LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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LA QUIEBRA DEL FOBAPROA: PASIVOS PRIVADOS Y DEUDA PÚBLICA

30 de abril de 1998

El proceso de rescate bancario por parte del gobierno a través del llamado Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), permitió a los bancos quitarse la carga financiera que significaba la enorme cartera vencida que habían acumulado a partir de 1995, cuando la crisis económica hizo prácticamente imposible de pagar, los créditos de sus deudores.

Mediante este Fondo, el gobierno compró, a través de la expedición de pagarés, los pasivos que los clientes de los bancos no podían pagar y se hizo cargo de su cobranza, mientras que empezó a pagarle a los bancos, los intereses derivados de esos créditos.

El costo total del rescate suma 552,300 millones de pesos. Esto es, 65,750 millones de dólares calculado a un tipo de cambio de 8.40 pesos por dólares. Cantidad que representa el 14% del PIB.

Lo grave del asunto, (a pesar de lo heroico que parece o que se intenta hacer parecer), es que la mayor parte de esos pasivos no será recuperada. Según el propio Subsecretario de Hacienda, Martín Werner, el 70% del total de esa cantidad está constituido por pasivos de mala calidad, por lo que sólo será posible recuperar unos 105,000 millones de pesos (El Financiero 05/04/98 y 27/04/98).

El problema central del rescate radica en varios elementos:

Primero, en que el gobierno asume el compromiso y la responsabilidad de la recuperación de los créditos que los bancos otorgaron de manera irresponsable a una gran cantidad de personas que no tenían capacidad de pago. (Recuérdese, por ejemplo, que las tarjetas de crédito se estuvieron otorgando durante algún tiempo sin comprobantes de ingresos).

Segundo, se dice que el rescate, es para proteger a los ahorradores, pero en realidad se trata de salvar a los bancos de la quiebra, lo que, a su vez, afectaría a los ahorradores por incapacidad de los bancos para asumir sus compromisos.

Tercero, el gobierno asumió la responsabilidad y el compromiso de pagar, con fondos públicos, los intereses de las deudas que los deudores no pueden pagar. Con fondos públicos, también, se está respaldando, el valor de los pasivos que adquirió y si no se recuperan habrá, efectivamente, un desembolso por el monto total de dichos pasivos.

Cuarto: La pésima calidad de la cartera implica que el Fobaproa será incapaz de llevar a cabo una recuperación de la cartera comprada, lo que implica que dicho fondo se encuentra en quiebra. Por ello, el gobierno ha propuesto asumir como deuda pública el monto de los créditos irrecuperables. Esto significa una cantidad de 386,610 millones de pesos, alrededor de 46,000 millones de dólares, lo que representa un monto equivalente al 15% del PIB para 1998. Cantidad que es doce veces superior al ajuste presupuestal que se llevó a cabo como producto de la caída de los precios del petróleo.

Ese trascendental paso, provocará que el monto de la deuda pública interna pase de representar el 27% del PIB a un 42.2%, para alcanzar un monto de 812,000 millones de pesos.

Quinto: la asunción de los pasivos del Fobaproa como deuda pública, implica que el gobierno tendrá que pagar con fondos públicos el valor de la cartera vencida a los bancos. Así, los bancos habrán librado el problema que generó su irresponsable desempeño y la incapacidad de sus propietarios

Sexto: Los contribuyentes, (todos aquellos que pagamos impuestos) tendremos que pagar el costo de ese séxtuple error imperdonable. Séxtuple porque:

a) fue un error vender los bancos en el contexto económico en que se encontraba el país,

b) porque fue un error no ver que quienes compraron no eran la mejor opción empresarial, c) porque fue un error entrar al rescate, cuando era más sano revocar la venta y asumir la propiedad y el control estatal d) porque es un error convertir en deuda de los mexicanos unos pasivos que no contrajimos los que, finalmente, terminaremos pagando y e) porque, como es muy probable, habrá beneficiarios con esta medida que seguramente sí podían pagar sus deudas o porque los montos de las carteras fueron inflados ilegalmente por los banqueros, tal como sospechan algunos diputados panistas y príistas.

Séptimo: fue tan mala decisión de entrar a un rescate bancario de modo tan indiscriminado e irracional, como mala es la idea de convertir los pasivos privados en deuda pública, pues el monto de los fondos públicos que habrá de destinarse al pago de dicha deuda equivale a una cantidad suficiente para constituir “…10 empresas fuertemente competitivas (líderes a nivel mundial) con tecnología de punta, expectativas de colocación en todos lo mercados mundiales y con utilidades durante el primer año de operaciones” de acuerdo con lo expresado por un análisis financiero realizado por El Financiero (27/04/98).

Octavo: La conversión a deuda pública de los pasivos del Fobaproa en un entorno de recesión económica interna que limita el monto de la recaudación fiscal, junto con la contracción del presupuesto público por la caída de los precios del petróleo, representa un serio problema para las finanzas públicas del país ya que crecerán las necesidades de gasto al mismo tiempo que la disponibilidad de ingreso se reduce.

El fracaso de la privatización bancaria y del rescate bancario son una muestra palpable de las terribles fracturas económicas que puede sufrir un país en donde se aplica un modelo de desarrollo ineficiente e irracional incluso considerado bajo la óptica teórica que sustenta al modelo. La competencia no ha logrado más eficiencia y racionalidad en la economía mexicana. Tampoco ha consolidado las estructuras económicas y más que estabilizar, ha paralizado el desarrollo nacional. Parece hora ya de abandonar la utopía del eficientismo y dejar de adorar al dios Mercado. Es necesario revalorizar y ubicar en su exacta dimensión a todos los actores sociales y económicos y abandonar esas posiciones basadas en necedades ideológicas que impiden que el Estado cumpla su tarea de recomponer y proponer las vías de desarrollo en favor de la sociedad.