Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LA FUNCIÓN ESTRATÉGICA DE LA COMUNICACIÓN EN EL DESARROLLO SUSTENTABLE. XICO, VERACRUZ UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

Tito Bonifacio Hernández Hernández




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2. 2. 1. 1. Los grupos de poder mediático, obstáculo a las políticas de comunicación.

La aplicación, en México, de políticas de comunicación, en toda su magnitud, enfrenta varios obstáculos, de los que destacan dos: el gobierno en turno y los monopolios mediáticos.

En el artículo 25 de la Constitución Mexicana, en vigor, se señala expresamente que le “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que este sea integral y sustentable…” así como que el mismo “…planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional, y llevará al cabo la regulación y fomento de las actividades que demande el interés general…”, además de que, “…tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas…”

Sin embargo, el acatamiento de esta disposición constitucional queda indebidamente acotada por las presiones de los organismos multinacionales, que suelen oponerse a la intervención estatal y al criterio del presidente en turno, el cual puede oscilar entre, la obediencia a la norma y la adopción del concepto, expresado por Salinas, de que el Estado paternalista, ineficiente y avasallador llegó a su fin y está en retirada, idea compartida por la mayoría de los presidentes y el gran capital nacional e internacional.

Superado el obstáculo gubernamental, los primeros en oponer una férrea resistencia en contra de las políticas de Estado son los grupos de poder, en el caso del sector comunicacional, las empresas monopolistas mediáticas. El tamaño, su capacidad de presión política-económica y lo diseminado de éstas en los diversos medios y el territorio nacional, requieren de una amplia explicación.

2. 2. 1. 2. El poder de los monopolios mediáticos Mexicanos, su diversidad y alcance territorial.

En la actualidad, los medios de comunicación en México, asumen un doble poder: el poder político y el poder económico. Este doble poder no lo tienen como medios en sí, sino como empresas de comunicación que en algunos casos, son grupos corporativos con gran capital político y financiero, que se convierten en grupos de presión para la sociedad, el gobierno, las universidades públicas y los partidos políticos, entre otros.

Decimos que, más que medios son empresas, porque aquello de que la función de los medios es informar, entretener y educar ya no les es aplicable como tales; en la actualidad, como lo señaló en su momento Herbert I. Schiller día a día se corrobora, los medios venden audiencia, es decir, los mensajes que se transmiten a través de ellos están mediados por el afán de lucro.

El poder político

El poder político de los dueños de medios mexicanos, viene de hace décadas y creció bajo la protección y la complicidad del Estado. Dicho poder es indudable y se deja sentir en el manejo de la opinión pública, la que en su momento es aprovechada como instrumento de presión para obtener alguna concesión gubernamental, atacar a sus enemigos, mantener sus privilegios e incidir, a su conveniencia, en el rumbo del país, entre otras cosas.

Hoy encontramos grandes corporaciones financieras de comunicación que representan y defienden sus propios intereses y le imponen al Estado sus condiciones. Nos enfrentamos ante la situación de que los subordinados hoy subordinan. Algunos ejemplos recientes de ello son: el otorgamiento, de manera ilegal, a Televisa y TV Azteca (año 2005) de permisos para realizar telejuegos (casinos virtuales); la aprobación, en el Senado de la República, de la Ley Televisa; y el control mediático del proceso electoral de 2006.

Con respecto al último punto, Armand Mattelart, declaró al diario La Jornada (primera plana, 8 de noviembre de 2006) “Los medios de comunicación han concentrado tanto poder económico y político que en muchos países se han convertido en los grandes electores, por encima de los millones de ciudadanos que son inducidos a votar contra sus propios intereses...”

Mucho es lo que se puede argumentar sobre el poder político de las empresas mediáticas, pero para los efectos de este trabajo, consideramos que lo anteriormente comentado es suficiente.

El poder económico: los monopolios mediáticos, su diversidad y alcance Territorial

El poder político que les fue entregado de facto, por parte del gobierno, desde hace muchos años, a los dueños de medios, fue un poder que se desarrolló y literalmente se capitalizó, lo que les permitió pasar a estos, del poder político al poder económico y a algunos convertirse en monopolios de la comunicación que año con año obtienen enormes utilidades.

A los mexicanos les queda claro que Televisa y TV Azteca son dos monopolios mediáticos de alcance nacional, pero es poco conocido el hecho de que en nuestro país existen otras empresas monopolistas, en otros campos de la comunicación aunque con menor cobertura y que se localizan en diferentes latitudes de nuestro territorio. Para desahogar este punto, en primer lugar, se explicarán los rasgos característicos de un monopolio; y en segundo, se expondrán algunos ejemplos concretos de ello.

Rasgos característicos de un monopolio

Los rasgos característicos de un monopolio están determinados por el propósito que estos persiguen: ganancias de monopolio, léase “las más altas utilidades posibles del mercado”. Para lograr esto se tienen que dar las siguientes condiciones:

a) Integración vertical y horizontal del proceso de producción.

b) Limitación de la competencia (eliminar a los competidores mediante formas y prácticas monopolistas).

c) Imponer al mercado precios elevados, sólo limitados por el poder de compra de los consumidores.

La integración del proceso productivo en forma vertical y horizontal, permite una mayor competitividad y el control total de las diferentes etapas del proceso de producción y de comercialización del producto o servicio de que se trate.

El primer ejemplo de integración que se registra en la historia (segunda mitad del siglo XIX), es el de las empresas cerveceras monopolistas de esa época, las que elaboran la cerveza de principio a fin (organización vertical) y la distribuyen de manera directa a los consumidores (organización horizontal), es decir: siembran y cosechan los granos de los que se extrae la cerveza (como la cebada, la malta), procesan los granos (fermentación), envasan la cerveza, elaboran las botellas de vidrio y las corcholatas para envasar la cerveza, manufacturan las etiquetas y los envases de cartón para empaquetar las cervezas, en una palabra, la misma empresa realiza todas y cada una de las partes del producto final, así como también elimina, en la comercialización de la cerveza, a los intermediarios al encargarse de distribuir el producto a los consumidores.

Los estudiosos de la Economía Política de la Información le llaman a la integración vertical y horizontal de la producción: “integración en hileras y filas” y las conceptualizan de la siguiente manera:

La hilera es una integración vertical de actividades articuladas de atrás hacia delante en el sistema productivo. La fila es una articulación horizontal de actividades y servicios que refuerzan el proceso productivo.

La integración vertical implica el control, total o parcial, de los canales de producción y comercialización de un determinado mercado por parte de un actor o grupo de actores. Es el mismo actor el que controla las diferentes fases del proceso. La concentración horizontal supone que un actor (o grupo de actores) lleva a cabo una diversificación de sus actividades en diferentes mercados (Sánchez tabernero et al., 1993).

De acuerdo a lo anterior, en las Industrias Culturales existe una marcada tendencia a organizarse en hileras y filas, al respecto, se registran diversos casos específicos en todo el mundo, no es la excepción México.

En la nación Mexicana encontramos, en los diferentes campos de la comunicación, compañías mediáticas de corte monopolista que responden a las características antes señaladas, las cuales por su magnitud y alcance se pueden considerar nacionales, regionales y locales.

Como ejemplo de monopolios mediáticos nacionales tomaremos los casos de Televisa, la organización Editorial Mexicana y el Grupo Radio Centro; Multimedios como representativo de un monopolio regional y el Grupo FM como ejemplo de monopolio local.

Grupo Televisa, Grupo Radio Centro y Organización Editorial Mexicana, monopolios mediáticos nacionales

Grupo Televisa

Sin lugar a dudas, Televisa es el caso más representativo de duopolio mediático nacional en nuestro país. En México se toma como “normal” el hecho de que una o dos empresas produzcan y distribuyan todo tipo de productos televisivos. Dicha normalidad no se acepta en Estados Unidos, pues desde el inicio de la televisión se promulgaron leyes que establecen que las empresas emisoras, las grandes redes o cadenas distribuidoras de señales, sólo producirán los noticieros y todos los demás programas deberán ser comprados. Esto permitió el desarrollo descentralizado de un sector de la producción televisiva (series, comedias, entre otros) alrededor de Hollywood.

En la actualidad producen televisión los siete grandes estudios enclavados en California, los que se agrupan en la Motion Picture Association of America (MPAA), y los alrededor de 130 pequeños estudios de la American Film Marketing Association, que producen cerca de la mitad de las exportaciones audiovisuales de Estados Unidos.

En el cuadro No. 1 del anexo se observa en toda su magnitud el conglomerado que es Televisa. Ésta es la razón por la que se toma como ejemplo de duopolio mediático nacional.

Grupo Radio Centro

En la industria radiofónica otro caso de oligopolio nacional, lo constituye el Grupo Radio Centro (fundado en 1946 por Francisco Aguirre), que cotiza, a partir de 1993, en la Bolsa Mexicana de Valores y en la de Nueva York. Sus características se observan en el cuadro número 2 del anexo.

Organización Editorial Mexicana

La Organización Editorial Mexicana -OEM- (fundada en 1976 por Mario Vázquez Raña), con respecto a otras empresas periodísticas del país, es el medio impreso con una mayor integración en hileras y filas, por ello su inclusión como ejemplo, cuadro No.3 del anexo.

Grupo Multimedios, oligopolio mediático regional

El Grupo Multimedios, representa fielmente a una empresa monopolista de escala regional, en la medida en que tiene una integración vertical y horizontal

Y que su principal área de influencia es la región noreste de México (Estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas). Sin embargo, con sus periódicos Milenio y su cadena de Multicinemas, su alcance se amplia a otros 20 Estados y a la Ciudad de México.

Este corporativo se empieza a construir, a partir del 9 de diciembre de 1933, fecha en la cual inicia sus transmisiones la XEAW (señal concesionada al señor Jesús D. González) y que a la postre sería la piedra angular del crecimiento del consorcio asentado en Monterrey, Nuevo León.

Cabe hacer notar que, el Grupo Multimedios, es un caso de varios que existen a lo largo y ancho del territorio nacional. El tamaño de este grupo se observa en el cuadro No 4 del anexo.

Grupo FM Multimedios, oligopolio mediático local

Los grandes monopolios se inician en una rama económica y en un delimitado espacio y a partir de ahí, mediante algunas de las prácticas monopolistas conocidas, abarcan otras actividades y un mayor territorio. El Grupo FM Multimedios podría ser un ejemplo de ello. Este grupo inicia su formación en 1970, con el establecimiento de la primera estación de Frecuencia Modulada del Estado de Veracruz, su fundador fue el señor Félix Malpica Mimendi, miembro de la influyente familia dueña del periódico El Dictamen, decano de la prensa nacional.

El Grupo FM Multimedios tiene como su principal radio de acción el Puerto de Veracruz y la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, por ello lo de oligopolio mediático local. Prueba de esto es su integración en hileras y filas (proceso que empieza en 2002), cosa que las otras radiodifusoras locales no lo han hecho, y su expansión hacia otras ciudades del Estado de Veracruz (Xalapa, Córdoba, Orizaba, Tuxpan, Fortín de las Flores y Coatzacoalcos) y a otros Estados cercanos como Tabasco y Chiapas. En el cuadro No. 5 del anexo se ve como está integrado el grupo de referencia.

Las empresas monopolistas mediáticas antes señaladas, dadas sus características y ubicación geográfica, nos permiten inferir que existen varios corporativos de este tipo en todo el país, los cuales en los hechos operan como un cártel de los medios electrónicos, bajo el rubro de Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT). Los agremiados a dicha cámara utilizan su doble poder para mantener sus privilegios y detener cualquier iniciativa gubernamental o ciudadana, de la que tan sólo sospechen, pueda afectar sus prerrogativas.


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