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J.M. KEYNES, EL PROFETA OLVIDADO

Mario Guillermo Gómez Olivares

 

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3.1.4.3. El ciclo del crédito: el nivel de precios, la producción y el empleo

La primera ecuación fundamental permite mostrar que si la relación E/O permanece constante, el poder de compra de la moneda sufrirá movimientos en correspondencia con el hecho de S  o  a la I. Pero si I = S, entonces el poder de compra de la moneda oscilará inversamente con los costos de producción.

La solicitación de inversión, capital fijo o capital de trabajo, depende de la extensión del proceso de producción y del carácter de la producción, exigiendo ahorro en plazos diferentes, de tal modo que las decisiones de los empresarios pueden resultar en un proceso en que I > S, lo que, a verificarse en una fecha posterior, dará lugar a reacciones que no podrán ser inmediatamente revertidas.

Una perturbación raramente puede ser iniciada por una alteración de la parte ahorrada del ingreso, pues las fluctuaciones de la inversión son consideradas como siendo la causa mayor del desorden. El volumen de empleo se incrementa gradualmente, en relación al tiempo que los empresarios toman para adaptar sus planos de producción, anticipándolos relativamente a los productos. La variación del empleo depende de la política bancaria en el corto plazo, bien como del estado de la técnica y organización de la industria en el largo plazo. Pero el sistema bancario no fija y mantiene la tasa efectiva de interés en consonancia con el criterio S = I.

Para que una caída de la tasa de interés incentive la inversión, lo que deberá manifestarse a través de un aumento del output de capital fijo, el mundo de los negocios tendrá de anticipar correctamente un cambio en el carácter anticipado de la tasa de interés; en ese sentido, al aumento del output incentivado deberá corresponder una disminución en la utilización de los inputs para producir medios de consumo, aunque un aumento del ahorro provocará una caída de demanda para estos bienes.

De aquí se desprende que existe una diferencia vital entre los procesos de cambio de la tasa de interés realizados a fin de disminuir la inflación de los lucros, y aquellos que provocan la deflación de los ingresos. A fin de escapar a la inflación, se equilibra la tasa de interés de mercado con la tasa natural, pero, cuando existe deflación de los ingresos, la tasa de mercado se divorcia de la tasa natural. Así, podemos concluir que el sistema monetario está mal adaptado a este proceso, pues no puede evi-tar ni mitigar las fluctuaciones del crédito. Este es el más puro análisis wickselliano, considerando inclusive un sistema financiero más complejo y la manifestación de expectativas variables.

Pero la inflación de lucros, como busca Keynes demostrar a través del segundo término de la ecuación fundamental, implica que las precios pueden aumentar incluso cuando los ingresos monetarios de los factores de producción por unidad de output no cambian, porque la nueva riqueza creada con la nueva inversión puede no ser de la misma naturaleza que aquella generada a través de la remuneración de los factores de producción cuando emerge una nueva inversión. Por eso, insiste Keynes, el real criterio de estabilidad está en el equilibrio entre I e S.

Las causas del desequilibrio pueden ser provocadas por factores de orden monetaria o por las inversiones. Las perturbaciones originadas por la inversión generan un ciclo del crédito, creando un dilema para la política monetaria y provocando desequilibrios económicos y sociales.

El movimiento de los precios actúa en el sentido de un aumento mayor del nivel de los precios del capital de trabajo relativamente al nivel de los precios de los bienes de consumo, considerando que la variación de la inversión no es compensada por el aumento de S. El movimiento de los precios puede estar relacionado con los movimientos cíclicos, de tal modo que el ‘boom‘es asociado a la fase ascendente de los precios y el ‘slump‘a la fase descendente, los cuales se condicionan mutuamente.

Keynes realza la importancia del carácter anticipado del cambio de la tasa de interés para concluir que no existen mecanismos automáticos que hagan transformar el ahorro en inversión, pero su reflexión no abandona la hipótesis de pleno empleo, lo que se demuestra en las consideraciones sobre los cambios de la tasa de interés. Una alteración de la tasa de interés indica que cuando la inversión aumenta, la utilización de los bienes de consumo debe disminuir. Pero no es exequible que la tasa de interés bancaria suba para aumentar el ahorro y disminuya para aumentar la in-versión, a menos que se piense que la tasa de interés equilibra estas dos fuerzas.

Paralelamente, el problema está en que no existen garantías de que el consumo ahorrado estimule un productor a invertir en el futuro en bienes de la misma naturaleza, manteniendo una estructura en bienes de consumo e inversión. Un nivel elevado de tasa de interés puede provocar una disminución de los precios, una fase cíclica tipo slump, con caída de la inversión y del empleo. Keynes formula una hipótesis de desorden de la producción, interrogándose como una caída de la demanda in-fluencia el output, pero su reflexión va en el sentido de continuar a investigar por que motivo la tasa de interés es alta y no sobre las consecuencias de una anarquía de la producción.


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