MERCOSUR: POLITICAS MACROECONÓMICAS, ACTORES Y SUJETOS SOCIALES, NEGOCIACIONES y ACUERDOS DE INTEGRACIÓN EN BRASIL Y ARGENTINA

MERCOSUR: POLITICAS MACROECONÓMICAS, ACTORES Y SUJETOS SOCIALES, NEGOCIACIONES y ACUERDOS DE INTEGRACIÓN EN BRASIL Y ARGENTINA

Eugenio E. Espinosa Martínez (CV)
Universidad de La Habana

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5.4.-El debate de 1992: actores y viabilidad del Mercosur

      Ese debate de 1992 sobre la viabilidad del Mercosur ejemplifica la principal línea de argumentación de esta tesis que vincula contexto internacional/políticas macroeconómicas/actores institucionales, económicos y sociales/acuerdos de integración.
      El 1ro de abril de 1991 en Argentina se lanza el Plan de Convertibilidad o Plan Cavallo que define una tasa de cambio fija para el dólar y la total y libre convertibilidad del peso, mantiene la emisión monetaria en función del ingreso de divisas, acelera el programa de privatización y extiende el ajuste del gasto a los gobiernos provinciales. Los dos pilares básicos de este nuevo plan macroeconómico son el superavit comercial (que garantice un alto nivel de reservas en divisas); y el superavit fiscal (que permita pagar las deudas externas e internas).
      La dolarización de la economía argentina, presente desde el Plan Bonex en 1989 y que se acelera con el Plan de Convertibilidad, la reducción arancelaria y las mayores tasas de interés interna dirigidas a atraer divisas del exterior, condujeron a una sobrevaloración del peso frente al dólar y una reducción del superavit comercial en 1991 (García 1992). Durante 1992 esas tendencias se consolidan y refuerzan.
      A partir de marzo de 1992 comienza el debate sobre la necesidad de ajustes al Plan Cavallo para evitar tanto el resurgimiento de las tendencias inflacionarias como la implementación de medidas recesivas (Lavagna 1992:20).
      Para el equipo económico del Ministro argentino Domingo Cavallo y para el propio gobierno Menem, mantener el crecimiento con inflación baja es un objetivo político de importancia en un contexto de elecciones legislativas y de la preparación para las Presidenciales.
      Brasil, por su parte, mantenía una política económica recesiva, con altos niveles de inflación y una moneda devaluada frente al dólar. En tales condiciones, el superavit comercial brasileño con Argentina alcanzó una cifra record de más de $mil 545 millones de dólares en 1992.
      En Argentina, las resistencias internas al Mercosur surgieron con fuerza por parte del Ministerio de Economía y de la Unión Industrial Argentina (UIA), reclamando cláusula de salvaguarda generalizada.
      Las asincronías en las economias y en las políticas macroeconómicas condujeron a un cambio -que puede o no ser coyuntural- en la postura negociadora de los actores institucionales y económicos involucrados: el inicial y relativo desinterés brasileño deviene en un creciente interés (Argentina ha pasado a ser su segundo socio comercial), mientras el inicial interés argentino en el Mercosur comienza a registrar resistencias significativas (Barbosa 1992:12, Lavagna 1992:21).
      La medida adoptada por el gobierno argentino, amparado en la cláusula de salvaguarda del Tratado de Asunción, fue la de elevar de 3% a un 10% la tasa de estadística aplicada a las importaciones. Desde finales de 1992 las negociaciones argentino-brasileñas habían conducido a acuerdos para aumentar las compras de Brasil en Argentina: petróleo, acuerdos de largo plazo para la compra de gas, grandes compras de trigo y harina y esquemas de intercambio automovilístico. Llama la atención que mientras acontecía ese proceso negociador, en noviembre de 1992 el gobierno de E.U. ofreció a Brasil la venta de trigo subsidiado hasta un 30% del precio. A diferencia del año 1991, en esta ocasión el gobierno brasileño decidió comprar el trigo argentino.
      Las declaraciones del embajador argentino en Brasil, sobre la reducción del déficit comercial bilateral de su país durante el primer semestre de 1993, revelan un cambio de tono respecto a 1992 (Mercomundo 1993:20).
      Los incidentes de  1992 corroboran:
- los impactos de las políticas macroeconómicas sobre la actuación de los actores en general y su postura negociadora respecto a los acuerdos integracionistas en particular,
- la capacidad de las instituciones y de la red de intereses creados en torno al Mercosur para reaccionar a los impactos negativos que afectan la consecución de los acuerdos integracionistas y encontrar formas de adecuarse a la nueva situación, esto es, capacidad de reproducirse.
      Las políticas macroeconómicas y sectoriales, sin embargo, no se diseñan en función del escenario integracionista, todo lo contrario, más bien lo desconcen, ya que se diseñan y ponen en práctica en función de la economía y la política internas de cada país en el contexto de sus intercambios y dependencias internacionales.

5.5.-Dos características del comercio Brasil-Argentina

      Hay dos rasgos característicos de los intercambios Brasil-Argentina que no han sido señalados por los expertos y que indudablemente influyen sobre los acuerdos integracionistas, añadiéndose a los expuestos anteriormente.
      El comercio bilateral tiene un carácter relativamente marginal para ambos países, lo que se revela en su pequeña participación en el comercio exterior de Argentina y Brasil con el mundo.
      El carácter marginal de las exportaciones e importaciones bilaterales(más para Brasil que para Argentina) permite un mayor margen de maniobra en las negociaciones, ya que pueden tomarse medidas facilitadoras del comex bilateral sin que causen significativo impacto sobre el comercio con el resto del mundo, ni sobre las economías nacionales.
      Esta fue la situación predominante durante el quinquenio 1985-1990. Sin embargo, en 1991 y 1992 el comercio bilateral aumenta significativamente (más del 100%) y Brasil y Argentina pasan a ocupar un importante lugar entre sus principales socios comerciales respectivos: Argentina deviene el segundo socio comercial de Brasil, superando a Japón y sólo superado por los E.U.; mientras Brasil pasa a estar entre los tres primeros socios comerciales de Argentina.
      Además, como se parte de bajos niveles iniciales de intercambio, los incrementos logrados resultan significativos.
      Otro rasgo característico de los intercambios, es que el grueso del comercio bilateral Brasil-Argentina se concentra en un pequeño número de productos. Más del 85% de las exportaciones de Brasil hacia Argentina y más del 75% de las importaciones brasileñas procedentes de Argentina (en los últimos tres años) se concentra en 15 productos.
      A su vez, más del 65% de las exportaciones argentinas al Brasil se concentra en los 12 productos que más crecieron en el comercio bilateral en los últimos 3 años.
      Esta concentración del comex bilateral en un pequeño número de productos le confiere (real o potencialmente) una significativa importancia a las políticas sectoriales en el Mercosur.
      En ese conjunto de 12-15 productos, hay un grupo de 6-9 productos en que las importaciones brasileñas procedentes de Argentina representan más del 30% de las importaciones totales brasileñas de cada uno de esos productos, es decir, en que Argentina es el principal abastecedor de Brasil. Para las exportaciones argentinas también hay un grupo de 6-9 productos para los que el mercado brasileño es su principal destino, absorbiendo más del 25% de las exportaciones totales de cada uno de esos productos.
      En el caso de Brasil, hay un grupo de 6-8 productos para los que Argentina está entre los principales países destino de sus exportaciones con más del 10% del total.
      Las ramas en las que se ha logrado determinado nivel de intercambio intraindustrial, figurando en la pauta de exportaciones e importaciones de ambos países son: automotriz, componentes de centrales nucleares, productos químicos, plásticos, maquinaria y material electrónico.
      Estas características de los intercambios intra Mercosur explican la importancia de los Acuerdos Sectoriales más allá del cronograma de liberalización comercial y de la mayor o menor coordinación de las políticas macroeconómicas.
      Para otro grupo de productos los intercambios tienen un carácter principalmente intersectorial. Este es el caso de los productos agropecuarios y agroindustriales para los que Argentina presenta ventajas comparativas naturales y de especialización productiva, y los productos minerales en los que Brasil presenta ventajas comparativas naturales y de especialización.
      De conjunto, las situaciones comparativas sectoriales en Brasil y Argentina son diferentes y muy heterogéneas para cada sector lo que torna muy insuficiente la simple eliminación o disminución de barreras (tarifarias y no tarifarias) al comercio, exigiendo no solo la coordinación en las políticas sectoriales sino, también, el diseño e implementación de políticas de reconversión productiva y de compensación social. Ese es el debate que toma fuerza a partir de 1991, en la medida en que avanza el Cronograma de liberalización comercial bilateral (y las respectivas reformas arancelarias).