LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

Francisco José Tomás Moratalla (CV)

LAS VARIABLES EXPLICATIVAS DEL DESEMPEÑO DE LA COOPERACIÓN HISPANO-VENEZOLANA EN EL PERÍODO 2006-2010.

El presente capítulo busca establecer conclusiones sobre cuáles fueron las variables explicativas que, desde una perspectiva social-constructivista, influyeron en el particular desempeño de la Cooperación Hispano-Venezolana en su contribución a los logros de desarrollo nacional.

Siguiendo la tesis propuesta por Sanahuja, la cooperación española con América Latina y por ende con Venezuela, es el resultado de una muy compleja, dinámica y cambiante relación entre los intereses, valores e identidades de la acción exterior de España y de sus procesos políticos internos (Sanahuja 2009). En este sentido conviene aclarar que los intereses refieren a los aspectos políticos, empresariales, migratorios” de España en el exterior, mientras que los valores, tienen que ver con aquellos aspectos promovidos desde el mundo de la Cooperación al Desarrollo, tales como la “democracia, solidaridad, cohesión social” y las identidades se relacionan con los “vínculos socioculturales o ideológicos” (Sanahuja 2010c). En este sentido la tesis central de este autor es que los grandes valores defendidos por España en su política de cooperación, entre los que cabría incluir la DP y el PAA, entendidos también como construcción social, se ven perjudicados por la confluencia no siempre armónica de intereses políticos, económicos, migratorios, socio-culturales e ideológicos que también hacen parte de la política exterior de España en los países que reciben su ayuda. Este modelo de carácter nacional tiene también su reflejo, en lo los actores descentralizados —Ayuntamientos o Comunidades Autónomas—, que responden tanto a lógicas de desarrollo, como a la reformulación a escala subestatal de intereses «nacionales» de índole económica, política o de legitimación interna y proyección Externa” (Sanahuja 2009:197). En nuestra opinión un buen ejemplo de lo anterior aplicaría para el caso de la CE en Venezuela, cuyo desempeño en términos de eficacia y calidad estuvo  determinada de manera negativa, por la subordinación de las acciones de CE a lo que se interpretó era la defensa de los intereses económicos, políticos, socioculturales e ideológicos, de su política exterior en el país. Este nivel general tuvo también tuvo reflejo en los actores descentralizados, especialmente en el caso de la Comunidad Autónoma de las Islas Canarias, que como se señaló en nuestro trabajo fue, en términos de volumen de la Ayuda uno de los principales actores, si no el que más, de la CE en el período analizado.

I-Intereses e identidades en el marco de la Relación Bilateral

Pasamos a analizar a continuación algunos hechos de la relación bilateral que constituyeron la base material sobre la que se levantaron las particulares interpretaciones, en términos de “constructo social”, de lo que se consideró eran los “intereses” e “identidades” españoles a ser defendidos en Venezuela.

1.1- Intereses económicos.

Desde la perspectiva económica y volviendo a Sanahuja, tomaremos como base, los cuatro grandes aspectos a analizar para la coherencia de políticas, a saber: 1- Las inversiones e intereses económicos españoles, 2- el comercio, 3- los créditos FAD y 4- la deuda externa (Sanahuja 2010b). En cuanto a las relaciones España-Venezuela nos detendremos a analizar los dos primeros, por cuanto la deuda externa venezolana con España no revistió importancia y los créditos FAD dejaron de tenerla a partir del 2009.

1.1.a- Inversión e intereses económicos.

Como señala Sanahuja, “La inversión española en América Latina ha generado nuevos intereses económicos, relacionados con la protección de las inversiones, su marco regulador, y la estabilidad macroeconómica. Esos intereses suponen tensiones con las políticas económicas adoptadas como consecuencia del marcado “giro a la izquierda” que se observa en la región” (Sanahuja 2010b:10), y que hemos estudiado en el primer capítulo de la presente tesis. Este “giro a la izquierda”, en el caso de Venezuela, profundiza la política de nacionalizaciones y expropiaciones promovida por el Gobierno Bolivariano, misma que tocará importantes intereses españoles en Venezuela, especialmente relacionados con el sector de la banca y la agricultura. Al mismo tiempo señala Sanahuja que los cambios regulatorios acontecidos en muchos países de la región, de los que también es un ejemplo paradigmático el caso de Venezuela, “han llevado a que el Gobierno español haya tenido que hacer difíciles equilibrios para apoyar a las empresas, sin que ello perjudique a las relaciones políticas y a la cooperación, a su propia identidad e imagen ante las sociedades latinoamericanas, y a sus apoyos políticos domésticos” (Sanahuja 2010b:10).

En este sentido al analizar los datos de la inversión directa española en Venezuela durante el período estudiado, vemos que se produjo un notable proceso de des-inversión motivado, sin duda, por el clima de inseguridad jurídica.

Inversión directa española -millones EU

2006

2007

2008

2009

2010

Inversión bruta

102,5

80,7

-21,3%

2,1

-97,4%

98,2

4.562,6%

2,7

-97,2%

Inversión neta

101,5

43,5

-57,1%

2,1

-95,2%

-745,9

-35.895%

-77,5

-89,6%

OFCOMEX-Caracas (2010 y 2011).

Si vemos a Venezuela desde la perspectiva regional comparada, propuesta por Arahuetes desde el año 2000 al 2010, “las inversiones españolas perdieron en los años 2000 la intensidad de los años 90, y todo indica que no será probable que se vuelva a registrar una mayor presencia de empresas españolas”. (Arahuetes 2011:84)

En todo caso, pese a que, “las inversiones españolas en la República Bolivariana de Venezuela han registrado una trayectoria profundamente descendente, con años de significativas desinversiones”, (Arahuetes 2011:79) pasando, en el conjunto de las inversiones globales españolas en la región, del 3,1% del año 2000 al 1,9% del 2010; sin embargo el país mantiene “…un peso relevante en el mapa de las inversiones directas españolas […], debido al stock existente todavía de inversiones españolas en su mercado, en intermediación financiera, telecomunicaciones –con las inversiones de Telefónica en Telcel Celular y en Rodeen Records– y petróleo y derivados –por Repsol” (Arahuetes 2011: 80). El panorama de Venezuela, muy negativo para la inversión directa española, contrasta con la tendencia en la Región en la que “si se considera la especialización sectorial de las inversiones españolas en los países de América Latina, por un lado, y las perspectivas de sus economías a medio y largo plazo, por otro, es indudable que las compañías españolas incrementarán inversiones directas en la región en los próximos años, a pesar de los efectos de la crisis financiera internacional sobre los niveles de apalancamiento de las empresas” (Arahuetes 2011:84).

En este sentido y citando nuevamente a Arahuetes, Venezuela está considerado como uno de los tres países de la región, junto con Argentina y Uruguay, que presenta riesgo potencial para el stock de inversión directa española al analizar las oportunidades y riesgos estratégicos del país para dichas inversiones sobre la base del “Índice Elcano” (Arahuetes 2010:81). Así por ejemplo la nacionalización de la filial del Banco de Santander en Venezuela, con la que el presidente Chávez había en julio del 2008, finalmente se produjo en el año 2009 (El País 2009) y la presión sobre los intereses bancarios españoles en Venezuela, que se remontaba al año 2007, siguió durante el 2010 en la que en una alocución pública Chávez amenazaba al Banco Provincial, filial del BBVA, “o das crédito, o me das el banco, y ya veré como te pago” (Capital Madrid 2010). También la intervención y posterior nacionalización de Agroisleña, durante el 2010 y que era la tercera empresa española en Venezuela (El Confidencial 2010). En este sentido tanto el mencionado proceso acentuado de des-inversión, como el riesgo potencial para el stock de inversión española, fueron elementos tenidos muy en cuenta en la Acción Exterior de España en Venezuela durante el período estudiado. Pese a todo también hubo noticias positivas, como la concesión venezolana de una importante explotación petrolífera a la empresa REPSOL en la faja del Orinoco (Observatorio Petrolero Sur 2010).