EL LADO OCULTO DEL DESARROLLO<br>REFLEXIONES DESDE LA REGIÓN PARA TODOS

EL LADO OCULTO DEL DESARROLLO
REFLEXIONES DESDE LA REGIÓN PARA TODOS

Andrés E. Miguel
Julio C. Torres
Instituto Tecnológico de Oaxaca

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11. EL DESARROLLO COMO UN PROCESO PARA FAVORECER A LOS PODEROSOS

--A ver, a ver: ¿nos estás diciendo que el desarrollo es un “proceso mafioso”?, interrumpió y preguntó la Catrina.
--El proceso en sí no lo es, pero puede convertirse en un “proceso de mafiosos” para aprovecharse del mismo, respondió la tableta, quien agregó:

--“Por ejemplo, cuando se planea el desarrollo para hacer negocios a la sombra del poder, simulando un mundo sin fronteras entre las políticas públicas y las ganancias personales; cuando se crean condiciones intencionales para aprovecharse de un cargo público en beneficio personal y lograr contratos para empresas, negocios, familiares, amigos cercanos, u obtener propiedades de una manera ventajosa, sin tener que rendir cuentas a nadie. Debido a que saben lo anterior, muchas personas, funcionarios, se enchufan al poder y al desarrollo, pues en ocasiones aparecen como senadores, después como diputados,  luego como secretarios, posteriormente se vuelven asesores, etc., y como sanguijuelas, comienzan a chupar todos los recursos que pueden.

Hacer negocios a la sombra del poder, aprovechándose del desarrollo, es lo común en algunos países y regiones. Quien accede a un cargo público en los países siendo parte de la elite consolidada en el poder, se sacó la lotería. Para ello se utilizan, o crean a través de terceros, empresas dedicadas a desarrollar obras públicas para obtener ganancias; o surtir a las dependencias oficiales de insumos, o asesoría, diversos. Aprovechan la cercanía con compañías constructoras beneficiándolas con licitaciones gubernamentales para adquirir mansiones, obtener infraestructura que beneficie sus negocios o propiedades, asegurar puestos y sueldos a sus seres cercanos, o al menos alguna que otra cuota ajena a su salario. Los políticos, legisladores, autoridades, y hasta funcionarios de bajo nivel incurren en esas y otras prácticas.

Algunos funcionarios descaradamente exigen el 10 por ciento o más a la hora de aprobar contratos y apoyos presupuestales. Existen legisladores que presiden comisiones y reciben una bonificación por ello. Muchas comisiones especiales y empresas son fantasmas. Pero quienes las dirigen cobran un sobresueldo y tienen a su alrededor asesores que muchas veces son amigos o parientes. Además les proporcionan automóvil, chofer, secretario técnico, teléfono celular, vales de despensa, etc.

Mañosamente, existen servidores públicos que controlan grupos de presión política, a los cuales azuzan para exigir prebendas a costa de dañar a la población o a la naturaleza de las ciudades, etc., parte de las cuales pasan a los bolsillos los mismos azuzadores. Otros promueven la creación de empresas privadas que ganan los contratos licitados, o promueven empresas públicas que poco a poco lanzan a la quiebra para comprarlas, a través de terceros, a precios de remate.

En el campo ambiental los funcionarios también pueden hacer lo contrario a lo que ordena la ley. Resulta común conceder autorizaciones, a cambio de prebendas, para construir megaproyectos en áreas que debían ser protegidas, o autorizar la siembra de semillas modificadas genéticamente en los centros de origen de las mismas, lo que va contra los principios básicos de las ciencias biológicas y ecológicas. Y, sin embargo, no reciben penalización alguna, pero si los bonos de las compañías que los sobornan.

Independientemente que actitudes así debían ser sancionadas legalmente, el problema equivale a jugar un partido de futbol, basquetbol, natación, etc. donde el árbitro determina o maneja las reglas a su libre albedrío, a favor del mejor postor, para obtener beneficios: así el jugador más honesto jamás ganará, y los competidores tramposos junto con el árbitro, serán los ganadores: se generan un juego de ganar-perder para los competidores honestos, y a la larga de perder-perder para la población.

La razón de lo anterior es que los recursos extraídos de los flujos orientados a la creación de infraestructura, de empleos o la mejora del ingreso de la población, tiende a ser utilizada con fines suntuarios, en ocasiones incluso, estos recursos se trasladan a otros países. En un ciclo así el desarrollo se encuentra obstaculizado, pues se conforman mafias que se protegen entre sí, y por lo tanto, se aseguran que en el futuro nada les sucederá, y lo mejor de todo, que continuarán enchufados a la ubre del poder y del dinero que se maneja para impulsar el desarrollo, que a la larga se convierte en un proceso creador de desigualdades, desordenes e inarmonía sociales”.    

--Ji, ji, ji, eso es lo mío, a mí me gusta que las cosas sucedan así, ¿sabes dónde me puedo inscribir para estar en la lista de los beneficiados?, brincaba Brujilda de alegría.
--Ya párale a tu carro, le reclamó la Catrina, yo lo que quiero es hacerle otra pregunta a la tableta.

12. LA TECNOLOGÍA Y EL DESARROLLO

--Mi pregunta es: ¿la tecnología genera desarrollo?, dijo la Catrina haciendo una breve pausa:
--Pero antes quiero jugar un poquito con esta tableta, vamos a ver...
--Con cuidado, que aunque parezco un “producto electrónico”, soy un “ser biológico”, y tus piquetes sí que duelen, gritó el profesor-digital.
--Mira lo que salió, intervino Brujilda, esta página dice que:
--“La región es el “objeto/sujeto” de estudio de la Ciencia Regional. Con respecto al desarrollo tecnológico, las regiones son “fábricas bioculturales” complejas productoras de recursos naturales como el agua, el aire, el suelo, la flora, la fauna; y también de los recursos socioculturales como el lenguaje, la alimentación, la música, etc. En su aspecto práctico, una región es una porción de la superficie terrestre delimitada naturalmente (por su clima, flora y fauna, suelos, etcétera), y/o artificialmente (por sus relaciones sociales, étnicas o de su economía). Es decir, existen “regiones naturales” y “regiones sociales”.

Algunas regiones naturales con que contamos hoy en día son las cuencas hidrológicas, el bosque de coníferas y encinos, bosque de montaña, pastizal, matorral, chaparral, sabana, selva seca, selva húmeda, suelos salinosos, la región marina y otras, las cuales han venido evolucionando a través de los cambios climáticos y geológicos que vive la Tierra.

Las “regiones sociales” resultan de la delimitación territorial y temporal de la interacción económico-social y cultural de la diversidad humana y ecológica, cuyo propósito es asegurar el bienestar y la reproducción de la vida en general; y en términos prácticos son aglomerados territoriales de ciudades, localidades, asentamientos humanos diversos ligados a extensiones del territorio que facilitan la obtención de las mercancías y recursos naturales necesarios para la sobrevivencia. Son sistemas complejos cuyas estructuras políticas, económicas, sociales, ambientales y culturales interactúan entre sí y con otras regiones, para facilitar su autoregulación, autoorganización y adaptación a las condiciones territoriales cambiantes a que están sometidas todo el tiempo.

La visión de región en la Ciencia Regional ha variado desde el siglo XIX: ha sido interpretada por diversos paradigmas derivados de la sistematización de la interrelación de las Ciencias Sociales y las Ciencias de la Tierra, en cuyos enfoques se ha dado prioridad a los factores económicos y geográficos. Pero las regiones, desde el Siglo XVIII, también han sido estructuradas por las revoluciones tecnológicas en combinación con los factores clásicos del análisis regional, como la intervención de los gobiernos en la dotación de infraestructura terrestre, aérea y fluvial, la economía a través de la creación de empresas, etc., pero en consonancia con la intermediación de la “racionalidad social” de cada época”.

--Órale, ya párale a tu camión, interrumpió la lectura Brujilda, pero Doña Muerte replicó:
--Permíteme, yo si quiero saber eso de la racionalidad, a ver, a ver, dijo mirando el acceso a la página de su interés, la cual decía:

--“La racionalidad es la actitud para tomar decisiones y actuar de acuerdo con la razón, y no solo por los impulsos, y en términos sociales, puede conceptualizarse como el lenguaje con que la sociedad consuma sus decisiones. Desde el siglo XVIII hasta la actualidad, las “regiones de economía de mercado” han sido concebidas y conducidas a través de la conjugación de diversas racionalidades, cuyo propósito es mostrar que sus principios son los correctos para la toma de decisiones en la región, porque entienden y propician lo que es conveniente socialmente.

En este proceso han destacado: 1) la racionalidad religioso-militar-institucional, cuya intención es mostrar que las sociedades funcionan adecuadamente si se organizan jerárquicamente, sometidas a un poder militar, civil o religioso, que es el que entiende y propone que es lo correcto y lo incorrecto para el desarrollo social, y que incluso tiene el deber de utilizar la violencia legalizada si no hay entendimiento por parte de los subordinados acerca de su visión; 2) la racionalidad del capital, que ejemplifica que la acumulación de activos, y el rendimiento económico-financiero que esto proporciona, son lo adecuado para la sociedad; y 3) la racionalidad depredadora, que se manifiesta a través de la apropiación y destrucción sin control ni regulación de los recursos naturales y humanos, como algo “natural” en el quehacer social.

Otras lógicas emergentes en la región son: 4) la racionalidad sustentable-biocultural, que ha surgido en oposición a la depredación, y que pretende revelar que la sociedad debe desarrollarse en base a los conocimientos culturales de las sociedades de la región, y a la no depredación de los recursos naturales, y que en los 80’s del siglo XX se consideró un paradigma revolucionario que busca frenar la degradación ambiental generada por la actividad humana. En las regiones modernas también existen: 5) la racionalidad técnico-científica, esmerada en mostrar que las sociedades funcionan mejor si se organizan en base al conocimiento, pues considera que éste, junto con las ideas y la innovación, son la principal fuente de prosperidad económica; y con incipiente relevancia 6) la racionalidad  igualitario-comunitaria, que pretende lograr el bienestar, el desarrollo humano y la felicidad social eliminando las desigualdades sociales.

Es posible analizar las características esenciales de la influencia del desarrollo tecnológico en las regiones de economía de mercado a través de la intervención de las racionalidades sociales mencionadas, tomando como referencia la acumulación del capital con la cual se impulsa el desarrollo tecnológico moderno, desde mediados del siglo XVIII hasta la época reciente de la segunda década del siglo XXI.

Al respecto, se entiende por capital el conjunto de activos que incrementan su valor a lo largo del tiempo. Se considera que la tasa de ahorro, que en las ciudades y regiones es llevado a cabo por las personas, familias o empresas, juega un papel fundamental en la acumulación de capital que permite expandir la capacidad de producción de la economía (Solow 1956); pero también se acepta que la acumulación de capital sucede porque en el ciclo de producción de la región las empresas invierten determinada cantidad en materias primas, salarios, maquinaria, etc. y al final del ciclo (una vez producida y vendida la mercancía), se obtiene una cantidad mayor de dinero o recursos de los invertidos (ganancia en las empresas o crecimiento económico en las regiones). Los inversionistas, o autoridades en el caso de las regiones y ciudades, deciden invertir en infraestructura de comunicaciones y transportes, agrícola, etc., y servicios (educación, salud, alimentación, internet, etc.) para empezar el próximo ciclo. De esta manera el capital personal y social invertido crece, y así se acumula. La acumulación de capital es el proceso de convertir el valor excedente en capital adicional (Sweesy 1973).

Se parte del supuesto que las racionalidades se subordinan unas a otras en el quehacer social, pero que la racionalidad que orienta el comportamiento de las regiones durante la manifestación de las modernas revoluciones tecnológicas está sustentada en el proceso permanente de acumular (infraestructura, servicios, empleos, instituciones, recursos, crecimiento económico, etc.), incluyendo el conocimiento técnico-científico, y por consiguiente, el desarrollo tecnológico.

En este proceso, la tecnología se concibe como el uso del conocimiento científico, y el conjunto de técnicas, para especificar formas de hacer cosas de un modo reproducible en las actividades económico-sociales. Cuando este conocimiento genera transformaciones radicales en el quehacer económico-social, y/o se producen  y aplican nuevos conocimientos, métodos, procesos, maquinaria, herramientas y productos en racimo, se puede hablar de desarrollo tecnológico o de una “revolución tecnológica”. La revolución tecnológica digital en la sociedad actual por ejemplo, es el equivalente a la revolución industrial (Castells, 2001a). Pero se pueden detectar otras por las que ha transitado la humanidad y sus regiones”.

--Suena interesante pero a la vez un poco sofisticado, recalcaron los duendes, quienes se encontraban recostados en el frío césped escuchando a la bruja y a la muerte dialogar.
--Tabletita, dijo la Catrina, quiero recordarte que no me has contestado mi pregunta.
--Así es, pero no me has dado la oportunidad...
--Bueno, pues hazlo, ordenó Brujilda mostrando los pocos dientes de su boca.