La Alternativa Bolivariana para la América surge de las tendencias más profundas del proceso bolivariano en Venezuela y de las relaciones de cooperación solidaria bilateral entre Venezuela y Cuba; en un momento de rechazo al neoliberalismo como resultado del auge de los movimientos populares y de partidos de izquierda –las llamadas izquierda social e izquierda partidarias- que acceden al gobierno en varios países de la América Latina y el Caribe; y en un escenario de estancamiento y virtual fracaso de la propuesta estadounidense de un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) como resultado de la resistencia de las organizaciones populares, de la oposición por parte de varios gobiernos Latinoamericanos y Caribeños y de las reticencias por parte de dos acuerdos sub-regionales de integración en Sudamérica y el Caribe.
Es un contexto de crisis del neoliberalismo no solamente en América Latina y el Caribe sino a escala global que se expresa de múltiples formas y maneras desde los años ´90s del siglo XX, reconocido por los mismos diseñadores del llamado Consenso de Washington.
La crisis del neoliberalismo está siendo cada vez más reconocida como un hecho en diversos ámbitos internacionales, y no solo por los movimientos sociales que desde las protestas en Seattle en diciembre de 1999 contra la Reunión Ministerial de la Organización Mundial de Comercio están teniendo mayor visibilidad global, tanto en el Foro Social Mundial y el Foro Mundial de Alternativas como en la Alianza Social Continental y en los numerosos Foros nacionales y regionales alternativos. Hoy en día hay mayor consenso de que nos encontramos en un momento pos-neoliberal 1, o para decirlo de otra mejor manera en un momento de altermundismo, en la búsqueda de otro mundo mejor que es posible y necesario.
Esa crisis del neoliberalismo se manifiesta en las bajas tasas de crecimiento económico, en el amenazante deterioro ambiental, en la creciente pobreza y exclusión social, en los numerosos conflictos intra e internacionales, en el ejercicio unilateral de las políticas internacionales, en las recurrentes crisis de la burbuja financiera, en los reclamos y protestas de indígenas, desempleados y excluidos en todas partes del mundo, en las criticas del Papa, las autocríticas y disidencias de personalidades como Joseph Stiglitz2 y en las autocríticas del diseñador del (dis)Consenso de Washington John Williamson 3 acompañadas de su repetitiva insistencia en las reformas.
Una de las expresiones de esa crisis del neoliberalismo la constituyen el estancamiento y virtual fracaso de las negociaciones del ALCA y las dificultades en avanzar en los Tratados de Libre Comercio que los EUA ha ido firmando con algunos países en Sudamérica, en Centroamérica, en el Caribe hispano y en el Medio Oriente. Crisis del neoliberalismo que puede ser más o menos prolongada en la medida en que las fuerzas políticas en pugna sean capaces de construir alternativas viables al mismo.
La búsqueda de alternativas al neoliberalismo también es parte de esa crisis. Los escenarios del pos-neoliberalismo cubren un amplio espectro: van desde la continuación de un neoliberalismo capitalista bajo nuevas formas, pasando por la necesidad de reformar las reformas aplicando políticas económicas neoliberales totales o parciales con políticas sociales compensatorias hasta la construcción y-o continuidad de alternativas al neoliberalismo4 .
Es falso que no haya alternativas totales o parciales al neoliberalismo. Baste mencionar las propuestas alternativas que desde finales de los ´90s formulan las numerosísimas organizaciones y movimientos populares de los cinco continentes.
El destacado economista y sociólogo brasileño Theotonio Dos Santos compara la teoría económica neoliberal con la escolástica medieval que se constituyó en un freno al advenimiento del Renacimiento y señala al respecto: ¨Es hora de decir incisivamente: la humanidad puede resolver algunos de sus problemas milenarios en la actual fase de desarrollo de las fuerzas productivas. Para eso deberá emplear masivamente su capacidad de ampliar su base tecnológica a través de innovaciones cada vez más radicales, basadas en la robótica y en las nuevas fases de la revolución tecno-científica como la ingeniería genética, el laser, los nuevos materiales, la biotecnología etc. Lo que bloquea estos avances es la conservación de relaciones de producción atrasadas que impiden el pleno desarrollo económico y la aplicación de políticas industriales que favorezcan el crecimiento. Son las ideas ya superadas que se oponen a la disminución de la jornada de trabajo, a la distribución más justa de las riquezas, a la utilización de los excedentes a favor del desarrollo social, a la hegemonía de una cultura planetaria más solidaria y pluralista basada en el respeto de las potencias económicas de cada civilización, de cada cultura local o nacional. Rodeada de miserables y orientada por una ¨ ciencia¨ económica neoliberal destinada a probar la necesidad de la miseria, la humanidad se encuentra como en la baja Edad Media, contenida en su potencial transformador y revolucionario¨ (Dos Santos2003)
Entre los economistas el neoliberalismo es conocido a partir de la primera aplicación de estas concepciones a escala nacional en un país como Chile con el schock monetario de la sangrienta dictadura fascistoide de Augusto Pinochet en 1973, y de la imposición del modelo de neoliberalismo económico a raíz de la crisis de la deuda externa durante los años ´80s (Espinosa 1989) y de la fórmula del mal llamado Consenso de Washington en los ´90s. Son pocos los que recuerdan el primero y segundo sucesos y muchos los que recuerdan el tercero.
En la dimensión económica el neoliberalismo se estructura en cinco pilares fundamentales:
Es conocido que las doctrinas no se aplican en la vida real en su forma pura, más bien tienden a adecuarse a los intereses de aquellos que las implantan. Tres ejemplos notorios.
El Chile de la dictadura pinochetista mantuvo la empresa estatal del cobre, fuente fundamental del total de sus ingresos, y aunque no convirtió en empresa privada a la estatal minera del cobre sí privatizó la apropiación de los ingresos de dicha empresa y abrió la actividad minera del cobre a la inversión y empresas extranjeras.
Los EUA durante la Admón. de Ronald Reagan elevó a niveles record los gastos militares tanto para su programa de guerra de las galaxias como para suministrar recursos bélicos en las mal llamadas guerras de baja intensidad contra Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
De igual manera la Gran Bretaña del premierato de Margaret Thatcher aumentó significativamente sus gastos militares a raíz de la Guerra de las Malvinas contra la Argentina. Ambos mantuvieron de diversas formas y maneras el financiamiento estatal a sus grandes empresas monopólicas transnacionales (tanto productivas como bancarias)así como los niveles de protección a sus industrias y el aumento de sus gastos militares.
Para los politólogos el neoliberalismo económico ha estado acompañado por el neoconservadurismo político que procura raíces divinas para el ejercicio de gobierno, que convierte el ejercicio de la política en un mercado entre candidatos que compiten por los votos de una minoría de no abstencionistas, reduce la democracia a los procedimientos formales de elección, restringe la vida democrática de los ciudadanos mediante la vigilancia e intimidación sistemáticas y propugna un Estado fuerte ante los reclamos y demandas de las mayorías empobrecidas y débil ante las exigencias del gran capital transnacional.
Para los expertos en relaciones internacionales el neoliberalismo económico se caracteriza no solo por retomar las propuestas librecambistas del siglo XIX sino por su alianza con los teóricos neorrealistas que basan el orden mundial en el ejercicio del poder por parte de las grandes potencias y enfatizan el conflicto y la guerra en lugar de la cooperación y la solidaridad internacional. El ejercicio del unilateralismo y del uso de la fuerza militar bajo diversos pretextos en las relaciones internacionales, constituye uno de sus rasgos fundamentales.
Para los estudiosos de las relaciones económicas internacionales el neoliberalismo imperialista con su centro de poder en el gobierno de los EUA se caracteriza por hegemonizar el funcionamiento de organismos multilaterales como la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional y la Organización del Atlántico Norte, entre otros, para imponer sus intereses transnacionales al resto del mundo y, principalmente, a los gobiernos y pueblos del Sur mediante el uso y el abuso de la fuerza militar o su amenaza sistemática.
Para los sociólogos que estudian los símbolos, metáforas sociales y auto percepciones que forman un imaginario colectivo e influyen sobre las dinámicas sociales de grupos humanos como el mexicano Nestor García Canclini, ¨muchos autores ya no suscriben el estereotipo en el que la globalización neoliberal aparece como una forma de homogeneización cultural o como acceso fácil a bienes y mensajes del mundo. Cada vez más ellos analizan la doble agenda de este proceso: de una parte cómo integra y comunica y de otro lado como segrega y dispersa. Existe un grupo de actividades globalizadoras que une y articula empresas productivas, el sistema financiero mundial y los regímenes de información y entretenimiento(..) ellos contribuyen a crear comunidades transnacionales de consumidores, poseedores de tarjetas de crédito, espectadores y turistas, servicios de computación, films, información y videoclips. Al mismo tiempo, sin embargo, esta organización unificada mundial de mercados simbólicos y materiales es una maquinaria de estratificación que opera no tanto para borrar las diferencias sino para reordenarlas y producir nuevas estratificaciones. Podría añadirse que la globalización neoliberal es también una maquinaria de segregación y dispersión: genera desafiliación en los sindicatos, mercados informales conectados por redes de corrupción y lumpenismo y una cultura audiovisual opuesta a la cultura impresa. Unifica tramos de consumidores transnacionalizados y al mismo tiempo genera trabajadores asalariados empobrecidos que ven pero no consumen, emigrantes temporarios que oscilan entre una y otra cultura, personas indocumentadas con derechos restringidos(..) Este sistema que globaliza algunos y excluye muchos otros no disuelve las fronteras. Frecuentemente las refuerza y las hace móviles. (Canclini 1998)
Podría agregarse que también produce y reproduce la resistencia de los pueblos, de los sectores sociales explotados y oprimidos en el mundo entero y de gobiernos electos por mayorías populares cuyas políticas nacionales e internacionales favorecen los intereses de su población, cada vez más organizados y con mayor conciencia de los peligros, amenazas y, también, cada vez más integrados en torno a programas alternativos al orden neoliberal imperialista.
Para los ecologistas y ambientalistas el neoliberalismo imperialista ha creado una situación de crisis socio-ambiental que amenaza con la extinción de la especie humana y otras especies y coloca en riesgo al mismo planeta tierra.
1 Atilio Borón y Emir Sader (org) Pos-neoliberalismo, editora Paz e Terra, Sao Paulo, 1995. E.Espinosa Globalización solidaria, sostenible y cooperativa: una visión desde el Sur, en: Seminaire international sur le commerce, les cooperatives et le development durable, IRECUS, Université de Sherbrooke, Canada, enero 2000. ISBN: 922672-02-6. E. Espinosa, “Cuba y el proceso de integración latinoamericano: desgaste y crisis del neoliberalismo”, en: Revista Paz y Soberanía # 1, 1993, La Habana, 1993. ISSN: 0864-2052. E. Espinosa “Globalización e integración: desafíos y oportunidades para América latina, Caribe y Cuba: los casos del Mercosur y la AEC”, Economía y Desarrollo # 1, 1996, Facultad de Economía, Universidad de La Habana, enero 1996. ISSN: 0252-8584.
2 Joseph Stiglitz “El rumbo de las reformas. Hacia una nueva agenda para América Latina”, Revista de la CEPAL # 80, agosto de 2003, CEPAL, Santiago de Chile. J. Stiglitz, Globalization and its disidents, 2003
38 John Williamson From reform agenda: a short history of the Washington Consensus and suggestions for what to do next, Finance & Development, sept 2003, FMI. John Williamson and Pedro Pablo Kuczynski, After the Washington Consensus: restarting growth and reform in Latin America.
4 Eugenio Espinosa Martínez, Neoliberalismo revisitado: crisis y alternativas: ¿neoliberalismo plus, neodesarrollismo o socialismo del siglo XXI?, Editorial Académica Española, Saarbrucken, Alemania, 2012. ISBN: 978-3-659-04515-8.