LA ÉTICA PROFESIONAL DE LOS INVESTIGADORES EN TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN

Virginia Morales Sánchez

Los establecimientos como unidades constitutivas de los sistemas nacionales, adquieren sentido sólo en relación con la división del trabajo determinada por las disciplinas. Es decir, que una determinada institución está constituida por la división primordial del trabajo basada en los campos de conocimiento.
La división suele darse en dos planos; el primero, abarca las agrupaciones más amplias, cono­cidas como facultades, escuelas o colegios que se encargan de la enseñanza de alguna profesión (ingeniería electrónica o ingeniería en sistemas); alguna disciplina básica (humanidades o ciencias naturales); cada país define sus propias divisiones básicas [Clark, 1983: 55-66].
El otro plano es el de los agrupamientos locales, las células o unidades operativas básicas, cono­cidos como la cátedra, el instituto o el departamento. Estas unidades operativas, se relacionan con una división disciplinaria definida por las especialidades pertenecientes a una profesión (la electrónica digital o la inteligencia artificial); están conformadas por disciplinas enteras (física o historia). A medida que se da la aparición de nuevas especialidades, generalmente, ésta propicia la ampliación de las divisiones o secciones de las unidades básicas operativas, sean: cátedras, institutos o departamentos.
No obstante, la proliferación de la fragmentación del conocimiento y de las profesiones, las disciplinas y la organización académica, los campos profesionales y académicos suelen estar unificados, ya sea flexible o rígidamente, en torno a un cuerpo de valores, normas y actitudes que las profesiones, academias y disciplinas mismas han ido conformando a lo largo del tiempo y que consideran patrimonio propio.
Ahora bien, la organización de los grupos académico-científicos basada en la cátedra, es ca­racterística en algunos países europeos. Ésta ha sido la forma tradicional de control operativo en la mayor parte de las universidades, y consiste en la concentración de las responsabilidades de la unidad académica, en una sola persona: el catedrático. Este individuo, supervisa las actividades académicas en un ámbito laboral determinado; apoyado por personal subordinado. Si la investigación se organiza por medio de un instituto, el catedrático aparece también como director del mismo o comparte la autoridad con otros catedráticos. En el sistema de cátedra, los institutos de investigación tienden a estar fusionados con las cátedras, en virtud de ser éstas las posiciones primordiales de la estructura universitaria después del nivel de facultad [Clark, 1983:79].
Fue en Alemania en el siglo XIX, donde este modelo fue revolucionado, al integrar el puesto del profesor titular, tanto a la investigación como a la docencia, reforzando su dominio como director del instituto de investigación, y como dirigente político eventual, en los últimos niveles de la administración universitaria.
En contraste, la organización por departamentos, es una modalidad menos personalista, que funciona con una organización colegiada y un control burocrático. En esta organización, sur­gida en Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX, predomina la subdivisión burocrática, es decir, que las responsabilidades y el poder son distribuidas entre varios pro­fesores de rango superior semejante, lo que admite mayor participación de los profesores asociados y asistentes, al formar juntas colegiadas para la toma de decisiones, la convierte en organización fundamental tanto del orden colegiado como del orden burocrático, en el nivel operativo [Clark, 1983: 79-82].

• Leer más libros
• Soy autor ¿Como puedo publicar mi libro?
• Página principal