CIENCIA, INNOVACIÓN Y PRODUCTO

CIENCIA, INNOVACIÓN Y PRODUCTO

Luis Héctor Perego (CV)

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Marco conceptual

Partiendo de la idea básica de que a nivel macro, de la economía nacional, las políticas de equilibrio, ajuste y crecimiento están bastante resueltas, cada vez cobra más importancia y mayor fuerza, al menos para un grupo no despreciables de estudiosos del desarrollo, la perspectiva espacial, territorial, regional y local. Es a este nivel donde, lo que en términos nacionales promedio puede reflejar un comportamiento razonable, es posible observar con mayor nitidez el rostro vivo de las desigualdades y, por tanto, el lugar común donde es necesario buscar respuestas concretas para la superación de la pobreza, para el emprendimiento de nuevas actividades productivas que incorporen los avances tecnológicos más recientes, para la generación de empleo, en definitiva, para la potenciación de nuevos estilos de desarrollo originados desde la base. Existen buenas razones para pensar que en lo local y más específicamente en el impulso a procesos de desarrollo local sería posible encontrar fuertes conexiones entre crecimiento y equidad, entre desarrollo económico y desarrollo social, en concreto, una respuesta efectiva para la identificación de políticas destinadas a promover el desarrollo de las comunidades de la región.
En el contexto de la actual economía mundializada, y aprovechando la flexibilización de los procesos productivos y la revolución de la microinformática y de las comunicaciones, recobra importancia el aprovechamiento de los recursos locales endógenos expresados en sus potencialidades culturales, institucionales, económicas, sociales y políticas para el desarrollo de sistemas territoriales innovadores y competitivos.
La literatura sobre crecimiento económico y comercio internacional ha aportado evidencia que demuestra que es posible alcanzar tasas de crecimiento altas y estables utilizando a las exportaciones como motor del desarrollo. Para lograrlo, se requiere una economía internacionalmente competitiva.
Por esta razón, una estrategia de crecimiento basada en las exportaciones no puede tener éxito sino se pone énfasis en la competitividad. El mejoramiento de la competitividad del aparato productivo argentino es una tarea compartida entre los sectores público y privado en una visión de largo plazo.
Solo aquello que se puede medir es susceptible de ser mejorado. Esto también se aplica a la productividad.
Hay diferentes formas de medir la productividad y dependen del objetivo de la medición. La primera clasificación que se puede establecer en las formas de medición de la productividad depende de los niveles de detalle, que pueden ser los siguientes:

  • Macro (País)
  • Meso (Sector)
  • Micro (Empresa)

Básicamente cualquier medición de la productividad está basada en la siguiente fórmula:
O/I
En donde:
O = Output (ingreso, ventas o producción)
I = Input (insumo o egreso)
De acuerdo con el manual publicado por la OCDE, el Output puede estar definido por los ingresos brutos o el valor agregado, mientras que los Inputs pueden ser los siguientes: mano de obra, capital, y otros como energía, materiales, etc. De acuerdo con estas relaciones la medición de la productividad a nivel macro puede llamarse de las siguientes maneras:

  • Productividad Laboral (mano de obra)
  • Productividad del Capital (capital)
  • Productividad Factor (mano de obra + capital)
  • Productividad Multifactor (mano de obra + capital + otros insumos)

Con el fin de delimitar los campos de acción del gobierno y el sector privado, es necesario definir los elementos determinantes de la competitividad. Para este propósito, se han identificado tres: la productividad macro, la productividad micro y la estrategia empresarial interdependientes entre sí, representadas en equilibrio, a través de un triangulo, que gráficamente ilustra la competitividad difícilmente existente en ausencia de cualquiera de las partes.

Productividad Macro:

La productividad macro abarca los factores externos a la empresa que afectan su competitividad. La seguridad, la infraestructura física, la regulación y las instituciones económicas, la educación y el entorno macroeconómico son factores que trascienden la gestión privada pero que determinan parte de la habilidad de la empresa para competir. Algunos analistas han llamado a este conjunto de factores “infraestructura social” o también meso economía.
Sin duda, en la productividad macro el estado juega un papel determinante, la productividad macro podría esquematizarse como el campo de juego y las reglas bajo las cuales las empresas deben desenvolverse.
Las dotaciones de capital físico y humano solo explican parcialmente las enormes diferencias internacionales del producto por trabajador. El estado, mediante la dotación de una adecuada infraestructura, de un marco regulatorio e institucional neutral y de un entorno macroeconómico estable puede contribuir de manera notable, al aumento de la productividad de la economía. El estado debe procurar que los precios de los factores e insumos se formen, competitivamente para reducir los costos que enfrentan las empresas y asegurar que los factores sean remunerados adecuadamente.

Productividad Micro.

La productividad micro agrupa los factores internos de las empresas que determinan su eficiencia y, por lo tanto, parte de su competitividad. Factores como la gestión y los procesos productivos hacen parte de este frente. Aquí la mayor responsabilidad está en cabeza de la empresa. La productividad micro determina las habilidades del productor para competir en el campo de juego y con las reglas definidas por el estado.