ALTERNATIVAS SUSTENTABLES DE PARTICIPACIÓN COMUNITARIA PARA EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE

ALTERNATIVAS SUSTENTABLES DE PARTICIPACIÓN COMUNITARIA PARA EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE

Ramón Rivera Espinosa
Universidad Autónoma Chapingo

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LA FORMACIÓN DE GUARDA RÍOS: UNA EXPERIENCIA DE AMBIENTALIZACIÓN CURRICULAR A PARTIR DE LA SALUD AMBIENTAL

María Luisa Montoya Rendón
Doctora en Educación
Universidad de Antioquia
Facultad Nacional de Salud Pública
 mluisa.montoya@udea.edu.co

Resumen
La enseñanza en el aula de clase y fuera de ella y, a partir de la identificación de las necesidades de la comunidad llevadas a la Universidad en forma de proyectos, permite el aprendizaje en contexto, elemento considerado vital para asegurar la pertinencia de la formación. Así, a través del proyecto de formación de Guarda Ríos, realizado con el concurso de los estudiantes de diferentes programas académicos de la Universidad de Antioquia, seccional Suroeste, se aprendió, se recreó, se compartieron conocimientos y se articularon las funciones misionales: Docencia, Investigación y Extensión y además, se vivió una experiencia de cómo transversalizar el concepto de Salud Ambiental, SA, en educación superior, concepto éste que a través de la capacitación, la toma de muestras para identificar la calidad del agua de la subcuenca la Chaparrala, las visitas de campo, la encuesta y el análisis a partir de la aplicación de la estrategia didáctica PRACCIS (Prejuicio, Reflexión, Análisis, Comparación, Comprensión, Interpretación y Síntesis) González, E. 2011a, González, E. 2011b, González, E. et al 2012, se posibilitó la circulación de conocimientos desde los prejuicios de cada uno de los participantes, quienes a partir de sus propias vivencias y durante la realización del proyecto fueron identificándose con la temática; que si bien no hace parte de los contenidos curriculares de sus planes de estudio, sí hace parte de sus responsabilidades como ciudadanos y como seres humanos responsables del cuidado de sí, del otro y del mundo, y propusieron alternativas de solución a las problemáticas del contexto donde se desarrolló el proyecto.

Palabras claves: Ambientalización curricular, Transversalidad curricular, Salud ambiental, educación superior, guarda ríos, docencia, investigación y extensión.

“Los ríos son las venas del planeta por donde corre su sangre, entre tanto el hombre les permita correr libremente y sin contaminantes, se estará garantizando la perdurabilidad de la vida en él, por ello todos somos responsables de su conservación y protección”.

Introducción

“La formación de Guarda Ríos bajo el concepto de salud ambiental, nació del proyecto de tesis doctoral de la autora, denominado “La salud ambiental como concepto transversal al currículo: Una manera de ambientalización curricular”, el cual pretendió posibilitar la integración de los ejes misionales de la Universidad, docencia, investigación y extensión, a partir de la transversalización de dicho  Concepto, el cual se pensó lograría despertar el interés en el cuidado y protección de la naturaleza, o como en su momento lo definió Gomera Martínez, “cultivar la conciencia ambiental para lograr una relación de respeto hacia el medio ambiente” Gomera 2008, considerado para el proyecto como el saber sabio, o saber científico, o saber enseñado, y el saber aprendido, comprendido desde el mundo de la vida, que para el caso lo representó la quebrada La Chaparrala, saber aprendido logrado a partir de los diferentes currícula a los cuales pertenecían  los estudiantes en formación, figura 2. 

Así mismo la formación de los guarda ríos se considera un primer paso en el empoderamiento de las comunidades aledañas a la quebrada La Chaparrala, que ha dejado como insumo importante, la necesidad de desarrollar otros proyectos para el cuidado y la protección de la quebrada que surte el 100% de la comunidad urbana y parte de la zona rural del municipio de Andes, Antioquia-Colombia.

Se logró no solo articular las funciones misionales de la universidad sino la integración en un solo proyecto de tres grupos de investigación, Figura 2, Didáctica de la educación superior, DIDES, Facultad de educación,  Geomática y Limnología, GEOLIMNA, Facultad de ingeniería y, Salud y Ambiente, GISA, Facultad Nacional de Salud  Pública, todos de la Universidad de Antioquia, con el concurso de la Secretará de Educación del municipio de Andes.

Ahora bien se parte de la premisa que, la salud ambiental es un asunto de todos y la ambientalización y la transversalidad curricular, como asuntos de la Universidad,

Un asunto de todos, La Salud Ambiental

     En la actualidad se reconoce que las preocupaciones ambientales son cada vez más apremiantes y más aún, en los últimos años con el aumento de la temperatura en muchas ciudades del mundo, mientras en otras se ahogan por la furia de las corrientes de agua que se salen de sus cauces y que, desafortunadamente se piensa que son desastres naturales, desastres ante los cuales se está poco preparados, pero que pasa y se atiende a las víctimas y luego no pasa nada y se olvida; olvido, porque no se va al fondo del asunto y es que, ese fondo del asunto no son más que las consecuencias de los devastadores efectos de la acción humana sobre el entorno, y de cómo ese mismo entorno a su vez replica sobre el bienestar de los seres humanos.  Preocupaciones que no solo han sido objeto de trabajo de diferentes organismos nacionales e internacionales  y de los mismos medios de comunicación, sino que hoy en día se desplazan a las  zonas menos pobladas en especial a las comunidades rurales, donde se está replicando el modelo de desarrollo de los centros urbanos y vienen creciendo a ritmo acelerado y sin una planificación del territorio y de sus instituciones para enfrentar los desafíos que en materia ambiental le esperan al país. 

Por lo anterior, se empieza a reconocer que es necesario preparar a las comunidades en asuntos de carácter ambiental y de cómo estos asuntos replican sobre su salud; de ahí el papel fundamental que puede cumplir el concepto de salud ambiental, como ese híbrido entre lo ambiental y la salud que toca no solo al hombre, sino a todos los seres vivos e inertes y de cómo se deben abordar acciones preventivas, correctivas, adaptativamente y de mejora, de no ser posible la eliminación, minimización o control de los impactos, como la define la OMS  “la salud ambiental está relacionada con todos los factores físicos, químicos y biológicos externos de una persona” OMS, 2013. Es decir, que engloba factores ambientales que podrían incidir en la salud y se basa en la prevención de las enfermedades y en la creación de ambientes propicios para la misma. 

 Aunque se puede ir más allá, entender la salud ambiental como la trabaja la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la cual divide su problemática en dos vertientes programáticas: El Saneamiento básico (medios ambientales) y, la calidad ambiental (efectos a la salud)” Gobernación de Antioquia, 2012.

O como lo anota Cantú M 1998, “Tanto el desarrollo insuficiente que conduce a la pobreza, como el desarrollo inadecuado que redunda en el consumo excesivo; combinados con el crecimiento de la población mundial, pueden motivar graves problemas de salud relacionados con el ambiente en los países desarrollados y en los países en desarrollo”, dada la triada donde se imbrican mutuamente el ambiente, la salud y el desarrollo.

En Colombia, el Consejo Nacional de Política Económica y Social, estableció que “La Salud Ambiental se define de manera general como el área de las ciencias que trata la interacción y los efectos que, para la salud humana, representa el medio en el que habitan las personas. De acuerdo a esto, los componentes principales de la salud ambiental tienen un carácter interdisciplinario, multi-causal, pluri- conceptual y dinámico, y se imbrican mutuamente, en una relación dialéctica” CONPES 2008.

Ahora bien, este CONPES explicita que en Colombia, dada la complejidad y envergadura que demanda la salud ambiental, se decidió de manera unánime e intersectorial su abordaje de manera gradual y hace referencia a calidad de aire, baja calidad de agua para consumo humano y la gestión inadecuada de las sustancias químicas (seguridad química); pero también queda explícita la escasa capacidad técnica y científica que se origina en el incipiente e insuficiente involucramiento del sector académico en formaciones de pregrado, posgrado e investigaciones requeridas para el abordaje de esta en el país. 

Así las cosas, en salud ambiental se debe considerar el agua un recurso esencial para la vida, dado que ningún ser vivo sobre la tierra puede sobrevivir sin agua. Más allá de cubrir las necesidades básicas del ser humano, el abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento, así como el uso de los recursos hídricos, son factores determinantes para un desarrollo sostenible, ONU-DAES, 2015.

Para Aguilar, Cepero & Countin, 2000 “en el continente americano este recurso es abundante pero mal distribuido y de calidad cada vez más pobre, que puede transmitir una gran cantidad de enfermedades peligrosas y hasta mortales, específicamente en los países de América Latina donde aún persisten los problemas asociados al saneamiento básico” pero también el saneamiento ambiental.

Problemas no ajenos al municipio de Andes, donde el desarrollo lleva implícitos los problemas relacionados con la salud ambiental, de cómo éstos deben ser abordados desde la misma Universidad, en procura de su encargo social y de allegar una educación con pertinencia social y lógicamente con estándares de calidad.

Así, desde diferentes áreas del conocimiento se abordaron algunos problemas de salud ambiental de la comunidad aledaña al eje principal de la quebrada La Chaparrala en el municipio Andes-Antioquia. Problemas que fueron llevados a los currícula de la Universidad de Antioquia en la seccional Suroeste, a partir de este proyecto que permitió desarrollar la flexibilidad, la interdisciplinariedad, la pertinencia y la articulación de la docencia, la investigación y la extensión.

Un asunto de la Universidad, la transversalidad y la ambientalización curricular.

Montoya y González (2013) escribieron, cuando se habla de transversalidad del currículo en educación superior diferentes acepciones emergen al término: inserción transversal, eje transversal o transversalidad, como un primer campo de acepciones; dimensiones, conceptos, líneas, núcleo o temas transversales, como un segundo campo plural de acepciones; y competencias transversales, como un tercer campo, así:

El primero referido a una característica del currículo consistente en algo que lo atraviesa y lo hace girar en torno a él; ese algo que lo atraviesa pudiese ser un tema, un concepto, una línea, un núcleo, o una dimensión, el segundo aborda la inclusión de temas referidos a la formación del ser que emerge de los valores presentes en todas  las ciencias que se enseñan como lo definieron Paredes y Ávila (2008). 

El tercero, asociado a las competencias, que según Rubia B, et al y, específicamente el Ministerio de Educación Nacional de Colombia (2007), se clasifican en dos grupos: genéricas y específicas, las primeras como transversales a las áreas definidas en los planes de estudio y las segundas relacionadas con una concepción transversal de la formación para la vida (Rubia 2009:p.28).

“Finalmente, se comprendió que la transversalidad curricular es un concepto que vive en la sociedad del conocimiento como un problema que necesita incorporarse al currículo y a los planes de formación, permeando todas y cada una de las asignaturas, impregnando todos los campos del conocimiento, tratando de dejar atrás los currículos disciplinares, articulando el ser con el saber, en otras palabras, se necesita que las universidades sean espacios de y para la vida, donde se aprende no solo desde un saber abstracto sino de un ser, que es miembro de una comunidad que debe ayudar a transformar” Montoya & González (2013).

Se intuye que la ambientalización curricular, AC, como un proceso de articulación de la dimensión ambiental en los curricula, no solo desde la docencia sino también desde la investigación y la extensión promoverá la conciencia ambiental, como lo develan algunos autores, por ejemplo: Gomera (2008) quien afirma que la AC debe involucrar a todos los actores de la universidad (órganos de gobierno, profesorado y alumnado); Mora (2011) para quien la AC debe impregnar todas las actividades de las instituciones escolares, para lo cual la formación permanente del profesorado es fundamental; Baldi y García (2006) consideran la necesidad de ambientalizar el currículo, por medio de un estudio interdisciplinario y de una articulación de disciplinas en torno a un problema y para Eschenhagen (2009) la AC, es la incorporación de la dimensión ambiental en los distintos ámbitos universitarios.

De igual forma, hay que tener presente que la ambientalización curricular en la educación superior no es un asunto solo de contenidos sino también de la didáctica con que se enseñan estos contenidos, de manera que posibiliten al estudiante la adquisición de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les permita desarrollarse profesionalmente con respecto al medio ambiente, dentro de los esquemas de un desarrollo sostenible, como bien lo describió Mora “se puede decir que es un momento oportuno para salir al paso al modelo dominante de la educación superior, para poner en el centro formativo, la cultura, la dimensión social y ambiental, que nos permita darle un sentido más humano a los desafíos que ha impuesto la educación superior de comienzos del siglo XXI” (Mora, 2011, p.120).

Diseño del proyecto y principales resultados

El proyecto “La Salud Ambiental como concepto transversal en los currículos: Formación de guarda ríos en el suroeste Antioqueño”, partió de la identificación de las problemáticas en salud ambiental íntimamente relacionados con las problemáticas ambientales, en este caso con las condiciones de contaminación en la cuenca La Chaparrala, referido al mundo de la vida, la cual hace parte de las 6 subcuencas con que cuenta el municipio de Andes, se asienta en la cabecera municipal y recorre un sector rural de 11 veredas la mayoría de ellas altamente densificadas, que hacen sus descargas directamente sobre la fuente de agua, disminuyendo su calidad, Plan de Desarrollo del municipio 2012-2015.

Objetivo: Contribuir a la conservación de la quebrada La Chaparrala, a partir de la formación de  guarda ríos en salud ambiental.

Metodología. El proyecto se desarrolló a través de 7 fases a saber: Fase 1. Socialización, difusión, convocatoria a estudiantes de la seccional suroeste y profesores de la Institución educativa San Peruchito y elaboración de material didáctico. Fase 2. Toma de muestras de agua y análisis en campo y laboratorio, las cuales  se llevaron a cabo en febrero 26,  mayo 22 y 23, junio 11 y 12, agosto 28-29 y octubre 23-24 de 2014 y taller de reconocimiento de saberes y contextualización del tema de salud ambiental en febrero 26. Fase 3. Taller de Reconocimiento de saberes y contextualización del tema saneamiento ambiental y sanitario de una cuenca, marzo 26 a junio 11. Fase 4. Talleres 3 y 4 consistentes en visita de reconocimiento a la subcuenca La Chaparrala y realización de diagnóstico rápido participativo sobre las condiciones ambientales y sanitarias subcuenca La Chaparrala. Fase 5.  Realización de encuestas y talleres 5 y 6 donde se trabajaron los elementos constitutivos de Plan de manejo de una cuenca y la aproximación a éste. Fase 6.  Realización de informes y video y Fase 7.  Socialización de resultados y entrega de certificados a los guarda ríos.

Resultados y discusión

          Fase Uno: Se convocó a los estudiantes de la seccional suroeste matriculados en el segundo semestre del año 2013 y a un grupo de docentes de centros educativos rurales (CER) aledaños a la subcuenca La Chaparrala, que contaban con el aval de la Secretaria de Educación del municipio.  Además del diseñó del material para la realización de las actividades de capacitación, a las cuales se dio inicio con 16 estudiantes de los programas Ingeniería Agropecuaria, Ecología y Turismo y los 12 docentes de los CER.

          Fase Dos: Se tomaron muestras de agua en tres sitios diferentes que representaban la parte alta, media y baja de la cuenca, denominadas Bocatoma, Sector La Cárcel y, Desembocadura río San Juan, respectivamente, donde se determinaron las características fisicoquímicas a partir del análisis de las muestras analizadas, unas en campo* y otras en el laboratorio de la seccional Suroeste de la Universidad de Antioquia, Tabla 1.

Una vez realizados los análisis se puede decir que el agua de la quebrada La Chaparrala cumple con los requisitos establecidos en la Resolución 2115 de 2007, Ministerio de medio ambiente y desarrollo territorial, 2007, para aguas de consumo humano, excepto, en los nitritos, y turbiedad. Cabe resaltar que el oxígeno disuelto se encontró entre 5.0 y 5.7 mg/l, lo que estaría sugiriendo la existencia de vida acuática pese a las condiciones antrópicas de la cuenca.  Es necesario aclarar que no se realizaron exámenes bacteriológicos ni de agroquímicos.

En esta fase se llevó a cabo el reconocimiento de saberes y contextualización del tema de salud ambiental, donde se indagó por los prejuicios de estudiantes y profesores y se encontró que: La SA “es el cuidado y/o preservación del medio ambiente, en relación con el bienestar y la armonía de los seres vivos”, para otros es “el bienestar generado mediante el desarrollo de actividades en pro del equilibrio y sostenibilidad ambiental y social”, en tanto para otros es “la búsqueda de mejorar el entorno ambiental, con el fin de que no alteren o afecten el ciclo de vida normal de los factores bióticos y abióticos permitiendo la existencia de nuestra biosfera”.
 
          Fase Tres: Se realizaron talleres con los estudiantes de la Universidad y  con los profesores de las Instituciones Educativas, donde se reconocieron los saberes y se contextualizaron los temas de saneamiento ambiental y sanitario de una cuenca y se concluyó que los principales problemas de contaminación provenían de las actividades antrópicas: vertimiento aguas residuales, de residuos sólidos, la utilización y mal manejo de agroquímicos, lixiviados y mal manejo de la pulpa de café, deforestación, erosión, cambio de la flora nativa por cultivo de pino pátula en las áreas de recarga de la quebrada, asentamientos indígenas en las riveras de la cuenca, pocas zonas de bosques y monocultivos, problemas que evidentemente afectan las condiciones naturales de la fuente hídrica, disminuyendo la presencia de flora y fauna, creando condiciones desfavorables para el aprovechamiento de las poblaciones y hace más costoso un tratamiento eficiente que la haga apta para el consumo humano.
         
          Fase 4.  Fase en la cual se llevaron a cabo visitas de reconocimiento para observar  las condiciones ambientales y sanitarias de la quebrada La Chaparrala, las cuales se realizaron con los guarda ríos en formación y con aportes de los docentes y, sirvieron de insumo para la elaboración del árbol de problemas, figura 3.  Árbol que se transformó en el árbol de objetivos, figura 4, y que representó el insumo esencial para la aproximación al Plan de manejo ambiental de la subcuenca.

Fase Cinco: Talleres de capacitación, donde se trabajaron los elementos constitutivos y la aproximación al Plan de Manejo, para la subcuenca La Chaparrala, elaborado con el acompañamiento de estudiantes y soluciones propuestas por los docentes a las problemáticas identificadas, entre las que consideraban útil sensibilizar y concientizar a la población sobre los problemas, el manejo de agroquímicos, campañas de reciclaje, reforestación de las diferentes áreas con especies nativas de la zona, la instalación de pozos sépticos y biodigestores.
 
     Estrategias que pueden contribuir a la mejora en la calidad del agua, y cuyos resultados serían positivos si se incluían como actores a CORANTIOQUIA, Empresas Públicas de Andes, Administración Municipal, Comité de Cafeteros, Comunidad en general, instituciones de educación, entre otros, para que aunando esfuerzos, recursos y habilidades se logre restaurar o, al menos, mejorar de manera significativa las condiciones ambientales y sanitarias de La Chaparrala, como queda establecida en el cuadro donde se muestran las estrategias y actividades propuestas también por los guarda ríos y docentes , Tabla 2.

Fase Seis: Socialización del trabajo realizado con la comunidad en diferentes espacios entre los cuales se destaca el diálogo de saberes en el suroeste antioqueño, Unal-UdeA 2014.

Fase Siete: Elaboración y entrega de informe final, que incluyó informe técnico, resumen ejecutivo, acta de terminación y video educativo, a los entes financiadores del proyecto y Vicerrectoría de extensión Universidad de Antioquia.

Conclusiones:

          La formación de guarda ríos a partir de la salud ambiental permitió no solo la articulación de las funciones misionales de la Universidad en tanto se llevaron a cabo en un mismo proyecto, sino la ambientalización curricular. La docencia en tanto se reconoce a través la formación, la investigación en tanto la realización y análisis de calidad del agua de la quebrada La Chaparrala y las encuestas que permitieron establecer las condiciones ambientales y sanitarias de la subcuenca, y la extensión en cuanto al involucramiento de la comunidad aledaña al eje principal de la quebrada en las diferentes actividades llevadas a cabo; entre tanto la ambientalización curricular se logró con el involucramiento en el proyecto de estudiantes de diferentes programas, algunos de los cuales están elaborando sus proyectos de grado o prácticas en temas afines a la salud ambiental que antes eran impensables y cómo los chicos del programa de comunicaciones terminaron elaborando los proyectos de aula con campañas ambientales.

La salud ambiental fue reconocida como la salud del planeta, estableciéndose como una concurrencia los prejuicios de los participantes para quienes la SA, estaba relacionada no con la salud del hombre, sino con la armonía entre los seres vivos que permitan la continuidad de su existencia.

Agradecimientos

          La autora agradece a todos los participantes del proyecto: estudiantes de la UdeA, profesores de la Institución Educativa San Peruchito, a su rector, a la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia por el apoyo económico, a los coordinadores de los grupos de investigación DIDES, Lina Grisales, GEOLIMNA, Nestor Aguirre y Fabio Vélez y SALUD Y AMBIENTE, Ruth Marina Agudelo, así como a los habitantes de las riveras de la Quebrada La Chaparrala y a Esnedy Hernández, Mónica Jaramillo, Patricia Zapata, Jairo Ramírez y Flor María Restrepo por su apoyo incondicional.

Referencias

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