EL SECTOR COOPERATIVO EN EL MERCOSUR DURANTE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

EL SECTOR COOPERATIVO EN EL MERCOSUR DURANTE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

Sandra Colombo (CV)
Paula Oxoby


1.1.b. Brasil

En este país, la cultura del cooperativismo data desde la época de la colonización portuguesa. Este proceso emergió en el Movimiento Cooperativista Brasileño surgido a finales del siglo XIX, estimulado por funcionarios públicos, militares, profesionales liberales y obreros, para atender a sus necesidades (www.brasilcooperativo.coop ).
El movimiento se inició en el área urbana, con la creación de la primera cooperativa de consumo de la cual se tiene registro en Brasil, en la ciudad de Ouro Preto, estado de Minas Gerais en 1889, denominada Sociedad Cooperativa Económica de los Funcionarios Públicos de Ouro Preto (www.brasilcooperativo.coop ).
En 1902, surgieron las cooperativas de crédito en Río Grande do Sul, por iniciativa del padre suizo Theodor Amstadt. A partir de 1906, nacieron y se desarrollaron las cooperativas en el medio rural, idealizadas por productores agropecuarios, muchos de ellos de origen alemán e italiano. Los inmigrantes trajeron de sus países de procedencia el bagaje cultural, el trabajo asociativo y la experiencia de actividades familiares comunitarias, que los motivaron a organizarse en cooperativas (www.brasilcooperativo.coop ).
La literatura demuestra un florecimiento de la práctica cooperativa brasileña a partir del año 1932, motivada principalmente por dos factores, por un lado el estímulo del poder político que identificó al sector cooperativo como un instrumento de reestructuración de las actividades agrícolas y por otro, la promulgación de la ley básica del cooperativismo brasileño de 1932, que pasó a definir mejor las especificidades del movimiento con respecto a otras formas de asociación (Silva y Pires, 2004:15).
En 1969 fue creada la Organización de las Cooperativas Brasileñas (OCB), única representante formal, defensora de los intereses del cooperativismo nacional, sociedad civil sin fines de lucro, sin pertenencia política y religiosa (www.brasilcooperativo.coop ).
La Ley 5.5764/71 disciplinó la creación de cooperativas, restringiendo la autonomía de los asociados e interfiriendo en la creación, funcionamiento y fiscalización del emprendimiento cooperativo. La limitación fue superada por la Constitución de 1988, que prohibió la interferencia del Estado en las asociaciones, dando inicio así a la autogestión del cooperativismo (www.brasilcooperativo.coop ).
En 1995, el cooperativismo brasileño ganó reconocimiento internacional, cuando Roberto Rodrigues, ex presidente de la Organización de las Cooperativas Brasileñas, fue electo el primer no europeo para la presidencia de la Alianza Cooperativista Internacional (ACI) (www.brasilcooperativo.coop ).
Es común la referencia a la modificación de la legislación cooperativa como una forma de responder a las nuevas expectativas económicas-productivas,  para permitir una mayor flexibilidad del movimiento frente a las nuevas coyunturas del mercado. Silva y Pires (2004) reconocen que en el caso brasileño el esfuerzo de revitalización de las prácticas cooperativas se inscribe dentro de un movimiento más amplio de modernización de las actividades y de ampliación de la democracia, en clara consonancia con los discursos sobre economía solidaria y tercer sector. Esta perspectiva se corresponde también con el tono de los discursos académicos y con los órganos representativos del cooperativismo y se aleja a su vez, de aquel de los años ochenta cuando la literatura denunciaba que el sector cooperativo se hallaba dentro de las directrices de una modernización conservadora, en la que el Estado actuaba de forma autoritaria y centralizada, privilegiando a las elites políticas y agrarias (Silva y Pires, 2004).