ESTRATEGIAS EDUCATIVAS DIRIGIDAS A DESARROLLAR EN LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES UNA CULTURA DE LA SALUD ANTIALCOHÓLICA DESDE LA VÍA EXTRACURRICULAR

Miguel Angel Miranda Martín
miguelamiranda69@yahoo.es

Capítulo I.
Consideraciones teóricas acerca de la educación para la salud en la educación de adolescentes y jóvenes.

1.1 Fundamentos filosóficos y sociológicos acerca la cultura de la salud.

En este trabajo se asume como fundamento teórico y metodológico la Filosofía Marxista Leninista, pues esta es contentiva de una ideología revolucionaria, que se proyecta hacia el desarrollo social de la humanidad, cuyo fin supremo es el desarrollo de todas las facultades del hombre, considerando sus potencialidades integralmente.
Además los principios que definen la concepción dialéctico materialista del mundo: “la objetividad, la concatenación universal, el movimiento, el desarrollo, el análisis multilateral y la flexibilidad” (Martínez, M., Miranda, T. y Egea, M.,2005: 6-8), reconocen el permanente cambio, movimiento en que se encuentra la vida social en un proceso de ascenso y de la que no están exentas las jóvenes generaciones.
Los problemas que en la actualidad afectan a la salud humana no escapan a la atención mundial, por eso constituyen punto de análisis y de valoración para la vida del hombre en el planeta y muy especial en Cuba.
Para los educadores estos problemas no deben ser ajenos, es necesario que sean abordados dentro del proceso docente educativo como requisitos y prioridades para contribuir al desarrollo integral, armónico y sostenible de las generaciones actuales y futuras.
Antes de adentrarnos en el tema de educación para la salud se hace necesario aclarar que la salud en el trabajo pedagógico en Cuba es un tema cuyos antecedentes, tantos teóricos como prácticos, se hallan en fuentes bibliográficas dispersas, muchas veces diluidos en materiales que centran su enfoque en otras ramas del conocimiento pedagógico, tal situación se ha prolongado hasta la actualidad.
Durante mucho tiempo el concepto de salud ha sido enunciado de forma sistemática contraponiéndolo al de la enfermedad y a partir de ahí “salud era la ausencia de enfermedad e invalidez”. Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS.), conscientes de que la argumentación era lógica pero pobre, formularon en carta Magna de 1946 un nuevo concepto de salud entendida como: “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. (Salleras, L, 1985: 14).
De esto se deduce que la salud es un nivel de la existencia superior al de no estar enfermo, destacando los tres aspectos de la salud.
La categoría salud se refiere a la existencia y a la esencia de la vida del hombre; entender su especificidad social requiere comprender la esencia humana, “La esencia humana no es algo abstracto, inherente a cada individuo, es en realidad el conjunto de sus realidades sociales” (Marx, C., 1979: 9 t.1).
La salud debe ser entendida como… “la calidad de la existencia del hombre determinada por su relación armónica con el medio natural- social que le corresponde”. (Marx, C., 1979: 19 t.2).
La salud es un valor fundamental de la humanidad, garantiza su existencia y la calidad de ésta, incluyendo el grado de adaptación del medio natural y social por el hombre.
El conocimiento de conceptos fundamentales referentes a la salud nos permite adentrarnos en cuestiones básicas relativas a la cultura de la salud a partir de la educación para la salud. El examen de los antecedentes de la salud en el proceso pedagógico puede iniciarse a partir de que: “el concepto educación denota los métodos por los que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos, mentales, emocionales, morales y sociales de la persona.” (Enciclopedia Encarta: 2008).
Este concepto deja claro la idea de formas de vida sana y asegura la igualdad de oportunidades para desarrollar al máximo la salud potencial de cada individuo o grupo social, pero: ¿Cómo se puede alcanzar un estado de salud adecuado? ¿Cómo lograr una cultura de la salud? ¿En qué persona?
Al referirnos a la cultura de la salud se debe hacer una conceptualización breve acerca de la cultura y sus funciones principales. El estudio de este fenómeno ha sido complejo para los investigadores y en la literatura consultada encontramos numerosas definiciones.
El autor coincide con lo planteado por (Kelle, V y Kovalzon, M., 1985: 295- 300) en su libro Teoría e Historia al identificar las siguientes regularidades: La cultura esta relacionada con la actividad humana, sus resueltos y el grado de asimilación de los individuos, grupos y clases sociales en torno a ellas.
No existe en la sociedad bajo la forma de un fenómeno social específico, presente al lado de otros fenómenos, ni entre los aspectos de la vida social que caracterizan sus esferas principales (economía, sociopolítica, espiritual), ni entre otros aspectos que se refieran a esferas no fundamentales (modo de vida), descanso, diversiones, etc.), y que podamos decir: “He aquí la cultura”.
Al referirse la cultura a todo el proceso de transformación que realiza el hombre sobre la naturaleza y la sociedad y su asimilación, constituye un concepto imprescindible para analizar la sociedad en su conjunto, pues ella es el resuelto de determinado ambiente cultural.
Para la definición es importante tener en cuenta la actitud que asume el sujeto (activo) hacia el objeto, que caracteriza la medida de apropiación, la actitud consciente del primero sobre los distintos procesos y fenómenos de la realidad en contacto con él.
La cultura es expresión generalizada del grado de desarrollo alcanzado por la sociedad, lo que significa que la cultura no sólo existe como un determinado conjunto de valores materiales y espirituales, en que viven y actúan los hombres, sino en la realización del hombre como autoproducto, como resultado de determinadas relaciones sociales.
La palabra cultura proviene del verbo latín colo que significa cultivo, elaboración (Colectivos de autores cubanos., 1991: 372 t.2) y que por su origen es el resultado de la actividad práctico- social- transformadora del hombre. La cultura caracterizada del modo más general es el desarrollo del hombre como un ser social, o sea, un ser consciente, creador, con espíritu de iniciativa. Al vincular la cultura con el hombre estamos señalando que no sólo debemos tomar en cuenta los objetos materiales, las normas y los valores que reglamentan la sociedad o las ideas y teorías materializadas en los libros, sino las acciones de los hombres en relación con lo creado en el proceso continuo de objetivación - subjetivación (Colectivos de autores cubanos., 1991: 300 t.1).
A partir de este planteamiento el hombre en su interacción con la naturaleza y la sociedad, constantemente esta creando valores materiales y espirituales  para satisfacer sus necesidades, este proceso de continua transformación y materialización recibe el nombre de objetivación, simultáneamente se desarrolla el proceso inverso la subjetivación; donde las distintas clases y grupos sociales asimilan y se adueñan de lo creado por generaciones anteriores, se apropian de la experiencia, “conocimientos, práctica, valores, habilidades y maneras de concebir su relación con el mundo” (Colectivos de autores cubanos., 1991: 374 t.2) lo que permite un permanente perfeccionamiento de las relaciones sociales. “Asimilar estos resultados descubriendo el contenido humano que poseen” (Kelle, V. y Kovalzon, M., 1975: 143).
Ambos momentos expresan la complejidad del fenómeno de la cultura, dado por sus múltiples funciones y facetas, tareas, contenidos y problemas a resolver. Para el desarrollo de la objetivación – subjetivación es condición indispensable la capacidad humana de trabajar, así, el trabajo se convierte en fundamento básico de la existencia social y a través de él, los hombres materializan las potencialidades de sus fuerzas sociales. La relación del hombre con la naturaleza no se despliega entonces con arreglo de las leyes biológicas, sino sociales, donde “la naturaleza incorporada a la vida social, no solo es premisa y condición de la vida humana, sino parte de la cultura” (Colectivos de autores cubanos., 1991: 373 t.2).
Tomando en consideración lo expresado es posible realizar una tipología de la cultura, clasificándola según la época: antigua, medieval, contemporánea, etc.; según una ciencia o esfera principal dentro de la sociedad: cultura política, jurídica, etc.; según las costumbres, tradiciones o países: cultura cubana o africana, lo que expresa la identidad de cada país; y también en relación con un tipo específico de actividad: cultura del trabajo, del habla, del pensamiento, de   a salud.
El desarrollo del hombre y en consecuencia de su cultura esta relacionado con el tipo de actividad, pues la actividad a partir del enfoque dialéctico materialista se concibe como: […] “el modo de existencia, cambio, transformación y desarrollo de la realidad social, que deviene como relación sujeto – objeto.” (Pupo, R., 1990: 27).
Esta visión filosófica permite considerar que en la actividad práctica social es donde se generan los valores y las dimensiones valorativas de la realidad, que el sujeto (ser social) puede desarrollarse a niveles cualitativamente superiores, a partir de la actividad y desarrollo de sus conocimientos, las que propician el despliegue de sus múltiples posibilidades y energías creadoras en correspondencia con el tipo de sociedad a que se aspira.
A partir del tipo específico de actividad la cultura puede ser de la salud y ¿qué es, entonces, la cultura de salud?
Es la categoría que revela el grado de desarrollo alcanzado por el hombre en el conocimiento y dominio de su organismo y medio socioecológico, de modo tal, que trascienda en su actuación hacia una conducta que propicie un modo saludable de vida.
Podemos decir, de manera general que todos poseemos determinada cultura de la salud, a nivel individual o grupal. Se enfatiza en la posibilidad de que el individuo o grupo social puede asumir el control de alguno de los principales factores que influyen en su estado de salud.
En el presente trabajo se sintetizan todo el conjunto de dimensiones que intervienen en la formación de cultura de la salud, ellos son:

1- El estado real de salud de la población.
2- El Sistema de Salud Pública y las instituciones que lo conforman.
3- Las organizaciones políticas y sociales.
4- Los medios de difusión masiva.
5- Valoraciones y conocimientos que funcionan como paradigmas o ideales de la salud en la población, para alcanzar lo que denominamos” bienestar” o “sentirse bien”.
6- La familia.
7- El desarrollo alcanzado por la sociedad y el sistema social imperante, dado por el modo de producción, es decir, si un país es desarrollado o no, capitalista o de orientación socialista.

En la primera dimensión se incluyen los principales parámetros de mortalidad, morbilidad, crecimiento y desarrollo, esperanza de vida al nacer y las tasas de natalidad, perfectamente medibles en su aspecto cuantitativo, añadiendo las variables cualitativas que resultan de difícil cuantificación en las que ese encuentra, si la sociedad como un fenómeno inherente a su desarrollo ha promovido estilos de vida no saludables, como son el hábito de fumar, el alcoholismo y la drogadicción.
En el Sistema de Salud Pública y las instituciones que lo conforman es un  elemento a tener en cuenta, pues según sea este, las distintas clases y grupos sociales sentirán que tienen mayor o menor acceso a los servicios de salud.
Las instituciones son los centros donde se brindan los servicios principales de salud, desde la casa consultorio médico de la familia y el policlínico, hasta los  hospitales y los grandes institutos de investigación, incluyendo el ministerio de Salud Pública con todas sus direcciones.
Constituye otro eslabón fundamental las organizaciones políticas y sociales. Es el reconocimiento de que salud y su cultura es un problema de toda la sociedad.
Los medios de difusión masiva se encuentran en el centro de la educación para la salud y de la cultura sanitaria. Ellos han de brindar la información científicamente corroborada, para desarrollar en el ciudadano su personal capacidad de elección, sin atemorizarlo. El problema de la información consiste en que mundialmente los centros de poder ejercen gran influencia en el tipo de mensajes con fines lucrativos y a veces se informa lo que menos importancia puede tener y lo que más le conviene.
La valoración de la salud es el reflejo subjetivo que las diferentes clases, grupos sociales e individuos, realizan en relación con su calidad de vida, que incluye la imagen deseable de la salud y sus prácticas. Es el sistema de representaciones en torno a todos los elementos que conforman la cultura de la salud, incluyendo creencias y aspiraciones. Es un fenómeno heterogéneo y varía de una clase social a otra y entre diferentes comunidades.
Existe una relación entre el conocimiento científico y la valoración, pero en ocasiones las valoraciones que realizan los diferentes autores sociales entran en contradicción con los criterios tradicionales de cientificidad que portan el personal en general. Entre la valoración, el conocimiento y la práctica existe una relación indisoluble. El conocimiento es premisa de la valoración: solo podemos valorar lo que conocemos; y la práctica, es la fuente y condición indispensable de la valoración que hace el sujeto de la realidad.
La formación de la cultura de la salud incluye el acercamiento cada vez mayor  de las valoraciones al conocimiento verdadero de los factores que propician un modo de vida sano.
La familia es otra dimensión importante a señalar por el rol que desempeñan en
su función socializadora y como ámbito principal de aplicación de actividades formativas y de prevención. En la familia y en cada uno de sus miembros se reflejan, en forma particular, todos los elementos que integran la cultura de la salud, lo que se traduce en hábitos y normas de vida, padecer o no determinadas enfermedades. Fomentar un estilo de vida saludable y hacer consideraciones de un tipo u otro sobre la salud. Estos factores actúan como reguladores de la conducta y hacen que cada persona porte su propia cultura de la salud, que varía de barrio, región o país, pero que definitivamente muestra el grado de desarrollo alcanzado en dicha esfera.
El desarrollo alcanzado por la sociedad, donde interactúan de forma compleja todos los elementos que se despliegan aquí. La relación dialéctica de los momentos objetivos y subjetivos en la formación de la cultura de la salud permite comprender como el sujeto activo puede intervenir en la apropiación de dicha cultura.
Desde el punto de vista filosófico, la cultura de la salud incluye todo el conjunto de condiciones objetivas y subjetivas que intervienen en su desarrollo, destacando , sobre todo, la posición que asume el individuo sobre el sistema  de influencias que existen en la sociedad para conservar, cuidar y crear estilos de vida sanos.
En muchas publicaciones aparecen subrayada la idea de que los sujetos pueden ser creadores de su propia salud, trasladando la responsabilidad social hacia los individuos, si bien esto es de vital importancia, los defensores de estas ideas pasan por alto el hecho de que los fenómenos sociales relacionados con las condiciones de vida, en última instancia pueden  determinar la actitud asumida por los individuos, las familias, o grupos en  relación con su salud. La comprensión dialéctica de este fenómeno, incluye el análisis de los momentos objetivos y subjetivos. Por eso este fenómeno es de competencia política y esta vinculado a las transformaciones económicas que permiten el mejoramiento de las condiciones de vida.
En Cuba muy temprano se comprendió que tanto el bajo nivel cultural de la población como su deficiente salud eran fuertes obstáculos al desarrollo económico. De ahí que se impulsaran las políticas sociales y económicas como elementos inseparables de un proceso que requería la marcha de ambos y su articulación recíproca.
Existen en la literatura otras categorías que, aunque del mismo orden, no abarcan todo lo relacionado con la cultura de la salud, como son promoción, prevención y educación para la salud.
La Promoción y Educación para la Salud es un proceso que promueve cambios en concepciones, comportamientos y actitudes en el hombre frente a la salud, la higiene y la enfermedad tanto individual como colectiva, por eso la escuela juega un papel primordial en el cumplimiento de su principio profiláctico y educativo.
La promoción de salud “constituye una estrategia que permite recuperar la importancia del entorno social en el desarrollo de la salud” propiciando cambios en los estilos de vida de las personas hacia una vida sana.
Henry E. Sigerist expresaba en 1945 “La salud se promueve cuando se facilita un nivel de vida decente, buenas condiciones de trabajo, educación, cultura física y medios de descanso y recreación” (Sinopsis Informativa., 1995: 2).
En 1986 auspiciado por la OMS, Salud y Bienestar del Canadá y la Asociación de Canadienses de Salud Pública se organizó la primera Conferencia Internacional sobre promoción de salud conocida como “Carta de Ottawa” en la que se plantea: “las condiciones fundamentales y los recursos para la salud son la paz, la vivienda, la educación, la alimentación, el ingreso, el ecosistema estable, la conservación de los recursos, la justicia social y la equidad” (Carta de Ottawa 1986: 17-21). Queda expresado que:” la promoción de salud funciona por medio de la acción comunitaria concreta y efectiva para establecer prioridades, tomar decisiones, plantear estrategias y desarrollarlas para obtener mejor salud. La esencia misma de este proceso es darle el poder a la comunidad, rescatar el control y propiedad de su propio comportamiento y destino” (Carta de Ottawa 1986: 17-21).
El autor discrepa de lo anterior, pues darle el poder a la comunidad, se hace necesario educar a la comunidad y es precisamente la escuela la institución cultural más importante de la comunidad, tiene la función social de crear un  entorno educativo favorable porque toda la población transita por ella. Dispone de medios técnicos y humanos, cuenta con un personal capacitado para hacerlo, y su fin es la educación integral de la personalidad de los individuos.
El concepto de Promoción de Salud ha evolucionado como una estrategia para la acción política y luego para la implantación de una estrategia para la implementación operacional. El propósito es el de proteger y mejorar la salud pública mediante el impulso a las iniciativas y acciones individuales y colectivas que influencian positivamente el nivel de salud de una población. Se trata de buscar cómo vivir, mejorar y alcanzar bienestar creando las condiciones para llevar una vida saludable que solo se consigue con el concurso de la comunidad dándole a esta los conocimientos y la capacidad necesaria para  buscar, adoptar y comprometerse a vivir saludablemente. Este ideal de opinión y compromiso requiere de la influencia de todas las fuerzas y de una fuerte voluntad política.
En la Constitución de la República de Cuba, en el capítulo VII referido a los derechos, deberes y garantías fundamentales aparecen refrendados los principios que garantizan la obtención de la salud y educación, de la cultura para todos y todas las personas con carácter obligatorio y gratuito sin distinción de raza, grupo social y situación económica de los individuos.
Los niños, adolescentes, jóvenes y población en general tienen las mismas oportunidades y accesos a la salud y a recibir una educación de calidad, además participan como protagonistas principales en estas acciones.
En Cuba se garantiza y respeta el derecho pleno que conlleva una alianza entre Educación, Salud, Nutrición, Higiene y Saneamiento y Servicios de Protección a la Infancia, todo ello, como objetivo explícito de la voluntad política y de la creación de condiciones específicas y bien definidas por el estado.
La Constitución de la República recoge en su artículo (y) inciso 6 que el estado garantiza que no haya persona que no tenga acceso al estudio, la cultura y el deporte. El derecho a la educación sigue siendo una realidad para todos.
El Paradigma Salud en su concepción más amplia debe quedar reflejada en la caracterización integral de los adolescentes y jóvenes a través de la identificación de las carencias, o necesidades y dificultades físicas, psíquicas y/o sociales y también es necesario reflejar y estimular sus posibilidades, logros, éxitos, sus objetivos vencidos, sus cualidades ético-morales, así como el alcance en la formación de una cultura de la salud.
La prevención de la salud es “… es la protección de las amenazas ambientales a la salud “y la posibilidad de eliminar enfermedades evitables” (salud para todos en el año 2000). De esta definición se deduce, que la prevención de salud es una de las tareas principales de la salud pública y la medicina, pero contenida en si misma en la promoción de salud.
Resulta claro que las tareas principales de la salud pública y la medicina es la promoción de salud pero; el autor considera lo anterior pero no conforme con que el trabajo preventivo no solo lo realiza medicina y la salud pública; se realiza también desde la escuela fortaleciendo los elementos teóricos y prácticos para evitar el surgimiento de las dificultades ya sea en su aprendizaje o en su conducta.
La prevención es una tarea de toda la sociedad. El enfoque sistémico que a nivel social debe tener el trabajo preventivo lo garantizan diferentes documentos normativos, folleto metodológico y también instrumentos jurídicos. Entre ellos se encuentran; Folleto Metodológico dirigido al personal docente de la enseñanza media superior y superior (2005) sobre Trabajo Preventivo relacionado con el uso Indebido de Drogas; Decreto Ley 242 de 2007 dirigido al Sistema de Prevención y Atención Social y la Circular N o 4/99 para el que en el sistema de trabajo metodológico se le de salida a los Programas sobre Educación de la Sexualidad, Tabaquismo y Alcoholismo tanto en lo curricular como extracurricular.
Prevención es evitar, anticiparnos algo no deseado.
Según Rafael Bell (2001) el trabajo preventivo es la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias físicas mentales y sensoriales o a evitar que las deficiencias, cuando se han producido, tengan consecuencias físicas psicológicas y sociales negativas. En el área educativa este concepto adquiere una mayor dimensión y alcance pues se coloca en el centro de lo que estamos llamados a convertir un estilo del trabajo pedagógico capaz de involucrar a todos los alumnos (as), para asumirlo como un sistema de influencias educativas que han de anticiparse a las dificultades que pueden aparecer en el proceso educativo, exigiendo la atención oportuna de las necesidades que los adolescentes y jóvenes presenten.
Se deduce que en esta concepción positiva y abarcadora de trabajo preventivo los retos y desafíos que enfrentamos, imponen enfoques renovados y por ende métodos y estilos de dirección educacional en correspondencia con los cambios que objetivamente se producen en nuestra sociedad. Por lo que las acciones desde la institución escolar, el entorno social, las organizaciones de masas y políticas, la familia deben integrarse en un todo y reformular estrategias educativas, reconstruir modos de actuación, establecer objetivos comunes de trabajo, para atenuar y lograr una educación de la cultura de salud  en y para la vida. La Salud Escolar en el sistema de trabajo metodológico en la escuela cubana.
Está concebida como un programa director de promoción y educación para la salud en el Sistema Nacional de Educación, el cual tiene como propósito: Contribuir a fomentar una cultura en salud que se refleje en un estilo de vida más sano de niños, adolescentes, jóvenes y trabajadores.
Se implementa a través del “Programa Integral de Atención Médico –Pedagógica al niño, al adolescente y al trabajador en Centros educacionales”. La Salud Escolar, se inserta en el trabajo metodológico de la escuela a través del proyecto cubano de “Educación Sexual Escolar”.
Se trabaja la Salud Escolar, en nuestro sistema educacional a través del movimiento “Escuelas por la Salud”.
En la escuela cubana, también se promueve Salud Escolar a través de los programas: “Para la Vida” y “La aventura de la Vida”.
La concepción metodológica del trabajo de Salud Escolar, está basada en que: -Está presente en todos los componentes del proceso docente – educativo.

Una de las vías principales para promover y prevenir salud es la Educación para la Salud.La OMS define la educación para la salud como la “disciplina que se ocupa de iniciar, orientar y organizar los procesos que han de promover experiencias educativas, capaces de influir favorablemente en los conocimientos, actitudes y prácticas del individuo y de la comunidad con relación a la salud” (Manual de Educación para la Salud 1985:359). En este mismo manual se define “…. Es un campo especial de las ciencias médicas y de la Salud Pública cuyo objetivo es la trasmisión de conocimientos y el desarrollo de una conducta encaminada a la conservación de la salud, del individuo, el colectivo y la sociedad”. Este concepto expresa que la educación para la salud es un referente específico para las ciencias médicas y la Salud Pública, criterio con el cual el autor no coincide porque excluye a la escuela que es la institución más importante de la comunidad y porque cuenta con un personal capacitado para educar, enseñar e instruir en salud. En su objetivo excluye la educación como potenciadora del desarrollo y trasmisión de conocimientos, cultura y valores éticos encaminados a preservar la salud del hombre como ser físico, biológico y social.
Otro concepto de La educación para la Salud es “actividad formativa y educativa, dirigida al desarrollo de una actitud consciente y responsable por parte del hombre ante un fenómeno, conservación y restablecimiento de la salud y la capacidad de rendimiento. Ejerce su influencia sobre los conocimientos, criterios, convicciones, motivos y actitudes del hombre, en relación con la salud y la enfermedad, y es al mismo tiempo un componente de la formación y educación en general y del sistema específico de la protección de la salud en particular” (Manual de Educación para la Salud 1985:360). Por su visión abarcadora el autor asume este concepto la práctica educacional cubana de jóvenes y adultos (tomando como base el momento de declaración de Territorio libre de analfabetismo en 1961) ha contribuido al desarrollo del país, y a la elevación de la calidad de vida de los ciudadanos, en tanto el gobierno revolucionario ha garantizado en todos estos años, incluso durante el período especial, que se mantuvieran las ofertas educativas para este segmento de la población. Si bien fue necesario la constricción y el reordenamiento de algunas modalidades, en todo momento se mantuvo la oferta educativa.
No obstante estos logros innegables, subsisten problemas que su erradicación  deben conducir al perfeccionamiento del quehacer en esta área, y por supuesto  en el perfeccionamiento de los sustentos epistemológicos que abran espacio a la enseñanza media superior y superior , siempre sobre el consenso de una educación en y para la vida y por consiguiente para el trabajo que es fundamento básico de la existencia social. En el Sistema Nacional de Educación la educación para la salud es un elemento muy importante para fomentar estilos de vida sanos en las nuevas generaciones y elevar constantemente la calidad de vida del pueblo, es un principio de la justicia social que sustenta la Revolución, y forma parte de la cultura general integral a la cual aspira la nación cubana, además de propiciar procesos de enseñanza- aprendizajes más desarrolladores.
La formación de una cultura de la salud desde la escuela se inicia en Cuba durante las primeras edades y continúa durante todo el sistema educacional. Los empeños que en esta esfera son desarrollados en nuestro país, se extienden al perfeccionamiento del trabajo educacional para que a través de las vías curricular, extracurricular, de educación familiar y comunitaria sean transmitidos los conocimientos, hábitos, habilidades, convicciones, sentimientos, valores relacionados con las promoción, educación y cultura de la salud, como premisa indispensable para que los adolescentes y jóvenes estén en plenas facultades físicas que le posibiliten un desarrollo psíquico y social integral y los preparen para la vida con calidad .
En el Programa Director de Promoción y Educación para la Salud en el Sistema Nacional de Educación (1999) aparecen los objetivos para cada nivel de enseñanza. Las reflexiones seguidas hasta aquí sobre el desarrollo del pensamiento científico concerniente a la educación para la cultura de la salud en el trabajo pedagógico en Cuba, de manera general, muestra las siguientes tendencias:
 -Referentes dispersos en disímiles fuentes de información, en muchos casos muy mezclados a producciones científicas de otras ramas del saber. Tal hecho evidencia la falta de tradición en el tratamiento del tema.

Por todo lo anterior queda clara la necesidad de la preparación de los adolescentes y jóvenes de la enseñanza media superior y superior para potenciar la educación para la cultura de la salud antialcohólica, como recurso de promoción de salud que define el proceso de incorporación progresiva de saberes y mejoras de los modos de actuación, que les permitan afrontar con mayor éxito las afectaciones de su bienestar y el ejercicio del aprendizaje, a partir de la progresiva solución al déficit teórico existente.
Se ratifica que en esta dirección la educación para el desarrollo de la cultura de la salud antialcohólica, como una gran connotación social por constituir base en la cual se asienta la calidad de la formación de las nuevas generaciones, de  este modo cuanto más cultura de salud antialcohólica posean, más saludable se encontrarán los adolescentes y jóvenes y más posibilidades de éxito habrán de esperarse como relevos y continuadores de la sociedad.

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