Contribuciones a las Ciencias Sociales
Junio 2011

PSICOLOGÍA Y FILOSOFÍA LIMITES E IMPLICACIONES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO



Felix Jorge Robinson Samuells (CV)
ydieguezc@vru.uho.edu.cu



RESUMEN

En el presente artículo se analizan cuestiones en el orden teórico metodológico relacionado con el desarrollo de la Psicología y su importancia en el panorama contemporáneo actual. En este contexto se presentan algunas reflexiones acerca de las limitaciones e implicaciones entre la Filosofía y Psicología. En este sentido se introducen los puntos de vista del autor sobre diferencias existentes entre los espacios de producción en la construcción del conocimiento científico.
 



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Robinson Samuells, F.J.: Psicología y Filosofía limites e implicaciones en la construcción del conocimiento científico, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, junio 2011, www.eumed.net/rev/cccss/12/

Abstract

In the article the author analyzes topics in the order methodology-theoretical relation whit the development of the psychology and importance in the actual view contemporary. In this context it presented some reflections about limitations and implication between the Philosophy and Psychology. In this sense it introduced the author point of view about the difference existence between the spaces the productions in the construction of the scientific knowledge.

Palabras Claves: Psicología, Filosofía, límites e implicaciones.

Key Words: Psychology, Philosophy, limitations and implication

INTRODUCCIÓN

En este artículo no se pretende abordar de manera exhaustiva y profunda toda la problemática acerca de los límites entre la Psicología y la filosofía, ni tampoco dar por acabado las polémicas que puedan derivarse del tema en cuestión, sino exponer algunos cuestionamientos sobre un aspecto que a consideración del autor reviste importancia para el desarrollo de la Psicología.

Al abordar esta temática una de las cuestiones que constituye un problema en el orden teórico-metodológico, ha sido la declaración de filiaciones filosóficas directas desde la psicología; al ser abordadas a través de un prisma cosmovisivo diferente, como lo son: el existencialismo, la fenomenología y el materialismo dialéctico. Este último a pesar de la creatividad que trataron de llevar a cabo sus iniciadores lo cual no impidió que se convirtiera en un sistema cerrado de conocimientos, sujeto a una lógica positivista y dogmática.

Sin embargo, entre ciencia y filosofía han existido y siguen existiendo estrechas relaciones, debido a que al igual que todas las ciencias procede también de esta, de la cual se separó desarrollándose progresivamente como campo científico independiente. Aquí resulta necesario esclarecer que el propio planteamiento de un problema, así como la búsqueda de su respuesta y la evaluación del hecho conocido han tenido históricamente una base en los principios filosóficos de partida, pero estos no son idénticos al problema mismo ni a su solución en un determinado contexto científico.

De este manera pudiera pensarse que no hay psicología sin filosofía pero la psicología no es filosofía pues estudia problemas concretos y accesibles a la investigación con métodos científicos y validos que no deben orientarse a diluir lo concreto en lo abstracto inexistente. Este hecho no en pocas ocasiones ha caracterizado la producción científica, al pretender comprender los fenómenos que se estudian, a partir del deber ser en detrimento de lo que realmente es como vía para transformar postulados filosóficos en verdades absolutas.

En este sentido, considero que lo mas importante es cómo a modelado el curso de la ciencia y principalmente de la psicología, a partir de una falta de delimitación entre ambas, que se justifica históricamente en la manera en que han sido asumidos los referentes filosóficos y su aplicación como formulas estáticas y dogmáticas en la producción del conocimiento. Aspectos presentes en la base de cada uno de los modelos teóricos, incluso de aquellos en los que el positivismo está fuertemente arraigado, hay una concepción del hombre y por supuesto de la sociedad asociada de manera consciente o inconsciente a alguna filosofía.

Limitaciones e implicaciones

Ahora bien, en el plano filosófico, el problema fundamental de la filosofía, o sea, la relación entre el ser y el pensar, entre lo material y lo espiritual, como tendencias que han condicionado el quehacer científico, generó la presencia de dualismos o paralelismos tales como la relación mente-cuerpo, imagen mental – conducta objetiva, entre otros que aún persisten en la compresión del comportamiento humano.

Tomando en cuenta estos aspectos derivados del materialismo e idealismo, como tendencias del pensamiento filosófico presentes en todas las épocas, en franca oposición tanto en el campo gnoseológico como en el ontológico, la psicología como ciencia no debe delimitar su objeto ni su método a partir de supuestos especulativos que han caracterizado las reflexiones de la filosofía, pues la psicología estudia problemas concretos accesibles a la investigación (hablo de la peculiaridad de cada ser humano concreto, único e irrepetible, cuyo comportamiento se da en una constante interacción con una realidad que vivencia a partir de la producción de sentidos por lo que no debe existir un esteriotipo generalizado). En este sentido las teorías, en mi opinión, no son verdaderas ni falsas, sino instrumentos que orientan la labor del profesional, en tanto no pueden explicarlo todo de manera absoluta.

No obstante la variedad de enfoques y la falta de unidad presente en la psicología actual (Psicoanálisis, Conductismo, Humanismo. etc.) tiene sus orígenes en la multitud de especulaciones e interpretaciones que se derivan de concepciones generalizadas y abstractas que han tratado de abarcar toda la esencia de los fenómenos que estudian; si bien son un conjunto de corrientes unificadas a partir de un único objeto de estudio, todas ellas muestran su diversidad respecto al método que emplean para obtener sus resultados, lo que demuestra la existencia de las mismas como verdades relativas. De este modo la asimilación crítica de la producción científica en psicología constituye un elemento central que expresa, más allá de su ruptura, la unidad de la ciencia psicológica.

En mi opinión lo ideal y lo material emergen del sujeto concreto, portador de una subjetividad, poniendo de manifiesto el valor de lo singular para la producción del conocimiento. Por tanto, reconocer que tanto la vida como las manifestaciones mentales o espirituales no dependen de entidades especiales, sino que emergen a partir de complejos procesos que tienen lugar en la subjetividad, como producto de una constante interacción en un mundo que es real. Aspectos de mucha importancia que no pocos autores parecen ignorar al pretender abstraer al sujeto de manera simple para descubrir su esencia.

Las representaciones, las ideas, la conciencia de los seres humanos, se configuran desde sus comienzos a partir de diversas formas de relación que establece con la realidad con otros sujetos y consigo mismo, donde se expresa su carácter activo, así como activa es la realidad en la cual interactúa.

La realidad es objetiva pero también subjetiva, donde existe un sujeto que interviene en un contexto real que integra lo natural y lo cultural; por tanto implica reconocer la existencia de lo material centrando su estudio en el ser humano y en su vida concreta, como productor de una espiritualidad que se manifiesta a través de sentidos como elementos constitutivos de un sujeto que mediatiza su realidad. Este hecho no podría explicarse partiendo de un referente que establece la dualidad entre imagen mental y conducta objetiva, como dos realidades totalmente distintas entre las cuáles no existe ningún nexo.

De igual manera, un materialismo-dialéctico debe ser coherente con la realidad que estudia, integrando la diversidad y complejidad de los fenómenos que intenta descubrir. Al abordar este aspecto, tomando como referencia a Leontiev en su teoría de la actividad, la concepción expuesta por este autor se mantiene en límites gnoseológicos, al establecer una relación sujeto-objeto con un carácter meramente objetal y la ubicación de lo subjetivo como imagen y resultado inmediato de la actividad del hombre sobre el objeto. Existe aquí un error fundamental, la conciencia y el pensamiento no se explican por una suma de reflejos, ni tampoco por una relación determinada por lo externo, pues al ubicar al sujeto como ser social, resulta un ser de naturaleza distinta, en él cual tienen lugar procesos complejos de difícil conceptualización que se manifiestan en el plano vivencial. Por tanto la comprensión del reflejo y del objeto en su obra constituye limitaciones que no logran ser aplicables de manera general en la práctica, algo que han reconocido muchos investigadores.

En relación con esta temática, considero de gran valor para la construcción del conocimiento psicológico las formulaciones de Fernando Luis González Rey, al conceptualizar las zonas de sentido como aquellos espacios de la realidad que se vuelven inteligibles ante el desarrollo de la teoría, es decir, permanecen ocultos para el hombre antes del momento teórico que permite su construcción en forma de conocimiento, como uno de los indicadores importantes para definir el nivel de adecuación de una teoría; al proponer el autor una epistemología propia que rompe con formas universales de concebir la producción del conocimiento científico. En este sentido, su propuesta para el desarrollo de una epistemología propia se basa en todo el conocimiento desarrollado por la psicología con el predominio de una postura flexible y no excluyente que, desde mi punto de vista, resulta ser válida para una mejor interpretación de los fenómenos psicológicos.

Los paralelismos o dualismos pertenecen a la filosofía al tratar de establecer acuerdos entre cuerpos y almas o fenómenos orgánicos y psíquicos sin la aceptación de una acción recíproca que siempre se hallarán orientados hacia reflexiones en un nivel macro. Sin embargo, aunque toda idea tiene sus raíces en la realidad, esta no puede ser asumida con una visión formal o simplificada, sino cambiante, en la cual se manifiestan zonas de inteligibilidad que un profesional debe construir e interpretar teniendo en cuenta toda la complejidad del fenómeno a estudiar.

El hecho material del que se ocupa la psicología no puede reducirse al cerebro, ni a estructuras socioeconómicas, políticas o ideológicas sin tener en cuenta la vida concreta de los seres humanos. Donde el determinante psicológico es resultado de una imbricación que engloba estos aspectos en un sujeto con una historia personal de relación entre lo material y lo espiritual. Es cierto que el cerebro juega un papel importante como sustrato material de los fenómenos psicológicos, pero estos últimos son algo más complejo que caracteriza la vida social del hombre. De igual manera sucede al considerar la psiquis como un elemento de esencia social lo cual suprime la subjetividad reduciendo su complejidad a las formas de regulación y organización impuestas desde lo externo.

En el plano psicológico, al admitir la existencia de la conciencia y las ideas como fenómenos reales, debiera quedar superada la cosmovisión filosófica de si el hombre piensa como vive o vive como piensa, pues en la medida en que se estudia al sujeto histórico, procesual, y su carácter interactivo, se manifiesta en los diferentes contextos en que se implica como subjetividad, que toda dependencia es siempre relativa de las condiciones materiales en las cuales un sujeto concreto desarrolla su vida, por tanto, a mi modo de ver, entre ambos no hay una relación directa y lineal de causa a efecto; ni tampoco una relación unidireccional que, en algunos casos, han pretendido ser asumidos de estos postulados filosóficos, dando muestra de una interpretación mecanicista y metafísica al intentar instaurarlos como verdades absolutas

El idealismo o el materialismo en la psicología a mi juicio dependen de cómo se ha estudiado al ser humano y de que presupuestos teóricos han orientado su comprensión. Este problema, de hecho, representa una contradicción ontológica a partir de la preocupación de qué es el hombre, que a nivel filosófico se plantea a través de una concepción generalizada de la realidad. Sin embargo, en el orden práctico de la ciencia psicológica es contextual y por ende supone una relación con un predominio de la creatividad y flexibilidad con respecto al paradigma de origen. El problema en este caso no depende de modelos teóricos preestablecidos desde fuera. La realidad no aparece de forma independiente de los procesos subjetivos, esta depende también de los recursos del sujeto en un momento histórico de su relación con ella. La comprensión de lo esencial es un proceso de cambio permanente que expresa integración, contradicción, ruptura y continuidad. Es en este sentido la tradición filosófica, y la forma en que en ocasiones fueron asumidos sus postulados, a partir de una visión sobre el conocimiento, en términos de una realidad única, rígida y estática, lo que ha contribuido a la parcialidad de lo estudiado y a la creación de sistemas de conocimientos cerrados.

El abordaje del sujeto es precisamente uno de los problemas que enfrenta la psicología como consecuencia de visiones parcializadas al importar categorías que desde un marco especulativo intentaron establecer verdades absolutas. Aquí la búsqueda de su esencia a través de categorías universales guarda estrecha relación con la asunción de paradigmas filosóficos que al pretender brindar una visión acabada de la realidad se convirtieron en sistemas cerrados. Sin embargo al intentar comprender el sujeto psicológico como al hombre concreto portador de una subjetividad es preciso definir la existencia de una ontología especifica que no se agota en una lógica determinista y racionalista como ha sido asumida por la psicología de manera tradicional.

Esto más bien contribuyó a reificar determinadas categorías en detrimento de los fenómenos subjetivos reduciendo su análisis e interpretación a un psicologismo y sociologismo como manifestaciones de la exclusión del sujeto y su carácter activo. En relación con ello no son pocos los que reclaman la refundación del sujeto como objeto de estudio en el contexto de la postmodernidad.

Estas contradicciones han ejercido su influencia en las diferentes corrientes epistemológicas, como filosofías de la ciencia asociado a las polémicas que genera este tema en la actualidad. Algo que a mi juicio resulta de gran importancia para el desarrollo de la psicología, en tanto contribuye a la búsqueda de alternativas en la construcción del conocimiento psicológico.

En este sentido la epistemología de la complejidad nos brinda una nueva visión que ontológicamente implica aceptar la naturaleza múltiple y diversa de lo estudiado, la integración y desintegración de elementos diferentes y contradictorios, la aceptación del cambio y la mutabilidad, así como superar la parcialidad de lo estudiado como nuevas maneras de hacer ciencia. Al abordar estos elementos desde una óptica propia considero muy relevante esta propuesta teniendo en cuenta para ello mis propias limitaciones en una temática sobre la que necesito seguir reflexionando.

CONCLUSIONES

Desde la perspectiva asumida en este trabajo resulta necesario señalar algunos aspectos relevantes en cuanto a los cuestionamientos expuestos referentes a ambos campos del saber. Por tanto parto de considerar, que la Psicología y Filosofía no pertenecen a un mismo campo epistémico, no son referentes de la misma naturaleza, y por tanto sus relaciones intercambios, complementaciones, interinfluencias; no deben entenderse como lineales y unívocas. La filosofía no puede dar a la psicología su definición de objeto, metodología y aparato conceptual específicos, así como los problemas concretos que ha de resolver.

Este hecho no niega que los diferentes paradigmas filosóficos de partida, tienen una prioridad instituyente sobre las prácticas científicas y profesionales específicas, solo que el resultado en los espacios concretos de producción científica, constituye una construcción matizada por límites que tienen su forma de expresión en una multiplicidad de problemas, nociones y peculiaridades de la ciencia en cuestión, como vías de aproximación a una realidad que no se reduce a un conjunto de referentes abstractos. Esto apunta a reconocer que, si bien la filosofía ha impactado en el modo de hacer y pensar la psicología, este hecho responde no solo a las peculiaridades filosóficas, sino también a determinados momentos de desarrollo de la ciencia. Aspectos que propician una apertura reflexiva ante la necesidad de asumir alternativas en la búsqueda de una epistemología propia.

De esta manera ninguna filosofía como ciencia de las leyes universales puede responder por si misma a los problemas particulares de una ciencia particular, y no es la psicología una excepción. Ante esta situación la construcción del conocimiento en la psicología constituye un espacio permanente de reflexión crítica como fundamento general en la búsqueda de un modelo propiamente psicológico que permita comprender y explicar los fenómenos subjetivos en toda su integridad, que sea consecuente con la complejidad del objeto que estudia y que sea capaz de asimilar e integrar críticamente lo mejor del pensamiento psicológico en su historia y en su estado actual, como aquello que se descubre como una necesidad en la construcción de nuevos modelos teóricos.

De este modo la permanente reflexión teórico-metodológica, la elaboración de un marco teórico conceptual continúa siendo un punto central para la conformación del desarrollo de la psicología

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Editor:
Juan Carlos M. Coll (CV)
ISSN: 1988-7833
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