CRECIMIENTO ECONÓMICO Y DESARROLLO REGIONAL EN MÉXICO (1970 – 2010)

CRECIMIENTO ECONÓMICO Y DESARROLLO REGIONAL EN MÉXICO (1970 – 2010)

Jorge Isauro Rionda Ramírez (CV)

EVOLUCIÓN DEL DESARROLLO REGIONAL Y CONVERGENTE EN MÉXICO

Ante de continuar con la presente investigación, se debe previamente definir qué se entiende por desarrollo convergente: el principio indica que las partes observen la misma conducta que el todo. Esto es, que la conducta sea uniforme y congruente entre las partes y el todo. Lo que implica la consistencia del todo. Por ello, se entiende por convergencia, para el caso del crecimiento económico de las entidades federativas que, en términos absolutos el nivel de PIB per cápita sea igual en todas las entidades, y que, en términos relativos su crecimiento sea uniforme con respecto al promedio nacional.

Al respecto se derivan algunas consideraciones al respecto pues se puede considerar que la sola uniformidad existente entre las partes y el todo, como criterio de consistencia, per se no indica convergencia alguna, sino uniformidad. La convergencia se puede entender como el acercamiento o interacción entre las partes en las actividades económicas, como parte de una economía compartida (llámese nacional), donde la integración entre las entidades sea el fundamento de la convergencia, que garantice la existencia de una aparato productivo nacional bien articulado.

Sin embargo, para establecer la convergencia con base a la interacción, el juicio debe derivar de un planteamiento metodológico que bien parta de desarrollos de matrices insumo producto de la economía nacional y de las economías por entidad, o bien, por el desarrollo de multiplicadores sectoriales realizados inter estatalmente.

En el presente trabajo se parte que la uniformidad en cuanto nivel de producción per cápita, como de uniformidad en las tasas promedio anuales en que crece esta producción es reflejo consecuente de la necesaria convergencia económica existente entre las entidades federativas de la República mexicana.

Aclarado lo anterior, se entra en materia.

Es interesante ver que en el espectro de desarrollo que corresponde al año de 1970 (mapa 3), el producto per cápita observa que existen, aparte de las entidades que tradicionalmente son las más dinámicas del país, el DF, Jalisco y Nuevo León, otras regiones  como Chiapas en el sur del país, y la península de California junto con Sonora.
Chiapas y Sonora observan un alto nivel de producción por persona a efecto de los subsidios a la agricultura que entonces son muy importantes, especialmente en productos de exportación como lo es el Café en Chiapas, o el maíz en Sonora. La Baja California Sur presenta un alto nivel a efecto de su baja densidad de población.

En 1975 se suman Chihuahua y Quintana Roo pero desaparece Chiapas la cual baja drásticamente de tener un muy alto nivel de producción por persona, a uno de los más bajos. El primero se explica por el arribo de fuertes inversiones extranjeras en la zona fronteriza, especialmente en Ciudad Juárez. El caso de Chiapas se debe a la sobre especialización económica en un cultivo: el café. Las variaciones abruptas en los precios internacionales de este cultivo hacen el que producto per cápita se observe altamente voluble (mapa 4). Tabasco adquiere relevancia en el mismo rublo por los descubrimientos y aprovechamientos de mantos petrolíferos en su territorio, mientras que Jalisco pierde relevancia. Hidalgo baja mientras que Colima escala un peldaño.
En 1980 Sonora a su vez baja su nivel de producción por habitante. Sinaloa también pierde un escaño mientras que Chiapas vuelve a recuperarse (mapa 5). En el centro Hidalgo y Puebla bajan su nivel de producción per cápita. Campeche es una entidad que mantiene su situación de forma persistente. Coahuila adquiere relevancia al grado de presenta un alto nivel para 1980.
En el mapa 6 que corresponde al año de 1985 destaca que el sur y el centro norte de la República se mantienen de forma persistente con el nivel más bajo, mientras que el Distrito Federal y Nuevo León se mantienen de forma persistente en el nivel más alto. Campeche aumenta su nivel de producción.

En el mapa 7 correspondiente a 1988, se tiene que San Luis Potosí incrementa su nivel de producción por habitante, lo mismo que Campeche sigue su ascenso observado desde 1980. Sonora vuelve a recuperar su alto nivel de productividad.

Destaca que para 1994 las entidades del norte de la República observan el mayor nivel de producción per cápita, a efecto de la apertura económica. La península de Yucatán también observan una economía dinámica. Veracruz pierde posición y Guanajuato como Querétaro escalan un peldaño. Zacatecas se mantiene persistentemente como una entidad con el más bajo nivel de producción por persona. Los estados de Nayarit, Sinaloa y Durango mantienen un desarrollo similar y persistente con tasas medias de producción per cápita.

En el año 2000 (gráfica 9) se tiene un rompimiento con Nayarit que presenta un nivel más bajo que el lustros anteriores. Durango repunta. No obstante se están creando franjas de desarrollo regional bien diferenciadas. Por decir, las entidades del norte que persisten en observar tasas muy altas de productividad por persona, entidades como Michoacán, Guerrero y Oaxaca que se mantienen desde 1970 con los niveles más bajos. Veracruz que declina su posición para permanecer de forma persistente en los niveles más bajos. La península de Yucatán escalando lugares debido a dos factores, el petróleo y la inversión pública, privada y extranjera en desarrollos turísticas y de servicios, especialmente Quintana Roo.

Aparece el centro con entidades que pierden dinamismo como Jalisco, persisten como Querétaro con tasa significativas, mientras Guanajuato modestamente mejora su situación y persiste con otras entidades como San Luis Potorí, Hidalgo, Morelos, Pueblos, Tlaxcala y el Estado de México. Zacatecas como Nayarit aparecen como lunares aislados y con tasas muy bajas de producción per cápita. Tabasco cae a niveles muy bajos mientras que Campeche persiste con tasas altas de productividad. Está Chiapas con oscilante crecimiento, pero que finalmente tiende a caer.
Para el año 2008 (gráfica 10), la situación deja en claro que las regiones de alto dinamismo económico en el nuevo esquema de desarrollo exogenista son, en el norte Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y en el Sur Quintana Roo y Campeche. Donde destacan Sonora y la península de Baja California con crecimiento uniforme y tendiente a alcanzar el dinamismo de Chihuahua, Coahuila como Nuevo León. Lo mismo sucede con Tamaulipas. Por ello conforman una región con parámetros similares. En el sur aparece la Península de Yucatán que conforman Quintana Roo y Campeche con un alto nivel de producción por habitante, y con un nivel muy cercano están Yucatán y Tabasco. Los mismos que forman otra región con altos niveles de producción por persona, de forma persistente.

Se tiene que la región centro oriente, centro sur conforman otra región con niveles muy bajos de desarrollo. Entidades como Michoacán, Guerrero, Oaxaca de forma persistente mantienen las más bajas tasas de producción por habitante. Esta Chiapas con variaciones vacilantes pero tendientes a presentar también niveles bajos de productividad, así como Veracruz, Puebla y Tlaxcala que conjuntamente con las anteriores forman la región que muestra el mayor rezago económico.

Resta una cuarta región que se conforma por Sinaloa, Durango, Nayarit, Zacatecas, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, el Estado de México, principalmente, que presentan economías con niveles medios de productividad, como bajos.

El Distrito Federal aparece persistentemente con un nivel muy alto de producción per cápita pero con una economía desarticulada de la de sus estados vecinos. Otro lunar es Querétaro que escapa a la inercia de sus estados vecinos y logra ubicarse como una entidad con altas tasas de producción por habitante.

La tendencia al 2010 es a consolidar esta espectro de desarrollo regional (mapa11), donde cada vez serán más específicos y definitivos los patrones de desarrollo regional.

Con base a los mapas anteriores, se tiene que las entidades del país ante el cambio de esquema de crecimiento económico, pasan por una inestabilidad en cuanto niveles de producción per cápita, la cual a partir del 2000 tiende a formalizarse en una conformación regional con parámetros bien definidos y estables. El interés ahora radica en saber si esta formalización en el desarrollo regional tiende a mostrar convergencia alguna entre las entidades federativas. En este rubro se debe rescatar el trabajo de Luis Decuir-Viruez (agosto 2003)1

Decuir-Viruez primero presenta un gráfica (gráfica 21), donde presenta las tasas anuales de crecimiento durante el modelo de sustitución de importaciones (1970 – 1980), el periodo de inicio de la apertura económica y cambio de esquema de crecimiento (1980 – 1994) y el periodo que va del NAFTA en adelante (en su gráfica de 1994 a 2002).

Tomando la misma fuente, se presenta la gráfica 22 que agrega una línea de tendencia a largo plazo, lo que indica la tendencia a la estagnación de la economía nacional que se puede deber a varias razones. Entre las más destacables, al agotamiento del esquema de producción fordista y la transición (nada estable) a un nuevo esquema de producción flexible, bajo la condición de tratarse de una economía pequeña y periférica.

En la siguiente gráfica 23 se presenta la tendencia en el corto plazo (de 1996 a 2007) para verificar si la tendencia reciente es contraria a la de largo plazo. Como puede verse, la tendencia descendente se mantiene.
Por su población, las entidades más importantes de la República Mexicana son: el Distrito Federal, el Estado de México, Jalisco, Veracruz y Nuevo León. La autora en su trabajo presenta las tasas de crecimiento promedio anual para los tres periodos que estudia.
De este cuadro se obtiene que las 5 principales entidades aportan un poco más de la mitad del PIB nacional al año. Por otra parte la tendencia de 1994 en adelante es a aumentar su participación relativa, la cual para el 2025, de seguir la misma tendencia, bien puede llegar al 71%. El DF es quien mantiene su participación sin cambios significativos. De 1970 a 2008 ligeramente bajó, pero se estima que la misma bajará ligeramente, incluso a largo plazo.

El Estado de México es otro caos que también observa una participación relativa en el PIB nacional más o menos constante, ligeramente creciente a largo plazo. Jalisco tiende a perder relevancia económica puesto que su participación relativa baja de 1970 a 1988 en 1 punto porcentual (de 6.84% a 5.87%). Veracruz presenta un incremento sostenido y muy importante, lo mismo que Nuevo León.

El cambio de esquema económico no ha sido de forma armoniosa y estable, todo lo contrario, los incrementos en la productividad a nivel per cápita indican que la economía regional es bastante vulnerable.
Con excepción del Distrito Federal que mantiene su posición nacional ene el primer y el segundo lugar, la provincia presenta una alta volubilidad. El caso de Puebla y Veracruz indican que en materia de producción por habitante son entidades que caen drásticamente. Contrario, Sonora, Nuevo León y Baja California mejoran su posición de forma significativa. Otras entidades como Querétaro lentamente presentan mejoras como otras más como Nayarit y Zacatecas se mantienen en niveles persistentemente bajos.

Interesante resulta ver cómo el Distrito Federal, presenta la mayor consistencia en cuanto su nivel de producción per cápita, debido a que su industria tiene la mayor consolidación por tratarse de una industria de mayor arraigo en los mercados nacionales, como pertinencia. Así por que se trata de los sectores más modernos e intensivos en capital de la República. Contraparte, la provincia presente un rezago significativo en cuanto tecnología, por tratarse de la economía más tradicional y con un desarrollo incipiente. Con menor arraigo en los mercados nacionales.

Aparte del Distrito Federal, las entidades que presentan los sectores económicos más modernos y básicos para la economía nacional (acero, petróleo, bienes de capital e insumos industriales), así como aquellas que presentan los mayores vínculos con los mercados nacionales como internacionales (puertos y fronteras), son las que se han mantenido más estables y menos vulnerables ante la transición de un esquema proteccionista a uno con apertura económica.

Con base a los dos esquemas de desarrollo, endogenismo (que en el periodo que se toma para el presente estudio va de 1970 a 1985), y exogenismo (de 1985 en adelante), el PIB per cápita promedio anual por entidad federativa para los lapsos de 1970  a 1985, de 1985 a 2003 (que comprende la base empírica del estudio), como de 2003 a 2010 (que comprende el lapso estimado), se presenta en el cuadro 15 siguiente:
Se tiene que para las entidades de más alto nivel de producción por habitante, la tendencia es a que éste siga subiendo, mientras que para las entidades de más bajo nivel del mismo rubro, la tendencia es a que esta tienda a bajar (gráfica 24). La línea que habla de la tendencia esperada es con base al crecimiento potencial, dado el antecedente histórico. Por decir, Sonora presenta un nivel muy alto de PIB per cápita durante el endogenismo, el cual cae radicalmente con el exogenismo, a efecto de la suspensión de los fuertes subsidios agrícolas que recibía antes del cambio de esquema. La línea que indica lo esperado, es precisamente la potencialidad  en cuanto crecimiento por PIB per cápita puede expresar Sonora.
El DF es consistente en los tres lapsos presentados puesto que su incremento es continuo y ascendente, esto a nivel marginal, esto es, por cada persona que residen en el área territorial que comprende el distrito. No obstante, como se ve en anteriores cuadro, su PIB tiende a ser menor puesto que su crecimiento demográfico esta bajando a un mayor ritmo que el nacional.

Si se comparan las líneas de tendencia de los periodos que abarcan el endogenismo económico (1970 – 1985), y el exogenismo económico (1985 – 2003), se tienen que la correspondiente línea al primer periodo con respecto a la línea del segundo indican que el PIB per cápita crece en las entidades de mayor nivel de este mismo indicador, con respecto al observado en las entidades con menor nivel. Lo que habla de la concentración geográfica de la producción.

En el cuadro 16 se presentan las tasas de crecimiento promedio anual del PIB per cápita por entidad federativa de 1970 a 2010. Indica que durante el periodo endogenista (1970 – 1985), el PIB per cápita crece con mayor dinamismo en las áreas cuyo nivel de PIB per cápita es menor. Viceversa, las entidades con mayor nivel de PIB per cápita crecen con menor dinamismo que las de menor nivel de PIB per cápita. Lo que indica que la brecha existente entre las entidades con mayor y menor nivel de productividad tiende a estrecharse, lo que indica necesariamente convergencia en el desarrollo.
Para el periodo que comprende el exogenismo (1985 – 2003), el dinamismo económico decrece en general y sobre todo en provincia. Aparte la brecha entre las entidades con mayor y menor nivel de producción por habitante, indica divergencia al ser menor el dinamismo en las entidades con menor productividad por persona, con respecto con las entidades de más alto nivel. La línea de tendencia del periodo endogenista al tener una mayor pendiente positiva indica convergencia. Mientras que la línea del periodo exogenista ligeramente tiende una pendiente negativa lo que indica divergencia.

Por lo anterior se puede afirmar que el esquema de apertura económica esta causando la concentración geográfica de la producción. La divergencia regional al menos en materia de PIB per cápita, y el incremento de las asimetrias existentes en los niveles de vida entre las entidades que conforman la República mexicana.

Normalizando este criterio, de forma georeferenciada, toca entonces presentar las gráficas de convergencia/divergencia que desarrollo Decuir- Viruez (agosto 2003; 36 - 37) 2.
La autora con base a la gráfica 27 indica que hay una reversión de la convergencia en el periodo observado de 1985 a 2000 con respecto al periodo anterior de 1970 a 1985 (gráfica 26). Aunque ella lo atañe a factores institucionales, los cuales no son de interés para el objetivo del presente trabajo-
Con esto, se da término al artículo, con lo que solo queda rescatar los principales hallazgos obtenidos.

1 Decuir –Viruez, Luisa (Abril, 2003) “Institutional factors in the economic growth of Mexico”. Artículo presentado en la 43er Congreso ERSA 2003 sobre Periferias, Centros, y Desarrollo especial en la nueva Europa. Universidad de Jyväskylä, Finlandia. P. 42.

2 Decuir –Viruez, Luisa (Abril, 2003) “Institutional factors in the economic growth of Mexico”. Artículo presentado en la 43er Congreso ERSA 2003 sobre Periferias, Centros, y Desarrollo especial en la nueva Europa. Universidad de Jyväskylä, Finlandia. Pp. 36 - 37.