VISIÓN DE LA PLANEACIÓN Y DESARROLLO TERRITORIAL DESDE NAYARIT

VISIÓN DE LA PLANEACIÓN Y DESARROLLO TERRITORIAL DESDE NAYARIT

María Lourdes Montes Torres (CV)
Eduardo Meza Ramos
Ricardo Becerra Pérez
(Coordinadores)

Universidad Autónoma de Nayarit

Volver al índice

LOS MUNICIPIOS DE NAYARIT. SUS INDICADORES DE BIENESTAR Y PROGRAMA OPORTUNIDADES

Pedro Orozco Espinosa1
Karla Susana Barrón Arreola2
Claudia Susana Gómez López3

Resumen
Este trabajo describe los indicadores de pobreza en el estado de Nayarit y evalúa el impacto del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades (PDHO) en la reducción de la de la pobreza en los hogares del estado de Nayarit. La  metodología utilizada en el análisis empírico es el Modelo de Regresión Cuantílica (MRC). Los datos empleados fueron tomados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2008 y 2010, Los principales resultados son: (i)  El impacto PDHO es mayor en los hogares que reciben apoyos monetarios distintos a Oportunidades y se ubican en la parte alta de la distribución; (ii) el análisis cuantílico refleja la desigualdad entre los hogares beneficiarios, (iii) se semblantea que el PDHO es no disminuye la pobreza, ni contribuye a igualar las oportunidades.

I. Introducción
Partiendo del supuesto de que el desarrollo económico debe tener como finalidad favorecer el bienestar de la población, disminuir la pobreza y erradicar la miseria, o la pobreza extrema. Ya que desde ningún punto de vista, se puede aceptar que los gobiernos locales progresen con el crecimiento de sus economías, si ese crecimiento no conduce a niveles de vida más dignos, o reduzca el número de pobres y se minimicen las condiciones de desigualdad entre los individuos. Así, se percibe una constante discusión sobre el efecto real que el proceso de desarrollo produce en las condiciones y la calidad de vida de la población. O cómo poseyendo tantos recursos naturales, se pueda tener altos niveles de pobreza y condiciones de marginación y de rezago social, como han llamado algunas instituciones a las precariedades en que se encuentran los hogares.
Por ello, en este trabajo se describe desde los indicadores de pobreza, marginación y rezago social, las condiciones en que se encuentran los municipios del estado de Nayarit para lograr su desarrollo económico. Y se evalúa el impacto del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades en la disminución de la pobreza.

II. La pobreza: su medición y algunas aplicaciones
Adentrarse en las perspectivas de la pobreza, su análisis y medición, lleva consigo identificar los elementos que abarca el término pobreza. Por ello, es importante considerar algunas de las interpretaciones conceptuales de este término.
En 1948, el Banco Mundial define como pobres a los países con una renta por habitante menor a $100.00 dólares y por primera vez en la historia, naciones enteras y países son considerados como pobres porque sus ingresos son insignificantes en comparación con aquellos países que actualmente dominan el mundo económico (Domínguez, 2006).
Entre las décadas de 1950 y 1960 se consideró que el crecimiento era el principal instrumento de reducción de la pobreza. Sin embargo, el Banco Mundial, a finales de 1960 y durante 1970, produjo una reconducción en el término pobreza. De modo que se introduce el concepto de pobreza absoluta y de niveles de vida (Fisher, 1992). Y es en 1973 que Robert McNamara, presidente del Banco Mundial lanza el primer concepto de pobreza absoluta: “...unas condiciones de vida tan degradadas por la enfermedad, el analfabetismo, la desnutrición y la miseria que niegan a sus víctimas las necesidades humanas fundamentales; unas condiciones de vida tan limitadas que impiden la realización del potencial de los genes con que se nace; unas condiciones de vida tan degradantes que insultan a la dignidad humana; y aun así, unas condiciones de vida tan habituales que constituyen el destino de cerca del 40% de los pueblos de los países en vías de desarrollo” (Banco Mundial, 1973).
El enfoque de la pobreza absoluta toma en cuenta el costo de una canasta básica de bienes y servicios, y considera como pobres a todos aquellos cuyo consumo, o ingreso, se encuentra por debajo de ese valor. Mientras que el enfoque de la pobreza relativa considera el grupo de personas cuyo ingreso se encuentra por debajo de un determinado nivel. Por ejemplo, en algunos países son pobres aquellos que tienen remuneraciones inferiores a la mitad del ingreso promedio (Parra, 2008).
Para los años de 1980, se comienza a tratar la pobreza desde la perspectiva del Desarrollo Humano. De modo que se habla de considerar la pobreza como algo multidimensional, es decir, se tiene en cuenta además de la renta, la educación y la sanidad. Y sobre estos tres elementos claves se inicia la construcción de distintos indicadores de pobreza (Domínguez, 2006). En tanto, la CEPAL (1988) definió la pobreza como “la situación de aquellos hogares que no logran reunir, en forma relativamente estable, los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros… La pobreza es un síndrome situacional en el que se asocian el infraconsumo, la desnutrición, las precarias condiciones de vivienda, los bajos niveles de educación, las malas condiciones sanitarias, una inserción inestable en el aparato productivo…”. Mientras, Amartya Sen (1984) definió la pobreza como la privación de capacidades básicas para funcionar dentro de la sociedad. Así, una persona que carece de la oportunidad de conseguir ciertos niveles mínimos aceptables en dichas realizaciones o funciones (Robeyns, 2003; Sen, 1985)4 .
Bajo estos planteamientos surge por primera vez el Índice de Desarrollo Humano (IDH, 1990) en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, en inglés UNDP), en el Reporte de Desarrollo Humano (HDR). De manera que en el reporte de 1997 se refiere a la pobreza como la incapacidad de las personas de vivir una vida tolerable. Dentro de los aspectos que la componen se menciona una vida larga y saludable, educación y un nivel de vida decente. Además, la libertad política, el respeto de los derechos humanos, la seguridad personal, el acceso al trabajo productivo y bien remunerado y la participación en la vida comunitaria.
En las últimas tres décadas se ha despertado el interés por la investigación sobre la pobreza y la desigualdad. De manera que los estudios sobre el crecimiento y desarrollo económico están siendo complementados con análisis sobre el bienestar económico y la equidad distributiva, por parte de organismos internacionales pertenecientes a la ONU, CEE y el Banco Mundial, entre otros (Fernández, 1996: 15). Pero también en las dos últimas décadas ha habido una explosión de los indicadores e instituciones, como las ya mencionadas, sobre el análisis de la economía del bienestar. Más aún, desde el inicio del año 2000, 189 países asumieron la Declaración del Milenio, en la cual se plantearon los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y que sintetizan las aspiraciones de un mundo mejor para todos 5.
Existen diferencias entre las definiciones y métodos para medirla, y los agudos contrastes entre los umbrales utilizados (Boltvinik y Damián, 2003 y Núñez, 2009: 329). Además, se tiene que considerar el nivel de desarrollo teórico y conceptual alcanzado para ver la forma en que se aborda la medición de la pobreza. Así, la medición de la pobreza implica siempre dos elementos, uno positivo (o empírico) y otro normativo. El positivo se refiere a la situación observada de los hogares y personas, mientras el normativo se refiere a las reglas mediante las cuales juzgamos quién es pobre y quién no lo es (Boltvinik, 2003: 10 (a)). De modo que “la mayoría de las series de evolución de la pobreza disponibles están basadas en el método de la Línea de la pobreza (LP), aunque existen también una basada en el método de medición integrada de la pobreza (MMIP), el cual combina el primero con el de necesidades básicas insatisfechas (NBI) y con el de pobreza de tiempo. Otra fuente de diferencias importantes entre las series radica en que algunas ajustan a cuentas nacionales (CN) los ingresos de los hogares, que las encuestas subestiman, y otras no” (Damián y Boltvinik, 2003: 519 (b)).
Por tanto, se puede decir que el bienestar de los hogares y las personas depende de seis fuentes: el ingreso corriente; los activos no básicos y la capacidad de endeudamiento de hogar; el patrimonio familiar (entendido como el conjunto de activos y bienes durables que proporcionan servicios básicos a los hogares: vivienda y equipamiento doméstico básico); el acceso a bienes y servicios gratuitos; el tiempo libre y el disponible para trabajo doméstico, educación y reposo; y los conocimientos de las personas, no como medio para la obtención de ingresos, sino como satisfactores directos de la necesidad humana de entendimiento y como indicadores directos del grado de desarrollo cognitivo del ser humano (Boltvinik, 2003: 454 (b)).
En esta descripción de las fuentes de bienestar, los cuatro primeros suelen llamarse recursos económicos (expresión monetaria) y los dos últimos, con sus propias unidades de medida, no necesariamente monetarias. Asimismo, los tres primeros son recursos económicos privados (el primero como flujo y los dos siguientes como acervos); el cuarto es el flujo de recursos económico público (salario social). O sea, los recurso económicos, tiempo libre y conocimientos son las tres dimensiones irreductibles de las fuentes de bienestar (Boltvinik, 2003: 454 (b)). Por otra parte, estas fuentes llevan a considerar la tipología de los métodos de medición de la pobreza, la cual está construida en tres ejes: el carácter indirecto, directo o combinado del método y su carácter no normativo, seminormativo o normativo.
Por tanto, para definir la pobreza e identificar quiénes son pobres, se recurre a indicadores ya establecidos por los expertos y que se asocian al bienestar, por ejemplo, el ingreso, u otros indicadores similares como la dimensión de capacidades. Los estudios de la pobreza están predominados por un enfoque de arriba – abajo, donde los expertos y académicos proponen una definición de pobreza y luego establecen los criterios para su medición, y así clasificar a las personas como pobres o no pobres, y diseñar entonces los programas de reducción de la pobreza (Rojas, 2009).
Hace algunos años se ha visto el surgimiento de dos enfoques alternativos de pobreza, los cuales han desarrollado su construcción epistemológica y metodológica de manera inversa, es decir, de abajo hacia arriba, buscando incorporar la evaluación que hacen las personas acerca de su bienestar. El primer enfoque con mayor propagación es el llamado bienestar subjetivo (SWB, Fleurbaey, 2009). Sus trabajos se basan en la búsqueda de aquel nivel de ingreso asociado a un bajo nivel de bienestar tal como lo reporta la persona. Por tanto, estudios recientes dentro de este enfoque, definen la pobreza según el bienestar expresado por la persona, sin estimar el nivel de ingreso correspondiente a ese bajo bienestar. De esta forma, la pobreza se conceptualiza como una situación de bajo bienestar subjetivo, sin necesidad de emplear ningún indicador de ingreso o activos personales para su definición (Rojas, 2009 y Domínguez, 2006: 37 - 38).
El segundo enfoque es la pobreza subjetiva, la cual se basa en la respuesta de la persona a la pregunta directa que se le hace acerca de su condición de pobreza. Con este enfoque se pregunta a la persona si se considera pobre o no. Es común también agregar algún calificativo que haga referencia a las condiciones materiales de vida (Rojas, 2009).
Se puede observar que las cuestiones fundamentales de este enfoque del bienestar subjetivo, tiene como fundamento la satisfacción de la vida como un todo. Así, otros estudios bajo esta perspectiva buscan también entender los determinantes de la felicidad (Fleurbaey, 2009) como parte fundamental para la explicación del bienestar.
Como se observa, el estudio de la pobreza lanza al estudio de la igualdad entre las personas con disparidad de ingreso. Por ello, como se describió en el marco teórico sobre la igualdad de oportunidad, es importante mencionar medidas existentes de la igualdad, o de desde otra perspectiva, las medidas, o indicadores de desigualdad.

II. La Metodología de Regresión Cuantílica (MRC)
La MRC es una técnica estadística que pretende estimar y realizar inferencias sobre funciones en cuantiles condicionales. Las MRC ofrecen un mecanismo para estimar los modelos a través de la función de mediana condicional, teniendo el punto central de la distribución en τ = 0.5 6 con una amplia gama de otras funciones por cuantiles condicionales y con el cambio del Mínimo Cuadrado Ordinario (MCO) por las Mínimas Distancias Absolutas (MDA) obteniendo así la regresión mediana (Vélez, 2011). Además, hay que considerar que la MRC es también capaz de proporcionar un análisis estadístico más completo de las relaciones entre las variables aleatorias estocásticas.
La MRC se presenta también como un método de gran utilidad en el análisis empírico sobre problemas de desarrollo, puesto que permite observar las diferencias de los “n” segmentos, o grupos. Por lo que favorece la identificación de las características de estos grupos específicos, sin considerar las estimaciones de valores centrales, sino por la distribución condicional. Es decir, la posibilidad de identificar la posición de un grupo en relación a la distribución total de la población.
Por tanto, en términos del análisis de impacto local del PDHO, la relevancia de esta metodología se encuentra en que permite observar la distribución del bienestar de este programa de gobierno en los distintos grupos de la distribución total de la población, o de la muestra, beneficiada por las transferencias monetarias condicionadas.
Se encuentran también otros estudios que tienen un particular interés por saber si las intervenciones de política educativa alterarán el rendimiento de los estudiantes más fuertes de la misma manera que se  ven afectados los estudiantes más débiles.
Vélez (2011) menciona algunas ventajas que Koenker (2004) encontró con el uso de la regresión cuantílica:

  • Permite la modelación de los extremos de la variable respuesta.
  • Permite la mejor identificación de los efectos de las covariables sobre la distribución condicional.
  • En datos con una elevada presencia de ceros el modelamiento por regresión cuantílica no se ve afectada por la selección de δ en la transformación log (y + δ).
  • Ofrece una mayor flexibilidad en el modelamiento de datos con altos niveles de variabilidad, describiendo el comportamiento para cada cuantil deseado.

En el caso de políticas públicas, el uso de los métodos tradicionales de MCO, o Variables Instrumentales (IV), diseñados para estimar la media del efecto causal promedio de unas variables sobre otra, dan como resultado una estimación eficiente de una variable exógena sobre una variable que se desea explicar en promedio. Sin embargo, al revisar los efectos, o impactos en grupos diferenciados, o locales, la MRC se vuelve más adecuada, ya que permite estimar el efecto marginal para individuos, familias, o grupos, en distintos puntos de la distribución condicional. De modo que la acción de separar y ordenar las observaciones muestrales por cuantiles se vuelve un problema de optimización.
La modelación cuantílica ha sido útil cuando la distribución condicional es heterogénea y por tanto no tiene una forma estándar, tal es el caso cuando se cuenta con presencia de distribuciones asimétricas, Geraci y Bottai (2007), colas pesadas, Chernozhukov (2005)  o truncadas, Powell (1986).
La existencia de este tipo de distribuciones heterogéneas ha sido ampliamente documentada en datos microeconómicos, como es el caso en el trabajo actual. En este sentido, al investigar las relaciones económicas que de esta investigación emanan, mediante la estimación de modelos cuantílicos, se estará aportando de resultados más robustos y convenientes en comparación a las diversas propuestas realizadas en la literatura cuyas técnicas comunes de estimación descansan en los métodos de MCO.
Por tanto, siguiendo esta metodología seleccionada a través de MRC, se formularon las siguientes ecuaciones para estimar el impacto de los ingresos a través de las transferencias monetarias, especialmente del PDHO, como beneficios gubernamentales, para el gasto en la alimentación, la salud y la educación.
La función de Yi = f (gasto alimentación, gasto salud, gasto educación), donde Yi es el gasto anual de las familias en alimentación, salud y educación, respectivamente. De modo que la primera ecuación general en transferencias monetarias se expresa:  

En la cual, transferenciai, τ corresponde a la suma de los ingresos recibidos por transferencia monetaria en becas, donativos y beneficios gubernamentales. Asimismo, la τ es el cuantil de la muestra (0.1, 0.2… 0.9) y n son las familias.
Donde Yi es igual a alimentos, salud y educación, correspondientes a las variables dependientes de la primera ecuación de regresión cuantílica.
La segunda ecuación desagregada de las transferencias monetarias es:
Y donde cada una de estas variables independientes, o exógenas, corresponde a los ingresos recibidos en transferencias monetarias. Así, becas son los ingresos recibidos en transferencias monetarias por becas y beneficios gubernamentales son los ingresos obtenidos por los apoyos de gobierno del PDHO.

III. Los municipios de Nayarit: algunos indicadores de pobreza
El Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, reportó a Nayarit con una población de 1’084,979 habitantes, lo que representa el 0.91% de la población total nacional, y lo ubica en la 29ª posición a nivel nacional respecto al número de habitantes. La población femenina es ligeramente superior a la masculina (50.13%  mujeres y 49.87% hombres).
La población de 12 a 29 años de edad asciende a 315,556, que representa el 34.29% de la población total de la entidad y 0.93% de la población total nacional. La distribución de la población joven, según género es 154,967 son hombres (33.98%) y 160,589 son mujeres (34.6%). Por supuesto, la edad desplegada de los 12 a los 16 años muestra que la población masculina supera a la femenina. Mientras que de los 17 a los 29 años de edad la relación se invierte a favor del sexo femenino.
Nayarit cuenta administrativamente con 20 municipios, los cuales, de acuerdo a la concentración poblacional, a sus características geográficas y a su vocación productiva territorial, el gobierno actual (2011 – 2017) identificó seis regiones económicas: La región Centro (Xalisco y Tepic), Norte (Acaponeta, Rosamorada, Ruiz y Tuxpan), Costa Norte (Santiago Ixcuinta, Tecuala y San Blas), Sierra (Huajicori, Del Nayar y La Yesca), Sur (San Pedro Lagunillas, Santa María del Oro, Ahuacatlán, Amatlán de Cañas, Jala e Ixtlán del Río) y Costa Sur (Compostela y Bahía de Banderas).
Nayarit tiene 4,631 localidades en los 20 municipios. De acuerdo al INEGI (2010), el 69% de la población vive en localidades urbanas y el 31% vive en localidades rurales. Es decir, del 2000 al 2010, se ha observado una paulatina concentración de la población en los centros urbanos (de 2,500 y más habitantes), particularmente en la capital del estado, Tepic, y en algunas cabeceras municipales, como Bahía de Banderas, Santiago Ixcuintla y Compostela. Entre las cuales hay que destacar el incremento de población del municipio de Bahía de Banderas, la cual se ubica en el segundo municipio más poblado del estado. Una de las causas principales es la migración interna, por la búsqueda de una mejor calidad de vida, o mayores oportunidades en educación, en salud y en empleo.

En este sentido, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) muestra que en el estado los índices más elevados de pobreza extrema y de muy alta marginación7 se encuentran en municipios de la Región de la Sierra, es decir, Del Nayar, Huajicori y La Yesca. Mientras que Tepic, Xalisco, Bahía de Banderas e Ixtlán del Río son los municipios con un nivel de marginación muy bajo. De los trece municipios restantes, ocho municipios aparecen con un nivel mediode marginación, cinco en la Región Costa Norte (Tecuala, Acaponeta, Rosamorada, Ruiz), tres en la Región Sur (Santa María del Oro, Jala y Amatlán de Cañas), y cinco municipios con un nivel bajo de marginación (Tuxpan, San Blas, Compostela, San Pedro Lagunillas, Ahuacatlán) y cuatro municipios tienen un nivel muy bajo de marginación (Tepic, Xalisco, Bahía de Banderas, Ixtlán del Río).
Otro indicador que muestra las condiciones en que se encuentra la población es el Índice de Desarrollo Humano (IDH)8 . Al observar este índice en el estado, se muestra una imagen de los municipios coherente con el Índice de Marginación. Así, el municipio de Tepic presenta un alto grado en el IDH, mientras que la mayoría de los municipios se ubican con un grado medio alto, a excepción Del Nayar, La Yesca y Huajicori que son los municipios con un grado medio bajo en IDH. Estos datos pueden llevar a pensar en la existencia de situaciones de desigualdad entre los distintos municipios y, por tanto, a la desigualdad de oportunidades9 que tienen las personas para desarrollarse en el contexto actual. Así, un nuevo indicador que puede ayudar a observar estas diferencias es el índice de oportunidades humanas (IOH) 10(Banco Mundial, 2010: 60).
Este índice busca investigar hasta qué punto las circunstancias afectan el acceso a un conjunto de oportunidades, relacionadas a la educación (finalización de sexto grado a tiempo y la asistencia a la escuela entre 10 y 14 años) y a la vivienda (acceso agua, saneamiento y electricidad). Por lo que la meta será la igualdad de oportunidades básicas, es decir, educación, salud y nutrición, y los servicios básicos (Paes, 2009).
Según estos indicadores, la carencia por acceso a la seguridad social11 , se encuentra que la mayoría de los municipios del estado están entre 20 y 30% por encima de la media estatal (61.5%). Siendo los municipios de Bahía de Banderas, Tepic y Xalisco, quienes se encuentran ligeramente por debajo de la media estatal.
Esta situación de los municipios, se observa al comparar los resultados de los niveles de pobreza establecidos por el CONEVAL. Es decir, pobreza, pobreza modera y pobreza extrema (figura 2). Así, en México, se define la pobreza como aquellas condiciones de vida de la población a partir las condiciones de bienestar económico (bienes y servicios que puede adquirir la población mediante el ingreso), de los derechos sociales (integra las carencias de la población en el ejercicio de sus derechos para el desarrollo social) y del contexto territorial (incorpora aspectos que trascienden al ámbito individual, específicamente, los asociados al grado de cohesión social) (Diario Oficial, 2010).

Así, se muestra que el 42.6% de la población del municipio de Huajicori y el 61.63% la población del municipio Del Nayar se encuentran en situación de pobreza extrema. En tanto, los municipios de La Yesca, Ruiz, Rosamorada y Jala, presentan alto grado de pobreza moderada (61.88% a 51%). Y al final, 15 de los 20 municipios están en situación de pobreza, desde 10 a 50% por arriba de la media estatal (41.3%).
De igual manera, esta realidad se ve ampliamente explicada cuando, en el informe del 2010 sobre el rezago social 12, el CONEVAL presenta a los diez municipios con mayor y menor grado de rezago social a nivel nacional. Así, el municipio Del Nayar aparece en el cuarto lugar de los cinco municipios con mayor rezago social.
Esta posición se corrobora al observar que el municipio Del Nayar presenta un alto porcentaje de población de 15 años o más con analfabetismo (34%) y un 78% con población de 15 años y más con educación básica incompleta. Aunque, es significativo que el municipio de Bahía de Banderas, quien presentó un bajo nivel de pobreza, muestra un 39% de población de 15 años y más con educación básica incompleta. Ligeramente por debajo de la media estatal (40.52%).
V. El Programa de Desarrollo Humano Oportunidades en Nayarit
Este programa tiene su antecedente en el Progresa, en el sexenio del presidente Zedillo (1998). Sin embargo, como PDHO surge en el sexenio del presidente Vicente Fox (2000-2006), cuyas premisas básicas eran: i) El mejoramiento de las condiciones en educación, salud y alimentación; ii) Desarrollar las capacidades de las familias en pobreza extrema; iii) Participación activa y corresponsabilidad de las familias en beneficios de la educación, salud y alimentación; iv) Interacción de otros programas del sector social y gobiernos locales (Barrón y Orozco, 2013).
El monto de este programa se distribuye en varios apoyos, que buscan cubrir las necesidades básicas de la población a fin de combatir la pobreza y establecer las condiciones para la igualdad de oportunidades en la población vulnerable. Estos son algunos de los apoyos que integra el programa: alimentario, adultos mayores, energético, para vivir mejor alimentario e infantil, jóvenes con oportunidades y educativo.
Así, el PDHO designó la cantidad de $55,473’373,421.00 de pesos para el ejercicio fiscal 2012, para 5’827,318 familias de la población objetivo a nivel nacional. En tanto, para Nayarit, el monto fue de $440’186,385.00 de pesos (0.79% del presupuesto nacional), para 44,164 familias (0.76% de la población objetivo) para el ejercicio fiscal 2012 13. Los montos de apoyos designados para los ejercicios fiscales de 2002 a 2012 se incrementaron cuatro veces, mostrando una disminución en el presupuesto en 2007 y 2011, respecto al año anterior. En estos años se preparó y se presentaron los procesos de campañas y elecciones locales (2008 y 2011)14 .
La distribución de los beneficiarios y los apoyos otorgados para el estado de 2010 a 2012 muestra una disminución en el número de beneficiarios, aunque en particular se tiene un pequeño incremento en las familias beneficiarias, becarios, infantil vivir mejor y adultos. Hay que notar que becarios, infantil vivir mejor y algunos adultos forman parte de las familias beneficiarias. En los datos se observa que los apoyos en educación crecen en los tres años. No así en los otros apoyos que otorga el PDHO (tabla 2).

Los beneficios del PDHO están presentes en los 20 municipios del estado desde el 2000. Y las localidades beneficiadas pasaron de 768 (29.41%) en el 2000 a 1022 (37.85%) en el 2010. Asimismo, las familias residentes en la zona rural disminuyeron del 2000 al 2010, pasando de 34.21% a 29.95%, respectivamente. Lo que indica la movilidad de las familias a la zonas urbanas al incrementarse de 65.79% a 70.05%, en el mismo período (Tabla 3).
La evolución entre el 2000 y 2010 presenta que los hogares beneficiados en el estado pasaron de 35,821 a 44,343. Un aparente incremento, sin embargo, se tuvo una disminución de 1.3% en el período. Esta situación se observa en todos los municipios. Aunque, en el 2005 se tuvo un incremento de hogares beneficiados, en el 2010, varios municipios muestran una baja entre 10 a 20%. El caso de Ahuacatlán, pasó de 35.73% a 17.32%; Huajicorí, uno de los municipios con un nivel alto de marginación y pobreza, disminuyeron en un 21% los hogares beneficiados. Asimismo, los municipios de Rosamorada y Ruíz disminuyeron en 18 y 15%, respectivamente. Sin embargo, en el mismo período, el municipio de Tuxpan aumentó 3% sus beneficiarios, mientras Del Nayar aumentó los beneficiarios en 30%, posiblemente debido a que este municipio en el 2010 se ubicó en  cuarto lugar a nivel nacional en marginación y pobreza.

VI. Resultados del análisis en el estado de Nayarit

Los ingresos de los hogares en transferencias en Nayarit, vinculadas al gasto en alimentación, salud y educación, se encuentran coeficientes positivos y significativos en todos los cuantiles coeficientes, con excepción del primero y segundo cuantil en salud y educación. Así, del 2008 a 2010, el impacto en el gasto familiar de los primeros cinco cuantiles está por debajo de la media (15%) y con una mejor condición quienes están ubicados en el sexto y noveno cuantil (19 y 26%, respectivamente). Esto favorecido porque estas transferencias contienen todos los ingresos que recibieron durante este período. Los gastos en salud se observan poco favorecidos por las transferencias, ya que del 2008 al  2010 bajaron de manera importante en todos los cuantiles.  Aunque, el impacto se muestra en el noveno cuantil, incluso con un 10% de mayor beneficio que el octavo cuantil y el promedio medio para todos los hogares.
En el caso de la educación, es el rubro mejor favorecido, ya que los ingresos percibidos se destinan mayoritariamente a este aspecto. Así, se observa que mientras en el 2010, alimentación y salud crecieron en el noven cuantil entre el 15 y 16%, en educación, la inversión se duplicó, llegando a este cuantil al 36%. Es decir, 25% más que lo otros cuantiles que se encuentran en la misma condición que en el 2008.
De igual manera, el ingreso recibido en becas, muestra una tendencia positiva, aunque no significativa en todos los cuantiles del 2008 para la alimentación y los últimos cuantiles para la salud. No así, en educación, donde todos los coeficientes son crecientes y significativos, pero reducidos en el 2010 de manera importante. Aunque todos los grupos de hogares (cuantiles) se mantienen cercanos al promedio de beneficio en el gasto en educación (36%), los hogares en el octavo y noveno cuantil, su ingreso por becas muestran un mayor impacto, un 20%, mayor que el promedio para todas las demás familias en ese año.

Por último, los beneficios gubernamentales que se integran mayormente por  los apoyos recibidos por el PDHO a los hogares, su impacto se observa positivo, pero poco significativo, en todos los cuantiles. A excepción del tercero y cuarto cuantil, en el gasto en alimentación, el cual está 0.13 y 0.10 puntos por encima de la media (MCO) en el 2008. Y el segundo, tercero, cuarto y octavo cuantil están 0.04 (para los primeros) y 0.10 (octavo) puntos arriba. Sin embargo, el impacto en la salud y en la educación no presenta los coeficientes un buen nivel de significancia y, por tanto, puedan ser considerados para determinar su impacto. Más aún, en general, la mayor parte de los coeficientes muestran una baja entre el 2008 y 2010.

VI. Conclusiones
Los planteamientos teóricos de Roemer sobre la IO, proponen que todos los individuos deberán estar en las mismas condiciones para ser aceptados entre los aspirantes que van a competir por tal desempeño y alcanzar el mismo resultado. De manera que se deberá favorecer, a través de la nivelación de campo de juego, la libertad de elección de la persona y su vida no quedar condicionada por las circunstancias de los participantes. Es así que el principio teórico de IO define que ninguna persona sea privada de obtener un resultado por condiciones socialmente injustas y, por tanto, deberá tener las mismas oportunidades de éxito en la vida (Roemer, 1998).
Por ello, se puede pensar que cualquier política pública debe estar orientada a disminuir todo aquello que impide esta condición, por ejemplo, la pobreza y la desigualdad. Se deberá establecer entonces estrategias para la nivelación de aquellas condiciones que impidan alcanzar a los individuos sus objetivos independientemente de sus circunstancias y dependa sólo del esfuerzo que realicen los individuos para conseguirlos. Siendo así, la existencia de una política social tendrá que estar contemplada a maximizar las ventajas del grupo con mayores situaciones adversas, a partir del mismo nivel de esfuerzo relativo.
Es desde esta perspectiva que los programas sociales han modificado su participación en la política social. Así, muchos de ellos, como Sistema Alimentario Mexicano (SAM), o el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), entre otros, transformaron su estructura y ejecución, para dar paso a los PTMC, tal es el caso del PDHO. Estos programas dieron lugar al otorgamiento de dinero en efectivo a sus beneficiarios, a fin de fortalecer e invertir en el capital humano. Por ello, se orienta al cuidado de la salud, a la permanencia en la escuela y al apoyo de la alimentación. Es decir, una inversión que ayude a eliminar la reproducción intergeneracional de la pobreza y los obstáculos al desarrollo de las capacidades de los individuos en la sociedad.
Asimismo, se diferenciará dependiendo de los indicadores de tamaños pertinentes. En el caso del PDHO, los indicadores de focalización, por ejemplo, son los índices de marginación, rezago social y pobreza. Por ello, en muchos de los países con un ingreso medio, se direccionan a la reducción de la pobreza, pues buscan un equilibrio entre la asistencia social y la formación del capital humano (Fiszbein y Schady, 2009). Este es el caso de México. En este sentido, la inversión del gobierno federal a través del PDHO solo ha pretendido reducir la condición de pobreza de la población, así como alcanzar el 100% de cobertura escolar e intentar disminuir la deserción. Además, el 100% de cobertura (universal) en salud, incorporando al sistema el Seguro Popular, o IMSS – Oportunidades.
La asistencia a la alimentación, determinado por el apoyo en alimentación, en infantil vivir mejor y vivir mejor. Incluso, el apoyo a Adultos mayores, o 70 y más, intentando contrarrestar la deficiencia alimentaria de este sector. Pues son personas que además no cuentan con un ingreso, por no tener pensión, ni trabajo, o su vida depende de sus hijos (varones), o de lo que les da su circunstancia, o el entorno en el que viven (gallinas, calabaza, chayote…), o su tierra en el temporal (maíz para el año y semilla para sembrar), pues no son agentes de crédito (bancario), aunque si pueden acceder al crédito de los comercios locales, que ayudan a resolver sus necesidades inmediatas del hogar.
De acuerdo con Cortés (2011), estas necesidades elementales, comprenden tres grandes grupos. El primero concierne a las necesidades de alimentación diaria; el segundo a las necesidades de educación y salud, a las cuales corresponde, según Sen (2000), a las necedades de capacidad; y el tercero se refiere a la necesidad de contar con una vivienda digna, es decir, se orienta al planteamiento propuesto por Boltvinik (2003 (a)) de un enfoque multidimensional de la pobreza.
De esta manera los resultados de la investigación arrojados por el MRC muestran ese impacto parcial en el bienestar de los hogares. Pues, aun cuando se observa un modesto incremento en el ingreso familiar y se apoya con ello al gasto en los rubros de alimentación, salud y educación, las familias no ven superada su condición de pobreza. Más aún, se mantienen en la misma posición (en los primeros cuantiles) y mucho menos se percibe una modificación en la situación de desigualdad, o desventaja, frente a aquellos que se encuentran en mejor posición. Es decir, siguen siendo las circunstancias de las personas, o las estructuras presentes, las que determinan la desigualdad, y no los resultados de estos por la libertad de decisión de los individuos. Y, por ello, se encuentran limitadas sus oportunidades de éxito en la vida e influenciada su voluntad, o decisión, en circunstancias extraordinarias. Puede ser el caso de los tiempos de campañas electorales y la intervención de programas locales que animan el populismo, o clientelismo local. 
En esta línea, los resultados también muestran que este impacto diferenciado y desigual, sigue favoreciendo a aquellas familias con mayores recursos, o mejores posibilidades de acceder a otros recursos (como pueden ser otras becas, o mayor número de apoyos dentro del PDHO, o cuentan con un trabajo y mejor remunerado) ya sí ven aumentado su ingreso. Esto vuelve a indicar que las familias se encuentren en mejor posición respecto a las otras (en los cuantiles superiores, 0.7 al 0.9) y seguramente con mejores condiciones de vida. Pero, sobre todo, acorde con Roemer (2005), los beneficiarios de estas familias estarán en condiciones de alcanzar un mismo resultado. El cual dependerá únicamente de las elecciones que hagan estos y no de los factores externos.
La mayor sensibilidad a las transferencias monetarias, a los beneficios gubernamentales y a las becas se observaron en la alimentación y en la educación. Mientras, los ingresos recibidos vienen a tener un menor rendimiento en el gasto de la vivienda y la salud. Esto se puede ser debido a que las familias consideran que al menos tienen la atención médica recibida (IMSS – Oportunidades, o Seguro Popular) y no requieren de una atención especializada, pues para las enfermedades inmediatas (resfriados, problemas estomacales, entre otras) se vuelve suficiente. Sin embargo, la constante escasez de medicamentos, o la presencia de enfermedades más complejas, se consideran los gastos extras en la atención médica y medicamentos.
En suma, esta investigación abre la puerta para considerar que las estrategias de la política social tendrían que partir de las particularidades de las localidades y familias beneficiarias, y no solo desde la generalización y sus indicadores; conectar el apoyo recibido y desarrollar una estructura que conecte el beneficio alcanzado en la educación y el sistema productivo local. Por lo que el logro de una cobertura universal de la educación deberá evaluarse en la calidad generada en el capital social desde lo local.

VII. Bibliografía

Banco Mundial (1973, 2010). Midiendo la pobreza, Ed. Banco Mundial, USA, extraído el 26 de febrero de 2012, www.worldbank.org
Banco Mundial (2010).Midiendo desigualdad de oportunidades, Ed. Banco Mundial, USA, extraído 18 de septiembre de 2011, www.worldbank.org
Barrón Arreola, Karla Susana y Pedro Orozco Espinosa (2013). “Impacto del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades en Educación, Salud y Alimentación en la Región Centro – Occidente de México”, en XXXI Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Washington, mayo – junio.
Boltvinik, Julio (2003) (a). “Conceptos y medición de la pobreza, la necesidad de ampliar la Mirada”, en Papeles de Población, octubre / diciembre, núm. 038, UAEM, México, pp. 9 – 25.
Boltvinik, Julio (2003) (b). “Tipología de los métodos de medición de la pobreza. Los métodos combinados”, en Comercio Exterior, vol. 53, núm. 5, pp. 453 – 465.
Boltvinik, Julio; Damián, Araceli (2003) (c). “Evolución y características de la pobreza en México”, en Comercio Exterior, vol. 53, núm. 6, pp. 519 – 531.
CEPAL (1988). “Bosquejo Metodológico del Mapa de la Distribución de Necesidades Básicas Insatisfechas en el Uruguay”, en CEPAL, LC/MVD/R.6/Rev.1
Chernozhukov, V. y Hong, H. (2002). “Three-step censored quantile regression and extramarital affairs”, en Journal of the American Statistical Association. Vol. 97, No. 459, pp.  872-882. American Statistical Association.
Chernozhukov, V. (2005). “Extremal quantile regression”, en The Annals of Statistics,   Vol. 33, No. 2, pp.806-839, Institute of Mathematical Statistics.
CONAPO (2010). Índice de marginación por municipio, México, extraído 06 de diciembre de 2011, www.conapo.gob.mx
CONEVAL (2010). Indicadores de pobreza por municipio, México, extraído el 20 de octubre de 2011, www.coneval.gob.mx
CONEVAL (2010). Índice de rezago social, México, extraído el 20 de octubre de 2011, www.coneval.gob.mx
CONEVAL (2010). Medición de la pobreza, México, Indicadores de pobreza por municipio, México, extraído el 02 de enero de 2012, www.coneval.gob.mx
Cortés, Mariana; Juárez, José y Ramírez Benito, (2011). “¿Cómo se distribuyen los recursos para el combate a la pobreza? Análisis regional de la asignación del presupuesto del Programa Oportunidades en el estado de Puebla, México”, en Ra Ximhai, vol. 7. Núm. 1. Enero-abril. 1-11.
Domínguez Domínguez, Juana (2006). “Medición de la pobreza: una revisión de los principales indicadores”, en métodos cuantitativos para la economía y la empresa (2), diciembre, D.L. SE – 2927 – 06, pp. 27 – 66.
Fernández Morales, A.; De Haro García, J.; Martín Reyes, G. (1996). “Medición de la desigualdad y el bienestar social. Análisis de la distribución de la renta en España”, en Estudios Regionales, No. 45, pp. 15 – 42.
Fiszbein, Ariel y Schady, Norbert. (2009). “Panorama general Transferencias Monetarias Condicionadas. Reduciendo la pobreza actual y futura”, en Banco Mundial.
Fisher, Gordon M. (1992).“The development and history of the poverty thresholds”, en Social Security Bulletin, vol. 55, núm. 4, pp. 3 – 14.
Fleurbaey, Marc; Schokkaert, Erik; Decancq, Koen (2009), “What good is happiness?, en Ideas, http://ideas.repec.org/p/cor/louvco/2009017.html
Geraci, M. y Bottai, M. (2007). “Quantile regression for longitudinal data using the asymmetric Laplace distribution”, en Biostatistics, Vol. 8, No. 1, pp. 140-154. Biometrika Trust.
INEGI (2009), México en cifras: información nacional, por entidad federativa y municipios, México, www.inegi.org.mx
INEGI (2010), Censo de Población y Vivienda, México. Extraído el 19 de octubre de 2011, www.inegi.org.mx
INEGI (2010), Marco geoestadístico nacional. Catálogo de claves de entidades federativas, municipios y localidades, México, extraído el 25 de febrero de 2012, http://www.inegi.org.mx/geo/contenidos/geoestadistica/catalogoclaves.aspx
INEGI (2000, 2005, 2010). Hogares en México, Ed. INEGI, México.
INEGI (2006, 2008, 2010). Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), Ed. INEGI, México.
Koenker, Roger (2004, 2005). “Quantile regression for longitudinal data”, en Journal of Multivariate Analysis, Vol. 91, pp. 74 – 89.
Núñez Velázquez, José Javier (2009). “Estado actual y nuevas aproximaciones a la medición de la pobreza”, en Estudios de Economía Aplicada, vol. 27 – 2, pp. 325 – 344.
Paes de Barros, Ricardo; Ferreira G., Francisco; Molinas Vega, Josés (2009). Measuring Inequality of Opportunities in Latin America and the Caribbean, Ed. World Bank, Washington.
Parra Mendoza, Roberto (2008). Pobreza en México. Alternativas viables para combatirla, Ed. Trillas, México.
Powell, J. L. (1986). “Censored regression quantiles”, en Journal of Econometrics, Vol. 32, No. 1, pp. 143-155.
Robeyns, Ingrid (2003). “Sen’s capability approach and gender inequality: Selecting relevant capabilities, en Feminist Economics, 9 (2 – 3), pp. 61 – 92.
Robeyns, Ingrid (2003). “The Capability Approach: An Interdisciplinary Introduction”, en International Conference on the Capability Aproach, Pavia, Italy, on 6 Septembre.
Roemer, John E. (1998). Equality of opportunity, Ed. Harvard College, USA, http://books.google.com.mx/books
Roemer, John E. (1998). “Igualdad de oportunidades, en III Simposio sobre igualdad y distribución de la renta”, en Fundación Argentaria, Madrid, pp. 71 – 87.
SEDESOL (2002 – 2012), Oportunidades. Apoyos bimestrales emitidos a las familias beneficiarias, México. Extraído el 04 de noviembre de 2011 desde http://www.oportunidades.gob.mx/Portal/wb/Web/apoyos_emitidos_a_las_familias_beneficiarias.
SEDESOL (2000, 2005, 2010), Oportunidades. Apoyos bimestrales emitidos a las familias beneficiarias, México. Extraído el 04 de noviembre de 2011 desde http://www.oportunidades.gob.mx/Portal/wb/Web/apoyos_emitidos_a_las_familias_beneficiarias.
Sen, Amartya (1985). “Well – Being, Agency and Freedom: The Dewey Lectures 1984”, en The Journal of Philosophy, Jstor, vol. 82, No. 4, pp. 169 – 221.
Sen, Amartya (1998) Las teorías del desarrollo a principios del S. XXI, Cuadernos de Economía, vol. 17, No. 29.
Sen, Amartya (2000). Development as freedom, Ed. Mondadori, Milan.
Vélez Reyes, Fernando Alonso (2011). Robustez de la distribución para regresión cuantílica en datos longitudinales, Tesis de Magister en Estadística, Universidad Nacional de Colombia.

1 Pedro Orozco Espinosa. pedro.orozco@uan.edu.mx

2 Karla Susana Barrón Arreola. kbarron@uan.edu.mx
Universidad Autónoma de Nayarit.

3 Claudia Susana Gómez López. claudia.gomez@ugto.org
Universidad de Guanajuato.

4 Las realizaciones relevantes pueden comprender desde las físicas elementales, como estar bien alimentado, adecuadamente vestido, contar con un lugar donde vivir, evitar la morbilidad prevenible hasta logros sociales más complejos como el nivel de participación que permita la sociedad.

5 Los objetivos a alcanzar en el 2015 expresan la intensión común de erradicar la pobreza extrema y el hambre, mejorar la educación (universal) de los niños y jóvenes, incrementar la salud (infantil y maternal), combatir el HIV/AIDS, la malaria y otras enfermedades, igualar las oportunidades (género) de superación entre mujeres y hombres, lograr un crecimiento en armonía con el medio ambiente (sustentabilidad) y fomentar la creación de una asociación mundial para el desarrollo (ONU, 2000).

6 La distribución τ = 0.5, corresponde a la mediana (centro de la distribución).

7El CONAPO considera el índice de marginación (IM) como la medida de déficit y de intensidad de las privaciones y carencias de la población en dimensiones relativas a las necesidades básicas establecidas como derechos constitucionales. Este índice es el resultado de una estimación por componentes principales de cuatro dimensiones y nueve indicadores: educación (analfabetismo y población sin primaria completa); viviendas (ocupantes en viviendas sin agua entubada, sin drenaje ni servicio sanitario, con piso de tierra, sin energía eléctrica y hacinamiento); ingresos (población ocupada que gana hasta dos salarios mínimos); y distribución de la población (población en localidades con menos de 5 mil habitantes).

8 El CONAPO considera el Índice de Desarrollo Humano (IDH) como la medida de logro del desarrollo que indica que los individuos disponen de una serie de capacidades y oportunidades básicas como gozar de una vida larga y saludable, adquirir conocimientos, comunicarse y participar en la vida de la comunidad y disponer de recursos suficientes. Este índice utiliza la metodología del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para la estimación del Índice de Desarrollo Humano y es el resultado de una media aritmética de los índices de sobrevivencia (esperanza de vida o mortalidad infantil en el caso de municipios); de educación (analfabetismo y asistencia escolar); y del ingreso (PIB per cápita ajustado al poder adquisitivo del dólar americano).

9Según John G. Roemer (1998) opone la igualdad de oportunidades al clásico principio del méritoy lo discute apoyándose en la metáfora de la nivelación del terreno de juego. La igualdad de oportunidades es considerada como una forma de justicia social quepropugna que un sistema es socialmente justo cuando todas las personas potencialmente iguales tienen básicamente las mismas posibilidades de acceder al bienestar y  poseen los mismos derechos políticos y civiles. Este concepto mantiene una estrecha relación con el concepto de capacidades de Sen (2000).

10 El Banco Mundial considera al Índice de Oportunidades Humanas (IOH) como un indicador que puede ser utilizado para monitorear el progreso de un país que busca proveer a todos los (as) niños (as) un acceso igual a los servicios básicos definidos como oportunidades esenciales para el futuro desempeño de sus vidas.

11La Ley del Seguro Social (LSS) establece que la finalidad de la seguridad social es garantizar el derecho a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios necesarios para el bienestar individual y colectivo (Art. 2, A).

12El índice de rezago social es una medida ponderada que resumen cuatro indicadores de carencias sociales (educación, salud, servicios básicos y espacios en la vivienda) en un solo índice que tiene como finalidad ordenar a las unidades de observación según sus carencias sociales.

13 Datos tomados del DIARIO OFICIAL, Jueves 1º de marzo de 2012; pp. 2 – 3.

14 Se eligieron 20 Ayuntamientos, 18 Diputaciones Mayoría Relativa, 12 Diputaciones Representación Proporcional, 1 Gubernatura, 138 Regidurías, 59 Regidurías Representación Proporcional, 20 Sindicaturas (IFE, 2011).