LAS VERBENAS EN LAS TUNAS. SU PAPEL EN LA FORMACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA REGIÓN EN EL SIGLO XX

LAS VERBENAS EN LAS TUNAS. SU PAPEL EN LA FORMACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA REGIÓN EN EL SIGLO XX

Belkis Milagros López Ramos (CV)
Universidad Vladimir I. Lenin Las Tunas

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CAPÍTULO # II: LAS VERBENAS EN LAS TUNAS  SURGIMIENTO EVOLUCIÓN  Y MEMORIA HISTÓRICA

Las verbenas  en Las tunas  constituyen  núcleo  de atención de este capítulo- desde  los contextos epocales que permiten el desarrollo de la tradición vista  en sus marcos espacio temporales, sus rasgos aportes culturales hasta  su incidencia en  la formación de la memoria histórica de la región en el siglo XX.
Las verbenas como fiesta popular tradicional  son  acompañadas de distintas formas de transferencia cultural, manifestada  en elementos de la cultura material y espiritual  y en  manifestaciones de la vida social en un plano asociativo como las instituciones culturales  sociales y religiosas, sus costumbres y tradiciones, la descendencia étnica, entre otros, la cual se manifestó en un complejo de relaciones y vínculos etnoculturales.
Para la obtención de datos e información factográfica, se utilizaron  fuentes documentales procedentes de archivos, estudios de la iconografía de las fiestas y entrevistas  a participantes vivos.

2.1 Contexto histórico sociocultural de Las Tunas en los inicios del siglo XX

La sociedad cubana  de finales del siglo XIX e inicios del XX está sometida a  profundos cambios estructurales en el proceso de consolidación del etnos nación: los cambios económicos que llevan a la transformación del modelo de plantación esclavista en semicolonial  maquinizado.
 En este contexto se produce un proceso creciente de inversiones norteamericanas que van dirigidas en primer lugar al sector azucarero: desplazándose hacia el este, que comprendía  la zona oriental que al decir del historiador Oscar Zanetti ¨ había sido un escenario marginal de la plantación esclavista¨(Zanetti Lecuona 2003; 115)
Este proceso  analizado  por Ramiro Guerra,  Pino Santos y sobre todo por Juan Pérez de la Riva 1  plantea  el desplazamiento de las inversiones hacia la zona central y oriental del país, donde existían  miles de caballerías de tierras semi vírgenes. En la obra del último autor mencionado  “Los Culies Chinos en Cuba” al  referirse al mismo señala:
 “Al desaparecer de la isla  el odioso régimen español, la situación cambió radicalmente, y durante el primer cuarto del siglo XX, Cuba se convierte en uno de los principales países de immigración; posiblemente es aquel que más immigrantes recibe por kilometro cuadrado: más de un millón en tres décadas.Esto corresponde al período de auge del imperialismo yanki, y se debe tanto al fomento de nuevas empresas como al desarrollo de un nuevo tipo de civilización en nuestra isla; campañas sistemáticas de saneamiento y creación de los nuevos bateyes azucareros. Este tipo de fomento agrario, que alguna vez hemos llamado Canadian Pacific, a falta de otro nombre mejor tuvo un extraordinario éxito, pero no pudo resistir la gran crisis económica de los años 30.(Perez de La Riva 2000; 76)
 Al caracterizar el modelo de desarrollo sociocultural empleado por los EU, durante la expansión azucarera de inicios del siglo XX,  Juan Pérez de La  Riva parte de que el  batey constituyó  foco de desarrollo de nuevas comunidades cuya estructura y composición representaba perfectamente la estructura clasista, y el papel de los actores representados en la vida  social y cultural de los mismos, así como su constitución es escenarios para el surgimiento de nuevas tradiciones culturales.
Al analizar la aplicación de este   modelo que Juan Pérez de la Riva denominó  Canadian- Pacific, su estudio  lleva a la comprensión de la estructura económico, social y cultural establecida y al entendimiento  de los procesos etnoculturales  que rodean todo el ciclo de la tradición pues los bateyes,  dejan su huella en la introducción de algunos hábitos y costumbres e incluso de tipos que marcan el desarrollo urbano de estos asentamientos poblacionales para su gente, la imagen del batey  es un espacio vital, donde transcurre la vida llena de esperanzas y de sueños.
En los inicios del siglo XX el territorio que ocupa la actual provincia de Las Tunas se encontraba dividido en dos términos municipales: Puerto Padre y  Victoria de Las Tunas,  a su vez estos términos estaban demarcados en barrios,  los actuales municipios de Amancio Rodríguez y Colombia pertenecían a la vecina provincia de Camaguey.
El término municipal de Victoria de Las Tunas se crea por estatuto provincial el 19 de diciembre de 1907 respaldado por Ley del Congreso de la república publicado en la Gaceta Oficial el 2 de julio de de 19102 y queda establecido el 1 de diciembre de 1910 con un ayuntamiento estable, contando con catorce barrios rurales y dos urbanos.
De  las cabeceras municipales, la ciudad de Victoria de las Tunas se encontraba en desventaja con relación a Puerto Padre, su población urbana se había deprimido como  consecuencia lógica de los destrozos de las guerras, parte de sus edificaciones estaban en estado deplorable, no obstante a partir de 1907 el ayuntamiento  comienza  un proceso de urbanización y mejora ambiental del perímetro urbano.
Este fenómeno en una zona   caracterizada por  espacios rurales, pocas vías de comunicación y una contracción demográfica heredada del siglo XIX se expresa de la forma siguiente:

  • 1899  hasta 1915 se produce un proceso de expansión azucarera llevado a cabo por compañías norteamericanas y consorcios como los Rionda Poyedo, son construidos centrales con sus respectivos bateyes, vías férreas y se fomentan grandes extensiones cañeras. Se construyen los centrales: Chaparra, Francisco, Delicias, Jobabo, Manatí y Elia.
  •  Este proceso trae aparejado el surgimiento de  nuevos espacios urbanos y semiurbanos surgen nuevos barrios y poblados como: Jobabo, San Miguel de Manatí, Delicias, Francisco y Elia(ver anexo#5)
  • La región se convierte en polo receptor de emigrantes,  lo que incide favorablemente en un incremento de la población, oleadas migratorias que se suceden a partir de 1908 y hasta la década del treinta procedentes de las más diversas latitudes geográficas, atraídas  por las fuentes de empleo y la expansión desarrollista.
  • Los emigrantes españoles, de ubicación urbana: como jornaleros, empleados o dedicados a la construcción o actividades comerciales; antillanos (anglófonos y haitianos) estos últimos ubicados en las colonias cañeras en faenas agrícolas, chinos verduleros, tenderos, lavanderos sobre este proceso Pérez de la Riva plantea:

 “Con el ferrocarril central y el fomento de las grandes plantaciones azucareras en las provincias de Camaguey y Oriente, en los años 1905-1925, se dirige hacia esas regiones el grueso de la inmigración: los nuevos braceros españoles que vienen libremente en busca de mejores condiciones de vida.(Pérez de La Riva 2000; 86)
En el aspecto sociocultural en estos años se producen cambios en la estructura social imperante, parte de la urbanización se lleva a vías de hecho a través de los  bateyes azucareros, y en las zonas rurales surgen nuevos núcleos humanos en las colonias, mientras tanto en  las cabeceras de los municipios  se expanden los perímetros urbanos, y se mejora el trazado y mantenimiento de calles.
En estos años se amplían las vías de comunicación construyéndose nuevos caminos de hierro:   como el ferrocarril central, el ramal  Martí _Bayamo y posteriormente el ramal de Manatí y algunos caminos vecinales, todos estos cambios facilitan el acceso a la región y crea nuevas fuentes de empleo.
Se incrementa la red educativa con la creación de aulas, algunas escuelas públicas y academias privadas,  estas evidencias se observan   en  actas de los gobiernos municipales y registros de asociaciones que se encuentran en los  archivos históricos de Las Tunas  y  Santiago de Cuba.
Como consecuencia directa de  la expansión económica y las inversiones se produce un incremento demográfico    cuya explicación se origina de un  creciente flujo migratorio   de procedencia variada, al ser la región tunera receptora del mismo_  es escenario de un intercambio de influencias  recíprocas entre culturas populares,   que transforma el mapa étnico cultural tunero, donde cada grupo incorpora nuevas costumbres, prácticas y visiones.
Los españoles emigración favorecida constituyen una masa numerosa  de emigrantes cuyos años cumbres son: 1908, 1912, 1918: comienzan su trabajo la construcción y quedan como trabajadores, primero llegan hombre solos y luego se establecen con sus familias en un espacio generalmente urbano y suburbano.
Las tradiciones culturales de los españoles tienen una significativa influencia en los nuevos poblados, siendo los mismos de filiación religiosa católica en su generalidad es por ello que desde los inicios se auspiciaban  servicios religiosos  como bautizos, bodas y  otras prácticas culturales, costumbres y creencias que con el paso del tiempo  convergen como focos culturales y  la aparición de nuevas tradiciones.
De las restantes etnias  se hace referencia a los chinos,  antillanos delimitando  su procedencia en anglófonos y haitianos  ambos ubicados en   labores de la zafra, pero los anglófonos (jamaicanos, barbadenses, y otras islas como) con un nivel cultural más alto y prácticas culturales y normas éticas  familiares diferentes  a los segundos,  se ubicaron  en perímetros urbanos y semi urbanos, mientras que los paisanos de Loverture, son confinados sólo a los barracones y bateyes de las colonias cañeras.
Los anglófonos  traen sus templos episcopales y   bautistas,  donde funcionaban   aulas, hablaban familiarmente y en el culto el inglés y  organizaban sus familias con matrimonios entre naturales o hijos de ellos, crearon sociedades culturales y de ayuda mutua  donde practicaban su vida y costumbres sociales,  realizando un activo intercambio entre grupos de emigrantes asentados en diferentes pueblos de la región.
Los chinos  llegaron sucesivamente como trabajadores para las construcciones ferroviarias y luego se   desempeñan   en oficios de verduleros, tenderos, lavanderos, vendedores ambulantes en espacios urbanos, algunos solteros, otros formaron familias,   y de igual modo crearon sociedades culturales mutuales.
Como resultado de este proceso dialéctico  de  fusión cultural  surge una realidad nueva, independiente y original, que no puede confundirse con la acumulación mecánica de caracteres, se trata de una transición activa de culturas que aportan elementos propios y dan lugar al surgimiento de  de una nueva realidad.  De estas mezclas de usos y costumbres procedentes de grupos étnicos diferentes en un espacio geográfico común existen ejemplos en la cultural material y espiritual, de la que resulta evidencia la fiesta cuyo estudio se realiza,   en un universo festivo  donde predominaban escenarios rurales.
Al iniciar el siglo  las tradiciones  festivas  populares que predominaban en la región eran  de procedencia rural, vinculadas con celebraciones del santoral católico y africano; los guateques campesinos, en algunos lugares llamados pingüinos, donde se ofertaba música campesina, en canturías de poetas, baile, comidas criollas, dulces caseros: en los adornos predominaban los elaborados con  las pencas de coco, yaguas y guano.
El crecimiento de nuevos centros urbanos agrega nuevas formas de vida, determinadas por  relaciones sociales diferentes a las del campo, pero  en estos nuevos poblados  de marcado acento cultural  rural se quiere por los sectores acomodados imitar costumbres y prácticas de las ciudades   la programación de los Liceum, sociedades españolas y otras instituciones surgidas en la época constituyen ejemplos, esto se observa en  el vestuario, los muebles, adornos  gustos y preferencias.
 Se entiende  este proceso como de modernización de la sociedad al calor de la expansión del capitalismo dominante: la aparición de redes ferroviarias, comerciales, plazas y parques, correos y telégrafos; cines teatros, escuelas, hoteles en una sociedad dividida en clases y estamentos donde las actividades culturales y recreativas estaban incluidas en los bateyes y poblados  se realizaban prácticas deportivas náuticas y de tenis, privativas para los altos empleados de las compañías y las familias norteamericanas, donde resultaban invitados las familias más pudientes.
En  la región      existía un  limitado horizonte espiritual para los  pobladores, por ello que en el de cursar de los años surgen  dentro de la estructura social existente, diferentes organizaciones e instituciones culturales de carácter clasista,  como casinos, liceums y asociaciones de instrucción y recreo, las cuales tratan de resolver la necesidad de una vida cultural y social; pero no obstante los sectores marginados y pobres carecían de un espacio donde expresar sus alegrías y tristezas.
Los españoles reunían en las localidades de la región, a los más ricos y acaudalados los liceos y sociedades españolas eran  el núcleo de la burguesía blanca, a la cual se unían las familias norteamericanas  que vivían en los bateyes azucareros. Los negros y mulatos que lograban solvencia económica, se organizaron en sociedades  de instrucción y recreo de carácter mutualista con el objetivo de recrearse y lograr un mayor nivel cultural.
El marco de la expansión económica y demográfica de inicios del siglo XX,   la construcción de centrales azucareros y el surgimiento de nuevos núcleos poblacionales urbanos y la consiguiente aparición del batey azucarero como modelo  de desarrollo sociocultural y  la confluencia de diversas culturas en espacios comunes constituye el escenario sociocultural que permite el desarrollo de la tradición en la región, en un momento  de consolidación en  la formación de la región histórico cultural.
 Cada grupo humano era portador  de su cultura, historia, memoria, creencias religiosas, que en el proceso de intercambio continuo con el resto y en el nuevo escenario cultural se funden adquiriendo a partir de lo particular nuevas formas y contenido de lo específicamente cubano, mientras este proceso se desarrolla en  la cultura material: se extrapola al pensamiento, al plano de las ideas  de los actores de aquel momento.
    La fiesta como catalizadora de las expresiones culturales populares sintetiza en su figura  prácticas y ritos que constituyen reflejo  de una época. Al surgir en  espacios urbanos  donde se carecía de una tradición festiva  que  llenara el horizonte espiritual    de  una  población:   las verbenas vienen a llenar ese espacio como tradición festiva popular  en un ciclo vital que duró más de 70 años.

1 Juan Pérez de la Riva: historiador, demógrafo y sabio cubano que hace importantes aportaciones para el estudio de la plantación esclavista en Cuba en sus dos fases, incorpora nuevos criterios a los estudios sociales de A. Latina en las décadas del 60 y 70 del siglo XX, fundamentalmente se le considera un clásico en los estudios migratorios, en el caso que nos ocupa tomamos muy en cuenta sus estudios sobre las m migraciones de inicios del siglo XX en la región oriental y sus estudios sobre el batey azucarero como modelo de desarrollo sociocultural en las primeras dos décadas del siglo XX.

2 En el archivo histórico provincial de las Tunas, se encuentran en expedientes clasificados del gobierno municipal de Victoria de Las Tunas, organizados por años que constituyeron una fuente referencial muy rica en esta investigación por los datos que aporta sobre la celebración de las fiestas.