LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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DESARROLLO ECONÓMICO Y DEMOCRACIA

1991

Las naciones que han alcanzado un sólido desarrollo económico y hoy liderean la economía internacional lo han podido hacer gracias a que su organización política, basada en la participación democrática de la sociedad, ha permitido que la voluntad y los intereses populares se reflejen en los proyectos de gobierno, los cuales se han encaminado a satisfacer las demandas de esa sociedad propiciando, a la vez que un crecimiento económico, una distribución más o menos equitativa del ingreso y la riqueza.

Ahí donde se han creado estructuras cerradas de poder, donde la democracia ha sido cancelada o reducida a una mínima expresión y en donde, por tanto, la voluntad popular ha sido escuchada, el desarrollo económico se ha estancado. Tal ha sido el caso de los países “socialistas” del este europeo. Tal ha sido el caso de Chile durante 17 años de dictadura militar, de Brasil o de Cuba y Nicaragua hasta antes de sus respectivas revoluciones.

Países todos en donde la cerrazón política de sus dirigentes logro quizá si un crecimiento económico (como le caso chileno) pero no un reparto equitativo de su producto.

Justamente el desmembramiento de esas estructuras de poder, ya sea por vía pacífica o por vía revolucionaria, se ha debido al impulso popular de una sociedad que al no ser escuchada ni entendida ha visto descender sus condiciones de vida material a niveles de subsistencia.

La revolución francesa --que tantas enseñanzas nos ha dado-- estalló precisamente porque las inmensas mayorías se encontraban en una situación de miseria provocada por la excesiva concentración de la riqueza en manos de la nobleza real. En la Revolución Mexicana sucede lo mismo. La dictadura porfirista conduce a las masas populares a tal grado de pobreza que provoca el estallido social.

Es decir, que la revolución expresa el convencimiento de la sociedad de que sólo a través de la toma del poder y su participación activa (directa e indirectamente ) en las decisiones de gobierno, podrán mejorar sus condiciones de vida. Si hubiese habido desarrollo económico, el estallido social quizá se hubiese evitado. Sin embargo, esperar que tales estructuras de poder pudieran propiciar el desarrollo económico, es simplemente suponer que actuarán o actúen en contra de su propia lógica de comportamiento, ya que están en el poder para enriquecerse, y la mejor manera de lograrlo es concentrando la riqueza y la mejor forma de hacerlo es cancelando la participación de la sociedad en el gobierno, es decir, en el poder mismo.

Es claro, pues, que el mejoramiento en las condiciones de vida la población, esto es, el desarrollo económico. Este es sólo en la medida que es población pueda influir en la política económica que establece un gobierno, y esto solamente es posible si hay democracia.