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  Cuba
El  Análisis del Ciclo de Vida constituye una de las principales herramientas para  valorar el desarrollo sostenible de las distintas producciones y servicios. Es  una herramienta de gestión ambiental que evalúa de modo sistemático los  impactos ambientales de un producto a través de su ciclo de vida desde la  adquisición de la materia prima hasta el uso final. En este capítulo se aplica  dicha metodología, tomando como estudio de caso la producción de alcohol en un  municipio de Cuba. Para ello se  han  seguido las cuatro etapas propuestas en la norma cubana NC-ISO 14 040:1999  Gestión Ambiental-Análisis del Ciclo de Vida-Principios y Estructuras. 
  La  producción de alcohol a partir de la caña de azúcar es más económica y  representa un aporte ecológico de importancia como vía para aliviar el  calentamiento global, debido a que este cultivo presenta una elevada eficiencia  fotosintética, que le permite una mayor utilización de la energía solar y un  mayor coeficiente de absorción del CO2 atmosférico. El análisis de  ciclo de vida permite trazar las mejores estrategias ambientales futuras para  rediseñar el sector de la agroindustria azucarera buscando su diversificación,  y el aprovechamiento de sus residuales para el desarrollo sostenible y la  ecoeficiencia de sus producciones.
  Palabras claves:  Gestión Ambiental - Análisis del Ciclo de Vida - Impacto Ambiental – Producción  de Alcohol- Cuba
La  preocupación mundial por la degradación del medio ambiente ha llevado a una  intensa presión por parte de las comunidades, las ONG y la opinión pública en  general por los efectos de las actividades económicas sobre el entorno natural  y sobre la sostenibilidad del desarrollo global (Sánchez,  2007).
  La  sustentabilidad, es un término que ha sido adoptado por el Programa de Naciones  Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), como el principal objetivo político para  el desarrollo futuro de la humanidad. En la conferencia de Río de Janeiro, en  1992, se estableció que el desarrollo sustentable es la tarea más importante del siglo XXI. En el año 2002, los líderes de varios  gobiernos del mundo y representantes de la industria y la sociedad civil se  reunieron en el encuentro mundial para el Desarrollo Sustentable en  Johannesburgo. En esta reunión los participantes analizaron las fallas y los  éxitos de los últimos treinta años, anticipando los compromisos y los  obstáculos que tendrá la humanidad en relación a los desafíos del Desarrollo  Sustentable. Uno de los resultados de esta reunión, es un Plan de  Implementación para cambiar los patrones no sustentables de consumo y  producción. Entre los elementos del plan hay un llamado para: “mejorar los productos y servicios a la vez  que se reducen los impactos en salud y medio ambiente, usando donde sea  apropiado, modelos científicos como el análisis de ciclo de vida (ACV)” (Suppen,  2007).
  En  los últimos años, el PNUMA y la Society of Environmental Toxicology and  Chemistry (SETAC), por medio de grupos de trabajo buscan unificar las  metodologías utilizadas en el mundo en las áreas de inventario de ciclo de  vida, la evaluación de impacto de ciclo de vida y la administración (Life Cycle  Managament), en la llamada Iniciativa de Ciclo de Vida (Life Cycle Initiative).  Esta iniciativa toma como base los estándares  de ISO 14040 y busca establecer enfoques de mejores prácticas para una economía  de ciclo de vida (Suppen,  2007).
  Por  su injerencia amplia, la gestión ambiental puede ser abordada bajo diversas  perspectivas y con diferentes escalas. Por ejemplo, se puede centrar en el  ámbito rural o urbano, en una política específica (ej. contaminación del aire  de un centro urbano, etc.), en una amenaza ambiental global (ej. impacto de  emisiones sobre el calentamiento de la tierra, etc.), en el impacto ambiental  de una actividad económica específica (ej. minería, energía, agricultura,  etc.), o en la conservación y uso sostenible de un recurso estratégico (ej.  bosques, aguas, etc.). La gestión ambiental, por lo tanto, puede ser abordada a  distintos niveles de gobierno (federal o central, provincial o estatal,  municipal, etc.), o de grupos del sector privado en su concepción amplia, o en  diversos ámbitos territoriales (global, regional, sub-regional, nivel  metropolitano, ciudades, barrios, poblados, cuencas hidrográficas, etc.)  (Rodríguez, 2002). 
  Con  el propósito general de mejorar el comportamiento ambiental, se han  desarrollado un conjunto de estructuras o instrumentos sistemáticos para  mejorar la gestión de la información y la toma de decisiones, conocidos  generalmente como instrumentos de gestión ambiental. No existe una línea  divisoria bien definida entre los diferentes instrumentos, ya que han  evolucionado independientemente, han aumentado su alcance y profundidad, y sus  objetivos generales son parecidos (Díaz, 2006).
  Los  instrumentos que se han instituido para la gestión ambiental atienden según el  estadío temporal de su aplicación a dos tipos definidos: preventivos y  correctivos. Dentro de los preventivos se encuentra el Estudio de Impacto  Ambiental, la Calidad Total, la Planificación, la Innovación Tecnológica, la  Educación Ambiental, etc. y dentro de los correctivos está el etiquetado  ecológico, los eco-balances (cuyo exponente principal son las tendencias de  Análisis de Ciclos de Vida), la Auditoría Ambiental, entre otras (Díaz, 2005).
  En  Cuba desde 1998 el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente ha venido  realizando esfuerzos para promover, introducir e implementar estrategias de  producción acordes con las normas internacionales en los sectores prioritarios  de la economía, enfocando sus productos a la eco-eficiencia y el desarrollo  sostenible. 
  La  industria química ha estado permanentemente bajo la mira debido a que es una de  las mayores contaminantes del aire y de los ecosistemas acuáticos y terrestres.  Los gobiernos han implementado legislaciones que regulan el vertido de  contaminantes; pero no han considerado el medio ambiente desde una perspectiva  global, por lo que en muchos casos la reducción de descargas en una zona  implica la sobreexplotación de un recurso natural en otra. Se hace necesario,  entonces, considerar el impacto que sobre el medio ambiente tiene la producción  de diferentes artículos, materiales y servicios, a partir de un enfoque  holístico, es decir, que considere todos los componentes involucrados desde la  extracción de las materias primas hasta la disposición de los productos.  Precisamente para ello se desarrolla la metodología de Análisis de Ciclo de  Vida.
  El  Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es un proceso objetivo para evaluar cargas  ambientales asociadas a un producto, proceso o actividad; identificando y  cuantificando el uso de materia y energía y los residuos que genera; es una  herramienta que permite lograr el desarrollo sostenible y la ecoeficiencia de  las producciones y servicios. 
El análisis del ciclo de vida se define como la herramienta adecuada para “la recopilación y valoración de las entradas (materia y energía), salidas (productos, emisiones y residuos) e impactos potenciales de un sistema de producción o servicio a lo largo de su ciclo de vida”. (NC-ISO14040, 1999)
  Según  Montoya (2006) la metodología de análisis del ciclo de vida (LCA, por sus  siglas en inglés) es una herramienta de análisis sistemático que considera los  impactos ambientales de productos o servicios y provee una estructura de referencia  para el desarrollo de índices de inspección, especialmente en la extensión de  las fronteras del sistema hacia las diferentes etapas del ciclo de vida de un  producto.
  Sánchez  (2007) define esta herramienta como un proceso para evaluar las descargas ambientales  asociadas con un producto, proceso o actividad, identificando y cuantificando  los materiales y la energía utilizada y los residuos liberados al ambiente;  para evaluar el impacto del uso de esos materiales y energía y de las descargas  al ambiente; y para identificar y evaluar oportunidades para efectuar mejoras  ambientales.
  Las  características fundamentales de un ACV, según la Norma ISO 14040:2006 son las  siguientes (Panichelli, 2006): 
El ACV permite una comparación total de todos los impactos ambientales del sistema de diferentes alternativas de productos que entregan una función o desempeño equivalente, de aquí se derivan las siguientes oportunidades del uso del ACV (Suppen, 2007):
La metodología del ACV, además de permitir un seguimiento sobre cada uno de los pasos del proceso, determina cuáles son los impactos más significativos, los cuantifica y les asigna un “ecopuntaje” para facilitar así una comparación de desempeño ambiental entre procesos similares (Saavedra, 2003).
  La estructura del ACV se representa como una  casa con cuatro habitaciones principales, que están representadas por las  normas ISO14040, ISO14041, ISO14042 e ISO14043 (ver Figura 1). 
  En la norma ISO14040, se establecen los  fundamentos de la Evaluación del Ciclo de Vida, es decir, el marco  metodológico, y se explica brevemente cada una de las fases, la preparación del  informe y el proceso de revisión crítica. Mientras que en las tres normas  restantes se explican en forma detallada cada una de las fases del ACV.  Actualmente se encuentran en preparación la norma ISO/ TR14047 (sobre ejemplos  ilustrativos de cómo aplicar la norma ISO14042), y la norma ISO14048 (sobre el  formato para la documentación de datos para el ACV). Así como el reporte  técnico ISO/TR14049 que versa sobre ejemplos ilustrativos de cómo aplicar la  norma ISO14041 (Romero, 2004).
  Puesto  que todas las técnicas tienen limitaciones, es importante entender las  identificadas en el marco del ACV. Según la  NC-ISO 14040: 1999 las limitaciones son: 
Suppen (2007) plantea que en la estructura metodológica del ACV existen dos partes fundamentales: el inventario de ciclo de vida en donde se calculan todos los impactos durante el ciclo de vida y la evaluación de impacto de ciclo de vida (el modelo de asignación), en donde se relacionan los impactos con los problemas ambientales con el fin de obtener un eco-indicador. Con esta metodología de asignación se relaciona primero el impacto con un factor de contribución al problema ambiental definido en la metodología y en la segunda parte del modelo de asignación se prioriza entre los problemas ambientales. Para llegar de las categorías (problemas ambientales) a un indicador (enfoque de daños) se aplica una evaluación, con la aplicación de un método, para determinar la importancia de las categorías supuestas.
  A pesar de ser el ACV una herramienta que aún  está en una etapa temprana de su desarrollo, se puede decir que Cuba va a la  vanguardia en cuanto a estudios de este tipo que se vienen desarrollando en el  área de Latinoamérica. En Cuba desde el 2000 existen especialistas incorporados  a estas investigaciones, prestando atención a los retos que van desde las bases  de datos, los costos y otros problemas, y se han realizado trabajos en  diferentes sectores, tales como la industria azucarera, la láctea y la  energética, entre otras, así como las perspectivas en el país.
  El Análisis de Ciclo de Vida ha contribuido en  el caso del ámbito nacional de innumerables maneras y formas pues su ejecución  conlleva el ahorro de recursos naturales, ahorro de energía, reducción de  emisiones contaminantes, reducción de residuos y otros. Sus variados usos  llevan desde selección de materiales, comparación de productos hasta la  identificación de procesos contaminantes.
  Es válido señalar que este tipo de herramienta  se implementa en una serie de estudios que ejecuta la Universidad Central de  las Villas, donde existen un grupo de doctores que han aplicado esta  herramienta, se puede citar el caso de Elena Rosa Domínguez, directora del  Centro de Estudios de Química Aplicada, que señaló que este método, utilizado  principalmente en el mundo desarrollado, está adquiriendo auge en  Latinoamérica, y nuestro país, junto a Brasil y México, está en la avanzada. El  Centro de estudio de Química Aplicada, que dirige en el país la Red de Análisis  de Ciclo de Vida,  es el único a nivel nacional que cuenta con un programa computarizado adaptado  a nuestras particularidades (García, 2009).
  Llanes et al. (2006) publicaron en la Revista  Ciencias Técnicas Agropecuarias, de Cuba, una Metodología para la Determinación  de Impactos Ambientales en Procesos Productivos, estos educadores de la  Universidad Agraria de la Habana realizaron un resumen de las diferentes normas  ambientales vigentes dedicadas al impacto ambiental; haciendo énfasis en la  importancia del ACV y estableciendo comparaciones con otras herramientas de  gestión ambiental.
  López (2009) realizó un estudio con enfoque de  ACV evaluando el Impacto Ambiental de un Proyecto de Grupo Electrógeno para  cuantificar los impactos ambientales que este ocasiona a lo largo de su ciclo  de vida.
  Moya (2010) aplicó el ACV al proceso de  producción de la harina de trigo en su trabajo de diploma; determinando que los  principales problemas ambientales están concentrados en la respiración de  sustancias inorgánicas y efectos no carcinógenos por la emisión de partículas  sólidas (polvo), lo cual propone medidas de mejora para disminuir estos  impactos basadas en la sustitución e instalación de equipos.
  Cordero y Pérez (2010) realizaron un estudio  de evaluación de impacto ambiental con enfoque de ACV de la producción de  azúcar en las tres empresas azucareras pertenecientes a la provincia  Cienfuegos, una vez realizado el estudio y reconocidos los impactos ambientales  que estos procesos ocasionan proponen como variante de mejora la implementación  del riego por goteo, demostrando su factibilidad ambiental y económica. En el  caso de León (2010) realizó un análisis del ciclo de vida del cemento, con el  objetivo de instaurar un enfoque preventivo para cuantificar los impactos  ambientales del proceso productivo; y determinó que los problemas ambientales  están concentrados en el elevado consumo de energía no renovable; la  respiración de sustancias inorgánicas, por la emisión de dióxido de azufre y  polvo, y el calentamiento global por emisiones de dióxido de carbono.
El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) está compuesto por cuatro etapas básicas, definidas en la norma NC-ISO 14 040:1999, en la Figura 2 se muestran estas etapas en forma de flujo continuo.
               l.  Definición de objetivos y alcance 
  Esta  etapa del proceso/servicio/actividad se inicia definiendo los objetivos  globales del estudio, donde se establecen la finalidad del estudio, el producto  implicado, la audiencia a la que se dirige, el alcance o magnitud del estudio  (límites del sistema), la unidad funcional, los datos necesarios y el tipo de  revisión crítica que se debe realizar.
                  2.  Análisis del inventario (Life Cycle Inventory LCI)
  El  análisis del inventario es una lista cuantificada de todos los flujos entrantes  y salientes del sistema durante toda su vida útil, los cuales son extraídos del  ambiente natural o bien emitidos en él, calculando los requerimientos  energéticos y materiales del sistema y la eficiencia energética de sus  componentes, así como las emisiones producidas en cada uno de los procesos y  sistemas.
                  3.  La evaluación de impactos. (Life Cycle Impact Assessment- LCIA)
  Según  la lista del análisis de Inventario, se realiza una clasificación y evaluación  de los resultados del inventario, y se relacionan sus resultados con efectos  ambientales observables.
                  4.  Análisis de mejoras
  Los  resultados de las fases precedentes son evaluados juntos, en un modo congruente  con los objetivos definidos para el estudio, a fin de establecer las  conclusiones y recomendaciones para la toma de decisiones.
  El  azúcar constituye, desde hace cientos de años, uno de los componentes más  importantes y universalmente utilizados en la dieta humana. Su importancia  viene dada en su aporte energético a bajo costo, en combinación con su  capacidad de endulzar. Para la nación cubana, la caña y el azúcar forman parte  integrante de la historia, la cultura y las tradiciones del pueblo. A partir de  1959, en la agricultura cañera se desarrolló un proceso de modernización  dirigido a una agricultura más intensiva, de altos insumos y caracterizada  fundamentalmente por la introducción de la mecanización, que a finales de la  década de los años 80 alcanzaba el 75% de la cosecha y el 100% del alza,  lográndose una producción nacional promedio de más de 7.5 millones de t/año  (Morín, 2005). 
  La  caña de azúcar es un cultivo de extraordinaria capacidad, que en buenas  condiciones culturales, produce volúmenes superiores a las 100 t/ha de tallos y  si se incluyen las hojas y puntas, que no se emplean para la producción de  azúcar; el volumen de biomasa vegetal se eleva en 20%, esa alta productividad  de la caña se explica por su elevada eficiencia fotosintética en comparación  con otros cultivos comerciales (Morín, 2005). Es una planta de características  excepcionales, capaz de sintetizar carbohidratos solubles y material fibroso a  un ritmo muy superior al de otros cultivos comerciales. Esta propiedad hace que  la agroindustria azucarera encierre una enorme riqueza y amplias  potencialidades en la producción de alimentos, fondos exportables, combustible  (alcohol), generación de energía eléctrica, biogás, a partir de fuentes no  contaminantes y renovables, mucho más económica que la generada por  combustibles fósiles (Nova, 2006).
  La producción de alcohol a partir de la caña  de azúcar es más económica, y puede obtenerse por la fermentación del jugo  directo de la caña o del mosto preparado con melazas o aún por combinación  entre las dos anteriores. El bagazo resultante del proceso de extracción del  jugo en la molienda es un residuo lignocelulósico, con 50% de humedad, que  puede ser quemado en las calderas a vapor del ingenio, generando energía  térmica para los procesos de fabricación y mediante los sistemas de  cogeneración, producción de energía eléctrica y mecánica. La utilización  optimizada del bagazo puede elevar de forma importante la rentabilidad de la  agroindustria cañera e incrementar la producción de energía electromecánica, de  los usuales 25kW/h por tonelada de caña procesada, a niveles tres a cuatro  veces superiores (Ramos, 2008).
  El mercado del alcohol para  uso local y la exportación "abre  oportunidades prácticamente ilimitadas para todos los países productores",  en especial con las perspectivas del aumento de la demanda en el mercado  internacional del etanol, muy empleado para mezclas con combustibles para el  funcionamiento de motores de combustión interna. De esta forma se abren nuevas  alternativas al fabricarse azúcar de más calidad, como la cogeneración  eléctrica, la levadura, el dióxido de carbono (CO2) y el  fertirriego, entre otras. La creciente necesidad de ampliar de modo sostenible  el uso de fuentes renovables de energía, para proporcionar mayor seguridad al  suministro energético y reducir los impactos ambientales asociados a los  combustibles fósiles, encuentra en el bioetanol de caña de azúcar una alternativa  económicamente viable y con significativo potencial de expansión (Peña, 2006).
  En la actualidad, según (Horta, 2004), varios  aspectos ayudan para promover la producción de etanol en un gran número de  países desarrollados o en desarrollo. Así, pueden ser citados: 
El  etanol presenta algunas diferencias importantes con relación a los combustibles  convencionales, derivados del petróleo. La principal de ellas es la elevada  concentración de oxígeno, que representa cerca del 35% de la masa de etanol. En  general, las características del etanol permiten una combustión más limpia y un  mejor desempeño de los motores (ciclo Otto), lo que conlleva a la reducción de  las emisiones contaminantes (Peña, 2006).
  En Cuba, los alcoholes se  producen como subproducto de la industria azucarera, después de hacerle tres  extracciones de azúcar al jugo de caña. El cambio de clima está afectando la  producción azucarera. Grandes sequías se vienen alternando con lluvias récord,  que apenas permiten producir azúcar durante cien días con rendimientos  adecuados en los meses de nuestro muy moderado invierno de modo que falta  azúcar por tonelada de caña o falta caña por hectárea debido a las prolongadas  sequías en los meses de siembra y cultivo. En la actualidad se operan en el  país 18 destilerías con una capacidad instalada de 1.5 millones de HL al año;  13 operadas por el Ministerio del Azúcar, 4  por el Ministerio de la Alimentación y 1 operada en asociación con una empresa  Española (González, 2008). 
  La  caña de azúcar, cuyo potencial genético aún está lejos de ser bien aprovechado,  puede ser cultivada con técnicas mucho más apropiadas y sustentables, tanto en  términos económicos como ecológicos. Debido a esto la industria azucarera  cubana esta urgida en trabajos para disminuir el impacto ambiental, dado que  tanto el sector agrícola como el industrial, son una fuente contaminante  importante para la tierra, el agua y el aire de nuestros ecosistemas. El  análisis de ciclo de vida permite trazar las mejores estrategias ambientales  futuras para rediseñar este sector de la economía buscando su diversificación,  y el aprovechamiento de sus residuales lo que es de vital importancia para su  subsistencia.
Como política, en Cuba, hoy el alcohol se destina a la  producción de rones, medicamentos y perfumería. De todas las destilerías  existentes en el país la empresa que se ha definido como objeto de estudio,  ubicada en la provincia de Cienfuegos, es la destilería más moderna y que  invierte constantemente en estudios ambientales de su producción, mostrando así  su preocupación por el daño al cambio climático y la salud humana de todos los  pobladores de la zona. Su construcción comenzó en el año 1997 para una  capacidad de producción de 50 000 litros de alcohol puro diario y se logró en  el año 1999 financiamiento y aprobación para concluirlo con la capacidad de 900  hectolitros de alcohol puro (hlap), comenzando su producción física en el año  2000.
  Esta  empresa desea obtener un producto de alta calidad y que a su vez su producción  no afecte al medio ambiente. Para lograr este objetivo se debe realizar un  análisis  de todo el proceso de  producción de la industria desde su comienzo hasta la obtención del producto  final, es decir, en todo su ciclo de vida, encontrándose de esta forma diversas  fuentes de contaminación, que pueden ser controladas y minimizadas.
En  esta etapa se define como objetivo: evaluar los impactos ambientales de la  elaboración de alcohol obtenido de la caña de azúcar a lo largo de todo su  ciclo de vida.
  El  alcance del estudio se establece a partir de las funciones del sistema, la  unidad funcional y los límites.
  El  uso final del producto será como materia prima de alta calidad a las industrias  de licores, farmacéuticas, de cosméticos y alimenticia.
  La  unidad funcional de este análisis es la cantidad de alcohol que se produce en un día en la Empresa, y para cada proceso unitario se define la unidad de  masa (t) como unidad funcional.
  Para  este estudio quedan excluidas: las cargas ambientales relativas a la  fabricación y mantenimiento de las maquinarias e infraestructuras necesarias  para el cultivo de la caña de azúcar, los vehículos de transporte, las  instalaciones de la transformación de la caña para la obtención del etanol, la  producción de fertilizantes y herbicidas, y las implicaciones de circulación,  distribución y consumo del producto final (alcohol).
  Se  ha incluido el suelo productivo hasta la profundidad del nivel freático al  considerarlo parte del sistema productivo y parte del medio ambiente.
En  el proceso de recolección de los datos necesarios para la investigación se  procede primeramente a describir cada uno de los procesos involucrados en el  ciclo de vida de la elaboración de alcohol.
  En  el inventario del proceso de elaboración de etanol de la caña de azúcar, se  recogen todas las materias primas, el uso de energía, combustible y las salidas  o emisiones de cada uno de los procesos que intervienen en el ciclo de vida  estudiado.
  La  descripción de las operaciones que se llevan a cabo en cada proceso: cultivo de  la caña, producción de la melaza y elaboración del alcohol, sirven de base para  diagramar dichos procesos.  
  En la Figura 3 está representado el proceso  del cultivo de la caña de azúcar, el cual consta de las siguientes  actividades:
Tiene por objetivo fundamental formar el lecho adecuado para la siembra, eliminar las malezas y crear condiciones para el posterior desarrollo de la plantación. Sus características se determinan en función del relieve, el clima, los suelos y propiedades físicas, químicas y principales factores limitantes. Las principales operaciones son: descepe o descorone, rotura, cruce, recruce y subsolado; mullido y eliminación de brotes de malezas; y surcado.
En las condiciones climatológicas de Cuba nace el 40% de las yemas que se plantan, por tanto el método más utilizado es triple trozo punta con punta, es decir a surco corrido y a 1.60m entre ellos alcanzando entre 9 – 10 t/ha de semilla. Las actividades que se realizan son: corte, despajo, selección, transportación y pique de la semilla; fertilizar el fondo del surco con fósforo y potasio; plantar la semilla en el surco; tape y retape de las estacas plantadas.
Para dicha labor se aplican distintos herbicidas de acuerdo al tipo de maleza y al estado de la planta. Antes de ser utilizados estos herbicidas son probados por el Instituto de Sanidad Vegetal y el Instituto de Investigación de la Caña (INICA) para determinar la cantidad necesaria que debe ser utilizada para eliminar las malezas sin dañar el medio ambiente.
La técnica más utilizada es el riego tradicional por surcos, la cual consiste en la entrega y distribución de agua en los surcos por medio de guatacas o tridentes, sus longitudes son variables entre 250 – 500m. También se utiliza el riego por gravedad, pero este requiere más control y preparar el suelo de forma diferente, debido a que se corre el riesgo de que el agua se acumule en la zona más baja del surco.
La  caña de azúcar, como toda especie vegetal, requiere un conjunto de nutrientes  para su desarrollo y crecimiento, cuyas necesidades varían cuantitativamente,  ya que algunos elementos que se consumen en cantidades muy pequeñas son también  indispensables para el desarrollo de las plantaciones.
  Se  utilizan tres tipos de fertilizaciones mineral,  orgánica  y con  vinazas. 
El sistema de cosecha empleado presenta dos vías  principales de suministro de caña a la   fábrica: el corte por maquina combinada y su envió directo a la fabrica;  y el corte manual o de combinada, su envió a los centros de limpieza en seco y  de estos a la fábrica. 
  La  paja extraída queda sobre el suelo en forma de una cubierta protectora que  realiza una importante función de conservación de la humedad, evita la erosión  y contribuye a la lucha contra malas hierbas.
  Una  segunda limpieza de la caña se lleva a cabo en los llamados centros de acopio,  donde además se realiza un trasbordo a los carros de ferrocarril que  transportan la caña al central azucarero, una parte significativa de estos  residuos se utiliza como forraje para el ganado vacuno, de gran importancia por  coincidir en la época de sequía.
  1. Recepción de la Caña
  La  caña que llega del campo se muestrea para determinar las características de  calidad y el contenido de sacarosa, fibra y nivel de impurezas. Luego se pesa  en básculas y se conduce a los patios donde se almacena temporalmente o se  dispone directamente en las mesas de lavado de caña para dirigirla a una banda  conductora que alimenta las picadoras.
  2. Picado de Caña
  Las  picadoras son unos ejes colocados sobre los conductores accionados por  turbinas, provistos de cuchillas giradoras que cortan los tallos y los  convierten en astillas, dándoles un tamaño más uniforme para facilitar así la  extracción del jugo en los molinos.
  3. Molienda
  La  caña preparada por las picadoras llega a los molinos, donde se extrae el jugo  de la caña. En el recorrido de la caña por el molino se agrega agua de  imbibición, generalmente caliente, para extraer al máximo la cantidad de  sacarosa que contiene el material fibroso. El bagazo que sale de la última  unidad de molienda se conduce a una bagacera para que seque y luego se va a las  calderas como combustible, produciendo el vapor de alta presión que se emplea  en las turbinas de los molinos. 
  4. Clarificación/Purificación
  La  clarificación del jugo se da por sedimentación; y el jugo claro queda en la  parte superior del tanque. Éste jugo sobrante se envía a los evaporadores y la  cachaza sedimentada que todavía contiene sacarosa pasa a un proceso de  filtración antes de ser desechada al campo para el mejoramiento de los suelos  pobres en materia orgánica.
  5. Evaporación
  Se  comienza a evaporar el agua del jugo. Se recibe en los evaporadores con un  porcentaje de sólidos solubles entre 10 y 12% y se obtiene una meladura o  jarabe con una concentración aproximada de sólidos solubles del 55 al 60%. En  el proceso de evaporación se obtiene el jarabe o meladura.
  6. Cristalización
  La  cristalización se realiza en los tachos, recipientes al vacío de un solo efecto con la adición  de Cristal 600. El material resultante que contiene líquido (miel) y cristales  (azúcar) se denomina masa cocida. El trabajo de cristalización se lleva a cabo  empleando el sistema de tres cocimientos para lograr la mayor concentración de  sacarosa.
  7. Centrifugación
  La  masa pasa por las centrífugas, máquinas giratorias en las cuales los cristales  se separan del licor madre por medio de una masa centrífuga aplicada a tambores  rotatorios que contienen mallas interiores. 
  La  miel que sale de las centrífugas se bombea a tanques de almacenamiento para  luego someterla a superiores evaporaciones y cristalizaciones en los tachos.
  Al  cabo de dos cristalizaciones sucesivas se obtiene una miel final (melaza) que se  retira del proceso y se comercializa como materia prima para la elaboración de  alcoholes. Para la determinación de todas las entradas y salidas a cada  operación del proceso es necesario realizar un balance de masa.
La melaza necesaria para la producción de alcohol es comprada y transportada en camiones cisternas; cuando llega a la empresa se recepciona, pesa y almacena para su uso en el proceso productivo que se explica a continuación. En la Figura 5 se representa el flujo de la producción de alcohol.
La  melaza procedente de los depósitos generales de almacenamiento, es bombea al  proceso de Preparación de Mosto, se mezcla con el agua cruda previamente  tratada, clorada para evitar contaminaciones naturales. Esta agua también tiene  la opción de poder acidularse previamente, directamente  con el Ácido Sulfúrico (H2SO4)  que se le agrega.
  La  melaza prediluida entra en un calentador, donde se eleva su temperatura  mediante aporte de vapor directo de la caldera. A la salida el mosto es  regulado por una válvula, en otra línea se diluye, el control envía una señal a  la válvula automática de agua de dilución, para la alimentación continua del  Mosto a  las  Cubas Madres.
  En  este mezclador y solamente en el mosto para la Cuba Madre es donde se adicionan  los nutrientes. Estas sales se disuelven con agua previamente en un depósito, y  las bombas dosificadoras se encargan de adicionar regularmente la cantidad necesaria  de nutrientes para la producción de Mosto. 
El  mosto entra a un depósito donde es preparada la cuba madre, esta es airada con  el soplante, pasado el tiempo máximo de reposo de este proceso el cual es  enfriado.
  La  entrada del mosto es regulada por una válvula en el depósito donde después de  estar su densidad baja debido a la fermentación se añade el mosto donde  continúa la fermentación pero con nueva alimentación, este procedimiento es  enfriado. Luego es bombeado el vino obtenido y en el mismo momento se abre la  válvula de salida de CO2 según lo requiera, y transcurrido un  tiempo  se completa el volumen de trabajo  del fermentador.
  El  mosto fermentado o vino de los fermentadores es bombeado a la etapa de  destilación de inmediato. Los fondajes de los fermentadores se unen a la  corriente de vinazas que se envía a la fábrica de Levadura. En este proceso se  emite CO2.
El  vino,  penetra en un calienta-vino donde  se aumenta su temperatura, a fin de disminuir la cantidad de vapor. Una vez el  vino caliente a su caudal medido y regulado penetra en una columna de  agotamiento (Columna destiladora o destrozadora) simple con des-gasificación. 
  Las  vinazas salen por el pie de la columna a través de un sello hidráulico y se  envían a la fábrica de Levadura.
  El  alcohol integral o centro pasa bajo forma de vapor a una columna de alto grado.  Los vapores producidos en esta columna se condensan. Los condensados se dividen  en dos: una parte representa el reflujo y la otra el alcohol centro. El alcohol  centro llega a la rectificadora impulsado por una bomba, donde se concentra.
En la evaluación de impacto  ambiental se utiliza el software SimaPro 7.1 y se emplea el método Impact 2002+  que es el único método que incluye por separada la categoría de daño cambio  climático, situación muy esencial para la valoración que se pretende realizar,  y vincula los resultados del inventario de ciclo de vida con cuatro categorías  de daños (salud humana, calidad del ecosistema, cambio climático y recursos) a  través de puntos intermedios o categorías de impacto: efectos respiratorios,  toxicidad humana, oxidación fotoquímica, deterioro de la capa de ozono,  ecotoxicidad acuática y terrestre, acidificación, eutrofización, uso de la  tierra, calentamiento global, extracción de minerales, energías no renovables y  radiaciones ionizantes.
  Se realiza una comparación del  impacto ambiental entre las materias primas utilizadas para la producción de 1t  de etanol tomando como estudio de caso a una industria azucarera, ver Figura 6.  A continuación se muestran las materias primas que se compararon:
Según  los resultados obtenidos las mejoras deben estar encaminadas a la disminución  de emisiones de SO2 y CO2, causadas principalmente por el  uso de petróleo crudo cubano y por las emisiones de CO2 en la etapa  de fermentación.
  Se  recomienda sustituir el uso de petróleo crudo por el vapor sobrante de la  Empresa Azucarera de la combustión de bagazo,   ya que constituye una fuente renovable de energía de origen orgánico. En  la Figura 9 se muestra el gráfico comparativo del impacto ambiental de la  producción de alcohol entre la variante actual y la mejora recomendada. 
  Este  análisis permite determinar que al usar vapor generado del bagazo:
  A  continuación se dan los elementos necesarios para demostrar la factibilidad  económica de la mejora propuesta.
  Para esta propuesta se tiene en  cuenta  la disponibilidad de combustible  (bagazo), la que queda demostrada con las reiteradas interrupciones operativas,  ocurridas en las últimas zafras, como consecuencia de estar llena la casa de  bagazo. Estas horas de parada traen consigo pérdidas económicas para la  industria, a las que se le suman como gasto adicional todo el consumo de  combustible diesel para la extracción y transportación del bagazo fuera del  central. El costo de la tonelada de vapor de bagazo es menor que el costo de la  tonelada de vapor de petróleo crudo, de aquí que por la diferencia del costo la  destilería de alcohol tendría un ahorro superior a los quinientos mil pesos. 
  Los resultados calculados en la evaluación  económica del proyecto de mejora validan la factibilidad de la propuesta  presentada, al obtenerse un valor actual neto superior a un millón de pesos y  se recupera la inversión en medio año. 
  La ejecución de este trabajo  pudiera representar un negocio GANAR – GANAR. Gana la empresa de alcohol que  disminuiría sus costos de producción; gana la empresa azucarera que recibiría  ingresos; gana el medio ambiente al dejar de recibir volúmenes de emanaciones  de gases que disminuirían los costos ambientales externos. La materialización  de este trabajo sería un ejemplo de la utilización de la biomasa cañera como  combustible y una confirmación de la política del Estado en el cuidado del  medio ambiente.
  La gestión ambiental local va dirigida a garantizar  la administración y uso racional de los recursos naturales mediante la  conservación, mejoramiento, rehabilitación y monitoreo del medio ambiente; y  para esto se han desarrollado instrumentos de carácter preventivo y correctivo  dentro de los que se encuentra la metodología de análisis de ciclo de vida. 
  El análisis del ciclo de vida es una metodología  capaz de evaluar el impacto ambiental de las producciones desde la extracción  de materias primas hasta el uso final de los productos, fortaleza que la  diferencia del resto de las metodologías y por lo se ha venido aplicando en  distintos sectores en Cuba desde el 2000, para el logro del desarrollo  sostenible y la ecoeficiencia de las producciones y los servicios.
  El análisis del ciclo de vida de la producción de  alcohol mostró que las categorías de impacto más afectadas son: la respiración  de sustancias inorgánicas, el calentamiento global y el uso de energías  no-renovables; el impacto ambiental disminuye en un 42.95% al sustituir el  vapor del petróleo crudo por vapor proveniente de la empresa azucarera  producido con bagazo y se recupera la inversión en medio año. 
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![]() 1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores)  Este  libro  es  producto del  trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER).  Libro gratis  | 
15 al 28 de febrero   | 
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