Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de México

 

Pobreza y desigualdad social en Oaxaca, 1990-2000: una perspectiva regional

Dr. Alfredo Ruiz Martínez (CV)
M.C. Berenice Saret Campechano Martínez

Instituto Tecnológico de Oaxaca
rmalfred@prodigy.net.mx

 


Resumen.
La presente ponencia tiene como objetivo analizar la relación entre desigualdad social y pobreza, a partir de la distribución del ingreso y de la atención a las capacidades básicas, los problemas en estos aspectos traen como consecuencia condiciones de pobreza en una mayor parte de la población y estas condiciones a su vez no tienen alternativas reales de solución debido a la aplicación de políticas mal encaminadas y también debido a que los gobiernos, las corrientes ideológicas y los organismos internacionales no abordan estos problemas sociales a partir de sus causas estructurales, por consiguiente no se aplican medidas eficaces que permitan dotar a los individuos de las capacidades básicas que son esenciales para autodeterminarse y participar activamente en las sociedad y poder salir del estado de rezago social en el cual se encuentran.

Palabras claves: Pobreza y desigualdad social.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Ruiz Martínez y Campechano Martínez : "Pobreza y desigualdad social en Oaxaca, 1990-2000: una perspectiva regional" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Número 59, abril 2006. en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/index.htm


Introducción

La situación social y económica de la mayoría de los países, se ve reflejada en las condiciones de vida de su población. En éste sentido uno de los problemas sociales más graves que viven muchos países de Asía, África y América Latina es la pobreza, por lo que se afirma que en la Investigación Social, uno de los principales retos es conocer, explicar y poder establecer medidas de acción que permitan disminuir y erradicar estos niveles altos de pobreza en los que viven una parte considerable de la población mundial. En el caso de México, la región sur, presenta los niveles más altos de pobreza de todo el país y por lo tanto se presenta una creciente necesidad de que las diversas instituciones de la región consideren el estudio y análisis de estos fenómenos sociales que mantienen a México, como un país con grandes deficiencias.

Según datos del Banco Mundial, en Oaxaca, se presenta un gran número de problemas que tienen que ver con el aspecto social. La pobreza en la que viven aproximadamente el 67% de su población y la desigualdad en el ingreso y en las condiciones de vida, presente en sus regiones, son una característica que le impide formar parte activa en la sociedad (Banco Mundial, 2003: 26). Esta problemática se ve agudizada profundamente por los bajos niveles de escolaridad y de salud que son elementos imprescindibles para el desarrollo del ser humano y para la búsqueda de mejores condiciones de vida.

Por tal motivo, este artículo tiene como objetivo general: Analizar la relación que existe entre la pobreza, la desigualdad del ingreso y la carencia de las capacidades básicas en el estado de Oaxaca y sus regiones en los años 1990 y 2000. Así mismo las principales preguntas de investigación que se pretenden responder, a partir de los enfoques teóricos revisados son: ¿Cómo se relacionan la distribución del ingreso y la pobreza en el estado de Oaxaca? y ¿Cómo se relacionan la carencia de las capacidades básicas de los individuos y la pobreza en el estado de Oaxaca?. La hipótesis que se pretende probar es: la pobreza se relaciona en forma directa con la desigualdad en la distribución del ingreso y con la carencia de las capacidades básicas de los individuos en Oaxaca y sus regiones en el periodo 1990-2000.

Fundamentos teóricos de la relación entre pobreza y desigualdad social

Para el fundamento teórico se consideraron diversos autores, los cuales explican la pobreza y la desigualdad, además se tomaron en cuenta enfoques complementarios que permitieron comprender mejor estos fenómenos sociales.

En primer termino, para la pobreza se revisó el enfoque de Amartya Kumar Sen, que explica a la pobreza a partir de la ausencia o carencia de las Capacidades Básicas, que le permiten al individuo insertarse en la sociedad y que son cualidades indispensables para la vida (Boltvinik, 1999:34). Las capacidades básicas son el conjunto de funcionamientos elementales, este último término es definido por Sen como aquellas cosas que el individuo logra hacer o ser al vivir. Estos funcionamientos elementales pueden ser: el estar bien nutrido o el contar con una buena salud.

En este sentido Amartya K. Sen considera que la teoría de Capacidades, es el enfoque correcto para analizar las fuentes de la pobreza, dado que un estudio de la pobreza que se concentre en los bienes o características o en el ingreso, presenta la desventaja de que no explique lo que una persona puede hacer realmente. En cambio el enfoque de capacidades explica las potencialidades de las personas (Cepal, 200:4). Según Sen, la identificación de niveles mínimos aceptables de ciertas capacidades básicas puede proporcionar un enfoque para el estudio de la pobreza (Nussbaum y Sen, 1996:557).

Autores como Claudio Jones y Guillermo Trejo (1993:76), retoman el enfoque de capacidades de Amartya K. Sen y argumentan que el problema fundamental de la pobreza es la ausencia de las capacidades básicas, donde las capacidades básicas son las cualidades, las características especificas que tiene o no el individuo y que son definidas por estos autores como la educación, la nutrición y la vivienda, que representan tanto la posibilidad de autodeterminarse y participar en sociedad, como la posibilidad para generar ingresos. Para desarrollar el término de desigualdad Claudio Jones y Guillermo Trejo (1993:77), la definen en términos de los individuos que poseen las capacidades básicas y las que no las tienen, argumentando que esta desigualdad nace de la presencia o la carencia de las cualidades mínimas que posibilitan la libre inserción del individuo en la dinámica social.

El termino desigualdad es visto desde varios enfoque teóricos, Arthur Murphy (2002:4) define a la desigualdad social como el acceso diferenciado en la posesión de bienes materiales, Adalberto García Rocha (1986:8), del Colegio de México la define en términos de la disparidad que existe entre la riqueza y los ingresos de los individuos, familias, regiones o clases en todas las organizaciones económicas. Este mismo autor considera que la desigualdad económica, en sus distintas dimensiones es susceptible de estudio descriptivo de causas y efectos y de análisis de su relación con otros fenómenos económicos o sociales en general. En este contexto, existen autores latinoamericanos como Pedro Vuskovic Bravo (1993:8), que ha explicado a la pobreza en términos de la desigualdad y ha fundamentado esta relación, afirmando que aun en países donde se ha presentado cierto desarrollo, proporciones muy elevadas de su población continúan viviendo en situaciones de pobreza y advierte el autor que en la mayoría de los casos no se trata solo de un pasado de pobreza que no se ha podido superar sino de procesos activos de empobrecimiento. Vuskovic considera que para poder comprender estos fenómenos es necesario percatarse que la desigualdad y la pobreza están siendo provocadas por las aplicaciones de políticas y estrategias equivocadas que benefician a los que más tienen.

Por lo tanto este mismo autor afirma que las condiciones de pobreza no dependen tanto del grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas, sino de la concentración extrema de los activos y los productos económicos en capas minoritarias de la población. Siendo esto, resultado inevitable de los patrones de desarrollo imperantes, donde las tendencias concentradoras y excluyentes han dado lugar en algunos países latinoamericanos a una desigualdad tan profunda entre grupos sociales, dando la impresión de constituir dos mundos diferentes y superpuestos.

Este mismo autor considera que la fase de desarrollo latinoamericano que busco fincar sus fuentes en la diversificación exportadora y en los procesos de industrialización sustitutiva relacionada a estructuras muy concentradas de la distribución del ingreso, desembocaron en una dinámica de desigualdad. Aunado a lo anterior señala que a partir del concepto de pobreza que tienen los gobiernos, las corrientes políticas y los organismos internacionales, conciben a la pobreza como una condición inherente al subdesarrollo y por lo tanto su análisis no aborda al conjunto del sistema económico, ni al patrón de desarrollo. Por lo que las propuestas de solución están encaminadas a acelerar el crecimiento global y la modernización; y tienen como propósito inmediato aliviar la situación de los grupos sociales que no han llegado a beneficiarse y siguen quedando en condiciones de pobreza. Con lo anterior se justifican los programas de combate a la pobreza, que funcionan como paliativos del problema, dado que no se atacan las causas reales del mismo.

Por lo tanto al abordar estos fenómenos sociales con este enfoque se limitan las posibilidades de una comprensión cabal del problema y se reduce también la eficacia de las políticas que se adoptan. Así que para comprender a la pobreza en su real dimensión es imprescindible relacionarla con la desigualdad como su fuente principal. Por lo tanto la desigualdad se constituye como el principal factor determinante de la pobreza; y la superación de ésta no depende sólo del crecimiento económico global sino también de los términos de la distribución del ingreso y los cambios que ellos registren (Vuskocvic, 1993:5).

Otro teórico latinoamericano que se considero en ésta investigación por el análisis que lleva a cabo de la desigualdad en la distribución del ingreso es Fernando Cortés. Este autor analiza los supuestos del modelo Kuznets-Lydall de la distribución del ingreso, el cual parte de las hipótesis sobre la distribución del ingreso de Simón Kuznets y H. F. Lydall. Los supuestos de este modelo se enuncian a continuación: 1. Que el desarrollo económico se logra a través de la industrialización. 2. Que el crecimiento de las actividades industriales, comerciales y de servicio, invade todos los campos de la actividad económica destruyendo las formas menos eficientes de producción. 3. Es un modelo cerrado que no considera el papel del comercio internacional. 4. Se presenta la idea de un Estado Keynesiano: Un estado benefactor que busca pleno empleo y se preocupa por los desposeídos aún a costa de sacrificar la eficiencia (Cortés, 2000:23-25). Este modelo considera tres etapas del proceso de industrialización: en la primera etapa consideran que la base de la estratificación por ingresos estará integrada por quienes se desempeñan en las actividades tradicionales; en las etapas intermedias del crecimiento económico, la industria se nutre de la fuerza de trabajo del campo y de las ciudades que laboraran en actividades tradicionales. En esta etapa la desigualdad crecerá; en las últimas etapas, el avance del capitalismo por todas las actividades económicas hará que las productividades sectoriales disminuyan y la desigualdad tienda a caer. Sin embargo Fernando Cortés en su análisis dice que si la crisis aconteciera antes de que la economía complete su proceso de industrialización, se observaría que en los estratos inferiores de la sociedad seguirían predominando las actividades rurales de baja productividad y las informales en el sector urbano, además que en estas ultimas se podría presentar competencia debido a que los obreros despedidos por la crisis, podrían buscar refugio en estas actividades informales.

Por otro lado, para poder aplicar los supuestos del modelo Kuznets-Lydall, es preciso que las condiciones sean semejantes a las circunstancias en que se plantearon estos supuestos y la realidad de América Latina no se ajusta a los supuestos de este modelo, dado que la industrialización volcada al mercado interno fue insuficiente para garantizar el crecimiento sostenido. Así también se abandona la idea del estado benefactor. Al mismo tiempo las autoridades deciden la apertura de la economía a la competencia externa y pugnan por insertar las economías nacionales en el proceso de globalización (Cortés, 2000:34-36). Lo que representó, la aplicación de políticas concentradoras y excluyentes lo cual genera el beneficio para unos cuantos, provocando un incremento en la desigualdad de la distribución de los beneficios de la globalización.

En México la industrialización se ha presentado de manera desigual, por lo que algunas regiones como el sur de México, presentan una industrialización incipiente, sin embargo se observa que se cumple lo que se señala en el modelo Kuznets-Lydall para las primeras etapas de desarrollo económico, donde se presenta que en gran parte de sus localidades predomina su población dedicada a actividades tradicionales o del sector primario además se presenta el desplazamiento de la población de las zonas rurales a las zonas urbanas, en Oaxaca la migración interna y la externa se han presentado durante un largo periodo. Con lo anterior se genera un incremento en la desigualdad en la distribución del ingreso en las zonas urbanas debido a la diferenciación de las productividades, intensificándose problemas sociales como son la pobreza y la desigualdad.

En este sentido es necesario buscar alternativas, conocer a fondo el problema que permita diseñar políticas eficaces que garanticen el logro de los objetivos esperados. Por lo que se considera importante destacar el aporte de Gunnar Myrdal, que describe los cambios en los fenómenos sociales. Este autor considera que la forma correcta de analizar los cambios sociales es a partir de la idea de la Causación circular acumulativa, en donde se afirma que el sistema social se mueve en dirección contraria al equilibrio entre fuerzas, que el sistema social siempre se esta alejando de tal equilibrio. Un cambio en el sistema social da lugar a cambios que contribuyen para que el sistema se mueva en la misma dirección que el cambio original impulsándolo más lejos, de esta forma, este autor considera que un proceso social puede ser detenido o modificado a través de cambios exógenos que tengan la dirección y fuerza necesarias para detener el sistema; por lo tanto cualquier nuevo cambio exógeno dará inicio de nuevo, a través de las reacciones del sistema a un proceso acumulativo en dirección del nuevo cambio (Myrdal,1964:23-27).

Por lo anterior se considera que la Investigación científica consiste en analizar las interrelaciones causales del sistema bajo la influencia de fuerzas externas, así como también el impulso de su propio proceso interno, de tal forma que se conozca que efectos tendrá un cambio primario de un elemento sobre todos los demás elementos y así estar en condiciones de producir un movimiento ascendente de todo el sistema a través de medidas aplicadas en un punto u otro. Al conocer que efectos se tendrán al aplicar medidas especificas, se estará en mejor situación de determinar cómo elevar al máximo el efecto del esfuerzo de una política social establecida (Myrdal, 1964:30).

Los enfoques teóricos anteriores se integran en el siguiente modelo explicativo de la pobreza:

En este modelo se desarrolla parte del enfoque de Pedro Vuskovic Bravo que afirma que al analizar y estudiar la pobreza es preciso vincularla con la desigualdad como una de sus principales causas, donde la desigualdad se origina por la distribución de las capacidades básicas, tales como la salud, la educación y la vivienda; y por la distribución del ingreso que es resultado de la aplicación de modelos económicos y políticas equivocadas que benefician a los que más tienen, por lo tanto el resultado es la producción y la reproducción de la pobreza, y de acuerdo al concepto de pobreza de Amartya K. Sen que dice que es la carencia de las capacidades básicas, ocasionan que los individuos no tengan las posibilidades de insertarse activamente en la sociedad y generar un ingreso que les permita satisfacer sus necesidades.

También las condiciones de México, que son las de un país subdesarrollado, en el cual las crisis y las políticas aplicadas, han provocado que su crecimiento económico no haya alcanzado niveles altos y que la economía de este estado no haya completado su proceso de industrialización, ha provocado como lo señala Fernando Cortés en su reflexión critica del modelo Kuznets-Lydall, que sigan predominando las actividades de baja productividad en el sector rural y las actividades informales en el sector urbano, de esta forma se observa un incremento en la desigualdad en la distribución del ingreso y con ello mayores niveles de población en estado de pobreza.

Por lo tanto la carencia de estas capacidades básicas, las políticas y estrategias equivocadas y la falta de un crecimiento económico, provocan que se genere la concentración del ingreso en las capas sociales más favorecidas y estas son una minoría, por lo tanto el mayor porcentaje de la población que tiene carencias de estas capacidades vive en condiciones de pobreza y por lo tanto esta pobreza genera a su vez desigualdad, con lo cual se genera un circulo vicioso de la pobreza.

Aspectos metodológicos

Una vez que se definieron los enfoques teóricos que sustentan la investigación, se precisó el modelo explicativo que vincula los efectos de la desigualdad social en los niveles de pobreza en Oaxaca. A partir del modelo explicativo se operacionalizan las variables y se establece el método de comprobación de la hipótesis de trabajo.

De acuerdo al modelo explicativo se pretende conocer como se relaciona la pobreza (variable dependiente) y la desigualdad en la distribución del ingreso y la carencia de las capacidades básicas (variables independientes). Para establecer la relación que existe entre estas variables se construyeron los indicadores pertinentes considerando el ámbito regional de 1990 y 2000. Para la medición de la pobreza se utilizó el método de línea de pobreza, considerando tal línea a la población que percibe ingresos hasta de dos salarios mínimos, y para medir la desigualdad del ingreso se utilizó el coeficiente de Gini. El índice de carencias de capacidades básica se obtuvo de un método multivariado empleado para medir el índice de desarrollo humano recomendado por la ONU, que incluye indicadores de salud, educación y condiciones de vivienda.

Para probar la hipótesis se llevaron a cabo las pruebas de correlación R y de determinación R2 para conocer el nivel de asociación entre las variables y determinar si la variable dependiente explica a la variable independiente (Levin, 1996:680-687). La hipótesis se acepta siempre y cuando el nivel de correlación de las variables sea significativo en un rango de medición de nivel media a alta correlación, en estas condiciones se puede afirmar que la variable independiente se relaciona de manera directa a la variable dependiente. El procedimiento adecuado implicó, primero, realizar el análisis de regresión y correlación simple de las relaciones entre pobreza y desigualdad del ingreso, y pobreza y carencia de capacidades básicas; posteriormente, se realizó el análisis de regresión y correlación múltiple, para conocer la relación entre la pobreza y la desigualdad en la distribución del ingreso y la carencia de las capacidades básicas, para determinar finalmente la existencia de la relación directa de las variables en conjunto para explicar el modelo general.

Descripción de resultados: pobreza, desigualdad del ingreso y carencia de capacidades básicas

A continuación se describen los resultados obtenidos de los cálculos que se realizaron para conocer los niveles de desigualdad en la distribución del ingreso, la carencia de las capacidades básicas y la pobreza. Para cada uno de ellos se analizaron varios indicadores, de los cuales se hicieron los cálculos respectivos.

 

Línea de pobreza

Para el cálculo de la pobreza se utilizó la metodología de línea de pobreza, donde la línea de pobreza esta representada por la población que recibe hasta dos salarios mínimos. Se observa que los porcentajes de población en condiciones de pobreza son elevados en todos los ámbitos.

En el cuadro 1, se presentan los resultados de los porcentajes de la población que vive en condiciones de pobreza para los años 1990 y 2000. A nivel nacional, se presenta un alto nivel de pobreza que alcanza el 63.2% en 1990 a 51.0 en el 2000, la media estatal es aún más alta, presentando un 76.6% en 1990 y 71.9 en el 2000. Se observa entonces que las condiciones de pobreza se encuentran en todo el país. Sin embargo, en algunas regiones de Oaxaca, estas condiciones empeoran de tal forma que para 1990 la Cañada presenta un 88.9% de su población en condiciones de pobreza, incrementándose estas porcentajes para el 2000 hasta llegar al 90.2% de su población con estas características. Así también en la Sierra norte, en 1990 el 87.42% de la población vive en estas condiciones, incrementándose en el 2000 al 89.2%. Otras dos regiones que también presentan altos niveles de pobreza son la Mixteca y Sierra Sur, sin embargo estas dos regiones presentaron una disminución de su pobreza. La Mixteca pasó del 83.1 de su población en condiciones de pobreza en 1990 al 76.8% en el 2000. La Sierra sur pasó de un 86.5% en 1990 a un 85.4% en el 2000. Las únicas regiones que presentan porcentajes menores a la media estatal son el Istmo y Valles centrales. Sin embargo el Istmo presenta un incremento que va de 63.7% de la población en pobreza a un 68.9% para el 2000. La región que presentó la mayor disminución de población en condiciones de pobreza fue Valles Centrales de 71.7% en 1990 a 57.4% para el 2000. Es palpable la condición de carencia y precariedad que se vive en el estado, por lo tanto estas condiciones no permiten a los individuos tener alternativas de solución, y con ello la pobreza se reproduce de generación en generación.

 

Cuadro 1. Porcentaje de población en condiciones de Pobreza

Concepto

1990

2000

México

63.2

51.0

Oaxaca

76.5

71.9

Valles Centrales

71.7

57.4

Istmo

63.7

68.8

Tuxtepec

77.4

76.2

Mixteca

83.1

76.8

Costa

79.3

77.1

Sierra Sur

86.4

85.4

Sierra Norte

87.4

89.1

Cañada

88.9

90.2

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

 

Desigualdad en la distribución del Ingreso

Para el cálculo de la desigualdad en la distribución del ingreso se utilizó la metodología del índice de Gini, que se realiza a partir del ingreso per capita familiar. El cálculo se elaboró a nivel nacional, estatal y por regiones, de tal forma que nos permita conocer el comportamiento de esta variable en las regiones de Oaxaca. Y determinar cuales fueron las que presentan ventajas y desventajas en sus condiciones en relación a su distribución del ingreso.

Cuadro 2. Índice de Gini

 

1990

2000

México

0.49

0.50

Oaxaca

0.61

0.62

Cañada

0.63

0.66

Costa

0.65

0.60

Istmo

0.53

0.58

Mixteca

0.73

0.71

Tuxtepec

0.53

0.60

Sierra Norte

0.70

0.73

Sierra Sur

0.75

0.74

Valles Centrales

0.55

0.54

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

A medida que la distribución del ingreso es más desigual, el índice se acercará a 1, en este sentido se observa que existe una menor desigualdad en la distribución del ingreso a nivel nacional con un coeficiente de 0.49 en 1990 y 0.50 para el 2000.

En el mismo periodo analizado, el índice estatal presenta un incremento de 0.61 en 1990 a 0.62 en el 2000. Las regiones con los índices de GINI más elevados, es decir, con mayor desigualdad en la distribución del ingreso fueron: Sierra Sur, Mixteca y Sierra Norte, manteniéndose arriba del 0.70.

Las regiones que presentan menor desigualdad y que además están por debajo del promedio estatal son Istmo, Valles Centrales y Tuxtepec, sin embargo el Istmo incrementó el índice pasando de 0.53 en 1990 a 0.58 al 2000. Este mismo comportamiento se registró en Tuxtepec donde el incrementó fue de 0.53 en 1990 a 0.60 en el 2000. Se observa que aquellas regiones que presentan los porcentajes más elevados de pobreza también son las que presentan niveles elevados de desigualdad en la distribución del ingreso y al mismo tiempo se produce un incremento en ambos índices, por lo tanto la pobreza y la desigualdad parecen estar relacionadas. Dado que al aumentar la desigualdad se incrementa también la pobreza y viceversa.

 

Índice de Carencia de Capacidades Básicas

Este índice nos muestra la falta de capacidades básicas y las diferencias regionales que se presentan en Oaxaca. Para determinar este índice se consideró el método de cálculo utilizado por la ONU para determinar el índice de desarrollo humano, la diferencia es que en esta investigación se consideraron los valores de los indicadores que reflejaran la falta de estos servicios. Este índice se presenta en un rango de 0 a 100, donde 0 significa que se cuenta con las capacidades básicas indispensables que se consideran para este trabajo, y los valores que se acercan a 100, reflejan elevadas carencias de estas capacidades. De esta manera se calcularon los subíndices de educación, salud y vivienda; y a partir de estos, finalmente se obtuvo el Índice de Carencia de Capacidades Básicas.

Educación

La educación representa una de las herramientas fundamentales para mejorar las capacidades básicas que abren oportunidades al individuo de participar y recibir los beneficios del desarrollo económico y social por medio del empleo bien remunerado, esto le permite a su vez satisfacer sus necesidades.

 

Cuadro 3. Indicadores de educación

Concepto

Porcentaje de la población de 15 años y más analfabeta.

Porcentaje de la población de 6 a 14 años que no sabe leer ni escribir.

Grado promedio de escolaridad

 

1990

2000

1990

2000

1990

2000

México

12.4

9.5

12.3

12.3

6.6

7.5

Oaxaca

27.5

21.5

17.0

18.3

4.6

5.6

Valles Centrales

16.8

12.1

11.3

12.3

4.8

5.8

Istmo

24.3

20.0

14.1

13.8

5.2

6.0

Tuxtepec

25.3

21.0

18.4

21.0

3.9

4.6

Mixteca

31.3

24.2

15.8

17.2

3.8

4.8

Sierra Norte

33.0

27.5

19.9

21.6

3.8

4.5

Sierra Sur

35.2

27.6

20.2

21.5

3.3

4.2

Costa

36.0

27.7

20.5

22.4

3.7

4.8

Cañada

44.6

38.7

28.0

29.1

2.9

3.6

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

En la tabla 3 se observan los indicadores de educación que se utilizaron para el calculo del índice. Referente a la población de 15 años y más analfabeta, la media estatal para 1990 es de 27.5% que esta por encima de la media nacional que es de 12.4%. La misma tendencia se registra para el año 2000. En 1990 se observa que hay regiones que presentan porcentajes más altos que la media estatal, como son: la Cañada, la Costa, la Mixteca, Sierra Norte y Sierra Sur, así sucede también para el 2000.

En el periodo analizado se registra una disminución del porcentaje de la población analfabeta. En relación a la población de 6 a 14 años que no sabe leer ni escribir se observa de manera generalizada un incremento en los porcentajes, así mismo en términos absolutos se presenta un incremento en todas las regiones, excepto en el Istmo. La media estatal es mayor que la media nacional en los dos años. Las regiones de la Cañada, Costa, Tuxtepec, Sierra Norte y Sierra Sur, se encuentran por encima de la media estatal. Este comportamiento se presenta en los dos años. A nivel nacional y estatal se ha presentado un incremento en el grado promedio de escolaridad. Para los años analizados se presenta una diferencia, quedando el promedio estatal de 4.6 años en 1990 y 5.6 años para el 2000. A nivel nacional se tiene un promedio de 6.6 años en 1990 y 7.5 años en el 2000. Los más bajos niveles en cuanto al grado promedio de escolaridad se presentan en las regiones de la Cañada, Sierra Norte y Sierra Sur. Por su parte, los promedios más altos en el estado para los mismos años se presentan en el Istmo y en Valles Centrales, ambos están arriba de la media estatal. Uno de los factores más importantes para salir de la pobreza es la educación, la falta de ella representa tener pocas posibilidades de mejorar las condiciones de vida. Por lo tanto se puede afirmar que los bajos niveles de escolaridad son un problema nacional y que se agudiza en las regiones pobres de Oaxaca, donde la carencia de esta capacidad representa en sí misma un obstáculo para salir de la pobreza, dado que no se cuenta con mejores alternativas para generar ingresos y salir del estado de necesidad en el que se encuentra.

Vivienda

Las condiciones de vivienda son de suma importancia para garantizar las buenas condiciones de vida. Constituye una de las capacidades básicas que proveen de seguridad a las personas, la falta de ella o sus malas condiciones, representan factores de riesgo para el individuo. Por lo tanto se considera que la vivienda es parte de las capacidades básicas indispensables para vivir.

Cuadro 4. Indicadores de vivienda.

Concepto

Porcentaje de Viviendas particulares que no disponen de energía eléctrica

Porcentaje de viviendas particulares que no disponen de agua potable

Porcentaje Viviendas particulares que no disponen de drenaje

Nivel de Hacinamiento

 

1990

2000

1990

2000

1990

2000

1990

2000

México

12.5

6.9

19.8

17.4

34.6

23.5

27.0

31.9

Oaxaca

23.8

12.7

40.9

34.5

67.1

54.4

69.9

59.4

Valles Centrales

8.7

5.9

31.6

30.1

57.8

43.5

72.1

62.6

Istmo

13.3

8.2

29.0

22.4

43.7

27.4

66.1

55.0

Tuxtepec

28.1

13.3

46.7

38.5

60.8

49.9

70.9

61.4

Mixteca

28.7

12.7

44.8

32.6

80.9

69.0

70.7

60.9

Sierra Norte

29.5

18.0

38.1

30.4

75.5

66.9

71.2

61.5

Sierra Sur

41.3

24.4

48.6

41.8

85.5

81.1

72.5

63.0

Costa

31.7

19.6

53.3

47.1

80.8

68.0

77.8

70.5

Cañada

45.4

18.8

56.1

51.5

85.4

82.4

74.9

67.5

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

 

En 1990 y 2000, el promedio de viviendas que no disponen de agua entubada a nivel estatal es casi el doble del promedio que se tiene a nivel nacional. En el cuadro 4 se puede ver que en el periodo analizado se presenta una mayor disminución de las viviendas sin agua entubada en Oaxaca que a nivel nacional. Para Oaxaca el 40.9% de las viviendas no tenían agua entubada en 1990 y para el año 2000 era solo el 34.53% de viviendas sin agua entubada. Para 1990 las regiones que tienen el mayor porcentaje de viviendas con esta carencia son la Cañada, la Costa, la Mixteca, Tuxtepec y Sierra Sur. Las mismas que están por arriba del promedio estatal. Las regiones que presentan los menores porcentajes de viviendas sin agua entubada son Valles Centrales y el Istmo. Para el 2000, los más altos porcentajes de viviendas con estas características las presentan la Cañada, la Costa, Tuxtepec y Sierra Sur, mientras tanto, aquellas regiones que tienen el menor número de viviendas sin agua entubada es Valles Centrales con un 30.1% de viviendas y la región con menos vivienda con esta carencia es el Istmo con el 22.4%.

En el periodo analizado se registra una disminución considerable de las viviendas que no cuentan con energía eléctrica. En los dos años analizados la media estatal es casi el doble de la que se presenta a nivel nacional. Sin embargo la disminución para Oaxaca de las viviendas sin este servicio fue casi del 50%. Para 1990 las regiones con el mayor porcentaje de viviendas que no contaban con este servicio son la Cañada, Sierra Sur y la Costa con un 45.4%, 41.3% y un 31.7% respectivamente. Para el 2000 la Sierra Sur se mantenía todavía como una región con el más alto porcentaje, a pesar de que las viviendas sin energía eléctrica disminuyeron del 41.3% a un 24.4%. Las regiones que presentan el menor número de viviendas con la falta de este servicio son Valles Centrales y el Istmo, las cuales son las más desarrolladas en infraestructura social en el estado de Oaxaca. Para los dos años analizados la región de Valles Centrales, presentó un porcentaje menor a la media nacional.

El porcentaje de viviendas que no disponen de drenaje en el estado es superior a la media nacional, el doble aproximadamente. Esta situación se aplica para 1990 y el 2000. Para los dos años analizados, las regiones con el mayor porcentaje de viviendas sin drenaje son la Cañada y Sierra Sur. Y no presentaron una disminución significativa en este periodo. Todas las regiones presentan niveles muy elevados de viviendas sin drenaje. Y sólo algunas de ellas presentaron disminuciones de estos porcentajes como el Istmo que bajó de 43.70% en 1990 a 27.44% para el 2000, así también Sierra Norte que disminuye de un 75.5% en 1990 a 66.9% en el 2000 y, finalmente, Valles centrales disminuyó de un 57.8% a 43.55% en el mismo período analizado. Otro indicador de vivienda es el nivel de hacinamiento. Para 1990, a nivel nacional se presentó un nivel de hacinamiento de 27.0, mientras que a nivel estatal el nivel fue de 69.9. Para el 2000 a nivel nacional era de 31.9, el cual se incrementó y fue de 59.4 a nivel estatal. Para el año 2000, las regiones con mayores niveles de hacinamiento fueron Costa, Cañada y Sierra Norte.

Se observa entonces que las condiciones de vivienda, representan graves problemas en el estado, sobre todo para la Cañada, Costa y la Sierra Sur, sin embargo las carencias más graves se presentan por la falta de drenaje y por los altos niveles de hacinamiento. La falta de esta capacidad representa factores de riesgo además no cubre las funciones especificas de protección, higiene y privacidad que son necesarias para el individuo.

 

 

 

 

Salud

Indiscutiblemente la salud es un elemento indispensable en el desempeño de los individuos, dado que la falta de ella no permite el desarrollo de la sociedad. Para la presente investigación esta variable es considerada como la posibilidad que tiene el individuo de prevenir enfermedades o de tener la posibilidad de contar con un servicio de salud que le permita prevenir y solucionar sus problemas de salud.

De manera general en el país se ha presentado una disminución en la tasa bruta de mortalidad. En el cuadro 5 se observa que a nivel nacional esta disminución es mayor a la que se tiene a nivel estatal, que va de un 6.9 fallecidos por cada mil habitantes en 1990 a 4.9 fallecidos por cada mil habitantes en el 2000. En las regiones de Oaxaca, las que presenta una menor tasa de mortalidad son Istmo y Tuxtepec, sus indicadores se encuentran por debajo de la media estatal. Las regiones con mayores tasas de mortalidad para 1990 son la Mixteca con 8.7, Sierra Norte con 7.9, Sierra Sur con 7.9 y Valles Centrales 7.4. Para el 2000 las regiones con las más altas tasas de mortalidad son: Sierra Norte con 6.0, Mixteca 5.9, Cañada con 5.9 y Sierra Sur con 5.2., tenemos que a pesar de la disminución de este indicador a través del tiempo, sus valores son más altos que el promedio nacional.

 

El otro indicador de salud es la población no derechohabiente. Los porcentajes a nivel estatal para 1990 son el doble de los que se presentan a nivel nacional. En el 2000 esta brecha disminuye. A nivel nacional se presenta un incremento de la población no derechohabiente en el periodo analizado, lo cual no sucede en el estado ya que en 1990 el 80.4% de la población era no derechohabiente y para el 2000 disminuyó a 77.4%. Donde se presenta el menor porcentaje de no derechohabientes es a nivel nacional, para 1990 el 40.89% de la población era no derechohabiente, para el 2000 el 59.87% de la población era no derechohabiente. En el estado es en Valles Centrales donde se presenta el menor porcentaje de población no derechohabiente, para 1990 fue del 56.32% y para el 2000 fue de 70.20.

En suma, las regiones que están por debajo de la media estatal en cuanto al porcentaje de población no derechohabiente son; Valles Centrales y el Istmo. Las regiones que presentan los mayores porcentajes de población no derechohabiente son: Sierra Norte, Sierra Sur, y la Cañada. A nivel estatal se presenta una ligera disminución de la población no derechohabiente, donde se nota más tal disminución es en la Mixteca, la Cañada y Sierra Sur. Los resultados anteriores demuestran que en las regiones donde se encuentra el mayor porcentaje de población no derechohabiente, se tienen las tasas de mortalidad más elevadas. Por lo tanto se considera que la cobertura de los servicios de salud es insuficiente. Los individuos que no cuentan con la atención adecuada en una situación de enfermedad se encuentran con el riesgo de no contar con la salud necesaria para participar activamente en las actividades económicas y sociales dentro de su familia y su comunidad.

Cuadro 5. Indicadores de salud.

Concepto

Tasa bruta de mortalidad

Porcentaje de población no derechohabiente

 

1990

2000

1990

2000

México

5.2

4.5

40.9

59.9

Oaxaca

6.9

4.9

80.4

77.4

Tuxtepec

5.4

4.2

80.5

75.3

Costa

6.8

4.4

91.2

84.9

Istmo

4.7

4.5

74.0

70.5

Valles Centrales

7.4

5.0

56.3

70.2

Sierra Sur

7.9

5.2

98.7

86.7

Cañada

7.3

5.9

96.9

87.1

Mixteca

8.7

5.9

92.7

76.7

Sierra Norte

7.9

6.0

98.4

93.4

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

 

Índice de Carencia de Capacidades Básicas

A continuación se analizan los resultados finales del Índice de carencia de capacidades básicas (ICCB), el cual es una síntesis de los subíndices de carencias en vivienda, educación y salud. El índice de carencia de capacidades básicas representa una visión de conjunto de la carencia de estas capacidades.

En el cuadro 6, se observa que a nivel nacional y estatal se presenta una disminución del Índice de carencia de capacidades básicas, lo cual significa que se amplió la cobertura de los servicios básicos. Se observa que el promedio nacional es el más bajo que va de un índice de 10.9 en 1990 a un índice de 8.3 para el 2000 (ver cuadro 6). A nivel estatal se presentan índices más altos, de 59.4 en 1990 a 40.8 en el 2000. En el interior del estado se observan diferencias regionales muy marcadas, por debajo del promedio estatal están el Istmo que presenta en 1990 un índice de 36.7 y para el 2000 disminuye a 25.2; y para Valles Centrales en 1990 de 40.6 y para el 2000 disminuye a 28.5. Las regiones con los mayores déficit de servicios públicos que se ve reflejada en los altos niveles del índice de carencia de capacidades básicas son: Cañada, Sierra Sur, Costa, Mixteca y Sierra Norte.

Cuadro 6. Índice de carencias de capacidades básicas.

 

EDUCACIÓN

VIVIENDA

SALUD

ICCB

1990

2000

1990

2000

1990

2000

1990

2000

Nacional

11.4

2.0

10.2

3.0

11.2

19.8

10.9

8.3

Oaxaca

49.2

38.6

65.3

43.8

63.8

40.1

59.4

40.8

Cañada

97.9

89.5

98.6

73.8

82.3

58.6

92.9

74.0

Costa

70.6

58.2

87.6

67.2

71.9

39.9

76.7

55.1

Istmo

36.4

25.8

39.6

20.0

34.1

29.7

36.7

25.2

Mixteca

56.4

45.3

76.8

49.1

94.8

49.6

76.0

48.0

Tuxtepec

55.0

50.2

69.6

45.8

47.9

29.8

57.5

41.9

Sierra Norte

65.8

58.5

71.0

50.5

91.0

65.6

76.0

58.2

Sierra Sur

72.2

60.9

89.9

68.4

90.4

50.7

84.2

60.0

Valles Centrales

26.6

17.3

47.0

33.8

48.3

34.3

40.6

28.5

Fuente: Elaboración propia con base en los censos del INEGI.

 

Por otra parte, en el cuadro 6, se presentan los subíndices de educación, salud y vivienda, en donde se observa que a nivel nacional las mayores carencias para 1990 se presentaban en educación y para el 2000 en salud. A nivel estatal las carencias eran más graves en las condiciones de vivienda, aunque en educación y salud también presentaban niveles altos de carencias. La región que presentó mayor carencia en educación fue la Cañada, seguida por la Sierra Sur y la Sierra Norte En condiciones de vivienda las regiones con mayores carencias fueron la Cañada, Sierra Sur y la Costa. En los servicios de salud las regiones que presentaban los niveles de carencia más altos fueron: Mixteca, Sierra Norte, Sierra Sur y Cañada. Aquellas regiones que presentaron los índices más bajos de carencias en educación, vivienda y salud fueron: Valles Centrales, Istmo y Tuxtepec.

Se observa que todas las regiones presentaron una disminución en el índice de carencias de capacidades básicas en el periodo 1990-2000, sin embargo las disminuciones más significativas fueron en la Mixteca que pasó de 76.0 en 1990 a 48.0 en el 2000, la Sierra Sur de 84.2 en 1990 a 60.0 en el 2000, la Costa de 76.7 en 1990 a 55.1 en el 2000 y la Cañada de 92.9 en 1990 a 74.0 en el 2000.

 

Análisis estadístico de la hipótesis sobre pobreza y desigualdad social

Cómo ya se mencionó anteriormente se aplicaron diversas pruebas estadísticas para evaluar la hipótesis sobre la relación funcional entre pobreza y desigualdad. Se trabajó con tres condiciones que evalúan la relación de la pobreza como variable dependiente y el ingreso y carencias de capacidades básica como variables independientes de manera particular; finalmente, la hipótesis evalúa el modelo de regresión múltiple mediante la relación que existe entre la pobreza con la desigualdad en la distribución del ingreso y la carencia de las capacidades básicas.

Condición 1: La pobreza se relaciona con la desigualdad en la distribución del ingreso en Oaxaca y sus regiones en el periodo 1990-2000. Condición 2: La pobreza se relaciona con la carencia de las capacidades básicas de los individuos en Oaxaca y sus regiones en el periodo analizado. Finalmente, la Condición 3: La pobreza se relaciona con la desigualdad en la distribución del ingreso y con la carencia de las capacidades básicas de los individuos en Oaxaca y sus regiones en el periodo de estudio.

Los siguientes resultados de la prueba de hipótesis son para el año 2000.

Para la condición 1, el modelo de regresión lineal es:

Y = 32.85 + 74.01 GINI

El coeficiente de determinación R2 es de 0.638, por lo tanto la pobreza es explicada en un 63.8% a la desigualdad en la distribución del ingreso. El coeficiente de correlación R es de 0.799, lo cual significa que existe una correlación positiva considerable, por lo tanto se puede afirmar que se presenta una relación directamente proporcional entre la desigualdad en la distribución del ingreso y la pobreza en el año 2000.

 

Para la condición 2 el modelo de regresión lineal es:

Y = 48.50+ 0.597 ICCB

En este caso el coeficiente de determinación R2 es de 0.808, por lo tanto la pobreza es explicada en un 80.8% por la carencia de capacidades básicas en el año 2000. El coeficiente de correlación R es de 0.899, lo cual significa que existe una correlación positiva alta, por lo tanto se tiene una relación directamente proporcional entre la carencia de capacidades básicas y la pobreza en el año 2000.

 

Para la condición 3. El modelo de relación múltiple, la pobreza, como variable dependiente, se relaciona con la desigualdad en la distribución del ingreso y la carencia de las capacidades básicas, como variables independientes, en Oaxaca. Se tiene el siguiente modelo general de regresión lineal.

Y = 23.18 + 0.438 ICCB + 51.24 GINI

El coeficiente de determinación R2 es de 0.876, por lo tanto la pobreza es explicada en un 87 % por la carencia de capacidades básicas y por la desigualdad en la distribución del ingreso en Oaxaca en el año 2000. El coeficiente de determinación R es de 0.936, lo cual significa que existe una correlación positiva alta, por lo tanto existe una relación directamente proporcional entre la carencia de capacidades básicas, la desigualdad en la distribución del ingreso y la pobreza en Oaxaca en el año 2000.

Conclusiones y sugerencias

A partir de los resultados de la problemática sobre pobreza, desigualdad en la distribución del ingreso y carencia de capacidades básicas, se concluye lo siguiente: los niveles de pobreza son altos a nivel nacional, pero esta situación empeora en el estado de Oaxaca y sus regiones; además, las regiones que tienen los más altos porcentajes son las que incrementan su población pobre en el periodo analizado. Contrarío a lo que se espera dado que en las regiones de la Cañada, Sierra Norte y Sierra Sur es donde se presentan los porcentajes más altos de pobreza, y donde estas condiciones son cada vez más graves, la región que disminuyó de manera significativa el porcentaje de población en estado de pobreza fue Valles Centrales, esto probablemente se deba a que la aplicación de programas de combate a la pobreza tiene mayor cobertura en esta región, dado que un mayor número de municipios cuentan con los servicios que promueve los programas sociales como Oportunidades, por lo tanto aquellas comunidades marginadas que no cuentan con servicios de salud o de educación no tienen acceso a estos programas. Además la región de Valles Centrales, por ser donde se encuentra la capital del estado, se ve más favorecida con infraestructura social. Uno de los graves problemas de Oaxaca es la dispersión de sus comunidades, resultante de la accidentada orografía, lo que dificulta la provisión de los servicios a todas las comunidades.

Los resultados del índice de Gini, reflejan condiciones de desigualdad en la distribución del ingreso elevadas; aunque las regiones de Valles centrales, el Istmo y Tuxtepec, presentan los índices de Gini más bajos en el estado, en el ámbito nacional están por arriba de la media. Por lo tanto las regiones restantes se encuentran en peores condiciones de desigualdad. Las regiones que presentan los índices más elevados de desigualdad del ingreso, también son las que presentan los mayores porcentajes de población en condiciones de pobreza. Y sobre todo aquellas regiones que presentaron los más altos niveles de pobreza y además en donde la pobreza se incrementó en el periodo analizado, también presentaron incrementos en la desigualdad en ese periodo 1990-2000.

En relación a la carencia de las capacidades básicas, a pesar de que este índice refleja una mayor cobertura de los servicios sociales que son básicos, los porcentajes de pobreza son casi los mismos o incluso peores. Cabe destacar que en la Sierra Norte y en la Cañada se incrementaron los índices de pobreza y de desigualdad en la distribución del ingreso, a pesar de que el índice de carencias refleja una disminución significativa de las carencias de capacidades. Esto puede deberse a que la pobreza se mide a partir de la línea del ingreso, lo cual no esta considerando las capacidades básicas.

Por otro lado se considera que la cobertura de la aplicación de los programas de combate a la pobreza, resulta insuficiente, por lo tanto solo cubre a una pequeña parte de la población pobre.

De acuerdo a los resultados de la prueba de hipótesis, se puede concluir que existe una relación directa entre la pobreza y la desigualdad en la distribución del ingreso y las carencias de capacidades básicas; sin embargo, es más significativa la relación que existe entre la pobreza y la carencia de las capacidades básicas, esto puede explicarse debido a que las capacidades básicas como lo explica Sen y autores como Guillermo Trejo y Claudio Jones representan elementos indispensables para la vida, aquel individuo que cuenta con algún servicio de salud que le permita ser atendido oportunamente, tiene mayores posibilidades de mejorar sus condiciones de vida, que aquel individuo que presenta algún padecimiento y no cuenta con algún servicio médico. Otro factor importante es el nivel de instrucción, mientras mayor es el nivel de instrucción de un individuo cuenta con más alternativas para insertarse en la economía y generar un ingreso que le permita satisfacer sus necesidades. Por lo anterior la falta de estas capacidades representa un estado de necesidad y de carencia, que explican a la pobreza y representan también elementos claves a través de los cuales se le puede combatir.

Con la finalidad de mejorar los problemas de pobreza y desigualdad social en las regiones de Oaxaca se presentan algunas sugerencias a manera de lineamientos generales:

Oaxaca, así como otros estados que se encuentran en condiciones de pobreza y desigualdad, requiere que la política social priorice el combate a la pobreza a través de programas de inversión. Así mismo, debido a que el aspecto fundamental para mejorar el ingreso es el empleo, es necesario realizar estudios en las regiones y en sus municipios para identificar los recursos con los que cuentan de tal forma que a partir de la elaboración de proyectos de inversión, se abran nuevas microempresas y se generen empleos.

Por otra parte, es necesario implementar programas y acciones que incidan en forma directa en la disminución de las desigualdades en la dotación de las capacidades básicas como salud, educación y vivienda. Dotar de capacidades a los individuos, repercutirá, en el acceso a un empleo más productivo que les garantice obtener ingresos mejor remunerados para satisfacer sus necesidades familiares. Sin embargo la dotación de capacidades, aunque indispensable, no es suficiente, dado que se requiere que se implementen estrategias de inversión y generación de empleos.

Desde una perspectiva integral de políticas públicas, es necesario que las acciones en materia de política social estén articuladas con la política económica, de tal forma que existan inversiones productivas en las regiones con mayor rezago para generar empleos. Así mismo, es preciso que la aplicación de programas sociales vigentes llegue a las localidades con los más altos niveles de marginación.

Finalmente, es importante llevar a cabo la descentralización de los centros urbanos, industriales y comerciales más importantes del estado, dado que se requiere que además de Valles centrales, el Istmo y la Tuxtepec, se dinamicen económicamente las otras regiones como la Cañada, la Sierra Norte, Sierra Sur, Mixteca.

 

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Vélez, Félix (1994), La pobreza en México. Causas y políticas para combatirla; ed. Fondo de Cultura Económica, México; Primera edición.


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