NEOLIBERALISMO EN LAS FINANZAS MEXICANAS 1994-1999

NEOLIBERALISMO EN LAS FINANZAS MEXICANAS 1994-1999

Gustavo Alberto Barredo Baqueiro
Universidad del Mayab

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CAPITULO II

IDEOLOGÍAS EN JUEGO.

2.1 Liberalismo.
“El liberalismo es una nueva forma de ver el mundo iniciada a fines del s. XVIII. Se acostumbra poner como fecha de nacimiento de esta filosofía a la Revolución Francesa, aunque la idea liberal se haya construido varias décadas antes de ella. Pero es hasta que se escribe la declaración de los Derechos del Hombre (ciudadano), que se impone por primera vez. Como cualquier idea del mundo, el Liberalismo no es una concepción simple, ni hay un solo liberalismo, han existido muchas variantes, desde un liberalismo conservador, hasta un liberalismo social, pasando por liberalismos nacionalistas y liberismos” 1
“La idea básica atrás del liberalismo es, precisamente, la libertad. La libertad individual, en la mayoría de los casos... Esta idea de libertad individual surge precisamente para oponerse al Estado absoluto. Surge para enfrentarse al Estado de Luis XIV, a los imperios centrales europeos, al corporativismo de la Iglesia Católica. Tiene detrás el legítimo deseo de generar riqueza para sí  y su familia. La búsqueda legítima de incorporación a la toma de decisiones, específicamente a la administración del país, la intervención en política de cualquier individuo, y no sólo de nobles y reyes”. 2
“Sin embargo esta idea de libertad es utópica, como han sido muchas ideas en la historia de la humanidad. Casi tan utópicas como la idea de igualdad, como la idea de justicia. En realidad, la libertad nunca ha sido para todos igual. Esta libertad política, que incluye la libertad de expresión, de pensamiento, de asociación, se ha distribuido a cuentagotas...la libertad no se otorga a todos al mismo tiempo. Es inicialmente un privilegio de hombres adultos y propietarios, de lo que después llamarían “burguesía”, de los primeros empresarios, como hoy los conocemos.  Esta libertad política, que permite a esta nueva clase empresarial intervenir en las decisiones nacionales, lleva junto una libertad económica. Debe quedar claro que no siempre van estas dos libertades al mismo ritmo...” 3
Sin embargo esto llegó a excesos de libertad, lo cual fue el centro de la crítica marxista.4
Por otro lado, y no en forma tan extremista salen un grupo de pensadores que buscan compensar la libertad con un poco de justicia, creando lo que ahora conocemos como “Liberalismo Social”, a fines del S. XIX.
Sin embargo  el liberalismo es, en su origen, una interpretación incompleta, parcial y excluyente de la realidad, y que el apellido Social sólo es una moderación de excesos, sin embargo esta corrección no puede reescribir la interpretación simplista de una realidad compleja.5
Cuando empezaban las ideas sobre la libertad individual, Adam Smith, hoy considerado padre de la ciencia económica escribió un libro llamado “La Riqueza de las Naciones” (el título es más largo pero así se le conoce por facilidad) en el que establece una idea que hasta hoy es fundamental en la teoría económica y en los discursos sobre la economía en general: la idea de la “mano invisible”. Al igual que sus contemporáneos (el libro es de 1776), Smith está preocupado por alejar al Estado (Estado Absolutista, recordemos) de la economía.  Encuentra un argumento que le permita recomendar que el Estado se reduzca al mínimo posible  (La seguridad nacional y pública, etc.). 6
Smith habla sobre el mercado, dice que los vendedores llegan al mercado con intención de obtener la mayor cantidad de dinero por su mercancía. Van a tratar de vender lo más caro posible. Pero a este mismo mercado llegan los compradores, que lo que buscan es obtener la mayor cantidad de mercancías por su dinero. Van a tratar de comprar lo más barato posible. En la discusión, en el “regateo”, compradores y vendedores encuentran un precio que les satisface. Ciertamente no es el que preferirían absolutamente, pero sí es un precio que no les molesta. “Es como si una mano invisible guiara sus acciones, para lograr con esto el bienestar público mejor que si se lo hubieran propuesto”, concluye Smith. 7
“La mano invisible del mercado permite que vendedores y compradores estén contentos, a diferencia de lo que hubiese ocurrido si alguien hubiese establecido un precio ‘oficial’ para las mercancías. Lo que Smith dice es que si el Estado interviene en la economía, lo único que logrará es que alguien no esté  contento. Si, en cambio, se abstiene de intervenir, compradores y vendedores podrán alcanzar un acuerdo mucho más satisfactorio... pero me voy a centrar en un par de ellos (supuestos) que son importantes para la discusión sobre el liberalismo: la competencia perfecta y la ausencia de externalidades...” 8
“...Para que la mano invisible funcione se necesita que no haya nadie, ningún comprador o vendedor que pueda fijar el precio a su antojo, a esto le llamamos competencia perfecta. Si alguno tiene el poder de fijarlo, entonces la mano invisible ya no funciona.
Por eso se ha argumentado, sobre todo en este siglo que los monopolios son dañinos para la economía... (Sin embargo) el gran crecimiento de las economías liberales de hoy se sustentaron durante un buen tiempo (entre 1850 y 1914) precisamente en los monopolios...”9
“...El segundo supuesto que se debería cumplir es todavía más improbable: la ausencia de externalidades. Así se le dice a lo que en la medicina se conoce como ‘efecto secundario’, algo que no está dentro de los objetivos de las empresas, pero que ocurre, y que la empresa no está incorporando en sus costos. El ejemplo más común es la contaminación. Cuando una empresa contamina, está dañando a la sociedad, y no la toma en cuenta en sus costos, no está pagando a nadie por este daño. Para que la mano invisible funcione, se necesitan que estas cosas no pasen,  y  sí pasan...” 10
“... Dentro de estas externalidades tenemos un par de casos muy interesantes: la educación y la salud. Mientras más saludable y educado sea un pueblo, más fácil será que sea productivo... La educación y la salud son costosas; dejadas  a la mano invisible sólo serán otorgadas a los consumidores que puedan pagar por ellas. Pero las ventajas de la salud y educación superan  a sus costos si las vemos como sociedad, no así si las vemos individualmente. Esta distorsión entre lo que conviene a la sociedad y lo que percibe el empresario sobre su conveniencia provoca que, dejadas al libre mercado, educación y salud se abandonen...” 11

2.2 Capitalismo.

El Capitalismo defiende los siguientes principios básicos:

  1. Los seres humanos actúan según su propio interés.

2. Esos intereses se ven limitados por las fuerzas de la competencia, por lo que no se podrá abusar de los demás, produciendo los bienes y servicios deseados por el consumidor, y los trabajadores laborarán donde se les paguen los sueldos más altos.
3. La fuente de esta actividad se debe a la propensión de la naturaleza humana a intercambiar, permutar o trocar unas cosas por otras, por lo que se explica la especialización del trabajo.

  1. La existencia de la propiedad privada.

5. La existencia de mercados libres, o sea muchos compradores y vendedores que sin restricción puedan comercializar sus productos.
6. Un gobierno pasivo que no interfiera en las decisiones económicas.12
En lo referente a la distribución de la Riqueza, dentro del capitalismo, se habla del salario al trabajador con un “nivel de subsistencia”, sin embargo este nivel de subsistencia puede ampliarse en la medida  que se amplíe la economía.
El capitalista recibe mucho más de su nivel de subsistencia, sin embargo esta diferencia está justificada, ya que a pesar de ciertas diferencias en sus niveles de vida, un gran porcentaje de estos ingresos se ahorran  y se invierten tratando de obtener mayores beneficios, esto es más empleos y mayor crecimiento.
Sin embargo predice que el aumento de la población hará que los salarios desciendan y el desempleo aumente. 13
Para este problema demográfico Thomas R. Malthus,  basándose en que el verdadero problema es la “Naturaleza Humana”, supone que si los salarios se elevan, se tendrán siempre más hijos, por lo que los salarios siempre se mantendrán en su nivel de subsistencia, y, para esto –dice- las normas económicas no deben hacer nada, ya que los pobres son responsables de su propio destino.
Los humanos se reproducirán siempre, hasta el punto en que los medios de subsistencia disponibles se los permitan, por lo que no se podía ni debía hacer nada al respecto. 14
Según Robert Heilbroner y William Milberg, el Capitalismo es un complejo sistema de relaciones políticas y sociales que determinan colectivamente la dinámica de sus instituciones económicas. Menciona que a pesar de las variantes, tienen tres características comunes a todas:
1. ACUMULACIÓN DE CAPITAL. Esta consideración es prioritariamente Socio-Política, es decir persigue el fin del que su clase dominante depende para obtener el poder y el prestigio supranacional que animan todo orden social estratificado. Como la riqueza, el capital es usado como símbolo de poder y de prestigio, pero a diferencia de esta, no puede permanecer en forma pasiva, sino ideando formas de que ese capital nunca se desembolse, en un proceso auto expansivo, que amenaza la misma existencia de la riqueza, pero inyecta vida al capital.
Esto lleva a continuas innovaciones, agresivas estrategias de ataque y autoprotección en el que el fracaso a la hora de ampliar el capital, conlleva a la absorción por parte de una empresa de más éxito.
Pero el aspecto más importante es que el impulso por el capital sólo se puede entender con un fin socio-político, y no económico, ya que la economía se ocupa de las asignaciones  y las decisiones, mas no de la acumulación ilícita de poder y prestigio.
2. ASIGNACIÓN DE MERCADO. Esta consideración es prioritariamente organizativa más que socio-política y se refiere  a la coordinación entre producción y regulación de la distribución por el ingobernado esfuerzo competitivo de compra-venta denominado “El Mercado”.
Esta determinación regulatoria o asignativa siempre se deja en manos de la tradición o se le asigna al que manda; dada la importancia de esta coordinación, al capitalismo se le conoce como “Sistema de Mercado”, pero la designación es muy deficiente si se desconoce los subyacentes orígenes socio-políticos de las actividades que el mercado debe coordinar y guiar, así como la amplia variación en la naturaleza y amplitud de los mercados.
Los mercados son adjuntos necesarios para un orden construido en la acumulación del Capital.
3. AMBITOS DUALES. Esta consideración es prioritariamente administrativa, identificando una sola forma administrativa en su división en ámbitos públicos y privados, el primero es el repositorio de los poderes encontrados en cada orden estratificado: La promulgación y cumplimiento de la ley, el apoyo de las prerrogativas generales de la clase dominante, y la defensa del territorio nacional; y el segundo se refiere básicamente a las actividades económicas. Esta bifurcación que excluye en gran escala el poder del gobierno del sector privado pone al capitalismo como hospitalario con la democracia y con el desarrollo de la actividad civil.15
Por último  Crosland  identifica al Capitalismo con el sistema de la iniciativa individual absolutamente libre en una sociedad avanzada e industrializada, en que la actividad económica es ejercida por unidades poseídas  en propiedad privada, que operan sin interferencia estatal y bajo el estímulo de la ganancia.

2.3 Neoliberalismo.
Según Macario Schettino, el Neoliberalismo, es la forma política de aplicar tanto interna como internacionalmente la idea de libre mercado sostenida por la corriente catalogada como Neoclásica, en su variante denominada Monetarista, que sostiene como idea principal la eficiencia del mercado condicionada principalmente por la competencia perfecta.
Para Pool Clement, la teoría Neoclásica no es más que la reafirmación de la fe confiada a la eficiencia económica basada en la iniciativa privada libre sin interferencias perjudiciales del Estado.
No fue más que el desarrollo matemático de los principios fundamentales  del Capitalismo, la única variante consistió en el valor del producto como resultado del valor del mercado, más que como resultado del valor de la Mano de Obra.
En su variante monetarista, las recomendaciones incluyen la no intervención del gobierno y una economía de libre comercio. Esta escuela representa una defensa del capitalismo de libre comercio y critica las políticas económicas activas de los gobiernos modernos.16
Según Eric Roll, el Monetarismo desea reducir las intervenciones específicas por parte de la autoridad, introduciendo un alto grado de regulaciones automáticas en aquellos aspectos de ámbito social que determinen en forma fundamental la acción de la economía. La expresión más constante y persuasiva de este automatismo fue la de considerar como cualquier otro precio el Tipo de Cambio, es decir un Tipo de cambio totalmente flexible determinado por el libre juego del mercado.
El elemento principal de la escuela Monetarista es la “Teoría Cuantitativa del dinero”, que relaciona Precio-Dinero. Su más simple expresión es, la suma del dinero en circulación multiplicado por su velocidad de circulación, equivale al nivel general de precios multiplicado por el volumen del comercio, o sea por el número de transacciones, de aquí se dedujo que la inflación o deflación eran esencialmente fenómenos monetarios, resultado de políticas monetarias particulares.
Los monetaristas también afirman que no sólo es equivocado negarle un papel a la política monetaria, sino que debe de asignársele a la política fiscal un papel menos efectivo.
En resumen la esencia del pensamiento monetario es que la inflación es un fenómeno puramente monetario.17
Retomando a Macario Schettino, el calificativo Neoliberal sostiene la idea de que la política presta demasiada atención a la libertad del mercado  y abandona entre otras cosas la justicia social.
La aplicación de la idea de libre mercado significa que el gobierno se deshaga de paraestatales, se libere el comercio internacional, desaparezcan subsidios y transferencias, que se reduzcan los impuestos, etc.18
En lo referente a justicia social menciona al Liberalismo Social, que no es más que un intento de congeniar dos conceptos que se han hecho antagónicos: Libertad y Justicia.
“Los Neoliberales son quienes recuperan las ideas de extrema libertad, ideas que habían desaparecido prácticamente desde 1848 y que se mantenían  en algunos pequeños grupos de profesores en universidades de Estados Unidos  y algunos pequeños grupos de empresarios. Desde mediados de los años 70, estas ideas regresaron a la lucha política encabezadas por Ronald Reagan, en los Estados Unidos, y Margaret Tacher, en Inglaterra. Lo que los llevó a competir seriamente por el poder, y poco después de ganarlo, fue el renacimiento de la inflación, peste que había desaparecido del mundo industrializado.”19
“En particular, lo que hoy llamamos Neoliberalismo, es la recuperación...de las concepciones más estrictas de libertad individual. No es cualquier tipo de libertad, sino la libertad política y económica de los individuos. No hablamos de libertad como contrario de esclavitud o encarcelamiento...Hablamos de libertad como la posibilidad de cualquier individuo de hacer lo que considere adecuado para lograr el cumplimiento de sus fines (ciertamente la libertad de uno puede chocar con la libertad de otro, y es a partir de esto que se construye la legalidad como limitante de los excesos de libertad). Hablamos de libertad como enfrentada a la idea de restricciones por parte del Estado  a las acciones de los individuos.”20
Para esto hace referencia al nacimiento de la economía en el s. XIII como la creación fundamental para el sostenimiento del Liberalismo21 (Consultar apartado sobre Liberalismo), menciona la atribución hecha por Adam Smith como el padre de la ciencia económica, y cita su obra principal titulada “Investigaciones sobre el Origen y Naturaleza de la Riqueza de las Naciones”, en ella retoma el concepto central de la mano invisible: “Los individuos al buscar su beneficio personal, logran el bien común mejor que si se dedicaran a esto. Es como si una mano invisible guiara sus acciones”, y este es el argumento para exigir que el gobierno se encargue del cumplimiento de los contratos y de la seguridad de la nación, lo demás lo hará el mercado.22
Según Ciro Gomes y Roberto Mangabeira Unger “El programa neoliberal, también llamado actualmente ‘consenso de Washington’, es aquel que predica la estabilización monetaria; anclada inicialmente, en alguna forma de paridad cambiaria,  sustentada tanto en la elevación de la renta como, sobre todo, en la contención del gasto público; la liberalización, entendida como la aceptación de la competencia internacional, no como el cambio de la estructura nepotista y oligopolizada del capitalismo privado en países como los nuestros; la privatización vista como el abandono  por parte del Estado de las actividades productivas, a través de la simple transferencia de las empresas públicas a manos privadas; y el desarrollo de políticas sociales compensatorias destinadas a suavizar los efectos sociales de los ajustes económicos.”23
Según Luis Pazos, el hecho de identificar el Sistema de mercado o libre empresa con el nombre de “Neoliberalismo”, es un planteamiento falso, son simplemente principios de elemental lógica económica  basados en la naturaleza y razón humana, estos principios son:

  1. El respeto a la propiedad privada.

2. La competencia y vigencia de las leyes del mercado libre, es decir la oferta y la demanda. En pocas palabras libertad para emprender, comercializar y consumir.
Defiende a los principios antes mencionados, como los principios universales y racionales, que han demostrado el “único” marco social compatible con la naturaleza humana y el bien común, y que permitan al hombre, a la vez que respeten su dignidad, buscar su plenitud como persona individual, libre y racional.24
En materia de “Justicia Social”, cita a Ulpiano, en su definición de justicia como “La perpetua y constante voluntad de dar a cada quien lo suyo”, y menciona que el deber del Estado es, en caso de conflicto, averiguar qué es lo suyo de cada quien, y enmendar la violación de un derecho.
Habla de un régimen jurídico que permita reconocer con claridad los derechos de cada ciudadano, incluyendo el derecho a la vida y a la libertad.
Sin embargo menciona que no se puede obligar a una persona a ser caritativo, menciona que el estado no debe tener las funciones de una  justicia social, entendiendo esta como la posibilidad de redistribuir por parte del Estado, la riqueza a los llamados grupos marginados, y mientras esto se haga se seguirán desperdiciando recursos y justificando enormes gastos en detrimento de la verdadera justicia, Para dar caridad sirve la Iglesia. 25
Según José Luis del Campo Mena, La actitud conservadora Neoliberal en los Estados Unidos de Norteamérica, empieza a darse con Ronald Reagan, y en matices propios, con George Bush; se inicia el retorno al triunfalismo de una nación fuerte, se retorna al estado con visión liberal, de reducción de gasto público, de limitación de las prestaciones sociales, de la privatización de los servicios públicos, produciendo mayor penuria y pobreza en las capas más débiles de la sociedad norteamericana. Todo ello repercutiendo en los países subdesarrollados de su zona de influencia, vía los organismos internacionales: FMI, BID, BM, ONU, etc.
Estados Unidos necesita reactivar su economía y por ello, desde su concepción de Estado empieza a hablar:
De la economía de libre mercado, con el mínimo de restricciones estatales, como en tiempos que parecían superados, donde la oferta y la demanda vuelven a ser la ley, presumiblemente justa, que controla y hace accesibles los precios a las mayorías, cuando se llega a la estabilidad.26
De un nuevo orden internacional, donde el poder estadounidense  se presenta como centro y control policial. De alguna manera y para beneficio propio se hace eco de los movimientos geopolíticos mundiales que se encaminan a un nuevo tipo de relaciones, pero no necesariamente se pueden considerar positivos por los países más pobres.27
De apertura y competencia, como criterio político, por las cuales se quiere que los países eliminen los controles en la entrada a capitales extranjeros y les ofrezcan incluso, mayores facilidades que a los capitales locales; piden la eliminación de las barreras proteccionistas para favorecer la  libre competencia. Sin que esto quiera decir que ellos harán otro tanto.28
De la neo integración de globalización. Ante el reajuste del mapa geoeconómico y la fuerza financiera lograda por la Comunidad Económica Europea y la Cuenca del Pacífico, los Estados Unidos están implementando un programa con nuevas formas de integración, que no explicitan todas sus intenciones y que llaman globalización, la cual por medio de tratados  y acuerdos de libre mercado, les permite tener un control de la economía en su zona de influencia.29
De la modernización del Estado. Como se decía arriba, la tendencia de las políticas actuales va ligada a un adelgazamiento del Estado. Estados Unidos recomienda y hasta exige la venta de todas las empresas estatales y paraestatales, argumentando su ineficiencia y la incapacidad de los estados para administrarlas. Para convencer utilizan el fracaso de la estatización de los países del Este.   Pero además, el modelo de Estado propuesto no sólo debe vender las empresas y abrir las fronteras a capitales extranjeros  y a las transnacionales, sino que debe realizar un acercamiento a los intereses y condicionamientos del capital y, en diferente medida según los países, un manifiesto o sutil, alejamiento de la clase trabajadora.
Modernización también significa en el lenguaje actual, una reducción real de los servicios y prestaciones sociales de parte del Estado. En los mismos Estados Unidos, desde la gestión Reaganiana, se redujo el gasto público en los rubros de salud, educación, pensiones, beneficencia; en una palabra, la ayuda a los más pobres. 30
El discurso de los gobiernos Latinoamericanos de los años recientes ha cambiado mucho y está calcado en los postulados que en la década pasada  ya pregonaba el FMI. Enunciemos  los tópicos de Base:
La democracia, más que una política real se ha convertido en un concepto manejado por una propaganda perfectamente orquestada, donde se ensalzan los logros de los paladines de las nuevas democracias neoliberales. Argentina y México son un claro ejemplo de ello, estos gobiernos tienen su fuerza y dirigen su mirada hacia la hegemonía ideológica de E.E.U.U que, en su zona de influencia, siguen ejerciendo nuevas formas de control, no necesariamente militares.31
Apertura y Modernidad. Se ha acusado a América Latina de haber preferido hasta hace poco una política de encerramiento, en la cual buscaba proteger su economía, y por ello se había negado a aceptar entrar en el libre juego del mercado mundial. Ahora, las nuevas actitudes y el discurso están orientados a la aceptación acrítica del discurso norteamericano. Modernidad significa abrir las puertas al capital extranjero, eliminar aranceles y proteccionismo, aceptar una política de importación y exportación al tenor de los países desarrollados. Significa para las clases gobernantes y del poder económico, manifestar mentalidad de triunfadores y de riesgo, con el fin de ingresar en la dinámica de la competencia y del mercado. Aunque mucho de lo que reciben los países pobres en la apertura son maquiladoras, precios bajos en la venta de productos, tecnologías de desecho y transnacionales que exportan ganancias. Ese camino es el único que se pregona viable para el ingreso al primer mundo. En contraposición, los países económicamente poderosos mantienen amañadamente sus protecciones, aplican política de dumping, y manejan su supremacía para invadir los mercados latinoamericanos con sus productos que pueden manejar en colosales volúmenes.32
Competitividad, eficiencia y productividad. En lo lógica oficial de los gobiernos neoliberales de América Latina, competir en un mundo de mercado libre significa producir más, sin aumentar los costos de producción, con mejor calidad y a pesar del retraso tecnológico y los reducidos volúmenes de producción que tiene la industria nacional tercermundista. En cambio y a pesar de las palabras, todo el peso de esta desenfrenada carrera por competir con los gigantes mundiales no produce otra cosa que la destrucción de la pequeña, y mediana industria nacional y, sobre todo, la factura está siendo pagada por la gran masa trabajadora. Los “planes de choque” que varios países han implementado por recomendación del FMI, aunque con nombres diversos, se caracterizan en primer lugar por un congelamiento  de salarios y las promesas de que los empresarios no revertirán en precios, los aumentos de impuestos que las nuevas políticas fiscales exigen. 33
Privatización. Un argumento en América Latina para justificar la venta de todas las empresas que dependían directa o indirectamente del gobierno, que antes se decía que tenían el carácter de estratégicas en una orientación social y de soberanía, ha sido la deuda externa. Aunque, a pesar de la privatización presurosa, no se ha manifestado una notable mejoría en el peso de la deuda externa y su servicio, ni se ha dado un beneficio popular. Los argumentos a nivel económico, a todas luces son insuficientes. Aunque la innegable corrupción, el ineficiente estatismo empresarial local y la experiencia catastrófica de los países Estalinistas, no permitió que se diera una muy fuerte oposición al paso a manos privadas de los bienes nacionales. No parece lógica la apresurada necesidad de privatizar, sobre todo cuando su venta conlleva el otorgar una cuota de poder, de control social y, en un buen número de los casos de las ventas a capital extranjero, de pérdida de soberanía. La incompetencia e ineficiencia de los que administraron en nombre del Estado no conlleva necesariamente el malbaratar los bienes, sino por el contrario, el eficientarlos y reorientarlos. 34
El pragmatismo Político. Otra característica de la nueva realidad latinoamericana radica en la falta de claridad de ruta. Se ha denominado, a una actitud ahora vigente, con el término de pragmatismo político, por el cual se justifican las más dispares decisiones por la conveniencia práctica del momento y los intereses de los grupos del poder; sin contar con proyectos de largo alcance ni fundamentar las acciones en valores éticos. En la base se oculta una total subordinación a las señales e indicaciones de la voluntad, de quienes sustentan verdaderamente el poder político y económico dentro y fuera de cada país dependiente. El pragmatismo pone como valor primero el éxito e interés económico de un grupo sobre la integridad, la honestidad y la justicia hacia las mayorías. 35

Nuevo Modelo de Estado. 36 Se propugna una estructura de estado que no sea administrador, por lo tanto, la privatización de la empresa pública, la apertura de fronteras al capital extranjero, la competencia y eficiencia centrada en la macroeconomía y las promesas de mejoras para el grueso de la población, por la llamada trickle down economy (economía de goteo o de la derrama), son las características más evidentes de este nuevo modelo estatal. El adelgazamiento del Estado constituye el punto de partida del Estado Neoliberal. Eso significa dejar aparentemente la rectoría económica, al renunciar al control de empresas que antes le llamaban estratégicas y, con relación a las clases más desprotegidas, la reducción del gasto público en servicios y asistencia social. Sin embargo en el modelo de Estado Neoliberal no sólo existe un acercamiento a los poderes económicos, sino que son estos los que dominan  los dinamismos políticos y fortalecen la orientación y decisiones socioeconómicas. En el Estado Neoliberal el poder político no termina en las fronteras de los organismos gubernamentales, se derrama hasta la banca y los centros de control financieros. Muy lejos está la dinámica de fundamentar la democracia en la auténtica y consciente participación del pueblo.37

1 Schettino, Macario, “El neoliberalismo mexicano”, El Universal, (enero 21, 1996)

2 Ibid.

3 Ibid.

4 Cfr. Schettino, Macario, El costo del miedo, México: Ed. Grupo Editorial Iberoamérica, S.A de C.V., 1995, p. 90

5 Ibid. P.93

6 Cfr. Schettino, Macario, “El Neoliberalismo Mexicano”, El Universal, (enero 21, 1996)

7 Cfr.  Ibid.

8 Ibid.

9 Ibid.

10 Ibid.

11 Ibíd.

12 Cfr. Clement, Pool, Economía, enfoque América Latina. México: Ed. McGraw-Hill, 1997, pp. 63-65.

13 Id. p.68

14 Id. p. 69s.

15 Cfr. Heilbroner, Robert y Milberg, William. La crisis de visión en el pensamiento económico moderno. trad. Fernando Pardo, España: ed. Paidós, 1ra. ed., 1998, pp. 138-142

16 Cfr. Clement, Pool. Economía, enfoque América Latina. México: Ed. McGraw-Hill, 1997, pp. 76 s.

17 Cfr. Roll, Eric. Historia de las doctrinas económicas. trad. Florentino Torner y Odet Chávez Ferreiro. México, Ed: Fondo de cultura económica, 5ta. Edición, 1994. pp. 509-513.

18 Cfr. Schettino, Macario. El costo del miedo, México: Ed. Grupo Editorial Iberoamérica, S.A de C.V., 1995, pp. 7-9

19 Schettino, Macario. “El neoliberalismo mexicano”, El Universal, (enero 21, 1996)

20 Ibid.

21 Cfr. Schettino, Macario. El costo del miedo, México: Ed. Grupo Editorial Iberoamérica, S.A de C.V., 1995, pp. 7-9, 89

22 Ibid.

23 Gomes, Ciro y Mangabeira, Roberto. Una alternativa práctica al Neoliberalismo. trad. Alma Miranda. México: Ed. Oceano, 1998, p. 52

24 Cfr. Pazos, Luis. “El mito del neoliberalismo”, Diario de Yucatán, (julio 24, 1998)

25 Cfr. Pazos, Luis. La Iglesia y el gobierno ante las injusticias y los Pobres. México: ed: Instituto de la Integración Iberoamericana, A.C y Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa, A.C., (Abril, 1997), pp. 2-4.

26 Martín del Campo, José Luis. Neoliberalismo y Moral Socio-política desde América Latina. México: Ed. Universidad Pontificia de México, a.C., 1993. p.13

27 Ibid.

28 Ibid.

29 Ibid.

30 Id., p.15

31 Id., p.16

32 Id.,p.17

33 Id., p.18

34 Ibid.

35 Id. P.19

36 En el discurso de los últimos años se ha cuestionado el tipo de Estado que se había empantanado en un crecimiento burocrático desproporcionado y con funciones empresariales en banca rota por corrupción o por ineptitud directiva, siempre con la justificación de estar orientadas hacia el beneficio popular. Tal tipo de Estado se centró en el mercado interno y el proteccionismo. Hacer obras significó un desmedido aumento de nuevos organismos, convirtiendo al Estado en el máximo empleador y originando una sorda animadversión del sector privado. Esto originó que un muy alto índice de producción, comercio y servicios estuviera sujeto a los contratos gubernamentales, que en muchos casos eran repartidos como privilegios, “prebendas” o como premios a la sujeción y disciplina política.

37 Id., p.20