Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LA FUNCIÓN ESTRATÉGICA DE LA COMUNICACIÓN EN EL DESARROLLO SUSTENTABLE. XICO, VERACRUZ UN EJEMPLO DE APLICACIÓN

Tito Bonifacio Hernández Hernández




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1.2. Desarrollo sustentable

Si partimos de la visión utilitarista y antropocéntrica, que coloca al hombre por encima de la naturaleza y del resto de las especies, la que a su vez se refleja en el pasaje bíblico de Adán y Eva viviendo en el paraíso que Dios dispuso para ellos, se puede plantear que la destrucción de la naturaleza, se inicia en el momento en el que se arraiga esta idea entre los hombres.

Sin embargo, en los últimos cuarenta años del Siglo XX, el planeta tierra, entra en un proceso, gradual, de deterioro ambiental que repercute en una alarmante devastación de la naturaleza y en altos índices de contaminación de la atmósfera. Esto, como producto de un modelo de desarrollo industrial, que persigue aceleradas tasas de crecimiento en los diferentes países, principalmente, los más industrializados.

Las secuelas negativas de este modelo de crecimiento económico, hasta el momento, se manifiestan en: basura y desechos; contaminación del aire, el agua y el suelo; agotamiento de recursos naturales; algunos de ellos no renovables; pérdida de calidad de vida por deterioro de ambiente urbano; extinción de especies de plantas y animales silvestre; y erosión de suelos; entre otros.

Ante esta situación, organismos multilaterales y los gobiernos de diversos países, se han dado a la tarea de llevar a cabo políticas ambientales, que busquen el equilibrio justo entre el desarrollo económico de la sociedad y la preservación de sus recursos naturales. De aquí que, en la actualidad, se manejen conceptos como: Ecodesarrollo, Desarrollo Sustentable, Ecoeficiencia, Transformación productiva con equidad e Industrias Ambientalistas, han adquirido un gran significado e implican la posible conciliación entre Economía y Ecología.

Combatir la contaminación ambiental a través del desarrollo sustentable es una situación compleja que demanda diversas acciones, pero sobre todo estudios multidisciplinarios. En este contexto de multidisciplinariedad las Ciencias de la Comunicación tienen la obligación de contribuir con la parte que les corresponde en la atención de la necesidad social que representa el deterioro del medio ambiente.

Precisamente, en este apartado, abordaremos la complejidad que representa la contaminación del medio ambiente y el que hacer de la comunicación en este problema. Para ello dividiremos la cuestión en los aspectos siguientes: la Economía y la crisis medioambiental; antecedentes y perspectivas del desarrollo sustentable; el concepto de Desarrollo Sustentable; el modelo del desarrollo sustentable; y la Comunicación para el desarrollo.

1.2.1-La Economía y la crisis medioambiental

De 1789, fecha en que se inicia la Revolución Industrial, a la fecha, tres son las causas económicas, principales, que motivan el deterioro de la naturaleza: el desarrollo económico de los países; el incremento constante de los niveles de bienestar social de la población de las diversas naciones del mundo; y la globalización de la economía. Esto, mediante un modelo industrial que persigue aceleradas tasas de crecimiento.

La producción, la distribución y el consumo de bienes, dentro del modelo que se menciona, están unidos inevitablemente a la contaminación del ambiente, a la devastación y exterminio de un sin número de recursos naturales que nunca más se recobrarán. Por esta situación, el modelo industrial señalado, viene siendo cuestionado desde hace varias décadas, llegando a establecer un dilema entre el crecimiento económico y la conservación y preservación ambiental

Desafortunadamente en el tema de la naturaleza siempre prevalece el criterio de lucro sobre cualquier otro, haciendo esto, que la solución del problema, a corto plazo, parezca imposible, en la medida en que la Economía y la Ecología, desde la perspectiva capitalista, son cuestiones que tienen dos lógicas diferentes y aparentemente contradictorias.

Sin embargo, la gravedad de la contaminación ambiental impulsa el surgimiento de dos líneas diametralmente opuestas de pensamiento económico; una, se da a la tarea de buscar procesos productivos y modelos económicos altamente rentables sin cuidar la naturaleza; otra, plantea el establecimiento de nuevas formas y sistemas, que permitan compatibilizar y conciliar los intereses entre Ecología y Economía.

Es así, como nacen algunas propuestas con una orientación ecológica, destacando entre ellas; por un lado, la Economía Ambiental; y por otro, los enfoques Neoliberal, Neokeynesiano, Radical y Estructural. Propuestas que, de manera concisa, trataremos a continuación:

Economía Ambiental

A principios de la década de los 70's, se inicia un sistemático cuestionamiento sobre las secuelas negativas del modelo industrial que se viene aplicando desde 1789, tal cuestionamiento se manifiesta en estudios, reuniones de organismos internacionales y creación de programas multilaterales, entre ellos: el Informe del Club de Roma- "Los límites al crecimiento- (1971), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (1972) y la creación del Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente (PNUMA (1973).Estos hechos y los que se mencionan en el párrafo siguiente, serán comentados en forma más detallada en el apartado Antecedentes y perspectivas del Desarrollo Sustentable.

Las criticas continúan en las dos décadas siguientes, donde tienen lugar conferencias y eventos internacionales, la presentación en la Asamblea General de Naciones Unidas del informe "Nuestro futuro común" (1987) y la

Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo- “Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992).Después de la Cumbre de Río, se presta mayor atención a los problemas ambientales y se difunden ampliamente. En este contexto surge la Economía Ambiental.

Diferentes fuentes de información concuerdan, en que los antecedentes históricos de la Economía Ambiental, se localizan en los conceptos desarrollados por algunos precursores de la Economía como: Thomas R. Malthus, quien plantea que la capacidad de crecimiento de la producción de alimentos es inferior al crecimiento de la población; David Ricardo, con sus estudios sobre la renta de la tierra, establece una visión pesimista sobre el papel de los recursos naturales; John S. Mill, retomó el trabajo de David Ricardo y postuló que las disponibilidades limitadas de recursos naturales impondrían límites al crecimiento económico; Willian S. Jevons, planteó el principio de equimarginalidad, que constituye el elemento básico de la Economía de los Recursos.

En 1919, Arthur C. Pigou introduce el concepto de externalidad negativa, que sirve de fundamento teórico al término contaminación. En 1931 Harold Hotelling Publica un trabajo donde retoma el principio de equimarginalidad de Jevons y establece un principio básico que determina cuándo debe extraerse un recurso no renovable, además señala la forma en que es posible lograr un grado óptimo de extracción. Estos planteamientos, hoy considerados las bases de la Economía Ambiental, estuvieron latentes, hasta que el deterioro del ambiente propició el despertar y la sensibilización de la sociedad en torno a este problema.

En los últimos veinte años del Siglo XX, surgen las aportaciones de Vermont Robert Costanza, ecologista y profesor de la Universidad de Maryland, quien fundó la Sociedad Internacional para la Economía Ecológica. Herman Daly, de la misma universidad, contribuyó al desarrollo de ésta.

Finalmente, con las aportaciones de todos los pensadores antes señalados y experiencias recientes, se instituye como campo de estudio, con distintos enfoques, la Economía Ambiental.

El objeto de estudio de la Economía Ambiental lo constituye: el análisis económico de los recursos ambientales; la optimización del uso del ambiente y de los recursos naturales; los medios de gestión ambiental; y la forma en que afecta el crecimiento económico a las funciones del medio ambiente.

A partir de los diversos planteamientos que existen, podemos definir a la Economía Ambiental, como una rama de la Economía que considera a la variable medioambiental, como un aspecto más que influye en los fenómenos económicos, así como la que diseña los instrumentos para lograr el desarrollo sustentable. En pocas palabras, se puede señalar, que la Economía Ambiental abarca el estudio de los problemas ambientales empleando los enfoques y las herramientas de la Economía, es decir, es una extensión de la Economía al campo de estudio del medio ambiente.

Enfoque Neoliberal

Desde la perspectiva Neoliberal, encabezada por Denis Lepeg, el deterioro del medio ambiente es un problema de costos. Esto, tomando en cuenta que las distintas empresas durante sus procesos productivos provocan contaminación, la que al ser combatida, ocasiona un gasto injusto para la sociedad, en la medida en que ella es quien termina pagando dicho gasto.

Para subsanar esta situación, se propone que los costos de contaminación sean incorporados como costos de producción de las empresas y se incluyan en el precio de los bienes producidos. La solución, platea este enfoque, es internalizar los costos, es decir, que quien contamine absorba los costos de la contaminación; y que en la formación de precios se contemplen dichos costos de reparación. Asimismo, propone privatizar los bienes ecológicos o vender los derechos de contaminación.

Enfoque Neokeynesiano

El aspecto básico de la teoría Keynesiana, es la inversión del Estado para llegar al pleno empleo. El enfoque Neokeynesiano de la Economía Ambiental, retoma este planteamiento y lo vincula con la protección del ambiente, viendo a ésta como una oportunidad para generar empleos para la sociedad. Es indudable, que para tratar de revertir los estragos causados a la naturaleza, es necesario, entre otras cosas, realizar diversas actividades productivas que combatan el deterioro ambiental, tales como: la reforestación de áreas boscosas que fueron taladas, que implica la producción de millones de plántulas en viveros; el tratamiento aguas residuales, para ello se requiere, primero, construir plantas de tratamiento y después operarlas; y la limpieza de ríos y lagunas, entre otras actividades, la realización de las mismas requiere de fuerza de trabajo, generándose de esta manera miles de empleos permanentes.

Por lo anterior, se aconseja incrementar la protección ambiental, en la medida en que ello conlleva a una relación directamente proporcional, consistente en que, a mayor protección, mayor generación de empleos y mayor crecimiento económico. El resultado final de esta política es la formación de de una industria ambiental.

Vista de esta manera la protección ambiental, no sólo genera empleos, impacta el crecimiento económico y motiva la creación de una nueva rama industrial, sino también, provoca la elaboración de productos ecológicos y el desarrollo de tecnologías anticontaminantes, además estos productos y tecnologías llegan a constituirse en bienes de exportación.

Enfoque Radical

La denominación de este enfoque le viene de las características radicales de su propuesta, la cual plantea abandonar el modelo industrial hasta hoy aplicado y substituirlo por un proceso productivo de esencia ecológica, es decir, un nuevo paradigma de crecimiento, en donde las actividades económicas coexistan con la naturaleza y se estabilicen mutuamente. Esto mediante políticas de Ecodesarrollo y de Economía de Subsistencia.

Enfoque Estructural

Martín Janicke plantea que existe una tendencia opuesta y una disociación espontánea entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el consumo de recursos naturales en relación a los cambios estructurales al interior de las naciones industrializadas. Este señalamiento es producto de un estudio realizado por el autor, durante el periodo de 1982 a 1988, el cual consistió en medir, en el

transcurso de los años señalados, el crecimiento del consumo privado de energía, factor, que a criterio de Janicke, es uno de los más relevantes en la medición del desgaste ambiental. Los resultados de tal medición fueron: el consumo privado de energía ha crecido más rápidamente que el PIB, lo que permite señalar que existe una relación directamente proporcional entre crecimiento del producto e incremento de la contaminación ambiental.

Sobre este enfoque, es conveniente señalar que existen diferentes críticas, siendo la principal de ellas, la que cuestiona las características de la muestra de estudio, la que estuvo constituida por 32 países desarrollados, lo cual implica por una parte, el no considerar a los países subdesarrollados , y por otra, porque todos los ejemplos contemplan territorios nacionales y no toman en cuenta situaciones regionales y globales de deterioro ambiental.


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