MERCOSUR: POLITICAS MACROECONÓMICAS, ACTORES Y SUJETOS SOCIALES, NEGOCIACIONES y ACUERDOS DE INTEGRACIÓN EN BRASIL Y ARGENTINA

MERCOSUR: POLITICAS MACROECONÓMICAS, ACTORES Y SUJETOS SOCIALES, NEGOCIACIONES y ACUERDOS DE INTEGRACIÓN EN BRASIL Y ARGENTINA

Eugenio E. Espinosa Martínez (CV)
Universidad de La Habana

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2.2.- Tres incidentes sobre la actuación de los actores y los antecedentes del Mercosur

El examen de los antecedentes del Mercosur permite identificar el papel de los actores institucionales, internos y externos, en la precariedad y corta vida de los acuerdos previos de integración. El proyecto del ABC propuesto por Perón y firmado en 1953 entre Argentina y Chile no llegó a ser firmado nunca por el gobierno brasileño de la época debido a la actuación del Ministro de Relaciones Exteriores, Joao Neves da Fontoura, vinculado a los agroexportadores de la UDN, que denunció el Tratado como inamistoso para los EUA. Los temas principales en aquel debate fueron las compras de trigo y las relaciones con los EUA.

      Moniz Bandeira, Lanús y Lafer documentan la convergencia de acciones e intereses de actores internos y externos -sobre todo de EUA- que se oponían al ABC, reforzando las vacilaciones del Presidente Vargas e inviabilizando la incorporación del Brasil (Moniz Bandeira 1987: 24-25, 29-31, Lanús 1984: 9-11, Lafer 1987: 35).

      El otro incidente, referido por Hirst, Mármora y Moniz Bandeira, en que se distingue claramente el papel de los actores -en este caso los actores económicos-, está en la oposición de los industriales argentinos al modelo de integración económica de perfil neoliberal propuesto como extensión subregional de las políticas macroeconómicas durante la dictadura militar argentina.      El impacto de las políticas macroeconómicas sobre la confrontación entre los actores institucionales y económicos por uno u otro modelo de integración, incluso en condiciones de un favorable clima de aproximación bilateral como el del período 1979-1984, ejemplifica muy bien la dinámica que va de las políticas macroeconómicas a los actores y a los acuerdos de integración (Hirst y Lengyel 1986, Bandeira 1987: 66-69, Mármora ener/mar 1988).

      Algunas constantes en la actuación de los actores aparecen a lo largo del tiempo sugiriendo la presencia de factores estructurales de largo plazo que son referidos por Camargo cuando señala que Brasil y Argentina "reflejan en su comportamiento externo, por un lado, las contradicciones internas de su propia estructura social, profundamente desigual y la discontinuidad de su organización política y, por otro, la asimetría de la estructura de poder del sistema internacional, que les reserva el lugar de naciones dependientes y con problemas de desarrollo" (Camargo 1987: 31).

      La caracterización de Camargo resulta inobjetable y compartida por el autor, pero no responde una cuestión central: porque y como cambia la relación Brasil-Argentina de una interdependencia bilateral en la que tiende a predominar el conflicto y la rivalidad, hacia otra en que predomina la cooperación y los acuerdos de integración se aceleran.

      Los geopolíticos, estrategas, historiadores y algunos especialistas en relaciones internacionales señalan la herencia colonial de rivalidad entre los imperios español y portugués como factor de rivalidad y conflicto entre Brasil y Argentina durante la primera etapa republicana (Sanz 1987, Siqueira 1987, Tulchin 1983, Hilton 1983, Moniz Bandeira 1987). Que esa herencia, de una u otra manera, no ha desaparecido lo revela el Simposio de Estudios Estratégicos de 1987 (Pereira 1987), aunque no fue motivo suficiente para que impidiera el avance de los acuerdos que se refleja en la firma del Tratado ese mismo año.

      Los militares como actor institucional interno que se expresan como factor geopolítico y estratégico, aunque mantenían sus reticencias subregionales no fueron elemento de oposición para inviabilizar los acuerdos de integración, lo que indica que surgieron factores, actores y situaciones cuyo peso e importancia conducen a priorizar la integración.

      Mármora, Tulchin, Moniz Bandeira y Lanús le confieren particular importancia a la incidencia que tienen las disputas entre las grandes potencias sobre las relaciones bilaterales argentino/brasileñas, así como a los actores internos que conducen a diferentes alineamientos internacionales (Tulchin 1983, Moniz Bandeira 1987, Mármora ener/mar 1988, Lanús 1984).

      La oposición secular de las potencias al acercamiento Brasil-Argentina, documentada por los autores referenciados, plantea la cuestión de si continua o no en la actualidad. La literatura existente distingue que cambian la percepción, el diseño y la ejecución de las políticas exteriores de Brasil y Argentina en un contexto de cambios internacionales y transformaciones económicas, políticas y estratégicas en ambos países.

      Moniz Bandeira refiere los cambios en la correlación subregional debido a la industrialización brasileña y la desindustrialización argentina, lo que sugiere un cierto liderazgo subregional (Moniz Bandeira 1987), pero Miyamoto observa que ninguno de los dos países tiene condiciones actualmente de reivindicar y arcar con los costos de una posible hegemonía subregional (Miyamoto 1990: 129), lo que sugiere más una integración por insuficiencias que impulsan a potenciar los intereses comunes.

      La observación de Miyamoto podría fundamentarse en que para ambos países ha pasado la época en que prevalecía la opción por el desarrollo aislado como vía para la consecución de sus objetivos nacionales, es decir, en que los países suramericanos abandonan sus autopercepciones de potencias intermedias -de larga tradición en ambos países- que rivalizan por hegemonizar la subregión. Sin embargo, Miyamoto no fundamenta ni expone el origen y características de esa vulnerabilidad que habría conducido a los dos países a una era de cooperación.

      Lafer, en cierta medida, sintetiza los diferentes enfoques al señalar las asincronías en los ciclos económicos y políticos de Brasil y Argentina, las diversas alianzas e inclinaciones internacionales de cada país y la redistribución regional del poder en latinoamérica, los que considera como factores que compulsan a entendimientos bilaterales, considerando, a su vez, que la creciente vulnerabilidad de Argentina y Brasil no evita la existencia de flexibilidades internacionales para potencias intermedias como ambos países (Lafer 1987).