LAS VERBENAS EN LAS TUNAS. SU PAPEL EN LA FORMACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA REGIÓN EN EL SIGLO XX

LAS VERBENAS EN LAS TUNAS. SU PAPEL EN LA FORMACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA REGIÓN EN EL SIGLO XX

Belkis Milagros López Ramos (CV)
Universidad Vladimir I. Lenin Las Tunas

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CAPÍTULO I: LA VERBENA  COMO TRADICIÓN FESTIVA POPULAR  UNA  MIRADA  DESDE SU ENTORNO SOCIOCULTURAL

Para estudiar los rasgos y aportes de las verbenas y su papel en la formación de la memoria histórica de la región tunera hay  que partir de los siguientes ejes conceptuales generales de la investigación: las teorías de las representaciones sociales de Moscovici y la historia de las mentalidades de Febré  y parte de la aproximación a las siguientes categorías: memoria histórica, cultura popular tradicional y fiesta popular tradicional- verbenas pues la tradición festiva popular de las verbenas tuneras son tradiciones históricas no vigentes que a pesar de no estar presentes, yacen en la memoria colectiva de un pueblo.
La construcción de la memoria histórica como proceso colectivo permite la producción de representaciones sociales que otorgan nuevos significados; la memoria histórica construida, se convierte así, no en mera repetición de lo vivido, sino en una creación producto de prácticas sociales conformadas como  respuesta colectiva.
Esta forma de expresión de la memoria inconsciente colectiva a través de las fiestas, manifestación y ejemplo de comportamientos simbólicos, se muestra  cerrada  a revelar  sus secretos, debido a  contaminaciones causadas por las transferencias y transformaciones del material festivo, así como por las diversas procedencias de las influencias modificadoras en las diferentes épocas, que se han ido acumulando y mezclando.
 Las verbenas  tradición de origen hispánico,  se convierten en una tradición cubana de espacios urbanos producto del sistemático proceso de transculturación,   tienen su máximo esplendor durante la primera mitad del siglo XX y constituye un elemento de transición hacia el surgimiento de nuevas tradiciones festivas  propias del proceso sistemático de renovación de la cultura popular tradicional.

1.1 Aproximación a la definición de memoria histórica

Desde comienzos de la década del ochenta del pasado siglo, cuestiones vinculadas a la memoria, ocupan un lugar central en los debates sobre la cultura y la política en el mundo actual. Resulta casi imposible leer un texto de historia que no haga referencia  de alguna manera al fenómeno de la memoria en sus diversas formas: memoria colectiva, memoria individual, memoria social o memoria cultural.
Se trata de un fenómeno internacional con características propias en  diferentes contextos sociales y étnicos, acontecimientos acaecidos  en las últimas décadas apuntan a este asunto como detonante de profundas crisis y a raíz de  dramáticos sucesos se ha producido una batalla por el rescate del pasado para dialogar y negociar el presente.

Maurice Halbwachs fue el historiador  de la memoria que creó e introdujo en el debate intelectual el concepto de “memoria colectiva”, al que añadió también el de “memoria social”, en principio utilizados sin hacer una clara distinción entre ambos. Con todo, lo más importante es el vínculo que establece entre memoria  pensamiento y representación. De este modo, habría un diálogo permanente y recíproco entre la memoria individual y la memoria grupal (colectiva y social). La memoria individual, según Halbwachs, incluso en sus aspectos aparentemente más íntimos, “no es más que una parte y un aspecto de la memoria de grupo” (Candau 2002; 114)
Según  Maurice Halbwachs1 la memoria colectiva  son “  percepciones fundamentales producidas por la sociedad” que por analogías, por uniones, entre lugares producen  personas, ideas que pueden provocar recuerdos   y ser compartidos, esgrime que mientras la memoria histórica:  es una memoria prestada, aprenhendida, escrita, pragmática, larga y unificada la memoria colectiva;  por el contrario sería memoria producida, vivida, oral, normativa, corta y plural. Según Maurice Halbwachs los mitos, las leyendas, las creencias, de las diferentes religiones son construcciones de las memorias colectivas.
El autor referido expresa que no hay memoria posible fuera de los marcos sociales que utilizan los hombres que viven en sociedad para fijar y encontrar sus recuerdos y define los Marcos sociales de la memoria:
 “Sistema de interrelaciones de memorias individuales..yo y el otro nos sumergimos en el mismo pensamiento social…el grupo no conserva más que la estructura de las conexiones entre las diversas memorias individuales de hecho no existen ni memoria, estrictamente individual, ni estrictamente colectiva sino marcos sociales de la memoria” (Candau 2002; 165)
 De  ello inferimos  que esta expresión de marcos sociales  ayuda a este  trabajo  en la forma de comprender cómo los recuerdos individuales pueden recibir una orientación propia de un grupo determinado. El recuerdo como función de la memoria y el olvido se consideran como actividades inherentemente sociales; tal enfoque reconocería el vínculo entre lo que la gente hace como individuos y su herencia sociocultural.
  Estas concepciones vistas no sólo desde este enfoque sino cómo consideran la memoria colectiva fundamentalmente como un discurso  del presente sobre el pasado, se estaría por tanto, ante una representación  del pasado que se refiere a acontecimientos socialmente significativos y que posee una dimensión práctica  así,  la memoria colectiva apuntaría a “memoria histórica”.
Dentro de los teóricos de la historia se encuentra abierta una polémica al abordar el asunto  y dentro de ella  es conocida por su hondura y  perspectivas divergentes la sostenida entre Maurice Halbwachs y el historiador francés Pierre Nora.
 Según Daniel Königsberg Pierre Nora2 marca una oposición total entre los conceptos de historia y memoria, ya que considera que la memoria ha ido independizándose de la narrativa histórica. Le atribuye a la memoria un carácter más "dinámico" en tanto que está asociada a los procesos de la vida.
 "La memoria es la vida, siempre llevada por grupos vivos y por eso, en evolución permanente, abierta a la dialéctica del recuerdo y de la amnesia, inconsciente a sus deformaciones sucesivas, vulnerable a todas las utilizaciones y manipulaciones (…)"es un fenómeno siempre actual, (…) no acepta sino los detalles que le convienen; se alimenta de recuerdos indefinidos, telescópicos, globales o flotantes, particulares o simbólicos, ella es sensible a todos los modos de transferencia, censura o proyección. La memoria instala el recuerdo en lo sagrado".  (Konigberg 2003; 124)
Los planteamientos anteriores  apuntan a que  la memoria nunca puede ser pensada en términos individuales, porque ella  es una construcción social; en dependencia del grupo, el momento histórico en que una persona vive, es que  tiene capacidad para rememorar ciertos procesos y olvidar otros. Es decir que se gesta una memoria del pasado que nada tiene que ver con la rigurosidad que impone la historia como disciplina científica. Tienen lógicas diferentes. (Daniel Königsberg 2003; 125)
La historia, plantea este autor a diferencia de la memoria, es un intento de reconstrucción de aquello que ya no está más y con lo que no se tiene "contacto", es una representación del pasado. Además la historia se diferencia de la memoria por el carácter intelectual (de la historia) que no puede desprenderse  del análisis crítico  de los procesos y fenómenos.
 Esta autora coincide con  Nora de que es necesario establecer la distinción entre memoria e historia aunque resulta igualmente necesario explorar la mutua   interdependencia entre ambas, sobre este aspecto algunos autores entre ellos (Schwarzstein, 1998)  sitúa la historia oral como un puente entre ambos:
 "La historia oral al reflexionar sobre la naturaleza del proceso de recordar como un elemento clave en la comprensión del significado subjetivo de las experiencias humanas y al tratar de explicar la naturaleza de las memorias individuales y colectivas, permite la construcción de una modalidad innovadora y diferente de diálogo entre memoria e historia" (Schwarzstein 1998; 15)
En este  caso  la autora asume  esta afirmación en la construcción de la  teoría  pues se estudia  una tradición histórica que  yace en la memoria y se trasmite por tradición oral.
Gustavo Bueno 3 filósofo  y antropólogo español hace una crítica al concepto de memoria histórica común¨  plantea que «Memoria histórica» es un concepto espurio, sobre todo cuando él pretende tener como referencia el supuesto (metafísico) «archivo indeleble» cuya custodia estaría encomendada al género humano; y que es susceptible de eclipsarse ante los individuos, dotados de una memoria más flaca.
Por ello estos tendrán que «recuperar» una memoria histórica común, objetiva, que se supone ya organizada, aunque oculta  a la espera de ser desvelada o recuperada. Por ello, la «recuperación de la memoria histórica» puede tomar la forma de una reivindicación: porque se supone que el eclipse de esa memoria histórica, que se sustenta en el seno del género humano, o en la sociedad, no es casual sino intencionado.
  El concepto de «memoria histórica» pretende remitirnos, por tanto, a un sujeto abstracto (la Sociedad, la Humanidad, una especie de divinidad que todo lo conserva y lo mantiene presente) capaz de conservar en su seno la totalidad del pretérito que los mortales del presente deben descubrir. Esta memoria histórica tiende a ser una memoria histórica total, que se aproxima a lo que pudiera ser la memoria eterna   (Bueno 2003; 8)
El autor niega tajantemente la existencia de la memoria histórica, la considera un  sujeto abstracto que interpreta en un acto de suma generalización hasta descontextualizarlo. El concepto de «memoria histórica» pretende remitir, por tanto a un sujeto abstracto
 (la Sociedad, la Humanidad, una especie de divinidad que todo lo conserva y lo mantiene presente) capaz de conservar en su seno la totalidad del pretérito que los mortales del presente deben descubrir.(Bueno 2003; 10).
 El autor niega todo vínculo de la historia con la memoria, con lo que  se discrepa , pues como se expone anteriormente existe un nexo entre las mismas, además el autor singulariza la memoria al extremo: sólo reconociendo su existencia en el individuo en su historia individual o memoria personal  o individual llevando el término al aspecto  puramente psicológico distinguiendo entre individuo y persona, planteando que constituye un peligro llevar la memoria histórica individual partidista a memoria colectiva social. Estamos ante una  posición  clasista extremadamente conservadora en un contexto de recuperación de la memoria histórica de los asesinatos del franquismo en su país.
El filósofo e historiador cubano Eduardo Torres Cuevas  al buscar un significado teórico para el término lo relaciona con la identidad cultural al dejar sentado que memoria es:
” El conjunto de tradiciones, hábitos, costumbres, ideas y tendencias…acumuladas que le permite a una cultura específica expresar su contenido…“todo este proceso, y es lo esencial, toma como fondo sociocultural__ en lo cotidiano y en las mentalidades __ la sociedad(Torres_Cuevas, 95; 128 )
  Se refiere a la memoria colectiva  de un pueblo, que engloba en sí  los componentes  ideacionales de una cultura  que  se expresan en cada época de acuerdo a la recepción que de las mismas, realicen las generaciones siguientes y que a partir de los marcos adquieran una nueva dimensión o contenido, cayendo en la festividades y su significación para las cultura de los pueblos. 
 El autor referido en su obra “En Busca de la cubanidad” plantea:
 “ la diferencia de la formación de los pueblos europeos en Cuba el criollo es resultado de la transformación de los elementos étnicos culturales de tres continentes e incluso posteriormente de cuatro. Su pasado queda en Europa o en Äfrica y sus hijos… evolucionan con la nublada memoria histórica de sus padres… sobre la base de su real y auténtico medio natural y social… en su capacidad de asumir las más variadas étnias y culturas… y en la forma que les vincula, les une y los transfigura con otros componentes étnico culturales, está el carácter universal de la formación de lo cubano…y el medio natural y social obliga a crear nuevos hábitos, costumbres, tradiciones… en ese recambio real del hombre está el origen del recambio conceptual del pensamiento..” (Torres Cuevas 2006; 12)
Reflexionando sobre  este asunto    el planteamiento apunta  a la necesidad ineludible de actualizar constantemente el  pasado, pero por supuesto  desde el presente  y a la luz del mismo para proyectar el futuro, un segundo elemento básico, es la necesidad del pasado de ser asumido conscientemente para ser memoria;  para ello  es necesario el desarrollo de la conciencia individual y colectiva de la sociedad y los individuos que lo asumen: coincide con la teoría de la unidad memoria- olvido, por lo tanto esta reflexión  es un llamado al fortalecimiento de la memoria a través de su estudio.
Joel James Figarola  al referirse a la memoria histórica plantea:” El pasado que no se reactualiza, primero, deja de pertenecer al rango de asumido concientemente como común  y, luego, comienza simplemente a olvidarse, a perderse…(James2007;117)
La Doctora Rafaela Macias Reyes en su conferencia “Acercamiento al concepto de Memoria Histórica” expresa:
 “memoria histórica es la capacidad de recordar, es el soporte donde quedan impresos las huellas o trazos del pasado, la información virtual y actualizable que estas contienen, y la información efectivamente actualizada en forma de recuerdos patentes o presentes; la memoria puede concebirse como la síntesis compleja de todos estos planos semánticos e identificarse con uno de ellos… la memoria histórica se conforma de un conjunto de hechos y saberes: leyendas, costumbres, fiestas, canciones, mitos, bailes populares, juegos tradicionales(cultura popular) que caracterizan a la comunidad en su devenir histórico..”(Macias 2006; 4)     
La  autora se adscribe a este criterio por las siguientes razones:  en primer lugar teóricamente es una categoría antropológica que abarca varios elementos: el binomio memoria- olvido, considerando actualizable este pasado, pero incluyendo también lo actual,  que recoge no sólo lo patente sino lo presente, que presupone la necesidad de una conciencia individual y colectiva,  a la vez establece una necesaria distancia, límite entre pasado y presente, por lo que  tiene como  uno de sus rasgos la temporalidad.
En segundo lugar observa  la memoria en el marco social de una comunidad humana, determinando  los hechos y saberes en los cuales opera esta categoría y se define operacionalmente su relación con la categoría antropológica Cultura popular:
 La memoria resulta de importancia vital en la visión del pasado y la proyección del presente y del futuro colectivo de la sociedad, en el marco histórico cultural del presente latinoamericano y cubano:
La lucha por el sentido del pasado se da en función de la lucha política presente y los proyectos de futuro. Cuando se plantea de manera colectiva, como memoria histórica o como tradición, como proceso de conformación de la cultura y de búsqueda de las raíces de la identidad, el espacio de la memoria se convierte en un espacio de lucha política. Las rememoraciones colectivas cobran importancia política como instrumentos para legitimar discursos, como herramientas para establecer comunidades de pertenencia e identidades colectivas y como justificación para el accionar de movimientos sociales que promueven y empujan distintos modelos de futuro colectivo(Jelín 2001; 15)
Después de realizar un acucioso estudio de los conceptos expuestos la autora considera  que memoria histórica es una categoría que abarca en su espectro la tradición pues las tradiciones forman parte de la memoria de los pueblos: al igual se entiende  la estrecha relación de estos conceptos con la categoría antropológica de Cultura Popular tradicional.
En sí el concepto de cultura popular
 trasciende el concepto de folclor, ya que se precisa el colocar la tradición y la continuidad en su contexto histórico, donde es conveniente no caer en un discurso conservador y darle su real dimensión al estudio de las tradiciones; ya que estudios del folclor en América Latina en numerosas ocasiones cumplieron papel ideológico de control y de museo, hacía distintos grupos étnicos. El concepto tradición no debe de referirse necesariamente a las culturas premodernas ya que lo moderno también puede volverse tradición. Un campo importante de la historia social son los movimientos sociales, integrando las fuentes tradicionales, que incorpore el estudio de las mentalidades (Cardoso 1976; 331)

1 Mauruce Halbach: Sucesor de Durkheim en la cátedra de la Sorbona. Fue el iniciador de los estudios sobre la memoria colectiva. Tiene un libro titulado asi. El problema es el siguiente: ¿Que es más importante a la hora de la acción social: la verdad transmitida a través del sistema educativo, un sistema generador de verdades, o la verdad transmitida por la tradición familiar, gremial o popular. Se comprueba una y otra vez que a pesar de todo el dispositivo de enseñanza de cualquier género es más importante a la hora de la acción social esa transmisión familiar, gremial o de cultura popular porque lo que se transmite se hace en forma de memoria, a través de experiencias reales y no a través de un conocimiento científico. Y eso es en principio un problema porque presenta una contradicción entre lo que proporciona la memoria colectiva y lo que proporcionan las diferentes ciencias.
La historia cuando es científica, no historia ad probandum, lo que en principio se suele cargar es la memoria colectiva. Este tipo de historia del tiempo presente bebe mucho en la memoria colectiva y la puede contrastar mas delicadamente que la historia convencional ya que ésta que cuenta con la ventaja del distanciamiento cronológico tiene la frialdad de hablar de acontecimientos que ya no tiene mucha susceptibilidad pero que en la memoria colectiva siguen funcionando como si pasaran ayer ya que es bastante inmodificable
Pierre Nora: (París 17 de noviembre de 1931 -), es un historiador francés, conocido por sus trabajos sobre la identidad francesa y la memoria, el oficio del historiador así como su papel en la edición en ciencias sociales. Es el representante más significado de la llamada nueva historia. Ocupa una posición particular, que él mismo califica de lateral, en la historiografía francesa.cable. Pierre Nora es igualmente conocido por haber dirigido Les Lieux de Mémoire, en tres tomos para hacer un inventario de los lugares y objetos en los que se encarna la memoria nacional de los franceses. La repercusión de su concepto de memoria histórica y su aplicación en España son objeto de polémica.

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3 Gustavo Bueno:  (1924) Filósofo y  Filósofo español, ha enseñado en Salamanca y en Oviedo, de cuya universidad es catedrático. En estos momentos, su posición es como la de un islote avanzado en el generalmente monótono universo del pensamiento español. Sus obras principales son: El papel de la filosofía en el conjunto del saber (1970), Etnología y utopía (1971), Ensayo sobre las categorías de la economía política (1972), Ensayos materialistas (1972), La metafísica presocrática (1974). Las características de Bueno serían su afán por defender la filosofía académica, su decidida orientación marxista y su pretensión predominante, sistemática y al mismo tiempo polémica. ¿Qué es la etnología? ¿Cuáles son sus límites? ¿Qué es el saber humano y cuáles sus barreras? En nuestra civilización funcionan mitos, instituciones, formaciones culturales. Medir, situar, aclarar, «triturar» esos hechos, conservar su neutralidad científica sin caer en ideología utilizable, ofrecer datos para otros análisis: he aquí su tarea. Una tarea crítica que va acompañada de una rigurosa elaboración de modelos gnoseológicos del funcionamiento de las ciencias, como es, por ejemplo, el del «cierre categorial». Pensador controvertido, no siempre bien comprendido, es uno de los más originales y profundos del actual paisaje español.( Los Filósofos, François Aubral (traducción y adaptación: José Manuel Revuelta), Acento Editorial (Colección Flash), Madrid 1993, 94 págs. Página 22)