GÉNERO Y ECOTURISMO: PERSPECTIVAS DE EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA DE LOS TUXTLAS

GÉNERO Y ECOTURISMO: PERSPECTIVAS DE EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA DE LOS TUXTLAS

Isis Arlene Díaz Carrión (CV)
Universidad Autónoma de Baja California

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Capítulo II. EMPODERAMIENTO.

INTRODUCCIÓN

          Las relaciones entre las mujeres y los hombres siempre han sido relaciones de poder  donde la negociación y el conflicto han estado presentes; a lo largo de las páginas anteriores se han expuesto algunos de los efectos que las relaciones desiguales causan, pero no se ha hablado directamente de la capacidad para decidir la asignación de los recursos tangibles e intangibles que producen los miembros de los grupos domésticos.  La idea de un hogar altruista donde lo producido –tanto en el mercado como en el hogar- se distribuye equitativamente hace años que dejó de mostrarse como un modelo capaz de entender y explicar el funcionamiento de un hogar donde confluyen múltiples, y no pocas veces, divergentes intereses (Sen, 1990:123-124), siendo necesario un reconocimiento de asignación de recursos, generalmente negativa, hacia las mujeres como consecuencia de las normas sociales existentes que tradicionalmente las someten a un altruismo radical. 

A pesar de la existencia de normas sociales que tradicionalmente caracterizan a las mujeres con un halo de altruismo radical, tampoco hay que partir de la idea de una indefensión total pues éstas no han carecido de poder (León, 1998:46), las mujeres desde sus roles tradicionales -cuando han tenido la oportunidad- han tomado el control de los recursos buscando influenciar sus circunstancias inmediatas y ampliar su espacio de actuación (Batliwala, 1997:193).  Ante esa asignación desigual de recursos las mujeres desarrollan diversas estrategias para paliar esas deficiencias; incluso en situación de desventaja las mujeres negocian su subsistencia, pero la ausencia de esferas para negociar intereses estratégicos mantiene la brecha de las desigualdades entre uno y otro género.  Para Sen (Ibidem), de los procesos de negociación en los hogares pueden surgir  una variedad de acuerdos dependiendo del poder de negociación de cada una de las partes involucradas;  acuerdos en los que por un lado estarán presentes tanto las percepciones de intereses como las nociones objetivas del propio bienestar; a la vez que existirán concepciones de deseos y legitimidad. 

Las negociaciones del poder no se llevan a cabo únicamente en la esfera privada, su trascendencia a la esfera pública ha sido bien documentada (Agarwal, 1997; Kabeer, 2000; Oaxaal y Baden, 1997; León, 1998; entre otras) donde se concluye que la interacción de ambas esferas resulta constante, pues los cambios que tienen lugar en una se ven reflejados en la otra y viceversa.  Wieringa (1997; en León [1998]) nos recuerda que el poder –con su conflicto permanente- permea todas las relaciones económicas, políticas, sociales y personales; de tal suerte que si se busca un cambio éste deberá darse en todos los tipos de relaciones, entre todos los agentes implicados (actores y objetos de poder), así como en los espacios público y privado.

Resulta imposible hablar de género sin tocar el tema del poder, un poder que busca ser redefinido cambiando la connotación destructiva de un poder autoritario hacia otra que se convierta en la base de un acceso a oportunidades más equitativas para las mujeres permitiéndoles acceder a espacios, recursos, ocupaciones, roles y experiencias a través de los cuales podamos desarrollarnos como las personas que somos sin limitaciones que se deriven de la identidad biológica; y precisamente para lograr el objetivo anterior es necesario acceder al poder, es necesario hacer propio un elemento que ha sido definido tradicionalmente como un bien predominantemente masculino.