Tesis doctorales de Economía


EFECTOS DE LA EDUCACIÓN Y EL EMPLEO, EN LA DINÁMICA DE LA POBREZA EN LOS HOGARES DEL PERÚ: 2001-2005

Reucher Correa Morocho



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Capítulo IV. ANÁLISIS DE RESULTADOS

4.1. Análisis Estadístico Descriptivo

En el apéndice E, se muestra la tabla Nº 28, que provee la estadística descriptiva de todas las variables explicativas utilizadas. Para el análisis se presenta la media, porcentaje y desviación estándar, para cada variable independiente. Las variables cualitativas presentan un rango de variación de 0 a 1 precisamente por el tipo de descripción que ya hemos comentado.

En este análisis consideramos los datos de la ENAHO 2001-2004; y en algunos casos se analizan los datos obtenidos de la ENAHO 2005, datos que al momento del desarrollo de este trabajo no se encontraban disponibles en su totalidad, por lo que se trabajó con la información existente.

• ESTADO CIVIL DEL JEFE DEL HOGAR

En la Tabla Nº 29 apreciamos el estado civil del Jefe del hogar, cuando este es casado, va decreciendo a lo largo de cada año analizado siendo este de 48,9% para el 2001 a 47,8% en el 2005; mientras que la inestabilidad del hogar como es la convivencia va en aumento de 23,3% en el 2001, llegando a 25,2 en el 2005.

• NIVEL DE EDUCACIÓN ALCANZADO

El nivel de educación alcanzado por la población de 15 y más años de edad es un indicador de logro educativo. En el año 2004, el 41,4% de la población de 15 y más años de edad alcanza a estudiar algún año de educación secundaria, el 29,7% algún grado de educación primaria, el 20,5% tiene educación superior (10,0% superior no universitaria y 10,5% educación universitaria), y el 8,4% carece de nivel educativo alguno.

Por condición de pobreza, se observa para el año 2004 que la población no pobre es la que alcanza los mejores niveles educativos, logrando el 31,3% estudiar educación superior (universitarios 17,0% y no universitarios 14,3%), mientras los pobres con este nivel educativo es el 7,3% (4,8% no universitario y el 2,5% superior universitaria). El 43,4% de los no pobres logra estudiar algún año de educación secundaria, el 20,8% educación primaria, y sólo un 4,4% carece de nivel educativo. En cambio, en la población pobre, el 40,6% logra estudiar solamente algún año de educación primaria, el 39,1% algún año de educación secundaria, el 13,1% no tiene ningún nivel de estudios logrados.

En el período 2001-2004, el nivel de educación de la población de 15 y más años de edad, muestra una tendencia hacia la mejora. Así, aumenta la proporción de población con educación superior universitaria y no universitaria. Este fenómeno se observa tanto en los pobres como no pobres, principalmente en la población de Lima Metropolitana.

b/ Encuesta Nacional de Hogares Anual, 2004.

• PROMEDIO DE AÑOS DE ESTUDIO ALCANZADO

El promedio de años de estudio alcanzado por la población es una medida que cuantifica el stock de capital humano existente y es interpretado como un indicador que mide el acceso efectivo de la población al sistema educativo e indica su efectividad a largo plazo. Este indicador sin embargo, refleja sólo la cantidad de educación recibida y no la calidad de la misma.

En el año 2004, la población de 15 y más años de edad alcanza estudiar como promedio 9,1 años. Al analizar por condición de pobreza, se observa que los no pobres logran estudiar como promedio 10,3 años, siendo superior en 2,7 años de estudio al promedio alcanzado por la población pobre (7,6 años de estudio). (ver tabla Nº 31 y gráficos Nº 09 y Nº10)

b/ Encuesta Nacional de Hogares Anual, 2004.

Analizando según sexo, se observa que la brecha en los años promedio de estudio entre hombres (9,3 años) y mujeres (9,0 años) no es muy significativa. Este hecho sucede tanto en la población pobre como en la no pobre.

En el grupo de pobres, la diferencia entre hombres y mujeres es de medio año de estudios (hombres 7,8 y mujer 7,3). En el estrato de los no pobres la diferencia es de 0,3 años. (Los hombres obtuvieron como promedio 10,5 y las mujeres 10,2 años de estudio).

Entre el 2001 y el 2004, el promedio de años de estudio alcanzado por la población muestra una tendencia positiva, principalmente en Lima Metropolitana, en el área urbana y en la Costa.

• DATOS DE VIVIENDA Y SUS CARACTERÍSTICAS

Al comparar el año 2001 con el 2004, se observa que disminuyó en 2,2 puntos porcentuales la proporción de hogares en viviendas independientes. Entre los hogares pobres decreció en 2,3 puntos porcentuales y 1,8 puntos porcentuales en los no pobres.

a). Material predominante en las paredes exteriores

Así, de acuerdo a los resultados de la ENAHO del 2004, la mayoría de viviendas del Perú está construida con alguno o varios de los materiales tradicionales (57,2%). 2 Los materiales más utilizados para la construcción de las paredes exteriores de la vivienda son el ladrillo o bloque de cemento (42,8% de hogares) y el adobe o tapia (40,6% de hogares), siendo los primeros predominantes en las viviendas de las zonas urbanas y hogares no pobres, mientras que los segundos en las zonas rurales y en hogares pobres. Otros materiales utilizados son: madera (7,0% de hogares), piedra con barro (1,3% de hogares) y estera (1,0% de hogares). (ver gráfico Nº11)

Al analizar la evolución en el período 2001-2004, se observa que mejoró el material predominante en las paredes exteriores de la vivienda de los hogares pobres.

Así, a nivel nacional el uso de ladrillo o bloque de cemento se ha incrementado en 3,1 puntos porcentuales. En Lima Metropolitana y en el interior del país, el incremento fue mayor, siendo en Lima Metropolitana de 8,1 puntos porcentuales y en el interior del país de 10,4 puntos porcentuales. Asimismo, se observa en el interior del país una disminución de 10,3 puntos porcentuales de viviendas de hogares pobres con paredes de adobe o tapia.

b). Material predominante en el piso (ver Gráfico Nº 12)

A nivel nacional, predominan las viviendas cuyo piso es de tierra: 42,3% del total. Este tipo de piso predominó en las viviendas de los hogares en situación de pobreza, donde el 64,3% tenía este tipo de piso; mientras que en las viviendas de los hogares no pobres, incidió este material en el 25,2% de viviendas. Otro material, que está presente en el 38,7% del piso de los hogares es el cemento, siendo las viviendas de los no pobres que tienen en mayor proporción de este material (47,8%); mientras que los hogares pobres fue 26,9%. Por otro lado, en el 13,0% del piso de las viviendas predomina material noble (parquet o madera pulida, láminas asfálticas, vinílicos y losetas, terrazos o similares), siendo mayor la proporción en la vivienda de los hogares no pobres (21,1%) que en los hogares pobres (2,5%). Finalmente, en el 5,5% de las viviendas de hogares no pobres y en el 4,7% de las viviendas de los hogares pobres predomina en el piso la madera (entablados).

Al analizar el período 2001 y 2004 se observa que la proporción de viviendas con piso de tierra disminuyó en 3,2 puntos porcentuales al pasar de 45,5% en el 2001 a 42,3% en el 2004. Se observa una disminución significativa de viviendas de los hogares pobres con piso de tierra (en 4,7 puntos porcentuales) que de hogares no pobres, (0,1 puntos porcentuales).

Asimismo, la proporción de viviendas de los hogares pobres con piso de cemento se ha incrementado en 3,0 puntos porcentuales, mientras que los hogares no pobres con este piso, han decrecido 0,9 puntos porcentuales. Además, se observa que entre los hogares no pobres, se ha incrementado las viviendas que tienen en sus pisos materiales nobles y la madera.

En Lima Metropolitana, ha disminuido en 4,8 puntos porcentuales las viviendas con piso de tierra, al pasar de 16,4% en el 2001 a 11,6% en el 2004. Esta disminución fue principalmente en los hogares pobres, donde decreció en 13,1 puntos porcentuales; mientras que en los hogares no pobres, el decrecimiento fue de 2,8 puntos porcentuales. Al analizar en el interior del país, se observa en los hogares pobres la predominancia de la tierra en el piso, lo cual han decrecido solamente en 1,0 punto porcentual (de 74,9% a 73,9%). También las viviendas de los hogares no pobres que tienen predominantemente este piso, han disminuido ligeramente (0,4 puntos porcentuales) al pasar de 35,2% en el 2001 a 34,8% en el 2004.

ACCESO A SERVICIOS BÁSICOS DE LA VIVIENDA

La disponibilidad de los servicios básicos en la vivienda contribuye al mejoramiento de las condiciones de vida de la población. La no disponibilidad de estos servicios se asocia a una alta proporción de morbilidad y mortalidad, principalmente en los niños.

a). Formas de acceso a agua para consumo humano

El acceso permanente a fuentes de agua que garanticen un mínimo de condiciones sanitarias constituye, sin duda, una necesidad básica para todos los hogares, con independencia de su localización geográfica. Inversamente, su carencia representa para las personas y sus familias una privación crítica que afecta la higiene, la salud y el bienestar de cada uno de sus integrantes.

En la ENAHO se investiga el origen del agua para consumo humano, información que resulta una buena aproximación de la calidad sanitaria del agua.

En el año 2004, el 60,5% de los hogares peruanos se abastecía de agua potable mediante tubería por red pública dentro del domicilio. El 19,0% de los hogares se abasteció de agua de río, acequia, manantial o similar. El abastecimiento por pilón o camión cisterna fue de 3,4% (para cada caso).

Al analizar por condición de pobreza, se observa que 7 de cada 10 hogares no pobres (72,2%), tienen conexión domiciliaria de agua, mientras que los hogares pobres que cuentan con este servicio es cerca de 5 de cada 10 (45,2%). El 29,4% de los hogares pobres se abastece de agua de río, manantial o similar, siendo en 18,4 puntos porcentuales más que el abastecimiento de los no pobres (11,0%).

Asimismo, el 8,3% de las viviendas con hogares pobres y el 3,7% de los no pobres, se abastecieron de agua de pozo. El 4,2% de las viviendas con hogares en situación de pobreza se abasteció de camión cisterna u otro similar. (ver gráfico Nº13).

Entre el 2001 y el 2004, el abastecimiento de agua proveniente de río acequia o manantial se ha incrementado. En los hogares pobres el aumento fue de 4,3 puntos porcentuales al pasar de 25,1% en el 2001 a 29,4% en el 2004 y en los no pobres de 3,6 puntos porcentuales (de 7,4% a 11,0%, respectivamente).

En cambio, en Lima Metropolitana la proporción de los hogares pobres que se abastecen de agua por red pública dentro de la vivienda se incrementó en 12,8 puntos porcentuales, al pasar de 57,4% en el 2001 a 70,2% en el 2004; en el caso de los hogares no pobres el aumento fue de 5,3 puntos porcentuales.

b). Acceso al alumbrado eléctrico

Según resultados de la ENAHO del 2004, el 72,9% de los hogares peruanos accedió al sistema de alumbrado eléctrico por red pública. El acceso de los hogares al alumbrado eléctrico por condición de pobreza presenta diferencias. Así, mientras que el 85,9% de los hogares no pobres contaba con este servicio, el 55,9% de hogares pobres accedió a este servicio.

Alrededor de la cuarta parte (21,0%) de los hogares del país utiliza como combustible para alumbrarse el kerosene esta proporción asciende al 35,9% en los hogares en situación de pobreza y desciende al 9,6% en los hogares no pobres. El 11,2% de todos los hogares se alumbra con vela; los hogares en situación de pobreza que utiliza este tipo de alumbrado es de 16,3% y los hogares no pobres, 7,3%, observándose 9,0 puntos porcentuales a favor de los pobres.

Al comparar el año 2001 y 2004, se observa que la electrificación en la vivienda ha aumentado en mayor proporción entre los pobres (3,8 puntos porcentuales) que entre los no pobres (0,7 puntos porcentuales).

El uso de kerosene entre los hogares pobres disminuyó en 5,7 puntos porcentuales; mientras que en los hogares no pobres decreció en 1,2 puntos porcentuales. En el interior del país, la proporción de hogares que usa kerosene para alumbrarse disminuyó en 5,4 puntos porcentuales, siendo esta disminución mayor entre los pobres (4,6 puntos porcentuales), que entre los no pobres (2,6 puntos porcentuales).

El uso de vela también ha decrecido en 3,9 puntos porcentuales, al pasar de 15,1% a 11,2%. Se observó además que entre los hogares pobres es mayor esta disminución (5,2 puntos porcentuales) que entre los no pobres (2,4 puntos porcentuales). Asimismo, al interior del país se observa que el uso de vela sufrió una disminución de 5,1 puntos porcentuales al pasar de 20,0% a 14,9%. Al analizar por condición de pobreza, se observa que la disminución fue mayor entre los pobres (4,8 puntos porcentuales) que los no pobres (4,1 puntos porcentuales).

c). Acceso al servicio de telefonía

Según resultados de la ENAHO, en el año 2004 el 24,9% de los hogares peruanos tenía servicio de telefonía fija. Al analizar por condición de pobreza se observó grandes diferencias. Así, mientras el 38,3% de los hogares no pobres tenía servicio de telefonía fija, los hogares que se encontraban en situación de pobreza que accedía a este servicio, era sólo 7,5%. (ver Gráfico Nº 14)

Asimismo se observó que el 15,6% de los hogares tenía celular. En el caso de los hogares no pobres este porcentaje alcanzó al 24,1%; mientras que en los hogares pobres fue 4,7%. (ver gráfico Nº 14.A)

Al comparar los años 2001 y 2004, la proporción de los hogares con teléfono fijo se ha incrementado en 4,5 puntos porcentuales al pasar de 20,4% en el 2001 a 24,9% en el 2004. Al revisar la información por condición de pobreza, se observó que los hogares pobres con teléfono fijo aumentaron en 3,3 puntos porcentuales y los hogares no pobres en 4,0 puntos porcentuales.

d). Tenencia de la vivienda

En la tabla Nº 37, vemos que el porcentaje de viviendas alquiladas ha crecido con respecto al porcentaje de casa propia del jefe del hogar que va disminuyendo desde 78,7% en el 2001 a 76.1% para el 2005.

Los datos son expresados en porcentajes

e).Infraestructura física de las viviendas particulares

Con respecto al material con que se construyen las paredes de las viviendas, predomina el uso de ladrillo o bloque de cemento y el adobe o tapia. (ver tabla Nº 38)

Los datos son expresados en porcentajes

Ahora con respecto al piso de las viviendas, vemos que predomina más el uso del cemento y luego el piso de tierra, constituyendo esto un grave problema para salud e higiene de las personas. (ver tabla Nº 39)

Los datos están expresados en porcentajes

INCIDENCIA DE LA POBREZA EN LOS HOGARES

De acuerdo a la definición de hogar adoptada por el INEI, en el año 2004 el 43,5% de los hogares del país se encontraba en situación de pobreza. De ellos, el 15,2% son hogares pobres extremos y el 28,3% pobres no extremos. (ver gráfico Nº 15)

La pobreza afectó en mayor proporción a los hogares del área rural, donde seis de cada diez se encontraban en situación de pobreza (63,9%), de los cuales cerca de la tercera parte (33,2%) son pobres extremos. En cambio, en el área urbana (excluye Lima Metropolitana) la pobreza incide en el 34,8% de los hogares, repartidos en 8,0% en hogares pobres extremos y 26,8% en pobres no extremos.

Por región natural, la mayor proporción de hogares en situación de pobreza se encontraba en la Sierra. En esta región el 59,2% de los hogares son pobres, le sigue la Selva con 49,7% y la Costa con 30,6%.

Al observar la evolución de la pobreza en el período 2001-2004, se advierte una disminución de 2,7 puntos porcentuales. El descenso se produce en los hogares ubicados fuera de Lima Metropolitana (resto de país) donde la pobreza disminuyó en 5,7 puntos porcentuales; mientras que en la ciudad capital (Lima Metropolitana) aumentó en 4,3 puntos porcentuales.

El análisis por área de residencia, permite apreciar una disminución de la pobreza en 5,3 puntos porcentuales, en los hogares del área rural y en 6,3 puntos porcentuales en los hogares del área urbana (se excluye Lima Metropolitana).

De otro lado, a nivel nacional, los hogares en pobreza extrema han decrecido en 4,4 puntos porcentuales. Este resultado es influenciado por un descenso de 6,6 puntos porcentuales, registrados en los hogares ubicados fuera de Lima Metropolitana; mientras que en la ciudad capital (Lima Metropolitana) la pobreza extrema se incrementó en 0,8 puntos porcentuales.

En los hogares del área rural la pobreza extrema se redujo en 9,2 puntos porcentuales, mientras que en los hogares del área urbana (excluye Lima Metropolitana), se redujo en 4,3 puntos porcentuales.

Según región natural, se observó que la mayor reducción se produjo en la Selva, donde la pobreza disminuyó en 10,2 puntos porcentuales, al pasar de 59,9% en el año 2001 a 49,7% en el año 2004 y la extrema pobreza disminuyó en 13,6 puntos porcentuales, al pasar de 33,1% a 19,5%. (ver tabla Nº 40)

TIPOS DE HOGAR

De acuerdo a la clasificación de los hogares realizada por la CEPAL, la cual es señalada en páginas anteriores, en el país predomina el tipo de hogar nuclear, es decir los conformados por el jefe y cónyuge con y sin hijos, o sólo jefe con hijos. En el 2004, el 59,3% de los hogares del país eran nucleares. (ver gráfico Nº 16)

Al analizar según condición de pobreza, se observó que el 61,8% de los hogares en situación de pobreza eran nucleares; mientras que entre los hogares no pobres fue 57,4%.

En el periodo 2001-2004, los hogares nucleares decrecieron en 1,1 puntos porcentuales.

Al analizar según condición de pobreza, se observó también que la proporción de hogares nucleares en situación de pobreza disminuyeron en 2,1 puntos porcentuales, al pasar de 63,9% en el 2001 a 61,8% en el 2004. En el caso de los hogares nucleares no pobres, no mostró variación porcentual alguna en el período en análisis, ya que en ambos años mostraron la misma proporción (57,4%).

En el período 2001-2004 la proporción de los hogares extendidos disminuyó en 1,5 puntos porcentuales. En efecto, en el año 2001, la proporción de hogares extendidos alcanzó al 25,6% de los hogares del país, para el 2004 esta proporción descendió al 24,1%, presentando una ligera disminución de 1,5 puntos porcentuales. Esta reducción estuvo influenciada por la disminución de la proporción de los hogares no pobres extendidos que mostraron una mayor disminución de 2,1 puntos porcentuales, al pasar de 22,9% en el 2001 a 20,8% en el 2004. En cambio, la proporción de hogares extendidos en situación de pobreza decreció ligeramente (en 0,4 puntos porcentuales), al pasar de 28,8% a 28,4%.

En Lima Metropolitana, el 6,3% de los hogares eran unipersonales, mientras que en el interior del país (resto de país), fue 10,4%. Se observó, tanto en Lima Metropolitana como en el interior del país, mayor proporción de hogares no pobres unipersonales (8,8% y 15,9%, respectivamente).

El 2,6% de los hogares del país lo conformaban los hogares sin núcleo. Estos hogares están constituidos por un jefe de hogar sin cónyuge ni hijos, aunque pueden haber personas con otras relaciones de parentesco. Según condición de pobreza, se observó una mayor proporción de este tipo de hogares en los hogares no pobres (3,6%), que en los hogares en situación de pobreza (1,4%).

Al comparar las cifras del año 2001 con el 2004, se apreció que las proporciones no mostraron variación alguna, ya que en ambos años representaron el 2,6%. Entre los hogares pobres disminuyó ligeramente (0,2 puntos porcentuales); mientras que entre los hogares no pobres aumentó ligeramente (0,1 punto porcentual). En Lima Metropolitana tanto en los hogares en situación de pobreza como en los no pobres mostró una tendencia hacia el incremento; mientras que en el resto de país disminuyó tanto en los hogares pobres como en los no pobres.

JEFATURA DE HOGAR Y SITUACIÓN DE POBREZA

En la ENAHO, se define como jefe de hogar, a la persona que es reconocida como tal por los demás miembros del hogar. Para su determinación se utiliza principalmente criterios económicos y culturales.

Según este criterio, el 78,6% de los hogares del país eran conducidos por hombres y el 21,4% por mujeres.

Las mujeres no pobres asumen en mayor proporción la conducción de los hogares, que aquellas que se encontraban en situación de pobreza. Así, de cada 100 hogares no pobres, 24 eran conducidos por mujeres, mientras que los hogares pobres 18 de cada 100 tenían como jefa a una mujer. (ver gráfico Nº 17)

Sin embargo, entre el 2001 y el 2004, los hogares jefaturados por los hombres muestran una ligera tendencia a la disminución de 1,0 punto porcentual, mientras que aumentaron los hogares conducidos por mujeres, de 20,4% en el 2001 a 21,4% en el 2004. Por condición de pobreza, se observó que los hogares pobres con jefe hombre se han incrementado en 0,9 puntos porcentuales, mientras que disminuyeron los hogares pobres conducidos por mujeres. Entre los no pobres, los hogares con jefa mujer se han incrementado en 2,3 puntos porcentuales, mientras que han disminuido los hogares con jefe hombre.

Asimismo, se observó que existe mayor proporción de hogares del área urbana que del rural conducidos por mujeres. Así, 23 hogares de cada 100 en el área urbana (excluye Lima Metropolitana) eran jefaturados por mujeres, mientras que en el área rural fueron 16 hogares. Los hogares en situación de pobreza del área urbana, fueron conducidos por mujeres en 20,7% y los hogares no pobres en un 24,8%. Al evaluar en el período 2001-2004 se observó que se ha incrementado los hogares con jefa mujer no pobre tanto del área urbana, como del área rural. (ver tabla Nº 42)

En la ciudad capital, el 30,5% de las mujeres jefas de hogar que conducen solas su hogar eran pobres, en el caso de los jefes hombres solos, la pobreza incidió en el 25,1%, siendo 5,4% puntos porcentuales menos que la incidencia en las mujeres jefas de hogar solas. En el caso del interior del país, el 44,3% de los hogares conducidos por mujeres solas son pobres, en el caso de los hogares jefaturados por hombres, la pobreza incide en el 42,8%. (ver tabla Nº 43)

LA POBREZA POR LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LOS HOGARES

De acuerdo a la definición de hogar adoptada por el INEI, en el año 2005 el 50,2 de los hogares del país se encontraba en situación de pobreza. De ellos, el 17,8% son hogares pobres extremos y el 32.4% pobres no extremos. (ver tabla Nº 44 (a),(b))

La pobreza afectó en mayor proporción a los hogares del área rural, donde seis de cada diez se encontraban en situación de pobreza (71,2%), de los cuales cerca de la tercera parte (37,6%) son pobres extremos. En cambio, en el área urbana la pobreza incide en el 42,1% de los hogares, repartidos en 10,6% en hogares pobres extremos y 31,5% en pobres no extremos.

Por regiones naturales, la mayor proporción de hogares en situación de pobreza se encontraba en la sierra. En esta región el 66,4% de los hogares son pobres, le sigue la Selva con 56,2% y la Costa con 39.6%.

Al observar la evolución de la pobreza en el período 2001-2005, se advierte una disminución de 4,1 puntos porcentuales. El descenso se produce en los hogares a nivel nacional. En cuanto a la pobreza extrema en todo el país disminuyó en 6,3%.

El análisis por área de residencia, permite apreciar una disminución de la pobreza en 5,9 puntos porcentuales, en los hogares del área rural y en 7,9 puntos porcentuales en los hogares del área urbana.

Según región natural, se observó que la mayor reducción se produjo en la Selva, donde la pobreza disminuyó en 13,6 puntos porcentuales, al pasar de 69,8% en el año 2001 a 56,2% en el año 2005 y la extrema pobreza disminuyó en 18,5 puntos porcentuales, al pasar de 42,7% a 24,2%. (ver tablas Nº 44 (a) y (b))

Finalmente, habiéndose realizado el análisis descriptivo de las variables independientes en los períodos considerados, es necesario establecer algunas observaciones importantes de las variables dependientes de este estudio, como lo es: la pobreza crónica, la transición hacia la pobreza y desde ella. Esto, con la finalidad de hacer una descripción de la situación de la pobreza en el Perú para este período. Así se muestra en las tablas que a continuación presentamos, los mismos que expresan valores en porcentuales.

En el Apéndice F se presenta una tabla de las participaciones de algunas variables explicativas en las variables dependientes.


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