EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

Rafael Moratilla López (CV)
Universidad de Castilla–La Mancha

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El objeto de esta investigación es el análisis del papel e influencia que tienen las “Prácticas Externas” en la formación de los alumnos universitarios de las titulaciones de Economía y Administración de Empresas. Para simplificar se utilizará la denominación de Economía y Económicas para referirse a ambas titulaciones y a sus alumnos, respectivamente.

Las “Prácticas Externas” comprenden los periodos de formación que los estudiantes universitarios realizan en empresas u otras entidades económicas de forma reglada, como una materia del Plan de Estudios. Se realizan, por tanto, bajo la dirección y supervisión de un profesor universitario y la tutela de un profesional designado por la entidad en cuestión de acuerdo con el responsable de la oficina de prácticas de la universidad.

La enseñanza universitaria no consiste únicamente en la trasmisión del conocimiento de los profesores hacia sus estudiantes, conocimiento que a su vez está en elaboración, pues los propios profesores dedican parte de su tiempo a la investigación de aquellas materias que imparten en las aulas. Es importante, además de estas actividades de docencia e investigación, tal vez lo más importante, distinguir el espacio y el momento en que se lleva a cabo tanto el conocimiento como la investigación. Es necesario considerar detenidamente, como afirma Ortega y Gasset1 , en qué consiste la enseñanza universitaria, pues a simple vista está fundamentada en profesionalismo e investigación, eliminando casi por completo la trasmisión de la cultura. Con frecuencia se concede un título profesional sin suficientes garantías de que la persona que va a ejercer esa profesión tiene una idea clara de la concepción de cómo la ciencia ha llegado a los paradigmas que la sustentan y al carácter limitado que tienen los conocimientos. Los estudiantes que terminan sus estudios pueden ser, en general, magníficos profesionales o investigadores, pero carecen del sistema vital de ideas que su tiempo posee. La ciencia es el mayor portento humano, pero por encima de ella está la vida misma que la hace posible, por eso es ineludible crear de nuevo en la universidad la enseñanza de la cultura, esa tiene que ser la tarea universitaria fundamental. La enseñanza universitaria debe estar integrada por tres funciones: la trasmisión de la cultura, la enseñanza de profesiones y la educación de nuevos hombres de ciencia. De no ser así, la Economía como ciencia social desaparecerá, será sustituida por la técnica, por modelos matemáticos resueltos mecánicamente por programas informáticos 2.

El contenido de las “Prácticas Externas” en los estudios de Economía, debe responder a la formación de profesionales capaces de tomar decisiones para asesorar, gestionar y evaluar cuestiones referidas a la actividad económica. Ahora bien, como afirma el profesor Fuentes Quintana, hay que considerar que «aun aceptando este principio básico, la universidad no es un centro de formación profesional, o por lo menos no es solamente eso. Entre sus funciones ha de iniciar a los estudiantes en los principios de la ciencia y de la investigación, aportando una base cultural que caracterice a todo licenciado, provenga de la especialidad que sea. Flaco favor se haría a la sociedad si se olvidara que la enseñanza superior ha de incidir todavía con mayor intensidad en las tres parcelas básicas del aprendizaje: leer, escribir y discurrir» 3.

Como marcaba Giner de los Ríos, la trasmisión de aspectos culturales debe ser una de las funciones básicas de la Universidad: «desde un principio hallamos, más o menos vagamente, condensadas en las Universidades, y en proporciones diferentes, la investigación científica; la elaboración de la verdad así adquirida; su incorporación en el sistema de su cultura general; la trasmisión y difusión de esta cultura, de sus puntos de vista, de sus sentimientos, sus ideales, mediante la enseñanza; la educación moral de la juventud; su preparación para ciertas profesiones, con otras funciones que de aquí se siguen» 4. Un siglo después las autoridades educativas europeas señalan: «reconocemos que la educación superior tiene un papel clave que desempeñar si hemos de abordar con éxito los retos a los que nos enfrentamos y si hemos de promover el desarrollo social y cultural de nuestras sociedades. Por tanto, consideramos que la inversión pública en la educación superior es una prioridad crucial»5 .

Cualquier asignatura que se imparte en un recinto universitario debe permitir la transferencia del conocimiento profesional, la investigación científica o tecnológica y la trasmisión de la cultura. Las “Prácticas Externas” implican una formación que se realiza por los propios profesionales en las áreas operativas de sus empresas, mediante un proceso de inmersión de los estudiantes en un ambiente real de trabajo. Su contenido, centrado en el “saber hacer”, facilita el aprendizaje de la profesión de economista.

El alumno puede comparar con mayor precisión la diferencia entre dedicar su tiempo a resolver los problemas de la producción de mercancías en entornos reales, o destinarlo al espacio dedicado a la trasmisión del conocimiento y de la investigación científica. Al realizar una actividad docente fuera de este entorno, le facilita su inserción laboral.

La inserción laboral de un estudiante de Economía implica elegir entre un amplio abanico de opciones. Sus conocimientos pueden aplicarse a múltiples aspectos, desde emprender una determinada actividad asumiendo riesgos a trabajar como asalariado desde perspectivas muy diferentes. Esta decisión es importante para cualquier alumno, pues «la opción por una profesión no es una cuestión baladí. En esta opción se decide la mayor parte de la vida de cualquier persona: se decide su forma de vida, a saber, cómo va a trascurrir su vida»6 .

Según Taylor, «la Cultura o la Civilización, tomada en su amplio sentido etnográfico, es ese complejo conjunto que incluye el conocimiento, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otras aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad»7 . “Prácticas Externas”, como asignatura, tiene aspectos culturales en su contenido. Supone adquirir aptitudes y hábitos necesarios para integrarse en un entorno real donde el conocimiento es la principal competencia para el trabajo. A este ámbito cultural pertenece el núcleo de lo que podemos llamar cultura de la necesidad, como indica San Martín Sala, «ahí están implicadas las acciones que la vida humana tiene que llevar a cabo para su mantenimiento» 8.

Teniendo en cuenta que la actividad se realiza fuera del recinto universitario, el diseño de la asignatura también es parte de la trasmisión cultural en el ámbito de la cultura práctica. «Se trata de instaurar un sentido en el comportamiento humano, en los movimientos corporales, pero no para la utilización de los enseres técnicos sino para organizar las acciones humanas, en orden a un tipo de ser, a ser de una determinada manera»9 . En el diseño que nos ocupa destacan aspectos como la gestión de los procedimientos y controles que se establecen para verificar la trasmisión de conocimientos al estudiante y la tutela de las personas encargadas de orientar al alumno en la empresa o institución y en la Universidad. Estos aspectos tienen que ser percibidos por el estudiante como parte de la cultura práctica para que le ayuden a organizar sus decisiones y mejorar su percepción sobre como encauzar su futuro profesional.
Las “Prácticas Externas” constituyen una parte del complejo conjunto constituido por el conocimiento, aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad que es la cultura. Realidad compleja, donde «nos aprestaremos a ver los tipos irreductibles de cultura, es decir, las especies de cultura que podamos detectar: la cultura técnica, la cultura ideal y la cultura práctica.»10 . Sin entrar en aspectos filosóficos, cabe precisar que cultura es un término difícil de determinar. A pesar de ser una palabra de uso cotidiano, es difícil de definir. «Cuando uno examina el concepto, éste aparece cada vez más como una ilusión» 11, pero no por ser difícil debemos obviar su importancia. La cultura es parte esencial del ser humano, es lo que define su modo de vida, sus costumbres y sus conocimientos, y la universidad debe hacer valer su potencial formativo, en especial cuando el proceso de enseñanza–aprendizaje se realiza fuera de sus campus.

En el diseño de la asignatura hay que tener en cuenta diversos aspectos. La asignatura se imparte en empresas, instituciones, organizaciones sin ánimo de lucro y en organismos públicos o privados sometidos a vaivenes generados por múltiples variables y agentes. El diseño de la asignatura tiene que adaptarse a las circunstancias del entorno. El estudiante debe aprender a desarrollar su trabajo en contextos muy diferentes.

También hay que considerar que para las empresas participar en esta actividad formativa representa un coste de oportunidad. Becker plantea esta cuestión cuando destaca: «la formación general le es útil a muchas empresas, no sólo a las que la proporcionan […] En principio, prácticamente toda la formación en el trabajo da lugar a incrementos de la productividad marginal futura de los trabajadores en las empresas; sin embargo, cuando la formación es general, también se incrementa el producto marginal en otras muchas empresas […] En ese caso, ¿por qué empresas con un comportamiento racional, que operan en mercados de trabajo competitivos, proporcionan formación general si no obtienen ningún rendimiento de ella? La respuesta es que las empresas sólo proporcionan formación general si no incurren en coste alguno. Los individuos que reciben formación general estarán dispuestos a costearla, ya que la formación general hace que aumenten sus salarios futuros»12 .

El diseño de “Prácticas Externas” tiene que valorar las ventajas e inconvenientes que suponen para las empresas. La acogida de un alumno sin experiencia supone un coste. La empresa considerará si podrá compensar ese coste. Esa experiencia puede ayudar a la mejora de los procesos de selección de personal, o a incorporar nuevos métodos o mejoras en su proceso productivo. La entidad participante debe valorar que la participación del estudiante en su empresa permite relacionar su actividad con el conjunto de la institución universitaria, institución que además de trasmitir cultura y enseñanza de profesiones, dedica una parte importante de sus recursos a investigar sobre la mejora de los procedimientos económicos que pueden ser trasferidos a su entidad.

La complejidad del diseño de la asignatura “Prácticas Externas” esta también determinada por la intervención de distintos agentes e instancias. No existe una relación exclusiva entre profesor y estudiante, sino que participan profesionales ajenos a la universidad y órganos administrativos de la universidad y de la empresa. En ese sentido hay que determinar las relaciones que se establecen entre los participantes, el papel y la importancia que cada uno de ellos tiene que cumplir en el proceso de enseñanza–aprendizaje.

  1. Contenido y función de las prácticas externas

El aprendizaje es un proceso complejo en el que intervienen numerosos factores y agentes. Las prácticas externas forman parte esencial de ese proceso. Suponen para el estudiante universitario una experiencia en la que pone a prueba no sólo los conocimientos adquiridos sobre una determinada materia, en este caso la Economía, sino su madurez personal e intelectual. El estudiante ha de saber integrarse en una entidad que tiene su propia historia y funcionamiento. Y ha de hacerlo en calidad de “aprendiz”; es decir, con una actitud abierta, receptiva a lo que le indiquen y enseñen. Todavía no es un profesional o un experto en la materia. Precisamente acude a aprender de los profesionales que tienen una experiencia acumulada. Por eso su actitud es fundamental. Su disposición tiene que ser la de aprender, intentando colaborar con la organización a la que se incorpora y viendo que puede aportar a la misma.

El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) ha concedido a las prácticas externas un papel fundamental en la formación de los graduados universitarios. Con mayor o menor peso, medido en créditos ECTS13 , las prácticas externas están presentes en los planes de estudio de todas las titulaciones. La mayor autonomía del estudiante en su proceso de aprendizaje adquiere en las prácticas externas su culmen. El estudiante, todavía bajo la tutela de un profesor universitario y del profesional o profesionales que le acogen, asume la responsabilidad de poner en juego sus conocimientos y capacidades en una entidad que desconoce inicialmente y que tiene su propia dinámica.

Si bien la Universidad y la Empresa son las instituciones en las que se apoya, el alumno tiene que dar cuenta ante ambos de su comportamiento y su capacidad. No se trata de un simple examen cuyos resultados no tienen consecuencias para terceros, sino de una prueba en la que su actuación afecta a los resultados de la entidad en la que se integra y es evaluada por la universidad a la que pertenece.

Como hasta la implantación del EEES no todos los estudiantes realizaban prácticas externas resulta de especial interés comprobar si efectivamente dichas prácticas contribuyen decisivamente a la formación  de los estudiantes. Lo que aquí se propone es comparar a los alumnos que durante un mismo periodo y con condiciones análogas han realizado prácticas y los que no. La hipótesis básica es que a igualdad de condiciones los alumnos que han realizado prácticas externas adquieren una formación más completa que facilita su inserción en el mundo laboral.

Para ello antes que nada es necesario delimitar bien qué se entiende por “Prácticas Externas” y qué elementos influyen en su diseño y resultados. Delimitación que está realizada desde la perspectiva de un economista que se plantea cuestiones como: ¿qué bienes hay que producir y en qué cantidad?, ¿con qué mercancías y métodos de producción se obtienen estos bienes?, ¿cómo se distribuyen los bienes producidos?, ¿se utilizan la totalidad de los recursos?, ¿cómo se cuantifican los recursos no utilizados?, ¿permanece constante el poder adquisitivo del dinero?, ¿cuál es la capacidad o necesidad de financiación? o si ¿crece cada año la capacidad de producir mercancías? La mercancía objeto de estudio es el de las “Prácticas Externas” como servicio formativo de calidad que realiza la Universidad. Al ser un bien intangible difícil de valorar, pues «la valoración de capital intelectual es un tema todavía poco trabajado. Más aún, no está nada claro qué es el capital intelectual de la empresa14 . Por último seguiremos una metodología analítica ecléctica, interdisciplinar, que nos permite utilizar argumentos de distintas ramas del saber para implementar el estudio del bien objeto de nuestra investigación.

Las “Prácticas Externas” contribuyen a la formación científica e investigadora en cuanto permiten contrastar conocimientos y adquirir otros nuevos. Consolidan la profesionalidad de los alumnos que aprenden a adaptar sus conocimientos y actitudes a una realidad concreta que está en continua evolución; y también la de las empresas que tienen que ser capaces de integrar a nuevas personas y a las innovaciones que éstas puedan aportar. Son, en definitiva, un elemento decisivo en el desarrollo de la cultura empresarial y en un sentido más amplio en el de la cultura general que promueve el bienestar y la convivencia social.

La novedad del análisis por la hasta ahora escasa atención que ha tenido el tema de las prácticas externas en la literatura económica y por la posibilidad de aportar datos empíricos y no quedarse en simples consideraciones teóricas, justifica el interés de esta investigación. Interés que no se limita al ámbito académico universitario sino que tiene una amplia proyección social, más aun si cabe en un contexto de crisis y de elevado y crónico desempleo.

La hipótesis principal que se plantea, que la realización de prácticas externas facilita la inserción laboral de los estudiantes universitarios y una mayor promoción de los mismos, ratifica su interés.

Por ello en un primer capítulo tras esta introducción, se desarrolla dicha hipótesis, definiendo los distintos factores y agentes que intervienen en el diseño y desarrollo de las prácticas externas. El segundo capítulo describe algunas de las escasas investigaciones con las que se cuenta hasta el momento respecto al objeto de estudio y el universo del que se parte para el diseño muestral sobre el que se basa el trabajo empírico. El tercer capítulo explica el contenido de los cuestionarios y las variables que se consideran para contrastar el contenido de los cuestionarios y las variables que se consideran para contrastar el efecto de la realización de prácticas externas en la inserción laboral. El cuarto capítulo analiza los resultados que se obtienen de la explotación de los datos. El quinto de destina a destacar las principales conclusiones y líneas de trabajo futuro. Se incluyen además tres anexos con los cuestionarios utilizados y la legislación sobre la materia de “Prácticas Externas”.

1 Ortega y Gasset, J. (1982): Misión de la Universidad. Madrid. Alianza editorial, pp. 34–41.

2 Afirmación realizada por Keynes en una entrevista en junio de 1930, recogida en Pina González, A. (2002): El Española y la Ciencia Económica. Keynes en Madrid. Boletín Económico del ICE. Información Económica Española, (2746): 9–24.

3 Fuentes Quintana, E. (2002): La consolidación académica de la economía. Madrid,Galaxia Gutenberg, p. 119.

4 Giner de los Ríos, F. (1916): La Universidad Española. Madrid, Clásica Española, pp. 97–98.

5 Conferencia de Ministros Europeos responsables de educación superior celebrada en Lovaina (2009). Disponible en: http://www.crue.org/export/sites/Crue/procbolonia/documentos/antecedentes/Comunicado_Lovaina_Ministerio_es.pdf (consulta 9 de diciembre de 2010).

6 San Martín Sala, J. (1999): Teoría de la cultura. Madrid. Síntesis, p. 258.

7 Tylor, E.B. (1977): Cultura primitiva. I-Los orígenes de la cultura. Madrid. Ayuso, p.19.

8 San Martín Sala, J. (1999): Op. cit., p. 202.

9 Ibídem: pp. 212–213.

10 Ibídem: p. 20.

11 Borofsky, R. (2001): A conversation about culture. American Anthropologist. Vol. 103 (2): 432-446.

12 Becker, Gary S. (1983): El capital humano. Un análisis teórico y empírico referido fundamentalmente a la educación. Madrid: Alianza editorial, pp. 31-32.

13 ECTS: Siglas en inglés de: Sistema Europeo de Transferencia y Acumulación de Créditos, se puede consultar en http://www.ects.es/es/ects-1 (consultado el 5 de septiembre de 2011).

14 Fernández, P. (2008): Valoración de empresas. Barcelona, Gestión 2000. Barcelona, p. 850.