MEMORIA DEL XXI COLOQUIO MEXICANO DE ECONOMÍA MATEMÁTICA Y ECONOMETRÍA. TOMO III

MEMORIA DEL XXI COLOQUIO MEXICANO DE ECONOMÍA MATEMÁTICA Y ECONOMETRÍA. TOMO III

Eduardo Meza Ramos (CV)

Salarios relativos en el sector manufacturero de México: un análisis de sus determinantes a través de datos de panel

Angélica Lidia Sauceda Parra
Rogelio Varela Llamas

Resumen: En este documento se analizan los determinantes de los salarios relativos en la industria manufacturera de México durante el periodo de 1999-2008. El análisis se desarrolla en el marco de un enfoque integral que considera una teórica laboral, comercial y financiera. Se utiliza la metodología de datos de panel e información de la Encuesta Industrial Mensual del INEGI. Los resultados sugieren que la demanda relativa de trabajo calificado y no calificado incide directamente en el incremento de los salarios relativos de manera significativa. También se encuentra que la relación de las exportaciones e importaciones con los salarios relativos es consistente con lo que postula la teoría. Se identifica que los subsectores que presentan las mayores tasas de salarios relativos son los mismos subsectores que presentan mayor dotación de trabajo calificado en relación con el no calificado y están son en orden de importancia 35 sustancias químicas, 39 otras industrias manufactureras, 34 papel y productos derivados, y por último el 31 productos alimenticios. Los subsectores con gran dinamismo en el periodo son la industria textil perteneciente al subsector 32, la electrónica y la industria automotriz perteneciente al subsector 38 considerado como intensivos en exportación e importación.
Palabras Clave: Salarios relativos, datos de panel, industria manufacturera
Clasificación JEL: J24, J31 Y J51

Introducción
Uno de los tópicos del mercado laboral que durante los últimos años ha sido materia de reflexión, es la desigualdad salarial entre trabajadores especializados y no especializados. De acuerdo con Gosling y Machin (1993), el enfoque teórico convencional postula que son las fuerzas del mercado las que explican la dinámica del fenómeno y que por tanto habría que estudiar la oferta y demanda relativa de trabajo como factores determinantes. Sin embargo, existe otra visión que le atribuye un papel preponderante a las instituciones relacionadas con el mercado de trabajo. Al respecto, Nickell y Layard (1999) y Card y DiNardo (2002), señalan que la negociación colectiva, la fijación de los salarios mínimos y el poder de los sindicatos son algunos factores de carácter  institucional que inciden en la estructura salarial. La perspectiva que le concede importancia al mercado de trabajo  y que le resta importancia a los factores de orden institucional, está muy influenciada por Berman, Bound y Griliches (1994). Sin embargo, dentro de este enfoque de corte laboral, hay autores que le atribuyen importancia a factores comerciales.
Por el lado de la oferta, las variables que se considera impactan en los salarios relativos es la población activa relativa y las importaciones. Un aumento de la fuerza laboral no calificada, disminuye la oferta relativa, es decir, se traduce en una disminución de los salarios del trabajo menos calificado y por tanto, un aumento del salario relativo, habiendo finalmente una relación negativa entre oferta y salarios relativos, de tal forma que entre salarios relativos y población activa relativa hay una relación negativa. Con respecto a las importaciones se asume que llevan implícito los servicios del factor que contribuye de manera más significativa y producirán un efecto en la oferta de trabajo calificado y no calificado y en los salarios relativos, dependiendo en que factor son más intensivas las importaciones. Si aumentan las importaciones de bienes intensivos en trabajo no calificado, en el país importador aumenta la oferta de este tipo de trabajo, disminuyen sus salarios y consecuentemente aumenta el salario relativo, habiendo una relación positiva entre este último y las importaciones. En el trabajo de Borjas, Freeman y Katz (1997), se afirma para el caso de Estados Unidos que las importaciones han producido un descenso en el salario relativo de los trabajadores no calificados. Por el contrario, si aumentan las importaciones de bienes intensivos en trabajo calificado, en el país importador aumenta la oferta de este tipo de trabajo, disminuyen sus salarios y también el salario relativo, produciéndose una relación inversa entre esta  variable y el salario relativo.
Por el lado de la demanda relativa, la perspectiva laboral puntualiza que el progreso tecnológico presenta un sesgo favorable hacia los trabajadores calificados. Algunos autores como Autor, Katz y Krueger (1998) y Acemoglu (2002), señalan que este sesgo se  ha acelerado en los últimos años  produciendo que el salario de los calificados mejore en términos relativos. El desarrollo tecnológico estaría sesgado a favor de los calificados, por la productividad específica de los trabajadores calificados y los no calificados. En el caso de los trabajadores no calificados si desciende su productividad, aumenta el salario relativo habiendo una relación inversa. Por el contrario si la productividad de los calificados aumenta, también se incrementa el salario relativo a favor de estos, de tal manera que se da una relación directa.
Desde una perspectiva comercial, se destaca que la oferta relativa no posee ningún grado de influencia y que todo el peso recae en la demanda relativa que incide sobre el salario relativo a través de dos vías, el comercio internacional y el desarrollo tecnológico.  Se apunta que los sectores intensivos en trabajo calificado han crecido gracias el comercio internacional y la demanda relativa de estos sectores se ha expandido propiciando que los salarios de los calificados crezcan al incrementarse su demanda de trabajo. Con respecto al desarrollo tecnológico, estos reducen los costos comparativos de los sectores más intensivos en calificación, con lo que dichos sectores se expanden debido a una mayor demanda relativa en sus productos.  Esto produce un aumento de la demanda de trabajo de los calificados y por tanto de los salarios relativos a favor de los calificados. Desde una perspectiva financiera, Feenstra y Hanson (1995,1996), han contribuido a la discusión del tema planteando que los movimientos de capital de los países desarrollados hacia los menos desarrollados han impactado favorablemente en los salarios relativos de los calificados con respecto a los no calificados. Los país desarrollados al trasladar actividades menos intensivas en calificación a países menos desarrollados,  ha producido que la demanda relativa de trabajadores no calificados en países desarrollados ha disminuido y con ello sus salarios en términos comparativos. Además, se plantea que los países receptores de inversión extranjera directa también se han experimentado un incremento de los salarios relativos de los calificados. En este sentido se esperaría una relación directa en inversión extranjera directa y salarios relativos.
A partir de estas consideraciones, se analizan los determinantes de los salarios relativos en México para el sector manufacturero durante el periodo de 1994-2008. El trabajo se divide en siete secciones, en la primera se analizan los determinantes de la desigualdad salaria desde una perspectiva teórica. En la segunda, se efectúa un análisis estadístico de las variables involucradas, subsecuentemente se realiza en la tercera parte, la estimación del modelo econométrico con datos de panel y finalmente en la  cuarta parte se establecen las conclusiones generales derivadas del trabajo empírico

Revisión de literatura empírica
A principios de la década de los ochenta se inició en México un proceso de cambio estructural que se caracterizó por la liberalización gradual del comercio. Esto contribuyó a redefinir el modelo de desarrollo económico que hasta entonces estaba basado en una estrategia de sustitución de importaciones. Para el año de 1986, el país se incorporó al Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) y en 1994 entro en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) suscrito por México, Canadá y Estados Unidos. Derivado de estos esfuerzos de política económica, en Hanson (2003), Freije y Calva (2005) y De Hoyos (2005), se subrayan que la mayor parte de los flujos comerciales se dirigió hacia el sector manufacturero y en menor medida a actividades comerciales y de servicios. Se señala en Robbins (1994) y Cragg (1996) que se intensificó la demanda de trabajo calificado y se generó un cambio en la forma de hacer negocios. Para Revenga (1995, 1997) las industrias que estaban protegidas antes de la apertura comercial eran intensivas en mano de obra poco calificada, y destaca que la reducción arancelaria en México acabó disminuyendo la demanda y los salarios de los  trabajadores menos calificados. Se destaca en Alarcón (1994) que las   retribuciones salariales empeoraron en México a partir de mediados de los años ochenta, es decir, el salario de los trabajadores con mayor escolaridad formal o con puestos de elevada jerarquía, aumentó respecto a los que tienen menos formación. En esta  línea, Feenestra y Hanson (1994,1997), Tan y Batra (1997) y López (2001) con datos de la industria manufacturera, argumentan que el salario de los obreros registró un deterioro con relación a los empleados y trabajadores no involucrados en el proceso productivo. En Feliciano (2001) se señala un quiebre estructural de la economía mexicana y señala que se  interrumpió el proceso de convergencia salarial entre trabajadores calificados y no calificados en el sector manufacturero con la apertura comercial.
La economía mexicana experimentó cambios importantes en la década de  los ochenta y la primera mitad de los noventa. La crisis de la deuda externa, la liberalización comercial y el resto de las reformas estructurales emprendidas en esta época, impactaron en el ámbito económico y social del país de acuerdo con los trabajos de Alarcón (1994), Alarcón y Mckinley (1997), Hernández (2000,2003) y Szekely (1998). Estos autores coinciden en señalar que la desigualdad de las retribuciones empeoró en México según varias estimaciones en la distribución de ingresos que demuestran que se agravó este problema de 1984 a 1989 y entre 1989 y 2000. Particularmente Fenestra y Hanson ( 1994,1997); Tan y Batra (1997) y López (2001) sugieren un comportamiento similar mediante el cual el salario de los obreros se deteriora en relación con el de los empleados y trabajadores no involucrados en el proceso productivo utilizando datos de la industria manufacturera de México. Son diversos los estudios que coinciden en señalar que las   retribuciones salariales empeoraron en México a partir de mediados de los años ochenta. En Robbins (1995); Alarcón y Makinley (1997); Zepeda y Ghiara (1999); Garro y Llamas (2000) se apunta que el salario de los trabajadores con mayor escolaridad formal o con puestos de elevada jerarquía  aumento respecto a los que tienen menos escolaridad o se desempeñan  en puestos básicos.  Cragg y Epelbaum (1996), muestran que el pago a la especialización continuó creciendo a mitad de los años noventa, aunado a la evidencia de que el pago a la calificación y el promedio de educación entre los trabajadores se han incrementado simultáneamente.
El aumento de la desigualdad en México se debe al cambio tecnológico en salarios relativos. Durante el periodo 1975-1988 se menciona en Feenstra y Hanson (1997) que por medio de los incrementos en flujos de bienes y servicios entre México y los Estados Unidos, lo que comúnmente se conoce como exportaciones e importaciones, además utilizan un modelo de “outsourcing”, en el que las actividades intermedias que se trasladan de Estados Unidos a México son relativamente intensivas en trabajo calificado en este último, a pesar de ser relativamente intensivas en trabajo no calificado en el primero. Este modelo puede explicar porque el salario relativo de trabajo calificado subió en ambos países al mismo tiempo entre fines de los años ochenta y mediados de los noventa. Por su parte, Robertson (2000, 2007) refuerza la hipótesis de que los cambios en salarios relativos observados entre 1988 y 1997 fueron resultado de cambios tecnológicos en favor de trabajadores más calificados y menciona que el enfoque laboral también ha contribuido a identificar la importancia de la estructura de protección inicial para entender los posibles efectos distributivos de la apertura externa.
La apertura comercial como factor detonador de la desigualdad salarial en México ha sido estudiada por Arenas (2001), Chiquiar (2003), Freije (2005) y Burgos (2007). En estos trabajos se analizan los determinantes de la demanda de trabajo calificado relacionados con el comercio internacional y en Hanson (2003) se exploran los impactos de la liberalización de las inversiones y el comercio sobre la estructura salarial de México. Encuentra que las reformas políticas en México durante los años ochenta parecen haber aumentado la demanda por mano de obra calificada en el país, reducido los salarios en las industrias que antes de las reformas pagaban altos salarios a sus trabajadores, y aumentaron los ingresos de los trabajadores en estados cercanos a la frontera americana. Se examinan los cambios en la estructura salarial durante los años noventa donde se encuentra que han aumentado los salarios para la mano de obra calificada. En Esquivel y Rodríguez (2003) y Chiquiar (2008) también se destaca que el efecto aislado del comercio internacional en los salarios relativos en México es negativo. De Hoyos (2005); Freije. P. et al. (2005); Ferreira, F. et al. (2007) muestran que parte de los cambios en salarios relativos obedece a cambios en la política comercial. Para Freije y López (2005) la desigualdad salarial ha aumentado entre los años 1989 y 2000; descomponen este período en dos tramos, en el primero que va de 1992 a 1997 donde se registra un aumento más pronunciado en todos los índices de desigualdad. En el segundo tramo que va de 1997 a 2000 se observa una ligera disminución en dichos índices. También se apunta que los cambios en la distribución de las características productivas de los trabajadores han producido disminuciones en la desigualdad, pero el cambio en los diferenciales de precios que paga el mercado por tales características ha conducido a aumentos. De igual forma argumentan que el aumento de la desigualdad para los dos primeros periodos refleja los efectos de privatizaciones y otras reformas internas, como cambios en la desregulación y liberalización del mercado financiero y el control de precios.
Airola y Juhn (2005) abordan el período 1984-1998 y analizan los salarios y empleo en México después de la liberación del comercio y reformas domésticas. Encuentran que la desigualdad y los retornos sobre la educación superior aumentaron agudamente durante el periodo 1984-1994, pero se mantuvieron sin cambios después de dicho período. Robertson (2007) argumenta que la reducción en la desigualdad salarial que se observa a partir de 1997 en México se explica por una complementariedad entre los factores de producción en los Estados Unidos y México y no por los mecanismos esbozados en la teoría clásica de comercio internacional H-O y S-S. Además señala que la evidencia empírica indica que en general los empleados sí tienen mayores calificaciones que los Obreros en México.
Hanson y Gordon (2007) indican que la firma de los convenios como el Tratado de Libre Comercio para México, Estados Unidos y Canadá, en donde interfieren los precios y tecnología, las privatizaciones y la desregulación de la industria son fuentes de la desigualdad salarial de México en los 90’s. Chiquiar (2008) introduce una dimensión regional al análisis de dispersión salarial y descubre que la apertura comercial ha contribuido al incremento de las ya de por sí considerables diferencias salariales entre las regiones integradas y las no integradas al comercio internacional. Sin embargo, el mismo autor encuentra que la desigualdad salarial ha disminuido dentro de las regiones que se integraron a los mercados internacionales. En Arenas (2001), se establece que la demanda por mano de obra calificada ha crecido sin que haya habido un ajuste por parte de la oferta, esto podría explicar el incremento en la desigualdad en el ingreso y su reflejo sobre los rendimientos a la escolaridad. Verhoogen (2008) enfatiza en los cambios que ocurrieron dentro de las mismas industrias exportadoras cuando las plantas ya más eficientes lograron aumentar, todavía más, su productividad y la calidad de sus productos. Afirma que este fenómeno ocurrió más en respuesta a la depreciación cambiaria que como consecuencia de la liberalización comercial, porque la depreciación del peso en 1994-1995 fue mucho mayor cuantitativamente que las reducciones arancelarias concedidas en el TLCAN. Sin embargo, él no lleva a cabo pruebas formales de esta parte de su hipótesis. En esta línea se une Feenstra (2006) constata que la evidencia creciente de que, en muchos casos, la liberalización comercial provoca aumentos en la productividad media de las industrias que producen los bienes comerciables favorecen sus ingresos, ya que las empresas o plantas menos eficientes cierran porque no pueden competir con las importaciones más baratas. Desde la perspectiva de la economía mexicana, el proceso de apertura externa genera incentivos para  interactuar con las economías en un entorno globalizado, con el objetivo de minimizar los costos  productivos de bienes y servicios, que del mismo modo coadyuven a  aumentar sus ganancias totales.

Análisis estadístico de los  salarios relativos y factores determinantes
En esta sección se realiza un análisis estadístico sobre los salarios relativos de trabajadores calificados con respecto a no calificados, que constituye la variable de interés. También se abordan otros factores determinantes como la demanda de fuerza de trabajo, la productividad laboral, las exportaciones e importaciones como una proporción del valor de producción y los flujos de inversión extranjera directa. La serie de salarios relativos reales se aproxima a partir de las  remuneraciones de los trabajadores de calificados (empleados) y no calificados (obreros) en miles de pesos. Los datos que se utilizan están en una frecuencia mensual y se procede a calcularlos en trimestres.
En la figura 1.1 se observa la trayectoria del salario y el sueldo nominal por trabajador, se puede denotar que los sueldos manifiestan una tendencia más pronunciada que hace que la brecha entre ambos grupos de trabajadores se amplía al paso del tiempo.

Al observar la gráfica 1.2, se constata que en términos reales los salarios (SAr) presentan un comportamiento estable al igual que los sueldos (SUr) pero también con un patrón estacional, no obstante, contrastan con la dinámica de las series nominales.  Como se puede apreciar existe un aumento de la brecha entre los sueldos y los salarios para toda  manufacturera de México en el periodo 1994-2008. Aunado a lo anterior se calcula el coeficiente de salarios relativos que mide la variación entre los sueldos y los salarios. Los salarios relativos reales se obtienen al dividir los sueldos entre los salarios, de tal forma que la tasa expresa el número de veces que es mayor el sueldo por empleado al del salario de un obrero, es decir, entre más alto sea el valor, mayor será la desigualdad en el ingreso de ambos trabajadores. A medida que el salario relativo se acerca a la unidad, se interpreta como una baja en la desigualdad de los salarios relativos.
En el cuadro 1.3 se reporta el promedio de los salarios relativos (sueldos de calificados dividido por el salario de no calificados). En el sector de las manufacturas en promedio se registró una variación acumulada de –5.64% de 1999 a 2008, lo cual indica una disminución de los salarios relativos, es decir, disminuye la desigualdad entre los trabajadores de distintas calificaciones. Sin embargo, el comportamiento que manifiestan los distintos subsectores de actividad pertenecientes a la industria manufacturera,  manifiestan cambios variados. Por ejemplo, el subsector de sustancias químicas, experimentó una evolución positiva de 15.8%; lo que posiblemente significa que el subsector tiene una proporción intensiva en trabajo calificado, siendo efectivamente  uno de los subsectores que se encuentra en el primer lugar en trabajo calificado en relación con el trabajo no calificado. El resto de los subsectores reporta cambios negativos, incluso de hasta -25.78%, en el salario relativo para la industria metálica básicas; una interpretación del signo negativo es considerado como un cierre de las brechas salariales entre trabajadores calificados y los no calificados. En el cuadro 4.3 se hace una separación de los subsectores que presentan variaciones acumuladas porcentuales positivas y negativas respecto al promedio del subsector manufacturero. Desde el año 1999 el subsector de sustancias químicas presenta la tasa de salarios relativos de mayor magnitud en 1999 es de 1.84 y la variación acumulada es la mayor, es decir, este subsector fue uno de los afectados con la apertura externa, a este subsector se le considera el principal con un grado de trabajadores calificados en mayor proporción en relación con los no calificados como se analizara con más detalle en el apartado de la demanda de trabajadores que se tienen para este periodo de estudio.
De igual forma cabe destacar que los subsectores intensivos en trabajadores calificados son sustancias químicas, papel y productos de papel, productos alimenticios y otras industrias; estas cuatro subsectores curiosamente al inicio del periodo de estudio presentan los valores de las tasas salariales de mayor magnitud. Pero al analizar las variaciones porcentuales acumuladas estos subsectores disminuyen las tasas salariales excepto la de sustancias químicas, esto nos lleva a pensar que los salarios relativos no solo dependen de la intensidad de trabajo que utilice cada subsector.
Para el caso de los subsectores intensivos en trabajo no calificado en orden ascendente son: las industrias metálicas básicas, productos metálicos-maquinaria-equipo, productos minerales no metálicos, textiles-prendas de vestir y por último la industria de la madera tuvieron el mayor descenso en el valor de la variación acumulada porcentual. Cabe destacar que los subsectores con mayor grado de trabajadores no calificados presentan los menores valores en la tasa salarial, tal el caso del subsector textiles-prendas de vestir que en al año 1999  es de 0.55 y para la industria de la madera es de 0.45, se puede encontrar cierta relación en la intensidad de trabajo que utiliza cada subsector y las variaciones en la tasa de los salarios relativos.

Al efectuar un análisis estadístico de prueba de medias para los salarios relativos, se analizan los dos años contemplados en el cuadro 1.3 referentes a 1999 y 2008. Considerando el 95% de confiabilidad y ocho grados de libertad, se tiene un valor de la tabla t student de 1.12 y un valor crítico de1.86. Por tanto, el resultado muestra que no se rechaza la hipótesis nula,  lo que significa que no hay un cambio significativo en el periodo de estudio de 1999-2008. Se concluye que la hipótesis nula Ho=0 no se rechaza con una probabilidad de confianza de 95%. Por tanto, no hay cambio significativo en los salarios relativos en el periodo de estudio de 1999-2008. Dado que es la variable objetivo se analiza la prueba de medias para los salarios relativos con división, es decir, los sueldos se dividen por los empleados y los salarios por los obreros, con ello se obtienen el rechazo de la hipótesis nula de igualdad. Por tanto, si hay variaciones significativas en la evolución de la variable salarios relativos con división.

En la figura 1.3 se puede apreciar que la tasa de salarios relativos de forma general está decreciendo y más en los últimos años de estudio; esto podría deberse a que los salarios los trabajadores considerados como no calificados está aumentando, otra posibilidades que el sueldo de los empleados este reduciéndose, es decir, hay una convergencia entre laos salarios de ambos trabajadores en cada uno de los subsectores de la industria. Contrario a lo esperado, podría deducirse que los obreros se están capacitando constantemente y por ende hay incrementado la productividad lo que les permite mejorar sus salarios de un nivel básico  hacia la convergencia con los sueldos de los empleados. Se considera una mayor flexibilidad por parte de los estratos más afectados por la cuestión del poder adquisitivo ya que los empleados tienden a estar en un área de comodidad y es más difícil que realicen actividades para mejorar su capacidad y adiestramiento en cada subsector al que pertenecen. Otra hipótesis que se maneja en la literatura respecto al cierre de las brechas salariales seria que las importaciones procedentes principalmente de países desarrollados contengan trabajo calificado intensivo en sus bienes que entran en competencia en el país importador, ahora con ello se requiere de menos trabajo calificado y se opta por el aumento de demanda de trabajo no calificado lo que a sus vez incita el incremento de salarios a obreros y disminución de la desigualdad de los salarios relativos.
De igual forma se observa la evolución de los subsectores como el de otras industrias, productos minerales no metálicos, sustancias químicas, y el de productos metálicos, maquinaria y equipo se encuentran por encima del promedio, es decir, tienen una mayor remuneración los trabajadores calificados. En contraste el subsector que tiene remuneraciones inferiores desde el inicio del periodo es el del papel y productos derivados, caso curioso, se encuentra que el subsector de productos alimenticios, bebidas y tabaco al final del periodo se coloca en el nivel más bajo en la tasa de remuneraciones en comparación con el resto de los subsectores de la industria manufactura.
Para el caso del subsector de industrias metálicas básicas, se encuentra muy correlacionado con los movimientos del promedio de la industria manufacturera en general, cabe destacar que presenta las mismas variaciones que esta, los cuatro subsectores que se encuentran por debajo del promedio son: el subsector de la madera, el textil, productos alimenticios y por último el de papel. En resumen se puede deducir que hay cuatro subsectores con mayor intensidad en trabajo calificado y cuatro con menor grado y uno que se mueve con el promedio de la industria manufacturera total.

De forma general las correlaciones nos muestran el grado de interrelación entre cada una de las variables que se utilizan en el estudio de la desigualdad de los salarios relativos en la industria manufacturera en México.
La variable de demanda relativa dr representa la mayor correlación positiva con 0,94 y por tanto es la más explicativa. El índice de productividad ip presenta el mismo coeficiente que demanda pero en sentido opuesto, esto indica que por cada que se incrementa la productividad los salarios relativos disminuyen. Para la exportaciones se tiene un valor de negativo de 0,5, si se incrementan la exportaciones los salarios relativos disminuyen, y por el lado de las exportaciones se presenta una correlación positiva de 0,12 así que cada que se incrementen las importaciones los salarios relativos aumentan, y con ello su desigualdad. Por último se tiene la variable de inversión extranjera directa que mantiene una relación positiva de 0,38, así que el aumento de esta IED incrementara la desigualdad de los salarios relativos en la industria manufacturera.

Fuentes de información, descripción de variables, y metodología econométrica
Fuente de información
En este trabajo se utiliza información de la Encuesta Industrial Mensual (EIM). En 1987 la EIM entró a una nueva etapa, incrementando su cobertura a 129 clases y 3 218 establecimientos en la muestra. A partir de 1994 se presenta una cobertura para 205 clases de actividad y una muestra de 6 884 establecimientos, con lo cual se cubre aproximadamente el 80% del valor de la producción bruta de las clases consideradas, respecto al censo de 1993. Asimismo, se actualizó el año base para el cálculo de los indicadores, pasando de una base 1980=100 a una 1993=100. El objetivo de este instrumento es generar estadísticas básicas que permitan conocer en el corto plazo el comportamiento de variables clave de la industria manufacturera en México con una periodicidad mensual. La población objetivo está determinada por los establecimientos manufactureros y excluye aquéllos dedicados a la maquila de exportación y los de la petroquímica básica, refinación de petróleo, así como los correspondientes a la microindustria, cuyo personal ocupado va de cero a quince personas.  La encuesta tiene una cobertura que comprende información referente a variables como: personal ocupado y los separa como obreros y empleados, las remuneraciones de los trabajadores determinados como salarios y sueldos, horas hombre trabajadas de obreros y empleados, producción en  volumen y valor por producto además de ventas netas en  volumen y valor por producto. La encuesta se basa en la Clasificación Mexicana  de Actividades  y  Productos  (CMAP)3,  1994.  La  cobertura  temporal  comprende  información mensual desde 1994 a 2008 y la cobertura geográfica es nacional, la muestra analizada está integrada por 6 884 establecimientos en el año del diseño 1994 y así ha permanecido.

Descripción de variables
Considerando que se especifica y estima un modelo en donde se analiza los determinantes de los salarios relativos, como la demanda, la productividad, las exportaciones e importaciones y la inversión extranjera, es que se procede a describir las variables. En principio se considera conveniente precisar  el significado de salarios y sueldos., esto para precisar las dos categorías de trabajadores sobre los cuales se calculan los salarios relativos. En México, al igual que en otros países donde se han realizados estudios sobre los determinantes de los salarios relativos, no existe una metodología enteramente precisa para medir los salarios relativos, en este trabajo se usa como variable proxy los salarios relativos que se construyen con base a sueldos y salarios de los empleados y obreros respectivamente. Cabe mencionar que para el INEGI (2008), los sueldos y salarios son los pagos que realiza la unidad económica para retribuir el trabajo ordinario y extraordinario del personal dependiente de la razón social, antes de cualquier deducción retenida por los empleadores y su unidad de medida son miles de pesos. Incluye: aguinaldos, comisiones sobre ventas que complementan el sueldo base, primas vacacionales, bonificaciones, incentivos, gratificaciones, bonos de productividad y crédito al salario.
Dentro de la metodología de la EIM se establece una diferencia entre sueldos y salarios; se plantea que los empleados son las personas que se dedican a la supervisión técnica y administrativa en  relación con el proceso productivo o con los servicios auxiliares de la producción y que desempeñan tareas relativas a la contabilidad, administración, archivo, investigación, ventas, publicidad, vigilancia o tareas generales de oficina; se incluye a los propietarios, socios y trabajadores familiares que reciben remuneración fija. Por su parte, el trabajador calificado, es aquel que requiere un previo aprendizaje.
Por otro lado los obreros son las personas que realizan trabajos predominantemente manuales, vinculados con tareas auxiliares al proceso de producción, tal como la limpieza, reparación, mantenimiento, despacho, almacenaje, embalaje, provisión de materias primas, y carga. De igual forma un trabajador no calificado, es aquel que se realiza sin aprendizaje previo. A partir de los sueldos de empleados y salarios de obreros se calculan los salarios relativos; ambas variables se deflactan previamente con el fin de tener valores reales y el cociente que resulta indica el número de veces que el sueldo es mayor que el salario.
Con respecto a los determinantes de los salarios relativos, se considera la demanda relativa de trabajo como una de las principales variables explicativas de las variaciones en los salarios relativos. Primero se calcula un cociente dado por el número de empleados dividido entre el número de obreros. De acuerdo a la teoría se esperan valores por debajo de la unidad, debido a que por lo general siempre es mayor el número de obreros que el de empleados. La demanda tiene un carácter eminentemente tecnológico, hay sensibilidad en las transformaciones del progreso técnico sesgado a favor de los calificados, si ello ocurre, la demanda por empleados aumentará y si hay un sesgo en la demanda hacia trabajadores calificados, se espera un incremento en los salarios relativos entre empleados y obreros. Caso contrario cuando la demanda de trabajo esté sesgada hacia los obreros se espera un efecto contrario, es decir, una disminución en los salarios relativos. Se espera una relación positiva entre la variable objetivo  que son los salarios relativos y la demanda relativa, es decir, entre mayor sea el cociente de demanda relativa, se entiende que habrá una mayor tasa de salarios relativos en divergencia dado los nuevos procesos productivos que trae consigo la apertura externa según la teoría están sesgados al trabajo calificado.
Otra variable es índice de productividad4, también denominado en la literatura como progreso tecnológico de los factores. Con respecto a este indicador se han utilizado diversas mediciones en trabajos empíricos como se señala en Berman-Bound y Griliches (1994), y Machin y Van Reenen (1998) utilizan el uso de ordenadores, la inversión en ordenadores sobre la inversión total, de igual forma usan los gastos en investigación y desarrollo sobre el valor añadido.  Para efecto de esta investigación, se opta por generar un índice de productividad  convencional que se construye sobre el valor de la producción en un período determinado de tiempo y el número de trabajadores empleados y obreros. Otra variable explicativa que se utiliza como determinante de los salarios relativos es la Inversión Extranjera Directa. Según Zorrilla (2002) debe entenderse como la atracción que se produce en los países en vías de crecimiento, de capitales necesarios para su mejor desarrollo, aunque ligado a esta, se realizan transferencia de tecnología. Se supone que la entrada procedente del exterior en forma de inversión directa proviene mayoritariamente de países con un nivel de desarrollo superior para el caso de México con Estados Unidos y Canadá.
Por otra parte, Borjas et al. (1997) mencionan que las exportaciones y las importaciones impactan a los salarios salariales de los trabajadores de acuerdo a las características de los trabajadores de los subsectores afectados por el comercio. Si los subsectores intensivos en importación utilizan más trabajo no calificada, su salario relativo descenderá, por el contrario  los subsectores exportadores utilizan más mano de obra poco calificada, su SR aumentara. Por tanto se espera un signo positivo cuando las exportaciones de los subsectores utilicen en mayor proporción trabajo calificado, y una relación negativa cuando los subsectores sean intensivos en trabajo no calificado.
Con relación a las importaciones se argumenta desde la perspectiva laboral que el sesgo factorial es crucial, teniendo en cuenta que la mayor parte de la importaciones se realizan de Estados Unidos, uno de los países más dotados de trabajo calificado en relación con México, se cree que un incremento de las importaciones representara un signo negativo en los salarios relativos, dado que la industria manufacturera tendera a reducir la demanda de trabajo con el que se elaboraron los bienes importados.
Otra forma de analizar las importaciones, es desde el lado de la perspectiva comercial, se considera a las importaciones desde el lado de la demanda, es decir, las importaciones de bienes vienen a formar parte de la competencia del trabajo que contienen en su elaboración, es decir, si se toma en cuenta que los bienes y servicios son de países desarrollados, esto hace que se disminuya la demanda por trabajo calificado que es el que se emplea en los países con un desarrollo mayor, y por tanto se espera un signo negativo en el salario relativo.
Los subsectores intensivos en trabajo no calificado que hagan frente a importaciones competitivas aumentaran las tasas salariales relativas, por tanto el signo esperado es positivo. Por otro lado en los subsectores intensivos en trabajo calificado, la presión de las importaciones causara un descenso del SR, y su signo se espera sea negativo. Se tiene contemplado tomar en cuenta a las exportaciones e importaciones de cada subsector manufacturero y la relación dependerá de que tan intensivo en trabajo sea el subsector que se analice, esto se analizara en el apartado 5.4.3 clasificación de los subsectores.

Metodología econométrica

Se utiliza una metodología de datos de panel partiendo de que permite capturar la heterogeneidad no observable, ya sea entre unidades de corte transversal o efectos en el tiempo. De acuerdo con Greene (1997), es una técnica que permite realizar un análisis más dinámico al incorporar la dimensión temporal de los datos, lo que enriquece el estudio. La especificación general de un modelo de regresión con datos de panel se expresa de la forma siguiente:

con i,…...N;   t=1,….T.

 

Donde i se refiere a la unidad de estudio (corte transversal), t a la dimensión en el tiempo,    es un vector de intercepto de n parámetros, β es un vector de K parámetros y  es la i-ésima observación en el modelo vendría dado por N x T. Es usual interpretar los modelos de datos de panel a través de sus componentes de errores. El término de error incluido en la ecuación (1), puede descomponerse de la siguiente manera:

                                                                                 (2)

 representa los efectos no observables que difieren entre las unidades de estudio pero no en el tiempo, que generalmente se los asocia a la capacidad empresarial, por ejemplo.

se refiere al término de error puramente aleatorio.

se le identifica con efectos no cuantificables que varían en el tiempo pero no entre las unidades de estudio. se refiere al término de error puramente aleatorio.

Existen dos procedimientos para estimar el modelo en un sistema de datos de panel: uno de ellos implica el
reconocimiento de que las variables omitidas pueden generar cambios en los interceptos ya sea a través del tiempo o entre unidades de corte transversal, en este caso el modelo de efectos fijos trata de aproximar estos cambios con variables dicotómicas. El otro modelo se denomina de efectos aleatorios y captura las diferencias a través del componente aleatorio del modelo. El  modelo de efectos fijos considera que existe un término constante diferente para cada individuo, y supone que los efectos individuales son independientes entre sí. Con este modelo de efectos fijos se considera que las variables explicativas afectan por igual a las unidades de corte transversal y que éstas se diferencian por características propias de cada una de ellas, medidas por medio del intercepto. Es por ello que los N  interceptos se asocian con variables dummy con coeficientes específicos para cada unidad, los cuales se deben estimar. Para la i-ésima unidad de corte transversal, la relación es la siguiente:

               

Donde el subíndice i representa un vector columna de unos. Debe hacerse notar que en este modelo de efectos fijos se presenta una pérdida importante de grados de libertad. Por su parte, el modelo de efectos aleatorios considera que los efectos individuales no son independientes entre sí, sino que están distribuidos aleatoriamente alrededor de un valor dado. Este modelo considera que tanto el impacto de las variables explicativas como las características propias de las empresas manufactureras son diferentes y se expresa.

                                                             (4)

Donde  representa las perturbaciones aleatorias que permitiría distinguir el efecto de cada individuo en el panel. Para efecto de su estimación, se agrupan los componentes estocásticos y se obtiene la siguiente relación:

       

  

Donde se convierte en el nuevo término de la perturbación, U no es homocedástico,  donde                 corresponden al error asociado con las series de tiempo ); a la perturbación de corte transversal ( y el efecto combinado se denota por (. La decisión con respecto a qué modelo se estima, si el de efectos fijos o  aleatorios, se apoya en el contraste de Hausman (1978).

Especificación del modelo
Para analizar el impacto de las variables previamente señaladas en un contexto de apertura económica, se utiliza una estructura de datos en panel que contempla información referente a subsectores de la industria manufacturera i =1,..., N  y observaciones trimestrales para un horizonte de t = 1, ..., T. La ecuación de regresión que se estima es la siguiente:

Previo a la estimación de las distintas especificaciones econométricas, se procede a transformar las variables en logaritmos naturales, mismas que se definen en la siguiente ecuación:

Donde lsr : logaritmo de la tasa de salarios relativos para cada subsector i=9 (subsectores) y t=40 (trimestres)
de 1990 a 2008   ldr : logaritmo de demanda de trabajo relativa (ocupados empleados sobre el número de ocupados obreros). lip1 : logaritmo de un índice de productividad laboral con base al valor de producción y el número de
empleados y obreros.
 lexpvpr : logaritmo de las exportaciones como participación del valor de la producción real de cada subsector
i en el tiempo t.
 limpvpr : logaritmo de las importaciones como participación del valor de la producción real de cada subsector i en el tiempo t.
 liedvpr : logaritmo de la inversión extranjera directa como participación del valor de producción real de cada subsector i en el tiempo t.
Resultados de estimación

Modelo (1). Modelo Agrupado por Mínimos Cuadrados Ordinarios y especificación robusta (MCO)

Esta estimación arroja coeficientes muy significativos y con los signos esperados de acuerdo a la teoría. La elasticidad asociada a la variable ldr indica que por cada punto porcentual 1% de incremento en  la tasa de demanda, la variación en el salario relativo es de 0.94%.. Las exportaciones como proporción del valor de la producción real indica el grado de impacto que tienen estas en cada subsector. El resultado negativo implica que por cada incremento en la exportaciones habrá una disminución en la tasa salarial de 0.06%. En su mayoría los subsectores de la industria manufacturera utilizan trabajo no calificado y por ende, este grupo de trabajadores se ven favorecidos por las exportaciones y ven mejorados sus salarios.
Las importaciones al igual que las exportaciones son una participación del valor de la producción real. Cabe destacar la importancia del signo positivo de este coeficiente, el cual  indica que se tiene un impacto directo en el incremento de la tasa salarial si sus importaciones suben, es decir, por cada 1% en las importaciones, los salarios relativos aumentaran 0.06%. Con respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED), se aprecia que ante un aumentos del 1% en esta variable, se tendrá un efecto del 0.02% de incremento en la tasa relativa de ingreso entre calificados y no calificados.

Modelo (2). Efectos fijos y especificación robusta, (FE)

A diferencia del modelo, se mantienen los signos de demanda, exportaciones e importaciones al igual que la significancia excepto el de inversión extranjera directa.

Modelo (3). Efectos aleatorios y especificación robusta, (RE)

Con respecto al modelo de efectos aleatorios, el signo de la variable demanda, exportaciones e importaciones se mantiene igual con relación al modelo  (1) y (2), sin embargo, persiste la no significancia estadística de la inversión extranjera directa (iedvpr). Una vez que se tienen la estimación de efectos fijos y aleatorios se lleva a cabo la prueba de Hausman. Esta se basa en un estadístico Chi-cuadrado y la hipótesis nula de que el modelo de efectos fijo es el que mejor explica la relación de la variable dependiente con las explicativas. Para el caso que nos ocupa no se rechaza dicha hipótesis y se concluye que el modelo de efectos fijos es el que mejor se ajusta.

Modelo (4). Modelo efectos fijos por subsector (WHITIN)

Todos los coeficientes estimados son individualmente significativos a excepto del subsector 32, 33 y 39. Los valores de la intersección para los nueve subsectores son diferentes. El valor de la constante que arroja el modelo (4) sería el valor del subsector 31 y con este se calculan las diferencias del resto de los subsectores: 0.9984074 para el 31, 0.8769869 (=.9984074-.1214205) 32, 0.8599839 (=.9984074-.1384235) 33, 0.9285731(=.9984074-.0698343)
34,  0.6073503  (=.9984074-.3910571)  35,  0.700882954  (=.9984074-.29752446)  36,  0.7799772  (=.9984074- .2184302) 37, 0.6132475 (=.9984074-.3851599) 38, 0.8036184 (=.9984074-.194789) 39. Estas diferencias quizás
se deban a características particulares de cada subsector.

Para determinar el modelo más adecuado entre el (1) y (4),    se realiza una prueba F. El modelo (1) es restrictivo pues impone una intersección común para los nueve subsectores. En consecuencia, se utilizar la prueba F restrictiva5  donde NR y R representan “no restringida” y “restringida, respectivamente. m: número de restricciones lineales, k: número de parámetros en la regresión no restringida, n: número de observaciones.

El valor de F de 480.07 (con grados de libertad gl 5  del numerador y los gl 347 del denominador) resulta muy significativo y en consecuencia, la regresión restringida del modelo (1) parece ser válida, en este caso el modelo (1).

Conclusiones
Las pruebas estadísticas sugieren que el modelo 1 es confiable y representativo para el análisis de los datos de la industria manufacturera en México. Por lo tanto se hacen algunas deducciones de sus resultados como sigue. La elasticidad positiva que presenta la variable de demanda relativa (dr) indica la relación directa con el incremento de la desigualdad de los salarios relativos. Un incremento en el trabajo calificado en mayor proporción al de la demanda de trabajo no calificado tendrá repercusiones hacia la baja de los salarios de los obreros y en caso contrario para los empleados, cuyo su sueldo aumentará. La elasticidad que presenta la variable exportaciones como proporción del valor de la producción real (expvpr) es negativa, lo cual es de esperarse cuando se analiza a los subsectores y su intensidad de trabajo, es decir, los subsectores que se encuentran por encima del promedio de toda la industria, se caracterizan por ser intensivos en trabajo no calificado, por tanto, este grupo de trabajadores se ven beneficiados con el comercio. Por ello se reduce la desigualdad de los salarios en 6%.
Las importaciones como proporción del valor de la producción real presenta una elasticidad de la misma magnitud que las exportaciones, solo que con el signo opuesto, es decir positivo, esto sugiere que cada que importan los subsectores manufactureros, aumenta la desigualdad de los salarios relativos. Derivado del análisis de los subsectores que se ubican por encima del promedio de toda la industria manufacturera, se tiene que  son los mismos que se orientan hacia la actividad exportadora, como el  39 otras industrias, 38 productos metálicos- maquinaria y equipo, 32 textiles-prendas de vestir y el 33 industria de la madera y por tanto son intensivos en trabajo no calificado. La teoría argumenta que el signo positivo se manifiesta dado que se incrementa las importaciones intensivas en trabajo no calificado, las cuales representan competencia en el mercado naciones y ello reduce la demanda de obreros para la elaboración de esos bienes que se importan y con ello, se reduce la desigualdad de los salarios relativos en un 6%.
Los subsectores intensivos en exportación y en importación son los subsectores que pertenecen a los clasificados de naturaleza maquiladora y por tanto requieren de mayor trabajo no calificado. Los subsectores que presentan las mayores tasas de salarios relativos son los mismos subsectores que presentan mayor dotación de trabajo calificado en relación con el no calificado y están son en orden de importancia 35 sustancias químicas, 39 otras industrias manufactureras, 34 papel y productos derivados, y por último el 31 productos alimenticios. Los subsectores con gran dinamismo en el periodo son la industria textil perteneciente al subsector 32, la electrónica y la industria automotriz perteneciente al subsector 38 considerado como intensivos en exportación e importación.

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