MERCOSUR: POLITICAS MACROECONÓMICAS, ACTORES Y SUJETOS SOCIALES, NEGOCIACIONES y ACUERDOS DE INTEGRACIÓN EN BRASIL Y ARGENTINA

MERCOSUR: POLITICAS MACROECONÓMICAS, ACTORES Y SUJETOS SOCIALES, NEGOCIACIONES y ACUERDOS DE INTEGRACIÓN EN BRASIL Y ARGENTINA

Eugenio E. Espinosa Martínez (CV)
Universidad de La Habana

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GLOBALIZACIÓN Y REGIONALIZACIÓN

El objetivo de este capítulo es analizar las tendencias de la globalización que influyen sobre las políticas macroeconómicas en Brasil y Argentina y sobre los actores internos y externos -institucionales, económicos y sociales- que tienen que ver con el Mercosur.

Lo usual es remitir la globalización al cambio tecnológico, a la corporación estratégica transnacional y a la formación de bloques regionales económico-políticos -Norteamérica, Europa '92 y Japón en el Sudeste asiático. Sin embargo, otros aspectos de la globalización han sido poco tratados: la crisis de la deuda externa, el cambio hacia las políticas macroeconómicas neoliberales y los actores internacionales emergentes. La visión trilateral de bloques tambien deja de lado otras agrupaciones y países.

Desde el ángulo sociológico, político y de relaciones internacionales, lo usual ha sido remitir la globalización al anacronismo de los Estados nacionales, a la emergencia de temas globales transfronterizos -ecología, narcotráfico, migraciones, derechos humanos-, a la idea de las soberanías limitadas y a la tendencia a la unipolaridad político-estratégica posguerra fría. Tambien desde este enfoque disciplinario ha habido temas poco tratados: los intentos de búsqueda de mayor autonomía internacional por los Estados nacionales semiperiféricos y periféricos (Puig 1984: 25), el papel de los nuevos actores y el relativo desgaste de las macropolíticas neoliberales, fenómenos asociados a las resistencias al cambio neoliberal.

La incidencia de los cambios globales sobre el Mercosur puede producirse de manera directa o indirecta. Indirecta a traves del "contexto", "pano de fundo" mundial en el que se desenvuelven los acuerdos, la actuación de los actores y las políticas macroeconómicas; lo que en esta tesis se denomina "efecto introyección". Directa, por la incidencia de las políticas macroeconómicas de los países centrales sobre las economías de Brasil y Argentina; y por la incidencia de los actores internacionales sobre los actores institucionales, económicos y sociales en Brasil y Argentina, sea a través de las renegociaciones de la deuda externa, de las negociaciones en el GATT, de los acuerdos marcos de la Iniciativa para las Américas, u otras.

Las tendencias globales que inciden sobre el Mercosur son la crisis de la deuda, la inestabilidad y el bajo crecimiento, que tornan más vulnerables a los actores nacionales. Las políticas macroeconómicas, expresión de las acciones de los actores institucionales, cambian hacia un perfil neoliberal, primero en su variante de estabilización ortodoxa, luego de ajuste estructural y finalmente hacia las reformas económico-políticas de largo plazo, lo que refuerza la crisis y la vulnerabilidad de los actores frente a ella. Los cambios asincrónicos en la correlación de fuerzas entre los países centrales no solo refuerza el (des)orden global sino que concentra los intercambios económicos y políticos Norte/Norte y lleva a una relativa marginación internacional de los países semiperiféricos como Brasil y Argentina.

Otros factores globales que refuerzan los efectos de los anteriores son el derrumbe del sistema socialista internacional y la desintegración de la ex-URSS, que inicia la posguerra fría; la tendencia al bloqueo del multilateralismo y a la formación de bloques regionales, desafío del cambio tecnológico y mayor competencia entre las empresas y entre las economías nacionales.

Esos cambios condujeron a la interacción entre los procesos global, regional y nacional y a transformaciones en el sistema mundial (Chase-Dunn 1991, Wallerstein 1979, Szentes 1988).

Los cambios globales reforzaron las tendencias a la integración regional en todo el mundo (ONU 1992, UNCTAD 1992), desembocando en la formación de bloques económico-políticos. Ambos fenómenos son producto de tendencias de largo plazo. 

La aceleración de los procesos de internacionalización en los años '70 dio lugar a tempranas elaboraciones globalistas (Barnet y Mueller 1974, Furtado, dos Santos y Souza 1978, Dunning 1976, Wallerstein 1979). Los análisis se concentraban en la expansión de las transnacionales, su creciente importancia en las relaciones internacionales, efectos sobre los países de origen y destino y relaciones con los Estados nacionales.

La importancia del tema originó estudios sistemáticos sobre el asunto (ONU 1974, 1978, 1983a 1988a). Algunas cifras  grafican la importancia de estos nuevos actores internacionales 1: hacia finales de los '80 aportaban el 25% del PIB mundial, el 30% del comercio internacional se realizaba como comercio intrafirma, concentraban alrededor del 90% de las inversiones directas y algo más del 60% del capital de préstamo (ONU 1988a: 16, 74-79, 90-96, 112).

En los '70 los estudios se dedicaban a las transnacionales productivas y las inversiones directas, pero en los '80 fueron más frecuentes los dedicados a la banca transnacional y al capital de préstamo (CEPAL 1983, Devlin 1980, Gorostiaga 1978, Estévez y Lichtensztejn 1981, Compton 1983). La razón básica la expresó Compton: en 1982, 35 países en desarrollo tenían dificultades financieras extremas y en los grandes bancos se hablaba con franqueza de la posibilidad de un colapso crediticio global (Compton 1983: 189-190).

La gran banca transnacional no era la única preocupada. Los cambios estructurales en la industria y la economía mundiales, las transformaciones en la división internacional del trabajo, las resistencias al cambio neoliberal, la crisis estructural, las interacciones entre las políticas comerciales e industriales de cada país, son cuestiones centrales que se mantienen a lo largo de la década (Diebold 1980, ONUDI 1985, OCDE 1983, ONU 1991, Drucker 1989).

Murray señaló tempranamente que "necesitamos un modelo que contenga empresas internacionales, estados nacionales e instituciones internacionales como unidades primarias" (Murray 1976: 330), pero los estudios económicos y políticos las continuaron asumiendo por separado.

Una excepción es el enfoque del sistema de economía mundial (Wallerstein 1979, Chase Dunn 1991), que propone una estructura de hegemonías jerárquicas en centro/semiperiferia/periferia, en la que interactúan la producción mercantil capitalista, los procesos geopolíticos, la formación de los Estados nacionales, de las clases y de las naciones, y en la que los actores intermedios semiperiféricos tienen diferentes estrategias y posibilidades de desarrollo (Chase-Dunn 1991: 121,315) 2. Este enfoque resulta útil para el análisis global ya que estudia las interacciones entre el sistema de economía mundial y el sistema político interestatal, a pesar de que ambos autores minimizan el papel de algunos actores nacionales e internacionales  y de que las comparaciones históricas de plazos muy largos dejan una impresión de cierto ahistoricismo, sobre todo en el caso de Wallerstein.

Esa estructura general jerárquica del sistema mundial no cambia en los '80, pero se registran cambios en su dinámica; en la correlación de fuerzas entre los Estados nacionales, sobre todo entre las superpotencias, potencias mayores y menores; en el grado de globalización de los mercados y en la importancia de algunos actores internacionales emergentes como la banca y el FMI. La importancia de estos nuevos actores no puede comprenderse al margen de otros tres rasgos importantes de la globalización: la crisis estructural, el endeudamiento externo y las nuevas políticas macroeconómicas. Este es un enfoque poco frecuente.

Si en los '70 una de las preocupaciones giraba en torno al managment de la interdependencia (Camps 1974), en los '80 es el managment de la deuda externa, del cambio global y de la crisis lo que ocupa un lugar prioritario en los países centrales. Según el Director del Centro de Desarrollo de la OCDE, Emmerij, en los '80 la globalización cada vez más se concibe como un asunto de de la OCDE (Emmerij 1992) quedando fuera el resto de las regiones y países. Para el economista holandés, Emmerij, esa marginación es consecuencia de que la teoría de la locomotora del crecimiento ha perdido validez, el delinking planteado por Samir Amin se produce ahora a partir de las tendencias en los centros más que por iniciativa defensiva de la periferia 3 .

Guilhon Albuquerque trata el asunto en términos de "quedar fuera del mapa mundial, europeo o americano", en la nueva configuración político-estratégica de la posguerra fría, considerando que ha disminuido la capacidad de las potencias menores y de los países del Tercer Mundo (Guilhon Albuquerque 1992: 1-2).

Estos asuntos son de la mayor importancia para el Mercosur. La percepción de una relativa marginación en las relaciones internacionales -económicas, políticas, estratégicas, culturales- conduce a los países semiperiféricos como Brasil y Argentina, a reforzar sus acciones internacionales como vía para lograr una mayor capacidad de negociación y presencia en los asuntos mundiales, como forma de disminuir sus vulnerabilidades externas y como intento de lograr mayor autonomía. En lo que se diferencian, en todo caso, es en las acciones concretas que emprenden. El Mercosur es una de esas acciones.

Este capítulo se concentra, pues, en la crisis y sus impactos sobre Brasil y Argentina; en la correlación de fuerzas entre los países centrales, las transferencias financieras a los EU y sus consecuencias para Brasil y Argentina; en la deuda externa y la relativa marginación económica y política de los asuntos mundiales; en las políticas de ajuste y en la actuación de los actores internacionales que las impulsan y promueven.

1      En rigor, sus antecedentes se remontan a finales del siglo XIX, con nuevos rasgos a partir de la segunda posguerra. Lo nuevo es el peso que logran alcanzar en la economía y la política mundial (Espinosa 1981).

2     Chase Dunn y Wallerstein presentan diferencias importantes -metodológicas y de contenido- aunque ambos parten de la noción de sistema mundial. Esas diferencias y debates no son objeto de estudio de este capítulo.

3     Ese delinking es relativo: los deudores semiperiféricos dejan de recibir financiamiento pero tienen que continuar pagando sus deudas, deben exportar más y abrir sus economías unilateralmente pero continúan enfrentando las barreras neoproteccionistas en los mercados internos de los países centrales.