de 1981. Versiones taquigráficas del Consejo de Estado, p.4.

8 Julia Añorga Morales: Evaluación del impacto de la superación. Instrumentos de evaluación asociado al proyecto 2 del Mined, Cuba, 1998, p.22

9 César Torres Batista: “La educación de postgrado en el proceso de universalización de la Educación Superior Pedagógica”. Curso preevento No 10. Evento Internacional de Pedagogía 2005, La Habana, 2005, p. 11.

10 María Luisa Santiesteban Llerena: La educación de avanzada y los ejecutivos de dirección. Tesis en opción del título de Máster en Educación de Avanzada, CENESEDA, ISP Enrique José Varona, La Habana, 1996. p.28

11 Armando Roca Serrano: Mejoramiento del desempeño pedagógico profesional del personal docente de la ETP. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, Holguín, 2001, p. 52.