APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Andrés E. Miguel Velasco (CV)
Pedro Maldonado Cruz (CV)
Julio César Torres Váldez (CV)
Nestor Solís Jiménez(CV)

1.5b. El modelo de las turbulencias regionales

La metodología de la complejidad (ÇO) aporta al análisis de Я la multicausalidad, multidisciplinariedad y la multifuncionalidad, y se entiende como el conjunto de conocimientos sustentados en el andamiaje categórico-conceptual basado en el principio que Я y sus lugares centrales poseen la existencia simultánea de una heterogeneidad y diversidad estructural, y de una reciprocidad funcional de sus elementos, subsistemas, o círculos de retroalimentación positiva o negativa. Con estos últimos vienen aparejados la entropía y el “caos”, que es un desorden de gran magnitud o un conjunto de desórdenes, y puede entenderse como el comportamiento impredecible que se presenta en Я y sus lugares centrales, y no necesariamente posee la connotación destructiva que popularmente se le atribuye, pues expresa la evolución errática de los eventos o sucesos, el rompimiento de la armonía de la actividad cotidiana.

El caos es resultado de la interacción del “atractor” con al menos un “activador” de caos, y para que tenga efecto se requiere de un “receptor”, que es el elemento que resiente los efectos del caos. Receptores tradicionales los son la población, las ciudades, y el medio ambiente. Con respecto a los activadores de caos o “acticaos” (αi), estos pueden considerarse agentes o estructuras potencialmente capaces de transformar (dañar, destruir o construir) a su receptor.

Cuando un αi logra sincronizarse con un atractor, o sucede un ataque en racimo de diversos acticaos, su acción en el corto plazo puede generar un megacaos, es decir, una situación de incertidumbre muy alta (un 67% a un 100%) en Я, debido a que cuando se manifiesta se desconoce su alcance o impacto (nivel de destrucción o construcción), su duración (temporalidad), así como el lugar donde se manifestará. Ejemplos de esto son los fenómenos naturales como los sismos de gran magnitud, las sequías, heladas, inundaciones, etc., las guerras, las epidemias, los conflictos políticos y el crimen organizado. Si no se concretan cambios, a medida que pasa el tiempo, Я logra habituarse parcialmente al caos (pasa a una incertidumbre media con un valor entre  34% y 66%), convirtiéndose en un macrocaos (ejemplos de este lo son los problemas económicos, las luchas partidistas por el poder, la escasez, o la especulación financiera). Finalmente, en el largo plazo se pasa al nivel de microcaos, o de baja incertidumbre, el cual es tolerable para el receptor, que incluso puede llegar a habituarse y convivir con el caos (la incertidumbre alcanza un valor entre 0% y 33%). Ejemplos de este lo son la pobreza, el desempleo, la emigración, el bajo ingreso, o la delincuencia cotidiana.

La ÇO también implica la presencia de entropía, que se manifiesta en los ECOs y conflictos colaterales no deseables de Я, como por ejemplo las desigualdades regionales (δR). Las δR son la manifestación en la cual Я, sus ciudades, organizaciones y ciudadanos tienen un acceso diferente, e incluso discriminatorio, a un nivel de desarrollo, o una calidad de vida considerados adecuados para el momento histórico que se vive. Las δR de origen socioeconómico, y hoy en día ambiental, en gran medida son producto de la interacción interregional y de acciones deliberadas de los ciudadanos, gobiernos y organizaciones, que ocasionan diferencias en el acceso a los bienes, servicios, infraestructura, bienestar, y por consiguiente, a una calidad de vida similar para todas las regiones (Miguel et al 2007).

Las δR están hermanadas con la inequidad y los desequilibrios. La inequidad puede ser inter o intraregional, y posee un fundamento de legalidad por basarse en acuerdos formales que garantizan un trato preferencial a ciertos actores sociales (ciudades, regiones u organizaciones) que originalmente tienen derechos y obligaciones iguales que los demás. La inequidad puede ser intangible inicialmente, en cambio los desequilibrios regionales tienden a ser tangibles desde un inicio, y responden a las situaciones en las que la demanda y oferta de bienes, servicios, infraestructura y recursos naturales relacionados con el bienestar regional no satisfacen a todos los ciudadanos; o una situación en la que los factores susceptibles de asegurar una calidad de vida óptima en la región están descompensados entre sí de tal manera que tienden a generar situaciones económicas, sociales y ambientales inestables mientras no se corrijan.

Las δR tienden a confluir en el “centralismo”, que consiste en la concentración de infraestructura, servicios, empresas, instituciones e inversiones en una o unas cuantas localidades a costa del abandono de las restantes, y que en gran medida determina que unas regiones tiendan ser favorecidas con la distribución de los recursos públicos y privados. Este proceder genera perdedores y ganadores, generalmente las zonas, organizaciones o personas que reciben un trato mejor en la dotación de infraestructura, servicios, inversiones, etc.

Los ECOs y los αi pueden operar de manera aislada, o bien, sincronizadamente, entendiendo por sincronización el acoplamiento repentino, de los sucesos caóticos. Cuando esto último sucede se manifiestan las “turbulencias sociales” (τi). Estas enlazan los conjuntos de desórdenes (económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales) que aparecen repentinamente en Я, articulando los ECOs, atractores y activadores de caos, dificultando la actividad normal del sistema económico-social, modificando (manteniendo o disminuyendo) los niveles de la economía, el bienestar, el medio ambiente, y por consiguiente de ÐЯ, de tal manera que
ÐЯ = turbulencias sociales x desarrollo = τiÐ= τi (3/5Hi + 1/5Ai + 1/5Li)
donde τi=αiθi coeficiente de turbulencias sociales;  θi es el coeficiente de desigualdades, y αi: coeficiente de acticaos. En resumen, las turbulencias afectan ÐЯ, ocasionando una disminución del mismo (ver apartado III del Anexo: Síntesis matemática de las teorías de la región).