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  La migración forma parte  de la historia de la humanidad, en el pasado ayudó a la expansión del comercio  y la economía, colaboró en la creación de naciones y territorios, nutrió a la  urbanización; sin embargo, los tiempos han cambiado, antes, las personas  circulaban con facilidad a países que demandaban mano de obra y los obstáculos  aduaneros impedían el desplazamiento de mercancías y capitales, ahora, la  globalización cambió la dirección, las mercancías circulan libremente pero los  migrantes son restringidos por leyes y muros (Villafuerte  y García, 2004). 
  El concepto de globalización  permite describir parte de la complejidad del mundo actualizado y las múltiples  contradicciones que comprende para entender los diversos procesos por los que  ha transitado (Martínez,  2008). Muchas opiniones convergen al definir la  globalización como la emergencia de un mercado capitalista mundial donde se  vinculan la mayoría de los países, la expresión de la globalización surgió  durante la década de 1980 (Muñoz, 2002),  pues el origen de la globalización generalmente se explica  por la existencia de las empresas transnacionales, pero es mucho más complejo y  difiere de la transnacionalización anterior, actualmente las economías están  integradas por la expansión de las empresas que establecen sus partes o fases  de un  mismo proceso de producción en diferentes  países; por lo tanto, los países quedan conectados por la misma estrategia  empresarial cuyas decisiones se encuentran en un órgano que escapa del control de  los gobiernos y se convierte en mecanismo de control de las autonomías  nacionales, por las características que presenta el mercado de capitales se le  considera globalizado (Muñoz, 2002).  
  En la globalización la  competencia es entre sistemas y no entre empresas, la empresa integra la  competitividad y la innovación formando una red de vinculaciones que va de lo  local a lo regional y los vínculos transnacionales  (Horbath,  2004). Entonces  se asume que, en la globalización la mayoría de los países se encuentran  sujetos a las políticas del mercado internacional donde los procesos de  producción no reconocen fronteras territoriales y no están sujetos a un solo  estado, en la globalización el mercado mundial supera las barreras y controles  estatales  (Morales,  2009). 
  Además,  la globalización implica la libre circulación de capitales y de recursos  humanos más allá de las fronteras, eliminando el espacio-tiempo y donde el  incremento de la migración ha alertado a los Estados a evitar la migración para  defender su soberanía (Martínez, 2008).  
  Incluso  se supone que el proceso migratorio forma parte importante de la transformación  social y puede impulsarla, los desplazamientos poblacionales en el pasado  dieron forma a los estados y sociedades, actualmente lo radicalmente distintivo  es el alcance global de las políticas nacionales e internacionales y sus  consecuencias económicas y sociales, aunque esto no conducirá a la desaparición  del estado nación, las relaciones de interdependencia y la cooperación regional  y bilateral están transformando la vida de millones de personas (García, 2007b). 
  La globalización  comprende los cambios que han llevado a la eliminación de las barreras a la  movilidad de los factores de la producción entre los países, lo que se ha expresado  en la integración económica y la expansión del mercado mundial e implica el  éxodo de fuerza de trabajo, pero también se han incrementado las restricciones  a la movilidad de la fuerza de trabajo migrante   (Muñoz, 2002). En este sentido se  considera que el proceso migratorio es parte y producto de la integración y la  globalización económica, además se estima que la migración internacional  representa un enorme potencial aunque no se haya reconocido (Leite, Zamora y Acevedo, 2007).
  También se destaca que  la globalización y la migración han contribuido al proceso de desarrollo  capitalista, sin embargo existe una contradicción en el proceso de  globalización que por una parte promueve la apertura de las fronteras a los  desplazamientos de flujos comerciales y financieros a nivel mundial, pero  excluye a la migración (Villafuerte,  2006). 
  La  globalización supone beneficios económicos, acompañados de poder y orientado  por las tecnologías; sin embargo, un cambio  trascendental en la década de los noventa está vinculado con la globalización y  la flexibilización 1 del trabajo en los países de  origen y destino de mano de obra (García, 2007a). 
  En la globalización los avances tecnológicos en los medios de comunicación permiten que se tenga mayor información de  los mercados laborales en distintas partes del mundo, lo que motiva a migrar a  quienes viven en países menos desarrollados (Morales,  2009). Como consecuencia de lo anterior, la migración internacional  genera la entrada de los países al desarrollo de la economía global y  social  (Massey, Durand y Malone, 2009). 
  De acuerdo a algunos  argumentos el proceso de globalización de los mercados laborales y de capital  propone grandes desafíos ante el Estado-nación y la soberanía nacional, la  globalización impulsa a la disminución de los  salarios y a una mayor desigualdad en el mundo (Durand  y Massey, 2003). 
  Entonces, en base al  planteamiento anterior se deduce que uno de los fracasos sociales de la  globalización es la desigualdad del ingreso entre las economías en vías de desarrollo  y las desarrolladas (Corral, 2009). Aunque algunas economías emergentes como China se ha beneficiado de los  efectos de la globalización, en otros países los efectos han sido devastadores,  en los países industrializados se han incrementado los niveles de desempleo y  la desigualdad de los ingresos (García, 2007a). 
  Desde otro enfoque, se ha planteado que los grandes problemas del desarrollo capitalista, son  la superpoblación y la superproducción, los avances tecnológicos producen  desempleo porque desplazan fuerza de trabajo, la revolución industrial genera  incremento en la productividad lo cual requiere consumidores, pero los  desempleados no pueden consumir; entonces, en ambos casos, la superpoblación y  la superproducción se dirigen hacia la   expansión exterior  (Margulis, 1977).
  Los  desplazamientos de la población son un fenómeno que data desde tiempos  históricos, lo que ha cambiado es la época y las circunstancias en que suceden  estos movimientos (Castillo,  2000). Como  parte del proceso de globalización la  migración internacional es un fenómeno que ha llegado a todos los lugares del  planeta, los desplazamientos de población responden a las oportunidades en  otras naciones para buscar mejores condiciones de vida  (Tuirán,  2006). 
  La migración también responde al crecimiento  demográfico, el desarrollo de la producción y el intercambio, el surgimiento de  estados e imperios, las guerras, las conquistas, lo que implica migraciones  voluntarias y forzadas como la esclavitud y las deportaciones que fueron formas  de migración laboral (Castles y Miller, 2004),  otras formas de migración forzada son los cambios económicos, las luchas políticas y los conflictos violentos (Castles y Miller, 2004 y Zuñiga, Leite y  Nava, 2004). 
  El proceso migratorio ha extendido las rutas de  origen y de destino de migrantes, ha incrementado su intensidad y complejidad, su  impacto se ha generalizado en el plano económico, político, social,  cultural  y demográfico (Leite, Zamora y Acevedo, 2007).
  Si bien las personas se desplazan de un lugar a  otro para beneficiarse de los salarios y maximizar sus ingresos, esto no es la  única causa de la migración, se estima que el éxodo de las personas no está  asociado a las brechas salariales y las diferencias en los estándares de vida  no siempre producen desplazamientos de personas, este planteamiento no  contradice a la teoría neoclásica, sino que en si misma podría estar incompleta  (Massey, Durand y Malone, 2009).
  Entonces la decisión de  migrar para los defensores de la teoría neoclásica depende de un costo  beneficio, como réplica a los neoclásicos, la línea de investigación  sobre migración de la teoría de los mercados laborales de Michael Piore propone  que la demanda de fuerza de trabajo de las naciones industrializadas genera  migración internacional en los países menos desarrollados proveedores de fuerza  de trabajo, donde la demanda está determinada por las necesidades de los medios  de producción (Piore, 1979). 
  Aunque de acuerdo a los  planteamientos de los defensores de la economía neoclásica y al precursor de  las leyes de las migraciones George Ravenstein, entre los diversos motivos que pueden  generar los desplazamientos de la población, ninguno es más fuerte que el deseo  de la población por mejorar sus condiciones de vida (Ravenstein, 1885).
  Los resultados de algunas investigaciones revelan que mundialmente existe una relación  entre migración internacional y desarrollo socioeconómico, mientras que algunos  países atraen la fuerza de trabajo, otros expulsan a la población a migrar más  allá de sus fronteras con o sin documentos para buscar prosperidad económica (Schmid, 2007). 
  Teóricamente existe un  debate y discusión a nivel mundial sobre la complejidad y el carácter de  indocumentado de los flujos migratorios, la preocupación de los retos que  enfrenta la migración internacional para los países de origen y de destino de  los migrantes, afecta más a los países receptores de migrantes que a los de  origen (Giorguli, Gaspar y Leite, 2007).
  Se considera que la migración internacional representa  un fenómeno no deseado para los países desarrollados porque son movimientos  ilegales de población de bajos niveles, pero es un elemento fundamental que  promueve la globalización en el planeta, aunque parece que la migración ha  estado excluida de la globalización, es un fenómeno inevitable dentro de este contexto  (Martínez,  2001).
  En el escenario de la  globalización la migración internacional ocupa un lugar importante, los  desplazamientos de población a gran escala surgen del proceso de integración a  nivel mundial y se generan a partir de los movimientos de mercancías y de capital,  han llegado a ser una parte crítica en las transformaciones globales y están  relacionadas a la internacionalización de la producción, la distribución y la  inversión (Castles y Miller, 2004). 
  Por lo tanto, es normal  que las relaciones entre la migración internacional y el desarrollo se  enfrenten a múltiples dificultades y contradicciones, en un contexto de  intensificación de las relaciones sociales y económicas a nivel mundial  impulsado por la incorporación de nuevas tecnologías, la reestructuración  productiva y la dispersión de la división del trabajo (Martínez, 2000).
  Por otro lado, la crisis  que afectó a la economía norteamericana con impacto mundial durante 2008 generó  expectativas en México sobre el retorno de migrantes al perder su empleo en  Estados Unidos, según información proporcionada por el Bureau of Labor de los  Estados Unidos (BLS) se perdieron 1.2 millones de empleos y la tasa de  desempleo de la población latina se incrementó a 8.8 por ciento, la crisis  afectó los sectores de la manufactura, la construcción y algunas empresas de  servicios a industrias; se deduce que los migrantes mexicanos fueron los más  golpeados por la crisis porque se emplean como trabajadores de la construcción,  obreros de la manufactura y trabajadores de servicios de mantenimiento y  limpieza, entre otros (Alarcón, et  al., 2008). 
  Algunos efectos de la migración internacional en  México son, la pérdida de población y sobre todo de la población joven, además  de la pérdida de capital humano que es atraído por los países desarrollados en  la globalización (Muñoz,  2002). Se  puede argumentar que para los países subdesarrollados la salida de capital  humano es una causa del estancamiento económico (Agrela,  2002). 
  También  se debe señalar que algunos países pobres poseen fuerza de trabajo laboral con bajo  nivel académico y una parte importante de su población migra hacia el exterior  por la falta de oportunidades económicas para todos y no solo para los  altamente calificados, el resultado es que, una pequeña parte de la población  migrante es altamente calificada y un número de migrantes con baja escolaridad  es extremadamente elevado, según   información proporcionada el Censo de los Estados Unidos (Özden, 2007). 
  Desde otra perspectiva, Douglas Massey, Jorge  Durand y Nolan Malone reconocen algunas observaciones básicas sobre la  migración internacional en la fase de la economía globalizada, primeramente la  migración internacional es producto del desarrollo económico y no es producto de  la falta de desarrollo, la industrialización ha generado la migración desde los  países; la segunda observación es que el proceso de integración económico,  político y social de las naciones genera migración internacional, una expresión  de las relaciones políticas son los tratados entre las naciones, las relaciones  sociales se reflejan en el turismo, comercio y las corporaciones  multinacionales; la tercera observación plantea que los migrantes al arribar a  países desarrollados como Estados Unidos responden a una demanda interior de la  estructura de economías postindustriales, el mercado laboral de los países  desarrollados se ha vuelto más segmentado, los trabajos mal pagados son  cubiertos por los inmigrantes indocumentados; la cuarta observación es que los  migrantes al  llegar a un país  desarrollado por primera vez, no tienen intenciones de establecerse de manera  permanente sino que desean maximizar los ingresos lo que implica el retorno,  otros se desplazan para solucionar problemas económicos; la quinta observación  plantea que la gran variedad de motivos que provocan la migración no permiten deducir  que estos movimientos poblacionales estén determinados por las condiciones del  mercado laboral; la sexta se refiere a los migrantes internacionales que  trabajan mucho tiempo en el extranjero se convierten en pobladores permanentes  y la séptima se refiere a las relaciones que los migrantes internacionales  establecen en los países de destino, además de la transformación que hacen de  los lazos normales como el parentesco en fuentes potenciales de capital social  (Massey, Durand y Malone, 2009). 
  En este contexto, el efecto de la  migración sobre las economías desarrolladas es que la migración ilegal  beneficia a la economía receptora de migrantes, el carácter de ilegal permite  la explotación de la fuerza de trabajo inmigrante, donde la remuneración no  corresponde a su productividad y se refleja la asimetría de poder en la  negociación (Ruiz y Velázquez, 2008). La  vulnerabilidad de la población migrante indocumentada y la limitada utilización  de otros servicios públicos se ha agravado por la criminalización de la  migración en algunos estados norteamericanos (Giorguli  y Leite, 2010), Finalmente la gran diversidad de investigaciones que  postulan diferentes posiciones y enfoques sobre las causas y efectos de la  migración internacional, no dejan de caer en la controversia y deducen que no  hay una teoría coherente sobre migración internacional (Morales, 2009).