De acuerdo a la nueva ruralidad, las organizaciones empiezan a tomar auge dentro de esta nueva modalidad de conceptualización del campo permitiéndole aprovechar al máximo sus recursos naturales, humanos y económicos; beneficiándose con el desarrollo de las nuevas políticas públicas . Chayanov (1925) mencionó la importancia de tomar la organización de los campesinos como una unidad económica, aunque sean escasos los datos sobre sus costos y ganancias, pues al organizarse de acuerdo a sus actividades, proporcionan datos que más tarde usarán, para calcular costos y ganancias, tal vez no como una unidad capitalista, pero si como una unidad que permita su crecimiento y desarrollo.
Por otra parte, Bouchard (2001) menciona que en las organizaciones sociales de desarrollo sus participantes asumen un triple rol, como: 1) construcción identitaria de las comunidades locales, 2) articulación entre las iniciativas locales y las políticas públicas, y 3) respuesta a las necesidades que no son satisfechas por el mercado o por el Estado. Las organizaciones sociales son vistas como una solución intermedia entre la centralización del Estado y el liberalismo económico puro. Por tal motivo son un desafío para el logro del desarrollo en el campo o en la perspectiva rural del mercado.
La interrelación entre Estado, empresas y comunidades es de gran importancia, debido a que cada uno por su lado no lograría un desarrollo sostenido y de amplio alcance, lo cual les permite complementarse y asociarse entre ellos y con otros. A lo cual Bunge-Vivier (2008, cita a Ostrom, 1996) menciona que eso se llama coproducción, ya que ningún gobierno puede ser eficiente y equitativo sin la participación de los ciudadanos.
Lo importante dentro de las organizaciones es el trabajo en conjunto y sus objetivos bien definidos, lo que les permite avanzar, buscando la homogenización y una estructura adecuada del manejo de la misma, anteponiendo los intereses personales por los colectivos. Tirado (2010) cita a Weber (1968) menciona que existen relaciones sociales “asociativas”, las cuales se fundan en un acuerdo o compensación de intereses racionalmente motivados, en base a valores absolutos o en razones de conveniencia, y relaciones “comunitarias” en las que el sentido de la acción social de los participantes está basada en un sentimiento subjetivo, afectivo o tradicional de pertenencia colectiva.
Consideran la libre voluntad y la igualdad original con un orden y conjunto de consecuencias políticas y jurídicas especificas que propician en cada uno de sus integrantes autonomía, influencia como medio de intercambio social, coordinación horizontal y legitimidad basada en la aceptación (Tirado, 2010). Por otra parte, Las organizaciones transforman con sus demandas las relaciones tradicionales con el Estado, mediante estrategias de presión y concertación política donde sus acciones se perfilan como alternativas diferentes de las iniciativas del Estado, mientras que sus actividades organizativas modifican el corporativismo gubernamental, y de manera paralela avanza hacia un mayor control de las actividades económicas y hacia una autonomía en sus decisiones internas, reivindicando sus prácticas comunitarias y culturales (Cortés, 2008: 229).
Dentro de las actividades que realiza un grupo de personas de manera organizada, se consideran las causas del buen o mal funcionamiento, las cuales se pueden estudiar desde el punto de vista macro y micro social. A nivel macro se presenta la falta de apoyos y la expansión de transnacionales, y a nivel micro la falta de eficiencia de los vínculos sociales (Bunge-Vivier, 2008). La presencia creciente de asociaciones ha permitido que participen de manera coordinada con otras asociaciones, empresas o con el gobierno, en la solución de problemas y en la vigilancia ciudadana. Considerando a las organizaciones, sociedades, cooperativas como creadoras y mantenedoras de capital social, los cuales tienen vínculos de reciprocidad.
Puga (2008) menciona que las asociaciones dentro de su autonomía pueden tener intereses comprometidos en alguna de las tres esferas: el Estado (esfera política), el mercado (esfera económica) y la comunidad (esfera social o de solidaridad); el desempeño de las asociaciones puede ser medido a partir de cuatro dimensiones: 1) eficiencia (aprovechar de la mejor manera los recursos humanos, materiales y culturales de que dispone), 2) eficacia (llevar a cabo sus propósitos expresos o latentes), 3) legitimidad (conservar la confianza de los agremiados y el respeto de la sociedad), y 4) pertinencia (atender necesidades sociales importantes, logrando acciones significativas de colaboración con otros actores u organizaciones, generando redes de colaboración o influir en la formulación de políticas públicas).
Considerándose de igual manera las relaciones que son significativas a través de tres niveles: 1) el medio constitutivo; 2) algunas variables (que tienen que ver con la estructura interna, el funcionamiento organizacional y la relación hacia el entorno) y
3) el desempeño asociacional, entendido este como la capacidad de las asociaciones para llevar a cabo la realización de las cuatro dimensiones que se mencionaron anteriormente (ibid).
En eumed.net: |
![]() 1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humansticas para el medio rural Por: Miguel ngel Smano Rentera y Ramn Rivera Espinosa. (Coordinadores) Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humansticas para el Medio Rural (IISEHMER). Libro gratis |
15 al 28 de febrero |
|
Desafos de las empresas del siglo XXI | |
15 al 29 de marzo |
|
La Educacin en el siglo XXI |