ASPECTOS DE FILOSOFIA DE LA CIENCIA Y SUSTENTABILIDAD

ASPECTOS DE FILOSOFIA DE LA CIENCIA Y SUSTENTABILIDAD

Ramón Rivera Espinosa
Universidad Autónoma Chapingo

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EL PROBLEMA DE LAS BANDERAS EN PSICOLOGÍA: UNA VISIÓN HERMENÉUTICA-DIALÉCTICA

Miranda Rodríguez Rubén Andrés
Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, UNAM
Resumen

Se puede decir que el objeto de estudio de la psicología es el ser humano con gran influencia de la interacción con su entorno, por lo tanto, son múltiples los factores que influyen en la psique de las personas, desde un daño cerebral hasta un cambio de pensamiento debido a la persuasión de un discurso lógico bien elaborado.
Así como existen miles de factores biológicos y socio-ambientales que determinan la variabilidad de formas de pensar y actuar, existen muchos enfoques que tratan de dar una explicación a estas influencias. El problema que se puede encontrar en estos enfoques explicativos es que la mayoría tiende a rechazar teóricamente la perspectiva del otro, ya que no la considera verdadera o válida. Se puede interpretar que en ocasiones los enfoques de la psicología, agarran la bandera con su nombre para identificarse de algún modo y entrar en batalla con los que posean otra bandera, olvidando lo que son, enfoques de la psicología.

Este ensayo trata de hacer una crítica, desde una visión basada en la hermenéutica y la dialéctica –y haciendo una analogía con el uso de las banderas-, al absolutismo de algunos marcos explicativos de la psicología.

Resume

One can say that the object of study of psychology is the human being heavily influenced by the interaction with their environment, thus multiple factors influencing the psyche of people, from brain damage to a change thought due to the persuasion of a logical well-crafted speech.
Just as there are thousands of biological and socio-environmental factors that determine the variability of ways of thinking and acting, there are many approaches that try to give an explanation to these influences. The problem can be found in these explanatory approaches is that most theoretically tends to reject the perspective of the other, since you have not considered true or valid. It can be interpreted that sometimes approaches of psychology, grab the flag with his name to identify themselves in some way and go into battle with holding another flag, forgetting those things which are approaches to psychology.

This essay is a critique, from a vision based on hermeneutics and dialectic-and making an analogy with the use of FLAGS-, the absolutism of some explanatory frameworks of psychology.

Introducción

Las banderas y los enfoques          

            Para entender mejor la analogía de los enfoques con los grupos que utilizan banderas, es necesario remitirse al origen de estos símbolos muy utilizados a lo largo de la historia. Las banderas tienen su origen en el sureste asiático, más concretamente en la actual Birmania. Pero la primera bandera documentada históricamente se puede encontrar en el Imperio Persa. Durante la Dinastía Aqueménida (550–330 a.C.), se utilizó ininterrumpidamente la bandera Derafsh Kaviani como símbolo identificativo del imperio. Posteriormente, comenzaron a crearse múltiples banderas diferentes, las cuales tenían varios propósitos; como la identificación de las diferentes clases sociales, el símbolo de religiones, ciudades e imperios, pero sobretodo comenzaron a tener importancia en los campos de batalla, en los momentos de guerra. Las banderas se utilizaban para identificar a las distintas unidades facilitando las estrategias de combate (Campos, 2006).

            Actualmente, las banderas se utilizan con el objetivo de darle un símbolo a un grupo determinado de personas que tienen un fin común. El uso de estos objetos ha tenido muchas ventajas, la mayoría relacionadas con la identidad de un individuo con un grupo y viceversa. Las banderas son utilizadas para identificar naciones, grandes organizaciones, equipos deportivos e incluso para distinguir grupos culturalmente definidos por la lucha de algún derecho o de su libertad de expresión. Sin duda alguna la bandera es una herramienta eficaz para generar identidad.

Las desventajas que tiene la ocupación de las banderas se pueden ver en el momento de la interacción de grupos diferentes que tienen el mismo fin. Estos grupos, integrados por individuos que se identifican uno con el otro, tienden a caer en la competición, debido a que tienen un mismo objetivo, pero el método o camino que utilizan es diferente: la competencia entra en ver quién es mejor o quién tiene el mejor método.

En las épocas de la lucha entre el Carlismo y el Liberalismo, tras la muerte de Fernando VII, hubo una lucha incesante por obtener el trono de España, liberales y Carlistas lucharon sin parar en una contienda bélica que dejó más de 23 000 muertos. El general Cabrera -comandante principal del ejército de Carlos V- mandaba a matar a todo liberal que se cruzara en el camino de los carlistas. Una de las maneras principales de identificar al enemigo, era a través de las banderas que cada ejército poseía. Cada grupo militar, agarraba su bandera y causaba terror en el contrario con el fin de obtener el poder y la simpatía del pueblo. Concebían una visión maquiavélica (Fernández, 1987).

Incluso esta lucha de poderes se puede ver en los equipos deportivos, ya que tienen el objetivo de alcanzar el campeonato, cada uno tiene sus banderas que los identifican y que fungen como símbolos para que la gente distinga con quién debe afiliarse y quién es la competencia, es decir, a quién hay que derrotar. La gente fanática tiende a escoger un equipo dependiendo de qué tanto se relaciona éste con sus experiencias, gustos, creencias, conocimientos, etc. Una persona, una vez afiliada a un equipo, defiende su bandera con tal de demostrar que el suyo es el mejor, y para ello, necesita atacar al que esté afiliado a uno diferente, y los símbolos son la mejor manera de distinguir quién es el compañero y quién es el enemigo. Los partidos políticos también pueden mencionarse como ejemplos para estas descripciones.

Cabe mencionar que la bandera es uno de los símbolos más representativos en este tipo de contextos. En lo que respecta al contexto de la psicología, no existen banderas, pero pueden usarse como una analogía muy buena para describir la competencia entre los distintos enfoques que tratan de explicar la psique de los individuos y las sociedades.
Al cursar la carrera de psicología, me he dado cuenta de la diversidad de perspectivas teóricas que a lo largo de la historia han explicado el comportamiento, las relaciones humanas, los pensamientos, las emociones, etc.

También a lo largo de los años se puede ver cómo un enfoque surge prácticamente a partir de la crítica y/o la refutación a otro ya existente. Sin duda alguna, esto es algo que beneficia a la psicología desde un punto de vista dialéctico. Desde Platón, la dialéctica misma se basa en el amor al conocimiento, en el deseo por saber más acerca de la vida y el mundo, y la mejor manera de obtener más conocimiento es a través de un método crítico; un método dialéctico (Xirau, 2008). El verdadero problema radica cuando esta crítica se vuelve extrema, y el objetivo ya no es el amor al conocimiento, sino el atacar a aquél que piense diferente. El pensamiento propio se vuelve absolutista y hermético, contradice la base filosófica de su existencia.
Profesores con un enfoque definido, que enseñan sobre psicología en diferentes especialidades, se refieren a otros enfoques de una manera despectiva, de una manera que consiguen que los alumnos se refieran a estos otros enfoques como inútiles, insuficientes o incluso inválidos para la época. Los docentes que hacen esto, coinciden con la concepción hermenéutica conservadora a la que se refería Gallagher (1999), sobre que en cada interpretación están plasmados los valores, las creencias y hasta los prejuicios del interpretador, por mucho que su postura sea lo más neutra y profesional. Por lo tanto, es completamente antipedagógico transmitirle al alumnado un punto de vista cerrado, que es hermenéuticamente irrelevante y que desecha todo amor al conocimiento.

Es evidente cómo algunos teóricos critican a otros, no de una manera progresiva o constructiva, sino de una forma despectiva. Ahora bien, para dar a entender este punto de vista, me basaré en dos posturas filosóficas: la hermenéutica y la dialéctica, que son muy importantes para entender a la psicología y sus argumentos.

Hermenéutica y dialéctica

            Siempre es importante dar a entender de la forma más clara todo aquello que se trata de explicar, para establecer una mejor comunicación, es decir, que el mensaje se transmita de la mejor manera. Por ello parece pertinente dar una breve explicación de a qué se refieren estas dos posturas filosóficas y para qué unirlas. Para entender los orígenes de estas dos corrientes, que no están tan separadas, hay que retomar a Platón y a Aristóteles.

A pesar de que en Sócrates se entiende el sentido original de la palabra dialéctica, es decir, el diálogo, Platón (428-347) le da un sentido más amplio a este término. ‘’Para Platón la dialéctica consistirá en todo género de método que conduzca al conocimiento de la verdad y del ser’’ (Xirau, 2008, p. 55). Pero para poder llegar a la verdad, según Platón, hay que tener una gran capacidad para detectar el error. Por lo tanto, la base de la dialéctica se puede ver en la crítica y en el entendimiento de que nada es absoluto per se, sino que todo está en constante cambio; en constante dinamismo. Pero la dialéctica no se queda en eso, desde una visión platónica, la dialéctica misma es el motor de la filosofía y cualquiera de las ciencias, puesto que se caracteriza por un incesante deseo por obtener conocimiento, por amor a la vida y al enriquecimiento del espíritu.

El amor es la fuerza dialéctica. En su base se halla una contradicción intrínseca que aspira constantemente a superar. Mediante su esfuerzo, eleva las formas inferiores a las formas superiores de la existencia, lo que tiene menos ser y menos valor a lo que, en la plenitud del ser, halla la plena perfección (Xirau, 1942, p. 12).

            En el trasfondo de sus diálogos, Platón cree que la finalidad de la dialéctica consiste en alcanzar esa perfección del espíritu que lleva al mundo de las ideas1 , a un mundo gobernado por un Dios supremo, y en el que existe todo lo maravilloso. Hoy en día, podemos comprender que la finalidad de la dialéctica no se encuentra en alcanzar ese objetivo, sino que se halla en su devenir; podemos ver que la finalidad de la dialéctica se encuentra en el proceso mismo de su existencia, proceso constante e infinito que le da sentido a todo conocimiento sobre el mundo.
Siguiendo con Platón, en sus diálogos Ion y Epinomis menciona al hermeneuta como intérprete, traductor y exégeta2 de poemas como los homéricos, donde se depositaba mucho de la religión de aquél entonces (Ferraris, 2002).

Así como fue Platón quien le dio un sentido mejorado a la dialéctica a pesar de que en Sócrates se ven los orígenes, en Platón se pueden ver los orígenes de la hermenéutica, pero fue Aristóteles (384-322) quien, en su Peri hermeneias, le dio una relevancia significativa para la filosofía y posteriormente para otras disciplinas, en especial la psicología. Aunque cabe destacar que Aristóteles le dio relevancia más en la idea que en el nombre, pues rescató la analogía y la interpretación como herramientas fundamentales para llegar a una mejor explicación de los fenómenos (Beuchot, 2008).

Mauricio Beuchot (2008), investigador del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, apoyándose de la historia, da una definición muy precisa e íntegra acerca de en qué consiste la hermenéutica:
[,,,] la hermenéutica es la disciplina de la interpretación, pues bien, ella puede tomarse como arte y como ciencia, arte y ciencia de interpretar textos. La interpretación es la comprensión, vista aquí, heideggerianamente, como un proceso, no como un acto instantáneo y definitivo, sino que va profundizando sucesivamente en lo que interpreta. La misma noción de texto ha cambiado mucho. Los textos no son sólo escritos, como ha sido lo usual, los hablados –en los que ha insistido Gadamer-, los actuados –las acciones significativas de Ricoeur- y aun de otros tipos […] van, pues, más allá de la palabra y el enunciado (p. 33).

Con base en esta perspectiva, se puede decir que la hermenéutica está presente en todo tipo de situaciones que requieran compresión entre individuos o individuos con objetos y abstracciones. Incluso puede entenderse como un proceso cognoscitivo que requiere de ciertos parámetros para poder llevarse a cabo, entre ellos, el análisis. Para dar una interpretación, ya sea a un fenómeno, un texto o el discurso de una persona, tiene que haber un análisis, el problema radica cuando el analista tiene algún pre-juicio de lo que está interpretando. En el caso de la psicología, muchos teóricos interpretan obras o enfoques ya sea desde un sentido despectivo hasta un sentido alegórico; ambas interpretaciones evidentemente antagónicas, resultan perjudiciales para la psicología como un proceso dialéctico. Lo peor es que en muchas ocasiones, y sobre todo en esta era posmoderna, cualquier interpretación se toma como válida.

Interpretaciones con bandera en mano: hermenéutica univocista y hermenéutica equivocista

En psicología, como en muchas otras disciplinas, hay una enorme diversidad de enfoques que tratan de explicar al ser humano desde su respectivo punto de vista. Existen corrientes cuantitativas, cualitativas y, últimamente, algunas corrientes que opinan que la mejor opción es trabajar de forma mixta combinando estos dos paradigmas. Por lo tanto, es evidente la variedad de puntos de vista y opiniones diferentes con los que un estudiante se puede enconrtrar a lo largo de toda su carrera. En mi opinión, cada estudiante se hace partidario de un enfoque -o no- según sus experiencias, es decir, según los profesores más significativos con los que tuvo oportunidad de interactuar, según los libros que leyó, incluso dependiendo de su filosofía de vida. Hasta aquí todo es excelente, ya que diferentes puntos de vista pueden ayudar a construir caminos nuevos que permitan avanzar a la disciplina. Lo difícil se manifiesta cuando estos diferentes puntos de vista no se quieren ayudar, y parece que se odian.

Un ejemplo hipotético: como en muchas preparatorias que tienen diferentes grupos determinados por la moda que los rige, parece que los enfoques de la psicología se agrupan de ese modo. Los psicoanalistas mencionan que los humanistas no quieren aceptar la oscura realidad del individuo. Los humanistas dicen que los conductistas ven al ser humano como una máquina. Los conductistas creen que los sistémicos ni siquiera son psicología y no deben de existir en el campo. Los sistémicos dicen que los psicoanalistas están obsesionados con el sexo y que tardan demasiado en sus terapias. Esto se convierte en un ciclo que lo único que logra es detener a la psicología como un proceso dialéctico, ya que los enfoques se encargan de defender su bandera, y no tienen tiempo para obtener mayor conocimiento. Sólo se dedican a interpretar con bandera en mano; ya sea a ellos mismos -en un sentido alegórico-equivocista- o a los otros -en un sentido radical-univocista-.

            La hermenéutica univocista, o hermenéutica positivista en palabras de Beuchot (2008), consiste en la utilización de expresiones e interpretaciones en un sentido igual para absolutamente todos sus referentes, de modo que probablemente se pueda llegar a la unicidad de comprensión, es decir, sólo habrá una única interpretación válida, por lo que otro tipo de interpretación será rechazada. Esto pasa con muchos teóricos de la psicología que no son receptivos con otro tipo de interpretación que sea diferente al suyo; por ello rechazan otros enfoques. Se crean la realidad de que su enfoque -su interpretación de la realidad psíquica del hombre- es el único válido.

            La hermenéutica equivocista, o hermenéutica romántica en palabras de Ricoeur (1971), se trata de la interpretación completamente irrefutable y sin objetividad. El intérprete sólo se encarga de reproducir y recrear los significados del texto, discurso o enfoque que esté conociendo sin alguna postura crítica. Sólo existe una postura alegórica que distorsionará su subjetividad, por lo tanto, todas las interpretaciones a partir del enfoque que lo haya atrapado, le resultarán válidas. Aquí se puede hacer referencia a los alumnos o cualquier discípulo que esté escuchando o leyendo a algún teórico que mire su enfoque desde una postura univocista y que tenga mucha capacidad de persuasión. Sin duda alguna el alumno interpretará tal enfoque como el mejor de todos, incluso como el único válido por encima de todos los demás. Se afiliará y se convertirá en un defensor más de la bandera.

            En la hermenéutica, tanto el equivocismo como el univocismo son referentes que deterioran todo proceso dialéctico, ya que la dialéctica no considera posturas absolutas. De acuerdo con Adorno (1986), sólo aquello que tenga una visión crítica, refutable y dialéctica como tal, tiene que ser aquello que se considere verdadero, puesto que determina un avance del conocimiento. El problema de las banderas se da cuando esta visión es más que crítica, llega a ser incluso una visión despectiva de otro punto de vista. Tal vez esto se dé porque ni siquiera se conoce la definición del motor de la dialéctica. Se critica, pero no se sabe qué es la crítica.

¿Qué es la crítica?

En 1978, Michel Foucault pronunció una conferencia titulada ¿Qué es la crítica?, la cual, posteriormente fue transcrita y publicada en la Revista de Filosofía (1995). En esta conferencia, Foucault trata de explicar las condiciones históricas por las cuales, el concepto de crítica prácticamente se ha ido tergiversando de una manera que en estos tiempos cualquier discurso sobre algo puede ser considerado como crítica.
Foucault (1995), describe que a lo largo de la historia, la crítica se ha convertido en jurídica y hasta bíblica debido a las falsas interpretaciones de algunos teóricos. Interpretaciones influenciadas por el poder de una persona o grupos hegemónicos –como el gobierno o la iglesia-, los cuales, determinan a las comunidades lo bueno y lo malo; lo correcto y lo incorrecto; lo normal y lo anormal, todo con ayuda de la legislación. El mismo Foucault (1979), en su libro denominado Microfísica del poder, menciona que las leyes son las que denominan todo lo bueno y todo lo malo, lo cual ayuda a grupos políticos a imponer su poder. Influyen de una manera que las interpretaciones de realidad de la gente se convierten en algo univocista, puesto que interpretan todo únicamente a partir de lo que dictan estos grupos poderosos. Las personas ya no se vuelven capaces de ser críticos, aunque sí creen que son capaces de criticar.

Para darse a entender, Foucault (1995) retoma los escritos de Kant sobre el Aufklärung, que es lo más acercado a lo que intenta describir como el verdadero concepto que debemos de entender acerca de la crítica.

[…] la crítica es el movimiento por el cual el sujeto se atribuye el derecho de interrogar a la verdad acerca de sus efectos de poder, y al poder acerca de sus discursos de verdad; pues bien, la crítica será el arte de la in-servidumbre voluntaria. La crítica tendría esencialmente por función la desujeción en el juego de lo que se podría denominar, con pocas palabras, la política de la verdad (p.8).

            Por lo tanto, el concepto de crítica se tiene que comprender como un proceso de no sentirse gobernado en absoluto, puesto que se es capaz de cuestionar lo supuestamente establecido. Foucault (1995), trata de transmitir el mansaje de que toda construcción social puede ser modificada si se entiende esta concepción de la crítica, ya que ninguna concepción política de la verdad es infinita. Si fue creada por seres humanos, puede ser modificada o eliminada por seres humanos.
            Algo que es fundamental comprender, es que esta visión de la crítica no consiste sólo en interrogar por interrogar, sino que se interroga, se cuestiona o se refuta con un sentido de modificación pertinente para la ocasión y que busca el beneficio del criticado. Retomando la visión dialéctica de Platón, por amor y deseo de obtener más y mejores elementos, es por lo que se hacen críticas; por ello que la mejor manera de trascender emocional e intelectualmente es cuestionándose uno mismo.

La crítica es algo por lo que se debe de agradecer, no algo por lo que se deba pelear. Dicho en otras palabras, si no es para el beneficio del criticado, no puede ser considerado como crítica.
            Si en ocasiones no se pueden encontrar avances significativos en los estudios de la psicología, es porque la manera de utilizar las banderas de cada enfoque es para cuestionar por el simple hecho de perjudicar a los demás enfoques que conlleven epistemologías diferentes. Una manera más de imponer el poder a través de un saber mal utilizado.

            Como en muchas contiendas bélicas –con fines de guerra-, se pelea demasiado con el contrincante sin mirar hacia las necesidades de uno mismo, o las posibles consecuencias que esto pueda causar. Se habla de otros enfoques con una supuesta visión crítica, que realmente es una visión despectiva. Todo manifestado gracias a la imposición de poder de muchos grupos hegemónicos que tratan de dictaminar supuestas verdades absolutas que son más bien políticas de la verdad. Imposiciones de la verdad.

La psicología tiene que cambiar su visión y no olvidar a la filosofía como una base fundamental que la da sentido a su existencia. Esa idea –aparentemente obsesiva- de hacerla científica, ha detenido mucho a esta disciplina, debido a que la ciencia sólo es una manera más de interpretar la realidad, y la psicología, que trabaja con múltiples seres humanos con culturas completamente diferentes, no puede cerrarse a estudiarlos desde una sola interpretación de la realidad. La ciencia también es una construcción social, por lo tanto no es algo establecido que rige todo en el mundo. Como lo decía Adorno (1986), la ciencia y las matemáticas son verdades absolutas dentro de sus parámetros, pero sólo así; y estos parámetros están basados en una sola interpretación de la realidad, cuando existen muchas y muy variadas que la psicología no puede ignorar.

No trato de decir que la psicología científica es la principal culpable del problema de las banderas, sino que el verdadero problema está en aquéllos teóricos que la consideran como lo absoluto e irrefutable. La psicología no es absoluta, la psicología es dialéctica. Por lo tanto, la hermenéutica también considero que debe fungir como una base filosófica primordial, ya que la dialéctica es mejor entendida a través de un uso correcto de la interpretación. Es decir, para mí, una hermenéutica-dialéctica es una concepción filosófica pertinente para la trascendencia de la psicología.

Importancia de la hermenéutica y la dialéctica para la psicología

La psicología, entendida desde una perspectiva diferente a la científica, puede llegar a tener tanta validez como toda ciencia natural. Es posible que la sociedad crea en la psicología de la misma forma que ya cree en la química, en la física o en la biología. No se puede descartar la posibilidad de que la gente llegue a creer en las palabras de un psicólogo con la misma seriedad que cree en las palabras de un médico. Toda disciplina social, parece que se ha obsesionado en las últimas décadas por ser ciencias duras, y no por una razón ideológica de ayuda a la humanidad, sino por la simple razón de recibir el mismo reconocimiento mundial que los paradigmas basados en la naturaleza material del universo. A mí parecer, esto ha sido un gran error.

La validez universal (la verdad) de la comprensión consensuada, como imprescindible ideal de nuestra civilización, puede muy bien servir para una sociedad que se proponga una teoría revolucionaria capaz de mostrar un camino que la sociedad pueda recorrer hacia condiciones progresivamente liberadas de los obstáculos del consenso racional (Bauman, 2007, p. 236).

            Esta visión de Bauman (2007), desde una visión hermenéutica muy adecuada, se refiere al entendimiento de que existen otros criterios sobre la verdad diferentes a los ya reconocidos. Históricamente, se apoya de lo que llegaron a aportar hombres como Marx, Weber, Husser y Heidegger acerca del uso de la comprensión –o interpretación- humana como algo importante para la trascendencia de la sociedad. Y es que, en muchas ocasiones se le cree más a lo que dice la ciencia, que lo que dice la gente misma. En esta psicología positivista contemporánea, se le da más validez a lo que dicen los números y las estadísticas que a lo que dice el sentido común de la gente, cuando es el sentido común lo que los psicólogos debemos atender, puesto que es lo que realmente sale de la psicología de las personas.

            La interpretación, o la comprensión, en palabras de Bauman (2007), es una herramienta fundamental para darle ese poder a las disciplinas que no obedecen una lógica positivista y que han perdido criterio a lo largo de los años debido a las influencias sobresalientes de una psicología científica basada en la conducta. Si se maneja esta posición hermenéutica-dialéctica, es probable que se amplíe la visión de la psicología y la visión hacia otras corrientes no sea tan hermética como para que un alumno lo perciba y haga un ensayo usando la analogía de las banderas y su uso cotidiano.
Por muchas cosas, la psicología no debe perder esa visión dialéctica que aparece en todo tipo de disciplina, y más, en disciplinas que atienden a la sociedad.

De acuerdo con Rojas-Soriano (1991), para hacer investigación debemos entender el proceso dialéctico de la realidad, es decir, debemos comprender que la realidad es cambiante, y que lo que mostramos en un momento con lógica y validez, tal vez en unos años ya no será verídico, y menos si estamos hablando de seres humanos. Un paradigma puede explicar un fenómeno relacionado con las acciones de las personas, pero éste no llegará para quedarse, sino que, dependiendo de las condiciones y las necesidades de la sociedad, va a cambiar o va a ser reemplazado. Ningún paradigma es absoluto e inmodificable.

Con base en este criterio, es como la interpretación tiene que estar presente en los fenómenos sociales de cualquier tipo, debido a los cambios ocurridos a lo largo de la historia y el proceso dialéctico de la ciencia y otras disciplinas. Pero, como ya se ha mencionado, esta interpretación no puede ser a partir de un univocismo o de un equivocismo. Sugiero una visión hermenéutica-dialéctica para conocer y compartir conocimiento.

Hacia una filosofía hermenéutica-dialéctica para la psicología

            Hay muchos teóricos, como el ya mencionado Beuchot (2008), que tratan de darle un sentido diferente a la hermenéutica. Él propone una corrección de las hermenéuticas univocista y equivocista, y busca la creación de una hermenéutica analógica. Desde su punto de vista, la visión analógica permite respetar las diferencias entre los elementos de la interpretación, puesto que esta interpretación se manifiesta a través de cómo uno ve al interpretado desde la propia perspectiva, pero tratando de comprenderlo viendo lo que él ve. Es una manera de convertirse en el interpretado sin dejar de ser el interpretador. De ahí que Beuchot (2008) menciona que además de respetar las diferencias se convierte en una forma de privilegiar a aquél que sea interpretado, ya sea la personalidad de un individuo, un libro, o un enfoque de la psicología.
            Ahora bien, en un principio mencionaba que la visión dialéctica se tenía que concebir a través de la comprensión platónica del amor, el cual consiste en el deseo de obtener más y no sentirse satisfecho con lo que se tiene. Si se comprende esta visión dialéctica platónica y la visión hermenéutica que sugiere Beuchot (2008), es muy recomendable proponer una visión hermenéutica-dialéctica de la psicología para abolir el problema de las interpretaciones con bandera en mano.   
            No propongo la solución al problema en la psicología eliminando la distinción entre enfoques y desechando las banderas, sino conservarlas, pero cambiando la visión hacia los otros enfoques, puesto que, desde una visión la Kuhn (1971) sobre los paradigmas, prácticamente uno surge a partir del otro según las condiciones sociales y ambientales que se vayan manifestando. Propongo una solución a partir de cómo se ve al otro enfoque -pero sobre todo cómo se ve al propio-, viéndolo con una hermenéutica analógica y sin olvidar la concepción dialéctica.
            A lo largo de la historia de la psicología, los alumnos ya no se interesan en la filosofía, puesto que ya no la ven relevante. Pero si se erradicara esta idea, que a mi parecer es errónea, y se comprendiera que la psicología es un proceso dialéctico en esencia, cada teórico, docente, investigador o alumno que identifique su enfoque de preferencia, no tiene por qué ver a las otras corrientes de una manera despectiva. Lo más probable es que busque primero qué criticar en su enfoque de preferencia. Ya que la crítica le será un elemento de amor al conocimiento y no un arma para erradicar con el otro. Al momento de criticar al otro, lo más probable es que lo haga por beneficiarlo, no por perjudicarlo.
            Ésta no es más que una visión humilde de un alumno de psicología que no intenta criticar a la carrera y a los enfoques sólo por perjudicar, sino por amor a la disciplina y porque cree que es una carrera tan enriquecedora -filosófica y científicamente- para la humanidad, que merece tener el privilegio de ser criticada.

Referencias

Adorno, T. (1986). Sobre la metacrítica de la teoría del conocimiento. Venezuela:           Monte Ávila Editores.
Bauman, Z. (2007). La hermenéutica y las ciencias sociales. Buenos Aires: Nueva           Visión.
Beuchot, M. (2008). Perfiles esenciales de la hermenéutica. México: Fondo de    Cultura Económica.
Campos, I. (2006). Los inicios de la dinastía Arqueménida y la formación del       imperio Persa. Revista iberoamericana de historia, (1) pp. 19-28.
Fernández, A. (1987). Psicología del terrorismo: agresividad y violencia. Madrid:           Editorial Salvat.
Ferraris, M. (2002). Historia de la hermenéutica. México: Siglo XXI
Foucault, M. (1979). Microfísica do poder. Madrid: Las ediciones de La Piqueta.
Foucault, M. (1995). ¿Qué es la crítica? Revista de Filosofía, (11) pp. 5-25.
Gallagher, S. (1999). Director: Honors Seminar on Hermeneutics. USA: Canisius           College
Khun, T. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. México: FCE,        breviario.
Ricoeur, P. (1971). Estructura, palabra, acontecimiento. En varios autores.           Estructuralismo y lingüística. Buenos Aires: Nueva Visión.
Rojas, R. (1991). Métodos de investigación social. Una interpretación dialéctica. México: Editorial Folios.
Xirau, J. (1942). Amor y mundo.       México: El colegio de México.
Xirau, R. (2008). Introducción

1 Cabe destacar que para Platón, el concepto de idea no se refería a como la conocemos ahora, consistía en la esencia misma del ser, es decir, a la finalidad de todo ser humano, donde se encontraba su perfección que tenía desde antes de su nacimiento, y que iba olvidando a lo largo de sus experiencias, a lo que le llamó reminiscencia (Xirau, 2008).

2 Un exégeta se caracteriza por ser intérprete de textos en su totalidad, sobre todo se hace referencia con este concepto a aquellos que interpretaban la biblia o cualquier otro texto religioso (Ferraris, 2002).