ENCUENTROS ACADÉMICOS INTERNACIONALES
organizados y realizados íntegramente a través de Internet


INICIATIVAS GLOBALES CONTRA LA POBREZA: MÁS ALLÁ DE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO

Patricio Sánchez Fernández
Universidad de Vigo - Facultad de Empresariales y Turismo
Campus Universitario - 32004 Ourense
Email: patricio@uvigo.es

Resumen:
La pobreza y desigualdad se han convertido en un constante motivo de preocupación al máximo nivel internacional. Así, lo que antes se limitaba a meras referencias en cumbres y reuniones multiralaterales, hoy en día ve como su presencia y dedicación es mayor, al tiempo que en las conclusiones y resultados aparecen iniciativas y programas para luchar y combatir esta problemática
De las múltiples actuaciones emprendidas destacan los Objetivos de Desarrollo del Milenio que constituyen una ambiciosa agenda para la resolución de los principales y más graves problemas de la humanidad. No obstante, no es ésta la única iniciativa y existen otras muchas que deben ser destacadas por su importancia, bien de modo paralelo o bien complementario, a la propia actuación de las Naciones Unidas.
Así pues, el objetivo de la presente ponencia consiste en analizar tanto los orígenes como las perspectivas futuras de los mismos tiendo como eje central la evolución de los Objetivos del Milenio y su situación presente.

Palabras clave:
Objetivos del milenio, indicadores, evolución, perspectivas, globalización.

 

Tercer Encuentro Académico Internacional sobre POBREZA, DESIGUALDAD Y CONVERGENCIA
realizado del 3 al 30 de marzo de 2007

Esta página muestra parte del texto de la ponencia, pero carece de las tablas o imágenes o fórmulas o notas que pudiera haber en el texto original.

Pulsando aquí puede solicitar que le enviemos el Informe Completo y Actas Oficiales en CD-ROM
que incluye todos los debates en los foros, la lista de participantes, con indicación de sus centros de trabajo y los documentos que se presentaron en el Exhibidor del Encuentro.

Si usted participó en este Encuentro, le enviaremos a la vez su certificado en papel oficial.

Vea aquí los resúmenes de otros Encuentros Internacionales como éste

VEA AQUÍ LOS PRÓXIMOS ENCUENTROS CONVOCADOS

 

INICIATIVAS GLOBALES CONTRA LA POBREZA:
MÁS ALLÁ DE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO


INTRODUCCIÓN

Sin duda alguna la pobreza, en sus distintas dimensiones, se configura como una de las cuestiones más acuciantes y preocupantes de la humanidad. Se trata éste de un problema que, a pesar del indudable crecimiento y progreso asociado al desarrollo económico y social, se encuentra siempre presente cualquiera que sea la perspectiva desde la que se analice. La gravedad de este fenómeno lleva incluso a muchos autores a plantearlo como un problema irresoluble que, además, se agrava con el transcurrir de los tiempos. Frente a este planteamiento se sitúan otros más optimistas si bien, todos y cada uno de ellos, plantean la existencia de la pobreza como un claro lastre al que deben hacer frente las sociedades modernas.

La repercusión de la pobreza (esto es, de la existencia de pobres) al máximo nivel, tanto desde una perspectiva global como local, es un hecho incuestionable y prueba de ello son los cada vez mayores esfuerzos emprendidos para solucionar este problema. Así, las iniciativas a este respecto son cada vez más frecuentes al tiempo que los recursos destinados a los mismos y sus implicaciones materiales, económicas y financieras han venido aumentando significativamente en los últimos años.

Por tanto, y cada vez con una mayor intensidad, sigue revistiendo suma importancia el objetivo de reducción de la pobreza y desigualdad de tal manera que, como se recoge en la Agenda 21 (NN.UU, 1992): “la lucha contra la pobreza es una responsabilidad común a todos los países”. Además, sobre este particular también hay que señalar que las estrategias y programas son cada vez más globales, pasando a un ámbito de actuación supranacional con la clara intención de que el número de países implicados alcance el mayor número posible.


ALGUNOS ANTECEDENTES

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible celebrada en septiembre de 2002 en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, auspiciada por las Naciones Unidas (NN.UU), fue concebida como continuación de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro de 1992. Su objetivo principal consistía en dar respuesta de forma más realista a las cuestiones planteadas (pero no solucionadas) de la década anterior .

Diferentes reuniones multilaterales, tanto de las NNUU como de otros organismos tales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Banco Mundial (BM), incidieron en el hecho de que, a pesar de las buenas intenciones de la Cumbre de Río, su planteamiento adolecía de una serie de errores que la hacían prácticamente inviable. En concreto, la Declaración del Milenio de las NNUU (septiembre 2000) así como la Agenda 21 (1992) expresan de forma suficientemente explícita la necesidad de reconducir o reformular los principios que guiaron la Cumbre de la Tierra.

El desarrollo sostenible es definido por el Brundland Report (1987) como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras para satisfacer las suyas propias.” De forma específica se recoge la necesidad de plantear el aspecto social del desarrollo económico y, a su vez, éste hacerlo compatible con los objetivos medioambientales. Es decir, tal y como establece J.D. Worfenson (1992): “las políticas de desarrollo tendrán que estar orientadas a proteger nuestros bosques, nuestros mares y nuestra fauna, así como a mejorar su productividad si queremos que los pobres puedan cerrar la brecha de desigualdad abierta en los últimos cincuenta años”.

En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York en el año 2000 , los Estados miembros de las Naciones Unidas reafirmaron su compromiso de luchar por un mundo en el que el desarrollo sostenible y la eliminación de la pobreza tuvieran máxima prioridad. Fue ésta una oportunidad histórica de convenir en un proceso para la revisión fundamental del papel de esta institución y de los desafíos a los que enfrenta en el nuevo siglo. En este sentido, y como consecuencia principal la Cumbre, se encuentra la conocida como Declaración del Milenio en el que se plasman los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La Cumbre de Johannesburgo nace ya desde el mismo momento de su partida con un doble desafío: en primer lugar mejorar las condiciones de vida de todo ser humano y, por otro lado, proteger el medioambiente. Es el primero de estos retos el que supone una novedad en el planteamiento interno de las NNUU y al que se le presta atención en esta ponencia, sin olvidar que todo este movimiento tiene su origen en el constante y creciente deterioro medioambiental.

Las distintas fases preparatorias de la Cumbre, así como otras conferencias relacionadas tales como la Conferencia Ministerial de Doha (noviembre de 2001) y la Conferencia Internacional sobre Financiamiento al Desarrollo de Monterrey (marzo de 2002) tienen como objetivo la búsqueda de un balance entre el desarrollo económico – social y medioambiental. Más aún, estos tres aspectos interdependientes se plantean como los componentes principales del anteriormente señalado “desarrollo sostenible”, y que constituye la expresión que da nombre a la Cumbre.

De forma específica dentro de los objetivos y requisitos necesarios de esta nueva concepción del desarrollo socioeconómico planteado en Johannesburgo aparece, junto a la protección del medio natural, aspectos tales como la erradicación de la pobreza o el cambio en los patrones de consumo y de producción. Se muestra de esta manera la preocupación internacional por la prosperidad, la seguridad y la estabilidad del mundo y se hace hincapié en la necesidad de reducir las diferencias. De esta manera, cabe hacer hincapié en el hecho de que, frente a los planteamientos exclusivamente ecológicos de la Cumbre de Estocolmo, aparecen ahora otra serie de planteamientos al mismo nivel. En este sentido, puede llamar la atención que, por ejemplo, aspectos tales como la protección de la biodiversidad se sitúe de modo paralelo a la disminución de las diferencias entre los pobres y no pobres de la Tierra. Es por ello que, tal y como señala Mbeki (2002) “por primera vez en la historia de la humanidad, la sociedad tiene la capacidad, el conocimiento y los recursos para erradicar la pobreza y el subdesarrollo”.

En cuanto a los objetivos propios establecidos conviene recordar la necesidad del uso inteligente de los mismos. En este sentido, tomando la referencia del Department for International Development del Reino Unido (2000), conviene recordar que “estos [los objetivos] no pueden capturar la totalidad y complejidad de las transferencias individuales y colectivas necesarias para el desarrollo sostenible ”.

Asimismo, resulta necesario señalar que esta Cumbre pretende reflejar las nuevas características de la problemática del desarrollo socioeconómico. En concreto, la tan repetida globalización de la que somos testigos y actores es foco de atención en las discusiones y conclusiones. Este proceso ha añadido una dimensión importante al desarrollo sostenible abriendo nuevas oportunidades al incrementar los flujos financieros y materiales mediante la integración de mercados y la movilidad de capital. Sin embargo, también es necesario mencionar las amenazas latentes que conlleva esta corriente, puesto que tal y como establece J. Sachs (2002) “si los países ricos culpan a los desafortunados (aduciendo su inadecuación a la globalización) no sólo crearemos bolsas de pobreza más profundas sino también un descontento creciente”

De igual modo, la preocupación por la dignidad humana es recogida en la Declaración de Johannesburgo expresando una serie de requisitos necesarios entre los que se sitúa el acceso a recursos financieros, la apertura de mercados, el uso y transferencia de tecnología y la importancia de la educación y el aprendizaje. No obstante, como requisito indispensable para el desarrollo sostenible en todas las declaraciones institucionales sobre este tema aparece la erradicación de la pobreza.

Finalmente hay que destacar que esta Cumbre tiene como uno de principales objetivos los ya anticipados por las NNUU en la Declaración del Milenio, que se pretenden conseguir a conseguir antes del año 2015 . Éstos surgen como derivación de acuerdos e iniciativas emprendidas por diferentes conferencias mundiales organizadas por las Naciones Unidas en los últimos años. Los Objetivos han sido aceptados, con carácter global, como marco para la medición de los progresos en materia de desarrollo y para ello centran la labor de la comunidad mundial en la introducción de mejoras importantes y mensurables en la vida de las personas. De ellos, cabe destacar el establecimiento de criterios para cuantificar los resultados, ya no sólo de los países en desarrollo, sino también de los países desarrollados que contribuyen a financiar programas de cooperación, así como de las instituciones multilaterales que ayudan a los países destinatarios a aplicarlos

OTRAS INICIATIVAS GLOBALES

De modo paralelo y con carácter complementario a las iniciativas que se llevan a cabo en el seno de las Naciones Unidas, existen cada vez más actuaciones que desde una perspectiva global, regional o local inciden sobre el problema de la pobreza. De ellas, cabe destacar otro foro donde la pobreza es objeto de intenso debate y preocupación como es la Cumbre de los países desarrollados, conocida originalmente bajo el nombre de G-7. En la actualidad, con la incorporación de Rusia, se denomina G-8 y, concretamente, en su Cumbre de 1999 en Colonia (Alemania) se decidió la elaboración de un informe sobre esta problemática y sobre sus posibilidades de solución y perspectivas futuras, el denominado Global Poverty Report.

En su preparación participan el Asian Development Bank, el African Development Bank, el Banco Europeo para Reconstrucción y el Desarrollo (ERDB), el Banco Inter-americano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y su edición es anual, coincidiendo con la reunión de jefes de estado y de gobierno del G-8. Cada año, junto con un repaso general de las cuestiones clave se centra en algún asunto de interés relacionadas con la pobreza a nivel global o en alguna región específica.

Así, la edición de 2000 realiza una revisión de las tendencias en la reducción de la pobreza y la situación de problemas específicos. Por su parte, el año 2001 ofrece un repaso de los efectos de la liberalización del comercio sobre la pobreza mientras que la última edición disponible, 2002, se centra en los esfuerzos a estos efectos llevados a cabo en África.

El G-8 reconoce la lucha contra la pobreza como “un imperativo moral y una necesidad para un mundo estable” (2000) y, también, se remite a los Objetivos del Milenio anteriormente comentados como meta a cumplir. Asimismo, y en la línea de la naturaleza de la pobreza mencionada en el capítulo 1, esta Cumbre de países recalca el hecho de que los pobres están privados de algo más que de recursos e ingresos. En concreto, muestran su preocupación por la privación de oportunidades que se ven agravadas por los problemas de educación, salud o inseguridad que hacen que la población pobre se vea apartada de los procesos de toma de decisiones.

En las medidas a tomar el Global Poverty Report establece una primera distinción según el nivel de las mismas: uno regional/nacional y otro global. Igualmente este Informe presta atención al papel que deben jugar instituciones tales como el FMI, el BM o los Bancos de Desarrollo de los distintos continentes como ejes sobre los que debe bascular las políticas antipobreza en sus distintas dimensiones. Por otra parte, la cumbre que estos países celebraron en Evian (Francia) en junio de 2005 impulsó sendos Planes de Acción para dos temas como la salud y el agua los cuales resultan de incuestionable repercusión para las condiciones de vida de las personas.

La siguiente de estas cumbres, a celebrar en Heiligendamm (Alemania) en verano de este año pondrá de manifiesto una iniciativa personal de la propia cancillera alemana Angela Merkel al poner un acento especial sobre el problema de la pobreza, al que se le pretende agregar la cuestión energética, enfatizando en lo sostenible, renovable y el impacto ecológico de las nuevas estrategias. También en este sentido se incluirá de manera expresa en la agenda de la Cumbre el tema de África en la que se centrarán en el buen gobierno, desarrollo sostenible, paz y seguridad, así como se cursará invitación a determinados países en vías de desarrollo para contribuir a la pluralidad de opiniones.

Con un carácter antagónico pero cada vez con mayor repercusión mediática se sitúa el Foro Social Mundial, más conocido como Foro de Portoalegre, al ser ésta ciudad brasileña la primera sede de sus encuentros anuales. Esta iniciativa se configura como una reunión anual alternativa llevada a cabo por sus miembros con los siguientes objetivos: coordinar campañas mundiales, compartir y refinar las estrategias de organización, e informarse unos a otros sobre los movimientos que hay en marcha en todo el mundo. Como fue señalado anteriormente el primer Foro fue organizado en enero de 2001 en Portoalegre por la Asociación Francesa para la Tasación de las Transacciones Financieras para la Ayuda al Ciudadano (ATTAC) y el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT). En esta ocasión acudieron 12.000 asistentes provenientes de todo el mundo. Su propia Carta de Principios define al Foro como un espacio de debate democrático de ideas, profundización de la reflexión, formulación de propuestas, cambio de experiencias y articulación de movimientos sociales, red, ONGs y otras organizaciones de la sociedad civil que se oponen al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital y por cualquier forma de imperialismo. Después de este primer encuentro mundial se consolidó como un proceso global y permanente encaminado a la búsqueda y construcción de alternativas políticas neoliberales.

La realización del Foro Social Mundial en Porto Alegre ha inspirado la multiplicación de diversos eventos de ámbito local, regional o temático, manteniendo el mismo espíritu. De esta manera surge el Foro Social Europeo o el Foro Social Asiático con importantes iniciativas en sus respectivos ámbitos de actuación.

Como no podía ser de otro modo uno de los temas presentes en todas estas reuniones es la pobreza y, de manera específica también han aparecido los Objetivos del Milenio. Sobre este particular existe un consenso generalizado en el sentido de que el comercio puede jugar un importante papel como motor para el crecimiento económico. Así pues, podría ayudar a los países en vías de desarrollo en sus posibilidades económicas y para la reducción de la pobreza, como meta clave de estos Objetivos. Sin embargo debe tenerse presente que el vínculo entre el crecimiento de las exportaciones y la reducción de la pobreza no es automático.

La última reunión en su séptima edición de esta Cumbre tuvo lugar el pasado mes de enero en Nairobi, siendo ésta la primera ocasión que daba “el salto” al continente africano. Este hecho pretendía llevar las iniciativas del foro, precisamente, a uno de los continentes, sino el que más, afectados por el problema de la pobreza. De manera particular relacionada con esta temática, se trató la cuestión del cambio climático que amenaza con frustrar los esfuerzos de erradicación de la pobreza y hacer más incierta la perspectiva de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en línea con lo establecido por el Informe Stern sobre cambio climático .

Paralelamente, por parte de la NNUU se ha dado a conocer un plan, denominado el “Marco de Nairobi”, a través del cual seis de sus organismos han implementado una iniciativa para ayudar a los países en desarrollo (en particular a los africanos). La justificación a este tipo de iniciativas viene motivada porque un escenario de clima futuro con alteraciones relevantes genera, sin lugar a dudas, importantes impactos. Éstos tienen incidencia relevante tanto en los ecosistemas como en los sectores socioeconómicos y amenazan de manera desigual y desproporcionada, a quienes, siendo más pobres, tienen menor capacidad de reacción y adaptación. Por tanto, los efectos del cambio climático son no sólo desproporcionadamente mayores en los sectores de población más vulnerable, e.i. la población pobre .


OBJETIVOS DEL MILENIO: EVOLUCIÓN Y HORIZONTE FUTURO

La consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio no tiene un signo bien definido. Así, algunos países están bien encaminados cara a su consecución mientras que en otros (más de los que sería deseable) es probable que no se puedan conseguir si se prosigue con la actual evolución de progreso mundial .

Situados en un momento crucial de la evolución de los objetivos, al haber transcurrido ya cinco años de la aprobación del Milenio y a menos de diez años de que se cumpla el plazo para su cumplimiento se está en condiciones de efectuar una evaluación de los mismos. Ésta tarea también ha sido realizada por las propias NNUU a través de Informes Anuales y el trabajo de otras instituciones multilaterales y bilaterales tales como el FMI mediante respectivos Informes de Seguimiento que se llevan a cabo con periodicidad regular y de manera global, entre los que destacan los Indicadores de los objetivos de desarrollo del milenio y su Base de datos .

De hecho, las principales conclusiones que pueden ser extraídas (NNUU, 2006) se recogen a continuación clasificadas según cada objetivo:

Por lo que se refiere al Objetivo 1 (Erradicar la pobreza extrema y el hambre) se constata que las tasas mundiales de pobreza se están reduciendo, principalmente en el continente asiático. Por el lado contrario nos encontramos la situación del África subsahariana, donde millones de personas más han caído en la pobreza extrema y, por tanto, donde los pobres son cada vez más pobres. En este sentido se han logrado progresos en la lucha contra el hambre, pero en algunas regiones ha habido un retroceso debido a factores tales como el lento aumento de la producción agrícola o a la evolución demográfica. Desde el año 1990, hay varios millones más de personas que sufren hambre crónica en el África subsahariana y Asia meridional, donde la mitad de los niños menores de 5 años padecen de malnutrición.

De modo similar el Objetivo 2 (Lograr la enseñanza primaria universal) observa una evolución favorable con alguna marcada excepción. Concretamente cinco regiones en desarrollo se están acercando a una tasa de matriculación del 100%, mientras que en el África subsahariana, menos de las dos terceras partes de los niños están matriculados en escuelas primarias. Asimismo en otras regiones, incluidas Asia meridional y Oceanía, queda aún mucho por hacer. En estas regiones y en otras zonas, el aumento de la matriculación debe ir acompañado de esfuerzos para lograr que los niños no abandonen la escuela y reciban una educación de buena calidad.

Una evolución lenta aunque positiva también se da en el Objetivo 3 (Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer). Concretamente sobre este particular hay que mencionar que se están reduciendo, si bien más lentamente de lo que sería deseable, la diferencia entre géneros en la tasa de matriculación en educación primaria del mundo en desarrollo. Esto constituye un primer paso para reducir las desigualdades existentes desde hace mucho tiempo entre mujeres y hombres. En casi todas las regiones en desarrollo, las mujeres representan una proporción más pequeña de los empleados asalariados que los hombres y con frecuencia se ven relegadas a trabajos inestables y mal remunerados. Aunque se están logrando progresos significativos, las mujeres siguen sin estar representadas de forma equitativa en los niveles más altos de gobierno, pues ocupan tan sólo el 16% de los escaños de los parlamentos del mundo.

La reducción de la mortalidad infantil recogida en el Objetivo 4 dirigida a los niños menores de cinco años supone otro ejemplo de evolución positiva pero no al ritmo necesario. Así cada año, y motivado por enfermedades que se pueden prevenir o tratar, mueren once millones de niños menores de cinco años, lo cual supone unos 30.000 al día. Esto resulta especialmente grave si se considera que la mayoría de esas vidas se podrían salvar ampliando programas existentes que promueven soluciones sencillas y además de bajo costo.

El Objetivo 5 está dedicado a mejorar la salud materna y muestra como aún queda camino por andar. Cada año muere más de medio millón de mujeres durante el embarazo o el parto. Esta cifra, multiplicada por veinte, es el número de mujeres que sufren lesiones graves o casos de discapacidad. En este sentido se han logrado algunos progresos en la reducción de la mortalidad materna en las regiones en desarrollo, pero no en los países donde es más peligroso dar a luz como son los del África subsahariana.

El SIDA se ha convertido en la causa principal de muerte prematura en zonas como el África subsahariana, al tiempo que ocupa el cuarto lugar dentro de las causas de muerte en todo el mundo. Por este motivo constituye el Objetivo 6 dedicado a combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. En los países de la Europa del Este y en algunas partes de Asia, el VIH se está propagando a una velocidad alarmante. Aunque los nuevos tratamientos prolongan la vida, no hay cura para el SIDA, por lo que, para cumplir este objetivo, se deben intensificar las tareas de prevención en todas las regiones del mundo. Cada año, de manera conjunta, dos enfermedades tales como el paludismo y la tuberculosis, causan la muerte de casi tantas personas como el SIDA, además de ocasionar graves pérdidas a las economías nacionales. El 90% de las muertes por paludismo se producen en el África subsahariana, donde se están incrementando las actividades de prevención y tratamiento. La tuberculosis sigue presentando una tendencia al alza, en parte como resultado del VIH/SIDA, aunque hay un nuevo protocolo internacional para detectar y tratar esta enfermedad que parece, por el momento, prometedor.

El Objetivo 7 (Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente) también ha experimentado una evolución con luces y sombras. Así, aunque la mayoría de los países se ha comprometido a cumplir los principios del desarrollo sostenible, ello no se ha traducido en un avance suficiente para dar marcha atrás a la pérdida de los recursos ambientales del planeta. Para alcanzar este objetivo se necesitará prestar más atención a la difícil situación de los pobres y un nivel de cooperación mundial sin precedentes hasta la fecha. Las medidas adoptadas para impedir que siga deteriorándose la capa de ozono demuestran que es posible progresar. En sentido positivo destaca que ha aumentado el acceso al agua potable, aunque una parte importante de la población mundial (aún un 50%) sigue sin disponer de retretes u otras formas básicas de saneamiento. Casi 1.000 millones de personas viven en barrios urbanos de tugurios porque la población urbana aumenta a un ritmo muy superior al de las mejoras de viviendas y al de la disponibilidad de puestos de trabajo productivos.

La Declaración del Milenio aprobada por las Naciones Unidas representa un pacto social mundial: los países en desarrollo se esforzarán más para impulsar su propio desarrollo y los países desarrollados los apoyarán prestándoles ayuda, aliviando su deuda y brindándoles mejores oportunidades de intercambio comercial. Esto constituye la esencia del propio Objetivo 8 dedicado a fomentar una asociación mundial para el desarrollo. En este particular los progresos alcanzados en cada uno de estos ámbitos ya han comenzado a producir resultados, pero los países desarrollados no han cumplido las metas que se habían fijado. Para cumplir los objetivos de desarrollo del Milenio, el aumento de la ayuda y el alivio de la deuda deben ir acompañados de una mayor apertura de los intercambios comerciales, de una aceleración de la transferencia de tecnología y de mayores oportunidades de empleo para el creciente número de jóvenes que viven en el mundo en desarrollo. En resumen, la evolución de la mortalidad infantil muestra un signo favorable , al tiempo que destaca el rápido aumento de la matrícula en la escuela primaria (50 países han logrado la terminación universal del ciclo de educación primaria, cifra que representa un aumento respecto de los 37 países que se encontraban en esa situación en 2000). Paralelamente se constata que existen señales de que, por primera vez, están disminuyendo las tasas de infección por el VIH/SIDA en países de alta incidencia (como Haití, Uganda y Zimbabwe)

No obstante, y como principal lastre en esta evolución se observa que los avances siguen siendo desiguales. Un gran número de países, especialmente en África y América Latina, todavía no logran avances importantes en la lucha contra la pobreza, y el progreso en los indicadores de desarrollo humano en Asia meridional ha sido insuficiente.

Falta menos de una década para alcanzar los Objetivos del Milenio que la comunidad internacional fijó a comienzos del nuevo siglo. En 2005, se realizó la Cumbre del Milenio +5 con el objetivo de analizar su evolución. Esta Cumbre que vino precedida de una serie de audiencias y reuniones con la sociedad civil, las ONGs y el sector privado, reafirmó su compromiso con respecto a la responsabilidad mutua para lograr resultados y centró la atención en aumentar los recursos de ayuda.

En esta línea, la Declaración de París sobre Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, que reunió en marzo de 2005 a responsables de instituciones multiraterales de desarrollo, entre las que destacan el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, sirvió para que los donantes reforzaran los compromisos de incrementar la eficacia de la ayuda por medio de una mejor armonización y mayor convergencia. Igualmente en la reunión anual del G-8 llevada a cabo el año pasado en la Cumbre de Gleneagles sirvió para formular nuevos compromisos de ayuda y alivio de la deuda. Los países en desarrollo reafirmaron su compromiso de fortalecer la gobernabilidad y aplicar enérgicas estrategias de desarrollo.

Sin embargo, y pese a lo dicho y alto grado de concienciación e implicación en determinados niveles, se puede afirmar que la consecución de los Objetivos del Milenio está lejos de ser alcanzada. Muchos países, sobre todo de África y Asia meridional, no han progresado conforme a lo previsto y, así, nos encontramos con numerosos ejemplos de la lentitud o el fracaso de los esfuerzos. Ello viene explicado por la insuficiencia de los recursos y una deficiente gestión en determinados niveles gubernamentales que hacen, como fue ya apuntado, que más de diez millones de niños mueran anualmente a causa de enfermedades fácilmente prevenibles o que en muchos países en vías de desarrollo solamente dos tercios de los hogares de ingreso bajo de las zonas urbanas y un cuarto de los de las zonas rurales tengan acceso a algún tipo de red de saneamiento.

Igualmente, sigue siendo frecuente que la ayuda no se destine a los verdaderos necesitados y que las instituciones financieras internacionales continúen poniendo énfasis en la concesión de créditos y préstamos, así como en la preparación de informes, y no en los resultados en términos de desarrollo. En definitiva hace falta intensificar los esfuerzos para implementar la acción mundial y la responsabilidad mutua por la obtención de resultados forjada en las Cumbres señaladas. Asimismo, la actuación de modo global y no tanto local sigue siendo una necesidad más que una realidad en este tipo de propuestas y actuaciones, las cuales deben debe ir acompañadas de medidas que permitan utilizar la ayuda de manera más eficaz en la procura de incrementar las responsabilidades mutuas.

En este sentido, y tal y como se señala en los últimos Informes sobre seguimiento mundial, un elemento clave en este sentido es mejorar la gobernabilidad, tanto en los países en desarrollo como en el resto del mundo, a fin de intensificar la rendición de cuentas con respecto a la utilización de los recursos y los resultados en términos de desarrollo. Así pues, se debe prestar atención de manera especial en la medición y el seguimiento de la gobernabilidad, en apoyo de una rendición de cuentas más intensa y mejores resultados con respecto a los objetivos propuestos.

La evaluación y control de la gobernabilidad debería ayudar a definir mejor las opciones para aumentar la asistencia ofrecida, y apoyar las iniciativas globales para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas (tanto a nivel nacional como mundial). Con esta finalidad recientemente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a través de su Comité para el Desarrollo (2006) ha apuntado una serie de medidas encaminadas a intensificar las responsabilidades mutuas.

En concreto se destacan seis medidas fundamentales que, además de servir para fortalecer las responsabilidades mutuas, servirían también para acelerar los progresos en la consecución de los Objetivos del Milenio. Estas medidas son las siguientes:

Medida 1: El crecimiento ha ayudado a reducir la pobreza, pero para acelerar y uniformar los progresos hace falta mejorar la infraestructura y el clima para la inversión en los países.
Medida 2: Los progresos realizados recientemente con respecto al desarrollo humano señalan la necesidad de contar con ayuda más flexible y de mejorar la coordinación y la gobernabilidad.
Medida 3: En 2005 se hicieron importantes compromisos relativos al suministro de ayuda y de alivio de la deuda, pero es preciso realizar un seguimiento atento a fin de protegerse de los riesgos que podrían obstaculizar su eficaz implementación. Así mismo, hace falta revitalizar las reformas comerciales.
Medida 4: La atención de las instituciones financieras internacionales debe dejar de ponerse en la gestión de los insumos y concentrarse en el logro de resultados concretos, lo que plantea grandes desafíos tanto para los organismos internacionales como para los países en vías de desarrollo.
Medida 5: Se debería hacer un seguimiento permanente de la gobernabilidad a fin de ayudar a evaluar los progresos, mejorar la rendición de cuentas y exigir mayores consecuciones.
Medida 6: La comunidad internacional debe apoyar los esfuerzos orientados a fortalecer los sistemas de gobernabilidad ratificando y apoyando los sistemas internacionales de frenos y contrapesos.

Junto a estas seis medidas para poder cumplir los compromisos de ayuda y alivio de la deuda que posibilitaría la consecución de los Objetivos es necesario intensificar determinadas actuaciones que se vienen emprendiendo de modo global. Así, de manera específica cabría hablar de la necesidad de asegurar el alivio de la deuda mediante un cuidadoso establecimiento de puntos de referencia y seguimiento de los flujos de ayuda.

Además, en línea con lo establecido previamente respecto a la ayuda oficial para el desarrollo, resulta imprescindible hacer un seguimiento de sus desembolsos y de su composición para así determinar las mejoras en la calidad y las modalidades de la ayuda. Concretamente las estrategias deberían encaminarse a la procura de una ayuda menos volátil, más flexible, y en consonancia con las estrategias para la reducción de la pobreza). Finalmente, también se sostiene que en los países receptores de este tipo de ayudas se debe mejorar de manera notable el seguimiento del gasto público y de la gestión de sus finanzas públicas.

En definitiva, y parafraseando a P. Wolfowitz (2006), con respecto a la evolución reciente en la consecución de los Objetivos del Milenio “estamos logrando progresos en muchos países, y ello demuestra que los esfuerzos en pos del desarrollo pueden generar resultados. No obstante, faltando sólo un decenio para alcanzar los objetivos, urge que tanto los países en desarrollo como la comunidad de donantes mejoren la gobernabilidad para que podamos obtener los resultados previstos”.


CONCLUSIONES: PERSPECTIVAS ECONÓMICAS FUTURAS

Bajo el ambicioso título de “Perspectivas económicas mundiales 2007” y con el subtítulo añadido de “afrontar la nueva etapa de la globalización” el Banco Mundial acaba de publicar en Washington su último informe sobre previsiones de desarrollo donde, como viene siendo tónica habitual en los últimos años, la globalización adquiere un papel predominante. En cuanto al contenido de este Informe, son varios los aspectos que deben ser enfatizados, situando por encima de todos la previsión de que hasta el horizonte del año 2030, el fenómeno de la globalización podría generar un crecimiento del ingreso promedio más rápido que el registrado durante las últimas tres décadas. Así en este efecto de la globalización, los países en desarrollo (antes denominados países en vías de desarrollo) desempeñarían un papel fundamental al alcanzar un crecimiento que se cifra en torno al 7%. No obstante, según alerta el Banco Mundial, este crecimiento debe gestionarse debidamente, puesto que en caso contrario estaría acompañado de una creciente desigualdad así como de una dispersión en los principales indicadores de renta (fundamentalmente lo que se refiere a los ingresos) y de presiones ambientales considerables.

Por otra parte también son dignos de mención los efectos que en la pobreza mundial tendría este crecimiento generalizado de los países en desarrollo. Así el número de personas consideradas pobres podría reducirse a la mitad en este horizonte temporal. De esta manera, se pasaría de los 1.100 millones de pobres que existen en la actualidad en el mundo a unos 550 millones en 2030. Nuevamente estas esperanzadoras perspectivas se ven mitigadas por su desigual evolución, puesto que en algunas zonas (fundamentalmente del África subsahariana) se corre el riesgo de quedar rezagados. Esto vendría a acentuar la desigualdad de ingreso en estos países y propiciaría un desarrollo económico no homogéneo a nivel mundial.

La lectura de esta publicación también arroja datos interesantes referidos a otras variables económicas tales como el comercio mundial o los mercados internacionales financieros y de productos básicos. Así, por lo que se refiere al comercio mundial de bienes y servicios, se prevé un crecimiento hasta alcanzar un total de 27 billones de dólares en 2030, lo cual supone triplicar las cifras que se dan en la actualidad. Según estas estimaciones es posible que la mitad del incremento provenga de los países en desarrollo, los cuales han venido experimentando una evolución que puede ser considerada como espectacular en importaciones de productos manufacturados por los países ricos. Así, hoy en día estos países aportan el 40% mientras que en 2030 representarán más del 65%.

Por su parte, los mercados proseguirán e intensificarán su proceso de integración continua ya comenzado la década anterior. Esta circunstancia provocará que el mercado laboral se vean sometido, cada vez más, a las presiones de la competencia trasnfronteriza de tal modo que, a medida que aumente la actividad comercial y se extiendan las tecnologías, los trabajadores no cualificados y los empleados de oficina menos preparados, deberán hacer frente a una competencia cada vez mayor. Por este motivo desde esta Institución se hace un llamamiento a los gobiernos como solución a largo plazo para brindar apoyo a los trabajadores desplazados y darles nuevas oportunidades, en vez de tratar de mantener los puestos de trabajo existentes. En este sentido también se insiste sobre aspectos tales como la importancia de la educación y la flexibilidad del mercado laboral.

En cuanto al mercado de productos básicos las previsiones son continuistas con respecto a lo ocurrido a lo largo de esta década. Destaca aquí el efecto del sólido crecimiento mundial en el incremento experimentado en el precio de estos productos. Así mismo, cabe esperar que las mejoras en tecnología y los nuevos descubrimientos eviten cualquier interrupción importante del crecimiento a largo plazo aunque en sentido contrario aparece el aumento de la demanda energética así como de otros recursos naturales los cuales podrían generar presiones ambientales en este contexto.

La expansión continua de las economías en desarrollo y la firmeza en el crecimiento mundial probablemente tendrá otra consecuencia en el mantenimiento de los elevados precios de los productos básicos. No obstante, los aumentos de la oferta, combinados con las medidas de conservación y la sustitución del lado de la demanda, permitirán que los precios de los productos básicos (incluidos los del petróleo) disminuyan en cierta medida.

Otro aspecto beneficioso de la globalización viene dado por la previsible generalización de la clase media que se anticipa que alcanzará al 15% de la población mundial en el año 2030. Por tanto, desde los 400 millones de personas actuales se aumentarán hasta un total de 1.200 millones. Desde un punto de vista financiero se espera que las limitadas presiones inflacionistas y los elevados ahorros que se dan en los países exportadores de petróleo (y en menor media en la Unión Europea) mantengan en el largo plazo las tasas de interés a niveles reducidos.

Finalmente, y como contenido menos halagüeño y con una perspectiva nuevamente largoplacista, se advierte del peligro del proceso motivado por la fuerte presión los bienes comunes, es decir, de los bienes fundamentales y prioritarios para la humanidad. Esta circunstancia supone un significativo riesgo y puede poner en jaque muchos de los avances conseguidos. Es por ello que los países deberán intervenir más en las cuestiones relacionadas con asuntos de interés general, colaborando sobre todo en lo referido a los recursos naturales y ambientales. Por ejemplo, se recogen cuestiones de diversa índole que van desde la lucha contra el calentamiento de la Tierra o las enfermedades infecciosas hasta medidas para evitar la extinción de los recursos pesqueros.

Por otra parte la valoración y evaluación del desarrollo de los Objetivos del Milenio admite, como es habitual en estos casos, múltiples interpretaciones. No obstante, el punto de partida debería descansar en la trascendencia del esfuerzo realizado por la comunidad internacional en situar estos Objetivos como pilar fundamental de la actividad de los organismos de cooperación internacional y de los propios gobiernos de los países desarrollados. Al margen de otras consideraciones, lo que sí resulta un hecho evidente es que en la actualidad se cuenta con unas metas perfectamente especificadas y, por ende, cuantificables en cuanto a su evolución y consecución, lo cual no se había dado de esta manera hasta el momento actual.

A partir de aquí se abre un abanico de consideraciones que van desde un gran optimismo hasta la decepción total según sea de quien proceda y en función de la parte que está implicada. Una de las principales llamadas de atención, sino la principal, sobre los riesgos de no alcanzar los Objetivos viene dado por el conocido como Informe Sachs (2005) que fue entregado al Secretario General de la ONU relatando e informando sobre las mejores estrategias para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Las recomendaciones de este Informe agrupadas en torno a diez medidas centran sus implicaciones en dos aspectos clave para el sistema internacional de cooperación al desarrollo. Concretamente, se habla del reparto geográfico de la ayuda al desarrollo y el papel relativo de las políticas internacionales en las políticas de desarrollo en el marco de acción global y multilateral. De hecho, en términos generales, se desprende que los países que más deberían estar comprometidos no están cumpliendo con los compromisos de ayuda adquiridos. Así, no se debe obviar el esfuerzo económico que supone la consecución de los Objetivos de Milenio, que suponen los 195.000 millones de dólares al año (según estimaciones de las propias Naciones Unidas) lo que supone el 0,54% del Producto Interior Bruto de los países desarrollados .

Como conclusión, puede afirmarse que se ha iniciado el camino pero queda aún un largo trayecto, el cual no está exento de dificultades. La globalización económica y financiera presenta, en el contexto socioeconómico, amplias ventajas que deben ser aprovechadas por las instituciones multiraterales de cooperación para conseguir sus propósitos principales. Los Objetivos del Milenio pueden (y deben) marcar un hito en este sentido pero, para ello, hay que tener presente de manera constante que se precisan más inversiones para realizar el seguimiento de algunos aspectos de la gestión de gobierno de los países. Entre estas cuestiones cabrían destacar la administración de las finanzas públicas o las prácticas de adquisiciones que deben ser evaluadas y controladas de modo correcto y continuo. Así se conseguiría no sólo determinar los progresos logrados en la consecución de los Objetivos, sino también aspectos tan necesarios como generar mayores exigencias en cuanto a la gobernabilidad y aumentar la rendición de cuentas.

En definitiva, y tal se recoge en la propia Declaración del Milenio (NN.UU, 2000), “el cambio de siglo constituye un momento único y que simbólicamente apremia a los 189 Estados Miembros para articular y afirmar una visión llena de inspiración para las Naciones Unidas en la nueva era”. De nosotros, y nadie más, depende el ser capaces de conseguirlo.

BIBLIOGRAFIA
Brundtland City Energy Network; (1987). The Brundland Report. Our common Future. Nørre-Rangsrup, Toftlund, Dinamarca.
Comité de Protección Social; (2002). Lucha contra la pobreza y la exclusión social: objetivos comunes para la segunda ronda de los planes de acción nacionales – Medidas de apoyo.. Rev. 14/64/1/02; Consejo Europeo.
Comité para el Desarrollo; (2006). Informe sobre seguimiento mundial 2006. Intensificación de las responsabilidades mutuas: asistencia, comercio y gobernabilidad. Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, DC 2006-0004, 6 abril de 2006.
Department for International Development; (2000). Statistics on International Development. Londres, Reino Unido.
Domínguez Salinas, E.; (2006). “Lucha contra la pobreza en la duodécima convención de Naciones Unidas sobre cambio climático en Nairobi” en Fundación Ecología y Desarrollo, Otras caras del cambio climático disponible en http://www.ecodes.org
Eurostat; (2002). Eurostat Structural Indicators en http://europa.eu.int/comm/euro-stat/newcronos/info/notmeth/en/theme1/strind/socohe_dihtm#dis_for Unión Europea, Luxemburgo.
Foro de Alto Nivel; (2005). Declaración de Paris sobre Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. Apropiación, Armonización, Alineación & Resultados y Mutua Responsabilidad. Paris, Francia.
Larrú, J.M. (2006). “La Ayuda al Desarrollo, ¿Reduce La Pobreza?” en VIII Reunión de Economía Mundial, Alicante, abril 2006
Mbeki, T.; (2002). Address at the Opening of the World Summit for Sustainable Development. Johannesburgo, Sudáfrica.
Mejía, H.; (2002). Discurso de apertura de la XII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Bávaro, Republica Dominicana.
Naciones Unidas; (2000). Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas; Resolución de la Asamblea General A/RES/54/254. NNUU, Nueva York, EEUU.
Naciones Unidas; (2001). Ten year review of progress achieved in the implementation of the outcome of the United Nations Conference on Environment and Development. Resolución de la Asamblea General A/RES/55/199 NNUU, Nueva York, EEUU.
Naciones Unidas; (2002). Report of the International Conference on Financing for Development A/CONF.198/11. Monterrey, Mexico.
Naciones Unidas; (2002). World Summit on Sustainable Development. The Johannesburg Declaration on Sustainable Development. Johannesburgo, Sudáfrica.
Naciones Unidas; (2006). Millenium Indicators Database. Statistical Division en http://www.unstats.un.org/unsd/mi/mi_goals.asp.
Naciones Unidas; (2005). Objetivos de desarrollo del Milenio. Informe de 2005. Nueva York, EEUU.
Naciones Unidas; (2007). Perspectivas económicas mundiales 2007. Afrontar la nueva etapa de la globalización. Nueva York, EEUU.
Organización Mundial del Comercio; (2001). Declaración Ministerial. Doha, EEUU.
Pérez de las Heras, M. (2002). La cumbre de Johannesburgo. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.
Sachs, D.S. (2002). “Los males de la globalización” en El País 10 de noviembre de 2002. Madrid, España.
Wolfensohn, J.D.; (2002). “El reto de Johanesburgo” en El País 23 de agosto de 2002. Madrid, España.
Wolfowitz, P.; (2006). Conferencia de prensa del Comité para el Desarrollo del FMI y el Banco Mundial. Press Release No:2006/376/EXC. Washinton, Estados Unidos.
 


Pulsando aquí puede solicitar que le enviemos el Informe Completo en CD-ROM
Si usted ha participado en este Encuentro,
le enviaremos a la vez su certificado en papel oficial.


Los EVEntos están organizados por el grupo eumednet de la Universidad de Málaga con el fin de fomentar la crítica de la ciencia económica y la participación creativa más abierta de académicos de España y Latinoamérica.

La organización de estos EVEntos no tiene fines de lucro. Los beneficios (si los hubiere) se destinarán al mantenimiento y desarrollo del sitio web EMVI.

Ver también Cómo colaborar con este sitio web


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Economistas Diccionarios Presentaciones multimedia y vídeos Manual Economía
Biblioteca Virtual
Libros Gratis Tesis Doctorales Textos de autores clásicos y grandes economistas
Revistas
Contribuciones a la Economía, Revista Académica Virtual
Contribuciones a las Ciencias Sociales
Observatorio de la Economía Latinoamericana
Revista Caribeña de las Ciencias Sociales
Revista Atlante. Cuadernos de Educación
Otras revistas

Servicios
Publicar sus textos Tienda virtual del grupo Eumednet Congresos Académicos - Inscripción - Solicitar Actas - Organizar un Simposio Crear una revista Novedades - Suscribirse al Boletín de Novedades