DIDÁCTICA DE LA FORMACION GERONTOLOGICA DEL PROFESIONAL DE LA SALUD, APROXIMACION. DESDE LA CONCEPCIÓN HOLÍSTICA COMPLEJO CONFIGURACIONAL Y DIALÉCTICA

Renan Garcia Tamayo
Homero Calixto Fuentes Gonzales
Calos Gil Galvez

LA CATEGORÍA OBJETO Y CONTENIDO EN EL PROCESO DE FORMACIÓN GERONTOLÓGICA DEL PROFESIONAL DE LA SALUD

Introducción

El contenido a tenerse en cuenta en proceso de formación gerontológica de los profesionales de la salud ha de ocupar un lugar destacado en la investigación de la Didáctica de dicha formación, ya que a pesar de ser el contenido una configuración de la cual se han hecho muchas interpretaciones y métodos para su determinación, aún hoy en el plano teórico en sentido general, quedan muchos aspectos sin resolver.
Por otra parte y de acuerdo con los diferentes paradigmas que se asumen, se superponen las diversas interpretaciones, incluida la de aquellos que, ajenos a estas cuestiones e interpretaciones, llevan a las aulas prácticas obsoletas (del siglo XIX) que frenan su función formativa, acumulando información sin que se desprenda de ello la inquietud ni la reflexión colectiva (resolver problemas del siglo XXI).
Los problemas relativos a la determinación del contenido para la formación gerontológica del profesional de la salud comienzan desde la propia acepción del término y continúan en relación con el papel que desempeñan en el proceso formativo en cuestión, los vínculos de los contenidos con las ciencias, las posiciones frente a la selección de contenidos curriculares, la hiperbolización de tendencias sociológicas o psicológicas, a las cuales se pudieran agregar otros tantos problemas.
El contenido es entendido por diferentes autores desde diferentes perspectivas de las que en forma breve se hará referencia a las más significativas.
Para la Escuela Tradicional(siglo XIX) lo más importante es el contenido, como expresión directa del objeto de la ciencia, que consiste en un repertorio de información aceptados acríticamente, como nociones y conceptos que a imagen del positivismo se representan como algo acabado, con una lógica única que no es susceptible de modificarse ni de interpretarse. Es un contenido que viene fijado desde el exterior. (Colectivo CEPES 1994)
En el modelo de la Escuela Nueva, el acento deja de estar en los conocimientos disciplinarios y se sitúa en el estudiante, quien es el descubridor por excelencia de sus propios conocimientos y para quien este conocimiento es un medio para su desarrollo personal y no una finalidad en sí mismo, ni tampoco un medio para intervenir en la sociedad, que para resolver los problemas del siglo XXI, esto aun no explicitan la pertinencia adecuada del proceso de formación gerontológica del profesional de la salud, pues en dicho proceso se necesita no solo la participación activa del estudiante como protagonista, sino también de los profesores y el resto de los implicados, tanto internos como externos al propio proceso.
Sin embargo, los avances que se han ido produciendo en las ciencias, que aportan nuevos conocimientos y en ocasiones nuevas interpretaciones o enfoques epistemológicos, han intervenido en la propia concepción didáctica del contenido. En tal sentido, los aportes de la Psicología y en particular los de las Teorías del Aprendizaje, han influido en la modificación del concepto tradicional de contenidos del proceso de formación de los profesionales en sentido general, ampliándolo a todo aquello que el estudiante aprende, en una acepción de aprendizaje que tiene que ver con el crecimiento integral de la personalidad. Es decir, el conocimiento del objeto de la ciencia, pero además el de la sociedad, el de la naturaleza y el del propio hombre y su forma de pensar, prepara a este hombre como un transformador y un revolucionador, que no se limita a preservar la cultura reproduciéndola, sino a crearla y a enriquecerla.
En la concepción teórica que se sigue en esta monografía, es decir, en una Didáctica que promueva el desarrollo, el contenido adquiere un lugar predominante, se enriquece y diversifica. Deja de ser un contenido exclusivamente fáctico, empírico, como en el caso de la Escuela Tradicional, o subordinado al interés del alumno que ha de descubrirlo, como en el caso de la Escuela Nueva.
En nuestra opinión, y a partir del Modelo holístico, complejo, configuracional y dialectico del proceso de formación gerontológica de los profesionales de la salud que se introduce en tanto el contenido no constituye algo inerte, preestablecido e inmutable dentro del proceso, es considerado como la configuración del proceso que expresa el nexo de éste con la cultura en salud gerontogeriatrica, es resultado de un proceso multidimensional, hologramático, hipercomplejo, hiperincierto y dialógico, en el que está presente lo gnoseológico, lo profesional y lo metodológico, y en el que se parte de aquel objeto(cultura en salud gerontológica) de la cultura, necesaria para la formación integral no solo del estudiante, sino de todos los implicados.
En estas circunstancias, el contenido adquiere dimensiones gnoseológicas, profesionales y metodológicas, en un proceso al que es consustancial el establecimiento de conflictos cognitivos a través de la problematización. Esto se hace promoviendo la creación de significados a partir de la cultura en salud gerontogeriatrica, experiencias e intereses de los estudiantes y del resto de los implicados en un espacio interactivo donde la actividad y la comunicación se desarrollan en la dialéctica entre lo individual y lo social. Todo lo cual dinamiza y enriquece al contenido, a los sujetos participantes y al proceso en sí mismo.
En tal sentido, el contenido incluye conocimientos científicos: hechos empíricos, modelos, conceptos, magnitudes, leyes, teorías, enfoques, paradigmas; los modos y métodos de pensamiento y actuación aceptados en un momento histórico por la sociedad para la comprensión efectiva de los conocimientos científicos; las actitudes y valores, producto de la acción humana. Por tanto, es en esencia la integración, de conocimientos, habilidades, valores y valoraciones personales y sociales, es decir, de elementos de carácter gnoseológico, de procedimientos y actitudes, seleccionados con criterios pedagógicos con el propósito de formar a todos los implicados en el proceso de formación gerontológica del profesional e la salud.
El contenido como configuración expresa el “que” de la formación: conocimientos, habilidades, valores y valoraciones, o sea, qué competencias se tienen que formar en los estudiantes, en qué sentido se desarrolla el individuo, a qué aspectos de la personalidad atender, qué tipo de proyecto de vida construir, qué relaciones tendrá con los demás, qué aspectos de la sociedad tienen que ver con el proceso de formación gerontológica de los profesionales de la salud. Esto se logra teniendo una consideración desde presupuestos humanístico cultura en la formación de los profesionales donde se tenga en cuenta no solo lo referentes a la competencia profesional, sino también a la competencia humana y la competencia social desde la condición biopsicosocial y espiritual del ser humano.
Ahora bien, los requerimientos actuales de la formación de los estudiantes, están marcados por los grandes volúmenes de información que se producen con una renovación acelerada y el rápido proceso de acumulación e incorporación de nuevos conocimientos en plazos de tiempo cada vez más cortos, donde la cultura en general (ciencia, arte y tecnología) constituye los referentes gnoseológicos del contenido.
Esto sugiere la necesidad de optimizar el proceso de selección, estructuración, sistematización y generalización  de los contenidos de la cultura en salud gerontológica, toda vez que de ello depende en gran medida el logro de los objetivos propuestos y de hecho la efectividad, eficiencia, eficacia y espectatividad del proceso de formación gerontológica de los profesionales de la salud.
Mayor connotación tiene lo anterior si se trata de la formación de un futuro profesional como el que se requiere en nuestro tiempo: democrático, humanista, competitivo, independiente, creador, transformador, revolucionador, capaz de utilizar su inteligencia con conciencia y voluntad. No basta con que adquiera sólidos conocimientos en determinada rama de la cultura, sino que aparejadamente a ello se requiere que sepa aplicar dichos conocimientos, y para ello evidentemente ha de tener habilidades y valores que le posibiliten dar solución, de manera comprometida, a los problemas inherentes a su vida profesional y social.
En correspondencia con este propósito, la Universidad Médica ha de encaminar sus esfuerzos a la formación de modos de actuación profesionales, como aspecto en sus competencias que le permitan una vez egresado enfrentar con éxito los más disímiles problemas de su profesión y sobre todo, que le posibiliten resolver los problemas que se le presentarán en el futuro en relación a una población que inevitablemente está más envejecida. En consecuencia, dicho profesional debe estar preparado para adquirir por sí mismo los conocimientos y habilidades que le hagan falta para enfrentar los retos de un mundo además cada vez más tecnificado, cambiante, hipercomplejo, hiperincierto, mas planetizado, esto es, debe estar preparado para aprender a aprender, aprender a transformar, aprender a crear, aprender hacer revoluciones y aprender a desaprender, desarrollando potencialidades intelectuales, habilidades, valores y valoraciones capacidades, en fin: transformando su personalidad.
Por ello, para optimizar la adquisición de los contenidos en el proceso de formación gerontológica de los estudiantes, se puede considerar lo que se introducen por N. F Talízina (1984) los denominados “invariantes” de contenido, que tienen un nivel de esencia y generalidad tal, que le permiten al estudiante enfrentar múltiples problemas particulares. Estos invariantes de contenido, según nuestra concepción, son entendidos como competencias profesionales y sociales que mas que invariante al considerarse como termino del positivismo preferimos llamarlo “núcleo”. 
Las competencias constituyen la integración de los núcleos de conocimientos, de de habilidad y habilidades generalizadas y de valores profesionales y sociales.
Aunque los conocimientos y las habilidades, conjuntamente con los valores y las valoraciones, constituyen aspectos inseparables de un todo que se va configurando en la propia dinámica del proceso de formación gerontológica del profesional de la salud y llega a constituir una configuración de orden superior, por la naturaleza intrínseca de ellos, serán abordados separadamente, haciéndose énfasis fundamentalmente en la dinámica de su formación, sin que se pretenda agotar el tema.

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