POLÍTICA INDUSTRIAL, CLÚSTERES Y PARQUES TECNOLÓGICOS: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE MÉXICO

POLÍTICA INDUSTRIAL, CLÚSTERES Y PARQUES TECNOLÓGICOS: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE MÉXICO

Daniel Mora Máynez
Hiram Marquetti Nodarse

Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad Juárez

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IV.- Propuesta Metodológica para el Perfeccionamiento de la Creación de los Parques Tecnológicos del Sistema del Tecnológico de Monterrey

El Sistema del Tecnológico de Monterrey se encuentra enfrascado en la actualidad, en un nuevo proceso de actualización de sus proyecciones estratégicas a mediano y largo plazo. Como parte de esta dinámica de transformación está prevista la evaluación de todos los subsistemas. En específico se pretende valorar la dinámica de funcionamiento, los resultados alcanzados y las insuficiencias que aún acumula: el modelo parques tecnológicos como ya se indicó en el epígrafe anterior (Véase Anexo5).
La amplitud del referido proceso de reorganización y de construcción de nuevas prioridades estratégicas en el Sistema del TEC, sugieren que resulte pertinente insertar una propuesta metodológica 1 dirigida a perfeccionar el proceso de creación y funcionamiento de los PT.
La propuesta metodológica que se formula se sustenta en la consideración de que el proyecto de los PT, han logrado cumplimentar hasta presente los propósitos generales para los que fueron creados; no obstante, aún se encuentran distantes de constituir un medio eficaz para dar respuesta a determinados requerimientos del desarrollo en los diferentes contextos regionales en que se encuentran ubicados y tampoco se han logrado progresos significativos en la formación de clústeres.

4.1. Bases Teóricas y Direccionalidad Estratégica de la Propuesta Metodológica
Los resultados aportados por de la investigación de campo realizada en los municipios de Ciudad Juárez y Chihuahua, y que fueron expuestos en los capítulos anteriores evidenciaron la existencia de diversas restricciones objetivas, tanto en estos contextos como en el resto de la nación, en pro de incentivar la articulación del desarrollo económico regional sustentado en clústeres.
Las referidas restricciones son de diferente orden y alcance, y para facilitar su análisis, se empleará el modelo conceptual en que se sustenta la propone de forma sintética en la figura 10, aunque su contenido ha sido descrito parcialmente en diferentes momentos a largo de este libro y que ahora se ofrece de forma compacta, con la finalidad de utilizarlo como el soporte teórico de la propuesta metodológica que se desarrolla en este capítulo.
El modelo que se propone se encuentra integrado por tres vertientes fundamentales: i) los rasgos que tipifican la estructura económica regional; ii) las prioridades de política industrial que se han identificado para este contexto; iii) las características principales de la cultura empresarial. De igual modo, se presentan otros componentes que resultan decisivos tomar en consideración al evaluar los posibles impactos que se pueden derivar de la creación y ulterior funcionamiento de los PT en cualquier ámbito regional.
El referido modelo incluye de forma agregada los sectores y ramas que definen el perfil de especialización regional y, consiguientemente determinan la orientación principal del desarrollo económico. En el capítulo anterior, se destacó que los soportes principales del desarrollo económico del Estado de Chihuahua: descansan según la estructura del PIB estadual en los servicios, industria manufacturera (en particular en la industria maquiladora de exportación), la minería y la actividad agropecuaria.
Una revisión más a fondo de la estructura económica regional aporta que el sector manufacturero es de mayor impacto estadual y capacidad de arrastre, debido entre otras razones al creciente peso de la industria maquiladora de exportación, cuya contribución es decisiva en un conjunto de ramas industriales que funcionan en el territorio (autoparte, electrónica, metalmecánica y de software). También en la contribución al total de las exportaciones regionales y por ende en la definición del perfil de inserción internacional del Estado.2
La actividad de la industria maquiladora de exportación se sustenta en la lógica operacional de las cadenas productivas globales y/o de las empresas multinacionales, mientras que los otros segmentos del sector manufacturero están relacionados con las actividades de grandes grupos empresariales regionales y de un elevadísimo número de pequeñas y medianas empresas del contexto regional.
De manera objetiva, la estructura económica predominante en Chihuahua, ha propiciado la creación de otras externalidades favorables a las ya mencionadas, entre las que cabe mencionar la conformación de un tejido productivo más diversificado, en que se interrelacionan ramas vinculadas a las tendencias más importantes del progresos científico técnico en la actualidad: electrónica, medios de computación, tecnologías de la información, industria aeroespacial, etcétera y otras que incorporan las progresos de las referidas ramas como la automotriz, mecánica, y metalmecánica.
No obstante, este perfil de especialización acumula un conjunto de externalidades negativas, entre las que se destaca que el incremento de las capacidades industriales no ha implicado necesariamente, el aumento del aprovechamiento de las capacidades tecnológicas existentes a escala regional. De igual manera está presente problemas de integración e insuficientes progresos en la formalización de encadenamientos productivos hacia atrás y adelante, entre las ramas vinculadas con las actividades de las empresas multinacionales y la industria local. Ello determina que los efectos de arrastres del sector maquilador en este ámbito que puede conceptuarse como estratégico, sean aún muy limitados.
La ausencia de eslabonamientos sólidos entre la industria local y la de origen transnacional, favorece que las externalidades de signo negativo representen un aspecto consustancial a la dinámica económica regional, producto de las marcadas diferencias que existen entre ambos segmentos de la industria nacional: en términos tecnológicos, de competitividad, de naturaleza operativa y en el orden organizacional.
Las brechas existentes entre la industria maquiladora y la naturaleza local que operan bajo un esquema que se puede definir estructuras paralelas, cuya resultante principal es la ampliación de las diferencias entre ambos segmentos de la industria nacional.
Recordemos que los estándares operacionales del sector maquilador descansa en la prioridad que se le confiere a la calidad de la infraestructura, los servicios logísticos y de sus proveedores. Empero, estas exigencias no siempre se logran satisfacer por la red de servicios y la industria local, no sólo por presentar en múltiples áreas rezago tecnológico y bajo niveles de competitividad, sino que la industria maquiladora logra satisfacer la inmensa mayoría de sus requerimientos, con proveedores internacionales cuya lógica operacional responde a los criterios de funcionamiento de la cadena global en la que normalmente se encuentra integrada los establecimientos maquiladores.
Entre las alternativas disponibles para lograr una mejor articulación entre la industria maquiladora y la local, se encuentra como se indicó en el capítulo 1, la necesidad de rescatar la construcción de un marco de política industrial más integral, en cual se recupere el sesgo de la planeación del desarrollo regional y, en paralelo, se delinee con mayor precisión las prioridades sectoriales y regionales. Por supuesto, la probable materialización de estos propósitos enfrenta diversos retos; sin embargo, una de las maneras de sortear las dificultades presente, sería la gradual aproximación del diseño de las políticas de desarrollo productivo hacia una proyección de estrategia de desarrollo.
El abandono, en México de la práctica de elaborar políticas industriales en su sentido convencional, no ha podido suplirse por el buen manejo de los agregados macroeconómicos, la formulación de programas de sectoriales, ni por la promoción de la creación de clústeres en sus diferentes variantes, en tanto estas prioridades han adolecido de una adecuada integración, de la evaluación de sus probables resultados y, sobre todo de la corrección oportuna de las insuficiencias que se puedan identificar durante su puesta en marcha.
Asimismo, la gradual eliminación del diseño de políticas explícitas de desarrollo regional bajo una lógica de planeación estratégica, propició que de un modo u otro desapareciera el enfoque regional de política de ciencia y tecnología; consiguientemente, como se destaca en el estudio de la OCDE, 2009, se produjo el debilitamiento de la capacidad promover la creación de forma sostenida de capacidades de I + D. En adicción, el apoyo financiero a las estrategias de innovación por parte del gobierno federal y los regionales ha sido como norma insuficiente.
De igual modo, se carecen de evaluaciones de la magnitud de los requerimientos de las entidades estaduales en materia de I + D.3 Por similares causas no se ha logrado promover una mayor complementación, cooperación e integración a escala interestadual, es decir, estimular que los progresos que se puedan alcanzar en determinado contexto regional generen efectos arrastres hacia otros estados, quizás una de las pocas excepciones lo constituya el Programa Federal PROSOFT.
Otro aspecto que debe tomarse en consideración es que el porcentaje mayoritario de las empresas mexicanas, en particular las pequeñas y medianas empresas desarrollan el proceso de construcción de ventajas competitivas, mediante el predominio del empleo de enfoques y criterios estandarizados, consiguientemente los esfuerzos en materia de innovación se caracterizan por resultar insuficientes.
A los aspectos anteriores se suma que los diferentes mecanismos ideados para promover las pequeñas y medianas empresas a escala estadual no han resultados eficaces (Véase la Tabla 31), lo cual ha dificultado que el creciente estímulo al fomento de estas estructuras empresariales no haya derivado en la construcción de mecanismo que estimule la formación de clústeres como ha ocurrido en otras experiencias foráneas.
Otras de las restricciones que enfrenta la formación de clústeres o de redes empresariales, es que no todas las entidades estaduales le confiere similar prioridad a la creación de un entorno proclive a la cooperación entre las instituciones y actores relacionados con el desarrollo local. Similares características presentan las cuestiones relativas a la interacción de las universidades y empresas, los requerimientos en materia de innovación tecnológica, información empresarial e incluso la búsqueda de mercados externos que requiere el desarrollo regional. 4 Probablemente, el único aspecto que resulta común en los diseños de políticas entre las diferentes estructuras gubernamentales, es la priorización a ultranza de la creación de empleo, para lo cual se concibe como la vía más idónea a la inversión extranjera.
La carencia de una orientación explícita de las políticas de desarrollo regional concebida por gobierno federal, ha entorpecido que se logre una relación más orgánica entre los esfuerzos de atracción de inversiones extranjeras, la obtención de progresos sostenidos en la elevación de la productividad de trabajo y en materia de innovación y de desarrollo científico y tecnológico 5, ya que el acceso a los flujos de inversión foráneos no se ajustado a estos propósitos. Estas inconsistencias responden de un modo u otro a que las prioridades sectoriales de la “política industrial”, no incluyen de forma clara rol que se la asignará en términos de participación a la inversión internacional.
La relativa falta precisión en el rol de la inversión extranjera en la materialización de prioridades sectoriales, ha conducido también a que la misma no represente un mecanismo que facilite la creación de encadenamientos productivos hacia atrás y hacia delante. Esta resultante posibilita explicar desde otra perspectiva las restricciones que presenta la industria maquiladora en la generación de externalidades positivas.
Un rasgo peculiar de las políticas nacionales de promoción de la inversión foránea, lo constituye la presencia de falta de coordinación y conciliación entre el gobierno federal y las entidades estaduales, situación que permite a estas últimas un amplio campo de libertad para tomar decisiones en este ámbito. Sin embargo, un rasgo en común entre ambas estructuras de gobierno es la orientación preeminentemente a corto plazo de las políticas de atracción de inversión extranjera, proyección que se corresponden con el modo en que se construyen las agendas y prioridades de políticas económica en el país.
Los aspectos relacionados con anterioridad evidencian las limitaciones que enfrentan en múltiples áreas el contexto regional chihuahuense, características que en nuestra opinión pueden hacerse extensiva considerando las correspondientes puntualizaciones a otras entidades estaduales.
Finalmente, la tercera vertiente del modelo conceptual comprende la cultura empresarial predominante a escala local o regional, la cual se caracteriza en lo fundamental por el predominio de un instinto de supervivencia, la adopción de estrategias de corto plazo, la proclividad al individualismo y la falta de confianza entre los propios empresarios. De hecho, uno de los factores explicativos de los rasgos que tipifican la cultura empresarial en este contexto, responden al creciente peso que presentan las pequeñas y medianas empresas en el ecosistema empresarial, cuyo peso superaba el 75% según datos del INEGI del 2012. En este análisis deben considerarse también un conjunto de peculiaridades específicas de naturaleza idiosincráticas y socioculturales. 6
En estas circunstancias, tienden a emerger importantes barreras culturales que de conjunto a factores de naturaleza social y económica, restringen de manera objetiva las posibilidades de que los empresarios trabajen, en pro de formalizar alianzas interempresariales u otras modalidades de trabajo en redes. Por tanto, uno de los rasgos relevantes de la cultura empresarial en Chihuahua ―que incluso se pueden hacer extensiva a todo México― es el pobre interés por incentivar la asociatividad empresarial.
La integración de las tres vertientes del modelo conceptual en el contexto de Chihuahua y Ciudad Juárez, muestra que las limitaciones identificadas en cada una de ellas obstaculizan la generación de sinergias competitivas en el sistema empresarial local. En este sentido, cabe destacar que una de las dimensiones fundamentales que contempla la definición del concepto de clúster brindada por los autores, es precisamente, la cooperación estratégica.
La persistencia de las limitaciones que integran las vertientes del modelo conceptual propuesto, determinan que se preserve la tendencia a favorecer el aumento del número de empresas concentradas en un mismo espacio geográfico e incluso asumiendo forma bien definidas de aglomeraciones empresariales, pero en ausencia de un marco operacional que incentive la tendencia a la clusterización efectiva.
En estas condiciones, se requiere de la evaluación de otras alternativas que coadyuven a generar sinergias de trabajo conjunto y, en paralelo, que una institución asuma el rol de liderazgo en pro de fomentar iniciativas de articulación productiva local, específicamente con las características y alcances de un clúster.
El rol de liderazgo de la institución debe presentar la capacidad de disponer de una plataforma tecnológica y organizativa con un determinado grado de desarrollo, al mismo tiempo, generar un ambiente de confianza entre los diferentes actores, que permita al gobierno, las empresas, las universidades y otras organizaciones dedicadas a la investigación: la posibilidad de trabaja en un proyecto común. Por supuesto, que ello demandará de promover la cooperación estratégica entre estos actores, de tal manera que se propicie el intercambio de información, se incentive el desarrollo de procesos de innovación y de creación de mayor valor agregado. La consolidación de estos esfuerzos en un determinado período de tiempo deben propiciar a la postre, la creación de un entorno proclive a la construcción de redes empresariales.
La creación de un ambiente conducente a la formalización de redes empresariales, sustentado en el fomento de vínculos de cooperación ha demostrado en la práctica internacional, el constituir un importante factor de estímulo a las labores de innovación, generación de nuevas empresas con mayor pertinencia para el desarrollo local, un mejor involucramiento y articulación de la industria local, e incluso pudiéndose lograr en caso particulares, una mejor inserción en cadenas productivas nacionales. Objetivamente, estas derramas positivas que se derivan del fomento de relaciones de cooperación pueden propiciar que se generen beneficios a otros actores.
La suma de los factores antes indicados deberá redundar en la eliminación de barreras de diferente alcance, las cuales a la postre deben contribuir a una transformación importante del entramado productivo de cualquier región ya que no sólo se promueve, el fomento e incorporación nuevos elementos a la cultura empresarial local, sobre todo aquellas dirigidas a incentivar la asociatividad y el trabajo conjunto. De este modo, se pueden construir los cimientos de una cultura organizacional orientada a la innovación y, en paralelo, incentivar la formación de clústeres.
Resulta oportuno recordar que los principales objetivos de las iniciativas de creación clústeres son entre otras: i) promover formalización redes entre las empresas; ii) estimular la expansión de las firmas existentes en el contexto regional; iii) incentivar la innovación; iv) atraer nuevas firmas y talento a la región; v) crear una “marca” que identifique la región o zona; vi) impulsar las exportaciones; vii) proveer asistencia a las empresas; viii) analizar nuevas tendencias de las tecnologías a escala nacional e internacional; ix) proveer de entrenamiento técnico y administrativo a las empresas; x) vinculación directa con empresas complementarias; xi) establecer estándares técnicos; xi) fomentar servicios a las incubadoras de empresas; etcétera.
El Tecnológico de Monterrey dispone del potencial necesario para erigirse como la institución líder de iniciativas de articulación productiva basada en clústeres, debido a su liderazgo proactivo en la promoción de iniciativas integradoras a lo largo de los diferentes territorios donde tiene enclavados sus campus. Asimismo, se destaca la presencia de los Campus del Sistema TEC en las regiones del país de mayor potencial económico (Véase Mapa No.4).
Otro aspecto de peso es que el Tecnológico de Monterrey, ha mantenido desde que se iniciaron sus actividades académicas, vínculos activos con los segmentos empresariales más importantes en las regiones en que se encuentran instalados sus campus. En ese sentido, está en condiciones de contribuir a la creación de un ambiente de mayor confianza entre los principales actores involucrados en un proyecto de asociatividad, de tal manera que se logré una cooperación real y estratégica, a fin de llegar a constituir redes empresariales más sólidas.
Entre las iniciativas articuladoras desarrolladas por el TEC, se destaca en fecha reciente la promoción de los parques industriales.7 En ese sentido, el proyecto de los Parques Tecnológicos se inserta en la dinámica tradicional de esta institución de buscar repuestas congruentes y efectivas a los nuevos retos y tendencias desarrollo, y sobre todo facilitando la inserción de las regiones en aquellos espacios de mayores perspectivas y capacidad de impacto económico para la nación. De tal forma, el desarrollo del proyecto de construcción de un modelo propio de Parques Tecnológicos en diversas regiones del país, es congruente con el fomento de proyectos de similares características en períodos anteriores 8.
El proceso de creación de los PT avanzó con creciente celeridad como ya se indicó en el capítulo anterior; sin embargo, aún no se ha logrado en los parques en operaciones un proceso consistente de construcción de clústeres y esta una de las razones que justifican la propuesta metodológica que contiene este capítulo, cuyo propósito fundamental es contribuir a mejorar el proceso de creación y gestión de los referidos Parques.
De acuerdo con los principales resultados expuestos a lo largo de los capítulos precedentes, consideramos que las bases teóricas fundamentales de la presente Propuesta Metodológica, se deben sustentar en los siguientes cinco principios básicos:

  • El clúster como un factor con capacidad para generar la creación de nuevas ventajas competitivas regionales. El primer principio básico de esta Propuesta Metodológica refiere la conceptualización de clúster de los autores. Esta conceptualización considera que un desarrollo regional, competitivo y sustentable, debe construirse mediante la creación de nuevas y mejores ventajas competitivas basadas en el aprendizaje, el desarrollo tecnológico y la innovación. En este sentido, el objetivo prioritario de un clúster ―tal cómo se consigna en el segundo capítulo― consiste justamente en generar un ambiente propicio para detonar dichas ventajas competitivas entre los actores involucrados, y con esto, promover el desarrollo económico regional.
  • Los Parques Tecnológicos como estrategia para el desarrollo económico regional basado en clústeres. Para lograr constituir clústeres de las características descritas anteriormente, es necesario contar con un mecanismo idóneo que logre superar en múltiples aspectos las limitaciones que han caracterizado las diferentes estrategias que se han empleado en el país para incentivar la formación de clústeres. En este sentido, los Parques Tecnológicos se erigen como una de las propuesta más viable para mitigar las limitaciones antes indicadas, dado que van disponer de una plataforma que puede facilitar, la infraestructura y los servicios indispensables, también de ciertas tecnologías y procesos organizativos que potencialmente pueden contribuir a la transformación de una aglomeración de empresas, en un verdadero clúster.

En estas circunstancias, se requiere crear la infraestructura indispensable para las empresas (la creación del espacio físico para la realización de sus actividades, la construcción de los laboratorios, entre otros) que se complemente con otros servicios que deberá proveer el Parque (incubadoras de empresas, aceleradora de negocios, investigación, asesoría, esquemas de vinculación, atracción de fondos de inversión, metodologías y tecnologías de la información, entre las principales) y, por medio de procesos de gestión (operación, capital relacional, vinculación y marketing, como los más relevantes) se logre una verdadera cooperación estratégica entre los actores. El objetivo es el desarrollo integrado de aprendizajes, tecnologías e innovación entre los actores y, por consiguiente, la conformación de un clúster.

  • La colaboración estratégica de los actores clave (EmpresasInstituciones de Educación SuperiorGobierno). La colaboración estratégica conforma un componente fundamental dentro de la definición de clúster asumida en este libro. De no lograrse, se corre el riesgo de que el Parque Tecnológico sólo funja como un medio para la concentración geográfica de empresas, sin cristalizar los beneficios antes expuestos. 9

La cooperación estratégica debe considerar que los principales actores involucrados estén dispuestos ―de ser necesario― a moldear áreas de sus estrategias que resulten afines, con la finalidad de potenciar relaciones y proyectos mutuos de mayor profundidad, impacto y trascendencia en el tiempo, pues de otra forma, el no aprendizaje mutuo y la probable ejecución de procesos de innovación de manera conjunta, no se concretarían. Es decir, la intención de generar una sinergia particular al fomento del trabajo en redes, va más allá de los beneficios alcanzados por economías de escala o la relación cliente-proveedor.
Como se destacó en el capítulo dos, la cultura empresarial y organizacional prevaleciente en el estado de Chihuahua no cuenta con las condiciones necesarias que incentiven la colaboración y la asociatividad empresarial, por lo que la gestión de los Parque Tecnológico pudiera transformarse en uno de los mecanismos que pudría contribuir a revertir esta compleja problemática.
Por supuesto, lo anterior no puede ser considerado como una tarea que se genere de manera espontánea. Se requiere de un esfuerzo intencionado y muy bien estructurado para lograr este propósito, lo que presupone la necesidad de un liderazgo integrador que articule todas las características y beneficios de un Parque Tecnológico, en función de fomentar un clúster a partir estimular el fomento de relaciones de cooperación entre las empresas que alberga.

  • Liderazgo articulador e integrador. Se debe destacar que según los resultados que se expusieron en el capítulo dos. Existe una importante correlación y dependencia entre los factores de liderazgo y los de cooperación. Ello sugiere que cuando se cuenta con una institución que lidere los esfuerzos de una iniciativa como ésta, las probabilidades de que se genere un contexto que favorezca la cooperación entre los actores, puede resultar más viable.

El rol del líder en esta Propuesta Metodológica, debe ser sumamente activo y proactivo. Este liderazgo se centrará en la creación de un ambiente propicio para que se den las condiciones descritas anteriormente. El desafío comienza con la selección de las empresas que serán albergadas en el Parque; posteriormente con la gestión y operación -como facilitador y mediador- del mismo, se propiciarán los espacios y momentos adecuados para la interacción constante entre los diferentes actores; con la finalidad de generar un ambiente de confianza para la exploración de las opciones potenciales para el desarrollo de la colaboración mutua.

  • Evaluación en términos cuantitativos y cualitativos del funcionamiento del Parque Tecnológico como herramienta de impulso a la creación de un clúster. Finalmente, el quinto principio básico sobre el que está construida esta propuesta, propone la integración de indicadores, tanto cuantitativos como cualitativos, para la evaluación del desempeño de los Parques Tecnológicos.

Si bien es cierto que los indicadores cuantitativos —las solicitudes de patentes, la cantidad de entidades vinculadas, el número proyectos conjuntos y la creación de nuevas empresas, entre otros— representan pautas de seguimiento irrenunciables en la evaluación. También resulta importante el empleo de indicadores cualitativos en la medición de los avances o progresos de un Parque Tecnológico, por ejemplo, el grado de cooperación entre los actores, la calidad del liderazgo, el nivel de asociatividad, el capital social relacional entre los actores y la permanencia en el tiempo de sus proyectos, etcétera.
La incorporación de indicadores cualitativos en la evaluación del desempeño de un Parque Tecnológico permite, no sólo complementar el seguimiento de su labor y trascendencia, de acuerdo a lo previamente descrito, sino que también arroja evidencias acerca de que éste va dando pasos hacia formalización de un verdadero clúster.
Un desempeño positivo en los indicadores cuantitativos es indispensable y, al mismo tiempo, muy necesario. Empero, se corre el riesgo de que sólo se trate de un éxito temporal, ya que si los indicadores cualitativos no se comportan adecuadamente, la sustentabilidad y trascendencia del Parque Tecnológico pueden verse comprometidos en el futuro y, con ello, se pierde la posibilidad de facilitar la creación de nuevas ventajas competitivas.
Por último, es importante tener presente que todos estos indicadores deben conformar un verdadero sistema de evaluación, los cuales deberán ser monitoreados, analizados y evaluados de manera periódica, de tal suerte que se pueda reaccionar de manera ágil ante cualquier desviación detectada, así como de identificarse áreas potenciales de mejora.
De los principios básicos, antes descritos, se derivan un conjunto de directrices que pueden conceptuarse estratégicas dado que permitirán guiar el desarrollo de un Parque un clústeres.
La implementación de las directrices estratégicas se concibe como el núcleo fundamental de la Propuesta Metodológica, debido entre otras razones porque le imprimen la direccionalidad necesaria y ofrecen la posibilidad de definir las etapas, procesos e instrumentos requeridos para la creación y gestión de parques tecnológicos. Se definen como directrices estratégicas de la presente Propuesta Metodológica, las siguientes:

  • Identificar los factores clave que facilitan la formación de clústeres en la región. Existe una serie muy extensa de factores que están que inciden en la formación y el desarrollo de clústeres en una determinada región. A pesar de que es posible definir y trabajar en una buena parte esos factores, es fundamental establecer prioridades e identificar aquellos que tienen una incidencia profunda y directa en la constitución de un clúster.

Como se explicó anteriormente, una dimensión fundamental en la definición de los autores con relación a los clústeres consiste en desarrollo de relaciones de cooperación entre sus actores. Por ello, se le otorga un peso importante a este tema. De ahí, que los instrumentos aplicados y expuestos en el capítulo dos, los análisis estadísticos dan prioridad a la relación existente entre el liderazgo, la cultura de la cooperación y la asociatividad.
Lo anterior no significa que el resto de los factores carezcan de importancia, pero si el liderazgo institucional y la cooperación estratégica no están presentes o carecen de potencial suficiente, las premisas para la conformación de clústeres se desvirtuarían, a partir de la definición de clúster que se asumió en esta investigación.
Por tanto, esta primera directriz estratégica marca el rumbo para la puesta en marcha de un Parque Tecnológico, dado que funge como un termómetro que indica al líder de la iniciativa, cuáles son los factores claves que debe tener en cuenta y, a su vez, a cuales debe dedicar mayores esfuerzos y recursos.

  • Identificar a priori los sectores productivos con mayor potencial para fomentar redes empresariales. Es importante la identificación de los sectores productivos con mayor potencial para la conformación de clústeres, sobre todo en el ámbito de la alta tecnología. Las áreas con mayores potencialidades científicas y tecnológicas vinculadas a los referidos sectores deberán constituir, el centro de las acciones a desarrollar el Parque Tecnológico, toda vez que las mismas se supone que en estas áreas es muy probable que estén concentrada una parte importante de los esfuerzos de I + D a escala regional y, sobre todo las empresas que las desarrollan deben presentar determinadas similitudes en la organización de los procesos e incluso en los modelos de negocios.

En la concreción de esta directriz estratégica se debe tener presente que en la actualidad, debido a los avances tecnológicos logrados en diversas ramas del conocimiento, es posible ―y en muchos casos, imprescindible— intensificar la integración intra e intersectorial, en tanto la obtención de este resultado representa un aspecto fundamental en la mejoría de los niveles de competitividad de una región.
Un ejemplo de la evolución progresiva de esta tendencia; es la integración que se ha producido entre el sector de las tecnologías de la información y el resto de los sectores de la economía, cuya integración se ha transformado en un aspecto decisivo en el progreso de varias ramas de la economía y, sobre todo en el fomento de nuevos eslabonamientos productivos.
La evolución de la tendencia a una mayor integración entre el sector de las tecnologías de la información con otros sectores, se destaca la industria automotriz, en la cual la ampliación del empleo de determinado software, no solo ha permitido elevar sustancialmente la calidad de las labores de diseño, sino también la fiabilidad y los niveles de garantía técnica de los todos los subsistemas que conforman un automóvil. En la literatura internacional este proceso se define como software embebido automotriz.
El software embebido es en lo fundamental un paquete tecnológico que posibilita, el procesamiento programado de una o varias funciones que cumplen con un objetivo específico, que puede incluir partes mecánicas, eléctricas y/o electromecánicas.10 Según estimados realizados en la Unión Europea en la industria automotriz contemporánea, el software embebido representa entre el 10% y el 30% del valor de compra de un automóvil. 11

  • Identificar el liderazgo de una Institución promotora de la iniciativa. Como ya se mencionó en este capítulo, se requiere de la presencia de un fuerte liderazgo de una institución. Ello se justifica porque es fundamental amalgamar en torno a la creación de un Parque Tecnológico, todos los factores clave del proceso de desarrollo de un clúster, así como también los intereses y expectativas de los actores empresariales de mayor potencial de innovación, los gobiernos y de las universidades que pudieran participar en este proyecto.

Como fue descrito anteriormente, ésta no es tarea fácil, por consiguiente, no cualquier institución puede jugar este rol de líder, se requiere de prestigio, experiencia y compromiso probados. Asimismo, y en relación a los casos de éxito más notorios a nivel internacional, la experiencia sistematizada concluye que estas iniciativas funcionan mejor cuando son lideradas por instituciones educativas, como es el caso del tan mencionado “Silicon Valley” en los Estados Unidos.
En caso particular de Chihuahua, e incluso para otras regiones mexicanas, una institución que cuenta con todo el potencial para llenar el perfil de liderazgo en este tipo de iniciativas es el Tecnológico de Monterrey, constituye  una institución académica que goza de un excelente prestigio en el entorno gubernamental, académico y empresarial en cada región donde se están establecidos sus Campus, además cuenta con una experiencia probada en el desarrollo, la operación de incubadoras, aceleradoras, consultorías y demás servicios que son ofrecidos por los diferentes Campus del TEC.

  • Desarrollar alianzas estratégicas con los actores principales. Esta directriz estratégica alcanza su concreción cuando los actores involucrados están dispuestos a cooperar entre sí y a colaborar estratégicamente, lo cual implica alinear sus propias estrategias con las estrategias de otras organizaciones (Véase la figura 12).

La inclusión de las alianzas estratégicas representa un tema complejo en el desarrollo de un Parque Tecnológico, ya que muchas de las empresas que se instalan en el Parque deben esperar un cierto tiempo para generar contactos y relaciones de cooperación con el resto de las integrantes del Parque, otras necesitan de la maduración de sus proyectos específicos, sobre todo aquellas vinculadas la realización de procesos I+D. A esto se añade la necesaria evaluación de los factores de riesgo.
La concreción acciones que favorezcan la asociatividad presupone de la creación de un clima de comunicación avanzando muy por encima de alianzas para la producción, o de compartir riesgos en la creación de nuevas empresas o productos.
La formalización de alianzas en el área de I+D, puede implicar que se involucren áreas de sensibilidad estratégicas de las empresas, además la posibilidad de que se produzcan la propagación de conocimientos y tecnologías no deseadas entre sí.12 Estos riesgos son los que en ocasiones hacen complicado que se llegue a concretar realmente una colaboración efectiva o una alianza verdaderamente estratégica entre los actores en el marco de un Parque Tecnológico. Por ello, desde la perspectiva de los autores, esta directriz estratégica resulta vital en la aplicación de la presente propuesta metodológica.

  • Evaluar el desempeño del Parque Tecnológico en función de la colaboración estratégica. Un componente esencial en el despliegue de toda estrategia, es la evaluación de su implementación, partiendo del entendido de que cualquier esfuerzo estratégico se ve amenazado por procesos de implementación y control mal orientados.

Este planteamiento, en estrecha sintonía con el quinto principio de la presente propuesta, promueve la evaluación periódica del desempeño del Parque Tecnológico, en función de una serie de indicadores cuantitativos de operación, pero también de los indicadores cualitativos, debido que muestran el logro de los avances en la transformación de la cultura empresarial de la región, como requisito básico para la creación de un futuro clúster.
En la práctica, la concreción de las directrices estratégicas expuestas, debe marcar la pauta en las acciones relacionadas con la creación y gestión de Parques Tecnológicos, con el objetivo principal de perfeccionar el desempeño en sus funciones y procesos fundamentales.
Si bien, lo referente a los principios y directrices estratégicas de la propuesta metodológica constituyen su plataforma teórica y orientadora, ésta carecería de coherencia y utilidad práctica si no se enmarcaran las etapas, los procesos esenciales y los instrumentos metodológicos necesarios para su aplicación, mismos que se abordan en el acápite siguiente.

1 . Fernández Sotelo, Adalberto, 2010.

2 . Según datos recientes del INEGI, Chihuahua continúa ocupando posiciones de liderazgo en la concentración de empresas maquiladoras.

3. OCDE, 2009. Op.cit, pp. 15-16.

4. Véase para mayor detalle. OCDE, 2009. Op. cit, pp. 25-30

5. En diversos estudios se destaca que México constituye uno de los países en que la inversión extranjera no ha constituido un factor que contribuyera a la obtención de progresos importantes, en materia de aumento de la productividad del trabajo y en el orden de desarrollo científico y tecnológico.

6 . Estos rasgos que caracterizan la cultura empresarial en México se encuentran presente con mayor o menor intensidad en otras naciones latinoamericanas.

7 . Tecnológico de Monterrey (2005): Programa Fundamental para el Desarrollo del Estado de México hacia 2005 y competitividad visión hasta 2020. Clúster de parques industriales, México.

8 . Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Red de Parques Tecnológicos del Tecnológico de Monterrey, en sitio web: http://www.itesm.mx. 2010.

9 . La formalización de clústeres derivado del funcionamiento de los Parques Tecnológicos aún transita por una etapa muy incipiente, la cual se corresponde con el grado de madurez y desarrollo que presentan estas instituciones.

10. Dmitruk, Andrés E. y otros, (2007, P. 1)

11. Juliussen, Egil& Robinson, Richard, (2010,P. 26)

12 . Centro de Difusión de la Innovación AEDIE. Alianzas Estratégicas, 2010, en http://www.aedie.com/Espa%F1ol/PAGINAS/cdt/nuevos%20contenidos/alianzas.pdf.