MAPA DE APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA SOSTENIBLE: Una mirada crítica a sus conceptos y tendencias

MAPA DE APROXIMACIÓN A LA ARQUITECTURA SOSTENIBLE: Una mirada crítica a sus conceptos y tendencias

Rigoberto Lárraga Lara (CV)
Universidad Autónoma de San Luis Potosí

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FUNDAMENTOS TEORICOS

En el capítulo anterior se presentó la argumentación que da sustento al pensamiento ambientalista moderno, base del concepto de sostenibilidad, en este capítulo se presenta los fundamentos del concepto de sostenibilidad, para ello se harán presentes conceptos de Pierri, Foladori (2005) Hopwoop, O´Brien (2005) que relacionan el concepto con su historia y sus tendencias, debates y críticas.

La definición de sostenibilidad escrita en el libro de Nuestro Futuro Común (1986) dice “Desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades” (WCED, 1987:43).
De acuerdo con Foladori (2005) dos componentes dan dirección al concepto y estas son la equidad intrageneracional; y por otro lado, la equidad intergeneracional, en el uso de los recursos naturales para satisfacer sus necesidades.

En la Arquitectura se debe pensar en los mismos términos. La equidad intrageneracional está pensada en la afirmación de que los seres humanos del presente y del futuro son iguales y tienen los mismos derechos, a obtener una vivienda digna y asequible; a diseñar y construir un hábitat que admita tener una calidad de vida que permita su desarrollo integral. El segundo componente menciona la equidad intergeneracional, realidad inadmisible en un mundo polarizado entre ricos y pobres, forjado por el sistema económico de acumulación de capital que establece las reglas de crecimiento y dirigidas por el Status Quo.  Al revisar estas premisas, nos damos cuenta del primer obstáculo para la arquitectura sostenible, no es tecnológico, ni es medio-ambiental; sino, de tipo social, económico, institucional y en mucho de los casos cultural. De esta encrucijada se diferencian y se oponen entre sí, muchas de las posturas y tendencias del concepto. El problema conceptual es considerar a la sociedad humana como una unidad, como si en su interior no existieran diferencias. Es decir, precisamente la particularidad del comportamiento humano con su medio ambiente es  el resultado del tipo diferenciado de relaciones sociales de producción. Foladori (2005) dice que las relaciones de producción capitalistas no son discutidas en la teoría del desarrollo sustentable sino por el contrario son permanentemente ignoradas.

Los especialistas de la arquitectura sostenible, están tratando de encontrar en el diseño una alternativa a la problemática ambiental, a través del ahorro energético, la utilización de materiales reciclados y la implementación de eco-tecnologías, pero pocos de ellos están planteando la necesidad de la equidad como una condición indispensable para la sostenibilidad, existen diferencias abismales entre una vivienda tradicional de una comunidad nativa envuelta en la pobreza extrema, y el extremo despilfarro de tecnología para climatizar formas caprichosas de materiales industrializados de la élite en el poder. En ambos casos se están supliendo la necesidad de habitabilidad, la cual corresponde a una cultura, espacio y contexto, la diferencia entre ellas repercute en el uso y deterioro de los recursos naturales, económicos, sociales, institucionales, culturales; por tal diferencia se afirma que la responsabilidad ambiental es diferenciada, entre la construcción de habitabilidad de las naciones ricas de aquellas pobres. Ya que su aportación al deterioro de los recursos ambientales es a diferente escala.  
Es necesario para la sostenibilidad en la arquitectura: la equidad, la democracia, la gobernanza, la asequibilidad, la calidad de vida, la participación comunitaria, la paz y seguridad social, la diversidad cultural, la dinámica de continuidad y cambio del conocimiento empírico, por ser  elementos que condicionan. No puede haber arquitectura sostenible, si esta implica en sí  misma la diferenciación, clasista, de quien puede y quien no puede acceder a ella.

Las discusiones acaloradas sobre el concepto de sostenibilidad y las distintas percepciones ha llevado a muchos a considerarla utópica o idealista, sin posibilidades prácticas de ser utilizada en el desarrollo y crecimiento de las sociedades humanas, sin embargo, Pierri (2005) afirma que precisamente es en las diferencias de posturas donde se encuentra la diversidad que enriquece el concepto, y reconoce tres grandes corrientes en disputa que, independientemente de sus matices y evolución, se manifiestan a lo largo del debate ambientalista.

a) La corriente ecologista conservacionista o sostenibilidad fuerte, tiene raíces en el conservacionismo naturalista del siglo XIX, y en las ideas ecocentristas de Leopold (1949) de promover una estética de la “conservación” y una Ética de la Tierra o “bioética”. Contemporáneamente tiene una importante referencia filosófica política en la ecología profunda, (Arne Naess 1973). Según Pierri (2005) esta corriente tomó cuerpo en la discusión ambiental iniciada en los setentas mediante la propuesta del crecimiento económico y poblacional cero, siendo la justificación teórica más clara la dada por la economía ecológica, principalmente a través de su fundador, el economista norteamericano Herman Daly.
En la arquitectura existen posturas asociadas a esta corriente, estas refieren una transformación radical e implican un cambio al modelo de desarrollo del status quo y por ende de la forma que se utilizan los recursos ambientales. Las ecoaldeas, y ecovillas son un ejemplo que representa esta corriente y materializan el pensamiento transformacionista, de la ecología profunda. En ellas el diseño arquitectónico, es tan solo una parte que resuelve y aporta a la sostenibilidad, el modelo está compuesto por un sistema institucional que permite la gobernanza de sus miembros y la toma de decisiones en la construcción del hábitat colectivo e individual, la participación comunitaria permite a sus miembros la asequibilidad y la transmisión de conocimiento, la democracia permite que los miembros dirijan su futuro bajo condiciones de equidad y justicia, se promueve la diversidad cultural y se aplican los principios de la permacultura, contribuyendo en el ahorro energético y la innovación en ecotecnias. Estos y otros conceptos se ven materializados en pequeñas comunas en el ámbito rural, donde el espacio arquitectónico colabora en la transmisión de los conocimientos y principios ecológicos, la utilización de técnicas de construcción de tipo ancestral y el uso de materiales no industrializados, para ello, es necesario una postura filosófica alternativa a la del sistema económico predominante y en mucho de los casos aun opuesta a éste 1.

b) El ambientalismo moderado o sustentabilidad débil, que es antropocéntrico y desarrollista, pero acepta la existencia de ciertos límites que impone la naturaleza a la economía, lo que separa del optimismo tecnocrático cornucopiano expresado por la economía neoclásica tradicional. Se expresa, teóricamente, en la llamada economía ambiental, que es neoclásica, pero keysiana (Pearce cit. por Pierri 2005), y políticamente en la propuesta hegemónica del desarrollo sostenible con crecimiento económico y márgenes de conservación, cuyos voceros más destacados son los organismos internacionales en la materia.

c) En tercer lugar, la corriente humanista critica, alternativa a las anteriores, que con raíces en las ideas y movimientos anarquistas y socialistas, se coloca de lado de los países y sectores pobres y subordinados. Según Pierri, esta corriente se expresa en los setenta en la propuesta tercermundista de ecodesarrollo y, más adelante, asumiendo el objetivo de desarrollo sustentable entiende que su construcción efectiva requiere un cambio social radical, centrado en atender las necesidades y calidad de vida de las mayorías, con un uso responsable de los recursos naturales. Esta corriente tiene dos subcorrientes mencionadas por Pierri como: anarquista basada en la ecología social, y el ecodesarrollo, y la subcorriente marxista, la cual entiende que el problema ambiental no está dado por los limites externos de la sociedad sino por la forma de organización social del trabajo que determina que recursos usar, la forma y el ritmo del uso.

En esta última corriente trata de dar una alternativa desde un enfoque mediador entre la postura crecimiento cero, y la postura desarrollista moderada con limitaciones hacia los países pobres, es entonces la humanista crítica, la que le da voz a los países pobres anunciando según Sachs: un estilo de desarrollo particularmente adaptado a las regiones rurales del Tercer Mundo, fundado en su capacidad natural de fotosíntesis,  revindicando una nueva ética de la naturaleza, y estableciendo principios de una solidaridad diacrónica con las generaciones futuras basadas en la conservación de la estructura productiva de los recursos renovables y en la oposición al despilfarro de los recursos no renovables. Agrega Pierri (2001:32) “A esto se le agregan acciones, como la introducción de tecnologías apropiadas y la orientación del sistema educativo para generar los conocimientos necesarios para un manejo ecológicamente adecuado de los recursos, proclamando el rechazo a la dependencia cultural y técnica. Se trata de una posición antitecnocratica o de abajo para arriba, preconizando una gestión más racional de los ecosistemas locales, gestión que debería incluir la valoración de los know-how  y de la creatividad de las comunidades.
Este estilo de desarrollo puede aplicarse de igual manera a las comunidades rurales como a las urbanas, buscando prioritariamente la satisfacción de las necesidades básicas y la promoción de la autonomía de las poblaciones envueltas en el proceso (Freire, 1995:55), Los principios básicos del concepto son según Pierri (2001):

  • Satisfacción de las necesidades básicas
  • Solidaridad con las generaciones futuras
  • Participación con las comunidades implicadas
  • Preservación de los recursos naturales y medio ambiente en general
  • Elaboración de un sistema social garantizando empleo, seguridad social y respeto a otras culturas
  • Programa de educación
  • Defensa de la separación de los pises centrales y periféricos para garantizar el desarrollo de los últimos

Por otro lado existen críticas a este último modelo Leff (1994) menciona que a pesar de la amplia difusión que tuvo ese discurso, no atrajo el interés ni la fuerza necesarias como para convencer de la urgencia de la propuesta.
El ecodesarrollo pretende una relación armoniosa entre la sociedad y su medio ambiente natural, pero no elabora una teoría sobre las determinaciones histórico-sociales que explique cómo las estructuras y procesos económicos y políticos conducen a las formas sociales y técnicas de vincularse con el medio y hacer uso de los recursos. Por ello su propuesta no va más lejos de querer introducir criterios ecológicos al funcionamiento del mercado y hacerlo así más “civilizado”, mediante una ecuación política de equilibrio de poder entre el Estado, empresa y sociedad civil.

En los años que median entre Estocolmo (1972) y Brundtland (1987), se constituye un escenario más propicio para relanzar la problemática ambiental y obtener mayor receptividad, lo que se realizará bajo la fórmula del desarrollo sustentable. En este tiempo tres son las principales fuerzas que colocan el nuevo concepto: primero una mayor conciencia de la crisis ambiental con nuevas alternativas tecnológicas y energéticas para su atención; segundo en materia política hubo un proceso de cambio desplazando la vieja oposición capitalismo-socialismo; tercero se plasmaron nuevas propuestas teórico-políticas provenientes del campo ambiental y del campo de las relaciones internacionales.
El mapa nominativo de aproximación a la arquitectura sostenible y sus antecedentes

Graciela Pedemonte y Eduardo Yarke utilizan por primera vez en el año 2009 el término “Paraguas de la sustentabilidad” para denominar a todas las posturas arquitectónicas que pretenden dar respuesta al problema ambiental desde su aportación al diseño y construcción de la de habitabilidad, en un sentido metafórico que cubre todas las posturas y las reúne en un concepto de reciente incorporación en el discurso global. Estos autores a su vez lo importan de otras disciplinas citando a Humberto Tommasino de quien viene el concepto inicial.
Con base a este grupo de denominaciones diversas que pretenden un mismo fin y revisando sus variables que las hacen converger y aquellas que las hacen divergir Lárraga 2012 propone un mapa que describe las variables en un espectro, utilizando los ejes X y Y del mapa de Hopwood et al., (2005) -Mapping the views on sustainable development- así como el manejo de multivariables de Pearce (1993), los principios que distinguen las tres corrientes revisadas por Pierri (2001). Los principios sostenibilidad de Toledo (2000), Tetrautl (2004), y las metas para el desarrollo revisadas en Brown (1982), WCED (1987), O’Riordan (1989), Sachs (1993). Incluyendo las acciones para diseño sostenible de los autores McLennan (2004), Dorschel (2003), Buckminster Fuller (1963) and Papanek (1971), Vezzoli, Manzini (2008).

Aunque el propósito del concepto nominativo para la arquitectura sostenible está claramente definido, la variedad de posturas es extensa. Distinguiéndose unas de otras en la práctica y en sus resultados
Al mirar hacia el área de las posturas evaluadas uno se enfrenta a una considerable diversidad. Esta es debido a la naturaleza misma de esta categoría, ya que cada postura cuenta ciertos aspectos de sostenibilidad
de acuerdo a los criterios aplicados (cf. Holden, 2007). De particular interés para este estudio, sin embargo, es un modelo desarrollado por Hopwood et al. (2005). Basado en el espectros ambiental de O'Riordan (1989) y Pearce (1993) el mapa marca diferentes enfoques en el campo de la sostenibilidad de acuerdo a su "actitud hacia el cambio "(Hopwood et al., 2005). De esta manera todo el espectro del eco-centrismo al tecnocentrismo se aplica tanto a las direcciones X y el eje Y, cada uno, respectivamente, describiendo las preocupaciones ambientales  y socioeconómicas. El espacio resultante entre los ejes permite la asignación de cualquier principio de sostenibilidad en relación con su posición en relación con los dos sentidos: la gama de eco-céntrico al techno-céntrico, además de todo el espectro de las preferencias ambientales a preocupaciones socioeconómicas. Por último, el espacio se divide en tres zonas que van desde el “status quo” a través de “Reforma” a “Transformación” Fig.2

El enfoque se basa en la suposición de que el diseño sostenible no puede ser visto como una norma única, sino como una noción subyacente, una aproximación filosófica a casi cualquier diseño o actividad (McLennan, 2004). Esta noción finalmente responde a la misma cuestión que el concepto de desarrollo sostenible: En el centro de la atención, es la salida de la situación actual hacia  escenarios más sostenibles.
Para capturar los campos y su relación como se ha descrito anteriormente, se elige una aproximación visual. La revisión de la literatura sirvió de base para la concepción de diseño sostenible en el contexto de desarrollo sostenible. Basándose en esto, se introducen modelos visuales de ambas esferas, clasificadas y discutido para construir una base de datos para el marco que se creará.
Como resultado, un marco compuesto ha sido desarrollado que es capaz de visualizar el campo del diseño sostenible en el contexto del desarrollo sostenible reconociendo el potencial de partir del status quo como se describe anteriormente.
Dependiendo de cómo se utiliza, el marco tiene las siguientes implicaciones: En una base teórica, el marco funciona como un mapa visual que describe la relación de diseño sostenible y desarrollo sostenible. En un nivel práctico del marco puede ser utilizado como una representación visual herramienta de evaluación que promueve una mejor comprensión y evaluación de la creciente cantidad de posturas. Sin embargo, el proceso de asignación puede ser discutible ya que muchos factores no son finalmente definidos todavía. Este podría ser el punto de partida para futuras investigaciones.

Por último, la distribución de las posturas sobre el mapa según su identificación nominal se hizo de acuerdo a los indicadores de sostenibilidad descritos por Lárraga (2015) en su texto “Componentes de la sostenibilidad” donde el autor utiliza la metodología de Oktay, B., Hoskara (2009) y ordena los datos a través de un ordenador de multivariables Decorana. Entre las variable utilizadas están las encontradas en la Figura 4 y tienen que ver con las premisas de diseño utilizadas en las diferentes posturas filosóficas de los principales representantes de los movimientos arquitectónicos revisados.

En el mapa  es posible identificar cuáles son los opuestos de este largo listado de opciones y así llegamos a determinar que hay posiciones que nacen y se valorizan en el "mercado", que aspiran a ser una "marca", que proponen soluciones exclusivas y por ende elitistas y que se apoyan firmemente en recursos tecnológicos (a veces sofisticados). Sus promotores suelen ser muy activos, ejercen una tarea de Marketing eficaz y su objetivo es lograr una porción del Mercado Inmobiliario dirigido a los sectores de mayor poder adquisitivo con sensibilidad ambiental. En este grupo podemos encontrar a algunas de las soluciones llamadas Edificios Verdes, Green Buildings, Edificios Inteligentes o de Alta Calidad Ambiental, etc..

En el opuesto se hallan propuestas de construcción dirigidas a sectores sociales de escaso nivel económico y fuerte conciencia ecológica, utilizando tecnologías muy simples (rescatadas con frecuencia de los sistemas constructivos tradicionales, con utilización de materiales y saberes locales) que se orientan hacia el mejoramiento de las condiciones de hábitat, que se mueven por fuera del mercado o en su periferia y que tienen un muy bajo perfil. Hay ejemplos de este accionar entre los que practican la Eco-Arquitectura o Arquitectura Natural, los que realizan Gestión Participativa o Autoconstrucción Sustentable, Ecovillas, etc. aunque también bajo estos rótulos se etiquetan soluciones no comprometidas con la sustentabilidad en un sentido más amplio. Pedemonte y Yarke 2009

Podría decirse que esta polaridad representa la brecha entre los sectores más favorecidos y los menos favorecidos, pero en realidad la desigualdad social es más amplia todavía y se extiende hacia ambos lados de estas propuestas, aunque es mayor esa extensión hacia los sectores sin recursos.

Entre ambos opuestos se hallan los sectores sociales denominados "medios" que en Latinoamérica suelen ser relativamente numerosos en el interior de las ciudades de mayor importancia.

Esta dicotomía según Pedemonte y Yarke (2009) tiene su correlato en las decisiones personales que cada profesional asume para poner sus conocimientos al servicio de un sector, de acuerdo a su realidad, su ideología, escala de valores, etc. y también tiene un correlato en la manera en que se debe de enseñar la arquitectura, y en lo Institucional cuando de orientar campos de acción se trata, tanto para Instituciones Privadas (Cámaras, ONGs, Medios, etc.) o Públicas (Facultades, Institutos de Vivienda, Bancos de Desarrollo o Fomento, etc.)

En definitiva es cuando la variable ético-política interviene y que impulsa para que el Estado actúe en la ayuda solidaria, cuando se trata de mejorar la "sustentabilidad" de los sectores sociales de menores recursos económicos, o de establecer normativas o legislación que si bien alcanzará solo a una parte de la población, son imprescindibles al momento de definir el rumbo a tomar.

1 La definición y descripción de las ecovillas y ecoaldeas, así como sus principales exponentes y casos de estudio se presentaran en el capítulo siguiente.