Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de México

 

El ALCA, ¿única alternativa para Latinoamérica?

 

Por: Mtro. Gerardo Daniel Juárez Mtz. (CV)

 Universidad EDEC de Monterrey
 gerardo.juarez@gmail.com

 

Resumen

El ALCA ha venido presentándose como la panacea para la solución de la problemática latinoamericana.  Un acuerdo comercial con los Estados Unidos implica riesgo, ya alguien decía que los norteamericanos tienen negocios, no amigos.  En esa tónica de las cosas, no podemos creer que los estadounidenses nos quieran hacer grandes concesiones, como un pacto migratorio latinoamericano, aprovechando lo barato de nuestra mano de obra.  Sin embargo, lo único que  desean, es  el acceso a todas las ventajas  comerciales para sus productos en latinoamérica, lo cual producirá  mayor explotación y desequilibrios en la balanza comercial.  Se propone el desarrollo de una economía integrada, cooperativa y multirregional, con diversos ejes y polos de desarrollo, basándose en el paradigma de la economía social de mercado.

 

Palabras clave: ALCA, NAFTA, GATT, Ventaja comparativa,  Vicente Fox, Migración, Cumbre de las Américas.

 

Introducción

En el  presente artículo comento respecto de la percepción que se tiene, sobre las bondades  y/o perjuicios que han causado en México los acuerdos comerciales, como un medio inductivo para extrapolar conclusiones hacia Latinoamérica, sobre la base de las experiencias que se han tenido en el país.

Habida cuenta que el modelo neoliberal que los Chicago, Harvard, Yale y MIT boys, "cachorros del imperio" - como diría algún presidente sudamericano -, tiene poco más de 20 años intentando implantarse en México, y a 12 años de la puesta en marcha del Acuerdo de Libre Comercio para América del Norte (NAFTA), quizá es tiempo de revisar un poco las ideologías y otro poco las estadísticas, para ver si en realidad se está aplicando una receta económica adecuada, o una que no solo no mejora al enfermo, sino que empeora su estado.

Casi nadie que en su tierna infancia haya tenido que tomar algún antibiótico, jarabe contra la tos o aceite de ricino, ignora que en ocasiones la medicina más necesaria, es la que más mal sabe. Algo similar ocurre con las recetas económicas.  Tomar una decisión sobre el tipo de régimen económico a implantar, y las políticas monetarias y fiscales a seguir, termina brindando a la sociedad una solución que quizá para muchos no sea lo mejor, e incluso cause efectos secundarios indeseables.

Sea pues esto, una invitación a una reflexión seria, no apasionada. Una discusión objetiva, no subjetiva, en sí, una aproximación a una filosofía de la economía, sin apellidos.

I.                  Pensamiento político y economía.

Una de las más jóvenes ciencias, la economía tiene menos de 250 años de existencia.  Esta ciencia como tal, surge a partir de la aparición de "La riqueza de las naciones" de Adam Smith en 1776, surgiendo después la teoría marxista y la neoclásica en el siglo XIX y las teorías de Keynes, la estructuralista y monetarista, entre otras, durante el siglo XX[1].

Todas las escuelas del pensamiento económico, han estado aderezadas de ideología, y por tanto, buscan establecer "su reino", su modo de hacer las cosas, desde la perspectiva de la filosofía política que defienden. La pregunta es ¿sabemos los que elegimos a algún candidato lo que hacemos al elegirlo? Es decir, ¿tenemos en cuenta el contenido ideológico y las políticas económicas que puede implantar basándose en él antes de elegirlo? Me temo que no, que lo hacemos más bien por la simpatía, por el manejo de los medios masivos, antes que por un sincero análisis de su pensamiento político y propuestas económicas.  Ahí está el error de origen.

Cada Estado, como ente organizado respecto al bien público temporal[2] , debe velar por los intereses de sus ciudadanos, de todos, no sólo de unos cuantos.  Es curioso observar cómo se toman decisiones económicas que benefician al 20% de la población en detrimento del resto, si se supone que el 80% menos favorecido económicamente, debería votar por candidatos que realmente los representen.

Así las cosas, un punto toral de discusión, sería establecer qué es lo que se entiende por "bien común".  Asumiendo que éste es un bien de y para la sociedad,  obtenido "individual y simultáneamente por todos sus miembros"[3],  se puede decir que es un bien en el cual deben conjugarse intereses.  Si a ello añadimos que debe dar satisfacción a todas las necesidades del hombre, nos encontramos con insuficiencias en las distintas dimensiones humanas, algunas que rayan en lo grotesco, lo grosero y lo antinatural, habida cuenta que somos personas, supuestamente civilizadas, hipotéticamente no sujetas a la ley de la selva.

Agustín Basave continúa señalando que para él, la postura es: "Ni socialismo, ni liberalismo. Directamente todos los bienes terrenales deben subordinarse al fin último del hombre"[4], una finalidad que para él, filósofo aristótelico-tomista, es elevada, divina.

Pero en el México que tenemos, observamos la dispar distribución de la riqueza, el desempleo, la falta de oportunidades, la falta de facilidades para el establecimiento de empresas, así como el abuso de poder, altos salarios y gastos superfluos de los gobernantes.

Nada más y nada menos que en Nuevo León, un estado que aporta aproximadamente el 5% del PIB Nacional y es la sede del Forum de las Culturas,  ocurre que el Gobernador efectúa gastos superfluos, siendo que algunas comunidades del Estado y ciudadanos, requieren fondos de apoyo, ya que fueron víctimas de un desastre natural, que dañó sus viviendas y posesiones, eso, ante la percepción de la gente, es sumamente doloroso[5].

Así las cosas (para muestra basta un botón), lo político está disociado de lo económico y viceversa, siendo que deben ser dimensiones que trabajen a la par, por un bien común que debe significar: empleo, igualdad de oportunidades laborales, educativas, emprendedoras y de salud, no la exclusión, marginación, pobreza y hambre.

Existen posturas muy radicales respecto a lo que debe ser el bienestar económico, quién debe financiarlo y a quienes debe beneficiarse.

Alguna vez mencionaba Andrés Manuel López Obrador, respecto de los apoyos financieros que otorgó cuando se desempeñaba como Jefe de Gobierno del Distrito Federal: Si se apoya a los empresarios se aplauden las actividades de fomento, si se apoya  a los pobres, se dice que es populismo.  Así de radical y tergiversada tenemos la óptica económica mexicana. 

El Partido Acción Nacional (PAN), a lo largo de la historia se ha vinculado y representa los intereses neo-liberales y pro-norteamericanos, ideológicamente tienen afinidad, aunque lo nieguen.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha sido generalmente ambiguo.  Doctrinalmente hablan de ser un partido que está con los pobres y lucha por la justicia social, se dicen defensores de los ideales patrióticos y revolucionarios de: Benito Juárez, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y un largo etcétera.  Pero en la realidad, son lo suficientemente pragmáticos para implantar políticas económicas al servicio del gran capital, e incluso, han postulado como candidatos a empresarios importantes[6].

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), es heredero de dos grandes corrientes: la izquierda tradicional (tradicionalmente atomizada) y el ala izquierda del PRI, que encabezara Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.  Ideológicamente identificado con el socialismo.

 

II.               Política exterior, Fox y el trabajo sucio

Anunciado como el cambio real, el cambio esperado, el candidato Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN) logra derrotar a Francisco Labastida, representante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la primera derrota que afrontara el hasta entonces reinante PRI, en 70 años.

Vicente Fox, empresario guanajuatense, ex - dirigente de Coca Cola Latinoamérica y metido a la política bajo el influjo de Manuel Clouthier del Rincón[7]. Ofreció a los mexicanos  que surgiría un régimen de prosperidad, honesto, transparente, cercano a la ciudadanía y desprovisto de compromisos malsanos.

Para nuestra desventura, lo que en principio pareciera un gran logro - haber alcanzado un ideal libertario -, terminó por convertirse en desazón, por los continuos yerros de quien se presentaba ante la opinión pública como un eficiente administrador, distinto de quienes por años usaron, usufructuaron y abusaron del poder. La realidad sin embargo, se presentó ante nosotros más temprano que tarde.

Vicente Fox ha servido en la práctica, más como un porrista de George W. Bush, un agente de los intereses norteamericanos, que como un eficiente presidente mexicano.  Pero no es el único, hay una larga tradición: 

¨      Recuérdese a Ernesto Zedillo Ponce, inmediato anterior presidente mexicano (quien le cedió el mandato a Fox), recién abandonó la presidencia, se vinculó como consejero de una compañía de ferrocarriles norteamericana, cabe señalar que durante su gobierno, se privatizó el sistema ferroviario mexicano.

¨      De Carlos Salinas de Gortari ¿qué se puede decir que no se haya dicho ya? Baste señalar que formó parte del grupo tecnócrata iniciado por López Portillo y Miguel de la Madrid, y que fue quien negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) con Estados Unidos y Canadá.  Un tratado en el cual se privilegiaron los intereses de las empresas competitivas norteamericanas y canadienses, y se dejaron para segundo término, los intereses de las compañías mexicanas[8]. Y en último término, los intereses de los mexicanos[9].

 

¨      De Miguel de la Madrid puede decirse una sola cosa. Fue el promotor del ingreso de México al Acuerdo General de Aranceles y Comercio, el otora famoso GATT, y el responsable de la aplicación del cuaderno de cargos que estableció el Fondo Monetario Internacional como receta para México. Presidente del sexenio perdido, dicen algunos.

 

Volviendo al tema que nos ocupa, a lo largo del gobierno foxista se ha tenido un manejo económico más bien ambiguo. Como ha basado su plataforma de gobierno  y utilizado como muleta de justificación la falta de reformas estructurales, el sexenio pinta para ser el segundo sexenio en los últimos 30 años, en que no pase nada relevante.

Preguntará el lector internacional, ¿en qué consisten dichas reformas? En casi nada, prácticamente a la renuncia a cualquier derecho laboral, privatización total de la producción de bienes y servicios reservados al Estado, disminución de regulaciones y tasas fiscales privilegiadas (¿para quién?).

Así las cosas, no puede soslayarse que existan miles de personas (que no millones) que diariamente quedan desempleadas, otras cuyas empresas los hacen vivir en el terror de ser despedidos, para aprovechar y poder explotarlos más, con reducciones de salarios, negativa al pago de horas extras, vacaciones y demás prestaciones (¿qué tanto es tantito?).

Existen también cientos o miles de pequeños, medianos y grandes honestos empresarios, ven diluirse su negocio y su capital ante la competencia desleal, el contrabando y lo errático del manejo económico, dado que el presidente Fox y el grupo gobernante, no tienen un plan "B", o de plano son tan siniestros que pretenden matarnos de hambre, para de ese modo, implantar las reformas por ellos anheladas.

Existen diversas muestras de la errática política foxista no solo en lo económico, sino también en el ámbito político internacional, que lo han llevado a cometer exabruptos y poner por los suelos, el prestigio poco o mucho, que México tuviera en épocas anteriores.

Dos muestras de su actuar: El asunto cubano y el convertirse en personero de Bush.  En el primer caso, las condenas a la violación de derechos humanos en Cuba, cuando en México las comisiones de derechos humanos no se dan abasto para  recibir denuncias y emitir recomendaciones.  Aquel famoso "comes y te vas" que le dirigió a Fidel Castro en la Cumbre de Monterrey, para no incomodar a su "amigo" Bush, y la crítica dirigida al anfitrión de la cumbre Néstor Kirchner, a quien le dijo que debía de haber trabajado más por el ALCA, a lo que éste respondió "que Fox se ocupe de los problemas de los mexicanos, que yo me ocuparé de los de los argentinos". Cachetada con guante blanco.

Recién celebrada la Cumbre de las  Américas en Mar del Plata, Rosario Green, a la sazón ex - canciller mexicana, define su percepción del actuar de Fox, pretendido promotor de la integración latinoamericana con el Plan Puebla - Panamá: "Si la intención del presidente Vicente Fox Quesada era dividir una vez más a América Latina, entonces el mandatario sí salió victorioso" de la Cumbre de las Américas, en la que hizo el trabajo sucio de Estados Unidos[10].

Así, entre la inconsciencia y la vigilia, agoniza un sexenio que será recordado por lo errático y anecdótico.

 

III.           ALCA,  ¿es lo único viable?

Recién celebrada la III Cumbre de las Américas, la cual estuvo polarizada por el enfrentamiento entre los opositores a la iniciativa promovida por los norteamericanos y por Vicente Fox, quien en un lance de erotismo post-moderno y arrogándose posiciones que quizá no le corresponden señala que México seguirá haciéndole el amor al ALCA[11], dado que otra de sus ideas, es congraciarse con Bush, a quien no apoyó en la guerra de Irak, para que le autorice un programa de trabajadores temporales, que le podrían significar al PAN, mantenerse en el poder (por Dios que espero que los mexicanos no seamos tan tontos).

Lo gracioso del asunto, es que en sus intervenciones, criticó a Hugo Chávez, diciendo que esperaba que Chávez estuviera criticando al ALCA en nombre del pueblo de Venezuela. La pregunta que cabe hacerse es: ¿Fox está hablando a nombre del pueblo mexicano?

Gerardo Ulloa, diputado por el PRD, asevera que "Fox trata de llevar al país a un acuerdo comercial que pretende capitalizar los beneficios económicos para Estados Unidos y socializar las pérdidas para México y el resto de los países latinoamericanos"[12].  Así las cosas, ¿qué podemos esperar?

Se supone que los tratados comerciales por sí, no son malos. Que son la expresión necesaria de un intercambio más fluido de bienes, optimizando los recursos productivos en cada país y poniéndolos al servicio de toda una región integrada económicamente, produciendo aquello en lo que cada cual es más eficiente, según la ley de la ventaja comparativa.

Así las cosas, en papeles, todo parece muy bonito.  Pero la experiencia mexicana, donde se desprotegió aquello en que México es más eficiente y se privilegió aquello en que los norteamericanos dominan, no muestra buenos augurios al respecto.

Los norteamericanos nunca van a permitir un acuerdo comercial en el cual queden en desventaja.  Si sabemos que los países latinoamericanos son eminentes exportadores de mano de obra barata[13], ¿por qué no se incluye al capital humano en las negociaciones?  Si es en lo que somos más eficientes, además de las materias primas, ¿por qué no nos permiten el libre ingreso a enajenar nuestra fuerza laboral en pro del mejor postor?

Un flujo ordenado, mejoraría la calidad de vida de los migrantes ilegales.

El meollo del asunto está en que nadie quiere perder (por supuesto) y que todos quieren ganar, y en la rebatiña, los únicos que logran ponerse de acuerdo son los miembros de la oligarquía y sus personeros, para exprimir el escaso dinero de los bolsillos de los que aún lo tienen.  Los únicos promotores del libre comercio en México, son aquellos que tienen ya estructura exportadora y competitiva, sin detenerse a pensar que su beneficio personal, no traerá necesariamente progreso a todo México.

Es obvio que todos vemos primero por nuestros intereses particulares, y más en ideologías económicas como el liberalismo.  Sin embargo, un acuerdo comercial que trae ventajas para unos cuantos, necesariamente no las trae para todos los demás, si a la par no se instrumenta un programa de reconversión industrial, apoyo a la industria, capacitación al personal y mejora de la calidad educativa.

Un régimen económico que permite la explotación del hombre por el hombre, lleve el nombre que lleve, no es lo mejor para México.  Un acuerdo comercial en el que nos dejan tan solo migajas y se negocia con ventajas para una potencia económica, no es lo mejor para latinoamérica.

Quizá nuestras miras deben estar no solo en Estados Unidos, sino también  en Asia o en Europa. Países con suficiente mercado y potencial económico, que sirvan como un medio de saber que tenemos la oportunidad de decidir qué y con quien queremos comerciar.

La integración latinoamericana es importante, pero no solo en el discurso.  No queremos repetir el modelo dominante, sojuzgando a países con menores índices de producción de riqueza.  De lo que se trata es de establecer diversos polos de desarrollo, a lo largo y ancho de América Latina,  aunque los índices de rentabilidad respecto de la ventaja comparativa sean menores. Considerando, eso sí que  nunca sean negativos, nunca sean improductivos, nunca sean subsidiados, solo fomentados.

El ALCA no es la única alternativa para latinoamérica, a menos que profesemos aquella doctrina de "América para los Amerikanos".  Debemos pensar en alternativas adecuadas a nuestro grado de desarrollo y necesidades. No hablo de cerrarnos al libre comercio, pero me parece más que injusto, inmoral; que se pretenda la mejoría del país, basándose en la mejora de unos cuantos.  Que si bien en indicadores globales hay mejora económica, en la triste realidad, se acentúa la brecha entre los pobres y los ricos, causa y motivo de explosión social.

Una economía cooperativa y una economía social de mercado, son quizá los caminos por los que debemos transitar.  Integración, inversión y progreso, no explotación vil.


 

[1] Cfr. Bravo Anguiano (1995). Metodología de la Investigación Económica. México: Alhambra Universidad.

[2] Véase a Basave (1985). Teoría del Estado. México: Jus.  Pág. 284.

[3] Ibid. Pág. 65.

[4] Ibidem.

[5] Véanse los reportajes de Diego Osorno "Legisladores federales cuestionan a Nati" y Michelle Ramírez "Partidos opositores exigen poner un alto a despilfarros", en Milenio Diario de Monterrey, del día 11 de Noviembre de 2005.  La nota también aparece en www.milenio.com/monterrey .  Sobre la declaratoria de desastre natural, ésta apareció en el mismo diario (pág. 7), donde expresa que se los daños ascendieron a 243 millones de pesos (24 millones de dólares).

[6] Benjamín Clariond y Miguel Alemán, por tomar un ejemplo así rápido.

[7] Manuel Clouthier, político sinaloense,  dirigente del Sector Empresarial en México durante la época de la Estatización Bancaria, y posterior candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia en 1988, identificado como parte de los "Bárbaros del Norte", quienes buscaron un PAN más pragmático y menos doctrinario.

[8] Un excelente libro que habla al respecto, es del de Arturo Ortiz, Introducción al Comercio Exterior de México, que publicó el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, allá por los noventa.

[9] De tan trágico, es cómico señalarlo, pero aún hoy día existen barreras no-arancelarias en el comercio de servicios de transporte México - EUA.  A once años del NAFTA, aún no pueden ingresar choferes mexicanos a transportar mercancías.

[10] La Jornada, el 9 de Noviembre de 2005: http://www.jornada.unam.mx/2005/11/09/006n1pol.php

[11] Fox: México seguirá "haciéndole el amor" al ALCA y el Mercosur, pese a rechazos. En La Jornada, Sección Economía, el 06-Nov-05, en el sitio: http://www.jornada.unam.mx

[12] La Jornada, el 9 de Noviembre de 2005. http://www.jornada.unam.mx/2005/11/09/006n1pol.php

[13]  De la cual por cierto Fox hizo uno de sus pocos atinados comentarios (aquello de que hacemos trabajos que ni los negros quieren hacer), y que nos costó sendos pasajes de avión, cenas y ofrecimiento de disculpas a los líderes religiosos negros norteamericanos

 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Gerardo Daniel Juárez Mtz.: " El ALCA, ¿única alternativa para Latinoamérica?" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Número 52, noviembre 2005. en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/index.htm


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