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  El  proceso que realizan conjuntamente las asociaciones de migrantes y los tres  niveles de gobierno es un avance importante en la administración de las remesas  colectivas, por esto es necesario conocer la situación de las remesas  colectivas dentro del programa 3x1 para migrantes que ofrece la Secretaria de  Desarrollo Social. Particularmente los proyectos productivos que se han  desarrollado en Estados con mayor grado de intensidad migratoria como una forma  de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida en las localidades  expulsoras de migrantes. 
  El  principal hallazgo al realizar el análisis se encontró que los Estados con muy  bajo grado de intensidad migratoria destinaron mayor proporción de la inversión  total en los proyectos productivos a diferencia de las entidades clasificadas  como de bajo, alto y muy alto grado.
Palabras clave: Programa 3x1 para migrantes, Grados de intensidad migratoria, Remesas colectivas
En el 2010, México  recibió poco más de 21 mil millones de dólares de remesas a través de 67.4  millones de transferencias, teniendo un valor promedio por movimiento de 315  dólares (Banxico, 2011) mostrando una  ligera reactivación respecto al año anterior, a pesar de ubicarse en niveles  inferiores a lo observado hasta el año 2007 sigue siendo un monto significativo  dentro de la balanza comercial del país dado que superan rubros como inversión  extranjera y turismo, siendo el primer lugar los productos petroleros. Asimismo,  el Fondo Monetario Internacional ubica a México como el segundo país que recibe  más remesas en el mundo luego de la India siendo Estados Unidos el principal  país de donde se envían remesas (FMI, 2003). 
                 En el fenómeno de la migración hay dos o más naciones  involucradas necesariamente, siendo la relación México- Estados Unidos la que  interesa para el presente estudio. La cercanía de estos dos países, la ausencia  de oportunidad para incrementar ingresos sustancialmente y la percepción de ser  una nación poderosa, son algunos de los factores que influyen en la decisión de  migrar. 
                 Otro factor que alienta la migración son las redes  sociales formadas por familiares que se trasladaron en periodos pasados,  incluso amigos o vecinos de la misma comunidad que una vez establecidos en  alguna ciudad americana alientan a las personas que permanecían en territorio  nacional para migrar en busca de mejores oportunidades económicas. 
                 El uso de las remesas principalmente es para cubrir  las necesidades básicas seguido de gasto de vivienda, y apenas entre 1 y 2 por  ciento para la inversión productiva (Arroyo  Alejandre & Corvera Valenzuela, 2003; BID-FOMIN, 2007). A pesar del  porcentaje tan bajo que ocupa la inversión productiva, es importante por las  dimensiones que alcanzan los montos monetarios enviados año con año de forma  que se ha convertido en un tema de interés social y económico.
                 Zacatecas, Michoacán, Guanajuato, Durango y Nayarit  son los Estados con mayor grado de intensidad migratoria en México de acuerdo  al Consejo Nacional de Población (2002).  Por años se tenía la creencia de que las remesas no hacían diferencia alguna en  las comunidades receptoras; sin embargo, con el auge de estudios acerca de este  fenómeno se modifico esta opinión. 
                 Las agrupaciones de migrantes en Estados Unidos surgen  como solución a problemas en común que tenían que enfrentar como la  discriminación social y laboral, ofrecer prestaciones y atención médica,  sufragar gastos de las deportaciones de connacionales y repatriar los restos de  mexicanos fallecidos en Estados Unidos, también llamadas Hometown Association (HTA por sus siglas en ingles) iniciaron a  partir de la creación del Programa de Comunidades Mexicanas en el Extranjero de  la Secretaría de Relaciones Exteriores en 1990 (IME,  2004).
                 Las asociaciones de migrantes reconocen que trabajar  conjuntamente con el gobierno mexicano en los tres niveles fortalece el impacto  de los proyectos para el desarrollo de las comunidades de origen. De esta forma  se han creado diferentes programas como Iniciativa Ciudadana 3x1 de la SEDESOL,  ahora Programa 3x1 para migrantes. Las remesas colectivas que envían las  asociaciones en coordinación con el gobierno mexicano influyen en el desarrollo  de las entidades o regiones, pues este recurso impulsa la calidad de vida de  los que permanecen en el país.
                 Así, el presente trabajo se avoca a presentar la  experiencia de México en este programa en sus 9 años de funcionamiento. En la  primera parte del documento, se presenta una introducción acerca del fenómeno  de la migración; luego, en la segunda parte se aborda la experiencia mexicana  con las remesas familiares y colectivas con sus implicaciones en las políticas  gubernamentales.
                 En la tercera parte, se describe el Programa 3x1 para  migrantes con una breve reseña y los tipos de proyectos que se pueden realizar  con dicho programa. En la cuarta parte, se realiza el análisis estadístico de  la base de datos del Programa 3x1 para migrantes con lo cual se identifica el  desarrollo de las remesas colectivas en el contexto nacional con los grados de  intensidad migratoria de los Estados beneficiados por esta política pública.  Finalmente, se presentan las conclusiones con los principales hallazgos del  análisis.
El Banco Interamericano  de Desarrollo en colaboración con el Fondo Multilateral de Inversiones muestra  en sus encuestas de opinión del 2003 y 2006 que el uso de las remesas se  distribuye mayormente en gastos corriente o de consumo, seguido del ahorro, educación,  negocios y propiedades (BID-FOMIN, 2007).
         Asimismo, el Grupo de Trabajo de  Migración del PRI en la Cámara de Diputados indica que el 78 por ciento de las  remesas captadas fueron destinadas para bienes de consumo –como la compra de  electrodomésticos, construcción, alimentación, ropa y gastos de otro tipo que  no repercuten en la comunidad-, y el 1 por ciento restante se invierte en  proyectos productivos que generan empleos, mejor infraestructura en las  comunidades expulsoras de mano de obra o la creación de empresas familiares  como medio de supervivencia (CESOP, 2005). 
                 Al respecto Arroyo y Corvera (2003) en un estudio realizado en el occidente de México afirman  que el uso de las remesas es principalmente para mantener a la familia con un  67 por ciento, 12 por ciento para comprar casa o terreno, 13 por ciento para el  ahorro, 2 por ciento para crear o financiar negocios, finalmente 5 por ciento  para otros usos. Por su parte, Canales (2006)  afirma que la generación de microempresas o negocios familiares responden más a  estrategias de supervivencia que a una orientación emprendedora. 
                 Dado que para el periodo 2002-2010, México tuvo en  promedio anual un ingreso por casi 20 mil millones de dólares por concepto de  remesas y los expertos dictan que se destina aproximadamente el 2 por ciento de  las remesas a negocios; se calculan 390 millones 1 de  dólares destinados a actividades productivas. Se observa una importante  oportunidad para los negocios o la productividad de las remesas como vía de  desarrollo y crecimiento económico en las comunidades expulsoras de migrantes  por los montos que representa. 
                 Hasta la década de los ochenta se creía que las  remesas no tenían impacto en las regiones expulsoras de migrantes, pues se  consideraba que el movimiento geográfico no iba a cambiar el pensamiento de las  personas migrantes rurales a empresarios por el cambio de residencia  territorial, así lo afirman autores como Papail (2002)  y Lozano (2005). Por lo anterior, las  investigaciones que se han realizado al respecto son recientes. 
Remesas  familiares y colectivas
  Las remesas son parte  de los ingresos de los migrantes internacionales que envían a su país origen ya  sea en dinero o en especie (Arroyo Alejandre  & Berumen Sandoval, 2009; Lozano Ascencio, 2002). El objetivo de las  remesas familiares y colectivas es diferente, dado que las primeras su  principal uso es cubrir las necesidades básicas de las familias receptoras,  luego satisfacer otras necesidades como educación y vivienda (Arroyo Alejandre & Corvera Valenzuela, 2003; Castillo,  2005; Tuíran, 2002), de igual forma pueden ser el capital semilla para  impulsar actividades productivas como negocios familiares. 
                 Con la formalización de las Hometown Association en diferentes ciudades en Estados Unidos se  dio paso a las llamadas remesas colectivas, siendo parte de los salarios que  perciben los migrantes pero conjuntamente con otros migrantes de una misma  comunidad con intereses comunes. Lozano (2004)  las define como: “los recursos económicos  recaudados y donados por agrupaciones o asociaciones de migrantes, para  financiar infraestructura en pequeña escala o inversiones en actividades  productivas y comerciales, en comunidades de origen”
                 Las remesas familiares y colectivas se diferencian por  el remitente, receptor y los usos que tendrán (Lozano  Ascencio, 2004). Las partidas familiares, las envían personas  individuales para familiares que permanecen en México teniendo como objetivo  ser usadas para cubrir necesidades básicas. En lo que respecta a las  colectivas, su remitente será un Club de migrantes organizados en tierra  americana enviando estas partidas a organizaciones o líderes de las comunidades  de origen o para los gobiernos locales, teniendo como objetivo de ser utilizados  para gasto social, regularmente. 
                 El proceso que realizan conjuntamente las asociaciones  de migrantes y los tres niveles de gobierno es un avance importante en la  administración de las remesas colectivas; sin embargo, cuando se destina  invertir en proyectos a través del Programa 3x1 para migrantes es común que los  funcionarios públicos se inclinen por proyectos de desarrollo comunitario,  infraestructura, salud entre otros que por proyectos que tengan una influencia  positiva directa en el crecimiento económico de la población que se queda en  territorio nacional –proyectos productivos-. 
                 Dentro del marco expuesto se identifica el problema de  investigación como la necesidad de observar los usos de las remesas colectivas  de acuerdo al grado de intensidad migratoria de cada estado para dar paso a la  visualización de oportunidades para emplear estas partidas en proyectos  productivos, que sean motores económicos en las comunidades como una forma de  evitar mayor migración por ausencia de empleos y oportunidades de un mejor  vivir. 
                 Dado que los índices y grados de intensidad migratoria2  son reflejo de los hogares con migrantes o que reciben remesas, se hace  conveniente cruzar esta información con las remesas colectivas a través del  Programa 3x1 para migrantes. El Consejo Nacional de Población considera que  para evaluar el impacto de las migraciones es necesario considerar el grado de  intensidad migratoria, y no necesariamente del tipo de migrantes; con lo  anterior queda sustentado la importancia de estos índices de  migración. 
                 El CONAPO identifica que hay dos tipos de corrientes  migratorias: los trabajadores temporales residentes en México que regularmente  salen y entran de Estados Unidos una o más veces al año para trabajar, y los  inmigrantes mexicanos con residencia más o menos fija en Norteamérica (CONAPO, 2002). De acuerdo a la metodología  utilizada, se establecen los grados de intensidad migratoria a partir de los  índices calculados previamente (Ver en anexos Tabla 1). Los estados con mayor  intensidad migratoria son Durango (1.09000), Guanajuato (1.36569), Michoacán  (2.09950), Nayarit (1.27041) y Zacatecas (2.58352)
                 Dadas las características de los Estados se establece  la hipótesis de trabajo como: 
  Los estados con muy alto grado de  intensidad migratoria reciben mayores inversiones de remesas colectivas a  través del Programa 3x1 para migrantes. Por lo que invierten en mayor cuantía  en proyectos productivos que aquellas entidades federativas que no tienen la  misma captación de remesas.
Metodología
  Con información de las  bases de datos del programa 3x1 para migrantes de la Secretaria de Desarrollo  Social se realizó un análisis estadístico descriptivo, con datos del año 2002  al 2010. Del Consejo Nacional de Población se tomaron los índices y grados de  intensidad migratoria para las entidades federativas de México, estimados en  base al XII Censo de Población y Vivienda del 2000. Con lo anterior se  obtuvieron un total de 14,673 obras realizadas en el periodo de estudio. 
                 Se mezcló la información de ambas instituciones para  generar la base de datos con información de todo el país. Las variables que se  utilizaran son: año, estado, municipio, localidad, nombre del proyecto, tipo de  proyecto, grado de intensidad migratoria por estado y por municipio,  financiamiento total, financiamiento federal, financiamiento estatal,  financiamiento municipal, financiamiento de los migrantes, beneficiarios  hombres, beneficiarios mujeres y total beneficiarios.
El programa 3x1 para  migrantes tiene sus orígenes en la experiencia de los emigrantes del Estado de  Zacatecas desde 1986 consolidándose en el 2002 con el Presidente Vicente Fox  Quezada en el periodo 2000-2006 a través de la Secretaria de Desarrollo Social  en su Unidad de Microrregiones. Este programa apoya las iniciativas de los  mexicanos que viven en el exterior y les da la oportunidad de canalizar  recursos a México, en obras de impacto social que benefician directamente a sus  comunidades de origen. 
                 La dinámica del programa funciona con las aportaciones  de clubes o federaciones de migrantes radicados en el extranjero, la del  Gobierno Federal, la del Gobierno Estatal y la del Gobierno Municipal; por cada  peso que aportan los migrantes, los tres niveles de gobierno ponen 3 pesos más,  por ello el nombre de 3x1 para migrantes. 
                 Las asociaciones de migrantes son las responsables de  presentar los proyectos potenciales al entregar los formatos necesarios  identificando las necesidades prioritarias de la localidad, dicha asociación  debe estar registrada oficialmente en alguna de las oficinas consulares de  México en Estados Unidos o en el Instituto de los Mexicanos en el Exterior para  poder participar en este programa.
Clasificación  de los proyectos
  De acuerdo a las  necesidades que cubren las diferentes obras o proyectos es como se han  clasificado los mismos, esta clasificación es propuesta por la misma SEDESOL.
En este apartado se  presenta el análisis de la base de datos con las obras y proyectos realizados  entre el 2002 y 2010 a nivel nacional, considerando los grados de intensidad  migratoria que establece el Consejo Nacional de Población obteniendo un total  de 14,673 registros en la base de datos. 
                 El primer año de formalización del Programa tuvo poca  demanda de proyectos a realizar, con sólo 246 obras representando el 1.7 por  ciento del total de proyectos realizados en el periodo analizado. En el  siguiente año, 2003, se cuadriplicaron los proyectos realizados alcanzando 1023  proyectos representando el 7 por ciento de proyectos realizados en los nueve  años de estudio de este estudio.
  En  los años 2004 y 2005 se observa un alza en el número de proyectos realizados en  el país con 1677 y 1716 obras, respectivamente. Para el 2006, se realizaron  1353 proyectos representando 9.2 por ciento reflejando un descenso de obras  realizadas a partir del boom en los años anteriores. Finalmente, en el 2007 se  observa una recuperación que se sostiene hasta el 2010 para ubicarse en 2467  obras realizadas. Cabe señalar que la crisis económica que golpeo fuertemente a  las remesas familiares, no se refleja en las remesas colectivas, dado que no hay  una disminución en el número de obras. 
  En cuanto a la  distribución de las obras y proyectos en los Estados, se observa que Jalisco y  Zacatecas son los que registraron más proyectos en estos años de funcionamiento  del programa, tan solo estos dos estados abarcan casi la mitad de las obras  realizadas -29.7 por ciento y 19.4 por ciento, respectivamente-.
                 Los proyectos realizados en Estados con muy alto grado  de migración –Zacatecas, Michoacán, Durango, Guanajuato y Nayarit- abarcan el  41.2 por ciento. Los Estados con alto grado de intensidad migratoria tienen 42.4  por ciento con 6217 obras, siendo Jalisco el más participativo con el 70 por  ciento del total. Por su parte, Baja California, Coahuila, Chihuahua, Oaxaca,  Puebla, Querétaro, Sinaloa y Tamaulipas, Estados con grado medio de intensidad  migratoria registraron 1141 obras en el periodo, reflejando un 7.8 por ciento  del total. 
                 Finalmente, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco,  Yucatán, México, Nuevo León, Sonora, Tlaxcala y Veracruz, estados con un bajo y  muy bajo grado de intensidad migratoria ocupan el 8.6 por ciento del total de  obras realizadas en el periodo que se analiza, con 1269 proyectos.
  Las  obras de pavimentación, adoquinado y empedrado de calles y avenidas es el tipo  de proyecto con mayor incidencia (25.82 por ciento) en el periodo de estudio;  en segundo lugar, los proyectos de desarrollo comunitario como las casas de  ancianos, de mujeres, centros culturales, panteones, museos, bibliotecas,  arreglo de fachadas y viviendas, baños públicos, iglesias y centros/salones  comunitarios con un 13.4 por ciento. Los tipos de obras con menos incidencias  son los centros de salud, la infraestructura deportiva y caminos y carreteras (1.9,  3.9 y 4.6 por ciento, respectivamente).
  En  cuanto a los niveles de inversión, el Gobierno Federal proporciono 2,360  millones de pesos durante el periodo 2002-2010; el Estatal 1,985 millones de  pesos; el municipal 2,056 millones de pesos y los migrantes 2,168 millones de  pesos; es así como se puede mostrar que los migrantes son la segunda fuerza de  inversión para los proyectos y obras que se realizaron en los años que lleva el  programa. 
  El  financiamiento total de acuerdo al grado de intensidad migratoria está  distribuido en los diferentes niveles, concentrándose casi la mitad del total  en los cinco Estados con muy alto grado de intensidad migratoria (42,30 por  ciento) con una suma de 3,626 millones de pesos. Siendo los Estados de muy bajo  grado de intensidad migratoria los que tienen el menor financiamiento con 349  millones de pesos durante el periodo de estudio. 
  La inversión en  proyectos productivos asciende a 478.7 millones repartido en 809 partidas  durante el periodo, donde los Estados de muy alto grado de intensidad  migratoria ejercieron el 46.54 por ciento, los de alto grado de intensidad  migratoria el 16.5 por ciento, los de medio grado de intensidad migratoria 20.47  por ciento, los de bajo y muy bajo grado realizaron el 16.1 por ciento. 
  Lo  anterior resalta que la condición de tener mayor migración no es totalmente  necesaria para invertir las remesas colectivas en proyectos productivos en la  comunidad, esto refuerza el argumento de que existen otros factores que  impulsan el uso productivo como lo plantea Massey y Parrado (1997), Canales (2004)  y, Papail y Arroyo (2009).
  En  promedio se invirtió 592 mil pesos en cada proyecto productivo realizado  durante el periodo en los diferentes estados. Se observa que los Estados de muy  bajo grado de intensidad migratoria destinan una inversión por proyecto menor a  los de muy alto; sin embargo, el dinamismo que presentan es señal de que otros  factores como el clima de inversión, el ambiente político e institucional en el  Estado y en el Municipio, la percepción de la gobernabilidad y calidad  burocrática, así como características de los líderes migrantes sean factores  que incentiven el desarrollo de proyectos productivos. 
  Lo  anterior, podría ser la explicación al caso de Chiapas que desarrolló 73  proyectos durante el periodo, muy por encima de muchos otros con más altos  grados de intensidad migratoria, siendo los proyectos de mejoramiento y  construcción de beneficios húmedos de café orgánico, invernaderos de  hortalizas, cultivo y engorda de mojarra tilapia, los más frecuentes. Por su  parte Tamaulipas realizo 99 proyectos dentro del periodo a pesar de ser un  Estado clasificado como de grado medio de intensidad migratoria.
En el marco de la  revisión de literatura hay un consenso entre instituciones y estudiosos en que  las remesas familiares tienen como principal finalidad cubrir las necesidades  básicas como alimentación, vestido y salud, también se destina a la inversión  en capital humano a través de la educación de los hijos de migrantes. De igual  forma coinciden en que un pequeño porcentaje se destina para la creación de  negocios, entre 1 y 4 por ciento.
  Al  examinar las bases de datos de este programa tanto a nivel nacional, se  encontró que los proyectos productivos son un tipo de obra con menor proporción  de obras realizadas –la cuarta más baja- en los nueve años del periodo de  estudio. El uso productivo de las remesas depende de diferentes aspectos como  el tipo de migración, del contexto histórico y político de las localidades, del  capital humano creado a partir de la migración, de las redes sociales  transnacionales, de las características sociales de la comunidad expulsora y de  la etapa del ciclo de vida de los hogares de migrantes. 
  La  pobreza extrema es el principal factor que limita el uso productivo de las  remesas familiares, pues los receptores están más interesados en cubrir las  necesidades primarias que generar riqueza para subsistir (Montoya Zavala, 2006). Lo anterior se traslada  a las remesas colectivas, pues al enfocarse en cubrir dichas carencias inhibe  la participación económica colectiva a través de clubs o asociaciones. 
  Los  factores que han estimulado la inversión productiva de remesas familiares y  colectivas, son las habilidades adquiridas por el migrante en Estados Unidos,  las asociaciones de los mismos (hometown  association), la filantropía y necesidad de contribuir en el mejoramiento  de la calidad de vida de los residentes en México, normalmente familiares;  además de las redes sociales que se mantienen entre el migrante de retorno con  personas que permanecen en territorio extranjero.
                 Con el análisis de los proyectos realizados durante  los nueve años del periodo de estudio resalta que las obras de pavimentación,  adoquinado y empedrado son las que tienen mayor prioridad dentro del programa  representando 25.8 por ciento de las obras dentro del periodo. Los centros de  salud, equipamiento de clínicas, ambulancias y centros de rehabilitación son  los que tienen una menor frecuencia de obras. 
                 Los proyectos productivos ocupa el octavo lugar en  frecuencia de obras en los nueve años, englobando 5.5 por ciento del total de  obras realizada en los nueve años del programa.          En el análisis por grado de intensidad migratoria se  distinguen las entidades federativas de muy bajo grado al concentrar 114  proyectos productivos lo cual rebate la hipótesis del presente trabajo donde se  establece que a mayores grados de intensidad migratoria corresponderían mayores  niveles de inversión y por tanto más financiamiento para proyectos productivos. 
                 Las entidades de bajo grado registran apenas 50  proyectos, reforzando la objeción de la hipótesis pues estos estados que tienen  un mayor grado de intensidad migratoria no desarrollaron un mayor número de  proyectos productivos como se esperaría.          En  cuanto a los estados de grado medio se registraron 206 obras durante el periodo  de estudio; los de alto grado registran 129 proyectos rebatiendo nuevamente la  hipótesis, con lo cual se deduce que la decisión de desarrollar proyectos  productivos tiene relación con otros factores que estimulan la inversión  productiva. Los estados de muy alto grado desarrollaron 310 proyectos  productivos durante el periodo, ajustándose al comportamiento esperado en la  hipótesis de trabajo. 
                 Los estados de muy alto grado de intensidad migratoria  se desempeñan de acuerdo a lo esperado en la hipótesis del trabajo, donde se  estableció que a mayor grado de intensidad migratoria más inversiones en  proyectos productivos. Siendo los estados de muy bajo grado de intensidad  migratoria los que se contraponen a lo esperado dado que registran un mayor  volumen de estos que entidades federativas con grado de intensidad bajo y  medio, incluso apenas por debajo de los Estados de alto grado de intensidad  migratoria.
                 Durante este periodo, 2002-2010, se ejerció un  presupuesto total de 8,574 millones de pesos, observando que año con año se ha  aumentado el monto invertido. La distribución del financiamiento de acuerdo al  grado de intensidad migratoria, responde afirmativamente a la hipótesis de  investigación, pues los Estados con muy alto grado obtuvieron el mayor nivel de  inversión durante el periodo con 3 634 millones de pesos, en la siguiente tabla  se presentan los datos. 
De la tabla anterior  sobresale que Aguascalientes, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos y San  Luís Potosí, estados clasificados como de alto grado de intensidad migratoria,  sean los que destinan menor inversión media en los proyectos productivos en comparación  con otras entidades federativas catalogadas con diferentes grados de intensidad  migratoria. 
                 La hipótesis es rechazada en cierta medida porque los  Estados clasificados como de muy bajo grado de intensidad migratoria destinaron  mayor proporción de la inversión total en proyectos productivos a diferencia de  las entidades clasificadas como de bajo, alto y muy alto grado. 
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