Contribuciones a las Ciencias Sociales
Octubre 2011

CONCEPCIONES FILOSÓFICAS ENTORNO A LA FIGURA DE JOSÉ GAOS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO DE UN PENSAMIENTO LATINOAMERICANO



Maylen Carcassés Navarro (CV)
Instituto Superior Minero Metalurgico
“Dr. Antonio Núñez Jiménez”
mcarcasses@ismm.edu.cu



RESUMEN

El presente trabajo tiene como tema: Concepciones filosóficas entorno a la figura de José Gaos y su contribución al desarrollo de un pensamiento latinoamericano.
El mismo constituye un acercamiento al pensamiento filosófico de José Gaos y a su labor filosófica y su trascendencia en el pensamiento Latinoamericano.
La autenticidad del pensamiento Latinoamericano es un tema central en las concepciones filosóficas de José Gaos, figura eminente del siglo xx español representante del antipositivismo en América latina que dedicó su labor filosófica por entero a su otra Patria, México, donde su tributo más importante fue buscar una conformación de un pensamiento auténtico, no solo en México sino también en América Latina.
 A partir de una perspectiva filosófica descubrió en América Latina un gran cúmulo de matices filosóficos de pensamientos anteriores que sirvieron como paso de avance para la elaboración de su propia filosofía y de su propio pensamiento.
Sus concepciones significaron una gran influencia en el ámbito latinoamericano a partir de la proyección de nuevas ideas y en la enseñanza de los estudios filosóficos en nuestro suelo americano.
Frente a sus importantes contribuciones pudiéramos plantear que en su pensamiento no se puede dejar de lado ese carácter humanista que identifica a los latinoamericanos con una sola Patria y una sola Bandera.
Analizamos este tema en las concepciones de José Gaos ya que sirven de soporte y fundamento para el pensar Latinoamericano.
Nuestro propósito es contribuir desde el punto de vista filosófico a sistematizar su aporte a la realidad y Autenticidad Latinoamericana.

Palabras claves: Auténtico, historicismo, filosofía, antipositivismo, pedagogía.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Carcassés Navarro, M.: Concepciones filosóficas entorno a la figura de José Gaos y su contribución al desarrollo de un pensamiento latinoamericano, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, octubre 2011, www.eumed.net/rev/cccss/14/

El lugar que ocupa la filosofía en el pensamiento y obra de José Gaos es central. El hecho de que su primer contacto con la filosofía fuera a través de una “Historia de la Filosofía, siendo Gaos un adolescente, es un hecho importantísimo en la vida profesional del futuro filósofo, pues gran parte de su pensamiento girará en torno a la autenticidad de la filosofía. Esto conducirá a Gaos a preguntarse que es la filosofía, por su ser, por su naturaleza, que es otro de los  problemas al que Gaos dedicará gran parte de su esfuerzo.
El problema del derecho a ser de la filosofía Latinoamérica no constituye una simple cuestión de disquisiciones intelectuales sino que tiene profundas raíces ideológicas y está aparejado al reconocimiento de todo el valor de la cultura latinoamericana.
Mucho se cuestiona acerca de la autenticidad real del mundo latinoamericano, esgrimiéndose como argumento las marcadas diferencias que existen entre sus pueblos e, incluso, entre los mismos habitantes de distintas regiones de un mismo país. Tales diferencias reales no podrán jamás velar los aspectos esenciales que unifican a los latinoamericanos, independientemente de sus distintos orígenes, etnias, lenguas y religiones.
La filosofía latinoamericana se ha ido construyendo en su historia universal como un permanente proceso de aportación de ideas filosóficas por parte de sus cultivadores que marcan de alguna o de otra manera el grado de autenticidad del pensar latinoamericano y contribuyen al fortalecimiento del lugar del hombre en el mundo y no es menos cierto que sus pensamientos florecen en la vida del pensamiento latinoamericano. 
El pensamiento Latinoamericano ha sabido nutrirse de lo mejor que ha creado la filosofía, las ciencias, las artes, y otras formas de pensamiento ya sea político, jurídico, etc., con el fin de elevar al hombre de estas tierras a planos superiores de realización, planos cada vez más humanos, más solidarios, más productivos que pueden dar paso a que haya una verdadera autenticidad de la filosofía y un pensamiento genuinamente americano.
A partir de los análisis que se han llevado a cabo acerca de la autenticidad se han destacado varios pensadores, los cuales han contribuido desde el punto de vista filosófico y metodológico a una conceptualización de lo que representa lo auténtico en América Latina. 
Entre estos intelectuales resalta Pablo Guadarrama que plantea que lo auténtico debe ser considerado todo aquel producto cultural, material o espiritual que se corresponda con las principales exigencias del hombre para mejorar su dominio sobre sus condiciones de existencia, en cualquier época histórica y en cualquier parte, aún cuando ello presuponga la imitación de lo creado por otros hombres.
Otros como Rizieri Frondizi plantean que lo auténtico es riguroso y coherente que aspira a desentrañar la naturaleza de la realidad total, es decir, del hombre y del mundo.
Según el filosofo español Zambrano lo auténtico es lo propio, que se identifica con una unidad cultural  genuina  con una estructura ontológica propia que permanece a lo largo de la historia de cada pueblo o Nación.
Desde una perspectiva metodológica estos enfoques destacan lo auténtico como:

Ir a la búsqueda de la autenticidad de América Latina no significa proveerse de un esquema preelaborado de lo que debe ser considerado auténtico. El problema no consiste en descubrir primero qué es lo que debe ser considerado auténtico, para después ir verificando positivamente si cada manifestación de la cultura de esta región puede ser validada, con tal requerimiento la búsqueda de la autenticidad del pensamiento latinoamericano ha sido un paso necesario y un logro que ha impulsado a varias generaciones de latinoamericanos.
En la historia universal una filosofía ha sido original y auténtica cuando no ha planteado simplemente ideas nuevas, sino cuando éstas se han correspondido con las exigencias históricas de su momento, en los diferentes planos, sociopolíticas, económicas, ideológicas, científicas y cuando es capaz de crear y de transformar. Por mucho que nutra el hombre su intelecto con las doctrinas de otros pensadores, necesariamente estas ideas atravesarán el prisma de su concepción individual y de la conciencia colectiva emanada del medio que las conforma y sustantivada por diversos elementos exógenos y endógenos, de ahí que al concordar su praxis progresiva con los principios que sostiene su concepción del mundo debe ser tomada su filosofía como válida y, por tanto, ser considerada auténtica.    
La mayoría de los investigadores burgueses de la filosofía latinoamericana coinciden en señalar como elemento de su originalidad, la vocación humanística de ésta.
Unido a la problemática de la existencia o no de la filosofía latinoamericana ha estado siempre lo de su carácter antropológico. Según Zea”la filosofía Latinoamericana que se distingue de las demás, funciona como ideología, da razones, no del ser a los entes sino del orden político y social Latinoamericano”.
El pensamiento filosófico en América Latina ha constituido también, como en otras latitudes, un  proceso de emancipación mental, de superación de los mecanismos enajenantes que han tratado de subhumanizar al hombre. Este pensamiento ha dialogado permanentemente con el pensamiento de otras culturas, entre los que sobresale, naturalmente la europea pero no exclusivamente con ella. Por tal motivo resulta erróneo considerarlo como simple eco de la misma, como aún algunos pretenden. La controversia acerca de la autenticidad de la filosofía latinoamericana adquirió cierta connotación por parte del resto de la comunidad filosófica, aún cuando fueron esgrimidos con carácter de yuxtaposición, confrontación o simple aproximación con la filosofía europea.
La práctica filosófica ha logrado entre nosotros un estadío de madurez, en el manejo de las cuestiones filosóficas como reconoce Arturo Andrés Roig:”…hay una filosofía latinoamericana, con estilo propio, con medios comunicativos que le son específicos – entre ellos el de comunicación oral – y con una temática congruente con esa profundización del inmanentismo que habría caracterizado a nuestra América según el maestro Gaos”. 
Las ideas filosóficas elaboradas en América Latina llegaron ha tener un mayor reconocimiento mundial, tal proceso se ha incrementado con el impulso significativo de ideas nuevas para favorecer la promoción de un pensamiento auténtico en América Latina, a partir de esa creciente motivación han surgido múltiples traducciones de obras de filósofos de esta región que conducen a la conclusión de que muchos fueron los pensadores que tributaron y se proyectaron hacia un  impulso diferente en el pensamiento de  Latinoamérica.
Es natural que el devenir de la filosofía en América Latina no haya discurrido sin tropiezos y crisis pero en sentido general cualquier estudio que se haga sobre ella indicará una tendencia hacia el progreso. Una mirada prospectiva de la filosofía latinoamericana tiene necesariamente que ser optimista, porque su condición se desprende de valoraciones anteriores de su trayectoria.
 Ante tales desafíos, la posición de la intelectualidad latinoamericana debe ser pensar y sentir por sus pueblos, tienen que asumir serios desafíos epistémicos, axiológicos e ideológicos, pero a la vez, deben contribuir a generar la suficiente capacidad de recepción y creatividad teórica de la producción filosófica universal. Tarea ésta que debe realizarse a la par con los logros que ha tenido el propio pensar latinoamericano para afianzar más que nunca su sentido de autenticidad.
El más auténtico filosofar consiste en replegarse  dentro de sí mismo, se orienta a la búsqueda de alternativas que mejoren las condiciones de vida de sus pueblos, que enaltezcan su cultura y contribuyan a su emancipación, libertad, soberanía a través de diversas manifestaciones, de generación en generación de pueblo a pueblo que describe una trayectoria progresiva en el pensar latinoamericano con nuevos “ismos” filosóficos que dan la posibilidad integradora del saber filosófico en estas tierras.
Dentro del pensamiento filosófico de José Gaos  se pueden encontrar varios elementos que marcan su contribución al desarrollo de un pensamiento auténtico latinoamericano entre los que se enfocan sus consideraciones sobre la filosofía de la filosofía, la relación que establece entre la filosofía y la pedagogía, y las concepciones sobre el historicismo. 
Gaos desde la posición del antipositivismo que fue una corriente filosófica que contribuyó a una formación más sólida del bienestar latinoamericano en lo político, en lo cultural, en lo ético y principalmente en lo social, se introduce en la polémica en torno a la autenticidad del pensamiento latinoamericano definiendo lo que para él en el contexto del pensar era auténtico.
En Gaos lo auténtico es todo, es lo que parte de los propios ámbitos, es cultura, es modo de ser, y prácticas socio-culturales concretas, en lo que interviene lo universal, lo nacional, lo regional y lo particular individual.
Una de sus más importantes contribuciones a la autenticidad del pensamiento latinoamericano, son sin lugar a dudas sus novedosas consideraciones sobre la filosofía de la filosofía.  
Las preocupaciones intelectuales de José Gaos lo llevaron a leer a Jaime Balmes, de esa lectura tuvo no sólo la primera impresión del saber filosófico, sino también el comprender, que la historia de la filosofía es una parte importante y esencial del saber. A partir de ese momento los conocimientos que tenía también acerca de Dilthey lo ayudaron aún más y desde este punto adoptó como nombre más propio, el de Filosofía de la filosofía. 
Este cuestionarse por el ser de la filosofía es lo que denominó “Filosofía de la Filosofía”, término que tiene sus raíces en Wilhelm  Dilthey. Preguntarse por el ser de la filosofía es una pregunta que se ha venido haciendo, dice Gaos, desde los griegos hasta nuestros días. En ese tiempo, Gaos tiene, ante sí, su neokantismo inicial, luego transcurre por otros sistemas filosóficos como la fenomenología, el existencialismo, y finalmente el historicismo. Estos diversos enfoques no le facilitaban un camino viable dentro del laberinto doctrinal en el que se hallaba inmerso. El resultado podría haber sido necesariamente el escepticismo, el no creer en ninguna filosofía. Sin embargo, en sus obras muestra una creencia singular en las contribuciones de todas estas corrientes de pensamiento.
Los problemas que le ocasionaron el pasar de una corriente filosófica a otra lo incitaron a la necesidad de responder a una pregunta esencial: qué era la filosofía, en una forma estrictamente filosófica. He aquí la preocupación fundamental de toda su vida profesional, el de elaborar una filosofía de la filosofía. Dedicó grandes empeños y proyectos de redacción a ésta temática, se conocen cuando menos cinco textos dedicados a exponerla.
En el examen que realiza de la filosofía, aprovecha dos ideas Diltheyanas que plantean que: es propio de la filosofía una tendencia a la universalidad, a la totalidad y otra que de igual forma plantea que, toda filosofía es expresión de las cuestiones actuales que se agitan en cada época. 
Planteó Gaos que la filosofía tiene como cometido desentrañar la naturaleza del ser humano, cuya esencia es la razón con lo que  se corrobora el carácter circular de la filosofía pero en el análisis de la esencia humana encuentra que el hombre además de ser racional, es parte de la naturaleza.
Gaos plantea que la filosofía no solo se alimenta de las circunstancias epocales, en las cuales opera y se nutre, sino de todas las anteriores circunstancia a través de las distintas formulaciones filosóficas sobre las cuales se asienta y por  medio de las cuales ha transcendido de tal manera cuando la filosofía se va constituyendo en su infinito proceso de cultivo de ideas, las cuales son necesariamente renovadas y enriquecidas con nuevos  aportes, de ningún modo puede concebirse esta actividad como el producto exclusivo de una simple derivación de otras ideas.
Pero la gran preocupación de Gaos por resaltar la importancia de las condiciones específicas en que se elabora una producción filosófica pudo motivar cierta hiperbolización de lo nacional a lo continental, así como que  tomara mejor auge que el que tenía hasta entonces el lema de una posible filosofía latinoamericana.
Gaos plantea que las filosofías reflejan de un modo u otro el medio en que surgen y si son  auténticas su función no es simplemente reflejarlo, sino propulsar a su acción y trascendencia.
De manera general Gaos estableció lo que a su consideración constituían los rasgos típicos de la filosofía de los países latinoamericanos que la definían como un pensamiento auténtico, entre ellos precisa:

A partir de sus consideraciones sobre la filosofía de la filosofía, Gaos establece una estrecha relación entre filosofía y la pedagogía que constituye otra importante aportación a la conformación de un pensamiento auténticamente latinoamericano.
 Ante todo, considera que lo pedagógico puede ser y es de hecho tema de la filosofía. Lo pedagógico se halla constituido fundamentalmente por la acción y los efectos formativos, educativos e instructivos de la sociedad humana. La educación y la instrucción en sentido estricto, técnico, profesional, son especificaciones de ésta función general de la vida humana, la función pedagógica de la vida.
Es un hecho que lo pedagógico es tema de la filosofía, que hay una filosofía de lo pedagógico. Esta filosofía de lo pedagógico es una aplicación de la filosofía, si por filosofía se entienden y se ejercitan disciplinas como la psicología, y la lógica, estas se extienden a las realidades psicológicas y lógicas que entran en la realidad pedagógica de la vida, en la educación e instrucción en sentido estricto.
Más de hecho sólo algunas filosofías han sido fundamentos varios de pedagogías desde Platón hasta Herbart.
 La filosofía es algo que ha causado y causa efectos instructivos y educativos por tanto origina una pedagogía en sentido teórico y práctico, enseñar y formar en algún sentido es propio de la naturaleza misma de la filosofía. 
La Filosofía es, entonces, el sistema abierto de las explicaciones sobre el origen teorético de la objetividad de la realidad natural, que no es más que aquella de que nos hablan las ciencias naturales de fundamento matemático; de la objetividad de la realidad moral humana, vigentemente determinable.
En cuanto a la potencia de originar pedagogía, entrañada en toda filosofía, radicaría, por lo que respecta a la práctica pedagógica, en el hecho de que ésta se lleva a cabo según una determinada idea de lo humano y de la realidad en general, y por lo que se refiere a la pedagogía teórica, en el hecho de ser ésta una reflexión sobre la función pedagógica de la vida y su especificaciones, entre lo cual figuran las ideas de lo humano y de la realidad en general que son las filosofías.
Lo pedagógico dentro de la filosofía radicaría principalmente en la educación como fuente de enseñanza, de conocimiento, de sabiduría y la estimuló de múltiples maneras para incorporarla a la cultura universal. Tomó como cimiento la pedagogía desde la perspectiva de la escuela como espacio fundamental del aprendizaje del estudiante y de la vida humana a partir de los efectos formativos e instructivos de la sociedad.
Desde el punto de vista de sus concepciones sobre el historicismo fue uno de los temas principales en los cursos de Metafísica que Gaos impartió en los años cuarenta, por tanto para él: 
“El historicismo nos ha enseñado la mudanza de las cosas humanas que se presentan como incompatibles con la tradicional concepción especifico individual o esencial individual de la realidad universal. El historicismo consiste en el reconocimiento de tal mudanza y en la afirmación de la tesis de tal incompatibilidad.” La contribución al triunfo del historicismo implica el estudio circunstancial de la historia de las ideas y de toda cultura. Ya que para él la historia no existe en abstracto, sino que no es más que la realidad de la historicidad humana.
El historicismo de Gaos constituía, de algún modo, una manifestación a través de la cual se expresaba su vínculo con la concepción dialéctica del desarrollo y, en especial, de la historia, que habían alcanzado en Hegel y Marx dos puntos importantes desde perspectivas distintas.
En una de las polémicas de Gaos sobre las crisis de la ciencias históricas, este reaccionaba contra las confusiones entre quienes atacaban el historicismo, como simple relativismo y, sobre todo, contra quienes consideraban a las ideas como hechos en su tratamiento historiográfico, a Gaos le preocupa que las ideas mueran o que sean vistas como fósiles de museos, en lugar de desempeñar el papel motivador e impulsor de las nuevas reflexiones. El historicismo condujo a Gaos a la mayor consideración de las circunstancias en que surge la filiación de unas ideas por otras. Toda elaboración filosófica es para Gaos circunstancial planteando que: “los temas de los filósofos han sido temas de sus circunstancias y en ese sentido circunstanciales”.
En correspondencia con su historicismo, Gaos sostenía: “no hay propiamente “Historia” de las ideas abstractas, pues todas reflejan de un modo u otro el medio en que surgen y si son auténticas su función no es simplemente reflejarlo, sino propulsar a su acción y trascendencia. Sólo, pues, en el planteamiento y resolución teórico-prácticos de los propios problemas, de los problemas en que se consiste, puede lograrse la autenticidad”.
En el pensamiento latinoamericano encontró al respecto muchos elementos dignos de consideración y por eso inculcó a sus alumnos que se dedicarán a la investigación de la historia de las ideas filosóficas en Latinoamérica, por las enseñanzas que ellas podrían brindarles para estos pueblos.
Con su historicismo se explica su enfrentamiento a las versiones edulcadoras del materialismo dialéctico que se pusieron de moda por entonces, y que simplificaban todas las formas de desarrollo. Pero, de modo inteligente, Gaos supo diferenciar a Marx de los “marxismos” y por eso asintió ante varios argumentos del materialismo histórico.
La labor de José Gaos como representante del antipositivismo en América Latina se centró en su idea acerca del historicismo, siguiendo los pasos de Ortega fue defensor de la historia de las ideas en su quehacer filosófico en cuanto le preocupaba que las ideas pudieran quedar en el olvido. Su concepción del  historicismo no le permitió acercarse a las ideas y concepciones del marxismo aunque no es menos cierto que se pudieran encontrar puntos de contacto entre su historicismo y el marxismo pero aunque no deja de reconocer al marxismo como una teoría muy desarrollada, se evidencia en él una ruptura con el marxismo.
La labor intelectual de José Gaos es similar a las de otros destacados pensadores latinoamericanos que no hicieron de la filosofía un campo exclusivo de la reflexión “pura” o descontaminada de terrenalidad, sino un instrumento apreciable de análisis para la comprensión de los más profundos conflictos del desarrollo humano, pero en función de una realidad nacional y continental que más que de interpretaciones vive de transformaciones. Gaos dejó una huella imperecedera en su quehacer filosófico y dio la posibilidad de que sus seguidores se nutrieran de su pensamiento.

CONCLUSIONES

La labor filosófica de José Gaos es decisiva en su contribución al reconocimiento, desarrollo y consolidación de un pensamiento auténticamente latinoamericano, que se materializa en la dimensión teórica y práctica de su quehacer en México y que se revela claramente en:

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