EL PROFESORADO UNIVERSITARIO. RUPTURAS Y CONTINUIDADES

EL PROFESORADO UNIVERSITARIO. RUPTURAS Y CONTINUIDADES

Lourdes C. Pacheco Ladrón de Guevara
Ma. del Refugio Navarro Hernández
Arturo Murillo Beltrán
Coordinadores

Universidad Autónoma de Nayarit

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EL TALLER DE PINTURA: “UN ESPACIO PARA EL ENCUENTRO”


Silvia Margarita Moreno de la Cruz

Resumen
Una de mis pasiones más entrañables son las artes plásticas, fue de ahí que nació la idea de impartir clases de pintura; el compartir mis experiencias de dibujo y el manejo de la pintura, e ir guiando  al participante a descubrir sus capacidades creativas los conduzco hacia el encuentro de si mismos, en el aquí y ahora; por lo regular, una vez que aprenden las técnicas, me gusta respetar su libertad de expresión, y pudiera decir que siempre me gusta incitarlos a poner su toque personal en sus obras; ir más allá de lo que ven sus ojos; y dentro de esa libertad, también, desarrollan destrezas de comunicación.
Describo  los eventos que surgen en el  Taller de Pintura con un enfoque humanista  como lo menciona Carl Rogers, en su libro: grupo de encuentros “los grupos de encuentro son como un laboratorio de personas”; las experiencias y vivencias de los participantes, compartidas de manera espontánea ante el grupo, durante las sesiones de pintura, mediante la comunicación significativa, el trabajo en equipo como herramienta del desarrollo personal y el potencial humano para descubrir su creatividad y sus capacidades, y así mejorar su calidad de vida.  La autoexploración, darse cuenta en el estado que se encuentra el participante, en el aquí y ahora; a través de los ejercicios de pintura. Así como también dándole pinceladas con un “Sentido de vida” a través de la logoterapia basada en la experiencia de Victor Frankl como un elemento más a conservar y a restaurar la salud mental, y el desarrollo de los recursos del espíritu para lograr la supervivencia y libertad espiritual.

Introducción
Los acontecimientos que han doblegado a lo largo de mi vida; y la fuerte depresión en los últimos años en la que estuve sumergida, me hicieron revalorar todo: mi vida, mi familia, mi trabajo, mi pareja; en fin, lo que me rodea; al día de hoy, ya no soy la misma, miro la vida diferente, aprendí a aceptarme a mí misma, tal y como soy, sin condiciones, sin culpas y sin juicios devaluadores y por lo mismo, a aceptar a los demás con sus defectos y cualidades.

Estoy más al pendiente de quien necesita mi ayuda, para así brindar apoyo hasta donde lo pueda dar; puedo empatizar con el dolor de las persona, sin cargar sus penas. Puedo disfrutar de la soledad, así como también, el estar en comunidad o trabajar en equipo, y participar en grupos; antes me consideraba una persona introvertida y aislada en mis sentimientos y emociones, me costaba trabajo la comunicación y la socialidad; ahora puedo expresar lo que nunca me imagine y estar frente a un grupo  y sobre todo haberme convertido en una orientadora.

Aprendí a escuchar y lo sigo practicando, con las personas que me rodean. Además, he desarrollado mi espiritualidad y eso me ha servido como protección para las adversidades y al mismo tiempo, para ser más sensible y amorosa, y así, dar acompañamiento a quién lo necesite. Trato de ser congruente con lo que pienso y lo que digo, porque habrá ocasiones que no son las palabras las que darán testimonio de mi vida, si no es con  hechos, como puedo hacer que una persona confíe en mí.
 
Otro instrumento que ha transformado mi vida ha sido el haber ingresado a estudiar la Maestría en Desarrollo Humano; me ha abierto los ojos y el corazón hacia el mundo. Ahora soy más observadora  y pongo más atención a lo que me rodea y  quiénes me rodean; he logrado descubrir, y en ocasiones acertar, en las acciones del ser humano; con el sólo hecho de escuchar por un momento la conversación de una persona, o simplemente en observar las actitudes y el comportamiento, puedo descubrir situaciones o emociones que vienen a relucir en sus vidas; ahora comprendo la necesidad del individuo de ser escuchado y tomado en cuenta.

Existen momentos especiales e inolvidables en nuestra existencia, y el Taller de Pintura no puede ser la excepción, varios alumnos me lo han expresado, y el hecho de que hay participantes que no se quieren ir, siguen integrándose en grupo, y eso me llena de gozo.

El Taller de Pintura es un lugar donde se propicia un espacio para compartir experiencias y vivencias; donde el aprendiz utiliza un diálogo de confidencialidad ante el grupo, mientras pinta o dibuja, desnudándose sin importar ser enjuiciado,  desahogándose o, simplemente, el hecho de ser escuchado.

Dando como resultado no sólo el Taller de Pintura sino también un “grupo de crecimiento”; el cual  llama mi atención, produciendo, en mí, gran interés para elaborar esta investigación, y ya no únicamente  lograr que  plasmen imágenes,  sino también  compartir vivencias; claro, éstos sin darse cuenta que al participar en el taller de pintura también están creciendo en su desarrollo personal, y con el hecho de compartir sus experiencias, están sanando su interior; existe momento para cada cosa y el taller de pintura es un regalo personal, donde los integrantes expresan que esperan con ansia, el día que les toca asistir a la sesión.

Han transcurrido por el taller considerables docentes y todos ellos con una diversidad de ideas, sentimientos y emociones, así me he dado cuenta de la necesidad que existe en las personas de ser escuchadas, o tal vez,  con el sólo hecho de que las tomen en cuenta; un gesto de amabilidad, calurosa bienvenida; o simplemente una agradable sonrisa, es lo que desea la gente.

Cuando se le es reconocido su trabajo, cuando escucha una palabra de aliento, de ahí, de ese núcleo nace esta investigación, al darme cuenta que el taller no sólo era un lugar donde se aprende a dibujar y pintar, sino también un espacio de encuentro, donde los participantes pueden expresar sus vivencias, situaciones difíciles, alegrías, triunfos o fracasos; donde se sienten escuchados y valorados. Así tendiendo puentes, para ir y regresar; ir al encuentro y dejando una huella en la vida del “otro”.

Además pude percibir cómo se iba desarrollando un clima psicológico de seguridad; donde se fue generando en forma gradual, la libertad de expresión entre los integrantes y disminuían las actitudes defensivas entre ellos. Expresando reacciones de empatía hacia los demás y hacia sí mismo, sentimientos reales, positivos y negativos, dando como resultado un clima de confianza recíproca; creando realimentación de una persona a otra.

Todo lo anterior ocurre, precisamente, en el espacio, cuando el participante se encuentra dibujando o pintando, quizá cuando los colores o las imágenes que plasman le evocan recuerdos, que han surgido durante su vida.

“Existe un yo que muestro al mundo, y otro que conozco en forma más íntima. Ante los demás trato de parecer hábil, experto, sereno, sin problemas. Con el fin de corroborar  esta imagen actuaré de una manera que, en ese momento, o más adelante, parece falsa o artificial, no mi yo verdadero. O bien no daré a conocer pensamientos que, expresados, revelarían un yo imperfecto. Cada miembro tiende a mostrar a los otros el yo público, y sólo, de modo gradual, con temor y ambivalencia, se dispone a revelar parte de su yo privado”, Rogers C.R.(2004).

Así como existen participantes que muestran interés en significar en el grupo, existen otros que permanecen en silencio; en una postura un poco escéptica, absteniéndose a participar, y aún así, sintiéndose cómodo, y es válida también esta postura, que quizá, por ahora, sea lo mejor para este individuo, y tal vez en otra ocasión, esté posibilitado para participar. 
Quisiera aclarar que soy facilitadora en el Taller de Pintura, pero no en el Taller de Crecimiento Personal, así que todo evento que surge en el grupo, surge espontáneo y naturalmente; simplemente,  fluye…

El que facilita también puede abrir sus sentimientos

Cuando el facilitador abre sus sentimientos, puede haber más fluidez en el grupo; ya que sensibiliza a los participantes, y éstos se darán cuenta que, todo ser humano, tiene oportunidades por resolver, y no porque guía al grupo va a ser un superhombre o una supermujer.

Como facilitadora ha sido de mucha utilidad compartir con el grupo mis tristezas, mis problemas, mis triunfos, etc, porque pueden ver en mí, a una persona igual que ellos, que está luchando por sobrevivir; estoy en la lucha y seguiré luchando.

Esta experiencia se suscita cuando un grupo, con el tiempo, crea condiciones que permiten brindar confianza con sus integrantes, donde hacen transparente su área sensible  y dedican espacios para la comunicación asertiva. En ocasiones, también el silencio es presencia esencial en el grupo. Es tan interesante cómo con el tiempo de convivir y compartir, llega el momento de unir lazos y conexiones entre los integrantes.

Hablando de desarrollo humano

El progreso de la vida y el bienestar humano, en conjunto con el fortalecimiento de capacidades relacionadas con todas las cosas que un individuo puede ser y hacer en su existencia, en forma plena y en todos los terrenos, con la autonomía de poder vivir como nos gustaría hacerlo y con la posibilidad de que todos los individuos sean sujetos y beneficiarios del desarrollo; todo este conjunto sustenta lo que es el  desarrollo del potencial humano el cual se puede definir como "el proceso de expansión de las capacidades del ser humano que amplían sus opciones y oportunidades".

Integrar el desarrollo humano en nuestra vida y conseguir disfrutar de nuestra existencia, en plenitud y libertad, es una tarea propia y personal.

El óleo también huele a Marcos

Puedo sentir cuando mi  ser detona explosivamente en éxtasis, al percibir el aroma intenso del óleo y la madera del lienzo ya curtido; sumergida en ideas desencadenadas del corazón, del recuerdo, de la meditación o de la alucinación, para  así trasladarme a un mundo de ilusión. 

Al estar preparando el óleo, para empezar a pintar y al percibir el olor de las pinturas, Marcos se traslada a otra etapa de su vida, con una expresión un poco pensativa en su rostro, se le vino a la mente, que en una ocasión paso un momento muy difícil en su vida, de desesperación, angustia e incertidumbre, pues le detectaron un tumor en la cabeza, por lo tanto tuvieron que realizarle una cirugía,  para extirparlo, quedando propenso a que le volviera a surgir otro o la reaparición de  cáncer, fue el diagnóstico de su médico que lo atendía en ese momento, con una mirada perdida en el tiempo, y su rostro marcado por la vida con cada arruga grafitiada en su piel; fue entonces, cuando también pudo recordar que en una etapa de su vida él utilizaba drogas y enervantes, como son: marihuana, heroína y hasta el resistol; guardo un momento de silencio… ante el grupo, en que todos de estar pintando y dibujando, voltearon a verlo, y él sin levantar la mirada y en una forma relajada siguió pintando, como que si lo que había comentado era lo más común en la vida o que para él ya no tenía importancia, esa fue mi interpretación en la forma que lo percibí; hizo el comentario: “hace 25 años que dejé de consumirlas”, será por eso, que lo comentaba despreocupado, con una apariencia desinteresada, y su cuerpo expresando una actitud relajada.

Creándose en el grupo un ambiente de mutismo; continúa Marcos platicando de su experiencia, manifestando que en ese tiempo existía en su vida una obscuridad y soledad, un gran vacío existencial. “Este vacío existe tanto en los ricos como en los pobres, en los jóvenes, en los viejos, en los triunfadores como en los fracasados. El vacío existencial se esconde detrás de mucho de los intentos febriles del hombre por llenar  su vacío con sexo, alcohol, desprecio por la autoridad, automóviles veloces, comités, televisión, sobrealimentación y aún con actividades tan respetables como la política, el psicoanálisis, y la religión”, Fabry.B,(1984).

Marcos enmudeció por un instante, hizo una pausa; pude ver su espíritu marchito, al recordar esa etapa de su vida, y continuó su plática y nos pudo compartir de las diferentes drogas que existen y sus efectos, como cuando se inyectaba heroína, durando en éxtasis, hasta como cuatro horas; intervine para peguntarle; ¿Qué se siente estar drogado Marcos? Y contestó:

En cierta ocasión estando en U.S.A. tuve una sobredosis, tan fuerte que perdí el conocimiento, a tal grado que todo mi cuerpo se fue poniendo morado, sin movimiento alguno, hasta perder el conocimiento. Mis amigos pensaron que estaba muerto, e hicieron el cometario: – ¡Vamos a tirarlo al desierto!-  Pero al mismo tiempo reaccionaron y comenzaron a ponerme hielo por todo el cuerpo y fue entonces donde me regresaron a la vida.

Aún sin saber que había pasado, después de ese viaje al abismo y de extrema desesperación. La expresión de Marcos fue: -¡he vuelto a la vida! pensé que no volvería a abrir mis ojos. Pude ver su rostro iluminado cuando hizo esta expresión, impactando al grupo. Como esta situación hubo muchas más que marcaron su existencia, de sufrimiento, dolor, soledad, desesperación, etc. 

“La logoterapia insiste en que el hombre no debe utilizar su libertad arbitrariamente, que el uso que haga de ella deberá estar regulado siempre por su responsabilidad y que debe asumir la responsabilidad enorme y magnífica de sus propias decisiones” Fabry.B,(1984).

Pintando y mezclando los colores, Marcos empezó a recordar una situación de pánico; hizo una pausa, y remangándose la camisa nos mostró unos tatuajes que traía en su brazo, uno era una cruz y otro una rosa, que se lo había hecho a los veinte años, cuando se sentía que su vida le pertenecía sólo a él, y podía hacer con su cuerpo lo que le pegara la gana, donde su juventud era sólo para gozar y experimentar, así nos lo manifestó mientras nos sorprendía con sus tatuajes. ¿pero porqué una cruz?

Y ¿Por qué una rosa? le pregunté, y él me respondió: no sé, porque me gustaron,  yo analicé un poco y fui más allá, ¿qué había atrás de eso íconos?  ¿Será que hay espinas dolorosas en su viacrucis? Claro es mi interpretación, porque en ese momento no le pregunté. Después comenzó a platicar de esa escena de pánico: en una ocasión estando en la cárcel allá en el mismo país, unos  reos quisieron golpearlo, pues ya le habían agarrado mal idea y comentó: sentí  tanto miedo que me fueran a matar, pues eran unos tipos de lo peor, con antecedentes criminales; nunca en mi vida había sentido ese terror de la muerte, que le pedí y le supliqué a Dios que si salía ileso de está, dejaría la droga.

Y así  fue salió ileso y a salvo, y cuando estuvo en libertad aún usaba drogas, pero,  poco a poco fue dejándolas,  pues nos explicó que no es fácil dejar de un jalón dejar de consumirlas, y así es como dejó de consumir  poco a poco, fue un paso muy difícil pues no lo hubiera podido hacer solo, ya que de su experiencia que tuvo con Dios, fue donde pudo tomar fuerzas para decidir retirarse del vicio, desde esa ocasión y hasta ahora se afianzó de la mano de su creador, dando testimonio con su vida misma; haciendo uso del recurso de su espíritu, y ejerciendo la espiritualidad; es necesario una fuerza superior a la fuerza humana para poder trozar las cadenas de la esclavitud, cualquier tipo de esclavitud, llámese: adicciones, codependencia, fanatismo, etc. No ha sido fácil su camino hasta donde está ahora.

“La voz de la conciencia nos habla, pero somos libres para desatender su llamado. Ésta es nuestra alternativa: la escuchamos y obedecemos en la medida de nuestras posibilidades o renunciamos a nuestra  libertad y nos consideramos determinados por fuerzas que escapan de nuestro dominio” Fabry.B,(1984).

En una sesión de clases me mostró una foto de su esposa, le comenté que si era cuando estaba joven, respondiéndome que sí, le pregunte si ya tenían muchos años de casados: –“Sí me contestó ya son 35 años; días bien y días mal, pero allí estamos”. Marcos también me preguntó: ¿cuántos años tienes de casada? Contestándole: 17 años,  así mismo me comento que  yo también sabría lo que es el matrimonio; y vaya que si, dije entre mi, estando en este momento separada de mi esposo, por todo lo que he pasado para estar aquí, pudiendo empatizar con Marcos de situaciones felices y adversas, pero aquí estoy, ahora como una mujer más  fuerte y con decisiones propias.
Marcos con 60 años es un hombre muy activo y jovial, siempre buscando la manera de agradar a la gente, desde el primer día se integró muy bien al grupo, además me percaté que no faltó a ninguna sesión; es una persona que le gusta conversar, con apertura al diálogo,  y con bastante sensibilidad hacia las artes, así como desarrolla la pintura, también le gusta tocar guitarra y cantar, nos compartió en el aula, una melodía, acompañada con su guitarra; ya que en la Iglesia a la que pertenece, presta un servicio como evangelizador y comentó que a través de la música evangeliza, ya fue varias ocasiones a la Sierra del Nayar a predicar a los coras, por cierto la melodía que nos compartió, la cantó en idioma Cora; o sea que si sabe cómo llegarle a la gente. 

De casualidad escuche un día una conversación que tuvo con uno de los compañeros y decía: “yo no soy el mismo de cuando llegué a este curso, ahora que me voy, para empezar miro con mis ojos el mundo diferente; y en mi interior también hubo cambios, porque percibo la vida positivamente. 

Este taller propicia a  la comunicación verbal  al  plasmar  imágenes y colores, hay
quienes se expresan  más verbalmente y hay otros que lo hacen sólo con dibujos y pinturas. Marcos es una persona que se expresa mucho en el grupo, siempre nos está compartiendo sus experiencias, además le gusta apoyar al grupo con sus conocimientos que tiene con el manejo del óleo, comparte sus saberes sin egoísmo, y siempre se le ve la actitud de servicio.

Percibiendo a través  de la venta de sus ojos

“El camino no se acaba mientras existe vida”, cuando han transcurrido los años y pensamos que ya hemos transitado todas las vías, de repente la vida nos sorprende con nuevos senderos,  incluso mágicos, todo depende de nosotros, si las piedras que aparecen luchamos todo el tiempo por estarlas quitando o decidimos caminar sobre ellas y pintarlas de colores para que adornen nuestro panorama.

Rosa llega por casualidad a mi oficina preguntando: ¿hoy inician los cursos de desarrollo humano aquí en la UAN? Me preguntó con un poco de inseguridad, por si llegaría a entrar y yo le respondí: - no esos son otros días, ahora iniciamos el curso de pintura, ¿de verdad? eso me encanta!... ¿me puedo incorporar? ¿Qué necesito?... Esas fueron sus expresiones iluminándose su rostro y con una sonrisa titubeante; que posteriormente, por supuesto,  se integraría, olvidándose de los cursos de desarrollo humano; aun estando en el grupo no lo podía creer, al dibujar su primera manzana a lápiz, se sorprendió muchísimo pues me comentó que nunca se había puesto a dibujar así, y fue entonces que se enamoró tanto del taller que se quedó.

 Aún recuerdo sus expresiones - ¡mira… Silvia, no lo puedo creer que yo haya dibujado esta manzana!- su rostro se iluminó y en él pude ver, por la “ventana de sus ojos”, su alma creativa, sedienta de expresar, como una necesidad primaria, y pude percibir que, con facilidad, se  arraigaría en el taller.

Rosa empezó a consolidar un poco de confianza con el grupo, pues se veía una persona muy desconfiada y además tenía una actitud regularmente negativa, por lo regular siempre  tenía que animarla y echarle porras para que ella creyera en su capacidad para dibujar y pintar, le gustaba que la halagara, pues podía verle su semblante cuando la motivaba, una expresión de placer, trazada en cada una de sus líneas faciales: teniendo en cuenta el cuidado que siempre trato de hacer y darle apoyo a los participantes para que se sientan motivados y logren resultados sorprendentes, y desarrollen las capacidades con las que cuentan.

Pues así, Rosa fue sintiéndose en confianza con el grupo;  empezó por compartirnos que tenía dos hijos, un varón que vivía en la ciudad de Monterrey, un profesional e independiente y una mujer que vivía en una ciudad muy fría en el continente Europeo, quién tenía una niñita pequeña de tres años; fue entonces cuando comentó que había  viajado con ella varias veces, nos explicó que es un lugar donde nieva mucho y casi todo el año hace frío, “es impresionante ver como todo el paisaje para donde quiera que mire está blanco, todo cubierto de nieve, pero me ha gustado estar allí y más a mi hija que yo pueda ir a visitarla”…

Continuó asistiendo a los módulos del taller, se fue transformando, se le veía muy relajada, platicaba mucho. Nos compartió en una ocasión, que tenía un año que se había jubilado de maestra de la UAN, y fue cuando me di cuenta que por esta y otras razones se le notaba una tristeza en su rostro, cómo en búsqueda de ser escuchada y tomada en cuenta, así pude percibir en ella una necesidad de ser reconocida por los demás.

Se fue desenvolviendo e integrando muy bien en el grupo, hizo amistad con algunos integrantes, además en el grupo se dio un ambiente confiable donde los participantes podían expresar sus sentimientos y emociones; y ella no fue la excepción;  un día llegó muy seria, callada, y con un semblante muy amarillo, o más bien, pálido; sacó su material y se puso a trabajar, titubeando con lo que quería elaborar, y fue cuando expresó: “No puedo dibujar estoy temblando Silvia”,  ¿Qué pasa? le pregunté, y con los ojos rasos de lágrimas y titubeando al hablar, respondió: “lo que pasa que ahora me acabo de enterar que mi esposo tiene otra mujer” con la voz quebrada soltó el llanto; hubo un silencio en el grupo, pero creo que nada más alcanzamos a escuchar tres de nosotras, pues como ya casi era hora de irnos, la mayoría se fueron y nada más nos quedamos ella, otras dos alumnas y yo; después de un momento de silencio, me pude acercar a ella y dar acompañamiento, y no sólo eso, también pude empatizar, sintiendo el dolor en mí, ya que después de tantos problemas y adversidades por las que he pasado, puedo detenerme un poco de mi prisa,  escuchar  y ponerme en los zapatos de mi prójimo.

Soltó el llanto y pudo expresar el dolor que sentía de la traición de su esposo, de todo los años que le había dedicado, y además todo lo que le había permitido ella; así también nos compartió cómo fue su relación con él, siendo un marido que desatendió su familia, su hogar  y a su propia esposa. Allí es donde  puedo experimentar la baja autoestima que tiene el ser humano para permitir ser arrollado por su propia pareja. ¿Cuantas veces permitimos ser pisoteados por los demás?

Ahora pude comprender cuando recién llegó al taller, su cara llena de tristeza, y su negatividad para todo, pues era un rostro de una mujer atropellada por la vida, o pudiera decir una mujer que permitió ser atropellada por la vida; en fin quien soy yo para juzgar de esa manera, todos, en algún momento de nuestra vida, nos equivocamos, pero gracias a esas caídas, aprendemos; es entonces cuando los problemas vienen hacer oportunidades para aprender.

Rosa, al terminar el taller, ya no era la misma de cuando llegó; con el tiempo pude notar que era una mujer más segura, se podía notar su rostro más iluminado, pues pudo escuchar su voz interna, y saber qué necesitaba Rosa; he allí la importancia de escuchar nuestra sabiduría interior, es trascendental detenernos un momento para poder escucharnos, es cuando la expansión de la conciencia nos permite darnos cuenta de nuestras necesidades.

Al igual de su transformación personal; no podía ser la excepción en los productos y el aprovechamiento del módulo de pintura, al plasmar sus pensamientos y emociones en el lienzo, con tanta destreza y transparencia de ideas y creatividad, de verdad fue sorprendente”.

Así, como Rosa, han transitado muchos profesores, que por algún motivo, a pesar de su edad avanzada, no se han permitido darse la oportunidad de escucharse y preguntarse ¿para qué sucedió esto en mi vida? Y no la pregunta que nos hacemos siempre, ¿porque cuando existe un ¿para qué? existirá un cómo. “Querer enterrar todas las emociones no sólo es una tarea imposible sino peligrosa para la salud. Cuando el poderoso súper “yo” comienza a frenar más de la cuenta los impulsos sanos y naturales que pugnan por salir, se produce un desequilibrio mente-cuerpo.

En estos casos el organismo además de aburrirse como una ostra, desaprovecha recursos energéticos, pierde motivación y decae su capacidad comunicativa. Las investigaciones psicológicas son claras en demostrar que los conocimientos de los propios estados emocionales acortan la vida y predisponen a todo tipo de enfermedades. La emoción es la manera en que Dios nos recuerda que estamos vivos. Si logramos integrarla adecuadamente a nuestra vida, lograremos una mayor coherencia entre lo que hacemos, pensamos y sentimos”. Riso Walter (2003).

Felicidades Rosa por haberte encontrado, y amarte, sólo así pudiste trascender, al haber escuchado la voz de la sabiduría interna y el poder del espíritu. Con gran confianza en sí misma y con una fe en un ser supremo, Rosa, como muchas mujeres, disfrutamos  y nos gozamos en la victoria de nuestras luchas.
“No temas pues no vas a hacer defraudada, no tengas vergüenza, pues no tendrás de que ponerte colorada. Te olvidarás de las vergüenzas que pasabas cuando joven  y de los desprecios que te hacían cuando viuda”. Isaías 54-4

La lozanía de la juventud dentro del corazón de Damiana

Cuando los  años pasan y no importa que se noten los frunces de la piel, por un espíritu jovial, matizado de frescura, es cuando no hay preocupación por el caminar del tiempo, porque cada año es preparado con más condimentos de sabiduría.

Damiana es una mujer de edad avanzada, 68 años de edad para ser exactos, que quedó viuda hace año y medio, recién jubilada de maestra de la UAN, doble pérdida: la de su esposo y la del trabajo, es cuando decide ocuparse en alguna actividad como un regalo para su persona, además para subsanar la depresión por la que estaba pasando con la pérdida de su pareja, y fue cuando escuchó en la radio el curso de artes plásticas, y decide incorporarse al grupo.  “Buscando un sentido de vida”, buscando un regalo especial, para ella, de  aniversario por tantos años de desatiendo. Y lo encontró, “¡El taller de pintura!”, especial para una mujer creativa como ella, pero creo que más de creativa, con necesidad de vivir y de sentirse como pertenencia de un grupo.

Ya una vez en el taller, ella comienza a penetrar en una confianza, convive con los compañeros, además vacila con ellos, pues es una mujer que, aunque trae un dolor sumergido en su corazón y su piel impregnada de situaciones difíciles, como tatuajes permanentes en ella, no deja de ser una mujer muy alegre y creativa, en todos los aspectos, en la pintura y en su vida misma.

Cuando llegó al grupo se vio un poco desubicada, y así es, porque fue  ella misma que lo mencionó: “A mi edad y todavía estudiando”… pero fue poco a poco integrándose, pues no nada más era ella la persona adulta, y de edad avanzada.
Damiana lleva año y medio en el taller, no se ha retirado pues se ve contenta, nada más faltó como tres meses ya que sufrió un accidente y se fracturó la muñeca de la mano derecha, y comenta ¡cómo pudo haberme sucedido esto¡ no podré dibujar, ni pintar, de verdad me pesa muchísimo-, así que se mantendría en reposo, y era algo que le causaba desesperación, no poder hacer lo que le gusta; después de algunos meses de terapia física se recupera y  se reincorpora al grupo.

En una sesión del módulo se realizó una actividad de pintura con musicoterapia, actividad que retome de la Maestría para el Desarrollo del Potencial Humano y facilitación de grupos, del módulo de musicoterapia con el facilitador Ezequiel González, es importante mencionar que "La musicoterapia es un método terapéutico para facilitar y promover el crecimiento personal, centrado en la música. Un método vivencial; es decir que la persona reconoce,  explora y amplia su experiencia a través de la compañía y guía de la música. Moviliza emociones profundamente inconscientes y reprimidas” (González. E. 2008).
Esta actividad la modifiqué para aplicarla al trabajo de pintura; consistía en dibujar y pintar con gises pastel, algo que se les viniera a la mente con dos tipos de música: una melancólica, con ritmo lento, y la otra, relajada, con ritmo alto. Así todo el grupo empezó a trabajar y Damiana, con facilidad, pudo tocar sentimientos que los trae a flor de piel, fue en esa ocasión donde comentó, con lágrimas en los ojos al mostrarnos sus trabajos que había realizado en la actividad de música melancólica, que le traía el recuerdo de su hija fallecida.

Con una voz quebrada y de dolor, pudo expresar un sentimiento apagado de tristeza, mostrando ante el grupo un dibujo con colores pasteles y un  poco opaco; era un paisaje; con árboles donde caen las hojas, se diría que un poco otoñal, un camino donde llevaba a una casa que apenas se alcanzaba ver, y fue entonces donde hizo  el comentario:”no existe dolor más grande que el de perder un hijo, similar a la pérdida de mi esposo, padecimientos muy fuertes, como perder parte de mi alma” Con una voz quebrada me agradeció y agradeció al grupo que la hayamos escuchado; y así continuamos la actividad.

Después me enteré por una conocida de ella, la cruz que ha venido cargando esta mujer; por un lado el homicidio de su hija y lo peor de todo, estando encinta, a punto de engendrar una vida, de verdad qué golpe tan duro; después  la pérdida de su esposo quién murió hace un año y medio; que todavía cuando lo recuerda o habla de él, se le arrasan los ojos de llanto, inundándose su corazón de dolor; también es una historia conmovedora.

En una ocasión pintando en el taller, tratando de plasmar una imagen empezó a recordar su dolor. Serían las representaciones  que plasmaba o el olor que desprendían las pinturas que le hicieron recordar y sentir esas vivencias; Nos compartió que su cónyuge siempre fue un buen esposo, le dio su lugar, y además, siempre la trató muy bien, como se trata a una reina. Aquí no termina su historia: un día, su esposo, se enferma, y entre la enfermedad y los medicamentos se trastornó, a tal grado que ella le tenía muchísimo miedo, pues la maltrataba física y verbalmente; no podía hacerse la idea del cambio tan drástico, duró mucho tiempo  para asimilarlo. “Que difícil aceptar” comenta Damiana; de ser un marido ejemplar terminó siendo un hombre que no le importaba nada, ni nadie, no era consciente ni de él mismo.

Ella lloraba en silencio para que sus hijos no la vieran, su espíritu se fue marchitando día a día y así transcurrieron varios años de martirio; esa etapa fue muy pesada, física y emocionalmente; se olvidó que también ella necesitaba de atención y amor; era tanto su cansancio, pues a diario tenía que “lidiar” con él, (bañarlo, cargarlo, cambiarlo, darle de comer en la boca etc.) fueron años de no ocuparse de su persona. Damiana, ausente de amor propio, comenta que duró cinco años en que las únicas salidas era sólo su trabajo, sin relajarse, mucho menos divertirse, aprisionada por la vida, todo su tiempo lo dedicaba a su esposo y a su trabajo; hasta que llegó el día en que murió, ya que nunca más se recuperó de su enfermedad. Fue justo en ese momento cuando varios participantes pudieron empatizar con ella, sentir el dolor de una pérdida de un ser querido; se le acercó Paty (una mujer que había perdido un hijo) la abrazó fuertemente y soltaron el llanto; desbordándose  en mar de lágrimas de ambas mujeres; pude ver el gran dolor de las dos madres, de sus poros brotaba el dolor, y  se me vino a la mente; (que Dios no lo quiera y llegara a perder uno de mis hijos) la verdad no sabría cómo actuar.

De pronto el grupo se quedó en silencio, fue cuando intervine y le pude decir a Damiana que era una mujer muy valiente al estar aquí y contarnos su historia; que podía empatizar con ella en la pérdida, y que aunque su dolor quedara impregnado en su corazón, con el sólo hecho de compartirlo con el grupo ya estaba sanándolo ¡No cabe duda que es una mujer fuerte…!

Un día nos reunimos en un restaurant para convivir, y quedé  sorprendida al revelarse como una mujer muy alegre, y  con buen sentido del humor para contar chistes; con unas cervecitas que se tomó ya estaba contándonos unos “colorados”. 

Su creatividad se desborda por las venas; en cada poro de su ser la trae, pues en una sesión de pintura, nos mostró trabajos de manualidades que ha realizado, las cuales son unas verdaderas obras de arte; pero lo que más nos sorprendió que, a su edad, manejara un automóvil, para trasladarse a sus ocupaciones, va a las clases de aerobics, a yoga, repostería, y un sin fin de actividades que realiza. Un ejemplo de mujer a seguir, siempre con una actitud positiva y de servicio a los demás.

Aún sigue en mi taller y ya se está preparando para la próxima exposición. Se me olvidaba comentar que en una exposición que realizamos, también pudo lucirse creativamente en la cocina, pues nos llevó unos bocadillos muy ricos que ella misma preparó.

Damiana nos confesó que la fuerza que la ha llevado a salir adelante, ha sido la espiritualidad, y es por eso que es una mujer positiva y servicial. Como ella existimos muchas mujeres que tenemos el coraje para seguir luchando por nuestros ideales, pero, principalmente, por nosotras mismas.

 Vale la pena mencionar que el desarrollo espiritual, no sólo tiene  sus expresiones en la práctica religiosa y que no es privativo de la misma, sino del cultivo de la espiritualidad a través de diferentes medios que el hombre a lo largo de su historia, ha tenido para su desarrollo. La meditación y los rituales, la fantasía dirigida, también conocida como imaginaría, el trabajo con los sueños y la hipnosis, son recursos ancestrales que se han incorporado a la psicoterapia y la educación humanista.

“Creo en un poder mucho más grande que yo y que fluye a través de mi cada momento de cada día”… Louise L. (1984).

“He aprendido, poco a poco, a responder con el contacto físico, cuando éste me parece auténtico, espontáneo y conveniente”… Rogers C.R.(2004).

Esto  ocurre cuando la comunicación pasa de ser verbal a comunicación física; como mujer que soy, creo que nuestra esencia es más brindar apoyo o amor, no sólo verbalmente sino, también, se nos da mucho el contacto físico; puede ser con un apretón de manos, una palmadita en la espalda, poniendo la mano en el hombro, o más allá abrazando y acompañando. En ocasiones una acaricia, un abrazo sincero, vale más que las palabras.

“Es tan natural y hermoso ser cálido y genuino. Sentir la vida de manera espontánea, reconocerla y compartirla”  Rogers C.R.(2004).

Aun cuando en nuestra cultura  este aspecto del contacto físico no esté tan abierto, es importante fomentar el uso de los medios físicos y experimentarlos. Porque tocar no significa sexo, sino reconocer la existencia como ser o como persona sensible, y así descubrir el verdadero contenido de un abrazo, una caricia, un beso, etc.

“El espíritu nunca se enferma, se bloquea”
Para hablar de “sentido de vida” es conveniente recordar las vivencias dolorosas de Victor Frankl en el campo de concentración, la estación Auschwitz con más precisión; el shock sufrido tras la llegada al campo y las condiciones infrahumanas en las que vivían. Relata cómo fue despojado de todas sus pertenencia. Si intentaban quedarse con algo, los ejecutaban. Así que de lo único de lo que eran dueños era de su cuerpo, desnudo.

Aun siendo fuertemente reprimidos, era posible llevar a cabo una “huida hacia el interior” con el fin de mantener la libertad espiritual, y así soportar lo mejor posible, la vida en el campo.

Frankl se empieza acordar de su mujer y por un momento le invade una gran felicidad. Es entonces cuando comprende que el amor puede dar la felicidad a cualquier persona, aunque lo haya perdido todo.

He aquí la importancia de siempre preguntarnos cuál es el sentido de la vida, simplemente hay que ir enfrentándose correctamente, dejar que fluyan nuestras decisiones, claro con responsabilidad, a los problemas que nos plantee la vida. Como si la vida nos buscase a nosotros y no nosotros a la vida. (Este factor también diferencia a un hombre de otro). Si el destino nos depara sufrir debemos aceptarlo sin más y llevarlo lo mejor posible, si nos depara cometer errores, debemos aprender de ellos.

Según Frankl buscar sentido a la vida es un impulso primario, mientras que las sensaciones y principios sólo son mecanismos de defensa. Este sentido no se lo damos nosotros a la vida, simplemente lo descubrimos.

El sentido de la vida es diferente para cada individuo, no podemos decir que hay un sentido general para la vida de todas las personas. No hay que estar esperando que la vida te de su sentido. Simplemente hay que responder a lo que la vida te propone y siempre con responsabilidad (haciendo lo más adecuado en cada caso).

El amor es un fenómeno primario (así como la necesidad de comer), nos permite conocer totalmente la esencia de una persona. El sexo también es un fenómeno primario, pero normalmente, es consecuencia del amor. Es decir, si el hombre ha perdido su sentido, sigue existiendo por su amor hacia Dios…

Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.

Pudiera seguir escribiendo todo un capítulo de las vivencias de Victor Frankl en el campo de concentración, pero creo que lo esencial lo pudimos rescatar, y darnos cuenta que mientras tengamos un sentido de vida, seguiremos luchando por nuestros ideales.

La logoterapia  “como recurso interior”
Definición de Logoterapia

La  logoterapia es la terapia-del-sentido, significado y propósito de nuestra vida. Entiende la vida como existencia y al hombre el ser responsable de asumir el sentido de ella, (perspectiva de la vida en tanto totalidad). Intenta restituir al hombre la totalidad y unicidad de su ser. Efectivamente, sólo la dimensión espiritual le confiere su verdadera esencia. Es una terapia de enfoque existencial, es positiva, usa los recursos del espíritu humano, y está orientada hacia el futuro. Considera la búsqueda de significado como aspecto primario de nuestro ser. Es principalmente una teoría que toma en cuenta en el hombre no sólo su dimensión psicofísica sino también incluye aquella dimensión única y propia del ser humano, la espiritual.

El hombre es un ser en la búsqueda del significado de la propia vida, y mientras no responda a la misión que le ha estado confiada por la vida misma no podrá recibir el don de la realización de sí mismo.

La Logoterapia está particularmente indicada para nuestra época en que muchas personas se enfrentan al vacío existencial, buscando un significado a su vida.
La vida siempre tiene un significado y a pesar de los aspectos trágicos o negativos del destino humano, éste puede ser transformado en maduración y crecimiento cuando, frente a ese destino, se logra establecer la actitud adecuada.

La logoterapia contribuye a conservar y a restaurar la salud mental, es principalmente porque le ofrece al hombre una imagen realista de si mismo y del mundo, porque lo hace responsable de aplicar sus principios a su propia situación. Se sirve de las enormes reservas de salud almacenada en nuestra dimensión espiritual. Nuestra capacidad de crear y de amar, nuestras aspiraciones, y nuestro deseo de ser útiles, nuestra fe, nuestros ideales y nuestra voluntad de sentido.

“Pero también aconseja que reconozcamos nuestros defectos con el fin de que los enmendemos, que reflexionemos sobre nuestros fracasos para que aprendamos de ellos y, finalmente, que nos atrevamos a mirar hasta el fondo de nosotros mismos para elevarnos por encima de nuestros abismos, seguros y confiados de que existen cimas que pueden ser alcanzadas.

La logoterapia nos dice que no conocemos verdaderamente nuestras limitaciones, superarlas, sea mediante la acción, cuando es posible, o mediante nuestras actitudes, cuando es necesario”. Fabry. B,(1984).

Subsanar vacíos existenciales, no es una tarea fácil, pero tampoco imposible.  El vacío interior que queda después de jubilarse, de haber enviudado, de una separación, divorcio, desempleo etc., es cuando algunas personas tocan fondo como comúnmente se le conoce, este proceso viene a hacer cuando el individuo toma conciencia y  descubre lo que se oculta en el inconsciente, e inicia a estimular y movilizar las fuerzas del espíritu; haciéndolo más consciente, de esta forma, recurriendo a la reserva que posee, y que tal vez no era de su conocimiento que tenía del “recurso interior” para conservar o restaurar su salud mental.

Con un proceso de jubilación y por otra parte la pérdida de sus seres queridos, Marcos, Rosa y Damiana, emprenden la “búsqueda de un sentido de vida”, comienzan a preocuparse por su persona, a desarrollar aún más la conciencia, inclinándose  y resguardándose a  la espiritualidad.
También,  considero al Enfoque Centrado en la Persona,  como un camino terapéutico, un estilo de vida que permea no sólo al trabajo terapéutico, sino también a la educación, a la consultoría de empresas, a la iglesia, etc, es decir, a los grupos de personas en crecimiento.

Qué es la Terapia Centrada en la Persona?

La Terapia Centrada en la Persona, (conocida también como "Relación de Ayuda", "Terapia no directiva", "Counselling" , "Terapia Centrada en el Cliente" o "Terapia Rogeriana") es una de las terapias más extendidas y reconocidas actualmente en todo el mundo. Fue desarrollada por el psicólogo.  Rogers C.R. (2004).

Carl Rogers es precursor de la corriente de la Psicología Humanista.La Psicología Humanista promueve los aspectos más humanos de la persona, como son: la libertad, creatividad, trascendencia, responsabilidad y autonomía...

Carl Rogers, Doctorado en  Psicología Clínica de la Universidad de Columbia, 1931. A partir de su rica y amplia experiencia clínica, descubrió que toda persona, por muy dañada que esté, posee capacidades para encontrar su camino y mejorar. Parte de la idea de que la persona posee por naturaleza, una tendencia actualizante, una especie de impulso hacia el crecimiento y la salud. La terapia trata de crear las condiciones para liberarlo a un crecimiento y desarrollo adecuado.

En palabras de Carl Rogers: "El individuo posee en sí mismo potenciales recursos para su propia comprensión, para cambiar su autoconcepto, sus actitudes, y para dirigir su conducta. Estos recursos pueden ser liberados a condición de que un determinado clima de actitudes psicológicas facilitadoras pueda ser logrado".

Los participantes en el “Taller de Pintura” desarrollan actividades y a través de la comunicación significativa, se sensibilizan y despiertan aún más su conciencia, impulsándose al desarrollo personal.

Como  facilitadora del taller, trato de tener una actitud positiva, motivadora y de confianza, donde he aprendido que para ser una buena facilitadora, por lo menos debo de reunir las siguientes actitudes básicas para la relación de ayuda: Según Carl Rogers.

Una relación servirá de ayuda si la forma de ser de la persona con el otro, refleja tres actitudes básicas:
 
1. Autenticidad (también llamada "congruencia"): consiste en "ser el que uno es" en la relación, sin construirse “máscaras o fachadas”.

2. Aceptación incondicional (o "consideración positiva incondicional" ): implica aceptar a la persona tal cual es, con sus sentimientos y experiencias.

3. Empatía (o "escucha empática"): es la capacidad de comprender la experiencia única de la otra persona, dicho coloquialmente: "meterse en su pellejo" y comunicar algo de esta comprensión.

En la terapia centrada en la persona el terapeuta, a través de estas tres actitudes, instaura el marco propicio para que la persona pueda comprenderse mejor a sí misma, rescatar la confianza en sí misma y obtener la autoestima necesaria para su bienestar.

Juan Lafarga, inspirado en Rogers, se erige como el proponente del Desarrollo Humano en México y lo integra como un cuerpo de conocimientos, amplio y no limitante, que si bien se apoyan en un inicio en el Enfoque Centrado en la Persona de Rogers, no se limita sólo a la Psicología Humanística, sino que se transforma en toda una disciplina del conocimiento que agrega tanto aportaciones de las ciencias sociales como de las ciencias naturales.

Un paradigma del conocimiento original de Juan Lafarga, lo es el Modelo de Desarrollo, en el cual la persona puede identificar que está satisfaciendo sus necesidades biológicas, psicológicas, sociales y trascendentes y que la satisfacción de las mismas llevará a la persona al desarrollo y a la salud.

Este estado de bienestar se presenta siempre y cuando se den las condiciones sociales e internas favorables que facilitan la tendencia natural a ese desarrollo; es decir, la seguridad psicológica, que incluye respeto, escucha y empatía primaria. De lo contrario, el sentimiento consecuencia, será la frustración.

Esta se convertirá automáticamente en agresión y de persistir esas condiciones desfavorables, se convierte en violencia: hacia adentro, se manifiesta en cuadro depresivo, vergüenza y culpa (Autodestrucción), o hacia afuera, en delincuencia (destrucción de otros). Psicolología Iberoamericana 1995.

La aportación que desarrolla Juan Lafarga viene a sustentar parte de mi investigación con el grupo, dando un giro al taller no solo de ejercicios prácticos, sino también crecimiento personal, donde tiene la participación el desarrollo humano; todo sentimiento reprimido trae como consecuencia frustración, he aquí la importancia de la búsqueda de estrategias, para ser liberado, como es la pintura, y además  compartiendo, por medio de la comunicación, eventos o situaciones que han marcado nuestra vida; manteniendo esas condiciones favorables para desarrollar la confiabilidad y la empatía en el grupo.  

Los sentimientos, son el medio idóneo para reconocer las necesidades

Sentimientos básicos: /  Si no hay expresión libre de /Sentimientos derivados
Expresión sana:                                                               Expresión enferma:
A mor_________________________________________  Codependencia
Miedo_________________________________________ Terror, parálisis
Alegría________________________________________  Euforia
Tristeza________________________________________ Melancolía
Enojo__________________________________________ Violencia, depresión
Muñoz Myriam (2004).

Si hay expresión de los sentimientos básicos (sentimientos primarios), como el amor, el miedo, la alegría, la tristeza y el enojo, la carga energética dura un ciclo corto y la persona vuelve al equilibrio dinámico, es decir, vuelve a la naturalidad de su vida.

En caso contrario, el ciclo queda abierto con una carga manifiesta de sentimientos derivados, esto es, sentimientos que enferman, conocidos también como (sentimientos secundarios), tales como la codependencia que codifica a las personas a quienes se pretende poseer, mientras el amor es la expresión abierta y espontánea del afecto; el terror paraliza, al tiempo que el miedo pone en alerta, protege y es también indicador del deseo; la euforia es un estado alterado de consciencia que enceguece a la persona, cuando la alegría permite la celebración; la melancolía es un síntoma de vivir ligado al pasado a la vez que la tristeza ayuda al proceso de duelo; la violencia y la depresión dañan al otro o a sí mismo, mientras que el enojo ayuda en la defensa personal y a poner límites sanos.

La no expresión fluida de los sentimientos básicos, traen como consecuencia, no solamente los sentimientos derivados, sino que se caracterizan por la culpa, la vergüenza y el resentimiento. La culpa es por lo que hice, la vergüenza es por lo que me hicieron y el resentimiento es la omisión, la represión, el sentimiento no expresado, que se queda guardado, y al no fluir, enferma. La expresión enferma no se agota así misma, a diferencia de la expresión sana, y puede permanecer por años, o toda la vida de un individuo.

Las Artes Plásticas y el Desarrollo Humano, mi pasión

Exhalo e inhalo, exhalo e inhalo, hago un ejercicio de relajación y comienzo a escribir, esperando la luz divina de lo alto que irradie mi cerebro y me toque el corazón, para sensibilizarme, descubrir y describir los acontecimientos que se suscitan en el “Taller de Pintura” 

Nunca  imaginé en mi existencia aquí en este mundo lograr fusionar dos de las que serían mis pasiones, las Artes Plásticas y el Desarrollo Humano, de verdad que es sorprendente, me encanta porque ahora que hago lo que me gusta lo hago con pasión, al compartir mis experiencias y mi testimonio ante el grupo esto me hace estar involucrada en mi investigación; dando confianza a que los participantes compartan sus vivencias.  

Siempre me sentí involucrada con los participantes dentro del Taller de Pintura, sólo que no había hecho conciencia que estábamos participando en un “Grupo de encuentro”, porque yo también me siento partícipe, como cualquier miembro, no considerada como facilitadora.

Existe una relación de empatía y de amistad, con cada una de las personas que intervinieron en mi investigación, dos de ellas tienen más tiempo conmigo y todavía siguen en  mi taller, ellos no se percataban de que yo las observaba y las analizaba en el aula, por esa razón creo que fueron más auténticas, y sin pensar tanto lo que compartían, en ningún momento forcé a ninguno de ellos, fue sorprendente todo se fue dando naturalmente, sin asumir un rol directivo, mi postura todo el tiempo fue de confianza plena, de escucha sensible, empática, genuina y sin hacer juicio alguno.
 
Me hubiera gustado seguir escribiendo más sobre el grupo de encuentro que se da en el taller de pintura, involucrar más participantes pero para eso necesitaría más tiempo; el 23 de septiembre de 2010, inicié el más reciente módulo de Pintura, todos los jueves con dos turnos: matutino y vespertino; el de la mañana tengo varios participantes de módulos pasados, que se volvieron a integrar, pero el que si me sorprendió fue el de la tarde, no podía creer lo que me había dicho un compañero de trabajo, quienes eran los que se iban a inscribir en mi taller, nada más y nada menos que dos hijos de dos pintores artistas reconocidos de la “Plástica Nayarita”, Pedro Casant y Brizo, así es, llegó una comitiva de Arte y cultura de la UAN, cinco para ser exactos a inscribirse al “Taller de Pintura”.

Les hice el comentario: mi curso sólo vemos lo básico de las diferentes técnicas si les interesa y si quieren quedarse lo pueden hacer, ¡ah!.. pero además no sólo vemos técnicas de dibujo y pintura, utilizo el arteterapia, introduzco terapias a través de la pintura”; ellos convencidos ya venían a quedarse a mi curso, será por la novedad de mi taller combinado con el desarrollo humano o no sé; tendré que investigarlo.

Lo que puedo decir es que ellos también dan clases y son artistas reconocidos; en fin eso me dio gusto. Pedro es museólogo y el sábado 25 de septiembre, nos invitó a la inauguración del primer “Museo de Arte Contemporáneo, Emilia Ortiz” al cual asistí y pude apreciar las obras de Emilia, una colección de obras muy especial, espectacular e iluminada. Me pareció conveniente describir este suceso y que trascendiera a la historia; pues esta artista a sus 97 años de edad aún sigue lúcida y pintando.  

Conclusión

Pasarán las tristezas y las alegrías, pasarán la escasez y la abundancia, si dejamos pasar el ciclo natural de las cosas, todo volverá a su lugar.

El ser humano una vez que ha logrado encontrar su sentido de vida y logra encontrar su libertad, es decir libertad de espíritu.

 Es posible que el significado de la existencia no esté en el sol u otro planeta, sino aquí, en nuestro mundo, aquí en la tierra, y aún más preciso, se encuentra y se posa en cada uno de nosotros; y no necesitamos ir tan lejos para ser especiales, la sencillez, el servicio y la humildad, entre tantas virtudes, es lo que hace a la persona ser especial; siempre haciendo lo mejor posible…

Si aprendo a amarme podré amar a los demás, cuando hablo de amarme es porque existe una responsabilidad en mí de atenderme, de escucharme y mirarme, interna y externamente; consiguiendo el éxito de la armonía personal. No puedo descuidar los ocho aspectos que me constituyen: el físico, espiritual, afectivo, social, económico, estético, intelectual y moral.

 Soy un ser sin terminar, estoy en proceso y seguiré hasta expirar.

Bibliografía

  1. Rogers Carl. R. 2004. Grupos de encuentro. Edición 1ª. Buenos Aires. Amorrortu. pp. 30,45 y 46.
  2. Riso Walter.  2003. Sabiduría emocional .Editorial Norma. Bogota. pp. 63,64,70 y 71.
  3. Artículo originalmente publicado en la revista de Psicología Iberoamericana, México, 1995. pp.. 70.
  4. Texto publicado en reconocimiento al aporte de Myriam Muñoz a la Gestalt. Editado por DESAFIO, 2004, Celaya, Gto.
  5. L. Hay Louise. 1984. Tú puedes sanar tu vida. Editorial Diana. Edición 1ª. Santa Mónica California, U.S.A. pp. 42.
  6. La Biblia Latinoamericana. 1995. Editorial Paulinas. Verbo Divino. pp. 609.
  7. Frankl Victor. 2004. En busca de sentido de vida. Editorial Herder. Barcelona, 2004.pp. 3 a la 80.
  8. González Ezequiel. 2009. Apuntes de Musicoterapia de la Maestría para el Desarrollo del Potencial Humano.14 de mayo de 2009.

1 Docente Universidad Autónoma de Nayarit.