EL CAMBIO TÉCNICO Y LA INNOVACIÓN: UNA APROXIMACIÓN PARA SECTOR MANUFACTURERO COLOMBIANO 1990-2010

EL CAMBIO TÉCNICO Y LA INNOVACIÓN: UNA APROXIMACIÓN PARA SECTOR MANUFACTURERO COLOMBIANO 1990-2010

Julio Cesar Caro Moreno
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

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CAPITULO I

CAMBIO TECNICO E INNOVACIÓN EN EL SECTOR INDUSTRIAL: UNA MIRADA DESDE EL ENFOQUE EVOLUCIONISTA

El cambio técnico se puede entender como la inclusión de modificaciones en las actividades de transformación o, lo que es lo mismo, en el conjunto de información tecnológica que las sustenta. La base de conocimientos en que se apoyan estos progresos, por su parte, se alimenta de las actividades de búsqueda e investigación realizadas formal o informalmente por la industria y del aprendizaje que se deriva de la práctica productiva; es por esto que en el presente capítulo se desarrollará una revisión general de la teoría evolucionista y su planteamiento de  cambio técnico e innovación.

Teoría evolucionista, cambio técnico e innovación

La teoría evolucionista, se deriva de conceptos y supuestos de la evolución bilógica 1; en economía el evolucionismo es un  planteamiento asociado a los fenómenos socioeconómicos y analiza la evolución de las instituciones 2 y el sistema económico, que se ha desarrollado bajo algunos de los enfoques teóricos clásicos, neoclásica y en la actualidad se asocia a la heterodoxia,  que plantea la economía como una actividad dinámica, basada en el cambio técnico.

Elster, por su parte, retoma los planteamientos  evolucionistas, tanto desde la biología como desde la economía y, sostiene que estos autores parten de observar una conducta instrumental que es propia de ciertos seres vivos. Esta conducta está mediada por la existencia y uso de ciertas herramientas que definen un perfil de la relación entre los animales, las herramientas y otros animales.

En esta relación es posible identificar conductas o comportamientos que permiten el uso y fabricación de las herramientas y la utilización de herramientas para fabricar otras herramientas, haciendo que la relación entre el individuo y la herramienta ya no sea solamente instrumental (Elster 2000). Este autor sugiere que los posibles cambios que se le han de aplicar a una herramienta, pueden ser el resultado de la necesidad, la intencionalidad o el discernimiento. Para poder aplicar un cambio a una herramienta, debe existir un referente de comparación que puede ser otra herramienta, pero esto implica que debe existir un parámetro de comparación y por tanto unos criterios para formar este parámetro (Elster 2000).

De acuerdo a lo anterior, se puede plantear que el objetivo de la economía evolucionista3   se enmarca en el estudio del cambio dinámico de una variable, un grupo de ellas o de la economía en general al pasar del tiempo; reconociendo un proceso continuo de creación y destrucción  de los procesos productivos 4 y por ende, del crecimiento económico, ya que la metáfora evolutiva es un instrumento eficaz para explicar la historia del cambio técnico (Basalla 1991)

Entre tanto,  en el análisis de la difusión de una tecnología,  bajo la analogía biológica, sí existe la posibilidad de que dos tecnologías se crucen o se combinen para dar lugar a una nueva tecnología. Las diferentes tecnología, pueden combinarse y los resultados de estas combinaciones pueden reproducirse sin límites de tipo natural, porque pareciera que en ellas todos sus componentes son modificables y sus relaciones ajustables. Esta condición se convierte en un componente dinámico del cambio tecnológico, sobre el cual se desarrollarán nuevas microinvenciones (Basall 1991).

Pero quizás, uno de los planteamientos más importantes es el de Schumpeter, que incluyo en sus explicaciones cierta visión evolucionista de la actividad económica. Aunque con diferencias respecto a Marshall, Schumpeter considera que la economía experimenta un proceso de cambio en el tiempo y señala que en la economía se producen perturbaciones que se parecen más a explosiones que a transformaciones progresivas.

Históricamente, la literatura reconoce a Schumpeter, como el primer autor en identificar el cambio tecnológico como un resultado y a su vez un determinante del desenvolvimiento económico. Este autor, planteó que el cambio tecnológico es inducido por la dinámica natural del capitalismo que se alimenta principalmente de las estructuras competitivas y la necesidad que tiene el capitalista de sostenerse en el mercado (Schumpeter 1984).  Y agrega que el desenvolvimiento económico es un fenómeno que emerge del interior de las unidades productivas y que consiste en “… alteraciones discontinuas en la manera tradicional de realizar las cosas” (Schumpeter 1976). Aquí el autor se refiere concretamente a “aquella clase de transformaciones que surgen del propio sistema, que desplazan en tal forma su punto de equilibrio que no puede alcanzarse el nuevo desde el antiguo por alteraciones infinitesimales.” (Schumpeter 1976). 

Aunque para Schumpeter, las preferencias y necesidades juegan un papel importante en la dinámica del sistema, afirma que es el  productor quien gesta los cambios económicos, creando incluso, nuevas necesidades en los consumidores. La producción resulta de un proceso de combinación de materiales y fuerzas y por lo tanto, los cambios en estas combinaciones dan como resultado nuevos productos o nuevos procesos. Estos cambios pueden materializarse en la introducción de nuevos bienes, nuevos métodos de producción, apertura de nuevos mercados, nuevas materias primas o nuevas formas organizacionales (Schumpeter 1976). Por lo tanto, en este enfoque, el cambio en la tecnología  es tarea del empresario, quien debe recibir un estímulo derivado del funcionamiento de las fuerzas del mercado y la competencia capitalista. 

Schumpeter plantea que en el proceso histórico de cambio y transformación,  habría jugado un papel determinante el empresario, quien tiene la función de hacer nuevas cosas o hacer de una forma diferente las cosas que ya se venían haciendo. Esta característica se convierte en el componente fundamental de la innovación, donde aclara que lo nuevo no necesita ser espectacular en el sentido de generar una ruptura con algún orden anterior. “No es preciso que sea el acero Bessemer o el motor de explosión; puede ser una salchicha Deerfoot. Es bastante esencial observar el fenómeno incluso en los más humildes niveles del mundo de los negocios, aunque pueda resultar difícil hallar los empresarios humildes en la historia.” (Schumpeter 1947).

El papel de las empresas en la introducción e implantación de innovaciones tecnológicas se ha desarrollado a partir de las aportaciones de Schumpeter ya que el crecimiento a corto plazo es obra del empresario y de su capacidad innovadora 5. Según este autor la conjunción de competencia por un lado e innovación tecnológica por otro, obliga al conjunto de las empresas a introducir innovaciones para no quedar fuera del mercado 6.

Como plantea Benavides (2004), el trabajo de Schumpeter sirvió de base para los desarrollos posteriores con los que se demostró que no es posible analizar el cambio tecnológico dentro de las posibilidades que ofrece el equilibrio general, pues se requiere de un marco teórico de naturaleza dinámica en el cual el cambio en el conocimiento tecnológico sea el resultado de un proceso desarrollado por parte de los productores, es decir, que sea un proceso de carácter endógeno.

En los años 70 las ideas de evolución económica las plantean economistas como Gary Becker (1976), Hirshleifer (1977) y Gordon Tullock (1979) quienes reivindican los supuestos individualistas de la economía ortodoxa y se basan en los modelos de equilibrio general como optimización genética y donde se ve a la selección como un proceso progresivo: la selección opera a favor de la eficiencia porque las unidades que sobreviven son las eficientes.

Siguiendo este lineamiento, Hayek (1982) plantea el proceso de selección natural, en el que rutinas y reglas desempeñan un papel destacado en la supervivencia de la empresa. La transmisión de estas reglas se hace de individuo a individuo, siendo el conocimiento más un hábito, fruto de la experiencia interna, que el resultado de aplicar determinadas técnicas exógenas ya que el mercado, a través de las pérdidas o de los beneficios, elimina a aquellas empresas incapaces de establecer predicciones correctas.

Posteriormente se presenta la obra de Nelson y Winter (1982) quienes desarrollaron una  teoría de la firma, tomando como base los planteamientos de Schumpeter 7 de cambio económico y los planteamientos de Simón (1955) sobre la toma de decisiones bajo racionalidad acotada 8. Con estas bases Nelson y Winter desarrollaron un modelo evolutivo de innovación tecnológica con mecanismos de variación y selección de manera que las empresas más flexibles al cambio prosperan y crecen.

Como se identifica, los autores esbozan y perfeccionan según la necesidad los planteamientos realizados inicialmente por  Schumpeter; como  la distinción entre creación, innovación y difusión9 , las relaciones de causalidad entre las estructuras del mercado y actividad innovadora, las vinculaciones entre ciencia y tecnología.

Estos planteamientos le dan cabida a una gran cantidad de corrientes que se basan en el cambio técnico y la forma como las empresas se adaptan a su entorno, compiten10 y generan nuevos conocimientos, que se basan principalmente en  analizar los procesos de invención, de innovación y difusión. Así mismo, el conocimiento y las habilidades adquiridas por una firma son acumulables, lo cual tiende a reducir la aleatoriedad en los resultados de la búsqueda de las innovaciones y esto va determinando las regiones económicas y las tecnologías utilizadas, toda vez que se crean condiciones favorables para su uso y su posterior desarrollo, lo cual ayuda a predecir los patrones futuros de innovación de las firmas, las industrias y los países (Dosi 1988, Soete y Turner 1984).

Como lo traza Morero (2007), recientemente la economía evolucionista ha incursionado, principalmente en las áreas relacionadas a la de la transmisión del cambio tecnológico y económico. En ese sentido, las áreas más desarrolladas corresponden a:

i) la teoría evolucionista de la firma para comprender la conducta innovadora de las empresas y el cambio tecnológico a nivel microeconómico;  ii) el estudio de la dinámica industrial y su relación con el cambio tecnológico a nivel sectorial, a través del análisis de los patrones y trayectorias tecnológicas; iii) el estudio de los sistemas de innovación que sostienen y condicionan la conducta innovadora de las empresas; iv) el estudio de la relación entre innovación, competitividad y empleo, a través del marco conceptual de tramas productivas;
v) el estudio de la coevolución entre las distintas esferas de análisis (micro, meso y macroeconómico) para aprehender el fenómeno de crecimiento económico de los países; vi) el estudio de los patrones de comercio internacional sobre la base de las capacidades innovativas y las competencias de las empresas de una nación; y vii) la evolución del sistema capitalista como resultante de la coevolución entre la esfera tecnológica y la institucional.

La visión general de la industria: en el evolucionismo se da como un ente productivo que interrelaciona capital y trabajo11 (conocimiento) no solo con el fin de obtener beneficios, sino como generador de innovación 12, como estrategia de permanecía en el mercado;  por esto la estructura organizacional debe ser flexible, principalmente en su proceso productivo y adaptable a las otras organizaciones para conformar una serie de tipologías y mercados tanto  internos como externos. Ya que los cambios incrementales en productos y en procesos en distintas empresas e industrias; las innovaciones radicales llevan al remplazo de un producto por otro o a cambios profundos en las técnicas de producción o, más aún, a la creación de nuevas ramas de industria o de servicios y al crecimiento de sistemas tecnológicos totalmente nuevos. (Pérez 1992).

Por lo tanto, en la mayoría de los casos, para que una innovación sobreviva y sea adoptada en una firma o grupo social, sus ventajas deben ser sustancialmente superiores a las ofrecidas por el statu quo, igualmente tiene que tener la capacidad de eliminar otras innovaciones entre las que están las no favorables pero también algunas favorables. Todos los sistemas tecnológicos tienen una resistencia al cambio, y que solo serán desplazados o remplazados por un sistema significativamente superior o porque caigan en desuso (Mokyr 2001).

Estructuralismo  y cambio técnico

En la escuela evolucionista latinoamericana se han presentado dos modelos de desarrollo 13: el reformista-estructuralista y el marxista-revolucionario. Lo que une a estas dos corrientes es que ambas refutan a la teoría neoclásica y a la de la modernización, ya que los países subdesarrollados poseen peculiaridades propias y por esta razón dichas teorías no tiene competencia para comprender esta realidad; la diferencia principal entre estos dos paradigmas radica en que los estructuralistas creen que al reformar el sistema capitalista nacional e internacional es posible superar el subdesarrollo; en cambio, para los marxistas sólo podría superarlo el socialismo mundial en último término como así también resolver las desigualdades del sistema capitalista mundial; en adelante se planteara la estructuralista ya que esta desarrolla el tema central de este texto, el cambio técnico y la innovación.

El sistema analítico del estructuralismo14 examina las especificidades productivas, sociales, institucionales y de inserción internacional de los países en su carácter de periféricos, en contraposición a las características de las economías centrales, observadas desde la perspectiva prioritaria de su transformación a mediano y largo plazo. El enfoque se origino en los tres textos iniciales de Prebisch (CEPAL 1951a y 1951b; Prebisch, 1973), que fue profundizado durante las dos décadas subsiguientes por el autor y algunos de sus seguidores como Sunkel y Paz, 1970.

Estos autores en búsqueda del cambio estructural enfrentaron los siguientes desafíos: en primer lugar, era la existencia de complementariedades intersectoriales e indivisibilidades tecnológicas en la industria15 ; en segundo lugar, Prebisch (1981) señalaba que la estructura periférica generaba una demanda de importaciones mucho más dinámica que el comportamiento de las exportaciones, dando lugar a una tendencia recurrente de aparición de desequilibrios externos. Lo que se traducía suponiendo una muy baja elasticidad precio de las demandas de exportaciones e importaciones en tasas más bajas de crecimiento, como mecanismo de corrección de los desequilibrios, (Rodríguez 1981); finalmente, la transformación de la estructura del empleo.

En un inicio, las economías en desarrollo eran vistas como duales, caracterizadas por la coexistencia de un sector agrícola atrasado y un sector industrial moderno.  En síntesis, Las ideas centrales del estructuralismo  los primeros treinta años (1950-1970) fueron la industrialización; la necesidad de aplicar reformas en los ámbitos fiscal, financiero, agrario y administrativo, entre otros, para profundizar la industrialización y reducir las desigualdades y la reorientación de los estilos de desarrollo.

A finales de los años ochenta, casi todos los países de América Latina avanzaban hacia la apertura comercial y financiera, la privatización y la reducción de la intervención estatal en general (Consenso de Washington 16).

Lo anterior, permitió a diferentes autores proponer un nuevo planteamiento de desarrollo en el que el progreso técnico debería expandirse en todos los sectores de la economía, y así permitir cierta homogeneización de la estructura productiva 17, bajo el encargo y la organización del Estado.

Los años 90 permitieron la elaboración de un nuevo marco planteado por   Sunkel; Zuleta (1990); Ben Hammouda, (2002). Que plantearon la necesaria reducción de la heterogeneidad estructural y el crecimiento con equidad. El cual identifica el progreso técnico como mecanismo de disminución de la pobreza  y la debilidad externa.

Este planteamiento basa el progreso técnico en la inversión en investigación y desarrollo como factor endógeno  y dinámico de la innovación, favoreciendo la industrialización y la competitividad como mecanismo de equidad ya que el beneficio socioeconómico de la innovación es para la sociedad en general; a esto se le denomino competitividad estructural a través de la incorporación del progreso técnico.

A diferencia del planteamiento estructuralista, que empodera al Estado en la organización productiva, surge una nueva corriente de pensamiento que fusiona los enfoques estructuralistas y schumpeterianos18 denominada  Neoestructuralismo, que se opone a las medidas  neoliberales y propone nuevas políticas industriales, tecnológicas, comerciales y de políticas sociales en diferentes áreas. 19

Posterior a los años ochenta en lo que muchos autores denominaron la década perdida20 , se dan nuevos planteamientos para disminuir la heterogeneidad productiva y social, incrementando el cambio técnico y la innovación en todos los sectores de la economía bajo la orientación y organización del Estado, en lo que se denomina la Transformación Productiva con Equidad21 , que sintetiza el nuevo modelo de desarrollo a largo plazo, frente a la privatización y desregulación en el marco de la apertura comercial y financiera Latinoamericana, por parte de los denominados Neoestructuralistas22 .

El Neoestructuralismo ha perfeccionado analíticamente sus formulaciones sobre desarrollo productivo. En primer lugar, la orientación de Katz (2000), en la  que ha expresado una crítica a las reformas del sector productivo y su ritmo de crecimiento. La segunda es una contribución al análisis de la relación entre la dinámica de la estructura productiva y el crecimiento económico de los países en desarrollo (Ocampo, 2002), en especial los procesos de innovación y su integración con la idea de formación de cadenas productivas a partir de los impulsos que promueven potencialmente las innovaciones en función de aspectos complementarios, vínculos y redes, capaces de generar un tejido productivo integrado; otros aportes fundamentales son la agenda para la era global; derechos, ciudadanía y cohesión social; fusión entre los análisis estructuralista y schumpeteriano y perfeccionamiento de los estudios sobre políticas macroeconómicas anticíclicas en épocas de volatilidad de los capitales financieros, vinculadas a la implementación de una nueva arquitectura financiera internacional.

Otra de las propuestas teóricas formuladas  por Stallings y Peres (2000); Núñez (1998) y Ocampo, Franco y Sainz (2004), en las denominadas luces y sombras, que diagnostican la economía, en ventajas como: el control de la inflación, el déficit fiscal, la inversión, el gasto social entre otros; y desventajas como: el bajo e inestable crecimiento económico; la diversificación insuficiente de las exportaciones; la reestructuración de los sectores industriales, con resultados muy deficientes en materia de capacidad productiva e innovadora. Las sombras incluyen también los mediocres esfuerzos en materia de ahorro e inversión, el aumento del desempleo, la informalidad y la heterogeneidad estructural y la inequidad en la distribución del ingreso.Bielschowsky (2009).

Igualmente destaca la importancia de la transformación productiva entre las economías y al interior de las mismas en materia de estrategias como transformación productiva, desarrollo social y sostenibilidad ambiental estabilidad macroeconómica, comercial  y financiera. Todo lo anterior sin olvidar la cohesión social que se fundamenta en aliviar los problemas sociales 23 bajo unas políticas sociales que disminuyan la pobreza a través de la fortaleza en las instituciones y la democracia participativa.

Esta corriente plantea que, el progreso técnico no debe estar concentrado en un solo sector, por el contrario debería difundirse al conjunto de sectores de la economía, y así permitir cierta homogeneización de la estructura productiva. Estos nuevos planteamientos, proponen reorientar la modalidad productiva y exportadora 24 hacia los bienes de mayor contenido tecnológico, para agregar valor y abordar el tema de la innovación en el sentido amplio de Schumpeter, como la capacidad de crear nuevas actividades y nuevas formas de realizar las existentes.

Este enfoque teórico, al plantear el cambio tecnológico en el sector industrial busca unas modificaciones en las actividades de trasformación, apoyadas en conocimiento e investigaciones que aporten a sus actividades de innovación como: introducción o adaptación de procesos y productos a través de la capacidad de las empresas para emprender esa clase de cambios técnicos; así mismo se  depende del grado de progreso en estos dos tipos de actividades tecnológicas: i) las que están relacionadas con la imitación (búsqueda, evaluación, implementación y adaptación) y determinan la capacidad de las empresas para asimilar el progreso técnico generado por otros agentes, y ii) las que están asociadas con el logro de mejoras incrementales de proceso o de producto en una tecnología dada; diferenciando sistemáticamente entre las empresas nuevas y las ya establecidas, identificando cambió en sus fuentes organizacionales e institucionales, en su impacto sobre la productividad y el desempeño exportador.

Cambio técnico en el sector industrial

La corriente estructuralista25 de la industrialización constituye una concepción integral del desarrollo en la medida en que se ocupa del crecimiento, la acumulación, el cambio estructural, el progreso tecnológico y la distribución del ingreso en el largo plazo (Rodríguez, 2006); El cambio en la estructura económica es un esfuerzo por transformar la actividad económica en los países, en lo que la literatura denomina desarrollo desde dentro, que plantea la acumulación de capital humano, las capacidades tecnológicas y el desarrollo institucional como procesos esencialmente endógenos en los diferentes sectores de la economía26 .

De ahí la importancia de transformar las estructuras internas, para romper los obstáculos al desarrollo, es por esto que la industrialización fue vista inicialmente como la principal vía de transformación de la estructura productiva y como generadora de difusión del progreso técnico  en el pensamiento económico estructuralista 27, que identifica el crecimiento económico como un proceso en el cual algunos sectores se expanden mientras otros se contraen, y algunas empresas avanzan mientras otras se estancan, transformando por completo las estructuras económicas28 en especial el aparato productivo y tecnológico, la configuración de los mercados de productos y factores, las características de los agentes empresariales, y la forma en que estos mercados y agentes se relacionan con el contexto externo. En este caso, el liderazgo que ejerce el sector manufacturero como el factor dinámico esencial que da impulso al crecimiento económico en los países en desarrollo, ya sea a través de la sustitución de importaciones, la promoción de exportaciones o una combinación de ambas.

El cambio estructural se desarrolla por medio de la creación de nuevos bienes de capital, el aumento de la división del trabajo en la economía o de una mayor calidad de los bienes producidos; las nuevas teorías del crecimiento endógeno proponen modelos de dos o tres sectores, en que los retornos crecientes en el sector intensivo en investigación y desarrollo, así como la diversificación de la estructura productiva, sostienen tasas positivas de crecimiento del ingreso por habitante en el largo plazo, es decir que el cambio estructural en el sector manufacturero 29 se explica por los cambios tecnológicos con la aparición de nuevos productos y sectores. En las economías que son capaces de absorber los nuevos paradigmas y trayectorias tecnológicas, se modifica la composición sectorial de su industria y se difunde el cambio tecnológico al resto de la economía, ya que el factor clave del cambio estructural sugiere la importancia de unas correctas políticas industriales 30, como lo sintetiza Ocampo (2008), la inestabilidad macroeconómica, en cualquiera de sus formas, puede obstaculizar el crecimiento; por ende, la estabilidad macroeconómica en sentido amplio es condición necesaria, aunque no suficiente, para el crecimiento económico.

De acuerdo a lo anterior, es necesario otros factores que plantea  Moncayo (2011), al indicar que existe una asociación positiva entre el nivel del PIB per cápita y el grado de industrialización, Peneder (2002) demuestra que los sectores manufactureros intensivos en tecnología tienen efectos positivos tanto en el nivel como en las tasas de crecimiento del PIB per cápita; Echeverría (1997) encuentra que la composición sectorial explica una parte significativa de la variación en las tasas de crecimiento entre países y que la tasa de cambio técnico en el sector manufacturero es mayor que en otros sectores; Lederman y Maloney (2003), sostienen que la diversificación de las exportaciones tiene un efecto positivo sobre el crecimiento, ya que los términos de intercambio mejoran cuando la producción de bienes es de un alto valor agregado, es decir, los precios de los bienes nacionales exportados son mayores a los precios de los bienes importados, por lo que se favorece la entrada de recursos del extranjero al país, garantizando una mayor demanda interna y una consolidación del mercado interno y el incremento de la productividad y de los salarios reales, lo cual genera una mayor acumulación industrial.

Hausmann, Hwang y Rodrik (2006), establecen que los países que exportan bienes asociados con altos niveles de productividad crecen más rápidamente; y Ocampo (2005), destaca la importancia de la reducción del dualismo o heterogeneidad31 estructural para la eficiencia dinámica de la economía y la estabilidad macroeconómica. En la medida en que las políticas económicas afectan las estructuras productivas, esto implica que es posible crear ventajas comparativas. Un elemento importante en este sentido es la constatación de que las experiencias exitosas de exportación de manufacturas en el mundo en desarrollo estuvieron en general precedidas por períodos de industrialización por sustitución de importaciones (Chenery y otros, 1986).

La innovación

La innovación tecnológica 32 consiste en productos y/o procesos (de producción y/o entrega) implementados por primera vez en el mercado y que son tecnológicamente nuevos o significativamente mejorados. Una innovación tecnológica se implementó si, en el caso del producto, ha sido introducida en el mercado y, en el caso del proceso, ha sido usada en el proceso de producción; Manual de Oslo (OCDE, 2005) y el Manual de Bogotá (Bogotá, 2000).

La importancia de la innovación en la dinámica del crecimiento económico es sin dudar uno de los temas de actualidad, sin embargo ya en 1911   Schumpeter definía la innovación como la fuente más importante del crecimiento económico, y bajo este precepto se han desarrollado unas corrientes teóricas y de pensamiento que relacionan la innovación con la dinámica industrial y la competitividad33 .

La teoría evolucionista  plantea la innovación como un  proceso dinámico, que parte de los fundamentos de Joseph Schumpeter34 , que resalta la importancia de la innovación en la dinámica económica, tanto para las empresas creadoras como para las imitadoras; así mismo, Schumpeter concebía la innovación como un “proceso de destrucción creadora” a través del cual se reconfiguraba constantemente la estructura de la industria.   

Es bajo este precepto que se desarrollan las principales teorías evolucionistas de la innovación 35, que de forma general plantean que la innovación  es un proceso evolutivo dentro de la empresa con el fin de aumentar la producción y cambiar el sistema  económico interno  y externo, esto se logra, adaptándose y desarrollando mejores procesos o creando nuevos productos dentro del mercado, lo cual será un diferenciador frente a los competidores.

Pero es claro que el mercado es dinámico y por ende evolutivo, lo que genera un proceso selectivo y creador de nuevos productos y procesos que se derivan del cambio técnico y las innovaciones, tanto radicales36 como incrementales37 ; este proceso se debe acompañar de una evolución de la estructura económica institucional 38, lo que se denomina un paradigma tecnológico, creador de los sistemas de innovación a escala nacional, regional, sectorial, los cuales son el principal instrumento para formular políticas económicas enfocadas a la innovación, en especial, de sectores altamente productivos como el industrial y los servicios.

La corriente evolucionista ha visionado la innovación como un proceso dinámico que depende del conocimiento39 y del intercambio entre los agentes  y por ende generador de un cambio técnico que valora las relaciones a toda escala entre las empresas y las diferentes instituciones como instrumento fundamental de la innovación, es así que, el cambio tecnológico es endógeno en la empresa y en su sistema económico a toda escala.

La innovación en el sector industrial

Un tema fundamental en la innovación ha sido la correlación entre cambio técnico y las actividades industriales 40 tanto externas como internas; a partir de este planteamiento, se desarrollaron algunos modelos económicos orientados a explicar el dinamismo de los sectores industriales en función de variables como la concentración del mercado y las economías de escala

En la teoría estructuralista41 , la industria manufacturera juega un papel estratégico en el desarrollo económico, porque tiene efectos colaterales en el crecimiento económico 42, los cuales se explican por el incremento tecnológico en la actividad industrial manufacturera.

Este incremento tecnológico a su vez genera diversificación de la producción  intensiva en tecnología, e incrementa la investigación  y el conocimiento principalmente en todo el proceso productivo lo que aumentan directa o indirectamente la productividad y por ende la dinámica en el crecimiento económico.

Dicha dinámica se fundamenta en la tradición Schumpeteriana, la cual destaca como eje central de los procesos de desarrollo, el papel que desempeñan los sectores tecnológicamente líderes43 y la importancia de las innovaciones radicales.

Este planteamiento fue el epicentro del estudio de Nelson y Winter (1977, 1982), que identificaron lo importante que son los cambios tecnológicos y las variaciones sectoriales (internas y externas) principalmente en la actividad innovadora e imitadora del sector industrial como un proceso endógeno , lo que denominaron regímenes tecnológicos.

Los regímenes tecnológicos 44, según estos autores, se pueden visionar por: el conocimiento que se genera para cambiar la tecnología, tanto a nivel interno como externo y de la forma como se inician los procesos tecnológicos e innovadores principalmente en el proceso de resolución de problemas tecnológicos.

Según Dosi (1997), los agentes tienen capacidades para descubrir nuevas tecnologías, nuevos patrones de comportamiento, nuevas formas de organización, pero estas surgen y aparecen de forma diferente entre ellos. Por lo tanto, la comprensión incompleta e imperfecta de la dinámica económica y la existencia de path-dependent, implica un aprendizaje heterogéneo entre los agentes, aun con información idéntica y oportunidades idénticas. Los procesos de adaptación de o a las nuevas tecnologías, también son imperfectos, lo que posibilita una diferenciación entre agentes; debido, entre otras razones, al comportamiento de estos en los mercados, la utilización de los mecanismos de selección en relación con las tasas de crecimiento resultantes de la conjugación de diferentes instituciones, rutinas y tecnologías. Todos estos factores configuran un fenómeno agregado, cuyo comportamiento permanece lejos del equilibrio y con unos procesos de aprendizaje heterogéneos.

Silverberg y otros (1988), plantean que la tecnología, lejos de ser un bien libre, se caracteriza por diferentes grados de apropiabilidad y de incertidumbre sobre los resultados fortuitos de los esfuerzos innovadores. La oportunidad para lograr avances tecnológicos, la acumulación de resultados y conocimiento y los patrones de innovación y de explotación del conocimiento tecnológico, su estructura y el componente tácito del conocimiento, constituyen el soporte de los procesos de innovación. El desarrollo tecnológico tiende a estar ordenado en torno a una trayectoria que sigue unas propiedades tecnológicas específicas; como reglas de búsqueda, imperativos tecnológicos y la acumulación de experticia al interior de cada paradigma tecnológico. Como consecuencia de lo anterior, se obtiene una diversidad entre firmas que es una característica permanente y fundamental del cambio tecnológico que sufre el ambiente industrial. La diversidad entre firmas y también entre industrias, puede caer entre las principales variables que explican las asimetrías tecnológicas de que se viene discutiendo (Silverberg, Dosi y Orsenigo 1988).

Cohen y Levinthal (1990) reconocen como una premisa que determina la capacidad de absorción de nuevo conocimiento, al conocimiento precedente acumulado en las organizaciones. No obstante, existen condiciones que retardan los procesos de difusión de las innovaciones, tal como lo exponen Soet y Turner, “The importance of the diffusion of innovation rather than the mere occurrence of innovations is of course the mayor factor underlying most of the microeconomic diffusion literature. The fundamental reason for delay in adopting –the so-called retardation factors- have been found to relate both to uncertainty  and lack of information about the new technology and the often proprietary  nature of the new technology.” (Soet and Turner 1984).

Carlota Pérez, sugiere que el progreso tecnológico se  desarrolla en el marco de lo que se conoce como un paradigma tecnoeconómico, que “representa el modelo rector del progreso tecnológico comercial durante varios decenios. Es un modelo de sentido común para identificar y desarrollar productos y proyectos productivos económicamente rentables, partiendo de la gama de los tecnológicamente viables.” (Pérez 1992).

Dentro de un paradigma tecnoeconómico, tienen lugar al menos cuatro etapas: difusión inicial, seguida por un rápido crecimiento en dos momentos (temprano y tardío) y la madurez de la tecnología. Al llegar a la etapa de madurez, los rendimientos e innovaciones incrementales son cada vez menores, debido a que los mercados se saturan y los productos se estandarizan, esta etapa marca el inicio de la obsolescencia tecnológica. Esta situación induce a las empresas a no permanecer estáticas, sino que estas inician la búsqueda de diferentes estrategias que les permita mantener su participación en el mercado, ya sea con nuevos productos, nuevos procesos organizacionales o incluso la fusión con otras empresas. Este comportamiento es el que finalmente lleva a la configuración de un nuevo paradigma (Pérez 1992).

Al respecto, Pérez (1992) señala que “El cambio técnico es un rasgo permanente del sistema económico. Constantemente se introducen cambios incrementales en productos y en procesos en distintas empresas e industrias; las innovaciones radicales llevan al remplazo de un producto por otro o a cambios profundos en las técnicas de producción o, más aún, a la creación de nuevas ramas de industria o de servicios y al crecimiento de sistemas tecnológicos totalmente nuevos.” (Pérez 1992, 25). En este orden, el cambio técnico se traduce en innovaciones, las innovaciones son cambios en las rutinas (Benavides 2004) que se traducen en productos o servicios que son objeto de las preferencias de algún conjunto de consumidores.

Otro planteamiento de la teoría evolucionista, relacionada a la innovación industrial, fue la de Pavitt (1984), que  clasifica las empresas en las siguientes categorías: las dominadas por los proveedores, los productores a nivel macro, los proveedores especializados y las organizaciones científicas; esta clasificación sirve para caracterizar las empresas según su nivel de innovación, de conocimiento, de creación y las exigencias del mercado en innovación.

Otro planteamiento teórico evolucionista de la innovación industrial, es la de Breschi y Malerba, (1997) que desarrollan el Sistema Sectorial de Innovación (SSI)45 que plantean tres dimensiones en procesos de cambio tecnológico a nivel industrial: los regímenes tecnológicos, los actores y sus relaciones y el marco institucional.  Lo que permite realizar un análisis  de las características, determinantes y los efectos de los procesos de innovación del sector industrial.

Por lo anterior, es claro que la innovación no puede ser abordada en modelos lineales; por consiguiente, en la exploración de la dinámica innovadora, el mercado y los avances científicos, se debe incentivar la correlación entre empresas, universidades, instituciones públicas, y demás agentes del SNI.

En si la dinámica industrial se toma como un proceso endógeno, resultado del avance en conocimiento y el cambio tecnológico de cada sub sector46 de la producción industrial. Asimismo, es de gran importancia el entorno, el mercado y las instituciones.

1 La teoría de la evolución de las especies se fundamenta en dos hipótesis distintas. la primera de ellas, representada por Ch.Darwin (1809-1882), la evolución obedece a un proceso de selección natural producto de la lucha por la supervivencia. La segunda hipótesis es la de  J.B.Lamarck (1744-1829), sostiene que el proceso de selección natural, que puede ser brusco, se debe a la tendencia intrínseca de los organismos vivos a desarrollar características que les permitan adaptarse al entorno. 
2

3 Los conceptos evolucionistas se trasladan con facilidad al ámbito de la economía equiparando especie a empresa, mercado, producto o, en general, cualquier institución económica.

4 La destrucción creativa de Schumpeter, se refiere a que la creación de lo nuevo se destruirá parte o la totalidad de lo viejo. Bajo este enfoque existen dos tipos de ideas: i) las de cambio incremental y ii) las de cambio en el paradigma tecnoeconomico.

5 El ingreso constante de nuevos actores que actúan como portadores del cambio, quienes al buscar beneficios extraordinarios, introducen nuevas combinaciones y dan lugar al proceso de destrucción creativa (Yoguel, et. al. 2013)

6 En el análisis de Mokyr, una técnica es equivalente a una especie de la biología, y por ello  las que evolucionan son las técnicas y no las empresas; de tal forma que cuando aparece una nueva técnica, es equivalente a la aparición de una nueva especie  (Mokyr 1993, 342).

7 Schumpeter, quien formuló una teoría del avance tecnológico endógeno resultante de las inversiones hechas por las firmas para superar a sus rivales. Las diferencias esenciales con las teorías neoclásicas serían tres: i) el uso de microfundamentos evolucionarios en lugar de los supuestos de agentes maximizadores y equilibrio continuo; ii) la endogeneización del proceso de innovación tecnológica; iii) la introducción de dimensiones cualitativas (Nelson, 1994).

8 Su visión de lo estructural en la racionalidad humana no es estática y esta netamente entrelazada con la dinámica y se adapta al entorno (Bonome 2009).

9 Toda innovación encierra una incertidumbre considerable antes de que esté lista para introducirla y después de ser introducida a la economía; por tanto, el proceso de innovación implica un desequilibrio continuo.(Nelson y Winter 1982).

10 Competencia de las empresas más allá del precio como la publicidad, el gasto en I+D, la diferenciación de producto, la innovación organizacional, entre otras.

11 “Aquellos saberes y conocimientos que tienen los individuos pero que no se pueden definir correctamente ni expresar completamente, que no son codificables en manuales de procedimientos ni publicaciones de otro tipo, que difieren de persona a persona, pero que en forma significativa son compartidos por colegas y colaboradores que tienen experiencias en común” (Motta, J.; 2004).

12 En este orden, el cambio técnico se traduce en innovaciones, las innovaciones son cambios en las rutinas  que se traducen en productos o servicios que son objeto de las preferencias de algún conjunto de consumidores. (Benavides 2008)

13 En estos enfoques existen dicotomías tales como capitalismo o socialismo,  desarrollo hacia dentro o hacia afuera, industrialización por sustitución de importaciones o por fomento de exportaciones.

14 El enfoque estructuralista se vinculo estrechamente a la producción del desarrollismo, representada por nombres como los de Rosenstein Rodan, Singer, Nurkse, Lewis Myrdal, Hirschman y otros pioneros de esta corriente. En el periodo reciente, como Taylor y Shapiro (1990), Amsden (1989) y Wade (1990), entre otros.

15 Las complementariedades exigían que la expansión de los distintos sectores ocurriera de forma más o menos simultánea, ya que el desarrollo de ninguno de ellos era viable aisladamente. Las indivisibilidades tecnológicas, a su vez, implicaban que las inversiones necesarias eran muy elevadas.

16   En realidad el Consenso de Washington fue formulado originalmente por John Williamson (1989), resumiendo un listado de políticas económicas consideradas durante los años 90 por los organismos financieros internacionales y centros económicos, como el mejor programa económico que los países latinoamericanos deberían aplicar para impulsar el crecimiento.

17 Las fuerzas centrípetas que llevan a la concentración del progreso técnico y de sus beneficios deberían ser suplantadas por una fuerza que promueva una difusión sostenida de este progreso técnico y de sus beneficios en el conjunto del sistema productivo. Pinto (1965).

18 La tecnología y el cambio estructural vuelven a ocupar un lugar destacado, como lo había propuesto Schumpeter en su trabajo clásico y Algunos  de los autores que han contribuido a su desarrollo son, Dosi, 1988; Grosman y Helpman, 1992 y Aghion y Howitt, 1998, entre otros.

19  En especial la sostenibilidad ambiental y el desarrollo sostenible.

20   Debido a la caída del ingreso per cápita regional originada por la crisis de la deuda externa.

21   Educación y conocimiento: eje de la transformación productiva con equidad.

22 Los Neoestructuralistas conservan los elementos centrales del estructuralismo y formulan estrategias y políticas alternativas que discrepan con la agenda neoliberal. 

23 Pobreza, exclusión, desigualdad de ingresos y riqueza, protección social insuficiente e inadecuada, acceso desigual a los mecanismos de protección existentes, discriminación racial, étnica y cultural. Bielschowsky (2009)

24 Para profundizar, Burachik Gustavo (2000-2008).

25 El estructuralismo en Latinoamérica fue planteado inicialmente por la  Cepal, y sus exponentes más representativos son Raul Prebisch, Juan F. Noyola, Oswaldo Sunkel, Anibal Pinto, Antonio Ocampo y Celso Furtado.

26 El sector primario asocia la agricultura, la ganadería y la minería; el secundario, la manufactura y la construcción; y el terciario, los servicios.

27 La Cepal en la década de los setenta  propugnó por una estrategia de exportación de manufacturas, tanto por la vía de la integración latinoamericana como del desmonte de las barreras arancelarias en los países del centro, denominada industrialización por sustitución de importaciones (ISI).

28 Este proceso involucra un fenómeno reiterado de “destrucción creativa”, planteamiento de Schumpeter (1962).

29 El crecimiento basadas en el cambio estructural en la línea de Clark, Fisher, Rostow, y Chenery, Branson (1998), encuentran que existe una asociación positiva entre el nivel del PIB per cápita y el grado de industrialización.

30 En ese sentido puede afirmarse que, en general, el cambio estructural favorece la convergencia cuando fortalece sectores que poseen alguna de las siguientes características: i) tasas de progreso técnico más elevadas, y ii) mayor penetración en mercados de rápido crecimiento.

31   "heterogeneidad estructural" de los sectores productivos, término desarrollado por Pinto (1970).

32 El cambio tecnológico debe ser entendido como la introducción de modificaciones en las actividades de transformación ó, lo que es lo mismo, en el conjunto de información técnica en las que descansan. La base de conocimientos sobre la que se apoyan estos progresos, por su parte, se alimenta de las actividades de búsqueda e investigación formal o informal realizadas por la firma y del aprendizaje que se deriva experiencia productiva. (Burachik 1999).

33 En términos estructurales el desarrollo económico se caracteriza por que inicialmente las economías comienzan su desarrollo estructural con base en la agricultura o la minería, posteriormente introducen la producción de manufacturas no durables (dirigidas al consumo final), luego desarrollan la producción de materias primas, primero utilizando insumos primarios y luego insumos manufactureros. En una etapa posterior comienzan a producir bienes de consumo durables, y finalmente saltan a la producción de máquinas, equipos y herramientas, y otros bienes de alta intensidad tecnológica (Ortiz, 2009).

34 En su obra Business Cycles (1939) desarrolla el papel activo que desempeñan los diferentes actores en el progreso tecnológico y los efectos de la innovación en el crecimiento económico.

35 Nelson y Winter (1982), Dosi (1982), Pérez (1983), basalla (1991),  Mokyr (1993), (Elster 2000).

36 El conocimiento tecnológico necesario para explotarla la innovación es muy diferente al conocimiento existente y lo hace obsoleto.

37 El conocimiento necesario para innovar se basa en un conocimiento existente.

38 Como lo plantean los autores de corte institucional Tebaldi y Elmslie (2007), Engerman y Sokoloff (1997), Acemoglu y otros (2001), Easterly y Levine (2003), donde se evalúa la influencia de las instituciones en el desempeño económico, constatando los efectos de éstas en la innovación y el crecimiento económico.

39 Se reconocen tres tipos de aprendizaje: uno es el adquirido en procesos de I+D; el segundo tiene que ver con el diseño y la fabricación, y el último se realiza cuando el producto ha sido usado por el consumidor final.

40 La industria manufacturera juega un papel estratégico en el desarrollo económico porque tiene importantes efectos de arrastre sobre toda la economía (Kaldor, 1961,1966).

41 La escuela estructuralista del desarrollo económico (Kaldor, 1961, 1966; Leontief, 1963; Prebisch, 1961; Chenery, Robinson y Syrquin, 1986; Amsden, 1989; Landes, 1998; etc.). Su común denominador es la visión del sistema económico como un ente que se desarrolla por etapas hasta llegar, sin que ello esté garantizado, a la madurez estructural.

42 El común denominador es la visión del sistema económico como un ente que se desarrolla por etapas hasta llegar, sin que ello esté garantizado, a la madurez estructural. (Kaldor, 1961; Leontief, 1963; Prebisch, 1961; Chenery, Robinson y Syrquin, 1986; Amsden, 1989; Landes, 1998).

43 En industrias de alta tecnología, la I+D es fundamental para la generación de nuevos productos. Pero en industrias de baja y media tecnología,  importa más la capacidad para identificar, asimilar y aplicar las nuevas tecnologías  (Santamaría 2009).

44 También Audretsch (1995) vincula los regímenes tecnológicos con el origen de la información y lo hace ubicando en el centro de la escena al individuo que se encuentra en posesión de un conocimiento innovativo.

45 El sistema de interacción de empresas privadas y públicas, universidades y agencias gubernamentales, con miras a la producción de la ciencia y la tecnología dentro de las fronteras nacionales. La interacción entre estas unidades puede ser técnica, comercial, jurídico, social y financiero, en la medida en el objetivo de la interacción es el desarrollo, la protección, la financiación o la regulación de la nueva ciencia y la tecnología. Niosi (1993).

46 No sólo la importancia de la innovación varía entre ramas, también varía la proporción en que esa innovación es llevada a cabo por las firmas nuevas o por las ya establecidas (Audretsch, 1995)