METODOLOGÍA PARA UNA ORGANIZACIÓN CONTEXTUALIZADA DE LOS CONTENIDOS DE PLANES DE ESTUDIO UNIVERSITARIOS

José Manuel Ruiz Socarras (CV)
jose.ruiz@reduc.edu.cu

Isbn:-Pendiente

1.2. Evolución histórica de la organización del contenido en planes de estudio universitarios en Cuba


Las afectaciones que al proceso enseñanza aprendizaje se detectaron en relación a la distribución de las asignaturas del plan de estudio y las particularidades que guarda la organización del contenido, llevaron al autor a realizar un estudio de los planes de estudios universitarios en Cuba, a partir del año 1900 fecha en la que Enrique José Varona (1849-1933), propone la primera Reforma que reorganiza a la única Universidad en el país en esos momentos.
El autor considera que desde la perspectiva de la organización del contenido, un estudio del plan de estudio debe abordar los siguientes aspectos, que permiten una caracterización de lo que se investiga:

Personal participante en la organización del contenido.
La dificultad que en la organización del contenido provoca la existencia de diferentes formas de realizarla, por cuanto conlleva la búsqueda de criterios que garanticen la calidad de las decisiones que al respecto se tomen, al tiempo que corrobora como las decisiones que tomen los expertos en la materia no es definitoria, se pone de manifiesto desde el propio pensamiento de Varona. El reconoce a las Facultades, en su reforma, el derecho a pedir la alteración acerca de las agrupaciones de materias, señalando que ninguna de ellas constituyen grupos dados como definitivos, puesto que la formación de esos grupos es siempre obra dificultosa. Ejemplifica a través del plan aceptado en Medicina, propuesto por peritos y que sin embargo fue el más criticado en sus agrupaciones. Mientras que algunos peritos clamaban la distribución en un solo curso de la Esterotomía, en lugar de tres, peritos de otro Instituto abogaban por cuatro cursos.
Álvarez (1988) señala que antes de 1959 en Cuba, los planes de estudio se elaboraban independientemente en cada una de las universidades existentes. En 1962, como parte de la reforma de la Enseñanza Superior en Cuba, se señala la necesidad de desarrollar de forma unificada, los planes de estudio para todas las universidades del país, creándose los Consejos de Docencia por Escuela para atender, entre otros aspectos, los planes de estudio.
En los años 1965-67 surgen los primeros documentos orientadores para la elaboración de planes de estudio, en los que aparecían los objetivos que los regían y los principios para su elaboración, precisándose aspectos como las asignaturas correspondientes a cada año, la carga docente máxima semanal, el número de semanas y el número máximo de asignaturas de cada semestre.
Cuando en 1976 se crea el Ministerio de Educación Superior (MES), como organismo encargado de aplicar la política educacional en este nivel de enseñanza y dirigirla metodológicamente, una de sus tareas principales fue el perfeccionamiento continuo de planes de estudio, en correspondencia con las necesidades siempre cambiantes del desarrollo del país y los avances de la ciencia y la tecnología. Surge así el concepto de Centro Rector, como aquel que por poseer más desarrollo en
una determinada especialidad, tenía la responsabilidad de encabezarla, lo que implicaba entre otros aspectos, la elaboración de sus correspondientes planes de estudio. Surge además la primera Metodología para la elaboración y perfeccionamiento de planes y programas de enseñanza, que da lugar a la primera generación de planes (Plan A).
Cuando en el curso 1982-83 se implementa la segunda generación de planes de estudio (Plan B) se introducen elementos de descentralización en dichos planes, como parte de una política de flexibilidad que refleja la dialéctica entre la centralización y descentralización, y se expresa entre otros aspectos, al permitir a los rectores solicitar la inclusión de asignaturas en el plan de estudio con hasta 300 horas lectivas, eliminar asignaturas ya existentes o proponer otras.
A partir del curso 1990-91 se crean las Comisiones Nacionales por Carreras, con la tarea de elaborar los documentos rectores para la formación de un nuevo tipo de egresado universitario y dentro de ellas se analizó la posibilidad de incluir asignaturas de la profesión desde los primeros años.
En Septiembre de 2003 el Ministerio elabora el documento base para la elaboración de la actual etapa de perfeccionamiento de planes y programas, que dará lugar a su cuarta generación, (Plan D). Una de las principales características de estos nuevos planes es que, tanto las disciplinas como los años académicos son objeto del diseño curricular no solo por Comisiones Nacionales de Carrera, sino también por cada centro de educación superior. Dichas comisiones determinan centralmente el currículo base y su distribución por años académicos, es decir aquellos contenidos de obligatorio cumplimiento por todos los centros del país, que aseguran los objetivos esenciales del modelo del profesional y de las diferentes disciplinas. A partir del currículo base, cada centro decidirá el modo de completar su plan de estudio particular, en correspondencia con sus características y los de cada territorio, pero también como respuesta a los objetivos generales de la carrera. Para la distribución por años de estudio del contenido del currículo base, las comisiones utilizarán el mismo formato que en los planes de estudio C perfeccionados, aunque cada centro
puede modificar la estructuración y ubicación de las asignaturas de las disciplinas pertenecientes al currículo base si lo considera necesario, sin cambiar los objetivos generales y las horas totales de la disciplina. Ellas pueden también incluir en el plan del proceso docente espacios dirigidos a los contenidos optativos-electivos, precisando la cuantía de las horas e incluso su posible ubicación en cada año, pero estas precisiones tendrán siempre para los centros un carácter indicativo, no normativo y se incorporaran con el objetivo de ayudarlos a completar el plan de estudio a partir del currículo base.
Organización del tiempo de duración del plan de estudio
Como parte de la Reforma de la enseñanza superior en Cuba de 1962, se asume la duración de cuatro años académicos para las carreras de Humanidades, cinco para las de Ciencia y Tecnología y seis para Medicina. Dichos años fueron divididos en semestres, orientándose que el número de asignaturas por semestre no excediera de seis. No obstante a principios de los años 70 del siglo XX, durante algunos años, se impartieron asignaturas en un formato trimestral.
En el período 1972-74 se dicta  la Resolución 825/75, que entre otras cosas estipulaba la duración por semestre de 18 semanas lectivas y seis años de estudio para todas las carreras universitarias; .pero con la primera Metodología para la elaboración y perfeccionamiento de los planes y programas de enseñanza, surgida a partir de la creación del MES, aunque se continua con un formato de cursos académicos divididos en semestres, el máximo de duración de las carreras es de cinco años.
Una de las características esenciales de los planes C fue el análisis con un enfoque de sistema del proceso de planificación y organización del proceso de formación del profesional; donde se diferenciaron tres componentes esenciales: de carácter académico, de carácter laboral y de carácter investigativo; atendiendo al tipo de actividad que desarrolla el estudiante. Dichos componentes se organizan horizontalmente en niveles y años. El nivel permite apreciar los cambios cualitativos que se producen en la integración de los componentes laboral y académico en un intervalo de un año o
más. El año académico se divide en semestres y tanto en el año como en el semestre se integran como sistema las asignaturas, precisándose los objetivos que, derivados del Modelo del Profesional se pueden alcanzar en ese lapso.
Con los planes D se acepta que en los casos en que se justifique plenamente tanto por la existencia de una demanda laboral no satisfecha, como por las particularidades de la carrera en cuestión, se podrán instrumentar salidas intermedias de una carrera, que califique al estudiante para el desempeño de una actividad laboral, luego de cursados y aprobados los estudios correspondientes a determinadas asignaturas, años o períodos, según se determine en cada caso. Estas salidas pueden también responder a una concepción curricular basada en la formación desde el puesto de trabajo, a partir de un determinado nivel alcanzado ya por los estudiantes.
El tiempo de duración de los estudios podrá ser diferente entre carreras, pero normándose una duración máxima de cinco años, excepto para Ciencias Medicas y Cultura Física para atletas de alto rendimiento, las que podrán ser de seis años. Cada año académico se estructura en periodos lectivos, cuya duración estará dada por las características de cada carrera.
Mención aparte merece la modalidad de Educación a Distancia, vigente en Cuba desde el curso 1979-80, en la que el tiempo de estudio de la carrera no tiene límite y no presentan un formato de años académicos, sino de “ciclos”, en particular, tres ciclos. El estudiante puede escoger el orden en que desea aprender las asignaturas, excepto que las relaciones de precedencia entre ellas no lo permitan. En los ciclos segundo y tercero se le informa al estudiante cuáles asignaturas no pueden ser cursadas si antes no lo han sido determinadas asignaturas en los ciclos anteriores.
A su vez como parte de perfeccionamiento de la Educación a Distancia, se debe producir a partir del curso 2005-06, el paso de éste tipo de modalidad, al proceso de universalización de la enseñanza. Iniciado en Cuba desde el curso 2002-03 este proceso de Universalización, está marcando una etapa en la enseñanza superior cubana que desde el punto de vista del tiempo de duración del plan de estudio se caracteriza por que:

Formas de agrupación y secuenciación del contenido del plan de estudio.
Álvarez (1988) señala que los planes de estudio en las carreras que existían en Cuba antes de 1958, se reducían a un listado de asignaturas con su correspondiente frecuencia semanal y casi no existía vinculación alguna entre ellas, o se producía espontáneamente.
Entre 1965 y 1967 dentro de los primeros documentos orientadores para la elaboración de planes de estudios se establecían “bloques” de asignaturas y relaciones de subordinación entre ellos: asignaturas del ejercicio de la profesión, las asignaturas básicas específicas y las asignaturas de formación general.
Con la creación del MES y el surgimiento de la primera metodología para la elaboración y perfeccionamiento de los planes y programas de enseñanza se introducen disciplinas obligatorias para todas las especialidades:

También se introducen las asignaturas de carácter optativo y facultativo, como elemento flexibilizador del plan de estudio.
La Metodología se subordina a un sistema de principios fundamentales de la planificación del proceso docente educativo, dentro de los cuales se encuentra el de la interrelación y secuencia de las asignaturas y sus componentes, el que destaca los siguientes aspectos:

En esta metodología el contenido está determinado por el sistema de objetivos del modelo del especialista, determinándose cuáles son las disciplinas cuyo estudio es necesario para cumplir con ellos. El contenido se agrupa por ciclos, cada uno de los cuales se corresponde a determinados años académicos del plan de estudio:

De acuerdo a los objetivos de cada asignatura y a las características de su contenido, las asignaturas se clasifican en: especiales,  básicas específicas, básicas y de formación general.
A partir de las relaciones de precedencias entre las asignaturas de un mismo ciclo y de los temas componentes de cada asignatura, y teniendo en cuenta: qué conocimientos previos se requieren para el aprendizaje de cada trema de la asignatura (requisitos); en qué temas de otras asignaturas se proporciona ésta preparación previa y qué otros temas, de otras asignaturas, reciben de la asignatura la preparación previa que requieren; se define qué asignaturas:

Finalmente quedan definidas las asignaturas precedentes y las asignaturas subsecuentes.
En la segunda generación de planes de estudios se aprecia un mejor dominio de la categoría didáctica de objetivo, lo que permitió racionalizar más de 200 asignaturas que no se diferenciaban esencialmente de otras equivalentes.
Con la tercera generación de planes de estudios (Plan C), producto de la aplicación del enfoque sistémico al proceso de planificación y organización de la formación del profesional, se plantea la necesidad de precisar el concepto de disciplina como sistema y el de  asignatura como un subsistema de la misma. La disciplina constituye la forma de organización vertical, de los diferentes componentes esenciales del proceso enseñanza aprendizaje.
Las disciplinas y asignaturas se agrupan en ciclos atendiendo a la correspondencia entre sus objetivos y contenidos y el objeto de trabajo del profesional. Los ciclos son: de formación general, básico, básico específico y de ejercicio de la profesión. Una disciplina puede incluir asignaturas básicas específicas y del ejercicio de la profesión.
El hecho de que las disciplinas se agrupen por ciclos, no significa necesariamente que todas las del ciclo básico se desarrollen en los primeros años y las del ejercicio de la profesión en los últimos. Por el contrario, las CNC pueden analizar la posibilidad de incluir asignaturas del ejercicio de la profesión desde los primeros años.
Los planes C fueron sometidos a un proceso de perfeccionamiento que se inició en Septiembre de 1995 y culminó, con la defensa paulatina de los nuevos proyectos en Julio de 1999, los que se denominaron Planes de Estudio “C” perfeccionados, en los que en general se produce una reducción del número total de horas de la carrera y una disminución del número de exámenes finales que deben aprobar los  estudiantes.
Con los Planes D se plantea que debe preservarse uno de los logros de la Educación Superior Cubana, que ha sido el enfoque en sistema del proceso de formación, en el cual los objetivos y los contenidos esenciales se estructuran verticalmente en disciplinas, y horizontalmente en años académicos, considerados ambos como subsistemas.
La parte del contenido del plan de estudio que el CES puede decidir, debe incluir contenidos de carácter obligatorio para todos los estudiantes de la carrera en dicho CES, así como contenidos en donde el estudiante puede escoger, individualmente, como completar su formación, con lo cual se da respuesta a legítimos intereses de desarrollo personal de cada estudiante. Estos contenidos optativos - electivos, dan lugar a las asignaturas optativas y asignaturas electivas, las que el estudiante puede seleccionar de entre las asignaturas que se imparten en otras carreras.
Se plantea que la tendencia que se debe manifestar es la de disminuir el número de disciplinas y de sus asignaturas, integrando los contenidos que tengan un hilo conductor común. Se comienza a impartir la asignatura de Pedagogía en los quintos años de todas las carreras.
La evaluación final debe tener un carácter más cualitativo e integrador, debiéndose incrementar los trabajos y proyectos de curso, que integren los contenidos de diferentes disciplinas siempre que sea posible.
Instrumentos metodológicos utilizados para la organización del contenido.
En la primera metodología para la elaboración y perfeccionamiento de los planes y programas de enseñanza surgida a partir de la creación del MES, se plantea que una vez hecha la distribución preliminar de los contenidos entre las asignaturas, se debe proceder a darles el ordenamiento lógico y pedagógico más adecuado, estableciendo una secuencia.
Se define la posición y relaciones de cada una de las asignaturas a nivel de plan de estudio, a partir de cuáles asignaturas son definidas como precedentes y cuáles como subsecuentes. Para ello se establecen el conjunto de las relaciones de precedencias que hay entre todas las asignaturas, utilizando al efecto la forma matriz de registro, pudiéndose redistribuir algunos temas, cambiándolos de asignaturas, hasta lograr la ubicación correcta de las asignaturas en los distintos semestres y años de estudio de acuerdo a su volumen y precedencias y teniendo en cuenta parámetros establecidos como por ejemplo la máxima carga semanal de actividades de docencia directa y el fondo de tiempo real para el trabajo independiente y el estudio individual de los alumnos.
El personal de mayor experiencia docente debe realizar además el balance de que el número de asignaturas por semestres se corresponda con el volumen y grado de dificultad que estas presentan, aprovechándose la capacidad media de asimilación de los alumnos, pero sin excederla y procurando que unos semestres no resulten sobresaturados y otros subaprovechados, ni que los haya muy “fáciles” o “difíciles”.
Se recomienda elaborar los Esquemas Lógico Estructurales (ELE) como vía que ofrece los elementos de juicio para determinar, con alguna precisión, los posibles contenidos a ofrecer, es decir, aquellos que lógicamente se harán necesarios para apoyar un contenido posterior. Los ELE se presentan como una vía que permite algoritmizar la consecución de los contenidos (conocimientos y habilidades) a ofrecer en el desarrollo del proceso docente.
Álvarez (1998, p.45) entiende por ELE el ordenamiento del conjunto de conocimientos de una especialidad en función de alcanzar los objetivos y en correspondencia con la lógica de las ciencias propias de la carrera. Recomienda además la necesidad de elaborar un documento similar que sistematice el dominio de las habilidades por el estudiante, que caracterice de asignatura en asignatura el logro de los objetivos declarados en el modelo del especialista.
Él señala que el papel y lugar de cada disciplina en el Plan de Estudio está dado no solo por la ubicación  del contenido en los ELE de la carrera, sino por la función instructiva o educativa que cumpla, con el fin de capacitar al estudiante para trabajar, una vez graduado y posteriormente para promover  a responsabilidades jerárquicamente superiores.
Aunque se reconoce la posibilidad de definir los objetivos por años y niveles conjuntamente con la estructuración de las disciplinas, no obstante se recomienda, a partir de la experiencia de CNC que han trabajado este aspecto a modo de pilotaje, definir los objetivos por años o niveles, antes de trabajar con las disciplinas.
Tendencias en la elaboración de planes de estudio universitarios cubanos.
El estudio realizado de los planes de estudio universitarios cubanos, en relación a la organización del contenido, permite al autor, revelar las siguientes tendencias en su elaboración:

Sin embargo aunque una de las fortalezas de la educación superior cubana lo constituye la calidad del estudiante, la que se manifiesta en el valor que se le concede al protagonismo estudiantil y a su participación consciente y madura en la vida universitaria; el autor no aprecia este protagonismo en el área de la organización del contenido, en atención a las diferencias individuales de los estudiantes en los cursos regulares diurnos. En particular no existe la posibilidad de que el estudiante pueda escoger el orden en que cursará algunas de las asignaturas de carácter obligatorio del plan.
Al respecto la UNESCO (2001) reconoce la flexibilidad como el principal reto de las reformas curriculares, considerándola como una dimensión importante de la educación para aprender a vivir juntos y cuyo papel ha aumentado a medida que ha avanzado la descentralización. Pero a su vez señala que ésta característica ha suscitado en todas partes la interrogante de si realmente se está preparado para hacer viable este nuevo modelo descentralizado, y que no se convierta en algo formal, se desaprovechen nuevas posibilidades y se repitan viejos esquemas, que conduzcan a una degradación del nivel educativo en lugar de una mayor calidad, tal y como ha ocurrido en algunos casos.
Por tanto aunque el autor valora de positiva esa mayor descentralización, la misma origina nuevas demandas, ya que al aumentar cada vez más el número de profesionales que en cada CES del país
participa en la elaboración de los planes de estudio, se reduce relativamente la experiencia media de quienes desempeñan esta tarea y es mayor la necesidad de proveerlos de adecuados instrumentos metodológicos que  les apoyen en sus tomas de decisiones.

Sin embargo, aunque el autor valora de forma positiva la utilización del enfoque sistémico en la organización del plan de estudio, considera que el haber preestablecido y generalizado para todas las carreras una organización semestral por año académico, constituye un elemento que le impone rigidez al plan de estudio y puede inducir el mal funcionamiento del sistema por violación de sus leyes. Aunque parece darse paso a una organización en periodos lectivos, de duración dada por las características de cada carrera, que evidentemente le daría mayor flexibilidad al plan de estudio, realmente se aprecia una carencia de criterios que en la práctica permitan determinar, para una carrera en cuestión, cuántos periodos lectivos deben haber, y de qué duraciones..

Sin embargo el autor aprecia que los instrumentos metodológicos o recursos que las metodologías que han regido la elaboración y perfeccionamiento de los planes y programas de estudio (forma matriz de registro, ELE) son insuficientes para lograr ese ordenamiento y secuencia lógica. Además, la secuencia que se obtiene es de carácter obligatorio y forzado a periodos semestrales u otros prefijados, lo que da rigidez al plan de estudio.
Por tanto, teniendo en cuenta los factores que motivaron la investigación, el estudio de los planes de estudios universitarios cubanos y las tendencias que de él se revelan; el autor concluye que:

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